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Las habilidades en la comunicación y la competencia comunicativa (página 2)


Partes: 1, 2

Las habilidades recomendadas son:

1. Habilidad para la expresión: por las posibilidades del hombre para expresar y transmitir mensajes de naturaleza verbal o extraverbal.

Los elementos que intervienen esencialmente en esta habilidad son:

  • Claridad en el lenguaje: Por la posibilidad de presentar un mensaje en forma asequible, teniendo en cuenta el nivel de comprensión del receptor.
  • Fluidez verbal, lo que implica no hacer interrupciones o repeticiones innecesarias en el discurso.
  • Originalidad en el lenguaje verbal, uso de expresiones no estereotipadas y vocabulario suficientemente amplio.
  • Ejemplificación en diferentes situaciones, especialmente aquellas vinculadas a la experiencia del otro.
  • Argumentación, dada por la posibilidad de ofrecer la misma información de diferentes maneras y analizarla desde diferentes ángulos.
  • Síntesis para poder expresar las ideas centrales de un asunto y poder resumir en breves palabras.
  • Elaboración de preguntas de diferentes tipos según el propósito del intercambio comunicativo; para evaluar comprensión, explorar juicios personales y cambiar el curso de una conversación no deseada, entre otras.

– Contacto visual con el interlocutor mientras se habla.

  • Expresión de sentimientos coherentes con aquello de lo que se expresa en el mensaje a partir de la palabra y/o gesto.
  • Uso de recursos gestuales de apoyo a lo que se expresa verbalmente o en su sustitución, dado por movimientos de manos, posturas y mímica facial, entre otras.

2. Habilidad para la observación: dada por la posibilidad de orientarse en la situación de comunicación a través de cualquier indicador conductual del interlocutor, actuando como receptor.

Los elementos esenciales son:

  • Escucha atenta, que implica una percepción lo más exacta posible de lo que el otro dice o hace durante la situación de comunicación y asumirlo como mensaje.
  • Percepción de los estados de ánimo y sentimientos del otro, pudiendo ser capaz de captar su disposición o no a la comunicación, actitudes favorables o rechazantes, estados emocionales, índices de cansancio, aburrimiento, interés, entre otras. A partir de signos no verbales fundamentalmente.

3. Habilidad para la relación empática: dada por la posibilidad de lograr un verdadero acercamiento humano al otro.

Los elementos esenciales serían en este caso son:

  • Personalización en la relación; lo que se evidencia en el nivel de conocimiento que se tiene del otro, la información que se utiliza durante la comunicación y el tipo de reglas que se emplean durante el intercambio.

– Participación del otro, para ofrecer estimulación y retroalimentación adecuada,mantener un comportamiento democrático y no impositivo, aceptación de ideas, no interrupción del discurso del otro y promover la creatividad, entre otras.

  • Acercamiento afectivo que puede manifestarse en la expresión de una actitud de aceptación, de apoyo y dar posibilidad de expresión de vivencias al otro.

Las habilidades de observación y expresión, por su naturaleza informativa, son más fáciles de operacionalizar. No sucede lo mismo con aquella que se refiere a la relación empática, donde interviene en gran medida lo emocional y el lenguaje extraverbal. Consideramos este es uno de los elementos más carenciales y más complejos en las relaciones humanas.

Aunque actualmente no existe una respuesta definitiva en cuanto al desarrollo de las habilidades empáticas en las personas, hay autores que la definen como el proceso mediante el cual se llega a las expectativas y a las anticipaciones de los estados psicológicos del interlocutor. Esto implica habilidades especiales y complejas que muestran como la comunicación es algo más que un accionar y reaccionar. Al igual que en un juego, no esperamos en ocasiones la reacción del otro, sino que nos comportamos en la situación de comunicación de acuerdo a cómo esperamos que el otro actúe o piense.

Por supuesto, para lograr una competencia comunicativa se necesita también de la sensibilización emocional respecto a la relación interpersonal, el desarrollo de actitudes favorables, la formación de cualidades morales y la estimulación de un pensamiento flexible de la creatividad, entre otras.

En la situación de comunicación, el hombre interviene como personalidad y la eficiencia en su actuación está dada por elementos ejecutores, instrumentales, motivacionales, caracterológicos y personológicos en general. Muchos factores intervienen en este caso.

Cualquier experiencia que enriquezca la personalidad potencialmente favorece sus posibilidades para la comunicación. Sin embargo, deben delimitarse aquellos elementos que al nivel de la acción pueden ser entrenados en algunas esferas como es la del magisterio y contribuir así a un mayor grado de profesionalismo, sin descartar otras influencias educativas.

Existen en el tema de la eficiencia o competencia comunicativa dos términos muy utilizados que son la asertividad y la facilitación.

El desarrollo de la competencia comunicativa.

El hecho de que el maestro logre una actuación competente como comunicador implica, en primera instancia, desarrollar una serie de conocimientos, sistema de acciones y operaciones que pueden sistematizarse en habilidades y hábitos, que van conformando toda una cultura de la comunicación, necesaria para quien tiene como centro de su trabajo al hombre.

Es necesario el desarrollo de elementos metacognitivos en esta esfera, como pueden ser el conocimiento de sus propias posibilidades de éxito en la relación interpersonal, sus limitaciones, dificultades o sus mecanismos de control y compensatorios que le permiten superar barreras comunicativas.

Es útil trabajar por el desarrollo de determinadas cualidades de los procesos cognitivo que tributan a esta competencia, como puede ser la flexibilidad del pensamiento, tan necesaria para un comportamiento aceptante y democrático en el educador; la distribución de la atención, para poder captar todo tipo de señal que sirva como información en la situación comunicativa y el desarrollo de la observación como fenómeno perceptivo.

Sin embargo, de poco vale todo este "instrumental" para la ejecución de un comportamiento efectivo en la relación comunicativa si no existen necesidades, motivaciones y actitudes favorables a la relación humana; si no se cree y confía en el hombre, si no existe un propósito de mejoramiento humano en el trabajo del maestro. Por todo ello es importante generar una sensibilidad especial ante estos problemas del entendimiento mutuo, propiciando el desarrollo de sentimientos con una alta carga de humanismo y educando cualidades como la honestidad o la solidaridad, entre otras; que favorecen el establecimiento de buenas relaciones y propician el acercamiento humano.

Se trata de una competencia comunicativa ante la presencia de una orientación psicológica favorable a la relación humana y el dominio de un saber científico, de habilidades, procedimientos y técnicas que facilitan la eficiencia en el proceso de comunicación interpersonal.

A su vez, entendemos esta eficiencia como un claro intercambio de mensajes y la aceptación de una influencia recíproca con un mínimo empleo de tiempo y esfuerzo cognitivo, bajo condiciones vivenciales positivas y con un carácter estable en el tiempo.

El desarrollo de esta competencia, que logre establecer lo que pudiera llamarse una verdadera comunicación desarrolladora, que implica un contacto personalizado que contribuya significativamente al mejoramiento humano y a la expresión y desarrollo en el hombre de todas sus posibilidades, no es posible sólo a partir de una labor de instrucción. Las vías de acceso, en el caso de los componentes de carácter más operativo o ejecutor pueden ser la enseñanza y el entrenamiento de destrezas, pero esto siempre acompañado de una acción educativa más indirecta a largo plazo.

Para ello se puede recurrir al aprendizaje vivencial, a ejercicios de sensibilización en Talleres y Grupos de Reflexión, que en alguna medida constituyen la forma en que más se puede operacionalizar hasta el momento esta acción educativa y no dejar la educación de elementos tales como los sentimientos y actitudes sólo a lo que pueda ir construyendo cada persona espontáneamente a partir de la experiencia que le ha tocado vivir.

Para desarrollar la competencia comunicativa que necesita el docente para emprender una acción pedagógica que parta de un modelo personalizado y dialógico, se trata entonces no de "enseñarle" a comunicarse, sino de educarlo en una Pedagogía de y para la comunicación.

En ella no se trata de repetir lo irrepetible que logra cada ser humano en sus relaciones interpersonales, sino por el contrario sistematizar lo que se repite siempre que hay competencia, es decir, desarrollar las bases del sistema de conocimientos y habilidades comunicativas y por otra parte estimular el despliegue de la individualidad en esta esfera de la construcción creativa del propio modo de hacer la relación humana en cada maestro.

La competencia comunicativa es, a nuestro juicio, un fenómeno que va más allá de la eficacia de nuestros conocimientos, hábitos y habilidades que intervienen en la actuación personal en situaciones de comunicación. Resulta imprescindible encarar el problema a partir de un enfoque personológico.

Por tanto, trabajar por la competencia comunicativa significa abordar elementos de las dos áreas básicas de la personalidad, que en ninguna medida se encuentran disociadas en la actuación y en la vida psíquica del hombre. (Esquema I)

Por todo ello es importante también generar una sensibilidad especial ante estos problemas del entendimiento mutuo, propiciando el desarrollo de sentimientos con una alta carga de humanismo y educando cualidades como la honestidad o la solidaridad, entre otras, que favorecen el establecimiento de buenas relaciones y propician el acercamiento humano.

El desarrollo de esta competencia, que logre establecer lo que pudiera llamarse una verdadera comunicación desarrolladora, que implica un contacto personalizado que contribuya significativamente al mejoramiento humano y a la expresión y desarrollo en el hombre de todas sus posibilidades, no es posible sólo a partir de una labor de instrucción. Las vías de acceso, en el caso de los componentes de carácter más operativo o ejecutor puede ser la enseñanza y el entrenamiento de destrezas, pero esto siempre acompañado de una acción educativa más indirecta a largo plazo.

ESQUEMA I

– Necesidades – conocimientos

– Motivaciones – habilidades

– Propósitos y expectativas competencia comunicativa – hábitos

– Vivencias afectivas – procedimientos

– Rasgos caracterológicos – elementos metacognitivos

– cualidades de los procesos cognitivos

La competencia comunicativa es, a nuestro juicio, un fenómeno que va más allá de la eficacia de nuestros conocimientos, hábitos y habilidades que intervienen en la actuación personal en situaciones de comunicación. Resulta imprescindible encarar el problema a partir de un enfoque personológico. El hombre interviene y se expresa en la relación interpersonal como personalidad y por tanto, en su actuación en contextos comunicativos, intervienen tanto los elementos que permiten una ejecución pertinente desde el punto de vista cognitivo-instrumental (sus conocimientos y habilidades entre otras), como aquellos que se refieren a la esfera motivacional-afectiva, tales como sus necesidades y motivos, sus propósitos, expectativas y sus vivencias.

La disposición para la comunicación es un componente importante para el desarrollo de la competencia comunicativa. Está asociada predominantemente con la esfera afectiva motivacional y refleja una orientación afectiva positiva hacia las situaciones comunicativas, hacia la relación con los otros; se vincula con necesidades, motivos, vivencias y expectativas que disponen favorablemente a las personas para establecer comunicación con los demás.

A continuación se presenta un instrumento que permite explorar este componente. Responde con franqueza para iniciar de este modo un autoanálisis que permite valorar debilidades y fortalezas como comunicador. Considera las orientaciones que se ofrecen para la calificación e interpretación (ver anexo 1).

La habilidad para la expresión se relaciona con todos los recursos expresivos del lenguaje verbal y no verbal que intervienen en el intercambio de mensajes y condiciona la competencia comunicativa. Para el docente es de especial importancia, pues su eficiencia profesional depende en buena parte del desarrollo de esta habilidad.

Lenguaje verbal

Lenguaje extra verbal

  • Identificar las características de cada estudiante para saber que le sucede en un momento dado.
  • Incentivar a la correcta pronunciación de las palabras.
  • Una incorrecta entonación cambiaría el sentido de la idea a comunicar.
  • Una frase bien concebida influiría sobre el criterio de los demás.
  • Un correcto uso y dominio del lenguaje hará que se te escuche y admire.
  • Tratar de comunicarse bien en todo momento, no solo con desconocidos, también entre amigos. Para cultivar el habla.
  • Ver como se habla, con quien y donde se habla.
  • Primeramente saber escuchar para poder después poder hablar.
  • Comunicarse pausadamente, no apurarse para expresar lo que se quiere que llegue al receptor.
  • Si quiere que el objetivo del tema a tratar llegue correctamente y se comprenda, elabórelo con calma y trate de buscar como llegar a todos las personas aunque sean de diferentes niveles.
  • Concrete la idea antes de expresarla.
  • Elegir un lenguaje adecuado y claro para que el mensaje llegue y provoque la influencia deseada.
  • Para una mejor comunicación es bueno leer mucho.
  • Una correcta conducta expresiva dará mejor comunicación y entendimiento.
  • Cuide el exceso de comunicación extra verbal, puede causar graves problemas.
  • La expresión facial. Sonría siempre, que su rostro dará un criterio sobre usted agradable.
  • La manera de hablar aporta rasgos de nuestra personalidad.
  • Un correcto contacto visual será bueno para que la comunicación fluya sin problemas.
  • ( observación atenta al rostro) Mire siempre a la cara del interlocutor que se encuentra con usted; esto denota siempre franqueza y no evasivas.
  • Combine la utilización de mímica facial con el contacto visual, dará mejor resultados.
  • El uso del canal táctil en los niños en los primeros años de vida dará buena cantidad de información para él.
  • Tratar de no llegar a la comunicación muy emocional; porque puede transmitirle al niño el stress o la alteración de dicha persona
  • Si admiras a una persona el contacto físico expresa intensidad en la relación entre ellos.
  • Cuando te comunicas busca una ocupación a las manos para que estas den una idea de tus verdaderos estados emocionales.
  • Que exista una correcta postura cuando se comunica con las personas.
  • Que se respete el empleo del espacio en la comunicación interpersonal.

Recomendaciones comunicación verbal.

Analice sus ideas antes de comunicarlas y trate de organizarlas lógicamente valorando el propósito de su mensaje (¿Que pretende usted de los demás?). Si le parece necesario, consulte con otras personas para aclararse usted mismo sus ideas.

Utilice un lenguaje sencillo y directo, con la precisión necesaria para ser comprendido, teniendo en cuenta el nivel de su interlocutor. Sea sensible al mundo del receptor. Observe a su interlocutor y este atento a explicar o repetir de forma diferente en caso de no ser entendido. Si se extiende demasiado los otros pueden perder interés.

Aprenda a ser paciente para escuchar a los demás. Al dejar hablar a los otros se verifica si fuimos entendidos y se debe estar "abierto" a criterios diferentes.

Demuestre que han comprendido la información, reafirmando algunas ideas esenciales y pregunte si alguna idea no quedó clara.

Proteja su voz, por constituir instrumento esencial para la comunicación oral. No someta su voz a esfuerzos innecesarios que puedan producir daños en las cuerdas vocales. El volumen muy alto de la voz condiciona cierto rechazo por parte del interlocutor. Aprenda a dominar la técnica de la respiración correcta.

Cuide su dicción. Escoja un ritmo para hablar, ni muy rápido ni lento; que permita pronunciar correctamente las palabras.

Recomendaciones comunicación extra verbal.

Algunas recomendaciones generales acerca de la gestualidad corporal

  • Los movimientos corporales deben realizarse en armonía con la naturaleza del mensaje verbal, cuando se habla y teniendo en cuenta el contexto social en el que tiene lugar el intercambio comunicativo. Deben evitarse los movimientos sin sentido de brazos, manos o piernas que no aportan o no se corresponden con la intención comunicativa.
  • Los movimientos en general, conviene más que sean pausados, de cierta forma rítmicos con la palabra y variados. Son desagradables los movimientos muy rápidos, la gesticulación exagerada, así como aquellos que se repiten incansablemente. Los movimientos angulosos con los brazos de "armonía geométrica resultan chocantes.
  • Cuidar particularmente el uso de las manos y sus movimientos al acompañar la palabra. Sus movimientos deben reforzar las palabras cadenciosamente o cumplir una función oportuna a partir de una adecuada sincronía entre el gesto y la palabra. No hacer el gesto después de haber enunciado las palabras a que se refiere; éste es un método para provocar risa, esto es utilizado por los actores cómicos. El gesto debe preceder imperceptiblemente entre uno y dos segundos a la palabra.
  • Evitar los tics más o menos inconscientes que no resultan elegantes, tales como comerse las uñas, rascarse la cabeza, jugar con un mechón de cabellos, movimientos oscilatorios de los pies, ajustarse el pantalón, tocarse la cara, la nariz o la oreja. Tener cuidado de que los gestos no cubran el rostro.
  • Tener en cuenta que debe existir momentos de reposo. No debe gesticularse todo el tiempo, pues se pierde un buen efecto expresivo. Se puede dejar caer los brazos y hacer movimientos suaves de manos. El movimiento espacial en las situaciones en que corresponde debe ser moderado.

El uso de las manos.

Por el efecto importante que provocan en el intercambio comunicativo, es válido hacer algunas consideraciones acerca del uso de las manos.

Sucede a veces que las personas no saben qué hacer con las manos cuando tienen que presentarse a un auditorio, como conferencista o ante un grupo desconocido o poco conocido para dirigir una reunión.

En estos casos se recomienda buscarle ocupación a las manos de algún modo; ya sea sosteniendo algunas hojas o tarjetas, tomando un lápiz, pluma o puntero si es que se va a señalar algo en algún momento y "olvidarse" de ellas, ya que naturalmente como en cualquier situación informal, ellas asumirán el ritmo o la cadencia de lo que se habla. Si se siente por momentos que "sobran" se puede por ratos cruzar los brazos o apoyarlas de vez en cuando encima de la mesa. No deben "esconderse", colocándolas en bolsillos o en la espalda pues no resulta agradable.

Se tendrá en cuenta que ellas son reveladoras de estados emocionales que en situaciones públicas de carácter oficial, se deben aprender a controlar.

Algunos mensajes que se envían con las manos.

  • El dedo índice hacia delante de forma reiterativa, expresa agresividad, autoritarismo.
  • El puño cerrado indica lucha, determinación.
  • Cruzar las manos en la región pélvica expresa una actitud timorata, de evasión y protección.
  • Contar con los dedos, indica enumeración.
  • Ademán de balanza, se refiere a los "pro y contra" o "por una parte y por la otra".
  • Movimiento en el aire como si se palmoteara suavemente la espalda a alguien, indica precaución.
  • Juntar las manos, manteniéndolas unidas un instante expresa unión o encuentro.
  • Movimiento oscilante de las manos con las palmas hacia fuera, rechazo, desaprobación.
  • Los brazos cruzados durante un tiempo significativo, expresa una actitud pasiva, a modo de barrera.
  • Manos en la espalda, apretando una la muñeca de la otra, representa una cierta actitud amenazante, de porte militar.
  • Brazo flexionado, flexionando el codo y con el dedo índice a la altura de los ojos que se mueve rápidamente de adelante hacia atrás expresa desafío, amenaza.

La postura.

La postura se refiere a la posición general del cuerpo que se mantiene durante un periodo más o menos largo de tiempo y constituye también un recurso importante de comunicación.

En la comunicación interpersonal el intercambio de posturas entre los participantes indica el nivel de aceptación, afinidad, congruencia o rechazo, desacuerdo o desinterés entre ellos.

Existen múltiples posturas anatómicamente posibles y entre ellas cada persona utiliza un repertorio limitado, de acuerdo también a los valores culturales. Es interesante tener en cuenta como el repertorio de posturas de una cultura condiciona su mobiliario y viceversa. Son muy diferentes en este sentido los mobiliarios típicos de la cultura occidental y oriental.

Cuando dos personas se comunican, se entregan, sin estar consciente de ello, a una danza de movimientos; que pueden ser sincronizados, haciéndose hacia atrás y delante por ratos e imitando mutuamente sus movimientos. Se plantea que estas posturas congruentes indican acuerdo o afinidad entre ellas, mientras que las posturas incongruentes son reveladoras de "una distancia psicológica" entre los interlocutores.

Si alguien se sienta frente a otro con el cuerpo muy derecho, cuadrando los hombros, con la cabeza en alto o reclinada en ángulo, con los miembros extendidos hacia fuera y algunas veces mirando al otro desde arriba y en otras ocasiones mirando a lo lejos ¿cómo se siente el interlocutor?. La actitud de dominancia se revela claramente a través de estos recursos, donde la postura resulta de los elementos más significativos. Una postura muy cuidada en la que se mantienen juntos los pies, las rodillas, las manos, ofrece la impresión de timidez.

El psicólogo norteamericano William James señaló la importancia de la postura en la comunicación de las actitudes. (Argyle M. y Trower P., 15) Este investigador tomó 30 fotografías de diferentes personas cuyas cabezas, troncos, pies y manos adoptaban sistemáticamente diferentes posiciones y pidió a voluntarios que dijeran qué actitud expresaban. De este estudio el autor señala cuatro posturas principales:

  1. De aproximación. Una postura de interés, expresada por inclinación del cuerpo hacia delante.
  2. De alejamiento. Postura negativa expresada por la acción de retroceder el cuerpo o de desviar la mirada hacia otro lado.
  3. De expansión. Postura de orgullo, presunción, arrogancia que se expresa por un pecho en expansión, o tronco echado hacia detrás, cabeza erguida y hombros levantados.
  4. De contratación. Postura de depresión, abatimiento, expresada por un tronco encorvado hacia delante, la cabeza inclinada, hombros caídos y pecho hundido.

El empleo del espacio.

En el proceso de comunicación interpersonal, las personas al comunicarse y otorgarle movimiento a su cuerpo, lo hacen haciendo uso del espacio inmediato. El empleo del espacio no es propiamente un elemento del lenguaje corporal, aunque es considerado un recurso no verbal que ofrece información significativa acerca de las relaciones entre los comunicantes.

Todos los sujetos poseen un espacio personal que lo rodea; el acceso a otros y la distancia espacial que se establece con los demás indican el nivel de intimidad y cercanía de las relaciones. Una distancia de 45 cm sólo se le permite a personas allegadas, con las que se tienen relaciones familiares o íntimas; a esta distancia los comunicantes pueden tocarse entre sí, percibir sus olores, la respiración. Los amigos suelen situarse entre unos 46 cm y 1,20 m de distancia, lo cual constituye aún un espacio personal. La distancia de 1,20 m a 3 m se considera ya un espacio social propio de los intercambios oficiales. Distancias mayores son públicas y completamente impersonales. Por supuesto que se producen situaciones en la vida cotidiana que obligan a romper estas distancias deseadas; como en el transporte público donde las personas se mantienen a veces en una proximidad incómoda, que cuando es inevitable se compensa mirando a otro lado si una persona está muy cerca como indicador de distanciamiento.

Conclusiones.

  • El perfeccionamiento de la comunicación resulta una tarea de primer orden dentro del proceso pedagógico a nivel de toda la sociedad. Es imprescindible la búsqueda de formas interactivas entre los educadores y los educandos para lograr dicho perfeccionamiento.
  • Toda comunicación que contribuya a conocer al hombre tiene toda la fuerza para seguir investigandose sobre el tema, para darle solución a los diferentes problemas humanos dentro de las relaciones interpersonales.
  • El estilo de comunicación para el maestro deberá mejorarse de forma permanente, buscar variantes que resulten eficaces en la interrelación de los conocimientos y de la forma de hacer llegar los mensajes.
  • Existe falta de conocimientos previos para poder cumplir los objetivos trazados para comunicarse bien y que se llegue con el mensaje de lo que se quiere expresar.
  • Se adquiere mayor cultura comunicativa en todos los sentidos para el buen funcionamiento del proceso docente educativo aplicando técnicas y métodos para la comunicación.
  • En la comunicación interpersonal el intercambio de posturas entre los participantes indica el nivel de aceptación, afinidad, congruencia, rechazo, desacuerdo o desinterés entre ellos.
  • La habilidad para la expresión se relaciona con todos los recursos expresivos del lenguaje verbal y no verbal que intervienen en el intercambio de mensajes y condiciona la competencia comunicativa.
  • La habilidad para la relación empática constituye un aspecto dentro de la formación psicológica ejecutora-instrumental de la personalidad, importante para desarrollar la competencia comunicativa.

Bibliografía.

  • Andreieva, G. M.:Psicología Social. Moscú, 1984.
  • Anzola, R.: Temario para una muestra. Asociación de escritores de Venezuela. Fondo Editorial Orlando Araújo.
  • Casaña, A.: Colectivo Laboral y Comunicación. Ed. Ciencias Sociales, Habana, 1988.
  • Colectivo de autores: Fernández González Ana Ma. Comunicación educativa. Formato digital.
  • Daniel Goleman. Inteligencia Emocional 76ª edición, Editorial Objetiva
  • LTDA., Brasil, 1999, pág.112.
  • D’Angelo Hernández. Descubrir, proyectar tu propia vida, l989, pág. 66.
  • Fernández, Ana M. Taller de Psicología de la Comunicación al servicio de los escolares. ISPEJV. Cuba, 1994.
  • Gloria Fariñas. Maestro una estrategia para la enseñanza. Editorial Academia. La

Habana, 1997, pág.29.

ANEXO 1

 

 

 

Autor:

Ingeniero Orlando Albellán Fuentes

Dra. Irene. E Delgado Pérez

Biografía de los autores.

Orlando Albellán Fuentes. Ingeniero Industrial. Estudiante de Maestría en Ciencias de la Educación. Universidad Carlos Rafael Rodríguez. Provincia Cienfuegos. Cuba.

Dra. Irene. E Delgado Pérez. Médico especialista de segundo grado en Microbiologia. Estudiante de Maestría en Educación Médica Superior. Escuela Nacional de Salud Pública. La Habana. Cuba.

Dirección. Aguada de Pasajeros. Cienfuegos. Cuba.

Fecha: 25 de marzo 2007.

Partes: 1, 2
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