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La educación

Enviado por Joise Morillo


  1. Introducción
  2. Educación
  3. ¿Qué enseña la doctrina?
  4. Cómo no se educa educando
  5. Conclusión
  6. Bibliografía

Introducción

Para Educar, el educador debe asumir la responsabilidad total en su relación personal, no sólo con el estudiante sino con toda la humanidad. De modo que lo importante para él, es la humanidad. Para ello debe ser responsable con respecto a sí mismo, sino, será entonces incapaz de sentir que es el amor como pasión de esta responsabilidad total.

El que educa y el educando son ambos responsables y, por tanto, jamás pueden complacerse en esta particular condición de peculiaridad egoísta, la que de seguro es la verdadera raíz de degeneración de la mentalidad actual; es en esta total omisión o forma total de pensamiento en que nosotros estamos profundamente interesados. Aun cuando no desaparezca la relación personal con su afecto, su ternura, su estímulo y protección. Empero si esta relación personal adquiere extrema importancia y sólo es responsable por los pocos, entonces el mal ha comenzado; esta es la realidad evidente, conocida y más común tratada por todos los seres humanos. Esta fractura de las relaciones es el factor que degenera nuestro ambiente social, nuestra vida. Hemos dividido la relación: relación con lo personal, con un grupo, con una nación, con determinados conceptos, y así sucesivamente. Por tanto, las consecuencias son desastrosas pues, aquello que está corrompido jamás puede abarcar una total responsabilidad.

Si el individuo no se siente responsable por otro, se debe las mas de las veces porque esta responsabilidad no se presenta como una reacción emocional, ni algo que uno se impone a sí mismo —el sentirse responsable- sino, que se vuelve una obligación y, como obligación, ha perdido el perfume o la belleza de esa cualidad interna de responsabilidad total. Esto en si no es algo que se aprende, se adquiere algo o se inventa, como un principio o una idea a la cual aferrarse, como el poseer una silla o un reloj.

Informar con la verdad es sin lugar a dudas, Educar, sin embargo la capacidad interpretativa de algunos especialmente la gente que se dedica al estudio de la humanidad, sin -por supuesto- considerar la inmensa cantidad de imperfecciones de lo cual somos prolijos y la mínima cantidad de aciertos respecto a lograr por ejemplo el máximo de felicidad para todos y no para muchos o pocos –de lo cual adolecemos- es totalmente variopinta.

No obstante bajo los términos del uso de la razón sin mucho rebusque, y consciente de los mínimos juicios que se deben concebir, la mayoría de la especie humana reconoce una inmensidad de errores que se cometen cotidianamente en función -la mayoría de las veces- de un proceso grosero y mezquino que beneficiara a un sector y convertirá en detrito sino polvo a otro. Adoctrinando o educando sin educar.

En tal sentido hasta la ironía, casi siempre propia de los intelectuales como chanza de comedia en algunos se torna sumamente odiosa y perversa. Es el caso de Fidel Castro "la globalización es inminente" en La guerra Fría, bueno, su fin es prepararse para ella la cuestión es ¿cómo? Gran descubrimiento, por algo tiene desinformado de la realidad del mundo a su pueblo desde hace mas de 50 años" Bueno el desayuno de los -mártires- cubanos es oír el discurso rayado en contra del imperio. perdón con la propaganda mediática- que ostentaban. Eso sí, vivir en un verdadero paraíso, desafortunadamente hay intelectuales que se jactan -ufanan- de alabar a semejantes "adoctrinamientos como las revoluciones de los siglos" en este menester la dicción para educar, les sobra –son maestros- pero si, un poco, no mucho de humildad. Bueno eso se lo auto prodigan los autodenominados, lideres, los salvadores de la humanidad.

Aun cuando parece drástico el ejemplo parte o una forma de desinformar es desaparecer información no conveniente a ciertos modelos de régimen, opacar la verdadera historia, tergiversar la información respecto a conductas y comportamientos de líderes y proceras de la historia de los pueblos, opacar la opinión distinta, etc.

Heine, 1820 , dijo una vez en contra de la quema de libros.

"Donde se quema libros, se acaba quemando hombres".

¡Esta es la peor forma de desinformar, o sea, de educar perversamente, bajo el imperio del terror!

Educación

Educarse, es Conocer, aprender, para ser mejor de lo que se ha sido hasta el presente, en un futuro cercano y consecutivo mientras quien ha aprendido viva. No en función peculiar y egoísta, ni para el bien de una parte de la población en detrimento de otra, sino para bien propio y del mundo que le circunscribe.

J.J. Rousseau en El Emilio afirma lo siguiente:

"Un hombre abandonado desde su nacimiento a sí mismo sería el más desfigurado de los mortales; las preocupaciones, la autoridad, la necesidad, el ejemplo, todas las instituciones sociales, en las que estamos sumergidos, apagarían en él su natural modo de ser y no pondrían nada en su lugar que lo sustituyese. Sería como un arbolillo que el azar ha hecho nacer en medio de su camino y que los transeúntes, sacudiéndolo en todas direcciones, lo matan. (…) Una madre aspira a que su hijo sea un ser feliz desde el momento en que viene al mundo. Y es justo, pero conviene que sufra los efectos del desengasto cuando se ha valido de medios equivocados. La avaricia, la ambición, la tiranía y la falsa previsión de los padres son mil veces más perjudiciales a los hijos que el ciego cariño de las madres."[1] Para Rousseau la educación es un arte, su logro es difícil de conseguir, casi imposible, derivado a que las más elementales necesidades del educando no son dependencia de otros, de modo que este debe esmerarse, de inicio, a conseguir sus propósitos, es más bien cosa de suerte adjudicarse los mismos sin obstáculos en el camino.

En tal sentido se concibe que el hombre naturalmente nace con inteligencia intrínseca, algo que podría catalogarse como habito de la naturaleza, el niño busca el seno de la madre para alimentarse, cosa que no le ha enseñado nadie al recién nacido. Entonces, en tanto que se le otorguen directrices al niño su conducta ante la sociedad se va amoldando según lo que se le instruye; al momento que se detenga esa instrucción toda información habitual propia de la naturaleza humana aflora y persiste en un mismo estado, puede conservar las que provienen de la costumbre menos naturales de sus educadores, o sea cambia y vuelve lo natural cuando la costumbre adquirida por la fuerza deja de actuar. La educación no es más que un hábito adquirido en el marco de la sociedad.

La conducta prístina del individuo humano es consecuencia de la conciencia de sus sensaciones, dispuesta a tomar o despreciar los objetos que las producen, según le sean agradables o desagradables, según la conveniencia o la discrepancia que habrían de hallar entre ellos y estos objetos, y, por último, según el criterio sobre la idea de felicidad o de perfección que le ofrece la razón. Esta es su naturaleza.

El hombre, naturalmente, lo es todo para sí; es unidad numérica, el entero absoluto, no tiene más relación que consigo mismo o con su semejante. El hombre civilizado es una unidad fraccionaria que determina el denominador y cuyo valor expresa su relación con el entero, que es el cuerpo social. La peor condición ante su naturaleza es tratar de educarle, no para sí mismo, sino única y explícitamente para los demás.

De esto anterior deriva el adoctrinamiento, sembrar en la mente del educando una condición que le enajena y no le permite desenvolver sus más genuinos hábitos naturales. Por ende, se le trunca cualquier decisión peculiar respecto a los razonamientos causados de su sensibilidad ante el mundo que le rodea. En tanto que respecto a lo social podría ser lo propio para desenvolverse, y ante el dogma, seria la situación más perversa.

El dogmatismo político, igual que el religioso, es un obstáculo para la educación, porque, no hay concordancia entre la buena educación con la divinización y el culto a la personalidad (a lo Stalin y Lenin -soviético, maoísta-) ni con cualquier radicalismo religioso, que sublimemente le otorga a los educandos, subjetivismo. Creándoles de este modo falsas expectativas y enajenantes. Caso que puede desviar su atención lejos de mejores prospectos de desenvolvimiento ante el mundo y la concepción genuina que le otorga su sensibilidad natural, que muy bien podría comulgar con la certeza civilizada, la ciencia, la tecnología, por cuenta propia.

De lo anterior, Mario Bunge, sin embargo, recalcando de uno de los aspectos señalados, manifiesta lo siguiente:

"La levedad de los controles morales necesarios en investigación básica se debe a que el conocimiento básico es un bien en sí mismo (independientemente del modo en que pueda aplicarse). Para el ser humano, conocer es tan vitalmente necesario como alimentarse, abrigarse, defenderse, ser útil, o amar y ser amado. La buena vida, el bien supremo, no pueden concebirse hoy día en ausencia de conocimiento, tanto útil como desinteresado. La buena vida no se concibe hoy día sin física, química, biología, psicología, sociología, etcétera.

No sucede lo mismo con la tecnología. Aquí no sólo algunos de los medios de conocimiento pueden ser impuros; hay procesos tecnológicos íntegros que son moralmente objetables por proponerse metas prácticas perversas. Por ejemplo, es malvado realizar investigaciones sobre la defoliación de bosques, sobre el envenenamiento de reservorios de agua, la mutilación de civiles, la tortura de presos, la manipulación de consumidores o votantes, y cosas similares, ya que el conocimiento adquirido en investigaciones de este tipo se utiliza verosímilmente sólo para fines malvados; se investiga la tortura para torturar más eficazmente, la manipulación de consumidores para explotarlos más provechosamente, y así sucesivamente. No se trata del mal uso inesperado de un trozo de conocimiento neutro, como sucede con el mal uso de una tijera o de una cerilla. La tecnología de la maldad es malvada." [2]

Esto último es parte de la falsa educación que promueve un derivado subjetivo de la misma "La doctrina".

¿Qué enseña la doctrina?

¿Que enseña este tipo de educación? (Doctrina) ¡Conformismo, miseria, dogma político para la comunidad, terror, maldad y/o riqueza para el poder y sus huestes acolitas! , De esto afirma Bunge: "(…) Los pocos resultados valiosos a que pueda llegar -resultados hasta ahora desconocidos- son ensombrecidos por sus resultados negativos, entre los cuales se cuenta el encanallamiento de los investigadores mismos y de sus amos. ¿De qué sirve el conocimiento acumulado por los eficientes organizadores de los campos de exterminio? ¿De qué el conocimiento adquirido en la búsqueda, producción y acumulación de gérmenes para la guerra biológica?

En conclusión, a diferencia de la investigación aplicada, la tecnológica puede ser una bendición o una maldición. Por esto es preciso someterle a controles morales y sociales. Por lo tanto, aunque esto no baste, es preciso que tanto los tecnólogos como los filósofos se tomen más a pecho que hasta ahora la construcción de una tecnoética."

Considerando lo antes expresado se debería reflexionar acerca de lo siguiente:

Principalmente crear consciencia de la diferencia de moral y ética, supuesto que la primera comprende deberes antes que derechos a nivel ocupacional, sea profesional o de cualquier índole. Aun cuando el profesional tenga en su haber una herramienta signada por el uso de la investigación, el mero intento de desviarse de la directriz señalada por sus contratantes, le compromete a realizar prácticas a nivel de producción, que, de no ser por el deber que cumplir, deslindarían con su instinto natural y porque no, información de moral, propia y obtenida, sensible y educativa respectivamente. La moral comprende la educación familiar y del entorno social intimo y sus relaciones, luego se sintetiza en comportamiento conductual en mejor proporción derivado del sentimiento colectivo y el concepto que el valor da al individuo como persona, causado por solidaridad, humanitarismo, benevolencia, honestidad, en fin "virtud, probidad"; que se traduciría -supuestamente- en un ser idóneo en el mundo.

Sin embargo, al limitarnos al conocimiento de las costumbres y buenos modales, estamos propiciando un patrón normativo donde la ética es indispensable y comulga con la moral respecto a la prudencia y el comportamiento en colectivo, donde, se desarrollan valores comprometidos con el bien común sin menoscabar la importancia del individuo como parte de un todo con entidad propia y potencialmente en función del bienestar social del todo antes nombrado y no de un sector, esto último seria discriminación, principalmente en contra del color de piel, etnias, preferencias políticas, religiosas y culturas.

Cómo no se educa educando

Al educar se imparten preceptos, ejemplos, se enseña, como mejor forma, a utilizar la inteligencia apropiadamente, se muestra en mejor proporción la importancia de tener voluntad de progresar, aprender para sí y para el mundo, instruirse voluntariamente a falta de mentores, a ser autosuficiente en los momentos más precarios y difíciles que le pueden acontecer en el transcurso de la vida, saber reconocer lo real y lo verdadero en contra de lo quimérico y la falacia; en eso consiste la efectividad de educar y aprender.

La forma subjetiva de educar, como se diría más antes; es adoctrinar, su actividad se centra, bien sea: religiosa, política o filosófica, en impulsar respuestas con afirmaciones que interpretan el mundo, trascendiendo en relación: de objeto a objeto, lo cual tiende a la confusión respecto a concebir la naturaleza del mismo mundo, su patrón radica en tener en cuenta que su importancia -la doctrina- radica en demostrar su veracidad a través de la historia y no la luz que la educación debería aportar al mundo y al progreso de la civilización. Creer lo que cuentan, lo que se les manifiesta mediante preceptos sin el consentimiento de la razón y la evidencia de la investigación el experimento exitoso, incluso del empirismo y la praxis, es creer en la quimeras, en nominalismo, etc. Podríamos considerarles como mitos, no obstante, algo que no puede decirse que carezca de realidad. Son reales porque en ella creyeron sus creadores, empero su simbolismo lo defienden fenómenos o acontecimientos de origen que escapan al alcance del hombre. Son interpretaciones inexorables.

Planteadas las ideas anteriores he instaladas en el marco de la diversidad se puede observar que en su generalidad las dificultades educativas se presentan como causas sensitivas, lo cual exige reflexionar sobre el fin que exige el proceso educativo, su implicación y relación entre los diversos tipos de educativos radican principalmente en la metodología empleada para su efectividad, inmediata o a futuro. No obstante todas las metodologías implican una interrelación patentada en el proceso educativo empleado por muchos educadores, puede decirse un eclecticismo metodológico, principalmente quienes no tienen en su haber una técnica o método especifico de educación y aprendizaje, .de esta forma se puede considerar y tomando como principio el fin de la educación; como un concepto meramente filosófico (filosofía de la educación). La forma de educar al abocarse a metodologías y procedimientos en sí, nos coloca frente a lo que denominamos pedagogía.

En este marco de ideas se confirma el planteamiento de educación de Ferrater Mora (FM)[3] al dividir el desarrollo educacional en dos problemas: técnicos y generales, de procedimientos y de los diversos fines del proceso de educación respectivamente. Considerando esta apreciación y ubicando un ejemplo de la pedagogía, filosófica se ha de encontrar en Simón Rodríguez un patrón clásico de tal división el mismo aunque afirma como un problema "jeneral" a la educación popular concibe como un método idóneo para luchar con la voluntad y habilidad de aprender de algunos alumnos distinguidos contra la escasa voluntad y dificultades que presentan otros menos afortunados "el monitoreo" para él, instruir no es educar:

"La América debe considerar hoi la lectura de las obras didácticas (especialmente las que tratan de la sociedad) como uno de sus principales deberes. Si, por neglijencia, da lugar á la internación de errores extranjeros, y permite que se mezclen con los nativos, persuádase que su futura suerte moral, será peor que la pasada.

La Instrucción Pública actual bien vista, no es otra cosa que un establecimiento hecho por el Gobierno (ó por cualquiera) para ejecutar, al pié de la letra, lo que mandan los padres de familia, ó para adivinarles los pensamientos, cuando no saben decir lo que

quieren mandar. Tienen, los Directores de estos establecimientos, ciertas libertades, que se reducen á decir, con un aire de gravedad, que en sus casas rijen unos estatutos, á que deben sujetarse cuantos entren en ellas, so pena de ser expulsados: los estatutos se componen de prácticas consultadas para adular.

La Instrucción debe ser nacional-no estar á la elección de los discípulos, ni á la de sus padres-no darse en desorden, de priesa, ni en abreviatura. Los maestros, no han de enseñar por apuesta, ni prometer maravillas. . . porque no son jugadores de manos -los discípulos no se han de distinguir por lo que pagan, ni por lo que sus padres valen en fin, nada ha de haber en la enseñanza, que tenga visos de farsa, las funciones de un maestro y las de un charlatán, son tan opuestas, que no pueden compararse sin repugnancia."

En el sentido antes expuesto respecto a lo planteado por Rodríguez y la apreciación de Ferrater Mora, instruir es compatible con adoctrinar. La doctrina no es equivalente a educar aunque con ella se eduque.[4] La doctrina como la instrucción poseen dos formas de concebirse: dogmatica y escéptica, de la primera forma el conocimiento de las cosas se pueden interpretar incluso obtener como objeto de afirmaciones inconsistentes (objeto de objeto), ej. "según lo informado esta es la verdad, y no hay otra", de la segunda forma, el conocimiento requiere de datos consistentes para concebirles veraces ej. "según lo informado esta debería ser la verdad, pero puede haber otra .

Según Bolívar, la dominación que había padecido el pueblo de Venezuela, por injerencia extranjera fue más por el engaño que por la fuerza; "moral y luces son nuestras primeras necesidades"

Nelson Mandela afirmaba aun aherrojado, que:

"La educación es el gran motor del desarrollo personal. A través de la misma la hija del campesino puede ser médica, el hijo del minero puede llegar a ser el jefe de mina, el de un trabajador agrícola puede llegar a ser presidente de una gran nación"

Como se señala al principio educarse es adquirir conocimientos, pues bien, como FM, Bertrand Russel afirma, del «conocimiento» principalmente en los casos de «creencia» y «verdad», que, hay cierta vaguedad e inexactitud inevitables en el concepto. No percatarse de esto ha llevado a errores en la teoría del conocimiento. Para él, el conocimiento es una subclase de las creencias verdaderas: todo caso de conocimiento es un caso de creencia verdadera, pero no a la inversa. Ejemplos de creencias verdaderas que no son conocimiento sería. Está el hombre que mira un

reloj que no funciona, aunque él cree que funciona, y ocurre que lo mira en el momento en que da la hora correcta; este hombre adquiere una creencia verdadera sobre la hora del día, pero no puede decirse que tenga conocimiento. Tales casos pueden multiplicarse indefinidamente, y ellos muestran que no se puede pretender poseer conocimiento sólo porque ocurre que ocurre algo casual y lo tomamos como lo cierto. de esto afirma:

"Además de haber observado algo cierto o verdadero, ¿qué otro carácter debe tener una creencia para que se la pueda considerar como conocimiento? El hombre sencillo diría que debe haber buenos elementos de juicio en apoyo de la creencia. En materia de sentido común, esto es correcto en la mayoría de los casos en que surgen dudas en la práctica, pero si se lo pretende presentar como una explicación completa de la cuestión resulta muy inadecuado. Los «elementos de juicio» consisten, por un lado, en ciertas cuestiones de hecho que se aceptan como indudables, y, por el otro, en ciertos principios mediante los cuales se extraen inferencias a partir de las cuestiones de hecho."[5]

Observando esto comparativo se puede deducir como actúa la educación bien fundamentada respecto a su metodología, los problemas que se presentan son de tipo técnico y otros de tipo general lo primero lo hemos señalado manteniendo una diferencia entre instruir, adoctrinar y educar en sí. aun cuando con las dos primeras se educa, instruir y adoctrinar no es educar, esta posible ambigüedad se explica, primero por los procedimientos empleados para los primeros, las mas de las veces enajenantes y porque no si se quiere coercitivo -lavado de cerebro– segundo porque las mismas herramientas suelen en si comulgar con los principios del dogma, por ende proclive al sectarismo. Mientras que el concepto de Educación, como tal basa su efectividad en la transformación del individuo en función de mejorar como objeto, necesario y universal.

Para esto y, derivando en la adquisición del conocimiento, David hume tiene dos proposiciones, de razón: son proposiciones cuya verdad depende de las mismas ideas pensadas. Permiten lograr un conocimiento verdadero porque su contenido es necesario y no contingente (Matemática y Lógica). Sólo en en este plano es posible la "demostración".

De hecho: sobre las cuestiones de hecho no hay posibilidad de alcanzar un conocimiento cierto, demostrativo, ya que allí no hay necesidad sino contingencia y, en consecuencia, siempre lo contrario puede ser pensado sin contradicción. Sin embargo, Hume sostiene que, en base a la observación regular y a la experimenación, pueden formularse "pruebas" (que no permiten una duda razonable) o "probabilidades" (que recogen experiencias con resultados variables). De todos modos, no tenemos de las cuestiones de hecho verdadera ciencia, ya que la idea de causalidad que nos permite unir los fenómenos, explicarlos y predecirlos, no se respalda en ninguna impresión y, por tanto, halla su fundamento sólo en la imaginación y la costumbre.

Conclusión

Todo hombre está capacitado para adquirir conocimientos mediante la inteligencia, por ende cree cualquier cosa de la que haya tenido información, sea verdadera o falsa, esto no va paralelo al saber y como saber; en esta medida, el conocimiento es fiduciario, ajeno a una realidad tanto intuitiva como empírica, y en sumo grado a la verdad y la valides científica, por otro lado de esta información el hombre establece un desarrollo acorde a la información adquirida. Llevándolo de forma tacita a concertar un desenvolvimiento productivo o no productivo, afectando su acción tanto peculiar como colectivamente. Es por esta causa que se desarrolla un cuerpo de conocimientos y destrezas (currículo) en función de fomentar educación, concibiendo el concepto de transmitir conocimientos validos y civilizados a ritmo de las generaciones del futuro.

Lo antes descrito consigue su apoyo en la acepción de Hume acerca del conocimiento, aceptando que "ya que la verdad, es imposible de alcanzar, el único conocimiento es aquel adquirido mediante la observación y las experiencias como única evidencia de lo que asumimos como realidad" . Con esto se simplifica mucho la interrogante: ¿Por qué es menester vivir la pobreza para poder erradicarla? Porque ilustrados con el conocimiento civilizados, conociendo porque la miseria; se le podrá dar una posible solución, de otra forma es imposible. De esto Hume concluye […] "convencidos de nuestra ignorancia, es menester concebir que no podemos dar ninguna razón de nuestros más refinados principios, excepto de nuestra experiencia de la realidad, que es la razón del simple vulgo y que no requiere estudio para descubrir el mas particular y extraordinario fenómeno"

Es por causa de lo definido anteriormente que: B. Russell manifiesta que el conocimiento no sirve de nada si no se aplica en buenos propósitos, afirma lo siguiente "Cósmica y casualmente el conocimiento es un elemento sin importancia en el Universo […] lo que cada hombre conoce depende en un sentido importante de su experiencia individual, conoce lo que ha visto, oído, lo que ha leído y lo que se le han dicho y también lo que ha sido capaz de inferir a partir de estos datos, y concluye preguntándose ¿Qué conocemos de otra manera que por los sentidos? Conocemos lo que hemos aprendido por captación de ellos. Por eso se le debe atribuir a la sensibilidad humana conocer la verdad, aun cuando el intelecto sea inducido por influencia externa, dado al motivo y la calidad de la información que indudablemente va a acrecentar el volumen de información que la mente humana puede hospedar.

Quiero de igual modo entregaros para esta conclusión una acepción de filosofo argentino Mario Bunge en: Ética y Ciencia, donde con una ilustre y sabia acepción nos plantea un paradigma de moral respecto al conocimiento y el poder a continuación cito: "La ciencia puesta al servicio de la destrucción, la opresión, el privilegio y el dogma –fuerzas armadas, trust, partidos o iglesias- puede ser muy eficaz y hasta creadora en ciertos aspectos limitados. Pero, ¿contribuye a satisfacer la desiderata de una ética humanística: el bienestar, la cultura, la paz, el autogobierno, el progreso? Dentro del código moral conformado por esta desiderata, la sumisión de la ciencia al poder sojuzgador constituye la forma más deplorable de la corrupción .

Igualmente afirma que la actividad científica es una escuela de moral por adquirir donde se ha de aprehender entre otras actividades: a) el sentido de la justicia, pero no la ley positiva al servicio de intereses mezquinos, sino la disposición a tomar en cuenta los derechos y opiniones del prójimo, por ende evaluar sus fundamentos respectivos, b) amor a la libertad colectiva, individual y social, que posibilite mediante el conocimiento despreciar toda autoridad infundada –sea intelectual o política- y todo poder injusto.

Bibliografía

Bunge M, 1977, Epistemología, Filosofía de la tecnología, Ed. Siglo XXI, BA Argentina.

Ferrater, M., 1999, Diccionario de Filosofía, Ed. Ariel Barcelona, España

Hume, 1980, Del conocimiento, Ed. Aguilar, argentina

Krishnamurti, 1983, Carta a las escuelas, Ed. EDASHA, Barcelona España

Russel, B., 1983, El Conocimiento Humano, Ed. Orbis España

Rodríguez, S., 2010, Las Sociedades Americanas en Inventamos o erramos en Ed. del perro y la rana, Caracas Venezuela

 

 

Autor:

Joise Morillo,

Licenciado en Filosofía.

 

[1] Rousseau J.J, El Emilio o la Educación,

[2] Bunge M, 1977, Epistemología, Filosofía de la tecnología, Ed. Siglo xxi, BA Argentina.

[3] Mora F, J, 1994, Educación, diccionario filosófico, Ed. Ariel, Barcelona.

[4] Rodríguez, S., 2010, Las Sociedades Americanas en Inventamos o erramos en Ed. del perro y la rana, Caracas Venezuela manifiesta que "INSTRUIR no es EDUCAR ni la educación puede ser equivalente de la educación Aunque instruyendo se eduque"

[5] Russell B., 1983, El conocimiento en El conocimiento Humano, el Autor se refiere a la diferencia entre verdad y creencia, aun cuando es información obtenida no es calificable como conocimiento en sí, eso podría en un supuesto negado valido para el escepticismo o una victoria concreta para el dogmatismo aun cuando no sea verdad. Ed. Orbis, España