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Derecho fundamental de un débil jurídico

Enviado por Adán Prieto


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

    1. Origen y precedentes de la persona en la historia, en el ordenamiento jurídico y en el valor trascendente del Derecho. Persona y Derecho
    2. La Bioética actual
    3. Inciso: Declaración Universal de los Derechos Humanos
    4. Sobre la Vida y la Muerte y del desarrollo de los valores. "Noble Asesinato"
    5. Acortamiento "voluntario" de la vida
    6. Dignidad y Decisión. Débil Dignidad
    7. La diversidad humana
    8. Después de la Dignidad humana
    9. Conclusiones
    10. Bibliografía

    DIGNIDAD HUMANA Y VIDA COMO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

    Consideraciones.

    "La principal cuestión,

    la única decisiva para el futuro,

    es contar con los medios políticos, sociales e individuales,

    para aplicar los principios

    y transformar

    los derechos humanos

    en una realidad cotidiana".

    Federico Mayor

    INTRODUCCIÓN

    "La nueva tecnología es la telecomunicación y la nueva filosofía es la Bioética".

    Dr. Potter (Oncólogo -conocido como padre de la Bioética-).

    La Bioética; esa ciencia que parte de la vida misma y de los principios éticos y se hace efectiva a través de todos y cada uno de los individuos de la especie humana como una nueva filosofía, un apoyo fundamental para cada institución que desempeña la relación entre personas, médico-paciente y humana en general en las que se debe promover, mediante la enseñanza, educación, ejecución, pericia y respeto a cada uno de los derechos y libertades de las cuales gozan todas las personas por la única razón de ser personas, recogidos o no en un texto Constitucional.

    La libertad no es una consideración ondeante en un asta. La justicia no tiene por que someterse a la riqueza; y el poder y la paz entre los pueblos, debe tener por fundamento, el reconocimiento de la dignidad esencial y la promoción de los derechos por igual a todos los seres humanos. Derechos humanos. No es admisible que, en ocasiones y por desconocer sus derechos más fundamentales y humanos, el más débil ante la justicia -dígase: pobre, maltratado, mujer, ignorante o inocente- sea quien padezca o el objeto sufriente de las decisiones externas; menospreciar los derechos de otro ser humano es el comienzo de la gran cadena de actos de injusticia y desprecio para con la humanidad. La indignidad.

    Se ha hablado, discutido y proclamado; pero el temor y la miseria, son los que disfrutan real y verídicamente de la libertad de decisión y el derecho a la palabra.

    La persona es un ser esencial y humano, no existe hasta hoy otra forma distinta que no sea la de persona humana, a no ser la divina, pero dicha cavilación no nos corresponde. No es nuestro caso de estudio. Los derechos de cada persona deben ser respetados como derechos humanos y, a su vez protegidos por un régimen de derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido por la tiranía de otro hombre. La opresión.

    La Declaración Universal de los Derechos Humanos ha reafirmado de forma tajante su fe en los derechos fundamentales del hombre: libertad, dignidad, igualdad, fraternidad, vida; se ha apoyado éste en la dignidad, el valor intrínseco de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se ha propuesto el progreso social, el desenvolvimiento individual y nivel de vida dentro del espacio social. Por ello, el compromiso y salvaguardia que cada uno tenemos en este proyecto -que llamamos vida- es un deber de todos y no sólo del Estado. El Estado será garante de cumplir y comprometerse en esta cooperación de respeto efectivo y duradero de los derechos del hombre, que nacido como ideal común para que cada individuo al igual que las instituciones, promuevan y aseguren el reconocimiento y aplicación de cada principio y, de esa forma, conseguir que cada ser humano sea reconocido como persona, gozando y exigiendo los derechos que le corresponden por su sola, idéntica y específica personalidad. Única; pero igual en sus derechos, porque lo que verdaderamente diferencia al ser humano no son sus genes.

    Los seres vivos que aparecieron hace siglos, se han ido sucediendo haciéndose cada vez más complejos, gracias a procesos de mutaciones aleatorias por el que han aparecido constantemente nuevas estructuras y debido también al proceso de selección natural que ha asegurado su adaptación a un medio cambiante. La constatación de la unidad del código genético ha proporcionado la información decisiva: todo lo que vive sobre la tierra, desde las bacterias a los primates, tiene su lugar en un árbol genealógico común. Los seres humanos, estamos en el extremo de una de las ramas más jóvenes de ese árbol y nos separamos de nuestros primos, los primates, para dejar en evidencia que la especie humana posee un status diferente.

    El hombre es todo lo que debe ser desde el momento mismo de la concepción. ¿Qué otra forma de vida podría tener a no ser la humana? Mas, antes de afirmar apodícticamente, debemos preguntarnos la base de estas consideraciones: ¿qué es la vida? Biológicamente es la capacidad de una molécula de doblarse a sí misma es decir, de reproducirse. Esa capacidad se debe a su estructura de doble hélice y no tiene nada especialmente misterioso: es el producto de las mismas interacciones entre átomos que las que hay en las demás moléculas. La palabra "Vida" no define, por tanto, una capacidad específica de determinados objetos o sujetos; simplemente traduce la reacción, la reproducción y la lucha como un resultado de las mismas fuerzas naturales que intervienen en todas las cosas.

    En el caso específico del ser humano y debido al desarrollo, éste crecerá y se desenvolverá; creará sus intereses: materiales, espirituales, intelectuales y todo aquello, que como necesidades vitales necesite. Creará también una dependencia a un modo de vivir, como una forma de reflejarse a través de derechos y libertades, de acostumbrarse y de proyectar sus ideas, inquietudes dentro de una sociedad, etc., es posible que aquí sea el nacimiento del campo ético y de derechos, para poder convivir mejor. Y como principio, una "tabula rasa".

    Ese ser humano mediante la participación efectiva y cotidiana conseguirá hacer frente a la fragilidad de la vida dentro de una sociedad. Nace con unos derechos. Los llamamos y conocemos como "Derechos Humanos". Palabra prohibida, ante sus andamiajes y decorados que hoy, en el sentido más vivido de la palabra logra a veces una excelente apariencia, pero esconde, tristemente, mecanismos de poder autoritarios que nos predeterminan, igual que la cultura y la moda, el camino a seguir en cuanto a nuestros valores, libertades y derechos.

    La persona es un entramado multidisciplinar, social y vulnerable que se va desarrollando poco a poco; por ello no se trata de agotar las cuestiones en cuanto a persona, dignidad o defensa de sus derechos en estas páginas, pero sí se aspira a que lo que en ellas se contiene constituya una base mínima y segura sobre la que se pueda fundamentar unos criterios tan básicos acerca de tema tan controvertido como es específicamente el derecho y los derechos debilitados de la dignidad humana en momentos y circunstancias específicas "reales" que nos alejen, debidamente, de una percepción superflua e irreal de las teorías distantes de la vida cotidiana.

    ¿Deber? tal vez, ¿ético? debería ser. Sólo es una perspectiva que nos dirige, ineludiblemente, por medio de los valores y el justiprecio de la vida por sí misma, al fin bueno y mejor que todos buscamos. La razón bioética podríamos concluir.

    La ciencia como estudio de las realidades del mundo por sus causas próximas a través del método experimental y pragmático, exige un cauce efectivo ante la consecución de los frutos de la inteligencia y la capacidad de acción en los avances y desarrollos tecnológicos, estos, deben estar iluminados por una actitud humana y ética, debido a que la ciencia avanza más rápido que el derecho, y éste no consigue frenar, lo que en aras del progreso, vulnera cosas tan íntimas en el hombre como son sus derechos y específicamente, su dignidad. Es lógico que nos apoyemos en valores, principios y diálogos… pero ¿qué tipo de valores y principios rigen hoy nuestra vida? tal vez, estemos bajo el dominio de la globalización o la moda. No es una aseveración, es sólo una consideración.

    Las sociedades modernas han experimentado cambios sustanciales y no menos espectaculares en el último siglo, producidos por el desarrollo de la ciencia y de las técnicas en todos los aspectos de la vida. En cierto modo, "todos queremos ser iguales", compartir los mismos beneficios de la técnica, aunque muchas veces no los entendamos. Es una razón que a través de la historia y en diferentes etapas, se ha hecho parte íntima del hombre y de su quehacer, intentando explicar las realidades del mundo y al hombre mismo en su estrecha relación con su entorno, en su tiempo. El mundo siempre cambia y cambiará. Lo que hoy es verdad, mañana; quién sabe. La luna no es de queso.

    Descubrir la articulación fundamental de la vida, en todo lo que concierne específicamente al avance tecnológico, los alcances científicos y las mejoras jurídicas, que nos hacen vivir una era acelerada en la cual hechos que nos parecían imposibles o fruto de la imaginación se convierten en realidades comunes y cotidianas que no asombran ni a un niño; pero que las necesitamos para poder complementar nuestra percepción de los principios, derechos y valores como tales.

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