- Introducción
- Antigüedad
- Alcohol
- Características generales
- Tipos de Alcohol
- Concentración de alcohol y sus efectos
- Tratamiento
- Actuación en urgencias
- Prevención
- Patologías
- Asociaciones de alcohólicos
- Patologías relacionas con el alcoholismo
- Clases de bebedores
- Intoxicación por alcohol y drogas en la adolescencia
- La situación en España
- Alcoholismo y criminalidad
- Lucha antialcohólica
- Mitos e injurias sobre el alcohol
- Bibliografía
Introducción
Esta sustancia es probablemente la droga más antigua que se conoce y la primera toxicomanía en muchos países del mundo, siendo la más consumida por todos los grupos de edad, sexos y clases sociales, presente en nuestra cultura durante muchos siglos con una gran aceptación social.
Desde hace milenios el hombre fermenta productos que contienen azucares como: frutas, cereales, caña, papa y cactus. Obteniendo productos variados: vinos, licores, hidromiel, cerveza, destilados, chicha, ajenjo, vermouth, pulque, sake
Todas las épocas, todas las razas, todos los países, todas las frutas y un solo denominador común: el alcohol.
Opuestos al empleo femenino, los griegos entendían que hasta la segunda edad resultaba absolutamente intolerable la embriaguez, y solían beber vino aguado. Aumentando el consumo de esta droga a partir de los cuarenta años.
Celtas, romanos, escitas y otros pueblos antiguos no excluían a las mujeres del consumo, y algunos permitían beber desde la adolescencia. La expansión del Imperio Romano significó la primera oleada de alcoholización de la humanidad.
Edad Media
En la Edad Media, apareció la técnica de destilación en Europa de mano de los árabes, lo que supuso la posibilidad de tener bebidas alcohólicas de mayor concentración y de efectos toxicos muy rápidos.
Los alquimistas de ese entonces supusieron que el alcohol era el tan buscado elixir de la vida. Por tanto, se le consideró un remedio para prácticamente todas las enfermedades, como lo indica el término whisky ("agua de la vida"). El proceso de destilación pronto se expandió y esto supuso la segunda epidemia de alcoholización.
3. Siglos XVII, XVIII, XIX
En los siglos XVII, XVIII y XIX se desarrollaron los procedimientos de la crianza de los vinos y licores y la aplicación de las técnicas científicas culminaron cuando Pasteur descubrió la intimidad del proceso de fermentación, iniciándose la llamada enología científica.
A lo largo del siglo XIX, la práctica científica de la medicina dirigió su mirada hacia los efectos del alcohol. Entre los primeros problemas médicos abordados desde ese planteamiento estaba el abuso del alcohol. Debemos a dos médicos, Thomas Trotter y Benjamin Rush, la primera aportación importante; consideraron el alcoholismo como una enfermedad crónica y una amenaza para la vida.
Los estudios clínicos del siglo XIX perfilaron el cuadro clínico y la base patológica del abuso del alcohol. Así, se comenzó a hablar de que el consumo habitual y continuo de bebidas alcohólicas dañaba el hígado y producían disfunciones mentales. Las exposiciones de Rush al respecto, ayudaron a llevar a cabo la Prohibición Americana, que se extiende desde 1919 hasta 1933.
En esta etapa también debemos tener en cuenta la introducción de bebidas alcohólicas de alta graduación en culturas no habituadas, proceso que tuvo lugar en muchos episodios de la colonización de los países del hemisferio sur, resultando ser para estas culturas plagas introducidas por la "civilización"
4. Época Industrial
En la época industrial, y con la masificación de las ciudades, se produce una demanda generalizada de alcohol, dando lugar a la tercera oleada de alcoholización y, según algunos autores, la existencia del alcoholismo como problema social al poder adquirirlo de forma sencilla y convertirse en un factor, en muchos casos, para la integración social.
5. Medidos del siglo XX y actualidad
A partir de mediados del siglo XX se puede diferenciar una cuarta oleada de alcoholización. Las causas pueden ser los movimientos migratorios, los medios de comunicación de masas, la explosión consumista, el "estrés", etc. En la actualidad se reconoce que el valor terapéutico del etanol es relativamente limitado y que su ingestión crónica en cantidades excesivas es un problema social y médico de primer orden.
No obstante, la sociedad y la ciencia están buscando estrategias tanto farmacológicas como comportamentales para combatir el alcoholismo.
6. La religión
La mayoría de las religiones, como el budismo, islamismo, etc., menosprecian el alcohol. El vino sólo logró alto respeto en la religión judía, que lo hace protagonista en ceremonias sociales. Al igual, ocurre con el cristianismo que lo elevó a sangre de Cristo, provocando así su difusión entre la población a lo largo de la historia y creando un hábito en todos los católicos practicantes.
El alcohol es desde un punto de vista químico, aquel compuesto orgánico que contiene el grupo hidroxilo unido a un radical alifático o a alguno de sus derivados. En este sentido, dado que se trata de un compuesto, existen diversos tipos de alcoholes.
En el lenguaje cotidiano denominamos alcohol al compuesto químico etanol también nombrado alcohol etílico. Se trata de un líquido incoloro, volátil, miscible en agua, obtenido a partir de la fermentación de carbohidratos en presencia de levadura, cuyo punto de ebullición es 78 ºC.
La formula química del alcohol etílico es CH3-CH2-OH. Este compuesto se utiliza para preparar las bebidas alcohólicas. Las cuales pueden producirse por fermentación (como el vino y la cerveza) o por destilación (como el licor). El porcentaje de alcohol etílico presente en cada bebida puede variar: la cerveza presenta aprox. un 5 % de alcohol, el vino 15% y los licores pueden tener hasta 50% de etanol.
Desde el punto de vista fisiológico, el alcohol se absorbe rápidamente en el estómago e intestino delgado, se metaboliza en el hígado y el resto se elimina por el aire espirado, la orina y el sudor.
La trasformación del alcohol ocurrida en el hígado por efecto de la enzima alcoholdeshidrogenasa y el proceso, se realiza a razón de 100mg por kilo de peso corporal y por hora. El exceso de alcohol no digerido por el hígado, es "quemado" por otras células que generalmente mueren en el esfuerzo.
Antes de llegar al hígado, el alcohol se acumula en la sangre por absorción digestiva. Entra en el torrente sanguíneo muy fácilmente y cruza también la barrera hematoencefálica que recubre el cerebro.
Algunos de los efectos neuroquímicos del alcohol son:
1. Aumento de la actividad de la norepinefrina y la dopamina.
2. Disminución de la transmisión en el sistema de acetilcolina
3. Incremento de la transmisión en el sistema GABA
4. Incremento de la producción de beta-endorfinas en el hipotálamo.
Según la cantidad ingerida se van a producir una serie de síntomas:
Desinhibición, labilidad emocional, incoordinación motora y aumento de la base de sustentación, evolucionando a ataxia, disartria, diplopia, náuseas, vómitos, sensación vertiginosa, estupor progresivo, habla ininteligible, evolución al coma con hipotermia, bradicardia e hipotensión.
Además el aliento a alcohol es constante siendo de mayor intensidad a mayor grado de embriaguez.
Cabe destacar, que el alcohol etílico es una droga psicoactiva para los seres humanos. Su consumo produce en principio una sensación de alegría. Al tiempo, el individuo puede sufrir problemas de coordinación y tener la visión borrosa. Con un consumo excesivo es posible alcanzar un estado de inconsciencia y en un nivel extremo, llegar a la muerte por envenenamiento o por depresión respiratoria.
Dosis tóxica: 3-5 gr / Kg (100 mg/dl en plasma)
Por lo tanto, el alcohol en pequeñas cantidades estimula y da energía pero en cantidades mayores intoxica. Estas consecuencias negativas del alcohol para el organismo hacen que la mayoría de los países prohíba el consumo de bebidas alcohólicas a los menores de cierta edad (18 0 21 años) y sancione con multas el exceso de graduación en conductores o detenidos en la vía pública.
El etanol es una sustancia con unas cualidades físicas y biológicas que le hacen perjudicial para el organismo humano:
a) Es MISCIBLE en agua lo que le permite llegar a cualquier célula del organismo y rebasar las barreras lipídicas que se oponen a su penetración
b) Es TÓXICO por encima de determinadas concentraciones, en especial el aldehído acético por su reactividad química, siendo una sustancia muy dañina
c) Es ENERGÉTICO genera a través del metabolismo oxidativo 7.2 Kcal, aunque no tiene utilidad plástica, genera un consumo de elementos clave en la cadena metabólica y altera notablemente el equilibrio bioquímico del organismo.
d) Es INCOLORO por lo que se le añaden sustancias y aromas para favorecer su ingesta que en ocasiones incrementan su grado de toxicidad.
Características químicas
1. Etanol2. alcohol etílico3.formula molecular: C2H6-0 C2H5OH.4. peso molecular: 46.075. Obtención, por fermentación del azúcar, del almidón, oxidación del metano, hidrolisis del sulfato de etilo.6. Es un líquido claro, sin color, inflamable, olor agradable, gusto quemante, absorbe agua del ambiente.7. densidad a 20 grados centígrados= 0.7898. Punto de ebullición= 78.5 grados centígrados.9. Miscible con agua, la mayoría de líquidos orgánicos.10. PRECAUCION: NO COLOCARLO CERCA DE LLAMAS, INFLAMABLE.11. USOS: Bebidas alcohólicas, solvente en la industria, manufactura de productos farmacéuticos, manufactura de cosméticos, en síntesis orgánica, como aditivo
El metanol es un líquido incoloro, cuyo punto de ebullición es 65ºC, miscible en agua en todas las proporciones y venenoso (35 ml pueden matar una persona). Se usa como solvente. (conocido como "alcohol de madera" puede causar ceguera pues daña el nervio óptico).
Las bebidas alcohólicas adulteradas de forma fraudulenta presentan esta sustancia en sustitución del etanol. Se caracterizan por su bajo precio, escasa calidad y el poco cuidado higiénico en su elaboración ya que a menudo se reutilizan botellas de marcas conocidas. Las bebidas adulteradas pueden ser muy peligrosas ya que se elaboran con tipos de alcohol que nos son aptos para el consumo humano, provocando severos daños en la salud. Este producto resultante es el denominado "garrafón".El isopropílico se utiliza como antiséptico (no apto para consumo humano)
El etanol único alcohol apto para el consumo humano, se consigue por fermentación de materia vegetal, obteniéndose una concentración máxima de 15% en etanol. Por destilación se puede aumentar esta concentración hasta el 98%.El butílico su uso es industrial (no apto para consumo humano)
Tipos de bebidas
Fermentadas. La fermentación es un proceso natural que se lleva a cabo cuando el jugo de frutos y cereales queda expuesto al aire durante un tiempo determinado; así, por la acción de unos hongos microscópicos llamados levaduras, el azúcar que contienen se transforma en alcohol fermentado. Son ejemplo bebidas con bajo o medio contenido de alcohol que pasan por un cambio químico natural al exponer frutos, cereales, raíces o savia a ciertas condiciones de temperatura y tiempo. Las más comunes son: la cerveza, el pulque y la sidra (2 a 6 gl* de alcohol) y el vino (6.1 a 20 gl* de alcohol)
Destiladas. La destilación consiste en hervir el alcohol fermentado. El vapor que se obtiene es condensado y pasado por un tubo de enfriamiento para convertirlo otra vez en líquido con una mayor concentración de alcohol. En su preparación, se separa el alcohol de otros componentes eliminando el agua, lo que las hace más concentradas. Entre las más comunes están: El tequila, el aguardiente, los licores, el ron, el whisky, el brandy y el mezcal (21 gl* a 40 gl* de alcohol)
*gl = Los grados Gay Lussac son la medida de alcohol contenida en volumen, es decir, equivale al porcentaje de alcohol en una bebida. La fórmula matemática para calcular los grados alcohólicos en una bebida es: 100 X volumen de alcohol / volumen total
Concentración de alcohol y sus efectos
La cantidad de alcohol en nuestro torrente sanguíneo se conoce como concentración de alcohol en la sangre (CAS), se mide en porcentajes a través de muestras de aliento, de sangre o de orina. Por ejemplo, una CAS de 0.10% quiere decir que se tiene una parte de alcohol por 1000 partes de sangre.
El alcohol llega al cerebro a través de la sangre; por lo tanto, a mayor contenido de alcohol, se experimentan diversos cambios que pueden conducir a la embriaguez o intoxicación.
Diferencias por género: Con la misma dosis de alcohol una mujer se intoxica más rápidamente que un hombre, esto se debe a que ellas tienen más tejido graso, menos agua y sangre en el cuerpo. Además fisiológicamente, el hígado de la mujer tiene menor capacidad para asimilar el alcohol.
Intoxicación alcohólica aguda
Como definición principal de intoxicación alcohólica aguda se toma:" consumo reciente de cantidades importantes de alcohol". Este consumo excesivo puede producirse tanto en consumidores no habituales de alcohol como en los habituales, dividiendo éstos últimos en bebedores excesivos y no excesivos.
La intoxicación alcohólica aguda típica es tan patológica como la atípica, aunque los manuales de enfermedades le den a la última tal catalogación, ya que ésta se produce con un consumo relativamente escaso de alcohol por una predisposición personal, o bien, deberse a una disfunción hepática secundaria, causada, incluso por un consumo intenso u/o prolongado.
A pesar de la gravedad que conlleva, se trata de una patología de las más comunes a nivel mundial, hecho que explica la elevada frecuencia con que el alcohol participa en accidentes de tráfico (ya que el riesgo de sufrir un accidente mortal de tráfico se duplica si se conduce con alcoholemias de 50 mg/dl y es cinco veces mayor si se alcanzan los 80 mg/dl) y entre los accidentes del tipo de incendios, intentos de suicidio, agresiones, homicidios, etc
El componente principal del alcohol es el etanol que ejerce su acción sobre las neuronas del sistema nervioso central al incorporarse a sus membranas y desorganizar su estructura bilaminar. Este fenómeno altera la conformación lipídico-proteica y modifica sus propiedades electrofisiológicas, y otras funciones, entre las cuales se cuentan las inherentes a los receptores y a los canales iónicos integrados en la membrana.
Este es el mecanismo universalmente aceptado para justificar el efecto inhibidor del etanol sobre el funcionamiento del sistema nervios central. El hecho de que en las primeras etapas de la intoxicación alcohólica exista un estado de estímulo intelectual se debe a la presión ejercida sobre los sistemas inhibidores de la formación reticular que controlan la actividad cortical.
El etanol produce efectos neurotóxicos en sujetos no habituados a beber a partir de alcoholemias de 50 mg/dl. Los sujetos con tolerancia suelen mantener conductas normales con tasas de alcoholemias muy superiores.
Así mismo el consumo simultáneo de diversos medicamentos, especialmente si tienen efecto sedante, puede incrementar los efectos embriagantes del alcohol, y lo mismo sucede si se consumen a la vez con otras drogas de abuso como opioides, cannabis y ácido gammahidroxibutírico. Por el contrario, la cocaína, las anfetaminas y el MDMA reducen la sensación subjetiva de embriaguez, pero no mejoran el rendimiento neurológico, por lo que el riesgo de accidente aumenta y también la aparición de conductas violentas.
Una intoxicación etílica aguda consta de cuatro fases:
fase de excitación
fase de embriaguez
fase comatosa
Fase bulbar o de muerte
Estos grados de intoxicación son similares en los sujetos con tolerancia, pero incrementando en unos 100 mg/100ml la tasa de alcoholemia.
Fases de la intoxicación etílica
1. Fase de excitación
– Alcoholemia mayor de 50 mg/100ml: no hay alteraciones detectables, pero puede haber una ligera descoordinación motora. Muchas personas en esta etapa notan cambios en su estado psíquico y emocional que no consiguen exteriorizar.
– Alcoholemia entre 50 y 75 mg/100ml: causa un efecto ansiolítico, sensación de relajación. Hay una ligera, pero evidente incoordinación motora y alteraciones sensoriales. La conducción ya se considera peligrosa en este estado.
– Alcoholemia entre 75 y 100mg/100ml: tendencia sujetiva a la comunicación con los demás. La conducción es decididamente peligrosa.
– Alcoholemia entre 100 y 150 mg/100ml: cambio evidente del estado anímico y de la conducta. Se produce un descenso de la autocrítica, ataxia incipiente (pérdida de coordinación) y nistagmus (movimiento involuntario e incontrolado de los ojos).
– Alcoholemia entre 150 y 200 mg/ml: desinhibición, manifestación de los rasgos profundos de la personalidad como pueden ser la sociabilidad jocosa, la agresividad, o la inhibición. También se observa disartria (dificultades en el habla), ataxia y alteraciones en el curso del pensamiento.
Esta fase de excitación es la más comúnmente conocida como el "puntillo", fase que en general, busca el consumidor de alcohol, aunque un consumo rápido de varias bebidas puede llevarle a la siguiente fase, la de embriaguez.
Por otra parte, el alcohol también está catalogado como la droga de la sociabilidad, ya que aparentemente facilita el diálogo y las relaciones interpersonales. Sin embargo, eso no es así, ya que el sujeto intoxicado tiende a dar más importancia a la manifestación de sus propias vivencias que al análisis de los demás, y en un grupo de sujetos que van incrementando su tasa de alcoholemia se va apreciando una mayor tendencia a las interrupciones, hasta que acaban en un caso de monólogos simultáneos.
2. Fase de embriaguez: se alcanza con alcoholemias entre 200 y 300 mg/dl. El habla incoherente y entrecortada, y la incapacidad para caminar, son muy intensas y el sujeto es incapaz de ejecutar una conducta adecuada y orientada a un objetivo. Hay una intensa sensación vertiginosa, náuseas y vómitos frecuentes.
3. Fase comatosa: se alcanza con alcoholemias que rebasan los 300 mg/dl. Hay estupor creciente, incapacidad para la bipedestación, habla ininteligible y evolución hacia el coma, con hipotermia, bradicardia e hipotensión. En esta fase puede producirse la muerte por parada respiratoria.
Su duración no suele durar las 12 horas, en función de la velocidad de eliminación de alcohol que tenga cada individuo, por lo que, si se prolonga más tiempo, habría que insistir en la detección de otros trastornos tóxicos o neurológicos subyacentes.
4. Fase bulbar o de muerte: la tasa de alcoholemia se eleva hasta los 500 mg/dl. El individuo sufre shock cardiovascular, inhibición del centro respiratorio, parada cardiorrespiratoria y por último la muerte.
Sin embargo, no todas las personas sufren y experimentan estas fases antes de llegar a una intoxicación etílica aguda, ya que existen algunas excepciones.
Hay individuos que con dosis bajas de etanol desarrollan un cuadro de agitación extrema, con conducta muy violenta y destructiva, seguida de un período de sueño profundo tras el cual no recuerdan nada de lo ocurrido. Esta embriaguez atípica se denomina "borrachera patológica" y parece depender de una predisposición personal.
En otras ocasiones, la ingestión de alcohol puede originar o agravar un cuadro depresivo con pérdidas de las inhibiciones habituales, lo que favorece y facilita el suicidio.
Otras veces, la intoxicación se asocia a una crisis de ansiedad o ataque de pánico.
Por último, la intoxicación también conlleva un efecto secundario inmediato, la RESACA, que se suele manifestar a las pocas horas o al día siguiente de la ingesta. Sus síntomas varían en función del tipo de bebida alcohólica ingerida, su grado etílico, la edad o el peso del individuo.
Por lo general, se dan los siguientes síntomas:
cefalea constante y profunda.
zumbidos en los oídos.
malestar general
sed intensa
disuria hídrica
irritación de la mucosa gástrica
cansancio y debilidad muscular
El alcohol tiene un efecto diurético debido a que inhibe la producción de la hormona antidiurética que tiene por misión reabsorber agua en el riñón. Por eso, se produce la tendencia de orinar más cuando se ingiere alcohol.
Para mitigar los efectos de la resaca lo principal es hidratarse, es decir, beber agua antes de dormir en cantidad superior a la bebida alcohólica ingerida. No se evitará que se manifiesten los efectos de la resaca pero al menos se atenuarán bastante.
Asimismo, con el alcohol se elimina glucógeno, un componente del que se obtiene la glucosa, por lo que es importante comer algo después de una ingesta excesiva de bebidas alcohólica para compensar esa perdida.
Como principales consejos, se pueden citar:
beber grandes cantidades de agua antes de acostarse
comer algo azucarado como fruta o alguna bebida isotónica que aporten glucosa y sales minerales.
tomar algún fármaco para aliviar el malestar general como el paracetamol así como antiácidos para mitigar la irritación gástrica.
Valoración intoxicación etílica aguda
Para valorar diagnósticamente una intoxicación etílica aguda, la recogida de la anamnesis se ve dificultada por el estado del paciente y porque muchas veces no tiene acompañantes fiables que digan una versión correcta de los hechos. Por eso, es necesario llevar a cabo además una exploración física con el fin de detectar traumatismos, trastornos cardiacos, reacciones peritoneales o localidad neurológica. Es necesario evaluar periódicamente al paciente, ya que la persistencia de un trastorno del estado de conciencia al cabo de varias horas indica que hay una lesión neurológica de otro origen. La posibilidad de un hematoma subdural debe tenerse en cuenta y de su rápida detección depende el pronóstico vital.
Así mismo, un alcohólico crónico puede ver agravados sus problemas metabólicos durante una intoxicación y desarrollar hipoglucemia, cetoacidosis alcohólica, infecciones como la neumonía o trastornos de la termorregulación (tanto por exceso como por defecto).
Ante una intoxicación no existe un tratamiento concreto, ya que según la fase en la que se encuentre el individuo, se actuará de una forma u otra.
Durante la fase de excitación de una borrachera no se suele recurrir a ningún tratamiento específico, sólo se limita a la observación hasta que ceda el efecto. No hay medidas que aceleren la metabolización del etanol, y el lavado gástrico o el carbón activo carecen de utilidad. En ocasiones, cuando el intoxicado se vuelve agresivo o agitado se procede a la sujeción física o a la sedación, la cual hay que prestar especial importancia porque puede producir hipotensión y depresión respiratoria
Es necesaria una valoración analítica básica (ionograma, calcio, magnesio, osmoralidad, glucemia, gasometría ) para corregir los posibles desequilibrios que puedan existir. También es recomendable extraer y conservar muestras de sangre y orina para determinar la tasa de alcohol, así como el posible consumo de otras sustancias psicoactivas que se hayan tomado simultáneamente.
El caso de un paciente alcohólico en coma, constituye una urgencia médica. Hay que asegurar una vía venosa, la vía aérea (con intubación si es necesario) y el equilibrio hidroiónico. En esta fase, resulta útil la determinación de alcoholemia, ya que la hemodinámica puede utilizarse en casos de intoxicación muy intensa.
Una vez superada la intoxicación, y si ésta no ha sido un episodio esporádico, el paciente debe ser puesto en vías de intentar resolver su problema alcohólico, y de recibir el tratamiento adecuado para las posibles complicaciones orgánicas crónicas de su alcoholismo.
Cuando el paciente intoxicado se presenta en urgencias como una emergencia aguda la actuación inicial debe ser como la de cualquier paciente crítico, priorizando las medidas de reanimación y la estabilización de las funciones vitales. La anamnesis para identificar los tóxicos implicados, una exploración clínica rápida con atención especial a los signos vitales, y la aplicación de medidas de reanimación, si son necesarias, deben realizarse simultáneamente.
1) Soporte vital y estabilización inicial.
Soporte respiratorio: Garantizar la vía aérea permeable, administrar oxígeno (si fuese necesario) e intubación orotraqueal si hay parada respiratoria..
Monitorizar las constantes vitales: Frecuencia cardiaca (FC), frecuencia respiratoria (FR), tensión arterial (TA), temperatura central (Tª R).
Soporte hemodinámico: Obtener un acceso intravenoso si la intoxicación lo precisa, administrando en caso de shock: suero salino fisiológico (10-20 cc/Kg). Tratar las arritmias si las hubiera, así como la hipo o hipertermia y corregir la acidosis.
Soporte neurológico: Si el paciente está agitado o presenta convulsiones administrar diazepan IV (0.3 mg/Kg).
Si el paciente se encuentra en coma o con depresión de la conciencia
Además de mantener la vía aérea libre, oxigenoterapia, colocar una sonda nasogástrica y canalizar una vía venosa. Se debe realizar una glucemia y si existe hipoglucemia administrar glucosa IV.
2) Identificación del tóxico.
Se debe hacer una anamnesis detallada interrogando al propio enfermo si es posible, a sus familiares o amigos y al personal sanitario que haya realizado el traslado acerca de posibles tóxicos (alcohol u otras drogas) ingeridas, o administradas por otra vía y sus cantidades lo más aproximadas posible, restos encontrados cerca del paciente, tiempo aproximado desde el contacto con el tóxico, vómitos durante el traslado, tiempo de evolución de los síntomas, antecedentes y tratamientos previos.
Además se debe realizar una exploración física completa, desnudando al paciente con atención especial a las constantes vitales (FC, FR, TA, Tª), al nivel de conciencia y al comportamiento, las pupilas, olores del aliento y de las ropas, signos de venopunción, coloración e hidratación de piel y mucosas, perfusión periférica, arritmias, respiración, motilidad intestinal.
Si la intoxicación es moderada o severa o la historia es poco clara se deben realizar pruebas complementarias: Hemograma, glucemia, iones, equilibrio
ácidobase, función renal, anión gap, osmolaridad,
Entre las pruebas complementarias estarían además indicadas:
– Análisis toxicológico: análisis cualitativo en orina (cannabis, cocaína, opiáceos, anfetaminas, benzodiacepinas). Los alucinógenos no se determinan habitualmente en examen rutinario de orina, se necesitan técnicas más sofisticadas tipo
ELISA, radioisótopos,…
– Electrocardiograma: en caso de intoxicación severa por tóxicos desconocidos
o por tóxicos que pueden producir arritmias.
– Radiografía de tórax: En caso de sospecha de aspiración, de edema agudo
de pulmón, intoxicación por tóxicos que provocan neumonitis.
– Radiografía de abdomen: en el caso de sospecha de paquetes de drogas ilegales.
3) Tratamiento específico del tóxico
a) Impedir la absorción:
1. – Lavado gástrico.
2. – Carbón activado.
3.– Lavado intestinal total
b) Aumentar la eliminación.
1. – Depuración renal.
2. – Depuración extrarrenal.
4) Tratamiento sintomático:
Conocer los síntomas específicos de la intoxicación etílica para saber responder de forma adecuada ante un caso de esta índole.
5) Criterios de ingreso
Si la intoxicación es leve o presenta escasos síntomas se mantiene en observación de 4 a 6 horas y si está asintomático se le puede dar el alta.
A pesar de que nuestro principal objetivo es tratar la intoxicación desde el punto de vista de la urgencia, no podemos dejar de lado la prevención.
– Prevención primaria, en forma de educación sanitaria que pueda evitar el consumo de sustancias tóxicas. Estos elementos de protección son: información, reforzar las relaciones de familia, escuela y comunidad, crear hábitos saludables y modelos de conducta positiva, atención en situaciones de estrés social, crear un medio ambiente social positivo.
– Prevención secundaria, consiste en la detección precoz del uso de sustancias para poder intervenir en el adolescente y su entorno
¿Cómo se instaura la dependencia?
LaL | La dependecia es una enfermedad en la cual la persona siente una gran necesidad de ingerir alcohol, no es capaz de limitar el consumo de la bebida, necesita tomar mayores cantidades para conseguir el mismo efecto y padece síntomas de abstinencia al dejar de usar alcohol. La dependencia del alcohol afecta la salud física y mental, y causa problemas con la familia, los amigos y el trabajo. Generando la aparición de una enfermedad crónica llamada alcoholismo. Su causa es el consumo sin control de bebidas alcohólicas, siendo así una drogodependencia. |
La adición a esta sustancia, es diferente a otras drogas, ya que en el alcohol, el nivel de tolerancia es mucho menor, cuando hablamos de tolerancia nos referimos a la necesidad de aumentar considerablemente las cantidades ingeridas de alcohol para conseguir alcanzar el estado deseado. Parece ser, que tras el consumo recurrente disminuye el efecto del alcohol y las dosis que normalmente producían embriaguez ya no son suficientes y la persona necesita tomar más alcohol. Cuando esto ocurre así, decimos que la persona ha desarrollado "tolerancia" a los efectos del alcohol. Por lo tanto, los bebedores habituales no necesitan grandes dosis para alcanzar los efectos deseados. Es llamativa la experiencia de bebedores que de pronto se encuentran mucho más intoxicados, ante una cantidad de alcohol, que creían soportar sin que les afectase a su vida cotidiana.
Por otra parte, es interesante tener en cuenta que el alcohólico, sobretodo aquel que aún no ha desarrollado dependencia física, va a volver en un momento u otro a la bebida, favoreciendo así tal dependencia, mientras que la psíquica ya está instaurada. El sujeto necesita beber, ayudarse de la bebida para enfrentarse a problemas de la índole que sea, y en definitiva para funcionar con éxito como ser social.
Síndrome de abstinencia
El síndrome de abstinencia es el conjunto de reacciones físicas o corporales que ocurren cuando una persona con adicción a una sustancia (alcohol o bebidas con etanol, tabaco u otras drogas) deja de consumirla.
Aunque los síntomas varían en forma e intensidad de acuerdo con el producto empleado y el tiempo que lleva desarrollándose la dependencia, en todos los casos se deben a que se ha alterado el funcionamiento normal del sistema nervioso.
En términos generales, las sustancias adictivas poseen compuestos semejantes a los neurotransmisores (compuestos químicos empleados por las neuronas para comunicarse entre sí) encargados de desencadenar la actividad de los centros cerebrales de recompensa o placer, los cuales permiten la expresión de emociones gratificantes como entusiasmo, alegría y serenidad. Precisamente por ello hay quienes los utilizan para enfrentar momentos difíciles.
Pero, el uso frecuente de drogas, tabaco o alcohol exige cantidades cada vez mayores para lograr el mismo efecto; a este hecho se le conoce como tolerancia, y ocurre porque las sustancias adictivas sustituyen gradualmente la creación de neurotransmisores que desencadenan sensaciones de bienestar. En consecuencia, el paciente pierde la capacidad de experimentar gozo y tranquilidad de manera natural, y crea una dependencia o consumo compulsivo para no sufrir una serie de males tales como:
ansiedad
depresión
dificultad para pensar con claridad
fatiga
alteración o nerviosismo
sensación de temblor
dolor de cabeza, general, pulsátil
insomnio (dificultad para conciliar el sueño y permanecer dormido)
irritabilidad o excitabilidad fácil
Inapetencia
náuseas
piel pálida
palpitaciones (sensación de percibir los latidos cardíacos)
cambios emocionales rápidos
sudoración, en especial en la cara o en las palmas de las manos
vómitos
dolor torácico
fiebre
dolor estomacal
Cabe destacar que el abuso de sustancias no siempre crea dependencia física, sino psicológica, la cual se basa en el deseo continuo de consumir un químico para hacer frente a situaciones que generan malestar. Aunque también es muy difícil de superar, tiene la peculiaridad de que cuando se deja de emplear la droga no se manifiestan cambios en el organismo, es decir, no hay síndrome de abstinencia, sólo alteraciones emocionales y de conducta.
Los síntomas del síndrome de abstinencia siempre dependerán de la sustancia utilizada, en este caso nos referiremos al síndrome de abstinencia del alcohol.
El síndrome de abstinencia en bebedores relativamente moderados comienza de 12 a 24 horas después de haber dejado de beber, y sus síntomas son: temblor, debilidad, escalofríos, dolor de cabeza, deshidratación y náuseas (idénticos a los de una cruda o resaca, pero de mayor duración e intensidad). También es común el deseo de volver a ingerir esta sustancia.
En grandes bebedores, además de lo anterior, puede producirse un evento más grave, llamado delírium tremens, que ocurre entre 2 y 10 días después de dejar de ingerir alcohol y que puede ser mortal. En principio, el paciente se muestra ansioso, desorientado, con pesadillas, sudoración excesiva, alteraciones en el tacto y depresión profunda; en ocasiones el pulso se acelera, hay fiebre, convulsiones (epilepsia alcohólica) y alucinaciones. También parece que el suelo se mueve, la cama gira o las paredes caen.
Si hay deficiencia de vitaminas llegan a presentarse, después del delirium tremens el síndrome de Korsakoff, Este síndrome se caracteriza por una pérdida de memoria tanto anterógrada (nuevos aprendizajes) como retrógrada (hechos pasados). Las demás funciones intelectuales quedan preservadas. Puede ir asociado a la encefalopatía de Wernicke.
Encefalopatía de Wernicke, que genera movimientos anormales de ojos y extremidades, confusión y cambios de carácter.
¿Qué es el delirium tremens?
Representa la mayor expresión de la privacidad del alcohol en las personas con dependencia.
El delirium tremens se caracteriza por presentar componentes neurosiquiátricos como el temblor, alucinaciones, confusión, agitación y signos de hiperactividad autonómica, tales como midriasis, diaforesis, taquicardia y taquipnea.
Generalmente se produce 48 a 96 horas después de haber bebido por última vez y suele resolverse en 3 a 5 días. Se trata de una afección grave con un riesgo de morbilidad elevado puesto que estos pacientes son susceptibles de padecer hipomagnesemia, hipoglicemia y deshidratación debido a la fiebre, la diaforesis y los vómitos.
Los síntomas se presentan con mayor frecuencia dentro de las primeras 72 horas después de la última bebida. Los síntomas pueden empeorar rápidamente y pueden abarcar:
Temblores corporales
Cambios del estado mental
agitación, irritabilidad
confusión, desorientación
disminución del período de atención
disminución del estado mental
sueño profundo que persiste durante un día o más
estupor, somnolencia, letargo
suele ocurrir después de síntomas agudos
delirio (pérdida severa y aguda de las funciones mentales)
excitación
miedo
alucinaciones (las más comunes son ver o sentir cosas que no existen)
alta sensibilidad a la luz, los sonidos, el tacto
incremento de la actividad
rápidos cambios en el estado de ánimo
inquietud, excitación
Convulsiones
más comunes durante las primeras 24 a 48 horas después del último trago
más comunes en personas con complicaciones previas por abstinencia alcohólica usualmente, convulsiones tonicoclónicas generalizadas
Estos síntomas son más marcados durante la noche como ocurre con los cuadros de delirium. El curso evoluciona hacia la resolución espontánea en 5-7 días, algunos enfermos, se normalizan en 1-3 días, mientras que en otros se prolonga el cuadro durante 2 semanas.
No obstante los síntomas del delirium tremens pueden ser tratados farmacológicamente, con el fin de reducir sus efectos.
TRATAMIENTO
Debe iniciarse lo más pronto posible. El fármaco indicado es el diazepam. Se aconseja administrar 10 mg IV en 3 a 5 minutos. Si pasados 20 minutos el paciente no se ha tranquilizado pueden aplicarse 5 mg IV.
El tratamiento suprime los síntomas, pero no ha demostrado tener efecto sobre la duración del delirium tremens. Lo indicado es la clorpromacina IM en dosis de 25 mg iniciales seguida a la hora por 50 a 100 mg, según responda.
Los pacientes deben ser monitorizados y vigilados cuidadosamente para prevenir la broncoaspiración y el agravamiento de los trastornos en el ritmo cardíaco. Los líquidos parenterales están generalmente indicados para conservar el equilibrio hidroelectrolítico.
En el caso que se detecte una hipomagnesemia, no infrecuente en los alcohólicos, se sugiere utilizar solución de sulfato de magnesio al 50% en dosis de 1 amp. de 2 ml cada 6 horas, de acuerdo a las concentraciones séricas, y diluida en 20 ml de dextrosa al 5% .
MANEJO DEL PACIENTE CON DELIRIUM TREMENS |
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EL ALCOHOLISMO
Es un proceso patológico que queda definido por el conjunto de lesiones orgánicas y trastornos psíquicos originados por el consumo repetido y continuado de bebidas alcohólicas. Según la O.M.S el alcoholismo se define como un trastorno crónico de la conducta caracterizado por la dependencia hacia el alcohol expresado a través de dos síntomas fundamentales: la incapacidad de detenerse en la ingestión de alcohol y la imposibilidad de abstenerse de alcohol.
Se llama alcohólico a aquellas personas que beben en exceso y que dependen del alcohol al grado tal de provocar un trastorno mental evidente o de intervenir en su salud mental y física. .
FORMAS DE ALCOHOLISMO
Existen dos formas de alcoholismo: El alcoholismo Agudo y el Alcoholismo Crónico.
ALCOHOLISMO CRÓNICO: Se produce por el consumo habitual de moderadas dosis de alcohol. El alcohólico presenta trastorno del carácter (desconfianza, irritabilidad, con periodos depresivos que pueden llevarlo al suicidio). Todos los órganos resultan afectados, sobre todo el sistema nervioso. Temblor en las manos, alteraciones digestivas que pueden derivar al cáncer, etc. Puede llegar al delirium tremens que lo conduce a la muerte.
ALCOHOLISMO AGUDO: Llamado también embriaguez o ebriedad, es transitorio. Consiste en una crisis pasajera que va desde la euforia (bebida alegre) a la tristeza (bebida triste) hasta la pérdida de la razón, marcha titubeante mareos, náuseas y vómitos.
TRATAMIENTO DEL ALCOHOLISMO
Para tratar el alcoholismo existen hoy día tres tipos de tratamientos:
Tratamiento médico-psiquiátrico (farmacoterapias)
Tratamiento psicológico (psicoterapias)
Apoyo social (tipo asociaciones Alcohólicos Anónimos)
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