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La Gestión Educativa en el proceso de formación del Registrador de la Propiedad


  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusiones
  4. Bibliografía consultada

Contribución de la Economía de la Educación y la Gestión Educativa a la investigación sobre el proceso de formación del Registrador de la Propiedad.

Introducción

Cuando un estudiante ingresa a la enseñanza universitaria, específicamente a cursar la carrera de Licenciatura en Derecho, y lo digo con conocimiento de causa, no se siente identificado en ese primer momento, y es muy probable que tarde en hacerlo un par de años, con la función enormemente importante que va a realizar en el futuro. Mucho menos comprenderá en ese inicio, cuál es el objeto de trabajo de la profesión jurídica, a pesar de haber apostado todo por esa carrera y haber luchado arduamente por alcanzarla durante toda una enseñanza precedente. Y es que no puede ser diferente esta situación a ese incipiente nivel de formación, si hasta para quienes ya sumamos años de graduados a veces nos resulta complejo determinar cuál es el objeto, campos de acción, esferas y modos de actuación del jurista, a pesar de estar bien diseñados estos elementos en el modelo del profesional contenido en el Plan D de estudios que se encuentra vigente en estos momentos.

En términos muy generales y abstractos el objeto del trabajo de la profesión jurídica recae sobre "el sistema jurídico y político del país, en la dirección de integrarlo, aplicarlo, desarrollarlo y perfeccionarlo para alcanzar la justicia social y la libertad de cada uno en el armónico ejercicio de la libertad de todos".

En esencia, el objeto de trabajo del jurista está presente en las áreas fundamentales en que se expresan las relaciones jurídicas, y que constituyen los campos de acción del jurista, ellas son: las constitucionales; las civiles; las familiares; las administrativas; las empresariales; las laborales y de seguridad social; las internacionales en los ámbitos público y privado; las penales; y las procesales.

El Jurista labora como tal en diversas esferas del sistema de Derecho, que constituyen sus esferas de actuación. En general puede laborar en:

También podrán trabajar como docentes en actividades académicas de la educación superior.

Pero la compleja urdimbre de relaciones que constituyen el sistema de Derecho y la amplísima red de lugares en que puede desempeñarse el jurista no pueden hacernos perder de vista los elementos comunes, las acciones y habilidades generales y esenciales que deben tener los egresados para poder afirmar que disponen de una formación básica e integral.

Haciendo pues una valedera generalización de las multifacéticas actividades del jurista podemos distinguir con claridad cuatro grandes modos de actuación del egresado:

  • La asesoría.

  • La representación.

  • El control y preservación de la legalidad.

  • La impartición de justicia

Presentado de esta forma parecería entonces que ya el alumno de primer año de la carrera de Licenciatura en Derecho domina por qué escogió esta carrera y para qué le va servir en el futuro. Sin embargo, es triste pero debemos reconocerlo, en la mayoría de las ocasiones, egresa del aula universitaria sin llegar a saberlo, y luego ingresa a la práctica profesional aprendiendo y aprehendiendo las herramientas que esta le brinda sin devolverse a la ciencia para lograr un adecuado proceso de retroalimentación y ahí mismo radica el fallo en el proceso de formación tal cual se encuentra estructurado en estos momentos.

Uno de los campos de acción asociados al desempeño profesional del futuro jurista es el referido a las relaciones jurídicas inmobiliarias, las que son centro de atención de una de las diversas esferas de actuación de este profesional, nos referimos al Registro de la Propiedad, adscripto a las Direcciones Municipales de Justicia, a cuyo cargo se encuentra un funcionario público denominado Registrador de la Propiedad.

El Derecho Inmobiliario ha ganado un rol protagónico en la función asesora jurídica en nuestro país a partir de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución aprobados en el Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, exigiéndose, cada vez con mayor fuerza, por parte de las máximas autoridades de la nación, de un profesional del Derecho altamente calificado y competente en esta materia, capaz de empujar el proceso de actualización de nuestro modelo económico, sobre la base del cumplimiento irrestricto de la legalidad y los principios de la moral socialista. Sin embargo, muchos años de inactividad en este sentido han sido determinantes en la deficiente formación pre y postgraduada de estos especialistas del derecho.

El Registrador de la Propiedad no nace en la enseñanza universitaria, sino que se forma fuera de esta, si bien es cierto que en el pregrado recibe los elementos teóricos generales de las ramas del saber que debe dominar para su posterior desempeño.

Una vez egresado y titulado como Licenciado en Derecho, es sometido a examen de habilitación, y si resultara favorable su rendimiento en dicho examen se expide a su favor un Título que lo habilita a ejercer la función registral, el cual es otorgado por el Ministerio de Justicia, culminando entonces ese proceso con su nombramiento por el Director Provincial de Justicia.

El encargo estatal que realiza un Registrador de la Propiedad es sumamente complejo, siendo llamado a calificar la legalidad de todas las relaciones jurídicas inmobiliarias que se producen en su demarcación, para lo cual examina los documentos notariales, administrativos y judiciales que trascienden a este tipo de relaciones, con lo cual demanda un alto grado de preparación y superación constante en el ejercicio de su función.

Sin embargo, con el triunfo revolucionario de enero de 1959, el Registro de la Propiedad, como oficina, se vio inmerso en un proceso de estancamiento que no fue superado hasta hace alrededor de una década en que nuevamente se comenzó a brindarle la importancia que esta institución reviste, lo cual alcanzó su esplendor a partir del año 2011 con la promulgación del Decreto-Ley 288 modificativo de la Ley General de la Vivienda, en virtud del cual se permitió la libre transmisión de la propiedad de las viviendas de residencia permanente de los ciudadanos cubanos, bien por compraventa, donación, permuta o sucesión hereditaria, eliminando antiquísimas restricciones en este sentido, todo lo cual fue incidiendo paulatinamente en una mayor atención al Registro de la Propiedad como institución, y a su elemento personal, entiéndase especialistas y otros técnicos auxiliares, liderados por el Registrador de la Propiedad.

Hoy, a 54 años de Revolución, y a 4 años de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, el escenario para un Registrador de la Propiedad, es notablemente distinto. Se requiere, por tanto, de un profesional altamente calificado para ejercer esta importante misión, y en ese andar le corresponde a la universidad un importante reto: el de formarlo, desde el pregrado y el postgrado de su carrera.

La historia antes narrada nos sirve para concluir que sin dudas el Registrador de la Propiedad ha sido víctima de un proceso de formación deficiente, carente de un enfoque sistémico, con trascendencia a la eficiencia y calidad del servicio que presta, razón que permite entonces hablar, al amparo de las Ciencias de la Educación, que el proceso de formación del Registrador de la Propiedad debe ser entendido en primera instancia como un proceso formativo que articula la formación inicial y postgraduada y que además hace suyos los principios que informan la Teoría de la Educación Avanzada.

La investigación que desarrollaremos se plantea como situación problémica que el proceso de formación del Registrador de la Propiedad presenta insuficiencias en tanto carece de un enfoque sistémico, que articule la formación inicial y postgraduada en correspondencia con el modo de actuación profesional propio del Registrador de la Propiedad que potencie su desempeño profesional eficiente.

Por ello el objeto de investigación se enmarca en el proceso de formación del Registrador de la Propiedad.

Desarrollo

Consideramos que lo primero a tener en cuenta como maestrante en Ciencias de la Educación, es la ciencia a la que tributaremos con nuestra investigación, y asumimos abiertamente que no es a la Economía de la Educación a la que le estaremos reportando resultados en el orden teórico o práctico, sino a otras como la Pedagogía y la Didáctica como rama de esta.

Pero indiscutiblemente cuando analizamos la interdisciplinariedad de todas estas ciencias, no escapa la realidad de que todas aportan en teoría y práctica desde su objeto, al proceso formativo que se quiere abordar. Es por ello que la Economía de la Educación importa cada vez que se pretenda realizar una investigación sobre procesos formativos del hombre.

Algunas bases teóricas de la Economía de la Educación, en lo adelante EE, no pueden dejar de ser expuestas en la investigación que se desarrollará en los términos planteados en la introducción del presente trabajo.

"La EE es una rama de la economía que estudia la Educación en cuanto fenómeno económico y que aporta unos conocimientos económicos sobre los que basar la intervención en educación. (Javier Sánchez Herrera: Economía de la Educación)".

Mientras, otros autores plantean que la EE puede ser entendida como la disciplina que estudia las leyes que regulan la producción, la distribución y el consumo de bienes y servicios educativos y sus efectos socioeconómicos (José Ignacio Uribe y Maribel Castillo Caicedo).

Dentro de las bases epistemológicas de la Economía de la Educación encontramos algunas que tienen implicaciones en el desarrollo de nuestra investigación sobre el proceso de formación del Registrador de la Propiedad, nos referimos a la gestión por procesos y gestión por competencias.

Antes habíamos definido el objeto de nuestra investigación: el proceso de formación del Registrador de la Propiedad. Lo primero que aporta la EE en este sentido, destacando que no solo sirve para una mejor gestión de negocios propiamente dicho, sino para cualquier organización que desee funcionar adecuadamente, es el propio concepto de proceso, el que visto desde esta ciencia consiste en un conjunto de actividades, acciones o toma de decisiones interrelacionadas, caracterizadas por inputs y outputs, orientadas a obtener un resultado específico como consecuencia del valor añadido aportado por cada una de las actividades que se llevan a cabo en las diferentes etapas de dicho proceso". (Guillermo Fernández Cánovas: La mejora y gestión de los procesos del negocio)

Un elemento hay que destacar en esta definición y es el referido a que el proceso consta de etapas y así debe verse cuando se estudie el proceso de formación del Registrador de la Propiedad, para entender que este comienza en una etapa de pregrado con la asimilación de los elementos teóricos generales de las ramas del saber asociadas a su modo de actuación profesional, continuando en el postgrado, primero con su habilitación y nombramiento para ejercer la función registral y luego con la constante superación profesional que debe realizar en el resto de su trayectoria laboral. Precisamente la insuficiencia en el proceso de formación del RP radica en la ausencia de un enfoque sistémico de dicho proceso que articule la formación inicial y postgraduada en correspondencia con el modo de actuación profesional propio del Registrador de la Propiedad que potencie su desempeño profesional eficiente.

Asimismo otras categorías de la gestión por procesos van a jugar un papel importante en nuestra investigación, y en ese sentido nos sentimos identificados, lo cual será punto de partida para la fundamentación de aportes en el orden teórico y práctico, con el planteamiento de responsabilidades únicas dentro del Registro de la Propiedad para garantizar la eficiencia y eficacia del servicio que presta. Este elemento es crucial y para ello nos auxiliaremos del calificador de cargos que ministerialmente tiene aprobado el sistema de Justicia en la provincia. Será fundamental también, teniendo en cuenta que el Registrador de la Propiedad lidera un departamento dentro de una organización, abordar aspectos de la gestión por procesos relacionados con la convivencia de la organización vertical con la horizontal, pues el registrador de la propiedad debe ser capaz de integrar, al interior de su organización, las actividades que brindan otros departamentos pues lo que importa finalmente es el servicio a brindar y la satisfacción de los clientes con el mismo. Reiteramos en este momento que nuestros aportes no tributarán a la EE sino a la pedagogía y a la didáctica especial del Derecho, con lo cual volvemos a insistir que solo adecuaremos a nuestra investigación, importantes categorías que brinda la EE pero a un nivel muy elemental y siempre aterrizado al objeto investigativo que nos ocupa.

La gestión por competencias deberá ser otro punto de obligada reflexión en el desarrollo de nuestra investigación. Si queremos revertir el actual deficiente proceso de formación del registrador de la propiedad, debemos partir de poner en el centro de ese proceso formativo, las competencias que queremos desarrollar en el futuro profesional dedicado a la función registral. Las constantes transformaciones que sufre el contexto social nacional e internacional, dominado por un desarrollo vertiginoso de la tecnología, conducen a brindarle especial atención a la gestión basada en competencias, con el fin de satisfacer la necesidad de educación permanente para mejorar la calidad y pertinencia de la formación de las personas que son el sujeto y objeto fundamental del cambio.

La escuela cubana, aunque también partidaria en algunos extremos del constructivista y el humanista, sigue el enfoque hermenéutico reflexivo en virtud del cual se desarrolla un modelo del profesional reflexivo, viéndose la competencia como una habilidad relacionada con el conocimiento puesto en práctica en condiciones de reflexión conjunta. Los aspectos esenciales de este enfoque son, en primer lugar, la formación de la persona crítica y reflexiva, el aprendizaje significativo e innovador en condiciones de colaboración, el coprotagonismo del que aprende y enseña y el desarrollo de competencias fundamentales, transferibles y transversales.

Pero el sistema de gestión basada en competencias debe implementarse a partir de los diferentes subsistemas que lo componen, donde el primero está asociado a la gestión basada en competencias de los recursos humanos. Una conclusión debe sacarse de todo lo explicado con anterioridad, y es que la universidad forma para la sociedad, entre otros, sus clientes son las entidades empleadoras y a ellos debe tributar profesionales bien formados, esa es su principal misión. Cuando los egresados se incorporen a sus respectivas esferas de actuación deben reconocer que sus empleadores buscan recursos humanos competitivos capaces de contribuir a un mejor alcance de los objetivos estratégicos propuestos por las organizaciones que los recibirán.

Para eso se parte de una gestión de recursos humanos basada en primer lugar en su selección, a través de la identificación de las competencias y posterior evaluación de estas, que permitan establecer si el sujeto es idóneo en términos de competencia para la ocupación a que aspira. De ahí la variante de realizar exámenes de oposición y otros de habilitación para el desempeño de determinados modos de actuación jurídicos, a pesar de haber obtenido el título de Licenciado en Derecho, como el caso que nos ocupa para el registrador de la propiedad.

Pero ¿qué criterios debemos tener en cuenta para diseñar un adecuado proceso de formación por competencias? En primer lugar, debemos estudiar los criterios que llevan a cabo las organizaciones laborales para seleccionar su capital humano, pues reiteramos la idea de que a ellas tributamos con nuestros egresados. Las entidades empleadoras de cualquier sector, y específicamente del sector jurídico, demandan personas poseedoras de un amplio abanico de competencias, requerido para enfrentar distintas situaciones que le son propias a la organización, demanda asimismo competencias para realizar trabajo en equipo, en preocupación por la calidad del servicio a brindar, perseverancia ante retos, afán de logro, autoaprendizaje. Todas estas competencias deben ser identificadas para posteriormente normalizarlas, desde la entidad empleadora pero también por parte de las instituciones educativas, de manera que estas últimas trabajen por un estándar de competencias. Todo ello guarda estrecha relación con nuestro objeto de investigación, e indiscutiblemente será un referente teórico de peso en el desarrollo del mismo.

Una vez normalizadas las competencias, o sea, dominado por la institución educativa el estándar que debe desarrollar en sus alumnos para el ejercicio de la profesión de que se trate, debe orientar el curriculum hacia una formación para el trabajo, orientada a generar competencias con referentes claros en normas existentes vinculadas a las necesidades del sector empresarial. Las competencias fundamentales que no pueden dejar de formarse en estos alumnos recaen sobre el desarrollo de la iniciativa, la resolución de problemas, el pensamiento abstracto, la interpretación y la anticipación.

Quizás la formación de estas competencias cobre un papel superior en la carrera de Derecho con respecto a otras, pues la proliferación de las normas jurídicas obliga a los operadores del Derecho a una constante interpretación de la norma con actitud creativa, para la resolución de los problemas prácticos que se le imponen. Estos elementos no pueden dejar de ser valorados si se pretende, como es nuestro propósito,

estructurar un adecuado proceso de formación del registrador de la propiedad, a quien le es atribuible, según nuestra percepción, un nuevo modo de actuación jurídico, el de calificación registral.

Pudiéramos concluir entonces que la formación basada en competencias es el eje que articula todo el sistema de gestión basada en competencias, de tal manera que para llegar a la formulación de un programa formativo y su aplicación, como será el caso de nuestra investigación, es imprescindible asumir y partir de todas estas premisas explicadas.

Aunque incipiente aún, nuestro estudio está dirigido a perfeccionar el proceso de formación del registrador de la propiedad en la provincia de Pinar del Río, y para ello se propone implementar, lo cual constituirá el aporte práctico de nuestra investigación, una estrategia pedagógicamente fundamentada. Para ello se deberá realizar un conjunto de acciones estratégicas que incluyen el diagnóstico de la situación problémica planteada, a través del cual se identifiquen las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades existentes para implementar la concepción pedagógica mediante la estrategia, a partir de la aplicación de técnicas, así como hacia la estructuración de esta última. Las posibles variables del diagnóstico, teniendo en cuenta lo prematuro de la investigación, pudieran ser:

  • La formación inicial como jurista

  • La formación postgraduada del jurista que se habilita como registrador de la propiedad

  • Y la superación constante del registrador de la propiedad en su desempeño profesional.

Nuevamente vuelve la EE a brindarnos sus herramientas para llevar a vías de hecho el objetivo que perseguimos con nuestra investigación, a través del uso de la matriz DAFO para la realización del diagnóstico que nos permita evaluar cuál es el estado actual de nuestro objeto para adoptar medidas en aras de transformarlo durante la ejecución de la investigación.

Conclusiones

  • 1. Nuestra investigación no tributa a la EE sino a otra ciencia de la educación: la Pedagogía y a la didáctica especial del Derecho, lo que provoca que no abunden las bases teóricas de dicha ciencia en el desarrollo de nuestro objeto investigativo.

  • 2. La EE contribuye, como ciencia de la educación que es, con su objeto, al proceso formativo que constituye nuestro objeto de investigación, a través de categorías como la gestión por procesos y gestión por competencias.

  • 3. También se recurre en nuestra investigación a la matriz DAFO para realizar el diagnóstico del estado actual de nuestro objeto de investigación, y esa es otra categoría que aporta la EE.

Bibliografía consultada

  • 1. Alvarez de Zayas, Dr. Cs Carlos M y Sierra Lombardía, Dr. C Virginia M: La Universidad de excelencia.

  • 2. Argüelles, Antonio: "Competencia laboral y educación basada en normas de competencia". Limusa, Año 7 No. 1, México, 1996.

  • 3. Bellocchio, Mabel: ¿Qué significa "Competencias" cuando hablamos de "Currículum basado en competencias", AVUIES/Facultad de Arquitectura, UANL, Monterrey, Nuevo León, marzo de 2006.

  • 4. Calderón, Monica Iris, Ceccarini, María Fernanda y Ríos Rolla, Mariela Alejandra: Economía de la Educación, Universidad Nacional de Cuyo, Argentina, junio de 2008.

  • 5. Eicher, Jean-Claude: Treinta años de Economía de la Educación, Universidad de Bourgogne.

  • 6. Fernández Cánovas, Guillermo: La mejora y gestión de los procesos del negocio.

  • 7. Guach Castillo, Julia: Gestión basada en competencias en las organizaciones laborales.

  • 8. Guía Didáctica del Curso Gestión de las Instituciones Educativas y Economía de la Educación elaborada por el profesor Dr. Pedro Alfonso Alemán.

  • 9. Programa del Curso Gestión de las Instituciones Educativas y Economía de la Educación elaborada por el profesor Dr. Pedro Alfonso Alemán.

  • 10. Sánchez Herrera, Javier: Economía de la Educación.

  • 11. Uribe, José Ignacio y Castillo Caicedo, Maribel.

BIBLIOGRAFÍA EXISTENTE EN DERECHO INMOBILIARIO

Internet:

  • 1. De Diego Angeles, Pablo: Manual de Derecho y Fiscalidad Inmobiliaria. Difusión jurídica y temas de actualidad, 2009.

  • 2. De Reina Tartiere, Gabriel: Derecho Registral Inmobiliario Manual. B DE F, 2011.

  • 3. García García, José Manuel: Código de Legislación Inmobiliaria Hipotecaria y ,

  • 4. Garzas, Fernando: Comprar y vender casas (Guías Prácticas). OCU Ediciones, 2003.

  • 5. Gonzalez Nebreda, Pere, Villalonga Sanchez, Eulalia y Turmo de Padura, Julio Eulalia: La valoración inmobiliaria: teoría y práctica, La Ley, 2006.

  • 6. Jimenez, María José: El agente inmobiliario en casa, Editorial Libsa, 2004.

  • 7. Ley Hipotecaria VV.AA. El Derecho Editores, 2013.

  • 8. Lobo Coello, Manuel Carlos: Cómo comprar una vivienda: orientaciones prácticas sobre la compraventa de inmuebles. Arguval, 2004.

  • 9. Manual de Gestión Inmobiliaria, Difusión jurídica y temas de actualidad, 2009.

Legislación Nacional:

  • 1. Constitución de la República de 24 de febrero de 1976.

  • 2. Ley General de la Vivienda de 1988.

  • 3. Ley de las Notarías Estatales y su Reglamento de 1984.

  • 4. Decreto Ley 288 de 2011 Modificativo de la Ley General de la Vivienda

  • 5. Resolución 342 de 2011 del Instituto Nacional de la Vivienda.

  • 6. Resolución 114 de 2007 de la Ministra de Justicia sobre los Registros de la Propiedad

 

 

Autora:

Lic. Nora Esther Martínez de Osaba Fontanella

Fecha: Abril, 2015