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Capitalismo y socialismo: su convergencia en el siglo XX (página 2)


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El 15 de noviembre de 1917, los soviets garantizaron el derecho a la igualdad y a la autodeterminación de todas las numerosas nacionalidades que habitaban el territorio del antiguo Imperio Ruso. La primera nación en sacar provecho de esta situación fue Finlandia, donde se estableció un gobierno nacional que estrenó de inmediato la independencia del dominio ruso.

En otro de sus primeros decretos, el gobierno soviético proclamó la separación IglesiaEstado. Aunque se garantizaba la libertad religiosa individual, el Estado declaró su aconfesionalidad. Las ideas fundamentales de estos y otros decretos como el de la tierra, de la paz y la declaración de los derechos del pueblo de Rusia, entre otros, quedaron recogidas en la Constitución de 1918, que proclamó la República Socialista Soviética Federada de Rusia devenida en 1922 en la "Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas" (URSS).

Con la Gran Revolución Socialista de Octubre se marcaba el comienzo de una época atípica en el transcurso de la historia de la humanidad, abordada por muchos historiadores como la época contemporánea. Esta etapa de la Historia Universal posee como eje fundamental de sus temas las contradicciones que se originan y desarrollan entre los dos sistemas sociopolíticos antagónicos por excelencia: el capitalismo y el socialismo, partiendo de que el socialismo no surge como una FES destinada a suceder el sistema capitalista sino que converge a la par del mismo, demostrando la gran solución que constituye como sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo) de los sectores económicos, lo que se opone frontalmente a los principios capitalistas.

Luego de concluida la Primera Guerra Mundial en 1918, donde generalmente ninguna de las potencias implicadas resultó del todo vencedoras debido a las grandes pérdidas tanto económicas como humana, se comenzaba a gestar lo que sería las contraposiciones de dos sistemas sociopolíticos completamente opuestos que llevarían a un nuevo enfrentamiento mundial pero con fines totalmente diferentes, pues no todo había quedado saldado en la Primera Guerra Mundial.

El emergente sistema sociopolítico del socialismo en Rusia (que hasta su surgimiento solo existía en teorías de algunos pensadores como Marx) y su posterior perfeccionamiento produjo que se viera afectado el modo capitalista de producción debido al gran desarrollo que alcanzó la URSS, a tal punto que llegó a convertirse en una potencia mundial. De modo que por primera ves en la historia el mundo llegó a ser bipolar con dos polos eminentemente contrarios con modos y relaciones de producción contradictorios y sistemas de administración y gobierno distintos.

Lenin habla a la multitud. Escena de la Gran Revolución Socialista de Octubre

3. Siglo XX: Crisis Global

El siglo XX constituye una excepción histórica donde convergen por primera vez, dos sistemas sociopolíticos distintos que, en su transcurso, marcaron las bases de su crisis global. Crisis que comenzó desde el momento en que el mundo alcanzó carácter bipolar, puesto que a raíz de ello no han dejado de ocurrir acontecimientos que basados en disputas por supremacía tanto políticas como económicas.

El sistema capitalista a manos de sus representantes no dejó de estar al acecho en este período entreguerras adoptando nuevas formas de gobierno como el fascismo[2] en Italia implantado por el dictador Benito Mussolini; además de las grandes inflaciones en la economía mundial que tuvo su mayor auge en las crisis económica mundial de 1929. El hundimiento de la Bolsa precedió a una depresión económica que no sólo afectó a Estados Unidos, sino que a comienzos de la década de 1930 adquirió dimensiones mundiales. Se cerraron fábricas, el paro se incrementó de forma constante, los bancos se hundieron y la inflación subió de forma incesante. Entre las medidas adoptadas se incluyeron la realización de obras públicas, la modificación de las normas del sistema de la Reserva Federal para facilitar que los hombres de negocios y los granjeros obtuvieran créditos, y la creación de la Corporación Financiera para la Reconstrucción (ejemplo en EE.UU) con la finalidad de conceder préstamos de urgencia a las industrias, a las compañías ferroviarias, a las compañías de seguro y a los bancos.

Por su parte en la URSS, representante por excelencia del Campo Socialista Mundial, durante el período entreguerras, también tuvieron lugar acontecimientos que en su transcurso, marcaron las bases de su crisis global. La prematura muerte de Lenin en enero de 1924 desencadenó una dura lucha por el poder.

Los principales antagonistas fueron Trotski y Iósiv Stalin, entonces secretario general del partido, los cuales se proclamaban legítimos herederos de Lenin. Gracias al control sobre el aparato del partido, Stalin logró obtener el apoyo de la mayoría de los miembros de éste y consolidar así su poder.

En noviembre de 1927, tras un referéndum interno, el partido repudió por completo las ideas políticas de Trotski, que fue expulsado de aquél y tuvo que exiliarse en Alma Atá (la actual Almaty, en Kazajstán). Dos años más tarde, Trotski fue desterrado de la URSS, y en 1940 murió asesinado en México a manos de un agente soviético. Así, luego de la muerte de Lenin, la política Staliniana en el poder no fue continuadora del todo de sus ideales y principios seguidores a su vez de las ideas marxistas; por lo que en su transcurso y desarrollo, aunque la URSS halla llegado a convertirse en una gran potencia, esto fue marcando una de las bases de la posterior crisis que afrontaría el sistema socialista mundial que traería a su ves consigo una crisis global de la XX centuria.

Se podría decir entonces que en el transcurso del siglo XX con el surgimiento y desarrollo del socialismo y con el auge del capitalismo en su fase superior: el imperialismo, se fue gestando una crisis global que afectó a gran parte del mundo. A manos de la convergencia de estos dos sistemas opuestos antagónicamente se encuentra la crisis global que enfrentó el siglo XX dejando secuelas para la posteridad.

Esta crisis se puede ver materializada en acontecimientos, que si bien marcaron pautas en la historia de la humanidad, también dejaron secuelas y dolor; ejemplos son muchos, pero significativos de gran magnitud encontramos la Segunda GuerraMundial, conflicto militar que comenzó en 1939 como un enfrentamiento bélico europeo entre Alemania y la coalición franco-británica, se extendió hasta afectar a la mayoría de las naciones del planeta y cuya conclusión en 1945 supuso el nacimiento de un nuevo orden mundial dominado por Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

La Segunda Guerra Mundial requirió la utilización de todos los recursos humanos y económicos de cada estado y fue un conflicto único en los tiempos contemporáneos por la violencia de los ataques lanzados contra la población civil y por el genocidio (el exterminio de judíos, gitanos, homosexuales y otros grupos) llevado a cabo por la Alemania nacionalsocialista (nazi) al mando de Adolfo Hitler como un objetivo específico de la guerra. Los principales factores que determinaron su desenlace fueron la capacidad industrial y la cantidad de tropas. En los últimos momentos de la lucha se emplearon dos armas radicalmente nuevas: los cohetes de largo alcance y la bomba atómica, estas últimas lanzadas en las ciudades de Hiroshima y Nagazaki respectivamente por los Estados Unidos con el propósito único de mostrar al mundo su supremacía.

En cifras, este conflicto sobrepasa a cualquier guerra jamás librada. 1.700 millones de personas de 61 países se vieron envueltas en una lucha llevada a cabo en la tierra, el mar y los cielos de Europa, el Extremo Oriente, el Sureste asiático, el norte de África y las islas del Pacífico. El combate dejó un rastro de masacre y destrucción sin paralelo en la historia del hombre. La Segunda Guerra Mundial se llevó las vidas de 55 millones de soldados y civiles, y produjo incontables destrucciones materiales. Más allá de las aterradoras e insondables estadísticas, esta guerra dejó una huella indeleble en todos los aspectos de la vida humana y conformó la historia del mundo de posguerra.

Dado lo mucho que la Segunda Guerra Mundial ha marcado al planeta, es necesario algún grado de comprensión sobre ella para entender buena parte del presente. No obstante, la manera en que la gente entiende la guerra está afectada por su visión del mundo tras ella. La guerra fue mundial, mientras que los participantes sólo experimentaron algunos aspectos de ella, lo que hace únicas sus experiencias bélicas. Mientras que los japoneses denominan a la Segunda Guerra Mundial la gran guerra de Asia Oriental, los chinos la llaman la guerra de Resistencia a la Agresión Japonesa. Para la mayor parte de los ciudadanos de la antigua Unión Soviética (URSS) sigue siendo la gran guerra Patriótica, mientras que los habitantes de las islas Salomón la conocen, simple y apropiadamente, como "la Gran Matanza".

La política contemporánea y el trasfondo histórico también afectan a la visión actual de la guerra y por tanto a nuestra visión del mundo de la posguerra. Por ejemplo, los historiadores rusos suelen omitir o subestimar la importancia del desembarco de Normandía en 1944. Sin embargo, acentúan la importancia estratégica del Frente Oriental y las heroicas campañas del Ejército Rojo contra el III Reich.

En pocas palabras, los distintos enfoques sobre la II Guerra Mundial han dado lugar a diferentes interpretaciones históricas. Quizá el balance más ecuánime se encontraría en una aproximación global, que diera menor importancia a los enfoques nacionales o regionales y se concentrara en las consecuencias de la guerra a escala mundial.

3.1 Rivalidad entre superpotencias y la Guerra fría

El fin de la II Guerra Mundial trajo consigo un cambio espectacular en las relaciones internacionales. La guerra socavó profundamente la posición dominante de potencias como Alemania, Japón, Gran Bretaña o Francia. A medida que estos países dejaron de ser potencias económicas, políticas y militares, dos nuevas superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, ocuparon su puesto. Las políticas de estas dos superpotencias dominaron las relaciones internacionales y el equilibrio de poder mundial de los siguientes 45 años.

Los líderes de Estados Unidos y la Unión Soviética se aliaron en 1941 para derrotar a sus enemigos comunes. En último término, fueron los recursos materiales y militares de estas dos naciones los que pusieron fin a la guerra. Sin embargo esta alianza bélica, que siempre fue un "matrimonio de conveniencia", se vino abajo poco después de 1945 debido a sus objetivos políticos contrapuestos y a sus profundas divergencias ideológicas. Para 1947 ambas partes se encontraban enfrentadas en los que los observadores políticos llamaron una "guerra fría".

La Guerra fría no fue sólo una rivalidad entre superpotencias. En su centro estaba el conflicto entre dos sistemas políticos, económicos e ideológicos distintos, un conflicto que databa de la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917. Este combate entre el capitalismo contra el socialismo se manifestó en la división del mundo en alianzas militares y bloques políticos. La división llevó a una carrera armamentística sin precedentes que amenazó el planeta con la aniquilación nuclear. La Guerra fría provocó también crisis diplomáticas y guerras entre aliados de la Unión Soviética y Estados Unidos en Corea, Vietnam, Afganistán y otros países. Es más, la confrontación entre las superpotencias ejerció su influjo en las relaciones internacionales, las instituciones políticas y los sistemas económicos de sociedades de todos los rincones del planeta.

Muchas naciones, especialmente aquellas recientemente emancipadas de la administración colonial, trataron de evitar convertirse en peones durante la Guerra fría declarando políticas de no-alineamiento. No obstante, la Unión Soviética y Estados Unidos utilizaron estrategias militares y económicas para ganarse lo que el presidente estadounidense John F. Kennedy definió como "los corazones y las mentes de los pueblos subdesarrollados y no alineados del mundo". Ambas partes apoyaron a menudo dictaduras brutales que protegían sus intereses geopolíticos. A medida que se desarrollaba la Guerra fría durante la década de 1960, la descolonización se intensificó. Privada de una confrontación militar directa, la Guerra fría se extendió pronto más allá de Europa y asumió un carácter de rivalidad global ideológica y geopolítica que duró hasta el colapso de la Unión Soviética en 1991.

3.2 Caída del campo socialista: la URSS, y el nuevo orden mundial.

Entre las más importantes novedades de la nueva política soviética, se destacó a partir de 1989, la negativa de la URSS a intervenir en Europa del Este, a diferencia de épocas pasadas, en el desarrollo de los movimientos reformistas que pusieron fin a los gobiernos comunistas de Polonia, Hungría y Checoslovaquia y que culminaron en octubre de 1990 con la reunificación alemana. En 1991, el COMECON y el Pacto de Varsovia, dos de las piedras angulares de la política exterior soviética, fueron disueltos. Tampoco el sistema soviético era inmune a las fuerzas que habían hundido a los gobiernos de los países del Este. En febrero de 1990 y en un proceso de deterioro cada vez mayor de la economía soviética, el PCUS acordó ceder su monopolio político. En marzo, cuando Gorbachov era el presidente ejecutivo del país, grupos insurgentes lograron un significativo ascenso en las elecciones locales. Gorbachov había perdido considerable apoyo entre la población por su política interna. El 11 de marzo Lituania declaró su independencia, desafiando las sanciones impuestas por Moscú. Los grupos nacionalistas y los movimientos independentistas también actuaron en otras repúblicas y los estallidos de violencia étnica cada vez se hicieron más frecuentes. En noviembre, Gorbachov pretendió de nuevo ampliar sus poderes presidenciales para ejecutar sus reformas políticas y económicas.

El sector duro comunista, en el que se encontraban muchos de los altos cargos del gobierno, dio un golpe de Estado en agosto de 1991, mantuvo a Gorbachov bajo arresto domiciliario e intentó reinstaurar el control centralizado comunista. En tres días los reformistas encabezados por Borís Yeltsin detuvieron el golpe y comenzaron a desmantelar el aparato del partido. Con la URSS al borde del colapso, el Congreso de Diputados del Pueblo acordó el 5 de septiembre establecer un gobierno provisional en el que el Consejo de Estado, encabezado por Gorbachov y compuesto por los presidentes de las repúblicas participantes, ejercería poderes de emergencia. Al día siguiente, el Consejo reconoció la independencia de Lituania, Estonia y Letonia.

La creciente influencia de Yeltsin acabó con la de Gorbachov, y el gobierno de la Federación Rusa asumió los poderes que había ejercido el desaparecido gobierno soviético. El 21 de diciembre de 1991 la URSS dejó formalmente de existir. Once de las doce repúblicas que habían permanecido casi hasta el final integrando el Estado soviético (Georgia había declarado su independencia en abril de ese año), Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguizistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Ucrania y Uzbekistán; acordaron crear la llamada, de forma imprecisa, Comunidad de Estados Independientes (CEI). Gorbachov dimitió el 25 de diciembre y al día siguiente el Congreso de Diputados del Pueblo proclamó la disolución de la URSS.

Con esta triste página se cerraba la historia del libro que fue el siglo XX, que a decir de Eric Hobsbawm fue un siglo corto que comprende los significativos años transcurridos desde el estallido de la Primera Guerra Mundial hasta el hundimiento de la URSS; pero el siglo XXI ya ha abierto sus puertas y el mundo actual toma nuevas dimensiones, siempre marcado por el legado del siglo XX, donde por primera vez subsistieron en un mismo período de tiempo dos sistemas sociopolíticos que difieren por completo en sus principios y que en el transcurso de dicha convergencia se fue marcando las bases de una crisis que alcanzó carácter global y está sustentada en acontecimientos negativos ocurridos en la propia centuria y que marcaron su transcurso posterior bazado en la decadencia de cada sistema: el socialismo como campo desaparecido y el capitalismo adoptando formas cada vez más negativas afianzadas en organizaciones, potencias y hombres.

Por lo general el nuevo orden internacional que se respira es el de un mundo unipolar basado y enmarcado en un capitalismo que lleva a cabo la Globalización Neoliberal, donde el capital de las potencias aumenta cada día más y el nivel de pobreza hace lo mismo. En América los Estados Unidos y en Europa la Unión Europea, la segunda posee los mismos fines que el primero aunque de forma más civilizada: lograr la hegemonía mundial. Aunque ya no exista el socialismo como sistema sociopolítico mundial, existen algunas naciones que luchan por un nuevo orden de vida con un movimiento hacia el socialismo o como le denomina Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela: "el socialismo del siglo XXI".

Esperemos que las ideas de Marx y Lenin no mueran para que el futuro depare un mundo mejor con un socialismo que no cometa los mismos errores que se ejecutaron en la URSS luego de la muerte de Lenin y así no caer en el juego de las potencias capitalistas, entonces nuevamente la balanza podrá adquirir su estabilidad, porque hoy solo está de un solo lado: del capitalismo.

BIBLIOGRAFÍA

  • Avdakov, Poliansky y Otros. Historia Económica de los Países Capitalistas. Pueblo y Educación. La Habana. 1985.
  • Benz, W. Europa después de la Segunda Guerra Mundial.  Ed. Siglo XXI. México, 1986.
  • (C. A.): Historia Universal Contemporánea (1917-1945). Biblioteca del Estudiante. Progreso, Moscú, 1989.
  • Europa. Selección de Temas. Pueblo y Educación, La Habana, 1981.
  • Hobsbawm, E. Historia del Siglo XX. Ed.: Crítica – Grijalbo. Barcelona. 1996
  • Lancet, Albrum: Historia de la Guerra Fría. Arlanza, Madrid, 1999.
  • Luque Alvarez, Luis: Europa: Lo mismo que EE.UU, aunque "más civilizadamente". En: Periódico Granma, Año 43, No. 280, La Habana, 2007.
  • Microsoft Encarta 2007. 1993-2006 Microsoft Corporation.

 

 

 

 

 

Autor:

Roeldys González Laffita

Tutor:

Dr. Raúl Lombana Rodríguez

UNIVERSIDAD CENTRAL "MARTA ABREU" DE LAS VILLAS

Cuba

2008

[1] En el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) celebrado en Londres en 1903 se encontraba la divergencia de los puntos de vista de los delegados del Congreso, se cristalizó en dos fracciones; la más radical, encabezada por Lenin, abogaba por un partido fuertemente unificado dirigido por miembros revolucionarios, profesionales y activos, dispuestos a preparar el camino para establecer una sociedad comunista. En el otro lado sus oponentes proponían admitir a cualquiera que simpatizara en general con los objetivos del partido, sin tener en cuenta su participación activa. En este punto concreto el Congreso apoyó el segundo planteamiento, pero en otros asuntos y en la votación final para elegir al secretario del partido, el Congreso favoreció a Lenin. El sector dirigido por éste fue desde entonces denominado bolchevique (del ruso bolshevik, "mayoritario") y la oposición, menchevique (del ruso menshevik, "minoritario"). Los nombres subsistieron aunque los bolcheviques no fueran siempre el grupo dominante en el movimiento revolucionario ruso.

[2] El término actual fascismo fue utilizado por primera vez por Benito Mussolini en 1919 y hacía referencia al antiguo símbolo romano del poder, los fasces, unos cuantos palos atados a un eje, que representaban la unidad cívica y la autoridad de los oficiales romanos para castigar a los delincuentes. Sin embargo fue Hitler el máximo exponente del mismo en Alemania durante la Segunda Guerra mundial. 

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