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Discriminación social (página 3)

Enviado por Sergio Aguilera


Partes: 1, 2, 3

Toda persona, tenga un grado menor o mayor de auto-estima, tiene la necesidad de verse reconfortado al menos en un ámbito de desarrollo en su vida, por la simple razón de que debe dar un significado a su existencia y al valor de la vida.

Muchas veces sucede que al participar en cosas donde creemos tener capacidad y por ende un gran grado de confianza ante la situación, somos recriminados por criticas negativas o bien nos vemos amenazados por la participación de personas que tienen mayor capacidad o bien un mayor nivel de confianza. Esto ya sea conciente o inconscientemente, nos pone en la obligación de reafirmar nuestra estima por el gran miedo a la desaprobación social y el sentimiento interior de angustia o desilusión.

Esta situación aunque muchas veces tiene un principio individualista de reafirmación, nos hace caer en constantes prejuicios y discriminaciones sobre los demás. He aquí donde tiene cabida la tercera fuente del auto-concepto, la "teoría de comparación social con otros" (wheeler,1991) quien señala que en situaciones de cooperación, las personas eligen compararse con individuos con habilidades superiores, lo cual a simple vista no seria un problema, ya que prima un afán de ego que induce la auto superación independiente. Por otra parte, señala que en situaciones de competición (que amenazan más a la estima) los individuos prefieren compararse con otros sujetos con habilidades similares. He aquí donde adquieren lugar las situaciones excluyentes, donde el sujeto con fin de reafirmar su estima, suele caer en descalificativos prejuiciosos, en discriminaciones que no son objetivas a la situación o contexto, etc. Si bien estas discriminaciones no son del todo intencionales, hay que considerar el efecto que tienen sobre quien las recibe, y desde esta perspectiva, lo potencialmente excluyente en términos sociales que podría ser una frase por muy puntual y poco repetitiva que esta sea.

En términos grupales dentro de la sociedad, la auto-estima ha adquirido gran relación con la discriminación cuando se dan situaciones excluyentes de status o situación económica y en prejuicio racial. Tal como señalaran los estudios sobre pertenencia social (Twenge y Campbell, 2001), las clases mas desfavorecidas muestran una menor auto-estima (46% de las clases bajas). Esto se debe a una multiplicidad de factores, como el ingreso salarial desproporcionalmente bajo en comparación a las clases más altas, las menores posibilidades de acceso a una educación y salud de calidad, las condiciones materiales limitadas, etc. Todo esto va en suma si consideramos el enorme prejuicio que efectúan las clases más altas en este sentido, además del estigma social que significa, el medio laboral y social suscita enfermedades como el estrés (que estadísticamente afecta más a las clases mas bajas), lo cual en totalidad determina este bajo nivel de auto-estima en estas clases.

En las situaciones de discriminación por raza, etnia o color, la auto-estima tiene sin duda una gran connotación. En los países sudamericanos, son muchos los ejemplos de discriminación de este tipo, como lo es el caso de argentina hacia grupos originarios o en nuestro mismo país, donde por existir una tendencia racial blanca, son frecuentes las exclusiones a grupos minoritarios, como inmigrantes peruanos o bolivianos de características mas asociadas a pueblos originarios. El ser discriminado por una característica que es natural a la condición de ser humano, es un hecho que sin duda genera un detonante hacia la auto-estima baja.

Un ejemplo que sobresale y se asocia directamente a estudios antropológicos y culturales propios de la Psicología Social, es el caso de los negros en EE.UU., quienes presentan un mayor nivel de auto-estima alta en comparación a los blancos (Twenge y Crocker, 2001).

Esto se explicaría en parte, porque son sociedades en donde se promueve el individualismo como valor social, pero esta raza que ha sido históricamente no solo excluida sino también tratada de una forma poco racional, ha desarrollado un sentido de pertenencia colectivo, esto a través de los años los ha hecho posicionarse de un lugar en una sociedad, a un margen del gran prejuicio social que aun persiste.

En relación a las exclusiones sexistas como es el caso de las mujeres, estudios de pertenencia social (Gray, Little y Hafdahl, 2000) han mostrado una fuerte relación positiva entre la identificación con el grupo y la auto-estima.

Es asimilado con total naturalidad (principalmente en países subdesarrollados) que la mujer debe restringirse a labores del hogar y crianza, es situada como menos capaz por ende tiene menos status que el hombre, etc. Situación que sin duda, limita el desarrollo de la mujer como persona y limita sus expectativas dentro de la funcionalidad social.

A medida que avanzan las décadas, la mujer ha sabido sobreponerse en términos de auto-estima al estigma social al que ha sido expuesta, así lo explica el mecanismo de atribución de causa de déficit de rendimiento al prejuicio o estigma contra grupo (Kling, 1999), en el cual la atribución de la evaluación negativa al prejuicio sexista les permite defender su auto-estima individual. Esto se ha generado posibilidades en la medida en que la mujer se ha organizado como grupo femenino, ha adquirido un sentido de pertenencia y una conciencia social de su existencia y a través de esto luchado contra los parámetros sociales impuestos por el hombre en post de una liberalidad que poco a poco se va alcanzando. Esto ha expuesto una identidad que no solo va siendo reconocida, sino además, va adquiriendo el reconocimiento de sus aspectos favorables.

En un estudio sobre la auto-estima (Williams y Best, 1990) se comprobó que la diferencia en este sentido entre hombres y mujeres era menor en los países mas desarrollados. Esto se debe en gran parte, a la asimilación de la mujer como un igual, a la inserción de esta al mundo laboral y a la perdida de poder de los ideales que segregan a la mujer estructuralmente.

Además, las mujeres hoy en día han igualado a tal nivel el estatus del hombre, al punto de desarrollarse en áreas en las que tienen mayor poder y recursos (Ember y Ember, 1992).

Identidad. Locus de control, Auto-eficacia y Discriminación Social

Las personas en general, tienen la necesidad de sentir que pueden controlar su entorno, ya sea de forma interna en la persona (al creer que depende de ella misma los buenos resultados y las expectativas que pueda lograr alcanzar) o de forma externa (al creer que su destino esta en manos de agentes externos a sus capacidades).

Esta última característica (locus de control externo) se ha asociado con la menor capacidad de enfrentar efectivamente situaciones estresantes o que bien requieran una respuesta que mantenga satisfecha a la persona que la ejecuta. (Lefcourt, 1991). De este modo, las personas con un locus de control interno tendrían un mayor sentimiento de eficacia

(Bandura, 1999), lo cual les permitiría asimilar mejor situaciones angustiantes o desfavorables como por ejemplo, criticas a su aspecto, a su forma de pensar o ciertos prejuicios, etc.

Bajo esta teoría, si bien el locus de control interno es una mera idealización de la persona bajo la necesidad de armonización que requiere su posición en un mundo, la cual se determinaría por su auto-percepción, es un mecanismo positivo en el sentido de que refuerza las posibilidades de enfrentar favorablemente una situación como la discriminación social y además acentúa la menor susceptibilidad de la persona a problemas como el estrés y a generar una mejor respuesta en el plano inmunológico. Por otra parte, esto refleja una competencia social, en que independiente al grupo donde pertenezca la persona, esta justificara en la externalidad sus carencias y de este modo su posición social (Dubois, 1994).

Por otro lado, frente a la problemática de la discriminación, una alta auto-conciencia (focalización de la atención en el yo) suele asociarse a una visión negativa de si y a una depreciación del auto-concepto de la persona (Baumesteir, 1991). Desde esta perspectiva, una persona con demasiada auto critica sin duda se vera muy afectada por el pensamiento de externos, si esta critica pasa a ser prejuiciosa o negativa, como es el caso por ejemplo de discriminación económica a una persona en un entorno socio-económico alto, esta persona se sentirá frustrada y apartada, y puede caer en vicios tales como las drogas, el alcohol, etc.

Otro ámbito importante donde surge la discriminación, es a nivel escolar. Los niños en gran parte de los países, aun son catalogados por profesores y hasta por los mismos pares, según su condición étnica, socio-económica y una característica que hace particular los actos de prejuicio dentro de la escolaridad, la apariencia física.

Los niños(as) cuando llegan a cierta etapa de su desarrollo, se ven muy influenciados por las imágenes o prototipos que promueve la sociedad, e inherentemente, por las ideas negativas hacia aquellos esquemas que rompen con estos modelos sociales impuestos pero aceptados históricamente.

La auto-consciencia publica (Kling, 1999) toma gran relevancia en los jóvenes quienes al ser prejuiciados por su condición físicas (Ej. Obesos, flacos, morenos, etc.) Se ven muy sensibles ante estas limitaciones del atractivo físico, lo cual afecta de inmediato su auto-estima.

Si bien estas exclusiones entre pares suelen ser frecuentes, muchas veces estas son inducidas por otro agente de la educación, los profesores. Los profesores tienen una tendencia a caracterizar a los alumnos, si bien en menor medida por apariencia física, muy notoria por el rendimiento académico que el alumno muestra, lo cual puede ser un problema, si pensamos que son muchos los factores que determinan el rendimiento de un alumno, y muchas veces están mas allá de las capacidades. En este punto, toma referencia la teoría de la profecía auto cumplida, donde las expectativas de otros significativos (profesor/ padres) inducen en los alumnos imágenes y conductas que las confirman, de este modo, factores externos al joven conducen o bien limitan su respuesta en un margen formulado. También es participe el efecto Pygmalion (Myers, 1995), en donde el profesor se vera influido por conceptos previos para el trato con el alumno.

Si bien esta situación puede ser apreciada como una simple diferenciación, al considerar los estudios meta-analíticos sobre influencias en expectativas (Harris, 1991) el trato diferencial de los profesores con los alumnos, tiende a caer en un prejuicio, el cual solo se argumentaría de existir experiencia previa (Ej. Alumno que repite curso, el profesor ve influenciado en ese hecho sus expectativas sobre el alumno). Por lo demás, un profesor que estimula y dedica su atención en una categoría de alumno, evidentemente corroborara en un futuro sus expectativas sobre el mismo, formulando fundamentos sobre prejuicios implícitos. (Otorga mayores oportunidades y menos exigencias a los preferentes), lo cual sin duda, sea de gran forma o no, afectara el rendimiento del alumno que no se ve favorecido.

Esta diferenciación se ve afectada mientras se sostenga la comparación, es decir, mientras en ciertas áreas se promueva la competitividad como ente fundamental, los distanciamientos y exclusiones serán mas evidentes (Monteil y Huguet, 2002).

Influencia Social y Discriminación

En nuestra constante interacción con el entorno social, ya sea concientemente por nuestra voluntad o a través de mecanismos inconscientes, nos vemos incididos al momento de realizar afirmaciones, declarar hechos o cuestionar ciertas cosas, por el simple hecho de compartir con el otro.

Una de las formas de porque discriminamos, es el Conformismo. Durante el desarrollo de nuestra experiencia vamos formando impresiones y juicios acerca de personas, situaciones o eventos. Bajo esta perspectiva, este principio de anomia, se produciría cuando a pesar de tener ciertos principios, discriminamos o efectuamos juicios producto de una presión que puede ser por ejemplo, la del grupo al cual pertenecemos, sin la necesidad de creer totalmente lo que estamos diciendo.

Otra forma en la cual discriminamos, se podría explicar por el principio de innovación, en donde por impresiones se pueden reemplazar normas o criterios ya existentes, y así adecuar nuestra percepción al contexto. Esto provocaría que discriminemos producto de un cambio de concepción sobre el tema.

Estos ejemplos pueden ser fácilmente personificados a la discriminación racial o a la de tribus urbanas, donde la conciencia del juicio que emitimos se relativiza dado un cambio de contexto o debido a la presión externa.

Por otra parte, factores que inciden en la normalización, es el grado de amistad y el conocimiento previo que tenemos de la persona (Sampson e Inskon, 1964), bajo esta idea, las impresiones serian mas cercanas o distantes según la familiaridad del individuo frente a nuestra experiencia.

Otro aspecto de normalización que incide, puede ser el grupo de referencia o pertenencia. Según con que grupo nos veamos vinculados y a la vez a que grupo se vincula quien esta expuesto a nuestra percepción, incidirá en los criterios y las evaluaciones que dispongamos a su particularidad.

Una de las respuestas de conformismo en la discriminación es el conformismo por complacencia (Kelman, 1958), donde la persona emite un juicio ya sea para recibir una recompensa o bien evitar el castigo o la desaprobación.

La influencia social muchas veces suele ser normativa, en donde la persona discrimina por la simple pertenencia al grupo y así mantener su aceptación y adherencia a este (o bien al parecer de una sola persona). Un ejemplo claro de esto son los grupo ideológicos, donde a veces sus integrantes aunque piensan distinto no emiten su juicio individual y sobre ponen el esperado con el fin de mantener una congruencia grupal.

La influencia al ser el resultado de compartir con el otro, a través del modelo de la influencia de la información referencial (Turner y Cols, 1987) establece que solo el desacuerdo será incertidumbre cuando se provoque entre los integrantes de un mismo grupo, de ahí la base del conformismo, cuando se emiten juicios individuales se debe hacer valer el pensamiento general. En este sentido encontramos muchas inconsecuencias entre las discriminaciones que se hacen grupos urbanos (Ej. Nazis y punkis), aun así prevalece la idea, de que se debe rechazar al grupo externo asimilándome al intragrupo.

Conclusión

En conclusión podemos decir que la discriminación social se da por muchas razones ya sea por falta de conocimientos o simplemente intolerancia. Cuando aplicamos conceptos utilizados en psicología social podemos darle un enfoque más científico a esta problemática social.

Podemos inferir que la percepción tiene un rol fundamenta en la discriminación ya que Cuando percibimos a una persona, poseemos una multitud de categorías para clasificar su conducta, su apariencia y demás elementos informativos (Miguel Moya, "Percepción de personas"). Por ende cada vez que percibimos mal a una persona esto posteriormente se transformara en uno de los distintos tipos de discriminación existentes en la sociedad. La cognición social (Fiske y Taylor 1991) nos permite realizar una recopilación de datos los cuales podemos interpretar de distintas maneras ya sea para bien o para mal, por ende si interpretamos dichos datos como negativos lo más probable es que discrimínenos a las demás persona. Asociando el concepto de discriminación con el de "adaptación" ("Presentación de Socialización", Profesor Osvaldo Terán), podemos inferir que si la persona no se adapta a su medio social lo mas probable es que de un tiempo a otro caiga en lo que se denomina discriminación social.

También, concluimos que la familia tiene un rol fundamental a la hora de educar a sus hijos para que en un futuro próximo no discriminen a sus pares ya que es aquí en donde se empieza a adquirir la cultura y diferentes criterios que en el futuro le ayudarán a tener una buena adaptación y relación con los demás. (Craig, 1997).

Podemos inferir que la socialización en una cultura determinada juega un rol fundamental a la hora de discriminar ya que es por medio de esta en donde la sociedad crea los vínculos que posteriormente son utilizados para relacionarse con los demás. (Materia de "Socialización" aplicada a la discriminación).

Para finalizar esta primera parte de la conclusión quisiéramos terminar con una reflexión final la cual nos dice que: Si toleramos y aceptamos la diversidad por sobre todas las cosas, no tenemos porque discriminar a los demás. Hay que saber que somos todos iguales y hay que entender que cada vez que discriminamos estamos asiendo un daño que muchas veces se torna irreversible.

Con respecto a la unidad de actitudes en relación con nuestro tema de trabajo, la discriminación social, cabe señalar que las actitudes como tales, deben ser comprendidas como un mediador de comportamiento entre un estimulo y su posterior respuesta. El cual en su carácter interferente, es medido a partir de hechos observables relacionados con ella. De este modo, las actitudes son medibles como precursores de conducta más que actitudes como tal. Dentro de las teorías mas contribuyentes, podemos señalar la teoría de la función económica (Lipmann, 1922) la cual señala que el fenómeno de opinión publica tiende a realizar una simplificación acerca del mundo, instaurando una realidad compleja de analizar.

Esta teoría corrobora la influencia que ejercen los elementos cognitivos durante el proceso en que se forman actitudes y como el fenómeno de discriminación se ve incidido por la influencia creencias y normas sociales que nos hacen categorizar a individuos y grupos durante el proceso de percepción.

Por otro lado, la teoría de la congruencia (Festinger, 1957), quien nos señala que los componentes de las actitudes (cognitivo, afectivo y conativo) deben ser internamente congruentes. Esta teoría será fundamental para los estudios posteriores que lograron determinar que si se cambia uno de sus componentes se puede cambiar la actitud. Desde esta perspectiva, resulta importante considerar que a partir de esta teoría han surgido importantes estrategias para cambiar la actitud prejuiciosa de las personas (Ej.Comunicadores de persuasión).

Muy vinculado a esta contribución, están los estudios sobre ausencia de correlación de actitudes y conducta (La Piere, 1932) que demuestran empíricamente que las mismas actitudes no siempre detonaran la misma conducta. Desde la perspectiva de discriminación social, esta idea aporta mucho a comprender que es el contexto de interacción social, las circunstancias y las características de las personas que influyen los que determinan el tipo de respuesta que generara un individuo frente a un objeto.

Por otra parte, para comprender e indagar sobre discriminaciones entre los grupos en el estructuralismo de una sociedad, la denominada personalidad autoritaria (Adorno y otros, 1950) explica muy bien la sobre valoración que tienen ciertos grupos y la rigidez cegada que tienen sobre sus ideales y moralismos. Producto de esto mismo, se produciría un rechazo y un prejuicio hacia los demás grupos, por el hecho de que estos no compartirían sus características y esto desemboca la exclusión social y una relación constante de tensión en la vida comunitaria.

El principio del equilibrio (Heider, 1946) nos señala la importancia de que los sentimientos sean recíprocos entre las personas que interactúan en una situación para que esta sea armoniosa. Desde esta perspectiva, es importante que predominen valores como la tolerancia en la relación interpersonal, para que de este modo no se produzca una situación de tensión.

Las ideas de (Katz y Stotland, 1959) que señalan que las actitudes son aprendidas con el desarrollo de la experiencia, de las personas que nos parecen importantes o si bien estas actitudes nos parecen significativas. Idea que llevo a la conclusión de que si no existe relación con el objeto no hay actitud. Un elemento que da apertura a la influencia social y su incidencia en la discriminación entre grupos y pares.

Para finalizar, no podemos dejar de lado la teoría de Inmunización (Mc Guire, 1964) la cual más que enfocar sus estudios en la formación de actitudes, se centra en los factores que interrumpen o no permiten el cambio de actitud. Estudios que complementan nuestro trabajo, ya que reconociendo los componentes y los aspectos que inciden en la formación de actitudes, resulta mucho mas contribuyente poder reconocer los aspectos que no permiten su cambio, elemento vital para crear estrategias que permitan abolir el prejuicio y los actos de discriminación en nuestra sociedad.

Como conclusión de la relación entre identidad y discriminación, los estudios conductuales (Crocker y Wolfe, 2001) han adquirido gran relevancia al establecer como asumen las situaciones criticas aquellas personas que poseen baja auto-estima. Importante si consideramos que generalmente aquellos grupos o personas que sufren la discriminación social, ven afectada en gran medida sus expectativas producto de la exclusión.

Por otra parte, los estudios de pertenencia social (Twenge, Gray y Little, 2000) que han señalado el nivel de auto-estima de diversas razas y la relación que existe entre identificación con un grupo y la personalidad. Gran contribución ya que nos da una idea de cómo el prejuicio afecta a los distintos grupos étnicos y la importancia de la adhesión de estos en la sociedad.

El locus de control (Lefcourt, 1991) contribuye arrojando datos empíricos sobre como en la medida en que este se presenta ya sea interno o externo, determina la forma en que la persona enfrentara situaciones estresantes. Esto nos permite ver como la persona asimila y enfrenta el prejuicio en el contexto cotidiano de interacción social.

La teoría de auto-conciencia publica (Kling, 1999) que señala que el efecto del prejuicio en la persona, dependerá del rango de edad que tenga y la intensidad con la que se vea afectada

Por otra parte, teorías que señalan el margen de competitividad social (Dubois y Huguet, 2002) como propulsor de discriminación, donde los grupos y los individuos mas que un fundamento que justifique el prejuicio, realizan conductas con el fin de estar sobre el resto de individuos y grupos, ideas fundamentales que nos hacen denotar la relevancia que tiene el auto-estima como resultado de este fenómeno, además de las causas reales que lo justifican y como se asocia al contexto social de cada cultura.

Bibliografía

.- Texto "Percepción de las personas", Miguel Moya.

.- Texto Psicología Social: Cáp., Una panorámica general, José Miguel Salazar.

.- Texto Pensamiento Social, Cáp., "El yo en el mundo Social, Myers.

.- Presentaciones de "Socialización y Adaptación, Profesor Osvaldo Terán.

.- Presentaciones de "Cultura e Inducción", Profesor Osvaldo Terán.

.- Presentaciones de "Percepción", Profesor Osvaldo Terán.

.- Psicología Social. Aroldo Rodríguez. Editorial Trillas. 199

.- Psicología Social. José Miguel Salazar. Editorial Trillas. 1979.

.- Psicología Social y Trabajo Social. J.F. Morales; Miguel Olea. Editorial McGraw-Hill.1996.

.- Psicología Social. J.F. Morales. Editorial McGraw-Hill. 1999.

.- Psicología social: orientaciones teóricas y ejercicios prácticos. J.M. León Rubio. Editorial McGraw-Hill.1998.

.- Psicología Social. José Miguel Salazar. Editorial Trillas. 1995.

 

 

 

 

 

 

Autor:

Sergio Aguilera

Jonathan Buzeta

Docente: Osvaldo Terán Gallardo

Para ser presentado en psicología social

Universidad de Viña del Mar

Viña del Mar, Chile

Diciembre 2008

Partes: 1, 2, 3
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