Resumen
El presente ensayo se basa sobre el estudio de la obra "Las Conexiones Ocultas" del Dr. Fritjof Capra, abordando la compresión sistémica de la vida en los diferentes planos que se le presenta al hombre, como son biológico, cognitivo y social. Igualmente, precisando el vinculo de dependencia y coexistencia que hay entre ellos. También, se analizan los procesos, fenómenos y condiciones requeridas para mantener y perpetuar la vida en el planeta, asimismo, el papel que realiza cada especie en procura de este sublime objetivo. Además, se muestra el desafortunado rol del género humano, único que está obrando con su modelo económico capitalista en la destrucción de la vida orgánica del planeta, concluyendo con la exigencia para que sea reformado dicho sistema mercantil hacia la inclusión de valores éticos y límites para con la existencia viva de la tierra.
Este trabajo se enfocará en responder la pregunta ¿Es la actual forma de capitalismo un sistema nocivo para la vida?, las revelaciones se lograrán desarrollando la tesis «El capitalismo global con su modelo económico, está afectando irreversiblemente al sistema ecológico terrestre, porque desconoce el carácter sistémico de la vida con sus dimensiones biológica, cognitiva y social, poniendo en peligro la continuidad o trama de la vida y las redes que la sustentan, todo lo cual demanda un nuevo marco económico mundial».
El tema será experimentado partiendo desde el sistema ecológico terrestre, el carácter sistémico de la vida en sus tres dimensiones planteadas por el Dr. Capra, continuando con el sistema capitalista, su extensión global y sus consecuencias medioambientales, biológicas, económicas y sociales, para luego concluir con el vínculo que existe entre todo lo vivo que habita el planeta y la necesidad de ajustar este orden económico para que respete la vida y actúe en consecuencia con ella.
Para poder comprender la magnitud y la profundidad de los efectos negativos sobre la existencia orgánica del planeta, fruto de la internacionalización del capitalismo con su finalidad simplemente monetarista, es preciso concebir la nueva visión unificada de la vida postulada por el Dr. Capra, que analiza la naturaleza y la extiende a través de los ámbitos biológico, cognitivo y social. En este sentido, el hábitat biológico del mundo está integrado por humanos, animales y plantas, que a su vez están constituidos por células. La célula es el ente vivo más simple y pequeño que existe, sin embargo, en ésta emerge una serie de fenómenos complejos y determinantes de la vida que trascienden a los demás universos antes indicados.
Los elementos definitorios de la vida celular son la membrana celular, la red metabólica, la red genética y su organización en forma de red. La membrana la cubre, separa de su entorno, protege, y regula su composición molecular, además le preserva su identidad. Dentro de ésta se produce una característica precisa de la vida, llamada por los científicos Epigenética (más allá de la condición o herencia biológica), instituidas por el vínculo de sus redes metabólica y genética.
La red metabólica toma nutrientes de su entorno y lo lleva a su interior transformándolos en energías e ingredientes, lo que le permite a la célula sustituir componentes defectuosos provocando su regeneración. La red genética esta compuesta por átomos de proteínas y ácidos nucleícos ADN y ribonucleicos ARN responsables de controlar la herencia que es la garante de la reproducción celular y de la transcripción biológica al copiar toda la red celular. Para realizar estos procesos la célula precisa de su organización en forma de red y de un entorno sano con condiciones químicas determinadas.
Estos mecanismos conjugan la condición sistémica de la vida o autogénesis, dado que la célula se autogenera a sí misma, se mantiene en constante cambios, se auto compone, se conserva adaptándose a su medio en continua evolución, pero preservando sus patrones y su organización en forma de red. (Ver Capra, pag.33): "La dinámica de la autogénesis fue identificada como una característica clave de la vida por los biólogos Humberto Maturana y Francisco Varela, que le dieron el nombre –Autopoiesis- (literalmente, que se hace a sí misma)". Estas condiciones son la que han hecho posible que la vida se perpetúe de forma ininterrumpida por más de tres mil millones años.
Así como se desarrolla la compresión sistémica de la vida o autopoiesis en el plano orgánico, existen redes de procesos y fenómenos que la extienden a la mente y la conciencia, es decir, al espacio cognitivo de los organismos vivos. Para llegar a esta razón, los estudiosos abandonaron la vieja teoría cartesiana que planteaba que mente y materia eran ámbitos separados e independientes, en su lugar se ha ido imponiendo la doctrina de Santiago, desarrollada por los biólogos Humberto Maturana y Francisco Varela, (Ver Capra, pag.61):
La premisa fundamental de la teoría de Santiago, consiste en la identificación de la cognición, o proceso del conocimiento, como el proceso de la vida. Según Maturana y Varela, la cognición es la actividad implicada en la autogénesis y la autoperpetuación de las redes vivas. En otras palabras, la cognición es el proceso mismo de la vida. La actividad que organiza los sistemas vivos, en todos los niveles de la vida, es la actividad mental. Las interacciones de un organismo vivo –planta, animal o humano- con su entorno son interacciones cognitivas.
Por consiguiente, ambos espacios, el biológico y el cognitivo se complementan como resultado de sus interacciones, porque es en el mismo proceso de vivir de los entes vivos donde se crea y reproduce el conocimiento, dado que de la misma forma como la membrana, las redes metabólica y genética actúan en sus procesos de protección, obtención de nutrientes y replicación, En esa misma forma, dentro de un entorno, las redes sociales crean y recrean el conocimiento que después es transferido de generación en generación. Es por ello que la cognición pude ser vista como epigenética, que además, le da forma a la vida agregándole el componente del conocimiento.
Aunque el conocimiento le pertenece a todos los seres vivos, hasta donde la ciencia ha permitido llegar, el hombre es el único ser que ha podido desarrollar una conciencia reflexiva de sí mismo, que implica un nivel de meditación sapiente que ha ido evolucionando desde nuestros antepasados conjuntamente con el lenguaje, el pensamiento conceptual, la tecnología y las interacciones sociales. Por consiguiente, la conciencia reflexiva está inexplicablemente vinculada a la del lenguaje y su contexto social. El lenguaje humano es metafórico, y fundamentalmente comunica significado, a partir del sentido que se le atribuye al entorno es lo que motiva la acción humana.
El significado es lo que ha permitido ampliar la condición sistémica de la vida hasta el espacio social. Esto se ha logrado a partir de la conciencia reflexiva del individuo y el sentido que éste le da a las manifestaciones de: conducta, valores, intensiones, objetivos, estrategias, diseños, relaciones de poder, entre otras; que son elementos que no tienen ningún papel en el mundo vivo, pero son esenciales en la vida social. La comunicación es el elemento que presenta patrones similares a los ámbitos biológico y cognitivo, porque el proceso de comunicar crea pensamientos que conllevan significados, originando nuevas comunicaciones con sus respectivos sentidos y de este modo se regenera a sí misma dentro de un contexto social determinado.
Todos los fenómenos sociales son generados por redes de comunicación, las cuales realizan una doble acción en la convivencia humana, por un lado, la red genera continuamente nuevas imágenes mentales, nuevos pensamientos y nuevos significados, y por la otra vía, coordina de modo imperceptible el comportamiento de sus miembros. La red social origina también un cuerpo de conocimientos compartidos que comprende información, ideas y habilidades que junto con los valores y las creencias, conforman el modo específico de vivir de un conglomerado humano, a lo que se le llama cultura.
La cultura se define como un sistema integrado de valores, creencias y normas de conducta socialmente admitido por un determinado grupo de personas. El sistema de creencias y valores compartido crea una identidad propia entre los miembros de la red social, identidad que se basa en el sentido de pertenencia. La cultura está inmersa en el modo de vivir de la gente, y tiende a ser tan normal que su existencia escapa a la percepción común. La red social esta implicada en la comunicación dentro de un perímetro cultural que sus miembros recrean y reproducen continuamente que por lo general traspasa los límites territoriales. Esta situación no es muy distinta de la red metabólica celular, que produce y recrea de manera continua un perímetro.
También, existen otros aspectos que se podrían equiparar entre los sistemas biológico y social, ambos sistemas producen estructuras materiales, pero además, el social produce estructuras inmateriales como las ideas, valores, creencias, saber y demás formas de conocimientos que constituye una estructura de significado a la que se puede llamar sabiduría colectiva, la cual esta encarnada físicamente en el individuo que pertenece a ese conjunto y la misma es transferida de generación en generación.
Igualmente, el comportamiento de los miembros de ambos sistemas esta dictado en cierto modo por sus estructuras, que a medida que éstas se desarrollan y evolucionan, también lo hacen sus comportamientos, la estructura biológica de un organismo es el equivalente de la estructura inmaterial de una sociedad, que encarna la cultura de esa sociedad. A medida que esa cultura evoluciona, lo hace también su ordenación material representada en la tecnología e infraestructura, donde éstas influyen en su conducta.
A través del tiempo el hombre ha ido desarrollando su cultura, la cual en algunos tiempos y en ciertas tribus guardaba consonancia con el medio ambiente y con los fenómenos naturales del planeta, a esos mecanismos biológicos les llamaban dioses, que veneraban. Dentro de esa forma de vivir colectiva establecían su jerarquía de poder y la valoración, el significado e importancia de los diferentes elementos que integraban el modus vivendi de esas sociedades en sus respectivas épocas.
La cultura de vida del hombre de hoy, presenta una visión de bienestar que se fundamenta en la acumulación individual de bienes materiales y de la explotación de los recursos naturales, esta mentalidad se ha profundizado en el último siglo con la implantación planetaria del capitalismo, sistema económico basado en el capital como relación social de producción fundamental, que establece la propiedad privada de los medios de producción que por consiguiente crea la civilización capitalista que estructura el orden económico, social, político, jurídico y cultural bajo un esquema meramente monetario, predominando el capital sobre el ser humano y los recursos naturales. En esta misma medida su acumulación le otorga preponderancia y poder a los individuos y países que la ostentan.
El actual modelo de capitalismo propugna por la libertad de empresa para que sean autónomas para conseguir en cualquier parte del mundo recursos económicos, naturales y transformarlos en mercancías o servicios para ser ofrecidos en libres mercados globales con la única prioridad de la obtención de ganancias económicas.
Además, se han sumado otras variantes de este esquema, como el capitalismo cognitivo que se enfoca en la obtención de riquezas a través de la producción de conocimientos aplicados en tecnologías, y el capitalismo financiero que busca beneficios a partir de la especulación con el precio del dinero, los tipos de cambios, las tasas de interés, los precios inmobiliarios y bursátiles, los cuales son manejados por los centros de poder económicos de los países desarrollados a través de complejos sistemas informáticos, que paradójicamente en los últimos años estos productos financieros se han importantizado más que los bienes fruto de la producción.
En este contexto el capitalista dueño de los factores de producción, busca la maximización de su beneficio propio por medio de la explotación masiva de esos componentes, sin la posibilidad de la intervención de los gobiernos locales porque su poder es mínimo y solo se limitan al ordenamiento político, jurídico y social que responda al respecto de la propiedad privada y el libre funcionamiento de los mercados, enarbolados por los países desarrollados y organismos internacionales.
La Globalización que es otro nombre con que se conoce la internacionalización del capitalismo, en principio postulaba que este nuevo ordenamiento económico traería bienestar a los actores, porque produciría una gran expansión económica como resultado del intercambio comercial global, que sería beneficiosa para todos los países del mundo en especial los pobres.
Esta concepción plutocrática, fue creada por los principales países ricos, dueños del capital (las llamadas naciones del G-7), por las mayores corporaciones transnacionales y por las instituciones financieras y normativas globales convertidas para ese propósito, particularmente el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC); que a través de las dos primeras instituciones impusieron disciplinas comunes a todos los países pobres de economías emergentes que obligaron a integrarse, y luego usaron a la OMC para modelar el nuevo marco comercial global para su beneficio.
Bajo este régimen los empresarios de los países desarrollados y sus respectivas naciones han acrecentado grandemente sus corporaciones industriales y sus riquezas, apoyándose en la alta productividad, competitividad e innovación que han logrado por las acciones de sus gobiernos, sus buenas infraestructuras, avanzadas tecnologías de producción y de computación, manos de obras calificadas, el internet, disponibilidad de capitales, el control sobre las entidades normativas y financieras mundiales, actividades económicas globales, poder político, poder militar, procesamiento de información y la manipulación del dinero, estructurado este último, en gran medida en torno a redes de flujos financieros que les permite transmitir sus operaciones financieras instantáneamente a cualquier parte de mundo 24 horas, 7 días, a la semana, con la posibilidad de conectar y desconectar a cualquier entidad que quieran.
Los efectos negativos del capitalismo comienzan justamente en el aspecto económico, al incrementar el abismo entre los países ricos y los Estados pobres tercermundistas de economías emergentes sin recursos, con empresas con instalaciones deficientes, tecnologías obsoletas o sin ellas, con obreros sin calificación, sin disponibilidad de capitales, sin apoyo de sus gobiernos por la falta de recursos y las imposiciones desventajosas de los organismos internacionales.
Estas compañías compuestas por medianos, pequeños, micro empresarios, agricultores y comerciantes con sus precarias capacidades industriales productivas, ven como entran los productos y servicios extranjeros a sus mercados, los cuales en muchos casos son favorecidos por normativas especiales impuestas por las entidades financieras internaciones como exigencias para que esas naciones puedan acceder a créditos extranjeros. Inclusive estos países han creado una economía de miseria, porque para conseguir inversiones han tenido que oprimir los salarios de sus fuerzas laborales, las cuales en su mayoría no ganan para sustentarse.
También, han obligado a esos países a producir unos pocos bienes específicos de exportación a fin de que obtengan divisa y a importar el resto de los productos que consumen, lo que le mantiene sus balanzas de pagos siempre negativas. Además, esas grandes economías como controlan los mercados globales han abaratado los precios de las materias primas de los países pobres y han apreciado los bienes manufacturados, financieros y de servicios que controlan. Todo esto ha profundizado las diferencias económicas entre los países, en palabra del Dr. Capra, (Ver Capra, pag.188):
El veinte por ciento más rico de la humanidad posee ahora el ochenta y cinco por ciento de la riqueza mundial, mientras que el veinte por ciento más pobre no posee más que el 1.4 por ciento. El activo de las tres personas más ricas del mundo supera la suma del producto interno bruto de todos los países subdesarrollados, con sus 600 millones de habitantes y en su gran mayoría, el comercio mundial en esos países ricos.
Las consecuencias adversa sobre el estado y su soberanía han sido perjudiciales porque el proceso integrador del capitalismo ha ido menoscabando el poderío del gobierno para tomar decisiones libres en beneficio de sus ciudadanos, además de desmantelar la administración pública benefactora que esos países tenían sobre el principio de que la propiedad privada debe ser la base que regule sus vidas. Las disposiciones que efectúa la nación deben estar acorde con los acuerdos internacionales y el imperio privado, en la mayoría de los casos cuando una corporación multinacional perturba el orden local, ésta no puede tomar acción contra ella por las implicaciones desfavorables internacionales que le sucedería, en consecuencia la soberanía del estado se hace frágil a los designios corporativos.
La importancia y la influencia de un país dentro de este contexto económico internacional dependen de su nivel de riquezas, valor geopolítico y su vínculo con el poder político y militar internacional. Tal como lo indica el Dr. Castells, (Ver Capra, pag.189):
Las zonas sin valor desde el punto de vista del capitalismo informal, o sin interés político significativo para los poderes fácticos, son obviadas por los flujos de riquezas e información y, en última instancia, privadas de la infraestructuras tecnológica básica indispensable para comunicarnos, innovar, producir, consumir, e incluso para vivir, en el mundo de hoy.
Las secuelas perniciosas del capitalismo en lo social sigue acrecentándose, su principal deterioro se ha exteriorizado en la familia que es la célula de la sociedad, al cambiar las funciones que la naturaleza le otorgó a sus actores, esencialmente en procura de mantener la existencia humana. El papel de la madre está dado por la limitación del infante al nacer para sobre vivir en su habitad, dado que de todas las especies, es el que más largo tiempo de cuidado necesita para estar apto. Por su parte, el padre provee los alimentos, techo y protección a la familia, condición que le permitió la subordinación de los demás.
Durante las pasadas evoluciones del hombre se había cambiado su forma de matrimonio, no así, las funciones de sus integrantes. Desde la época del salvajismo con matrimonios colectivos de hombres y mujeres de la misma tribu o gens, el período de la barbarie con las uniones poligamicas, para luego pasar a la civilización (Greco- Romana) con las concepciones religiosas que crearon el sistema patriarcal, de la unión exclusiva de un nombre y una mujer, pero, siempre manteniendo los mismos roles de los miembros de la familia.
Sin embargo, el capitalismo cambió la relación familiar por la compraventa de la fuerza de trabajo que no hacia distinción entre edades y sexos, dándoles igualdades de condiciones a todos los trabajadores. Esta situación económica fue rápidamente trasladada al seno del hogar eliminando las diferencias de funciones y descartando el modelo de crianza y de relación sexual entre los integrantes de la familia.
Por otro lado, a medida que el capitalismo ha ido imponiendo la cultural del dinero como lo más importante para la vida, asimismo, el individúo común en su interacción social lo ha asumido como la conjugación de su éxito, porque le provee todos los bienes materiales e inmateriales para vivir, además, y su ostentación le surte influencias sociales y políticas, además, el controlar de la estructura de explotación de empleador y empleado.
También, como los estados han eliminado sus modelos asistencialistas, los habitantes se ven desprotegidos porque el mismo no les provee las mínimas condiciones existenciales, como alimentación, salud, educación, vivienda y recreación; y en los casos que lo suministra son precarios y para un porcentaje muy mínimo de ciudadanos. Igualmente, como estos países han oprimido los salarios sus trabajadores, éstos no les permiten subsistir y se ven mejor en los trabajos informarles que no producen riquezas e inducidos al delito y a experimentar experiencias inhumanas. Sobre este particular, el Dr. Capra expresa lo siguiente, (ver Capra, pag.190):
La desolación de los guetos urbanos de las ciudades estadounidenses constituye un compendio de ese proceso de exclusión social, pero sus efectos van mucho más allá de los individuos, de los barrios y de los grupos sociales. A lo largo y a lo ancho del globo va creciendo un segmento empobrecido de la humanidad, que en ocasiones es denominado "Cuarto Mundo". Comprende zonas extensas del planeta que incluyen gran parte del África subsahariana y las regiones rurales empobrecidas de Asia y Latinoamérica, pero se extiende también a partes de cualquier país y cualquier ciudad del mundo.
La exclusión social ha resultado en el incremento de la criminalidad, hasta tal punto que la clase rica de estos países podres han tenido que dejar sus lujosas mansiones y encerrarse en fortificados condominios que incluyen todos los servicios, además contratar vigilancia privada para evitar ser víctimas de los delincuentes. Pero los pobladores desprotegidos que habitan los sectores de clase media, barrios y lugares marginados, son presas de todo tipo de violación sin el amparo del estado, porque sus servicios de seguridad son precarios, escasos y mal pagos lo que agrava la situación debido a que una parte de sus miembros se involucran en las infracciones criminales para subsistir. Es por ello, que en esos lugares, los ciudadanos y los criminales crean alianza de protección mutua.
Además, las organizaciones delictivas no se quedan dentro de sus fronteras locales, ahora están evolucionado concomitantemente con la sociedad, la tecnología y la globalización porque tienen grandes fortunas para modernizarse, por lo que para protegerse y ampliar sus operaciones crean mancomunidades con grupos extranjeros de los países desarrollados, éstas ligas realizan todo tipo de delito que genere dinero. Pero su mayor peligro es su vinculación con las esferas del poder económico, político y militar puesto que pone en peligro la democracia y la estructura que sostienen el aparato gubernamental.
La corrupción pública y privada se incrementa cada día, empresarios y comerciantes buscan sus ventajas evadiendo los impuestos y dejando de pagar sus servicios, y obteniendo grandes beneficios vendiendo a sobre precios, Igualmente, un segmento de los políticos invierte enorme suma de dinero para conseguir su curul, ya que los ciudadanos no confían en el sistema y exigen que se les pague para votar, una vez el congresista está en su posición hace todo tipo de negocios para superar su inversión. A la par, la impunidad aumenta puesto que la justicia hace de la suyas vendiendo sentencias, no castigando a aquellos culpables que pueden pagar su libertad.
Las derivaciones negativas del capitalismo en el ámbito cultural para los países subdesarrollados van de la mano con el cambio en la conciencia social del hombre hacia la negación de sus valores y patrimonios propios y la aceptación de los modelos extranjeros como los paradigmas de bienestar, que a su vez son mercancías que tienen todo el apoyo de origen para imponerse en los suelos de destinos para provocar un cambio en su consumo. En principio ese estilo de vida es asumido por las clases pudientes de los países pobres como medio para mostrar su superioridad.
Entre las principales mercancías culturales que los países rezagados absorben están: alimentación, música, vestimenta, celebración de fechas foráneas, educación, idioma, diversión, entretenimiento, Televisión, publicidad y un consumo masivo de bienes y servicios que muchas veces no necesitan. Todo esto hace que las personas crean que pertenecen a una cultura global, pero en realidad ésta está hecha para aquellos que tienen dinero, produciendo la pérdida de identidad cultural de esos países.
En consecuencia, el medio ambiente está siendo destruido peligrosamente por el continuo crecimiento económico que patrocina el capitalismo, que busca su expansión con el incremento del consumo mundial para que sus empresas y sus respectivos países logren cada año astronómicos beneficios por el aumento de la producción de bienes y servicios. Esto ha empujado a estas entidades a fabricar productos cada vez más perecedero y efímeros, obligando a los clientes a tener que cambiarlos a corto tiempo, también, se adhiere la reducción de los precios de los productos a granel o materias primas que son extraídos de los ecosistemas de los países pobres para insumos de estas empresas, que en muchos casos son recursos limitados, agotados o con profundo proceso de deterioro y no renovables.
Pero el dolor de la naturaleza no se detiene ahí, estas empresas para ser más competitivas y eficientes en la obtención de sus rentabilidades están contaminando los ecosistemas como resultado de verter los residuos de sus procesos industriales que muchas veces son tóxicos directamente en las afluentes naturales donde operan. Otro agente que también está causando estragos es la imposición del monocultivo en extensas zonas agrícolas, ejecutado por empresas extranjeras y grandes hacendados locales que adquieren esas propiedades por precios irrisorios, este modelo está presentando un rápido agotamiento de los suelos agrícolas, además, de eliminar la biodiversidad de las especies que coexisten en condición de dependencia. A todo esto se suma, que esos productores atosigan sus tierras de fertilizantes, pesticidas y agroquímicos en búsqueda de mayor producción.
Esta concentración de extensas zonas agrarias en pocas personas o entidades ha estado provocando éxodos de la población rural que al no poder competir ni vivir en esos municipios se ven obligados a vender sus tierras e irse a los sectores adyacentes a los cascos urbanos. Estos cordones de miseria interminables, formados por los desplazados campesinos y demás pobres, que toman en las ciudades las áreas verdes, las orillas de los ríos y otros espacios públicos poblándolos irregularmente, mientras las autoridades permanecen inmutables porque no pueden darles ninguna repuesta, pasan todo tipo de precariedades del mundo porque no tienen las más mínimas condiciones elementales para vivir, provocando la devastación de estos lugares y aniquilando su medio ambiente. En este sentido, el Dr. Capra plantea, (ver Capra, pag.191):
El empeño central de la teoría y la práctica económicas presentes –la lucha por un crecimiento económico continúo e indiferenciado- es claramente insostenible, dado que una expansión infinita sobre un planeta finito sólo puede conducir a la catástrofe. De hecho, a finales del siglo XX estaba ya más que claro que nuestras actividades económicas están dañando la biosfera y la vida humana hasta unos extremos que muy pronto podrían ser irreversibles.
La situación del ser humano dentro del contexto de la civilización capitalista no es más que la de un objeto económico con posibilidad de consumo y otro sin ningún valor e importancia. Desde tiempos remotos las ciencias y las tecnologías se habían encaminado hacia el bienestar humano, sin embargo, en el mercado mercantil, éstas se encauzan a acrecentar las riquezas de sus propietarios, por cuanto, éstos en principio las enfocan a satisfacer las necesidades de las empresas, del poderío militar y por último los ciudadanos que pueden pagar por ellas, No obstante, llegan a los desprotegidos cuando son baratas y obsoletas. La biotecnología es el campo científico donde con mayor sin sabor se nota esta realidad.
Las grandes corporaciones capitalista de los países desarrollados se apartaron de la visión inicial de la genética que era la de contribuir en la eliminación del hambre y el mejoramiento de la salud del mundo, y muy por el contrario se han encauzado en desarrollarla para la obtención de beneficios sin parar en las pérdidas humanas por la no disposición de alimentos y medicamentos, pero además, han obviado sus efectos adversos para el medio ambiente y la ecología planetaria por la manipulación indebida de los genes de la naturaleza.
Esas empresas son gigantescos monopolios de productos médicos y alimenticios genéticamente y tecnológicamente manipulados, de los que han obtenidos derechos de propiedad que obligan a los demandantes de todo el mundo a tener que comprarlas a altos precios, lo que les produce grandes beneficios que reinvierten en la ampliación de su producción. Evadiendo cualquier consideración ética, su objetivo final es controlar los tratamientos de las enfermedades humanas y el dominio de los procesos de producción de alimentos, para ello, ya las primeras 10 empresas agroquímicas y farmacéuticas controlan el 85% del mercado global, y las primeras cinco controlan prácticamente la totalidad del mercado de las semillas genéticamente modificadas.
Aunque en las últimas décadas la producción de medicamentos y alimentos ha crecido por encima de la población mundial, sin embargo, esto no se ha reflejado a favor de la humanidad muy por el contrario, el hambre, las enfermedades, la pobreza extrema y la desigualdad social siguen en aumento, hoy más de la quinta parte de la población mundial pasa hambre, es decir, unos 1,300 millones de personas aproximadamente, y una considerable cantidad no tiene para comprar medicamentos ni tampoco dispone de servicios de salud básicos. Esto demuestra que este problema es consecuencia directa del actual modelo económico y político que promueve y garantiza estas condiciones donde unos pocos lo tienen todo y el resto no tiene nada.
Pero lo maligno y alarmante de este modelo y sus instituciones controladores e inquisidoras como la OMC, ha sido permitirle a las grandes corporaciones patentar los recursos naturales de la vida, organismos vivos, desde bacterias hasta células humanas y recursos históricos valiosos, como plantas medicinales y conocimientos que han sido propiedad durante siglos de pueblos de todo el mundo, que estas empresas obtienen ilegítimamente, la modelan genéticamente en sus laboratorios, y luego la registran como ciencia propias.
El capitalismo se ha convertido en un monstruo inhumano que trata de controlar los recursos de la naturaleza en perjuicio de todos seres vivos que habitan el planeta, desconociendo el derecho que tienen a la vida y a usufructuar los recursos que de ésta necesiten. Al respecto el Dr. Capra, expone (Ver Capra, pag.256):
En su empeño por patentar, explotar y monopolizar todos los aspectos posibles de la biotecnología, las principales corporaciones agroquímicas han ido comprando empresas semilleras y biotecnológicas, y se han disfrazado de "corporaciones dedicadas a las ciencias de la vida". Las fronteras tradicionales entre industria farmacéuticas, industria agroquímicas e industria biotecnológica se están diluyendo rápidamente a medida que las corporaciones se unen para formar, bajo la bandera de las ciencias de la vida, conglomerados aún más gigantescos.
El recorrido realizado en el estudio de esta importante obra del Dr. Capra me mostró la negación del capitalismo para con la vida, su mayor error está en el desconocimiento de la existencia de la condición sistémica de la vida, axiomática en el plano biológico para todos los seres vivos que habitan la tierra, y su innegable presencia en los ámbitos cognitivo y social del ser humano e indisoluble a todo lo orgánico del planeta.
La ramificación de la condición sistémica de la vida hasta los espacios cognitivo y social del ser, se logró por la similitud que tienen sus procesos en comparación con las actividades que realizan los elementos que integran estos ámbitos. La condición sistémica en el estado cognitivo se da a través del conocimiento que surge como consecuencia de las interacciones de los entes vivos con su entorno. La condición sistémica en el mundo social se establece a efecto de la conciencia reflexiva del individuo que emplea el lenguaje para comunicar significado y este sentido es lo produce el quehacer humano.
El hilo de unión oculto de todo este entramado natural, parte de la relación de dependencia y coexistencia entre todos los planos de la vida. Comenzando con el entorno, constituido por organismos vivos, éste adquiere relevancia por el significado que le da hombre, expresado a través de un lenguaje, esta comunicación demanda la capacidad de pensar reflexivamente, para meditar conscientemente, debe existir conocimientos o experiencias vividas, ganadas en la interacción orgánica, para darse la interacción biológica deberá ser entre entes vivos, constituidos por células, las cuales requieren de un entorno sano con condiciones químicas especificas para poder existir. Todo cual, demuestra que desde la células que nos integran hasta nuestro pensamiento reflexivo comunicado en un idioma dentro de un perímetro determinado están íntegramente unido en el todo que somos.
Es por ello, la necesidad recíproca que existe entre todas las especies orgánicas de mantener la trama de la vida, el Dr. Capra lo indica de la siguiente manera, (Ver Capra, pag.28).
Ningún organismo individual puede existir aisladamente. Los animales dependen de la fotosíntesis de las plantas para cubrir sus necesidades energéticas; las plantas dependen del dióxido de carbono producido por los animales, así como del nitrógeno fijado en sus raíces por las bacterias; finalmente, plantas, animales y microorganismos regulan la biosfera y mantienen unas condiciones aptas para la vida.
Son esas, condiciones idóneas, requeridas para sustentar la vida, las cuales están siendo devastadas por el actual sistema económico capitalista. Esta destrucción inicio al simbolizar al capital como el ente superior de la vida en el planeta. Comunicándolo en el lenguaje capitalista, de rentabilidad, beneficio, poder, riqueza, interés, lucro, dinero, fondos, tesoro, esencial, fundamental, principal, patrimonio, posibilidad, influencia, libertad, competitividad, productividad, hacienda, ciudad y metrópoli, entre otras. Difundiendo a nivel planetario un entorno de estilo de vida de acumulación y ostentación, donde el capitalista lo puede todo y está por encima de todos. Es decir, la máxima expresión de felicidad en la tierra.
Esta concepción meramente monetaria de la vida se ha impregnado en la conciencia reflexiva del individuo a nivel global, y ya no importa la familia, los amigos, la sociedad, los seres humanos que sean mujer, hombre o niños, el medio ambiente, el futuro, ni su propia vida, lo único significativo y que impulsa su afán, es hacer dinero a cualquier precio para ser superiores. Su interacción social y ambiental se fundamenta en la explotación de estos para la obtención de su finalidad económica. Por esto, aunque se ha avanzado en los ámbitos, intelectual, social, político, científico y tecnológico, todavía siguen existiendo las guerras más destructivas, el hambre, la miseria extrema, se derriban los bosques, se contaminan los ríos, se dañan las tierras con químicos que afectan la salud, se arruinan vidas, se envenenan los mares con los vertidos de desechos tóxicos, en fin se destruye la vida. A diferencia de las demás especies orgánicas, el hombre la única que arruina habitad.
Aunque el Dr. Capra, enumero una serie de actividades que se están realizando en todo el mundo por organizaciones sin fines de lucro, escasas organizaciones privadas y varios países, en ara de ayudar al medio ambiente y al ecosistemas del planeta. En la actualidad y en las condiciones en la que está la tierra, estas son insuficientes, pero además el motor que impulsa el quehacer destructivo del ser humano "don dinero" seguirá operando sin ética, sin valores ni límites. Es hora de buscar formulas que le permitan a la humanidad reformar el engendro del capitalismo, para que éste respecte la vida y proceda en consecuencia con ella, para bien de toda la naturaleza.
Autor:
Eduardo Arvelo Paulino
ATLANTIC INTERNATIONAL UNIVERSITYHONOLULU, HAWAIWINTER 2011 (January 26, 2011)