a. Comportamientos (y sus resultados) que no pueden ser adecuadamente representados por la simple y universal racionalidad de el homo oeconomicus postulada por la predominante teoría económica.
b. Los mercados y los procesos económicos que suceden dentro de éstos son en sí mismos configuraciones institucionales específicas a periodos históricos, culturas, países, etc.
c. Existen combinaciones particulares entre instituciones lato sensu[3]y procesos de mercado los cuales eficientemente "empatan" o "casan" en términos de algunos (pero más probablemente no todos) criterios de rendimiento.
d. Las variables de no-mercado (incluidas, por supuesto, políticas en sentido estricto) son un rasgo permanente de la constitución del sistema económico y parte esencial de la forma como la maquina económica es "ajustada" y evoluciona.
La innovación, cambio, y la transformación representan casi un experimento crucial para la relativa suficiencia de los enfoques "reduccionistas" y "no reduccionistas". Por ejemplo, ¿Es el marco imperante o predominante del pensamiento económico capaz de considerar los procesos de innovación tecnológica? ¿Podemos elaborar proposiciones no triviales, sobre ambos niveles positivo y normativo, con respecto al rol y el efecto de las políticas en relación con el cambio económico? ¿Que representa el hecho de que diferentes países muestren sistemáticamente diferentes capacidades de innovar y de explotar económicamente estas innovaciones?
A modo de introducción, considere dos bastante bien conocidos ejemplos contra los cuales los logros y las limitaciones de las aproximaciones "reduccionistas" y "no reduccionistas" pueden ser evaluados. Para ilustrar, considere uno de las más famosas explicaciones de las diferencias en los registros de crecimiento de las economías desarrolladas, a saber los llamados "Ejercicios de medición del crecimiento"[4]. Para este propósito, se usan todas las variables estrictamente consistentes con el modelo económico "apropiado" (las dotaciones iníciales de cada economía y su cambio a través del tiempo), algunas variables las cuales en el modelo teórico podrían ser consideradas "imperfecciones" (economías de escala, etc.) y algunas variables espurias las cuales pueden ser acomodadas dentro de la economía con algún malestar considerable (la "dotación de educación", etc.). Acá, se puede ver el programa reduccionista en su mejor forma: parafraseando a Kindleberger, se intenta explicar el grado en el cual el más alto grado de eficiencia de la "dotación" École politechnique en Francia compensa las más bajas dotaciones de "capital" o "competencia de servicio civil". A pesar de todo, uno queda con gran residuo sin explicación, algunas veces llamado "cambio técnico". En realidad, las preguntas empiezan a salir una vez quedan aspectos sin responder: ¿Por qué el decepcionante desempeño de la economía británica o el impresionante crecimiento japonés? ¿Por qué Italia no se convirtió en otro Japón? ¿Está el desempeño tecnológico y económico de Estados Unidos volviéndose débil? Y así sucesivamente.
El segundo ejemplo, incluso más fundamental y cercano a las preocupaciones de este articulo, se refiere al cambio técnico. Es bien reconocido en la literatura económica que la existencia misma de la innovación requiere una "falla de mercado" en el sentido estático de distribución: en mercados descentralizados, el incentivo para innovar necesita alguna clase de asimetría de información y beneficios superiores a lo normal.
Indudablemente, en la historia del pensamiento económico, existen intentos "heréticos" de investigar el fenómeno de la innovación y el cambio como características centrales de los sistemas económicos modernos- Schumpeter notablemente en 1961 y 1975- y en la economía contemporánea- Nelson y Winter en 1982.
Sin embargo, en una curiosa paradoja, la mayoría de los análisis de política sigue basado en un criterio teórico – las propiedades de eficiencia de los procesos descentralizados de distribución bajo condiciones estacionarias muy especiales y generales- el cual parece sorprendentemente inapropiado para tratar con un proceso innatamente dinámico como lo es el cambio técnico a través del tiempo y los países.
En lo que sigue, sugeriremos algunas proposiciones sobre la relación entre cambio técnico y procesos de mercado (Sección II) y exploraremos el rol de las políticas e instituciones en economías cerradas y abiertas bajo todas aquellas circunstancias, cuando el cambio y la transformación son características permanentes y fundamentales del sistema (Sección III).
Siete proposiciones sobre el cambio técnico, mercados e instituciones
Proposición 1
Construyendo sobre los trabajos acerca del cambio técnico, como otros, de Freeman (1974); Nelson y Winter (1977); Nelson (1982); y Rosenberg (1976), hemos intentado mostrar en otro lugar que el proceso del cambio tecnológico es una actividad caracterizada parcialmente por el conocimiento tácito y heurística muy selectiva. El progreso técnico procede generalmente a lo largo de "trayectorias" muy precisas, unidas por mayores discontinuidades asociadas con el surgimiento de unos nuevos "paradigmas tecnológicos". Siempre que surgen nuevos paradigmas, la tecnología material, las tareas relevantes las cuales se supone que deben cumplirse, la heurística ("a donde ir" y "a donde no ir"), las habilidades de conocimiento requeridas, las dimensiones relevantes del "progreso"; todo cambia contextualmente.
La tecnología, lejos de ser un bien gratuito, involucra un aspecto de aprendizaje fundamental, caracterizado- siguiendo a Nelson y Winter (1982)-por distintos grados de acumulatividad, oportunidad y apropiabilidad. Esta es nuestra primera proposición. La apropiabilidad y la acumulatividad del cambio técnico están afectadas por los grados de conocimientos implícitos[5]y los grados de comprensión formal de cada tecnología (ver Nelson y Winter, 1982). En la medida en que la tecnología sea más tácita (Ej. Involucra capacidades idiosincrásicas, la habilidades basadas en la experiencia para diseñar maquinas para condiciones particulares, etc.), más alta será la dificultad en transmitirla en forma de planos o incluso de imitarla sin un doloroso proceso de aprendizaje informal. (Para una discusión de la subrayada teoría de producción, ver Winter, 1982). Una implicación es que, en cualquier punto en el tiempo, diferentes compañías y países son más propensos a ser caracterizados mediante varios coeficientes técnicos y tecnologías de producto. Estas diferencias esencialmente no se relacionan con diferentes combinaciones de factores a lo largo de una única función de producción, sino con adecuadas brechas/liderazgos tecnológicos en relación con una trayectoria dada de progreso tecnológico. En otro trabajo (Dosi, 1988), discutimos alguna evidencia empírica sobre el tema: incluso dentro del grupo de países de la OCDE, el caso general es: (i) Brechas internacionales relativamente amplias en la productividad del trabajo y las capacidades innovativas, y (ii) La ausencia de cualquier relación significativa entre esas brechas y las diferencias internacionales en las proporciones de capital/producto. Es decir que las diferencias en los coeficientes de inversión[6]generalmente representan distintas técnicas las cuales pueden ser a menudo de forma inequívoca, clasificadas independientemente de los precios relativos. El proceso de desarrollo está estrictamente asociado con las difusiones inter e intra nacionales de unas técnicas "superiores" (Ver Nelson, 1968). En consecuencia, a cada punto en el tiempo, existe, en general, uno o muy pocas técnicas de producción de "mejor practica" las cuales corresponden a la "frontera tecnológica". De una manera asociada, la descripción de la estructura de producción en el corto plazo, mediante coeficientes fijos[7]es una aproximación razonable a las propiedades de irreversibilidad de los procesos económicos evolutivos que ocurren en tiempo real.
Proposición 2
Una implicación fundamental de tal visión del cambio técnico y tecnológico es que existen extensas asimetrías en las capacidades tecnológicas, la eficiencia en la inversión y el desempeño de la producción entre países y firmas; estas asimetrías corresponden a patrones igualmente irregulares de las señales económicas que enfrentan los agentes económicos. Esta es nuestra segunda proposición. Las asimetrías en las capacidades son una consecuencia directa de la idiosincrásica acumulativa[8]y la naturaleza de apropiabilidad parcial de los avances tecnológicos. A medida que sean más acumulativos los avances tecnológicos a nivel de firma, mas alta la probabilidad de "tener éxito en la formación del éxito[9]Por otra parte, a mayores oportunidades de progreso técnico, ceteris paribus, mayores las posibilidades de relativamente más grandes "brechas tecnológicas" entre innovadores exitosos y firmas rezagadas. En general, la evolución a través del tiempo de estas asimetrías dependerá de las tasas relativas de innovación y de difusión y, por lo tanto, de los grados de oportunidad innovativa, acumulatividad y apropiabilidad la cuales caracterizan cualquier otra tecnología particular. Notablemente, los casos de libros de texto estándar acerca de las industrias compuestas de firmas tecnológicamente idénticas, es el caso limitante en el cual la innovación se detiene y así las dinámicas evolutivas dejan de ser relevantes.
Estos rasgos del cambio técnico también determinan la naturaleza de las señales económicas que enfrentan las firmas, de modo que, por ejemplo, una oportunidad de alta tecnología asociada con altos grados de apropiabilidad de la innovación tecnológica, podría funcionar mejor como poderoso incentivo para innovar (relacionado esto a los altos beneficios esperados y cuotas de mercado) para una compañía que esta sobre o cerca de la frontera tecnológica, y siendo al mismo tiempo una poderosa señal negativa ( una barrera de entrada) para una compañía con capacidades tecnológicas relativamente bajas.
Proposición 3
En un mundo caracterizado por el cambio técnico y la transformación, los comportamientos de los agentes están representados más adecuadamente por las rutinas, estrategias, meta-reglas y procesos de búsqueda. Es decir que, en un ambiente que es complejo, cambiante e incierto, las firmas no adoptan y no pueden adoptar comportamientos maximizadores (y, en muchas circunstancias, no se podría encontrar dinámicamente eficiente intentar hacer eso, incluso si se pudiera). Esta es nuestra tercera proposición.
Por otra parte, los comportamientos no pueden ser completamente deducidos del solo conocimiento de una meta egoísta genérica del agente y de la estructura económica (tomando en cuenta las asimetrías en las capacidades tecnológicas, la naturaleza de la tecnología, los patrones de las señales económicas, etc.).
Un caso especifico pero muy importante se refiere a la naturaleza del los procesos de ajuste que cada firma emprende en un ambiente cambiante. A modo de ilustración, tome una firma que produce cualquier producto particular. Las señales que la firma recibe, en una síntesis extrema, son de tres tipos, a saber:
(i) Las oportunidades tecnológicas (y los beneficios económicos esperados) relacionados con el cambio técnico en ese y otros productos.
(ii) La tasa de crecimiento de la demanda en ese y otros productos.
(iii) Los cambios en costos, precios, cantidades, ganancias en sus mercados (y también en otros mercados).
Estas señales flojamente corresponden a las tres hipotéticas estrategias de ajuste. El primero se relaciona con la innovación, imitación y actualización tecnológica. Vamos a llamarlo el "ajuste Schumpeteriano". El segundo tiene relación con la búsqueda de las más prometedoras oportunidades de crecimiento. Llamémosle el "ajuste de crecimiento". El tercero se refiere a los cambios de precios/cantidades sobre la base de una tecnología invariable. Vamos a llamarla – inapropiadamente- el "ajuste clásico" o "ajuste Ricardiano".
Claramente, la mayoría de las firmas escogerán varias combinaciones de todos los tres procesos de ajuste. Sin embargo, el punto fundamental es que nosotros tenemos acá alternativas de "salida abierta" (eso es, alternativas sujetas a decisiones discrecionales) cuyo resultado no puede ser deducido de un conocimiento del estado del arte o del mundo y/o de un principio de racionalidad invariable.
Notablemente, una aproximación maximizadora no podría llevarnos muy lejos en la explicación de las alternativas. Incluso si sabemos que una firma cualquiera escogerá la opción que maximice la integral de sus beneficios descontados esperados, para un horizonte temporal dado, el contenido analítico de tal postulado podría ser prácticamente nulo: la indeterminación acerca de la manera en cómo se forman las expectativas tecnológicas y de mercado, y acerca del horizonte temporal y las preferencias intertemporales, es otra forma de describir nuestra ignorancia teórica. Una aproximación más fructífera, desde nuestra visión, considera las regularidades de comportamiento (las "rutinas" y "meta-rutinas", a la Nelson y Winter) en relación con (i) la naturaleza de las señales y (ii) los bienes tecnológicos que las firmas poseen (en términos de capacidades tecnológicas, conocimiento, experiencia, etc.) los cuales – entre otras cosas- determinan varias capacidades de "ver" y reaccionar ante cualquier conjunto dado de señales. Claramente, la estructura de la industria y la naturaleza de la tecnología restringe el conjunto de reglas de comportamiento factibles: por ejemplo, los compromisos de inversión y de I&D estarán limitados por la habilidad para financiarlos; los ajustes en precios, cantidades y cuotas de mercado estarán limitados a los requisitos mínimos de rentabilidad, etc. Sin embargo, el punto crucial es que , dentro de esas limitaciones estructurales y tecnológicas, existen varios espacios para decisiones discrecionales, relacionadas con la propensión a acumular, a tomar riesgos, a compensar[10]beneficios presentes por cuotas de mercado, a comprometer más o menos recursos a la búsqueda innovativa, a buscar en algunas direcciones y no en otras, etc.
Esto aplica tanto como para comparaciones intertemporales dentro del mismo país o, más aún, a comparaciones entre países. De una manera puramente anecdótica, el lector es invitado a pensar en una visión del mundo[11]específica en el cual se informan las estrategias del empresariado en algunos de los más exitosos industrializadores tardíos, como lo fue Alemania en el último siglo y Japón en éste (Johnson, 1982). Incluso si la naturaleza del contexto económico puede tomar un largo camino en la explicación de tales actuaciones, no lo agota. Mas explicaciones institucionales (en el amplio sentido sociológico, incluyendo los comportamientos establecidos y los rasgos culturales fundamentales) son requeridas en el sentido de explicar el énfasis relativo, en los más exitosos países, de lo que tiene que ver con los procesos de "ajuste de crecimiento" y "ajustes schumpeterianos" en comparación con la simple eficiencia distributiva de corto plazo. Si esto es así, se debería relacionar a este nivel socio-institucional de análisis, cualquier adecuada investigación sobre las declaraciones- las cuales son parte del conocimiento convencional de los economistas prácticos- tales como "…el problema con la industria británica es que es manejada por contadores, mientras que las firmas alemanas son manejadas por ingenieros…", etc. O, ciertamente, uno se puede dar cuenta leyendo un trabajo como el de Dore (Fabrica Británica, Fabrica Japonesa) en que las diferencias en el desempeño económico derivadas distintos contextos institucionales es mucho más grande que, e irreductible a, los conjuntos de señales económicas que el mercado entrega. Otro ejemplo relacionado- casi enteramente abandonado dentro de los economistas, con la increíble excepción de Hirschman (1970)- es la importancia económica de la lealtad: a trivializar, es intuitivo que tales nociones comunes como los mecanismos japoneses de lealtad a la compañía y a el estado, la sola lealtad italiana a su familias y la ausencia de lealtades colectivas, ó, a un nivel más general, la percepción común de los "límites morales" en los comportamientos hacia los competidores, clientes, proveedores, miembros del gobierno, etc. Deben tener una profunda influencia sobre los procesos de ajuste que los agentes económicos llevan a cabo.
Evidencia de esta "constitución institucional de mercados" surge indirectamente también del contexto altamente simplificado de los tan llamados "mercados experimentales": incluso bajo cuasi-condiciones de laboratorio, "la organización institucional de un mercado ha sido una importante variable a tratar[12]Los mecanismos acerca de cómo los compradores y vendedores se juntan puede influir substancialmente en el desempeño del mercado. Es decir, que para los mismos incentivos subrayados, el desempeño del mercado es afectado por un cambio de las instituciones". No hay razón para creer que esto no aplica a la fuerza, para mercados reales mucho más complejos. En general, estos fenómenos apuntan a sugerencias presentes en los primeros análisis de las sociedades de mercado, desde Locke, Ferguson y Smith a Hegel, acerca de las precondiciones "morales" y "éticas" de las economías modernas. Una interpretación de las diferentes constituciones éticas ó, por lo menos, una taxonomía que está aún por venir. Sin embargo, podemos ver acá un primer rol fundamental de las instituciones de no mercado (incluidas las estrictamente políticas) en el sentido de que ellas son instrumentos en el proceso de dar forma y de seleccionar las reglas o normas fundamentales de comportamiento e interacción de los agentes económicos. Políticas, reglas sociales implícitas, formas dominantes de organización de los vínculos dentro y entre varios grupos de agentes económicos (Ej., entre firmas y bancos, entre la dirección y los trabajadores, etc.), niveles y formas de conflicto industrial, tienen una importancia primordial en la determinación de la mezcla relativa y la dirección de los procesos de ajuste microeconómicos, para cualquier conjunto dado de señales económicas y condiciones estructurales.
La importancia de este punto, también desde una perspectiva normativa, deber ser claro: puede no ser suficiente para influenciar los patrones de las señales si las estrategias microeconómicas están sesgadas en direcciones conflictivas con los objetivos de las políticas (Ej. Si las normas estratégicas fundamentales de los agentes privados están fuertemente sesgadas en contra de los "ajustes Schumpeterianos", los incentivos públicos podrían no ser muy efectivos en la promoción de una tasa suficiente de innovación. Como se ve a continuación).
Proposición 4
Otro aspecto (y relacionado) del rol de las variables de no-mercado en el desempeño económico y en el dinamismo tecnológico trata de los patrones y organización de las externalidades y los resultados involuntarios de los procesos de mercado. En teoría económica, las externalidades son generalmente consideradas como una fuente fastidiosa de no-convexidad mientras que los resultados contra-intencionales disturban fuertemente los supuestos de racionalidad de la teoría. Sin embargo, las interdependencias no negociadas (Untraded Interdependencies)[13] entre sectores, tecnologías, firmas tienen una importancia primordial en el proceso de cambio técnico. Por ejemplo, el conocimiento y la pericia o la experiencia acerca de los continuos procesos químicos pueden permitir innovaciones tecnológicas en el procesamiento de los alimentos incluso cuando lo último no involucra ningún insumo químico; las relaciones "a la distancia del brazo"[14] entre productores y usuarios de los equipos industriales son a menudo un elemento fundamental en los procesos innovativos incluso si algunas veces no involucran ninguna transacción económica; las producción de bicicletas originalmente tomo conocimiento tecnológico de la producción de escopetas recortadas, aunque ninguno de los dos productos están en la producción o en los insumos de otra actividad. Las complementariedades tecnológicas, las interdependencias tecnológicas no negociadas (untraded interdependencies) y los flujos de información no corresponden completamente a los flujos de bienes, representan un conjunto estructurado de externalidades tecnológicas las cuales están en un bien colectivo de grupos de firmas/industrias dentro de países/regiones y/ó tiende a ser internalizado dentro de compañías individuales. En otras palabras, los cuellos de botella tecnológicos y las oportunidades, experiencias y habilidades incorporadas en las personas y las organizaciones, capacidades y "memorias" desbordándose desde una actividad económica a otra, etc. tiende a organizar condiciones de contexto las cuales (i) son específicas de un país, específicas de una región o incluso específicas de una compañía; (ii) son un ingrediente fundamental en el proceso innovativo; y (iii) como tales, determinan las oportunidades, estímulos y restricciones de los procesos innovativos para cualquier conjunto dado de señales estrictamente económicas. Esta es nuestra cuarta proposición.
Esas interdependencias no negociadas y las condiciones de contexto son, a diferentes niveles, los resultados involuntarios de los procesos descentralizados ( pero irreversibles) de organizaciones ambientales ( un ejemplo obvio es el " Silicon Valley") y/ó el resultado de estrategias explícitas de organizaciones privadas y públicas ( en este sentido se puede interpretar, por ejemplo, las estrategias de integración vertical y horizontal de los oligopolios eléctricos en las tecnologías microelectrónicas o los esfuerzos de varios gobiernos por crear "parques científicos", etc.).
Proposición 5
Hemos mencionado arriba nuestra hipótesis acerca de que el cambio técnico esta organizado por los "paradigmas tecnológicos". Es útil distinguir entre un progreso técnico "normal" el cual procede a lo largo de trayectorias definidas por un paradigma establecido y aquellos avances tecnológicos "extraordinarios" los cuales se relacionan con el surgimiento de paradigmas radicalmente nuevos. En lo que respecta al último, hemos intentado mostrar, en otra parte, que los procesos de mercado generalmente son más bien débiles en la dirección de la aparición y selección de esas discontinuidades tecnológicas radicales. Cuando un proceso de innovación es muy exploratorio, sus respuestas directas a las señales económicas son flojas[15]y – especialmente en este siglo- los vínculos con los conocimientos estrictamente científicos son mayores.
Entonces, los factores institucionales juegan un rol directo, proveyendo las condiciones necesarias para los nuevos desarrollos científicos y actuando como selectores ex ante de los paradigmas tecnológicos explorados mas potenciales de un conjunto más amplio de éstos. Se puede citar, por ejemplo, los casos de las tecnologías de semiconductores junto con las computacionales y la influencia de ambas en la industria militar, espacial y grandes corporaciones eléctricas en los primeros días del desarrollo de esos nuevos paradigmas tecnológicos. De alguna manera, casos similares se pueden encontrar en los primeros desarrollos de la química sintética (especialmente en Alemania). En una forma menos aparente, los estímulos y "selectores" no-económicos actúan en los desarrollos presentes de las nuevas tecnologías, tales como la Bioingeniería o los nuevos materiales.
En general, las características de los procesos de búsqueda y selección de nuevos paradigmas tecnológicos es tal, que los contextos institucionales y científicos y las políticas públicas son fundamentales, en la medida en que afectan a: (a) los mecanismos de puente entre la ciencia pura y los desarrollos tecnológicos; (b) los criterios y capacidades de búsqueda de los agentes económicos; y (c) las restricciones, incentivos e incertidumbre enfrentados por los posibles innovadores. Esta es nuestra quinta proposición.
Su contraparte en un nivel internacional, es que cuando las nuevas tecnologías aparecen, el éxito relativo de los diferentes países depende de la exitosa coincidencia entre (a) el contexto científico de un país y las capacidades tecnológicas ( proposiciones 2 y 4 más arriba); (b) la naturaleza de sus "instituciones puente"; (c) sus condiciones estrictamente económicas (precios relativos, naturaleza y tamaño de los mercados, disponibilidad/escases de sus materias primas, etc.); (d) la naturaleza de la reglas dominantes de comportamiento, estrategias, formas de organización de los actores económicos ( proposición 3 arriba).
Todos estos conjuntos de variables son, a diferentes niveles, afectadas por las políticas públicas, bien sea directamente (políticas de adquisiciones o subsidios a I&D los cuales obviamente influencian las señales económicas que enfrentan las firmas individuales), o indirectamente (a través de la influencia del sistema educativo a las capacidades científicas y tecnológicas, etc.).
En particular, con respecto al funcionamiento "normal" de los mercados e industrias y las actividades tecnológicas "normales" (en contraposición con aquellas extraordinarias relacionadas al surgimiento de nuevos paradigmas tecnológicos), se debe notar que cada una incorpora un balance diferente entre instituciones y mercados. Esto parece ser cierto en dos sentidos.
Primero, existe una especificidad tecnológica – y por país- del balance entre qué se coordina y organiza a través de la mano visible de las estructuras empresariales, y qué es dejado a la mano invisible de los mercados.
Segundo, existe una diferenciación análoga en el balance entre instituciones públicas y organizaciones privadas en el proceso de innovación. Por ejemplo, algunos sectores confían en un proceso endógeno de avances tecnológicos (Ej. muchos sectores manufactureros) mientras otros dependen fuertemente de los fuentes públicas de innovación. (Ej. La agricultura).
En todo caso, uno podría sugerir las siguientes generalizaciones empíricas: estando todo lo demás sin cambio, entre mas alto el rol de la mano visible de las organizaciones oligopolísticas, mas bajo los requerimientos por unas instituciones estrictamente públicas en los procesos de coordinación económica y avance tecnológico y, vice versa, entre más cerca este una actividad de un modelo económico de "competencia pura", mas alto aparenta ser también su necesidad por una estricta organización institucional de sus "externalidades" y avances tecnológicos. La agricultura es un caso puntual: históricamente una parte significativa de sus avances tecnológicos, en los Estados Unidos, Europa y, también, en el Tercer Mundo, han sido proveídos por una investigación financiada por el gobierno e incluso sus ajustes en precios y cantidades han sido crecientemente regulados, tanto en Estados Unidos como en Europa, por la intervención institucional. Por el contrario, la manufactura dominada por los oligopolios produce una buena parte de sus avances tecnológicos "normales" endógenamente y, aparte de las crisis graves, parece coordinar mucho mejor sus ajustes de precios/cantidades.
Proposición 6
Nos hemos enfocado largamente en las relaciones entre las instituciones, en un sentido amplio, los procesos económicos y los cambios tecnológicos sin prestar mucha atención a las consecuencias provocadas por el sólo hecho de que las economías son, más o menos, economías abiertas: Ellas comercian las unas con las otras y, al hacer ésto, se someten a cambios en las señales económicas que cada una de ellas enfrenta. Una de las pocas conclusiones en las que la profesión económica está de acuerdo es que, bajo condiciones de no rendimientos crecientes, ausencia de externalidades y tasas dadas de actividad macroeconómica, los patrones de distribución resultantes del comercio internacional son generalmente eficientes. En otras palabras, existen ganancias generales del comercio de todos los socios basados en las "ventajas comparativas". Vamos a llamar ésto eficiencia distributiva (o "Ricardiana"), en el sentido de los resultados probables de los ajustes de proceso a corto plazo (esencialmente vinculados a los precios relativos y a las rentabilidades relativas) sobre las bases de tecnologías dadas y niveles dados de actividad macroeconómica. Sin embargo, la cuestión fundamental se refiere a los efectos que tales patrones de distribución tienen sobre el dinamismo tecnológico y sobre las tasas de actividad macroeconómica de largo plazo. Vamos a llamar el criterio de desempeño relacionado con lo primera, eficiencia Schumpeteriana, y aquello relacionado con lo último, eficiencia de crecimiento. Ahora, el punto crucial es que no hay nada en los mecanismos que llevan a la eficiencia ricardiana que garanticen también el complimiento de los otros dos criterios de eficiencia.
Las razones para posibles compensaciones (trade offs) a lo largo de los distintos criterios de eficiencia, es una consecuencia de las características de cambio tecnológico mencionadas arriba, a saber (a) la acumulación (parcialmente) apropiable y la naturaleza local de los avances tecnológicos; y (b) la extendida influencia de economías estáticas y dinámicas de escala; (c) la influencia que brechas tecnológicas entre firmas y entre países tienen en las señales económicas percibidas por los agentes económicos; (d) La importancia de las interdependencias no negociadas especificas de los países y de las áreas.
Como fue discutido por Kaldor (1980), si varios bienes o sectores poseen diferencias significativas en su "potencial dinámico" (en términos de las economías de escala, progreso técnico, posibilidades de división Smithiana del trabajo, el aprender haciendo, etc.), entonces las especializaciones las cuales son eficientes en términos de la comparación de un conjunto dado de coeficientes de inversión[16]pueden no serlo en términos de una evaluación de largo plazo de los patrones hipotéticos del dinamismo tecnológico relacionados con esas especializaciones. Esto es más que un caso especial relacionado con las industrias nacientes: Es la condición general de un sistema económico por el cual las oportunidades tecnológicas varían a través de productos y a través de los sectores. Más precisamente, dentro de cada tecnología y sector las capacidades tecnológicas y los procesos de aprendizaje de cada firma y país están generalmente asociados con el actual proceso de producción de esa misma actividad. Así, los mecanismos con respecto a la especialización internacional tienen un efecto dinámico en la medida en que también seleccionan las áreas en donde las habilidades técnicas serán acumuladas, las innovaciones sean (posiblemente) realizadas, las economías de escala cosechadas o aprovechadas, etc. Sin embargo, el potencial de estos efectos es ampliamente distinto entre tecnologías y sectores. Esto es otro aspecto de las características de irreversibilidad de los procesos económicos: las decisiones distributivas presentes, influencian la dirección y tasa de la futura evolución de los coeficientes tecnológicos. Cuando nosotros abandonamos la idea de la tecnología como un conjunto de planos y concebimos al progreso técnico como una producción mutua[17]con la manufactura en sí misma, entonces es posible imaginar un sistema económico el cual es dinámicamente mejor (en términos de productividad, innovación, etc.) si siempre opera en desequilibrio cara a cara a las condiciones "ricardianas" de eficiencia distributiva. Sobre las bases de las anteriores proposiciones acerca de la naturaleza de la tecnología, es posible establecer cuando una compensación [18]entre "eficiencia distributiva" y "eficiencia Schumpeteriana" puede aparecer. Los patrones "Ricardianos" de especialización (con sus propiedades de eficiencia distributiva) son determinados por cada país, por el tamaño relativo de las brechas (o fortalezas) tecnológicas específicas del sector. Siempre que la brecha es más alta en la mayoría de las tecnologías dinámicas (Ej. Aquellas caracterizadas por las más altas oportunidades tecnológicas), la eficiencia distributiva riñe directamente con la eficiencia dinámica. Esta es nuestra sexta proposición.
Desde que éste punto tiene una importancia analítica e implicaciones normativas relacionadas con las consecuencias de largo plazo de los patrones de distribución resultantes de los procesos de mercado descentralizados, vamos a considerarlo en más detalle.
A manera de introducción, se invita al lector a pensar el caso de los rendimientos crecientes de las indivisibilidades; como se sabe en la literatura económica, los equilibrios múltiples son probables de surgir sin la posibilidad-para el analista y por fuerza a los agentes económicos- de establecer cuál será seleccionado. Como se discutió a fondo en Arthur (1985), los rendimientos crecientes generalmente muestran las propiedades de (i) la no previsibilidad del equilibrio; (ii) no aleatoriedad[19]el pasado no es "olvidado" por el futuro y pueden surgir fuertes efectos de histéresis); y (iii) la ineficiencia potencial (un equilibrio particular, o, dinámicamente, una senda particular podría ser "inferior" en términos de cualquier medida del bienestar pero el sistema podría permanecer "estancado" en el).
Con alguna similitud, el análisis del comercio muestra que, con no convexidades, los procesos descentralizados de distribución no podrían llevar a ganancias mutuas del comercio.
Ahora, generalicemos estos resultados considerando el hecho que (a) el cambio técnico siempre representa una forma de rendimientos crecientes a lo largo del tiempo, y (b) muy a menudo, los avances tecnológicos están asociados con el actual proceso de producción (ver arriba) y, de esta manera, no puede ser tratado paramétricamente (Ej. como choques exógenos los cuales cambian el valor del equilibrio del tiempo t a un tiempo {t+1}). Uno está obligado a explicar la interacción entre las decisiones de producción en el tiempo t y los coeficientes técnicos en el tiempo {t+1}, es conceptualmente similar a la interacción entre los coeficientes técnicos y los niveles de producción del análisis estático de los rendimientos crecientes. El punto fundamental es que, con los rendimientos crecientes, el mercado no puede dar señales a los agentes del resultado involuntario de sus comportamientos colectivos (piense –como el ejemplo más claro- las economías de escala externas a la firma e internas a la industria). Más aún, los mercados no pueden señalar (por lo menos parcialmente) los inciertos, involuntarios y futuros avances tecnológicos hechos posibles/promovidos/obstaculizados por las presentes decisiones descentralizadas de distribución de un número relativamente alto de agentes independientes motivados por las ganancias[20]A fortiori las conclusiones de Arthur sobre la no predictibilidad, inflexibilidad, no aleatoriedad e ineficiencia potencial aplican a este caso también.
Como una ilustración, considere el caso de dos países los cuales-antes de comerciar- producen, bajo condiciones de rendimientos no decrecientes, dos bienes caracterizados por varias oportunidades futuras de aprendizaje y progreso técnico. Como argumentamos anteriormente, suponga que el aprendizaje ocurre solo (o principalmente) junto con el actual proceso de producción. Ahora, permitamos que el comercio tome lugar. Los patrones resultantes de especialización, como lo predice la teoría del comercio, por lo general requerirán una mejor distribución de los recursos y, en consecuencia, "ganancias del comercio". No obstante, uno de los dos países podría estar "atado" dentro de una actividad donde el alcance del progreso técnico está relativamente limitado. Bajo tales circunstancias, en orden de tener réditos del comercio en el largo plazo la ganancia relativa resultante de una mejor distribución de recursos debe exceder los incrementos de productividad que han sido obtenidas por producir también (o más de) un bien caracterizado por una alta oportunidad tecnológica. Por el contrario, para el otro país las ganancias de una mejor distribución "Ricardiana" de los recursos se sumará con las ganancias de un relativamente mayor progreso técnico en el bien en el cual está especializado. Así, el otro país siempre disfrutará las ganancias del comercio, tanto en el corto como en el largo plazo.
Si uno considera un periodo de tiempo lo suficientemente largo, permitiendo así que un cambio técnico significativo tome lugar, es plausible que de una vez por todas las ganancias en la distribución de los recursos, que vienen de una búsqueda descentralizada de unas oportunidades de producción de mínimo costo, puedan muy bien no estar a la altura de las ganancias acumulativas en la productividad, que podrían haber sido obtenidas a través del tiempo con distribuciones "Sub-óptimas" (en un sentido estático) sesgadas a favor de actividades caracterizadas por mayores oportunidades tecnológicas (para una posición similar, ver Pasinetti, 1981).
Como un ejemplo histórico, no es necesario pensar en los países en desarrollo: es incluso posible que el liderazgo tecnológico en "viejos" paradigmas tecnológicos (y así, una fuerte "ventaja comparativa" en los bienes relacionados) puede ser un obstáculo para una rápida asignación de recursos a los nuevos. Se puede pensar como ejemplos, el relativo atraso británico en las tecnologías electro-mecánicas, en comparación con Alemania y Estados Unidos, en el cambio del siglo, o el atraso europeo en las tecnologías electrónicas, en comparación con Japón, en el periodo de post-guerra.
Como una generalización empírica relacionada, sugerimos que la probabilidad de tales compensaciones (trade-offs) entre las eficiencias distributivas y Schumpeterianas es proporcional a la distancia de cada país de la frontera tecnológica en la más nuevas y muy prometedoras tecnologías, donde una alta tasa de innovación, procesos idiosincráticos de aprendizaje y la apropiación tienden a prevenir cualquier fácil proceso endógeno de difusión tecnológica internacional.
Proposición 7
Un argumento algo similar se aplica a la posibilidad de compensaciones entre eficiencias de distribución y de crecimiento. Generalmente, el análisis del resultado de la transición hipotética de la autarquía al comercio es realizado enfocándose a los ajustes en los precios relativos y las cantidades relativas sobre la suposición de tasas de actividad macroeconómica invariable.
Esta condición de constancia de los niveles agregados del nivel de actividad macroeconómica antes y después del comercio, ya lo había mencionado Ricardo y es mantenido por las apreciaciones de los nuevos clásicos a la Sraffa-Steedman, por lo cual el análisis es realizado en términos de sendas de constante crecimiento. Esto aplica – más aún- a las teorías neoclásicas del comercio, por lo cual las hipótesis del pleno empleo de todos los factores de producción es posiblemente el supuesto principal del modelo.
La manera más fácil de ver esta condición en acción es imaginar que cada nación que comercia opera a tasas de actividad de pleno empleo. En este caso, siempre que los otros supuestos se mantengan, podremos ver la total operación del teorema de la ventaja comparativa: cada socio que comercia "gana del comercio" desde que pueda obtener del exterior más bienes de una cierta clase que podría, de lo contrario, ser capaz de manufacturar sin precedentes domésticamente cualquier cantidad de consumo de productos en los que el país está especializado.
Los sistemas económicos modernos, sin embargo, no presentan a menudo tasas de actividad de pleno empleo. En estos casos el eficiencia macroeconómica de especialización basada en ventajas comparativas, dependen de la intensidad del ingreso (y, dinámicamente, de las elasticidades del ingreso) de varios bienes en el ingreso mundial. Como primera aproximación, vamos a suponer que:
(a) Las elasticidades de precios, en la generalidad de los productos comerciados por la correspondiente industria mundial en su conjunto, son relativamente bajas.
(b) Los productos presentan un rango relativamente amplio de elasticidades de ingreso que son específicas del producto y específicas del país.
Vamos a añadir también que, en general, la sustitución en el consumo relacionada a los precios está limitada y los patrones de demanda están esencialmente relacionados a los niveles de ingreso, tendencias de largo plazo en la distribución del ingreso, factores institucionales y sociales.
Ahora, bajo condiciones de rendimientos no decrecientes, existe un camino sencillo en el cual los mercados puedan relacionar las diferentes eficiencias de crecimiento futuras de varios productos a las señales relativas de rentabilidad de los agentes microeconómicos. En otras palabras, las unidades microeconómicas pueden encontrar relativamente rentable producir productos los cuales un número decreciente de personas en los mercados mundiales que quieran comprar. El lector podría pensar, como ejemplo extremo, en los resultados dinámicos de las ventajas comparativas en bienes o productos "inferiores" (como, el yute, las maquinas de escribir o los televisores a blanco y negro) en comparación con aquellos que son dinámicos en el ingreso (como, las fibras sintéticas, los procesadores de palabra, o los televisores de color).
Una limitada sustitución inducida por los precios entre productos y una relativamente estable evolución en las canastas de consumo pueden muy bien implicar dolorosas compensaciones (trade offs) entre los mecanismos microeconómicos que llevan a la eficiencia ricardiana, y aquellos patrones de producción que podrían producir comparativamente, altas tasas de actividad macroeconómica compatibles con restricciones de la balanza exterior (vía más altas tasas de multiplicadores del comercio). Esta es nuestra séptima proposición.
Las posibles compensaciones entre las eficiencias distributivas, Schumpeterianas y de crecimiento no tienen nada que ver con los casos excepcionales de las condiciones de las "industrias nacientes", pero están estructuralmente en el núcleo de los mecanismos distributivos y de señalización de nuestro sistema económico.
Extraordinariamente, los mercados pueden muy bien trabajar eficientemente, entregar toda la información que puedan e incluso descontar las contingencias por futuros estados del mundo, cuyas probabilidades pueden hipotéticamente ser adjuntadas (aunque empíricamente estos mercados raramente existen). Lo que los mercados pueden hacer es, entregar información acerca o descontar las posibilidades de futuros estados del mundo, cuya ocurrencia es en sí mismo una "externalidad" resultante, involuntariamente, de la interacción de decisiones presentes del comportamiento de agentes no vinculados. Como hemos visto, esto es precisamente una de las características de esos "rendimientos crecientes" particulares a través del tiempo, que están asociados con el aprendizaje tecnológico. A este respecto, conflictos entre la eficiencia distributiva de corto plazo y la eficiencia Schumpeteriana, como lo hemos definido más atrás, puede surgir incluso si los mercados fueran completos (En un sentido neoclásico: si todas las contingencias acerca de los futuros estados de la naturaleza pudieran ser descontados).
Algo parecido es la posibilidad de conflicto entre la eficiencia distributiva y la eficiencia de crecimiento que no está asociada con ninguna "imperfección de mercado". Por el contrario, es debido al hecho que, la falta generalizada de sustitución tanto en el consumo con respecto a los precios, y la homoteticidad[21](homotheticity) de los patrones de la demanda en los ingresos– como creemos que es el caso general- no hay una forma general en la cual los mercados puedan transformar la "información" acerca de las tendencias de largo plazo, en las elasticidades del ingreso de varios productos, dentro de los incentivos económicos para productores competitivos, quienes tienden a tratar los estados de el mundo paramétricamente.
Por cierto, se debe notar que ambas fuentes de conflicto entre la eficiencia estática (distributiva) y los dos criterios de eficiencia dinámica, insinúan las posibles ventajas del oligopolio en comparación con la libre competencia. En los mercados oligopolísticos mundiales, las "externalidades dinámicas" asociadas con el aprendizaje técnico a través de la producción puede ser (parcialmente) apropiado por las firmas individuales. De esta manera, las decisiones actuales de distribución pueden tomar en cuenta, a diferentes grados, sus efectos sobre los avances tecnológicos futuros. Similarmente, para los agentes oligopolísticos la inclinación de y los movimientos a través del tiempo en los programas de demanda importan y así los patrones de distribución presentes pueden ser tenidos en cuenta para diferentes elasticidades de ingreso esperadas de la demanda. Para dar un ejemplo, unas pocas compañías eléctricas europeas (como Phillips y Siemens) decidieron ya en los setentas incrementar su participación en la Microelectrónica, a pesar de grandes pérdidas (Ej. A pesar de las "ineficiencias distributivas" y las "desventajas comparativas"). Entre las motivaciones, estaban las muy altas tasas de crecimiento previstas del mercado y las capacidades tecnológicas que podrían haber sido adquiridas y se desempeñarían como una "externalidad internalizada" por las producciones relacionadas tecnológicamente. No se podría esperar el mismo comportamiento de parte de los productores competitivos.
Las compensaciones que hemos discutido entre la eficiencia distributiva, eficiencia de crecimiento y el dinamismo tecnológico pueden claramente ser uno de los determinantes del surgimiento de los círculos viciosos y virtuosos en los patrones nacionales de crecimiento. Notablemente, esta conclusión es similar a aquellas que están bien establecidas en la teoría del desarrollo. No obstante, sus determinantes no llevan cualquier relación directa con el fenómeno específico a los países en desarrollo (como muchos tipos de los supuestas "fallas de mercado"). Para nuestros propósitos acá, los países desarrollados y en desarrollo podrían ser colocados en algun tipo de continuidad, de acuerdo a su distancia de las fronteras tecnológicas y a las diferencias entre sus patrones de producción y los patrones de la demanda mundial a largo plazo.
Todas las veces que un país pasa a presentar su más alto liderazgo tecnológico (o la más baja brecha tecnológica) en un nuevo paradigma tecnológico, entonces, su patrón de rentabilidad intersectorial señala en las direcciones de actividades que generalmente también presentan el más alto crecimiento de la demanda y el más alto potencial para innovaciones futuras de producto y de procesos. A la inversa, los países muy por atrás de las fronteras tecnológicas pueden ser "penalizados dinámicamente" por sus patrones presentes de eficiencia distributiva intersectorial. Esta propiedad, en nuestra opinión, contribuye a explicar la relativa estabilidad de la "jerarquía" entre países en términos de innovación tecnológica y competitividad internacional y también la manera relativamente ordenada en cómo esta "jerarquía" cambia a lo largo del tiempo. La interacción entre las señales económicas presentes, los patrones de especialización y la dinámica de las brechas tecnológicas sectoriales provee las bases para el proceso de acumulación. Significativamente, los mayores cambios en la competitividad internacional de cada economía son a menudo asociados con la aparición de nuevos paradigmas tecnológicos. Este fenómeno da nueva forma a los patrones de ventajas/desventajas tecnológicas entre países, con frecuencia demanda diferentes configuraciones organizacionales e institucionales y algunas veces presenta una oportunidad única para el surgimiento de unos nuevos líderes tecnológicos y económicos.
Mas en general, debemos reafirmar los argumentos precedentes de la siguiente manera. Los mercados caracterizados por una toma de decisiones descentralizada cumplen dos funciones fundamentales. Primero, ellos proveen un mecanismo de coordinación entre las decisiones económicas individuales y, al hacerlo, redistribuyen los recursos en formas que -bajo las condiciones especificadas por la teoría- tienen propiedades de eficiencia en diversos grados. Segundo, siempre que permitamos que el progreso tecnológico tome lugar (con sus características de búsqueda, incertidumbre, etc.), los mercados proveerán un incentivo para innovar a través de la posibilidad de apropiación privada de algunos beneficios económicos derivados del progreso técnico en sí mismo. Relacionadamente, los mercados proveen un ambiente de selección para las innovaciones. Es notable que tan pronto como estas segundas funciones de los mercados son consideradas en un encuadre teórico, sus propiedades de eficiencia se convierten más borrosas y complicadas de evaluar, incluso en un contexto de economía cerrada: la eficiencia distributiva en un sentido estático puede entrar en conflicto con la eficiencia dinámica en términos de incentivos para el progreso tecnológico. No es el propósito de este trabajo analizar en profundidad estas "compensaciones Schumpeterianas", que son discutidas por Nelson (1981) y Nelson y Winter (1982). Superpuestas con, y agregadas a, las "compensaciones Schumpeterianas" del caso de una economía cerrada, existe-como hemos argumentado aquí- la posibilidad de una compensación de estático vs dinámico originada de los patrones de las señales económicas en los mercados internacionales. En cierto sentido, el caso de una economía abierta induce una distorsión estructural sobre los patrones de señales que habrían sido generados en condiciones de autarquía. Al hacerlo, pueden tanto hacer caso omiso de las "compensaciones Schumpeterianas" domésticas o amplificarlas. La hipótesis de fondo, como hemos sugerido, es que esto depende de la relativa distancia de cada país cara a cara a las fronteras tecnológicas en aquellos paradigmas tecnológicos que están mostrando las más altas oportunidades de innovación y crecimiento de demanda.
Dinamismo económico y tecnológico: el rol de las instituciones y políticas
Las siete proposiciones discutidas arriba conjuntamente, resaltan una imagen del proceso de coordinación de las actividades económicas y la generación de avances tecnológicos donde las instituciones (por un lado las instituciones "micro", Ej., complejas estructuras corporativas incorporando capacidades, reglas de comportamiento, "racionalidades", modos de organización institucional de interacciones de mercado, etc.; e instituciones "macro", como los organismos estrictamente públicos) entran como un conjunto de factores cruciales irreducibles a simples mecanismos económicos. Por otro lado, amplios factores institucionales parecen moldear la constitución de las reglas de comportamiento, los procesos de aprendizaje, los patrones de selección ambiental y las condiciones de contexto bajo los cuales los mecanismos económicos operan en general, y a fortiori[22]con referencia al cambio tecnológico. Para decirlo de otra manera, no parece haber ninguna posibilidad significativa de (a) separar las variables estrictamente económicas de su contexto institucional y luego evaluar lo primero en relación con resultados de desempeño, descuidando lo último; (b) asumiendo que las variables estrictamente económicas sobredeterminan su contexto institucional hasta tal punto que lo último tiende a converger a un patrón único; (c) simplemente reducir todos los elementos económicos extra de interferencias o correcciones excepcionales a una supuestamente "optima", autosuficiente y bien ajustada maquina económica. Es decir que, si las proposiciones sugeridas arriba son correctas, entonces también cualquier evaluación de el rol de las políticas basadas en el enfoque "reduccionista" estas destinado a ser, a lo mejor, incompletas.
En estas circunstancias, las complejas cuestiones normativas aparecen en relación a la definición y evaluación de la eficiencia de diferentes combinaciones entre arreglos institucionales, la naturaleza de las tecnologías y los procesos económicos. Acá, vamos simplemente a sugerir algunas conjeturas y observaciones metodológicas.
Primero, vamos a empezar desde una clasificación de las variables en las que las políticas pueden actuar en general, y con referencia particular al progreso tecnológico. Sobre las bases de las discusiones precedentes pueden ser categorizadas como:
(a) La capacidad del sistema tecnológico/científico de proveer mayores avances innovativos y de organizar las condiciones de contexto tecnológicas (que van desde la infraestructura a las formas como son organizadas las diferentes variedades de externalidades);
(b) Las capacidades de los agentes económicos, en términos de la tecnología que incorporan, la efectividad y la velocidad con que buscan por nuevos avances tecnológicos y organizacionales, etc.;
(c) Los patrones de señales (las cuales, como hemos visto, dependen también de las asimetrías tecnológicas entre firmas y entre naciones, y a su vez, moldean los límites de un conjunto de posibles respuestas microeconómicas que son económicamente factibles para los agentes que –independientemente de sus estrategias precisas-tienen rentabilidad entre sus consideraciones de comportamiento);
(d) Las formas de organización dentro y entre mercados (Ej. La relación entre las estructuras financieras y la industria, las formas de las relaciones industriales, los distintos balances entre cooperación y competencia, el grado y la manera de internalización corporativa de transacciones, etc.);
(e) Los incentivos, estímulos y restricciones que enfrentan los agentes en sus ajustes y procesos innovativos (Ej. El grado de apropiabilidad privada de los beneficios de innovar, la intensidad de las amenazas competitivas, el costo y la rentabilidad de innovación, etc.).
Estas categorías que sugerimos, permiten una taxonomía de políticas de acuerdo con sus implicaciones en términos de los grupos correspondientes de variables. Nuestras conjeturas generales son que (i) la mayoría de los países occidentales de hecho presentan relativamente altos grados de intervención- así sean concebidas conscientemente como políticas industriales o no- que afectan a todas las variables arriba mencionadas; (ii) probablemente, si solo se considera el impacto de varias formas de transferencia financiera y adquisiciones públicas, ninguna diferencia notable es probable de ser detectada entre la mayoría de los países de la OCDE (posiblemente con una relativa baja importancia de Japón); y (iii) lo que principalmente diferencia a los países son los instrumentos, los arreglos institucionales y la filosofía de intervención. Como ilustración, considere el caso de las políticas japonesas, especialmente en relación con las tecnologías electrónicas. Interesantemente, Japón parece haber actuado exhaustivamente sobre todas las variables categorizadas en nuestra taxonomía. Una fuerte intervención discrecional sobre la estructura de señales (por medio de protección formal e informal sobre las importaciones e inversiones extranjeras y a través de una política de inversiones de instituciones financieras consistente con el crecimiento y las eficiencias Schumpeterianas) recrea el "ambiente aséptico" que es disfrutado solo por los líderes tecnológicos. No obstante, esto es combinado por un patrón de una fuerte rivalidad oligopolística entre compañías Japonesas y una orientación a las exportaciones que fortaleció el dinamismo tecnológico e impidió cualquier explotación de protección simplemente en términos de una colusiva asignación de precios monopolística.
Es tentativo comparar esta experiencia con otras mucho menos exitosas, como las europeas, que se baso en gran medida en un solo instrumento: transferencias financieras (especialmente subsidios en I&D y transferencias en la cuenta de capital); dejando al trabajo endógeno de los mercados internacionales, tanto la determinación de los patrones de señales y la capacidad de respuesta de las firmas individuales. Ciertamente, existen características específicas de país, en el ejemplo japonés, que son difícilmente transferibles. Sin embargo, este caso, en su sorprendente resultado señala a una posibilidad general de reorganización de las "ventajas comparativas" tal como se desprenden de una evolución endógena de los mercados internacionales.
Hay un punto general acá. Históricamente, un esfuerzo exitoso de "puesta al día"[23] o de "dar alcance" en términos de ingreso per cápita y salarios, han sido acompañados siempre por puestas al día tecnológicas en los nuevos y más dinámicos paradigmas tecnológicos, independientemente de los patrones iníciales de ventajas comparativas, especializaciones y señales generadas por el mercado.
Segundo, desde un punto de vista normativo, la discusión precedente destaca el rol general que las políticas y/o instituciones juegan en el cambio tecnológico. El proceso innovativo necesariamente incorpora una compleja y diferenciada mezcla de apropiación privada y aspectos de bien público (Nelson, 1981 y 1984) e implica una inevitable "falla de mercado", para usar un lenguaje familiar a los economistas. En consecuencia, la contraparte normativa de este fenómeno no considera el "sí", pero si considera el "cómo" y a qué grado las políticas deberían afectar las actividades innovativas. Además, la existencia de posibles compensaciones entre eficiencia "estática", por un lado, y eficiencia de crecimiento/Schumpeteriana, por el otro; algunas veces amplificadas por la manera en como las brechas tecnológicas se retroalimentan[24]de las señales de mercado en los mercados internacionales, implican que las políticas que también afectan las señales económicas pueden ser requeridas -sobre cualquier el criterio de bienestar escogido (Ej. Incremento del ingreso, innovación, empleo, etc.)- en un más amplio conjunto de casos, que aquellos prescritos por los argumentos tradicionales de industria naciente.
Nuestra conjetura es que, ceteris paribus, la necesidad estructural de políticas que afecten también los patrones de señales económicas (incluyendo los precios relativos y las rentabilidades relativas) a medida que vayan surgiendo desde el mercado internacional, va a ser más grande entre más significativa sea la distancia de cualquier país de la frontera tecnológica. De forma contraria, los mecanismos endógenos de mercado se tienden a comportar de manera "virtuosa" para aquellos países que pasaron a estar sobre la frontera tecnológica, especialmente en las más nuevas y más prometedoras tecnologías. Esto está ampliamente confirmado por la experiencia histórica: el libre comercio incondicional a menudo ha pasado a ser defendido y totalmente explotado solo por los países líderes.
Tercero, en lo que respecta al perfil de tiempo de los desarrollos tecnológicos, una división fundamental puede ser trazada entre las políticas relacionadas con el surgimiento de nuevos paradigmas tecnológicos y políticas con tendencia a mantener actividades tecnológicas a lo largo de una senda relativamente establecida. En el primer caso, las políticas deberían (i) proveer un flujo satisfactorio de avances científicos; (ii) establecer "instituciones puente" entre desarrollos científicos y su explotación económica; (iii) desarrollar estructuras financieras conductivas para apoyar los procesos de ensayo y error involucrados generalmente en la búsqueda de nuevos paradigmas tecnológicos; y (iv) actuar como "dispositivos de concentración" en el proceso de selección de las direcciones del desarrollo tecnológico. Con respecto al progreso técnico "normal", una tarea de política importante parece ser el mantenimiento de una oferta fluida de avances tecno-científicos, junto con condiciones "balanceadas" de apropiabilidad de los beneficios de la innovación. De forma contraria, los países bien abajo de la frontera tecnológica pueden encontrar igualmente necesario actuar por un lado, directamente sobre los niveles de capacidad de las compañías domésticas y, en contra de las características de apropiabilidad de las tecnologías relacionadas en la medida en que ellas actúen como una barrera de entrada para las compañías o países rezagados.
Cuarto, existe una dimensión fundamental de política que se refiere a las condiciones de contexto, la organización de las externalidades e infraestructuras. Esas parecen ser probablemente particularmente importantes en el proceso de transición entre diferentes regímenes tecnológicos (varias aglomeraciones de paradigmas tecnológicos), en donde las nuevas configuraciones involucran nuevos patrones de flujos intersectoriales de productos e información, nuevas infraestructuras comunes (piense en el rol de las autopistas en relación a las industrias automovilísticas o el rol de la telecomunicaciones en relación con la electrónica), y un diferenciado conjunto de "interdependencias no negociadas" (untraded interdependencies) entre compañías y sectores.
Quinto, las políticas públicas, intencionalmente o no, afectan las "racionalidades" fundamentales de los agentes, la forma como sus expectativas y objetivos se forman. A modo de ilustración, podemos pensar en el rol del gasto militar. En adición a los obvios efectos sobre la composición de la demanda y los patrones de señales económicas, otra indirecta pero igualmente importante implicación tiene que ver con la manera en que es probable dar forma a la estrategias y las perspectivas de gestión: Casi seguramente, los organismos públicos tienden a ser percibidos como una "garantía de último recurso", mientras que las habilidades de detección y las autoridades que influyen en las adquisiciones, son factibles a convertirse dominantes sobre las capacidades de comprensión y anticipación de las tendencias de mercado en entornos competitivos. Claramente, esto es solo un sencillo ejemplo de un conjunto de influencias que las estructuras políticas ejercen sobre la constitución de comportamiento de los procesos de mercado.
Algunas conclusiones
En un mundo caracterizado por el cambio técnico (tanto el cambio "continuo" a través de trayectorias tecnológicas definidas como el "discontinuo" relacionado a el surgimiento de nuevos paradigmas tecnológicos), rezagos y liderazgos tecnológicos moldean los patrones de las señales de rentabilidad intersectorial y entre productos y, de esta manera, también los patrones de asignación microeconómica. El último, sin embargo, puede afectar el dinamismo macroeconómico de largo plazo de cada país, en términos tanto de las tasas de crecimiento del ingreso consistente con las restricciones del balance exterior, como la innovación tecnológica. En última instancia, esto ocurre porque los efectos de una multiplicidad de señales (relacionadas con la rentabilidad, el crecimiento de la demanda de largo plazo y las oportunidades tecnológicas) sobre los procesos microeconómicos de ajuste son probables que sean asimétricos. Todas las veces que las compensaciones (trade-offs) entre distintas nociones de eficiencia surgen, resultados macroeconómicos "sub óptimos" o "perversos" pueden aparecer. Desde que los patrones futuros de ventajas/desventajas tecnológicas están también relacionados con los patrones presentes de distribución, podemos ver acá en funcionamiento los procesos dinámicos que Kaldor llama de "causación circular": señales económicas relacionadas con las rentabilidades intersectoriales – las cuales conducen de una manera clara a "ventajas comparativas" y especializaciones relativas- que indudablemente controlan y verifican la eficiencia distributiva de varios usos o empleos productivos, pero puede también jugar un rol más ambiguo o perverso en relación con las tendencias macroeconómicas de largo plazo.
Los procesos circulares (viciosos o virtuosos) que hemos discutido se refieren a la propia naturaleza de los mecanismos distributivos, en la medida en que la economía está caracterizada por el cambio técnico mostrando varios grados de oportunidades específicas de los sectores, acumulación, apropiabilidad, externalidades tecnológicas dinámicas y aprendizaje local e idiosincrático. Esto define también un dominio fundamental para las políticas.
Por otra parte, hemos argumentado que, los factores institucionales – incluidas, por supuesto, las políticas- son parte de la constitución de los procesos económicos, Ej. La forma como las actividades económicas son organizadas y coordinadas, el cambio técnico es generado y empleado, las regularidades de comportamiento dominante surgen, etc. Esto es otro dominio fundamental para las políticas.
Una comprensión detallada de, y una intervención sobre los patrones de señales, reglas de respuestas distributivas y formas de organización institucional de una "maquina económica" son particularmente importantes en aquellas fases de transición de un régimen tecnológico (basado sobre viejos paradigmas tecnológicos) hacia uno nuevo. Estos periodos históricos definen un nuevo conjunto de oportunidades y amenazas para cada país: los patrones de generación internacional y difusión de las tecnologías se vuelven más fluidos, al igual que consecuentemente, los flujos comerciales internacionales y los niveles relativos de ingreso per cápita.
La economía contemporánea – creemos nosotros- que está experimentando un cambio hacia un régimen tecnológico basado en la electrónica. En el proceso, las ventajas comparativas se convierten en una profecía auto cumplida de un exitoso conjunto de acciones institucionales y estrategias privadas: el éxito tecnológico y económico ex post hacen "optimo" desde un punto de vista del economista, lo que ex ante es un sueño político.
Una década después de la segunda guerra mundial, ningún economista podría haber sugerido que la electrónica era una de las ventajas comparativas japonesas. Ahora, claramente lo es. Si se hubiera tomado la eficiencia distributiva relativa de los diferentes sectores industriales hace treinta años como la base de las prescripciones normativas, Japón probablemente estaría todavía exportando seda. En ese sentido, el uso del criterio de la ventaja comparativa como la última y única base para las prescripciones normativas es un lujo que sólo los países sobre la frontera tecnológica pueden permitirse. Rebus sic stantibus[25]no tardará mucho para que los economistas japoneses aprendan y prediquen Ricardo o incluso Heckscher-Ohlin mientras puede más bien ser que los Americanos y Europeos redescubran Hamilton, List y Ferrier.
Autor:
Giovanni Dosi
Enviado por:
Vladimir Isaza
Universidad de Sussex
1988
[1] Palabra original en Ingles, "the rote".
[2] Heurística: técnica de la indagación y el descubrimiento. Buscar la solución de un problema mediante métodos no rigurosos, por tanteo o reglas empíricas.
[3] En sentido amplio.
[4] En ingles original: " Growth accounting exercises".
[5] Del Ingles Tacitness
[6] Del Ingles Input
[7] Del Ingles Fixed coefficients
[8] Del Ingles cumulative idiosyncratic
[9] Del Ingles success breeding success
[10] Del Ingles trade-off
[11] Del Aleman weltanschauung
[12] Del Ingles treatment variable
[13] Del Ingles untraded interdependencies: refer to those cumulative-causation prone externalities which "take the form of conventions, informal rules, and habits that coordinate economic actors under conditions of uncertainty. These relations constitute region-specific assets in production", "a central form of scarcity in contemporary capitalism", … and "of geographical differentiation in what is done, how it is done, and in the resulting wealth levels and growth rates of regions.".
[14] Del Ingles Arms-length relationships
[15] Del ingles looser
[16] Del Ingles Input coefficients
[17] Del Ingles joint production
[18] Del Ingles trade off
[19] Del Ingles no-ergodicity
[20] Esta independencia, trata por supuesto , de las tomas de decisión. Sin embargo, el punto es que cada agente contribuye a crear una "externalidad" para el conjunto de ellos.
[21] Propiedad de ser homotético.
[22] Con mucho mas razón, por causa de una razón más fuerte
[23] Catching-up
[24] Feed back
[25] "Estando así las cosas"
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