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De los Autos Sacramentales Españoles al Canto a lo Divino y Religión Popular en Chile

Enviado por xabierbarbera


    1. Los Autos Sacramentales, Definiciones y Orígenes
    2. Los Autos Sacramentales y su periodo de máxima expresión durante los siglos XVI y XVII
    3. El Auto Sacramental en América
    4. Del Auto Sacramental, al Canto Popular y otras Manifestaciones del Chile Popular
    5. Bibliografía

    Introducción

    El presente trabajo de investigación, no pretende ser una tesis doctoral, sin embargo la tentación arrastra la pasión hiriendo al intelecto, pero el carruaje de Cronos no espera en su transito hacia el infinito ni dista opciones temporales a una mayor dedicación. Es por ello y ante el breve tiempo que precede a la entrega este trabajo, mi investigación estará basada en "Los Auto Sacramentales" de la España medieval del Siglo XV y sus diversas manifestaciones hasta su prohibición en el siglo XVIII. Ante lo cual tomaremos sus orígenes y evolución en la península Ibérica como manifestación literaria popular y religiosa, a sus manifestaciones en la América colonial y su sincretismo con las manifestaciones. Postulando la hipótesis de cómo el Auto Sacramental toma forma en el Chile colonial, para transformarse en una manifestación popular que deriva del canto "Popular a lo Divino" y otras manifestaciones religiosas en el Chile de los siglos XVIII, XIX y XX. Para ello tomaremos a dos autores; en primer lugar a Juan Loveluck y su libro "Los autos Sacramentales", para obtener una visión general y explicativa del inicio, evolución y caída de esta manifestación en el continente Europeo; en segundo lugar analizaremos la obra de Maximiliano Salinas Campos "Canto a lo Divino y religión Popular en Chile" texto que nos dará una visión general de las diversas manifestaciones populares religiosas en nuestro país, ayudándonos de esta manera a solventar la hipótesis antes formulada "de la relación entre Auto sacramentales y manifestaciones de religión popular", en nuestro país.

    No falte en Mayo

    al agua al campo en sazón,

    que con buen año y sin Rey

    lo pasaremos mejor.

    Si el pueblo quiere ser rey y

    mostrárseme altanero

    yo junto a todito el clero

    Y lo hago darse a mi ley.

    Los Autos Sacramentales, Definiciones y Orígenes

    Difícil ha sido la definición de este genero entre eruditos y compiladores del mismo sin llegar a una definición real de este fenómeno que vio sus inicios en la edad media para luego ver su florecimiento y apogeo durante el siglo XVI, ya que el auto sacramental no puede ser catalogado meramente como un genero Literario, sino más bien como una forma de expresión popular propia de un pueblo consolidado fuertemente en sus raíces religiosas, tan propias del español visigodo.

    Sin lugar a dudas la definición mas clara y apropiada a esta forma de manifestación religiosa es aportada por Eduardo González Pedroso, quien define como Auto Sacramental "Dramas sagrados en un acto, que tienen por objeto elogiar las excelencias del sacramento de la eucaristía, o de los cuales consta, por lo menos que se representaron en la festividad del corpus", sin embargo el mismo autor mas adelante amplia su definición ya no solamente señalando a auto sacramental como propio de la festividad del "corpus" sino también abarca el misterio de la "eucaristía". Otro autor Angel Valbuena Prat, define como Auto sacramental, "Composición dramática en una jornada alegórica y relativa generalmente a la comunión, en donde se daba gran importancia a la música, como por el pomposo aparato escénico que llagaron requerir". Gracias a la definición de Angel Valbuena, podemos hacercarnos aun más a la raíz festiva de los autos, aludiendo a los términos de cómo "Jornada alegórica" e "importancia a la música".

    No obstante de los autores anteriormente citados, quien nos ofrece una real convicción del auto sacramental en su amplia forma y manifestación es LudwingPfandl quien destaca a los Autos Sacramentales como una manifestación simbólica de la literatura, prestando vida alegórica perceptible a los sentidos, conteniendo el mundo y la naturaleza, de afectos, sentimientos e inteligencia, la voluntad y la imaginación como potencias del alma, en donde la historia religiosa y profana toman forma a través de una iglesia triunfante conjugadora de un pasado, presente y futuro en la sociedad española de la época.

    Orígenes

    Sus orígenes como manifestación popular, están íntimamente ligados al genero "teatral" y "profano", muy anterior a la manifestación religiosa, la cual es una derivación probable del teatro Imperial Romano y de los antiguos Juego Hispanios. Con lo cual y siguiendo las afirmaciones de Leandro de Moratin "Ese teatro no nació, eclesiástico, sino que, por el contrario, influyo en él y llego a introducirce en algunas de las ceremonias de la iglesia".

    Las primeras claras manifestaciones del Auto Sacramental, instituido como tal, están dadas en la España medieval del siglo XI y aplicadas exclusivamente a solemnizar las festividades de la Iglesia y los misterios de la religión:

    Ya durante el siglo XII, se dan mas asiduidad a estos autos, representando motivos tales como Autos de Navidades, los Misterios y las Moralidades; muchas veces cargados de tragicomedias alegóricas, las cuales van variando paulatinamente desde un contexto idiomático del Latín a la lengua Romance.

    Posteriormente podemos ver como se van agregando otros elementos como la música, el canto litúrgico, poesía y otra variedad de esbozos musicales, que tenían como intención dar a conocer los temas piadosos o crear en los oyentes un modo de fervoroso y más acorde con los propósitos eminentemente religiosos del medioevo. Si bien y como hemos visto hasta ahora, estas manifestaciones religiosas comenzaron a incorporar diversos motivos espirituales, no esta el año 1263 que por medio de la ordenanza de Urbano IV, se inscribe al auto con una fecha determinada de realización "Todos los años, en el jueves siguiente a la octava de Pentecostés, se celebrase la festividad del Santísimo Sacramento allende de la ordinaria de cada día". Un siglo mas tarde, el papa Juan XXIII dispuso una magnifica procesión, en que se expusiese a los fieles el cuerpo de Cristo. Pero solamente después del Concilio Tridentino, cuando se logra apreciar un genero eminentemente español, en el cual se combinaban las formas dramáticas conocidas con los nombres de "Misterios y moralidades".

    Combinando la parte alegórica de las moralidades con elementos históricos y dogmáticos de los misterios, engendrando así una forma mas depurada de los autos Sacramentales, en donde se entremezclan los dos principios del drama teológico; por un lado el Elemento Bíblico y por otro el Elemento Escolástico, ambos teñidos de mitos y manifestaciones populares de la España de ese periodo.

    El momento fundamental en el auge de los Autos, esta dado en los acuerdos concebidos a partir del Concilio De Trento, en donde son concebidos de manera definitiva: La fijación precisa del Dogma eucarístico, los ordenes de Exposición y Adoración Publica del Sacramento eucarístico y procesiones y representacionesde la Glorificación.

    Es importante destacar que del Auto Sacramental, surge otro genero emparentado a través de su misma raíz religiosa pero de una masiva amplitud y manifestación de la conciencia popular la "Farsa sacramental".

    Los Autos Sacramentales y su periodo de máxima expresión durante los siglos XVI y XVII

    Como ya hemos visto hasta ahora el Auto sacramental va derivando paulatinamente en sus formas de representación desde sus inicios y primitivas manifestaciones teatrales en el siglo XI, hasta transformarse en majestuosos eventos que congregaban a toda la comunidad en el siglo XVII, durante el reinado de Felipe III, en donde "su representación congrego a centenares, a miles de espectadores desde el rey hasta el ultimo pícaro, que miraba ávidamente la escenas sin perder de vista las falquitreras nutridas de algún caballero". Durante estas fiestas no existían distinciones de ningún tipo, entremesclandose de esta forma tanto nobles como plebeyos.

    Los primeros Autos sucedidos en el siglo XI, eran sencillas representaciones, en las cuales apenas se requerían implementos escénicos y en donde los interpretes representaban la escena vestidos de manera natural, aunque aveces y dependiendo de los recursos y posibilidades de obtención, usaban pelucas y guantes.

    Así durante alrededor de cuatro siglo, estas manifestaciones permanecieron de una sencillez absoluta. Pero a finales del siglo XVI, durante el reinado de los Reyes Católicos se da a conocer uno de los autos mas elaborados que hasta ese momento se tuviere registro. Ocurrió durante el año de 1487, para las festividades del nacimiento, "La fiesta fue costeada por el Arzobispo y el cabildo diocesano: además de la Sacra Familia, intervinieron en la obra dios Padre, con guantes, varios profetas, con cabelleras de cerda, y siete ángeles, también con guantes en las manos y en la cabeza cabelleras de mujer. Remendaronse cielo y nubes, fingiéndose estrellas con oropel y tocante a maquinaria, hubo un torno movido por dos barrote, sobre el que se asentaba la Virgen y unas ruedas que daban vueltas a los ángeles".

    A través de este relato vemos como los autos sacramentales ya comienzan a tomar una forma y una expresión mas elaborada en donde en menos de medio siglo después se añadirían, carros alegóricos arrastrados por bueyes, constituyéndose en verdaderos teatros ambulantes, en donde surgió una verdadero oficio técnico de montaje y elaboración teatral, en donde las autoridades Seculares y Eclesiásticas, comenzaron a participar directamente en el financiamiento de estos eventos, en los cuales para conseguir un mayor brillo y esplendor de las fiestas, celebraban certámenes en donde se recompensaba a los mas talentosos artífices.

    Los poetas y cantores tenían un lugar de privilegio en estas fiestas; obteniendo una remuneración por sus lecturas y obras, la cual con el tiempo fue incrementándose y recibiendo el nombre de "Ayuda de Costa".

    Todo este jolgorio popular, el cual daba inicio a la realización de las Festividades del Corpus, se transformaba en un hervidero humano en cuantos a costumbres y manifestaciones populares, representadas en la elaboración y decoración de carros Alegóricos. Para ello el ayuntamiento de Madrid, días antes de la gran presentación realizaba la pintura de los carros con la mayor reserva y vigilancia en los extremos de la ciudad, con el fin de que no se divulgara el secreto antes de tiempo, y de esta manera la sorpresa fuese más efectiva

    Antes del inicio de la fiesta en el día de Corpus, lo primero en rigor era la misa, celebrada al amanecer y con grandes ceremoniales la cual una vez concluida, daba inicio a una gran procesión encabezada por el Rey y las Autoridades Eclesiásticas y Civiles. Finalizada la procesión se daba inicio a los Autos y el desfile escénico, el cual se realizaba en el las postrimerías o en los implubios de palacio, entre las loas y estremeces, llenos de elogios y exageraciones propios de la celebración.

    El periodo de mayor esplendor de los Autos Sacramentales, sucede durante el reinado de Felipe II, en donde se llega al aprovechamiento máximo de todo tipo de Artificios técnicos, maquinarias y manifestaciones populares. "En donde se presentaban carros alegóricos recreando castillos con almenas, paisajes completos, con sus montañas ríos y fuente, ciudades lejanas como Jerusalén, babilonia, recursos de prestidigitación, visiones fantásticas, animales desconocidos; todo ello acompañado de detonaciones y ruidos como relámpagos, truenos, entre otros."

    El Auto Sacramental como forma de manifestaciones, literaria, teatral, poética, carnavalesca y popular, sufre un importante revés durante el reinado de Fernando VII, quien prohibe las "Comedias de Santos, en las fiestas relativas al Corpus". Para posteriormente encontrar su fin definitivo, durante la monarquía de Carlos III quien, por medio de una Cédula Real el 11 de junio de 1776, prohibe de forma definitiva la realización de los Autos aludiendo "Ser los teatros lugares muy impropios y los comediantes instrumentos indignos y desproporcionados para representar los Sagrados Misterios"

    Es importante destacar las diversas manifestaciones que componen los Autos Sacramentales, las cuales las podemos agrupar en tres categorías, las cuales nos servirán como base para analizar su posterior sobrevivencia y manifestación popular en la América Colonial y Contemporánea.

    • Elementos Líricos y Epicos: dado por la preocupación de los poetas y autores de este tipo de piezas, por revestir en sus obras de una Forma Dogmática y teológica. Aunque muchas veces se incluían glosas alusivas a cantarcillos populares.
    • Elementos Dramáticos: conformados por elementos Técnicos y Dramaturgicos.
    • Elementos Psicologicos: Una viva expresión, de la existencia anímica y colectiva a través de alegorías y representaciones de la masa. En donde se ven incluidos de forma real los diversos hombres que constituían el universo, interior de los rasgos psicológicos de todas las clases sociales.

    El Auto Sacramental en América

    Los Orígenes de esta forma de manifestación en nuestro continente, están dados con la llegada de los primero Conquistadores y Misioneros a quienes, convenía de sobremanera este tipo de manifestaciones escénicas, para aprovecharlas en las catequesis como forma de conquista espiritual frente al indígena.

    Las primeras representaciones en la América colonial Hispánica, se pueden observar en México, en donde es celebrada la primera festividad del Corpus, en 1529. Años después en el día de San Juan, se realizo en la ciudad de Tlaxcala, cuatro autos en prosa.

    De este mismo modo se tienen noticias de otro auto efectuado en el año 1540, por Fray Andrés de Olmos, escritos en lengua indígena. En los escenarios de América sucedió lo mismo que con la antigua escena sagrada española del siglo XI, en un comienzo muy rudimentaria para dar paso a verdaderas manifestaciones sacras y carnavalescas del fervor popular.

    Uno de los factores que sirvió de fragua para la realización de estos Autos, fue la disposición indígena a celebrar "fiestas de disfraces", en donde sé entremezclaban, lo cómico y lo grotesco. Sin embargo estas fiestas distaban mucho, de la magnificencia y el fervor que desataban estas fiestas en la Península Ibérica, pero conservo la fecha y representatividad de la fiesta del Corpus; sirviendo de base para la creación de un sincretismo religioso, entre los autóctonos del continente y los representantes de Vieracoxa , venidos desde mas allá del océano.

    En el caso del Perú, gracias a las crónicas del Inca Garcilazo de la Vega, poseemos registros de obras escritas por los misioneros Jesuitas para los indios, en un lenguaje bilingüe. Toda la representatividad y fervor popular que producían estas fiestas, fue de muy difícil olvido para los españoles venidos a esta nueva España, registrándose en el año 1526, uno de los mayores Autos Sacramentales, fue realizado en el Perú, estableciéndose recompensas para el mejor Auto, representado en las festividades del Corpus.

    A finales del siglo XVII estas fiestas ya se encontraban muy enraizadas dentro de la población, celebrándose los Autos Sacramentales, en lugares públicos y a cargo de actores profesionales, una de los autos más importante, fue el realizado por Sor Juana Inés de la Cruz , quien compuso diversos Autos, entre ellos "El divino Narciso".

    Del Auto Sacramental, al Canto Popular y otras Manifestaciones del Chile Popular

    Si bien en nuestro país a diferencia de España y de otras naciones de América, no existen claros antecedentes que puedan demostrar la realización de "Autos Sacramentales", en la magnitud y esplendor de los otros países anteriormente mencionados. Podemos señalar que en Chile ocurrió un tipo de manifestación de carácter popular, la cual entremezclo algunos elementos presentes en los "Autos Sacramentales", como son los elementos "Líricos, Poéticos, Dramáticos y Psicológicos", los cuales constituyeron la base de lo que posteriormente se habría de llamar "Los Cantos Populares a lo Divino". Es aquí en donde se mezclan la poesía y la lírica, como forma de alabanza y de expresión del bajo pueblo, frente a una iglesia, poco representativa oligárquica y elitista "Latente contradicción entre Religión Oficial y religión Popular, presente desde los orígenes de la sociedad colonial".

    Los orígenes del Canto a lo Divino, lo podemos encontrar en la poesía franciscana de Iñigo de Mendoza y de Alfonso Montecinos, ambos autores pertenecientes al otoño medieval del siglo XV, quienes influencian los cantos chilenos por el Apocalipsis. En Chile el "Canto a lo Divino", fue una forma común en la literatura colonial de los siglo XVI y XVII, sin embargo es a partir del siglo XVIII en donde pasa a ser un tipo de manifestación poética "rural y popular", alcanzando su periodo de máximo esplendor durante mediados del 1800 e inicios del 1900. Una de las principales características de este tipo de manifestación, lo constituye la adoración religiosa, presente en las procesiones populares de alabanza a la divinidad en las cuales intervienen el fervor religioso, lo carnavalesco y lo profano; unidos a los misterios de la Pasión y Resurrección, la celebración de la Navidad (como el Carnaval del Pobre) y las fiestas realizadas a Los Santos.

    Una de las representaciones mas importantes realizadas en Chile, con motivo de las conmemoraciones de semana Santa, era celebrada en la ciudad de Quillota en donde se alababa el "Santo Entierro de Cristo" .

    El origen de esta celebración databa desde el año 1776, en donde se celebraba con una procesión el "Santo Entierro de Cristo". Esta manifestación era celebrada en la noche del Viernes Santo, teniendo la característica que en ves de presentar la clásica urna de cristal, con la imagen de Cristo Muerto, exhibían en procesión la imagen de un Pelicano, confeccionado de madera espejos y resortes, los cuales daban movimientos a sus alas. Esta idea del Pelicano como representación de Cristo tenia su origen en un auto sacramental, realizado por Lope de Vega, en donde esta ave según la tradición, se perforaba a sí mismo el pecho para alimentar con su sangre a sus crías, de esta misma forma Cristo se daba muerte a sí, mismo para con su sangre salvar nuestra alma.

    El Pelicano pasa a ser, un símbolo de las masas rurales, como un compendio de la actitud amorosa y compasiva de la naturaleza ante la muerte del Mesías. Esta celebración fue haciéndose patrimonio de las clases populares, quienes recibían con jubilo el paso del ave que transportaba el cuerpo del Mesías. Una de las muestras de fervor popular hacia la representación Cristica del Pelicano, lo constituyen obras poéticas como las registradas por Rosa Araneda;

    Pelicano misterioso

    Te picas el corazón

    Para ayudarle a morir

    Al martir de la pasión

    Es un signo de nobleza

    si espiras lleno de gozo,

    subes al cielo glorioso

    donde el Dios infinito

    A través de la celebración de la "Semana Santa Quillotana", vemos como se unen elementos propios de los Autos Sacramentales, tales como la Poesía y la Técnica acompañados del elemento Psicológico popular, manifestado a través de la imagen del Pelicano. Esta celebración vio su fin el año 1906, fecha en que un terremoto destruyo por completo el anda del pelicano.

    Otra de las manifestaciones populares, relacionadas con los misterios de la resurrección Chile, lo constituya la quema de Judas. Esta celebración consistía en un rito carnavalesco en donde se construía un muñeco (Pelele), el cual representaba la figura de Judas Iscariote, la cual era quemada el día de Pascua de Resurrección. El significado de esta fiesta radicaba, en el derrocamiento simbólico de los poderes de la Muerte, mediante la destrucción de un pelele (muñeco), a través de su quema o purificación a por medio del fuego.

    Esta fiesta era ante todo un "Carnaval Campesino" en donde el pueblo representaba en la figura de Judas, la destrucción simbólica del poder oligárquico represivo.

    Esta fiesta era comúnmente celebrada en la región central de nuestro país, siendo el regocijo de las clases populares. En la actualidad esta celebración se continua realizando en las ciudades de Melipilla, Talagante y Valparaíso.

    Como forma de conclusión de este trabajo, podemos señalar que si bien y como lo habíamos expuesto con anterioridad en Chile, no existen registro celebraciones de Autos Sacramentales, con la magnificencia y fastuosidad de como eran conocidos en la península Ibérica, podemos señalar que en el caso de Chile el, Auto Sacramental en su genero Literario, derivo a un tipo de manifestación autóctona y muy particular. Como son los Cantos Populares a lo Divino, los cuales encontraron su máximo esplendor durante mediados del siglo XIX y principios del siglo XX, como forma de expresión popular hacia la divinidad, cargada de ribetes críticos hacia las clases oligárquicas políticas y religiosas de nuestro país. Intentando hacer sentir a través de manifestaciones carnavalescas y fervorosas la fe de las clases populares y su anhelo de justicia y libertad.

    Podemos señalar que este tipo de manifestaciones, si bien no poseen las mismas características de antaño, aun son celebradas por las clases populares; como es el caso de la quema de Judas, coplas y payas hacia la Virgen realizadas en los sectores rurales de la V, VI, VII y VIII, regiones; y fiestas manifestadas a santos en particular como es el caso de la Fiesta en honor a San Pedro o san Sebastián.

    Bibliografía

    Loveluck Juan, "Autos Sacramentales" Ed. Zigzag, Santiago 1954.

    Salinas campos Maximiliano, "Canto a Lo divino y a la Religión Popular en Chile"

    Pfandl Ludwing "historia de la literatura nacional española en la edad de oro", ed. Seix Barral 1964

    Luis Emilio Romero R.

    Universidad Arcis

    Carrera de Lic. En Historia y C. Sociales

    Cátedra de Historial Medieval y Moderna