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Como pensar un país: caso Uruguay (página 2)

Enviado por bquaglio


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Pensar un país lleva a saber administrarlo.

La conservación, el desarrollo de sus recursos y el manejo y dominio de sus circunstancias es fundamentalmente una misión de campo.

En un reciente artículo, recordé al Dr.Carlos Quijano, quien en 1957 (hace 50 años) desde su semanario Marcha sostuviera:

"Los pueblos chicos tienden a desaparecer. Ya de una manera desembozada, ya de una manera hipócrita. O se los absorbe o se los mediatiza. Una política inteligente debería buscar, con sentido realista, una integración voluntariamente consentida que salvare lo propio y limpio de cada pago, en lugar de esperar, sumisa y resignadamente entre el chisporroteo de los floripondios, la servidumbre por otros impuesta. Algo de esto miramos todos los días aunque no lo veamos".

Diversas situaciones que vienen desafiando a que cada país se repiense a sí mismo llevando a cabo una profunda AUTOCRÍTICA; estableciendo un diálogo positivo a través de la comunicación social, mejorando la calidad de vida de la población; creando modelos de gestión económica democráticos, participativos, autogestionarios, mixtos y autosuficientes.

En términos generales, y lo destaco como prioridad, las sociedades deben tener un proyecto político consensuado logrado entre tres actores fundamentales: poder político, campo universitario, sociedad nacional en todos sus estamentos, pues, PENSAR seriamente UN PAÍS, obliga a dar verdadero sentido y contenido a la política en su mejor contenido , a la educación, a la comunicación mucho más que a la simple información.

Una antigua fórmula surgida en ciertos países europeos a finales del siglo XIX y practicada en el siglo XX indicaba: PENSAR GLOBALMENTE Y ACTUAR LOCALMENTE, lo que permitió la formación del actual gran espacio europeo, renovando y consolidando nuevas formas de relación inter-pares.

Se trata de una conducta de la cual carecen los países iberoamericanos a pesar de sus variados y sucesivos intentos de integración regional , dado que algunos gobiernos siguen aferrados a antiguos esquemas parroquiales sin comprender los beneficios que proporciona una actitud – que, si bien nacionalista- debe presentar una proyección regional y mundial.

Decía el pensador argentino don Arturo Jauretche:

"No es posible quedarse a contemplar el ombligo de ayer y no ver el cordón umbilical que aparece a medida que todos los días nace un nuevo país a través de los jóvenes. No se lamenten los viejos de que los recién venidos ocupen los primeros puestos de la fila, porque siempre es así: se gana con los nuevos".

Ante el penoso resultado de la reciente Cumbre Iberoamericana, una breve reflexión me conduce -brevemente- a plantear una breve reflexión: ¿se conoce así mismo Iberoamérica?

En el libro titulado "América Latina en el sistema internacional", -su autor Pope Atkins – plantea tres agudas interrogantes:

"¿Qué tan valida la perspectiva de América Latina como subsistema regional en el contexto político internacional? ¿Forman los 27 estados independientes en la región, una entidad coherente para un estudio? O ¿América Latina no es más que una conveniente expresión geográfica.?"

La realidad indica que Iberoamérica "como civilización emergente" al decir de Adolfo Columbres, sigue planteándose una secular interrogante respecto a su futuro. Si bien se evoca reiteradamente algunas frases pronunciadas en el siglo XIX por sus grandes Libertadores (Artigas, Bolívar, Bonifacio y Andrade, San Martín, entre otros) ), se evoca, sí, pero no se actúa en consonancia , lo que da lugar a tan grave interrogante que, por demás, se constituye como "espada de Damocles" para las más jóvenes generaciones, las que están protagonizando el mayor éxodo migratorio en contrasentido al de sus antecesores, "huyendo", sí "huyendo" en busca de mejor futuro.

Refiriéndose al caso uruguayo, en 1959 (hace 48 años), el Cr. Enrique Iglesias en conferencia ofrecida en un ciclo auspiciado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, refiriéndose al Uruguay y consideraba que la ausencia de dinamismo en su política exterior y más grave aun, sin una planificación interna-

"Uruguay se está convirtiendo en un país exportador de hombres, es decir convertirnos en cierto modo en un país de población regresiva y cada vez más envejecida -porque se van a ir los más jóvenes y los más capaces" .

Ha pasado medio siglo y todo sigue igual, lo que significa peor. Hace unos días se informó oficialmente que en el correr de este año emigraron del Uruguay 22.000 ciudadanos, la mayoría jóvenes.

En el tema PENSAR UN PAÍS, me permitirán compartir algunas reflexiones al caso concreto de nuestro país.

Aquí estamos presentes generaciones que han vivido la irreal y corta ilusión de ciertos eslóganes que; Uruguay "estado tapón o tampón" como Bélgica o Pakistán; Uruguay "tacita del Plata", Uruguay "la Suiza de América del Sur", la del norte es o era Costa Rica; Uruguay "país llave de la cuenca del Plata". Últimamente: Uruguay "país natural", "país productivo".

Invito a Uds. a un sincero análisis retrospectivo. ¿Dónde quedó el pensamiento del Gral. José Artigas, cuando marcó en sus Instrucciones del año 13 el destino geopolítico que debería tener su "Banda Oriental" ?, que hoy se traduce en Uruguay en la región.

¿Se acentúa y considera -en la actual revisión de los textos de enseñanza– la acertada visión prospectiva del prócer al fijar la privilegiada posición de "su comarca" en el espacio de este Cono Sur atlántico.?

¿Estará acertado – Methol Ferré- al decir que los uruguayo hemos achicado la figura de Artigas a nuestra mera estatura, convirtiéndolo en exclusivo héroe local, pues Artigas es mucho más que nosotros y nosotros su fracaso histórico ?

Un somero análisis geopolítico indica que el viejo Uruguay -el que nació por mandato inglés– sólo tuvo políticas sin espacio; que la Banda Oriental fue un paréntesis afortunado del sueño de las fronteras rioplatenses.

En nuestros días, el hecho geopolítico más destacado -para muchos- es que ante el despertar de las fronteras sudamericanas, nuestra historia americana regresa; lo que implica un gran desafío pues, debe definirse cuál es la lógica de nuestros movimientos -o quizás de nuestro actual inmovilismo.

Reconocido es que en el ayer, el Uruguay fue un arco de bóveda que sostuvo los compartimentos mediterráneos de las provincias del litoral argentino y los estados sureños de Brasil. En nuestro tiempo PENSAR EL URUGUAY, debe inscribirse en perspectivas más vasta, dado que pensar al Uruguay en sí sólo, es no pensar en nada, pues "lo que no se piense, discuta y estructure desde tal condición, es puro lastre, sobrevivencia de ese ayer que viene asfixiando al país."

Valiosos antecedentes

Es justo recordar que las décadas de 1960 y 1970 fueron muy ricas en presentar importantes ensayos referidos al tema COMO PENSAR AL URUGUAY. Hago recuerdo de libros que hoy se encuentran ignorados, olvidados o archivados en algún anaquel. Entre otros:

1964.- Prof. Carlos Real de Azúa : "El impulso y su freno", describiendo el inicio de la industrialización en Uruguay durante los gobiernos del José Batlle y Ordóñez.

1966.- Cr. Enrique Iglesias : "Uruguay una propuesta de cambio", ofreciendo pautas para el desarrollo nacional.

1967.- Prof. Alberto Methol Ferré : "El Uruguay como problema", reflexionando respecto a la conducta histórico-política del país.

1972.- Ing. Jorge Aznárez : "El segundo frente: río Uruguay", presentando las oportunidades del litoral uruguayo a favor del desarrollo nacional.

1972.- Prof. Vivian Trías : "Uruguay y sus claves geopolíticas", analizando los alcances de "integración para la liberación" e "integración para la dependencia".

1979.- Prof. José Cagnoni: "Las regiones y la descentralización territorial", diseñando un proyecto de acondicionamiento político-administrativo del Uruguay.

1984.- Prof. Carlos Real de Azúa: "Uruguay una sociedad amortiguadora", ensayo escrito en 1973 y publicado en edición "post-morten", donde analizara el perfil cultural de la población uruguaya.

PENSAR UN PAÍS , en síntesis, significa tener en cuenta la razón histórica de su devenir.

En el Uruguay de las últimas décadas se viene hablando de una REFORMA DEL ESTADO, en base a una nueva reforma constitucional. El concepto de "reforma del Estado" es muy extenso, no se trata simplemente de una reforma político- burocrática, (como la mentada e ineficaz descentralización en el departamento de Montevideo), sino que incluye gran cantidad de temas que pertenecen a los ámbitos de política económica, política social, administración pública, política educativa, a la esencia misma de la naturaleza del Estado.

PENSAR UN PAIS -en el caso concreto de Uruguay- debe conducir a terminar con el esquema centralizador de un Estado paternalista propietario, interventor excesivo y absorbente.

PENSAR UN PAÍS -para Uruguay- significa concebir un proyecto "aggionardo" significa convertirlo en más justo y eficaz; significa redimensionarlo y proyectarlo a la región a la cual por más de un siglo, Uruguay- por ceguera geopolítica sólo ha sabido darle la espalda contemplando absorto las luces de Europa; lo que lo convirtió en "un país transplantado" , como lo calificara el sociólogo brasileño Darcy Ribeiro.

PENSAR EL PAÍS en el caso Uruguay, es acertar con pragmatismo en la definición de objetivos y estrategias que le favorezcan un positivo retorno a la región iberoamericana. Es oportuno realizar aquí una pregunta: ¿qué alcance tiene tal "latinoamericanización".

Considero que ciertas determinantes geopolíticas históricas lo señalan: volver a ser frontera, con todo el estar en vilo, con el riesgo que ello implica, donde cada decisión o indecisión tiene las más graves consecuencias.

Concretamente, quizás el punto más importante de la tarea de PENSAR UN PAIS es saber enfrentar, inteligentemente, los desafíos que vienen presentando los territorios en transformación que tienen lugar en diversas áreas del mundo, Tal hecho le significa a Uruguay, tener en cuenta que un Estado moderno -como señala Sergio Boisier- debe ser capaz de comprender la estructura de su entorno, pues el mayor desafío contemporáneo es ubicarse en núcleos competitivos y modernos en el contexto internacional y en núcleos competitivos y participativos en el contexto regional.

¿Dónde radica la esencia de una respuesta exitosa? En imaginar con prudente cordura la planificación de un futuro o futuros posibles con visión nacionalista-integracionista, con una política territorial explícita, pues sin ella se puede configurar una mayor polarización espacial, como en el caso que actualmente Uruguay presenta, es decir "un territorio a dos velocidades": una parte del territorio nacional que crece y se desarrolla impulsado por las fuerzas del mercado y otro que se estanca y retrocede.

El tema pues, se inscribe en dos tareas fundamentales:

  • Lograr un acertado acondicionamiento territorial para establecer en él una justa reforma administrativa.
  • Proyectar una estructura espacial distinta a la histórica, lo que obliga a normalizar el desarrollo regional en un esquema planificado dirigido a materializar una imagenobjetivo espacial acorde con los requerimientos de la "nueva economía" y las permanentes y justificadas aspiraciones de la sociedad toda.

En este punto cabe una gran interrogante -sin reproche hacia el poder político, pero muy llamativa:

¿Para qué fue creada en 1967 la OPP (Oficina de Planeamiento y Presupuesto) si nunca ha funcionado la primera "P" .

¿Con qué finalidad -23 años después- se superpuso el MVOTMA Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente , que aun carece de una ley de ordenamiento territorial, cuyo primer anteproyecto de ley fue presentado hace 13 años?

¿En que quedó todo lo expuesto -por técnicos, políticos, intendentes de todo el país- en aquel debate nacional que bajo el título "Territorio una apuesta al futuro" se realizara el 11/12 de mayo de 1994? , editándose en un libro todas las exposiciones realizadas…

En Uruguay, como en otros países del continente iberoamericano, el "remanente" del modelo de "Estado de Bienestar" no consolidado, al ser incapaz de ofrecer soluciones a las crecientes demandas de la sociedad por mejoras en las condiciones de vida, le ha creado un enorme vacío a un gran sector ciudadano emergente que ha pasado -últimamente- a jugar un importante papel en la vida del Estado.

PENSAR EL PAIS -en Uruguay- debe conducir a resolver el desequilibrio socio-económico-cultural que se manifiesta entre el centralismo de Montevideo y el interior uruguayo.

¿Dónde ubicar la frontera interna entre ambos espacios?.¿En el río Negro? -que divide geográficamente al país en dos, ¿o quizás más al sur en la Cuenca del río Santa Lucía?

Como señalaba mi recordado amigo el Prof. Reyes Abadie: "El Uruguay es Montevideo y el terrenito del fondo", fácilmente comprobado por los volúmenes de flujo de transporte carretero interno del país (un Uruguay sin ferrocarril y sin cabotaje), que señalan los profundos desequilibrios entre volúmenes de ida y de retorno al interior del Uruguay.

Aunque duela decirlo, Uruguay ha sido históricamente indiferente con su territorio interior. Prueba la historia de creación de los Departamentos, cuando se tomaron en cuenta razones políticas para crear bancas en el Senado de la República, llegándose al ridículo de establecer jurisdicciones separadas por la calle principal de alguna ciudad limítrofe. La elección de Intendente dependía en qué acera vivía el votante.

Si la ordenación del territorio resulta del mandato constitucional, podemos concluir que la GESTIÓN Y LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO DEBEN PLASMARSE EN UNA POLÍTICA DE ESTADO.

Uruguay ante el reto actual

Muchos son los desafíos que debe enfrentar el PENSAR EL URUGUAY. Haré una referencia a algunos de los problemas claves:

Se entiende que una reorientación territorial de las actividades y de la población, requiere previamente definir QUÉ PAIS QUEREMOS LOS URUGUAYOS PARA LAS PRÓXIMAS DÉCADAS.

Nuestra realidad indica que el gradual deterioro interno, que la imágen de "país embudo" , términos frecuentes en Uruguay, son producto de una situación que obliga a establecer políticas coherentes en cada uno de los espacios diferenciados del territorio nacional.

En la actualidad, en lo personal soy atento testigo la transformación de gran extensión del territorio nacional : del histórico modelo agrícola-ganadero (país natural) hacia la tendencia en ofrecer a nuestro pequeño territorio como base operativa de un "hiper" Uruguay forestal-celulósico, (país productivo) que si bien ofrece oportunas ventajas por unas décadas, en visión perspectiva a 50 años, pregunto qué alcance tendrá la sintonía entre "natural" y "productivo".

Ante el empuje de espacios en el Cono Sur , considero que es tarea que no permite demoras – la organización armónica del frente fluvio-marítimo-oceánico, en base a las oportunidades que Uruguay puede y debe saber ofrecerle a la región, tanto con sus puertos en el litoral, el montevideano y un puerto en aguas profundas que el espacio del MERCOSUR atlántico lo necesita; reorientando, integrando, complementando, simultáneamente, el sistema circulatorio para un transporte multimodal de cargas, con protagonismo en los sistemas bioceánicos donde por falta de una pujante política internacional, el Uruguay está quedando marginado.

Un territorio "a futuro" puede y debe imaginar escenarios alternativos:

* Permitiendo a la población de las diversas zonas del país la posibilidad de participar en la definición de su propio destino, contribuyendo y comprometiéndose con los objetivos superiores de su región y del país.

*Brindando a los habitantes del área interior una igualdad de oportunidades para alcanzar los beneficios de un desarrollo integral .

*Aceptando que la descentralización administrativa al delegar ciertas facultades en forma responsable, no implica un debilitamiento del "poder central", sino que por el contrario, el ejercicio del poder delegado debidamente supervisado lo robustece al convertirse en decisiones y acciones que siguen un único pensamiento nacional.

*Reconociendo el poder político, que la ausencia de planificación a nivel nacional ha dado lugar a expresar nuevos términos que provocan honda preocupación: EXCLUSIÓN SOCIAL, DESCALIFICACIÓN SOCIAL, necesidad de establecer una COHESIÓN SOCIAL.

Finalizo esta esquemática exposición, considerando algunos puntos clave que vienen exigiendo soluciones desde tiempo atrás :

1).- Alcanzar una eficaz interacción de la dinámica regional la cual debe ser planificada, presentada como POLÍTICA DE ESTADO y defendida por una política exterior creativa como pujante.

2).-Ordenar la fragmentación de las áreas rurales controlando la indiscriminada extranjerización que por años se viene concretando , al igual que importantes establecimientos industriales.

3).-El diseño de ejes longitudinales y transversales (red recticular) superpuesta a las redes radiales.

4).-El dictado de una política en áreas de frontera en base a sistemas regionales flexibles controlables, teniendo muy en cuenta que la soberanía no se gradúa por coeficientes de impenetrabilidad, que ella se mide por la propia capacidad de comunicación, por lo cual, en definitiva no es déficit sino un superávit en la relación internacional.

5).-Con profundidad, encarar problemática energética analizando fuentes de alternativa (gas, eólica, nuclear) para un futuro que está golpeando las puertas en la región.

Uruguay en el Cono Sur

eitero en esta oportunidad, lo que manifestara hace 31 años, en mi libro "URUGUAY EN EL CONO SUR". En 1967 , me planteaba dos interrogantes y lanzaba una afirmación:

EL URUGUAY, ¿QUÉ DESTINO TIENE?

– ¿ Inserto en sí mismo, bajo esquemas perimidos, dependiente y resignado a un gradual e inexorable deterioro ?

– ¿ Vinculado, por razones de espacio solamente, a la moderna y pujante estructura integracionista latinoamericana marcada por sus grandes vecinos?

– Afirmamos: debe proyectarse, consciente y voluntariamente, con clara visión geopolítica al hecho continental, rompiendo aquellos esquemas perimidos y colonialistas.

Y al igual que hoy, planteaba cuatro grandes acciones con proyección geopolítica:

La primera: la ordenación del espacio nacional, considerando que el territorio es uno de los elementos constitutivos de la existencia de un Estado y el motivo determinante de su geopolítica.

La segunda acción debería concretar la descentralización administrativa acompañada por la industrial, considerando que los tiempos históricos se encuadran en espacios geográficos que se conjugan en verbos económicos.

La tercera acción era a favor de una activa participación del Uruguay en el proceso de integración socio-económica regional, (en aquel entonces La Cuenca del Plata, hoy es el MERCOSUR ampliado) considerando que es fundamental para Uruguay que su línea política interna viva en acción paralela con su línea política internacional, en un proceso nacionalista-integracionista.

La cuarta acción geopolítica, consideraba en aquellos años, que la dinámica mundial obligaba a Uruguay, además de intensificar su comercio con algunos países europeos, y los Estados Unidos, había que dirigir la mirada y la acción hacia el gran mercado asiático, pues desde el último tercio del siglo XX, tanto los países desarrollados como los periféricos estaban dispuestos a participar en procesos de relación más amplios que los que tradicionalmente fueran impuestos por las esferas de influencia. Sólo Itamaraty -en Iberoamérica- supo entenderlo.

Soy optimista por naturaleza, y tengo siempre presente el bello pensamiento que lograra expresar el pensador argentino José Ingenieros, y que os trasmito:

"Si un pueblo es vital y tiene un destino histórico que cumplir, un ciclo que recorrer, sus hombres lo prevén y lo interpretan, anticipándose con el pensamiento a la realidad que otros alcanzarán a vivir".

 

 

 

Autor:

Prof. Bernardo Quagliotti de Bellis

Secretario General de la Asociación de Geopolítica

Director de GEOSUR

Presidente de la Academia Uruguaya de Geopolítica

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