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Huelga en el Deporte (novela) (página 3)

Enviado por Reinaldo Carvallo


Partes: 1, 2, 3

Otro problema básico del deporte venezolano es el aspecto financiero. El IND (y allí también yo soy corresponsable), con muy buena intención y sin darse cuenta, ha producido un resultado en cierto modo negativo. Todos nosotros sabemos que cuando no exista el IND, había deporte en Venezuela. Leopoldo Márquez jugaba beisbol, jugaba futbol y no había Instituto Nacional de Deportes; había balones, había con que comprar los balones, con que comprar los zapatos y había con que cubrir todas las necesidades del deporte. ¿De dónde salía esto? Salía de los bolsillos de los propios atletas, de los bolsillos de los padres de los propios atletas, que gustosamente contribuían, porque éramos los primeros beneficiados; salían de la contribución privada, de las empresas industriales, comerciales, de diversas fuentes, pero salía una contribución para el deporte y el deporte existía y había campeonatos de futbol y campeonatos de beisbol sin IND. Aprecio el IND como una idea feliz, pero surgió el fenómeno. El IND, poco a poco, fue asumiendo el financiamiento del deporte hasta un extremo que yo diría que hoy es casi integral. El deporte de hoy lo financia el Estado a través del IND, a través de los gobiernos estatales, a través de otros organismos, pero la contribución privada casi, prácticamente, ha desaparecido.

Yo conceptuó que este es otro error fundamental. Debemos pensar que si queremos que en Venezuela llegue a estructurarse aquella pirámide de que hablamos al principio, lo cual significa que muchos cientos de miles de muchachos venezolanos practiquen algún deporte, sin la contribución privada, habría que elevar el presupuesto del IND, a cifras astronómicas, nada más que para suministrar las pelotas, los balones, lo zapatos…

Muy brevemente, yo quiero decir: es necesario rectificar, es necesario que la iniciativa privada vuelva a los cauces normales, como ocurre en todos los países donde el deporte tiene una organización robusta, un real, una locha o un bolívar, para su deporte. Yo recuerdo que cuando inauguramos en el IND la piscina olímpica, de una manera simbólica, el Instituto decidió que cada muchacho que fuera allá, no a bañarse, si no a tomar una lección de natación, obligándosele a darse un baño, suministrándole una toalla limpia y un jaboncito, se puso una contribución de un real. Eso lo hicimos sabiendo que no iba a producir ni la centésima parte del costo del mantenimiento de la piscina; pero lo hicimos como una iniciación para aquellos muchachos. Como lo vemos en cualquier parte del mundo, a cualquier piscina pública, va todo el que quiere y paga una pequeña contribución. Sin embargo, la medida fue censurada. Fue criticado el Instituto, por quitar un real a un pobre niño; y tan pronto como me retiré del Instituto, aquel realito fue suprimido. Yo me permito afirmar que esta medida fue un error, y que esa es una idea pedagógica que debe mantenerse. Si cada uno de los jugadores de béisbol del Distrito Federal dejara de fumarse una caja de cigarrillos al mes, o dos, o tres, y aportara el valor de esas cajas de cigarrillos, como aportábamos nosotros tres bolívares mensuales, habría dinero para comprar pelotas, para comprar zapatos, etc. Este es otro de los problemas fundamentales, cuya rectificación debe ser acometida.

Instalaciones deportivas. Recién llegaba al IND, los miembros del Directorio comprendimos que la falta de instalaciones deportivas era uno de los problemas básicos del deporte venezolano.

Hicimos un censo aproximado, con los medios de que disponíamos, de lo que para ese momento había en Venezuela y partiendo de esa información elaboramos un programa donde está indicando lo que hay en cada una de las poblaciones de Venezuela que tienen de diez mil habitantes en adelante, y lo que debe construirse en cada una de esas poblaciones para completar un conjunto que conste de esto: un campo de beisbol, un estadio olímpico, un gimnasio cerrado, una piscina, una cancha de bolas criollas, una manga de coleo. Pero, lo más importante de este plan no es esto, lo importante es la filosofía que aquí se establece acerca de cómo deben hacerse los estadios. Yo voy a decir algo que quizás parezca absurdo: el error que se está cometiendo en Venezuela, y que se seguirá cometiendo, es la construcción inconsulta de estadios. Yo me abismé cuando se dijo que para los III Juegos Deportivos Nacionales a celebrarse en Barcelona, se necesitaba construir instalaciones por un valor de diez millones de bolívares. Me parece absurdo gastar diez millones de bolívares en unas instalaciones deportivas para realizar un evento que dura una semana y que luego no van a tener utilidad que justifiquen su costo. Porque estadios de ese costo no se justifican en Barcelona. Creo que el error ese va a repetirse en Maracaibo; y pienso que si el mismo error se sigue cometiendo en cada una de las capitales del Estado, donde deban realizarse los Juegos Deportivos Nacionales, estos no podrán seguir realizándose; porque yo creo que el Gobierno Nacional no va a seguir gastando diez millones de bolívares, cada vez que se vayan a los Juegos Deportivos Nacionales. Yo considero que esto es un error de magnitud extraordinaria. Según el programa a que antes me he referido, un campo de béisbol se puede hacer en tres etapas, la primera de las cuales consiste en preparar el campo de juego, cercarlo, poner un back stop, unos dog-outs, unos sanitarios y unas duchas. Con eso se juega béisbol en cualquier parte, inclusive para los Juegos Deportivos Nacionales, porque las tribunas y todo lo demás, viene con el tiempo, a medida que lo justifiquen las necesidades y que lo permitan los medios económicos. De manera que este es otro de los aspectos que yo considero de primer orden y que deben ser rectificados. Pero se sigue incurriendo en el mismo error.

Así, pues, yo someto a la consideración de todos ustedes la discusión de este problema y, en mi ponencia final, voy a pedir que se revise ese criterio y que si este plan que reposa en el IND ya es anacrónico, o es defectuoso, se sustituya por otro, pero por otro que sea sobre la base de la construcción progresiva de los estadios.

He hablado de la participación estatal en el fomento del deporte, y de paso me he referido a la segunda parte que es la colaboración privada para el mismo fin. Ampliemos este aspecto del problema.

La participación privada debe realizarse en forma organizada y a través de las Federaciones. Ya dijimos como deben organizarse las Federaciones, como deben estar estructuradas. Yo creo que las Federaciones actualmente deben hacer la revisión de su propia estructura y aquellas en las cuales no exista esta organización piramidal, que dediquen su preocupación a ponerla en práctica, a fundar clubes, luego a fundar ligas, a fundar asociaciones, para que la base de sustentación de la pirámide sea sólida. La actuación de las Federaciones, desde luego, debe hacerse en coordinación con el IND, porque es el organismo a través del cual el Estado realiza su función directriz.

Es una idea, un procedimiento útil, laudable, el del diálogo continuo entre Federaciones y el IND, para que esa orientación vaya siendo el fruto deducido de la experiencia constante, de los ensayos, porque en todas estas cosas hay que hacer ensayos, de modo que cuando den buenos resultados, ampliarlos; y cuando los resultados sean malos rectificarlos.

La última parte del tema que se me ha asignado habla de la Legislación Deportiva Venezolana, pero yo me anticipé, y les he dicho ya casi todo lo que tenía que decirles al respecto. La legislación Deportiva Venezolana consiste en el mencionado decreto y algunos reglamentos que ha promulgado el IND. Yo creo que no se debe insistir en que se lleve al Congreso la promulgación de una Ley de Deportes, porque lo considero prematuro. Pienso que, por el contrario, el Instituto, como dije antes, debe abocarse, en colaboración con las federaciones, a hacer la catalogación de los problemas fundamentales del deporte venezolano, para irlos resolviendo por medio de reglamentos para cada uno de ellos, que luego con el tiempo y la experiencia permitan agruparlos para formar una Ley de Deportes.

Señores: está lejos de mi mente la idea de haber agotado un tema tan amplio, tan complejo, y en el cual están involucrados tantos intereses contrapuestos. Me he limitado a señalar algunos de los problemas más importantes, y asomar algunas ideas sobre posibles soluciones, fruto de mi experiencia en el IND y en el Comité Olímpico Venezolano.

Quizás ustedes esperaban de mí que concluyese con una ponencia que tendiera a asomar soluciones radicales a esos problemas. Si así fuera, voy a defraudarlos, porque no me considero en este momento capacitado para ello; mis posibilidades no van más allá de señalarles esas ideas para someterlas a la discusión. Pero si voy a hacer, como única ponencia, la siguiente:

Que se sugiera como una de las ideas resultantes de este Foro, la promoción de algo que podría ser una prolongación del mismo. En este Foro han participado y participaran personas vinculadas desde diversos ángulos a la actividad deportiva nacional, a los problemas del deporte venezolano, y seguramente cada una asomará ideas útiles, realizables en mayor o menor grado. Mi proposición es que se sugiera al IND que promueva la prolongación de este Foro, mediante una selección de representaciones de los distintos sectores que puedan opinar sobre la problemática del deporte nacional, para, en primer lugar, hacer fijación de los principios o lineamientos dentro de los cuales deba orientarse la acción del Estado y la acción de las Federaciones Deportivas Nacionales. En segundo lugar, para que se haga la catalogación de los problemas fundamentales que hasta ahora han impedido la realización de un movimiento deportivo más amplio y más exitoso; que se haga la jerarquización de esos problemas, según su mayor o menor grado de importancia, y que luego, hecha esta catalogación, proceda el Instituto, con la colaboración de las Federaciones, y la del Comité Olímpico, y la de todas las personas (entre los cuales yo me cuento) que estén dispuestas a dar algún aporte para la solución de esos problemas, a hacer, un plan concreto de acción coordinada para el desarrollo del deporte venezolano.

Señores: eso es todo, y muchas gracias.

XIII

Mientras esto ocurre en las tribunas del velódromo, en otros escenarios de mayor o menor importancia, se sucedían alentadores hechos relacionados con la huelga. En una piscina, la del Parque Miranda, en el Edo. Miranda, aparecía un escrito en una pequeña pizarra ubicada al lado de la alberca en la que se indicando los ejercicios y el entrenamiento que debían realizar los atletas, ese martes por la tarde a las 6:30 pm; pero, extrañamente para los nadadores la escritura no espejaba la grafía acostumbrada, esperada en la caligrafía a la que estaban familiarizados con una escritura distinta, moldeada y fina, trazada por una delicada mano femenina.

Trabajo de Hoy 28 – 4 – 74.

  • 25 minutos de ejercicios de flexibilidad (en seco)

  • 500 mts de nado calentamiento.

  • 10 x 100 de especialidad mariposa, pecho, espalda, 30"de descanso c/u

  • 20 x 50 crawl a 50" c/u

  • Acomodándose el traje de baño Germán Reig – le decía a sus compañeros de equipo: "es raro que faltando una semana para la competencia el entrenador haya faltado hoy precisamente cuando hay que cambiar el ritmo de entrenamiento" ¿y cómo sabes tú que va a faltar? – preguntó Hugo Campos, otro atleta.

    Coño vale, yo vi a la secretaria escribiendo en la pizarra el trabajo que vamos hacer hoy y lo más seguro es que Andrés no venga, porque ya arrancó la huelga de entrenadores que estaba anunciada, tu no viniste el día que él nos explicó problema que tienen ellos, los entrenadores al servicio del I.N.D, además Andrés fue muy claro con todos nosotros dijo que independientemente de sus problemas laborales, nosotros los atletas no debemos de dejar de entrenar, que los juveniles somos los atletas de mayor edad en esta instalación también – dijo – que éramos un equipo disciplinado con o sin la presencia de él, que nosotros sabíamos lo que significaba esta etapa de la temporada. Luego intervino Omar Hernández quien se agregó a la conversación para expresar —yo quiero decir esto, Andrés Alvarado es un entrenador muy responsable con nosotros y no merece que lo dejemos solo en este problema que tiene él y sus colegas, debemos hacer algo para demostrarle nuestra solidaridad.

    – ¿Y qué coño podemos hacer nosotros? preguntó Germán, a lo que contestó María Eugenia Pérez, otra atleta para decir: Omar tiene razón, nosotros podemos hacer cualquier cosa, por lo menos hablar con la Junta Directiva para enviarle una carta firmada por todos nosotros donde le expresemos nuestro apoyo y solidaridad a él, sus colegas y dirigentes por lo que están viviendo ante este conflicto. Por último, agregó Rafael Vidal, quien era el líder del grupo, el más destacado de los atletas, rodeado del resto de los jóvenes, muy cerca de la piscina.

    Vamos a meternos al agua a terminar el entrenamiento después nos cambiamos y nos acercamos a la oficina del club para hacer nuestro planteamiento. Hora y media después fueron llegando otros nadadores, uno tras otro, todavía con el pelo mojado se agruparon en la sede del club se consiguieron con la Sra. Belkis, la secretaria que estaba de espalda hacia la entrada escribiendo a máquina, se volteó medio sorprendida y preguntó ¿ pasa algo, a que se debe que vienen todos a la misma vez?.

    Si, pasa algo – dijo Rafael Vidal —nosotros necesitamos hablar con algún representante de la Junta Directiva del club.

    – Discúlpenme jóvenes, pero como para que sería, si se puede saber – preguntó la Sra. Belkis.

    Lo que pasa es que nosotros quisiéramos expresar nuestra solidaridad a Andrés Alvarado, enviándole una carta – continuó Rafael Vidal no sabemos si como equipo o en nombre de todo el club – me parece muy bien muchachos – aprobó la Sra. Belkis –yo estoy casi segura de que esta iniciativa de parte de ustedes le va a agradar a la Junta Directiva y le va a caer muy bien al técnico del club Andrés Alvarado, en estos momentos cuando ese conflicto se complica y parece no tener solución – continuó la secretaria – así que como la idea viene de parte de ustedes y la mayoría son estudiantes de bachillerato, váyanse adelantando, agarren papel y lápiz y comiencen a escribir que yo me encargo de hablar con la Junta Directiva. Esto fue lo que escribieron aquellos muchachos con su entrenador: "La Junta Directiva del Club Francisco de Miranda, integrada por sus directivos, padres, representantes y todos sus atletas desean expresar a través de este medio, su total y absoluto apoyo a los entrenadores que reclaman la firma de un Contrato Colectivo".

    Este documento fue respaldado y firmado por más de 100 personas. La carta fue leída y entregada a los huelguistas y publicada en todos los periódicos de circulación nacional.

    El gesto de aquellos nadadores sirvió de ejemplo y contagió a centenares de atletas de todo el territorio nacional que hicieron pronunciamientos similares de solidaridad; algunos inclusive llegaron a paralizar sus entrenamientos y se negaban a competir hasta la culminación del paro.

    Demostraciones como esta son un respaldo a la fortaleza de ánimo, al máximo empeño por alcanzar el triunfo, una salida noble para vencer cuando prevalece la voluntad. Es reconocer el heroísmo de la persistencia, ese que deja para la posteridad una marca profunda.

    XIV

    Así como esto ocurrió en una instalación deportiva, también una mañana de aquel mes de Mayo, fueron llegando a las oficinas administrativas del I.N.D. (presidencia) los miembros del directorio, quienes habían sido convocados a una reunión de emergencia.

    Arturo Redondo, representante de las Federaciones Deportivas: Luis Felipe Rodríguez, presidente del Comité Olímpico Venezolano; capitán Carlos Acevedo, representante de las Fuerzas Armadas Nacionales; Prof. Maruja Fernández, representante del Ministerio de Educación; Cesar Gil, representante de la Confederación de Trabajadores Deportivos de Venezuela; quien había sido abnegado mediador en el conflicto. Aprovecharon la ocasión para acercarse a los huelguistas y conocer su situación. Arturo Redondo se acercó al líder Carlos Sánchez para informarle que la reunión comenzaría pronto; Carlos respondió con uno de los brazos extendidos, el puño cerrado y el dedo pulgar hacia arriba, como señal de entendimiento. También lo hizo César Gil quien se acercó a Carlos para preguntarle ¿Cómo va la vaina?

    Aquí, esperando respuesta, eran las 7:46 am. La secretaria Marianela estaba terminando de colocar los lápices y las libretas sobre la mesa ovalada donde se realizaría la reunión convocada por Pedro Manuel Padrón, encargado de la presidencia del I.N.D. Padrón consultó su reloj y dijo: Buenos días para todos, les he convocado a esta reunión siguiendo instrucciones de la secretaria de la Presidencia de la República. Las instrucciones se recibieron a través de una correspondencia en la que se comunicaba la decisión de poner fin al conflicto que está viviendo la institución por las demandas reivindicativas de los entrenadores, y los declarados en huelga de hambre instalados aquí en las tribunas: de igual forma, ayer por la tarde me llamó el ministro Dr. Luis Manuel Peñalver para insistirme en no perjudicar a estos trabajadores, que le diera un trato preferencial al asunto y procediera a convocar al directorio para analizar bien la situación y tomar la mejor decisión al respecto; además que le enviara los más pronto posible el estudio económico del lo que ellos están reclamando y se lo remitiera de manera inmediata; ya que él piensa dirigirse al país en cadena nacional.

    El capitán Carlos Acevedo intervino para decir:

    Analicemos muy bien lo que vamos hacer y pensemos en las consecuencias que esto pueda traer por tomar decisiones apresuradas, por sentir la presión de esta gente en huelga de hambre aquí en las tribunas. Inmediatamente solicitó la palabra el Dr. Arturo Redondo y preguntó sobre una consulta de tipo jurídico que iba hacer el directorio sobre la situación legal de los entrenadores al Bufete Morales Bello, la pregunta la hizo directamente a Pedro Manuel Padrón. Intervino entonces, la profesora Maruja Fernández para decir: – La respuesta de la consulta llegó al Ministerio de Educación y yo la tengo aquí y se las voy a leer, es muy extensa y solo leeré las partes que nos interesa de manera específica, pongan mucha atención, leo:

    "La constitución del año 1967 consagró el derecho a la huelga en su artículo 92en los términos y condiciones que fije la ley para los servicios públicos. Esos derechos se ejercerán en lo que aquella determine" – continuó la Prof. Maruja Fernández leyendo – como puede observarse en Venezuela la huelga es un derecho de rasgo constitucional aun cuando en la Carta Magna no se le haya definido como tal, pongan mucha atención en esta parte, insistió la profesora – en lo que respecta a si los trabajadores de la administración pública pueden firmar o no contratos colectivos o individualmente – dice lo siguiente: Sin perjuicio de lo dispuesto en las leyes o reglamentos se prohíbe a los funcionarios o funcionarias públicas celebrar contratos, por personas interpuestas o en representación de otros con la República, los estados, los municipios y demás personas jurídicas de derecho público o derecho privado estatales, salvo excepciones que establezcan las leyes. Cesar Gil tomó la palabra y expresó: interpreto que no está negada la posibilidad de llegar a un acuerdo con los entrenadores. Así lo entiendo yo también, declaró Maruja Fernández, porque su trabajo es más intelectual que físico, es educación, de ahí nos podemos agarrar como excepción y como motivo para firmarles el Contrato Colectivo.

    En ese preciso momento se abrió la puerta del despacho presidencial y entró Marianela, la secretaria, con cierta expresión de angustia y lágrimas en sus ojos para informar que acababan de sacar a otro entrenador desmayado, al tiempo que se oían al fondo las notas conmovedoras del "Gloria al Bravo Pueblo" interpretado por el resto de la gente que estaba en las tribunas. Pedro Manuel Padrón contrariado, nervioso, ordenó cerrar la puerta. La reunión continuó y pidió la palabra el Dr. Arturo Redondo y plantear que la situación se estaba agravando, y debían ponerse a trabajar, pero eso sí, ya es tiempo de elaborar un documento y luego llevarlo a la Secretaria de la Presidencia de la República, en Miraflores.

    Todos estuvieron de acuerdo, el único que se excusó de no poder quedarse a trabajar, fue el presidente del C.OV, alegando que tenía que atender asuntos importantes en su empresa. Seguidamente se creó una comisión para la redacción del documento, integrada por altos funcionarios del I.N.D. y los miembros del directorio que trabajaron durante todo el día, almorzando allí mismo frugalmente, trabajaron hasta culminar el documento, fundamentándose en la Ley del Trabajo y la Ley de Carrera Administrativa; el documento que llevó la profesora Maruja Fernández y unos contratos modelos que aportó Cesar Gil.

    De la consulta de estos papeles y del contenido de las ponencias del Foro de la UCV nacía el primer reconocimiento de los derechos de los técnicos deportivos del país; y su envío a la Secretaría de la Presidencia de la República para el visto bueno y posterior firma. El documento fue llevado a Miraflores cerca de las 5:15 pm por la Prof. Maruja Fernández y el capitán Carlos Acevedo y fue devuelto al día siguiente con la aprobación del Despacho.

    XV

    Juan Castillo fue el oficial encargado de llevar el importante documento aprobado en el Palacio de Gobierno, que al ser entregado pondría final al conflicto laboral que se vivía en el deporte. Castillo fue enviado desde Miraflores al I.N.D. en un Jeep de las Fuerzas Armadas Nacionales.

    Pancho, debemos llegar lo antes posible y entregar estos papeles de manera urgente, los están esperando ansiosamente – Le dijo Juan al conductor – Disculpe oficial ¿Hacia dónde vamos? Preguntó el conductor.

    Hacia los lados de La Vega, en 25 minutos se encontraban ya en la Av. Páez de la urbanización El Paraíso y se encontraron con un tráfico bastante lento y pesado, característico de esa vía principal. Avanzaban tan despacio que pudieron oír una conversación entre conductores del transporte público, uno le decía al otro: la cola es porque bajó una poblada de los barrios de La Vega hasta la redoma de la India, para dar apoyo a los a los entrenadores que se encuentran en huelga de hambre en el velódromo Teo Capriles. El otro contestó: — coño eso va para largo. Al oír esta conversación en atrapado en aquel tráfico y aunado al calor de la mañana que ya comenzaban a sentir los conductores y demás ocupantes de la mayoría de los vehículos que transitaban en ambos sentidos de la Av. principal de El Paraíso; la situación se tornaba desesperante.

    Es muy riesgoso llegar con este Jeep de las F.A.N. hasta ese lugar, mi teniente – dijo – Pancho a Juan Castillo – Tú tienes razón, vamos hacer una vaina, métete por la subida que está entre el Club de la Policía Metropolitana y el zoológico de El Pinar, bajas y me dejas cerca de la redoma de la India y yo camino hasta el I.N.D, tú te devuelves que yo después de entregar estos papeles agarro un taxi para llegar a Miraflores.

    Juan logró llegar al velódromo después de identificarse ante el oficial que coordinaba el cordón policial que rodeaba la puerta principal, se identificó como oficial, aunque vestido de civil; entró encontrándose en un ambiente caótico, la mayoría de los empleados no estaban en sus puestos de trabajo, otros se habían retirado evitando ser víctimas de hechos de violencia por algunos manifestantes indignados que trataban de meterse en las oficinas administrativas. Ante esta situación hubo necesidad de dispersarlos a planazo limpio. La Policía Metropolitana los castigaría por manifestar a favor de los huelguistas.

    Juan Castillo pisaba por primera vez la sede del deporte nacional; no encontraba a quien dirigirse y optó por subir las escaleras centrales, avanzó por un corto pasillo y observó a un numeroso grupo de gente sobre todo periodistas, médicos, enfermeras, dirigentes gremiales solidarios y algunos directivos del Colegio de Entrenadores que cuidaban a los huelguistas que aún permanecían en las colchonetas, estoicamente.

    El oficial Castillo se dirigió a una de las personas que estaban cerca de las tribunas, que resultó ser un médico, y le preguntó.

    Discúlpeme doctor ¿A quién podría yo entregar una correspondencia que envían de la Secretaría de la Presidencia de la República?

    Por ese pasillo, por el que acabas de entrar, sigues a mano derecha y en la recepción preguntas – contestó el médico.

    Castillo hizo lo indicado, llegó y se asomó por una ventanilla desde allí vio una guía telefónica, unas correspondencias y sobres de manera desordenada sobre una pequeña mesa. A su orden en que podemos servirle, a lo que respondió el oficial Castillo –¿Pudiera usted informarme dónde podría localizar al Dr. Rivas Vázquez? – Él está de reposo, le contestó Zoraida Merchán, la recepcionista, cualquier información o correspondencia se la puede dejar aquí, Castillo entregó un sobre manila y un grueso cuaderno para ser firmado, sellado y devuelto por la recepcionista. El militar aprovechó para preguntar a Zoraida que si esos que estaban acostados en las tribunas eran los entrenadores en huelga de hambre ¿Son pocos si? No, lo que pasa, es que han sido trasladados a centros de salud los que no soportaron más de cinco días sin comer, – le contestó la recepcionista.

    Al retirarse el oficial Castillo, Zoraida revisó con detenimiento el sobre, concentró su vista en el Escudo Nacional, que resaltaba en color negro brillante, en una de las esquinas del sobre leyó "Secretaria de la Presidencia de la República de Venezuela" y notó que era un sobre poco común, ayudada por la intuición femenina, pensó que el sobre tenía que ver algo con la huelga. Con el sobre en la mano salió apresurada a entregárselo a Marianela, la secretaria de la presidencia del I.N.D. que si sabía lo que aquel sobre especial contenía.

    Marianela dejó lo que estaba haciendo en su escritorio, agarró el sobre que había dejado Zoraida muy cerca de ella, lo miró y llevándoselo con sus manos hacia su cara, le estampó un beso sonoro, con cierto aire de satisfacción y alegría; luego lo llevó al despacho presidencial y encontró a Pedro Manuel Padrón hablando por teléfono. La secretaria le hizo señas con el sobre en su mano como si fuera una bandera, el encargado de la presidencia dijo a su interlocutor, al otro extremo de la línea telefónica:

    Parece que me está llegando el documento, sí señor ministro, lo mantendré informado de lo que ocurra y colgó el teléfono, agarró el sobre entregado por Marianela sin ocultar su nerviosismo. Sacó unas hojas, las leyó con detenimiento y expresó con sorpresa ¡Carajo les aprobaron todo! Luego dio instrucciones a Marianela de llamar a todos los miembros del directorio y demás mediadores en el conflicto alegando que todo lo demás no lo podría hacer él solo. Eran las 11:39 am, cuando ordenó: —convoca a toda esa gente para las 4:00 pm. Por unos instantes meditó… mejor para mañana a la misma hora, así daría tiempo de que asegurar la presencia de todos.

    HUELGA

    DÍA 7

    Una mañana de amanecer cenizo, de sol ausente, inolvidable en el tiempo. Un jueves grabado en la memoria con ingenio inspirador, numen para lo eterno, celebratorio para lo memorable y fantástico, el 8 de mayo de 1975

    Había poco movimiento entre los que estaban encargados de atender a los huelguistas; se notaba el cansancio, el agotamiento y la debilidad se hacían evidentes entre ellos. Los rostros llenos de angustia, tal vez defraudados, apesadumbrados y las miradas imprecisas por la duermevela de los días y las noches. Todo presagiaba una derrota inminente, un esfuerzo inútil, ya no aparecían nuevas caras, en el ambiente todos se conocían, solo se notaba el cambio de guardia del personal médico, de enfermeras con sus semblantes bondadosos, prodigando atenciones amorosamente, necesarios ante las urgencias. Ceremoniosas cuando leían los controles médicos archivados en las carpetas de cada uno de los huelguistas, con voces esperanzadoras, muy sutiles, respondiendo las preguntas que los médicos les hacían.

    Otros colegas se encontraban en iguales circunstancias, ayuno de alimentos en las tribunas. Ese día transcurriría sin ninguna novedad hasta que en horas de la tarde cambió todo, felizmente. El panorama se iluminó cuando en aquel escenario se presentó un grupo de personas extrañas al ámbito del deporte, extrañas a la atmósfera que se había creado durante aquellos días de huelga.

    XVI

    A la hora acordada, se encontraban todos los involucrados en el conflicto, interesados en la solución del mismo.

    Todos reunidos en el despacho presidencial para ir a entregar el documento a los directivos del Colegio de Entrenadores, responsables de aquella huelga: Rosauro Rodríguez, Giorgio Alberti, Nelson Rodríguez, Jesús Elorza y los abogados del gremio Pedro "Camagüey" Espinoza y Jorge Emilio Rivas. Entre los asistentes Arturo Redondo pregunto por la salud de Rivas Vázquez. El encargado del despacho explicó que seguiría su ausencia temporal hasta recuperarse.

    Salieron del Despacho de la presidencia del IND, traspasaron los pasillos y se encaminaron hacia las tribunas. La mayoría de los presentes en aquel escenario fueron sorprendidos al observar aquel grupo de personas diferentes, distantes de los allegados al paro durante aquellos días de zozobra y angustia; subieron por los escalones laterales de las gradas y se dirigieron hacia el centro del segundo peldaño, donde se encontraba Carlos Sánchez y el resto de los huelguistas. Carlos reconoció de inmediato a la comisión que se acercaba, se levantó con cierta dificultad ocasionada por el desgaste producido por el prolongado ayuno de siete días. Arturo Redondo le dio la mano, luego lo abrazó complacido, con una amplia sonrisa en su rostro; Maruja Fernández se acercó para acariciarle el rostro y besarlo, como muestra de admiración hacia aquel joven líder, un astro con suerte que de manera muy reposada encarnaba la razón y la fuerza de la convicción.

    Cesar Gil le dijo: se acabó esto Carlos, el gobierno aprobó todas las peticiones hechas por ustedes y plasmadas en el Contrato Colectivo. Mientras cruzaban estas palabras, en el centro de las tribunas centenares de miradas emocionadas se fijaban en aquel grupo de personas. Carlos habló solo para decir: me gustaría que alguno de ustedes se dirigiera a mis compañeros entrenadores. César Gil señalando a Isaac Olivera le dijo: Habla tú.

    Isaac Olivera avanzó con pasos cortos, se situó delante del grupo, le acercaron un megáfono y comenzó diciendo: Señores, seré breve, sé que la mayoría aquí presente no está para oír largos discursos después de siete días de penurias, cumplo con informarles, en nombre de mis compañeros de la comisión mediadora en este problema, que las peticiones hechas por los entrenadores fueron aprobadas por el gobierno. Fuertes y prolongados aplausos lo interrumpieron. Finalizó diciendo el líder de la Federación Venezolana de Maestros: lo único que hay que reclamarle al gobierno fue poner en riesgo la vida de muchos de ustedes y el tiempo perdido innecesariamente, para decir que ¡Sí! al reclamo de unos derechos laborales legítimos.

    XVII

    Después de aquella tarde gloriosa del 8 de Mayo de 1975, de lágrimas de triunfo y abrazos fraternos entre los huelguistas, surgieron varias interrogantes: ¿a dónde se fueron los directivos nacionales del Colegio de Entrenadores Deportivos de Venezuela? ¿A sus casas para el reencuentro con la familia y disfrutar del sosiego anhelado? ¿Tomaron caminos diferentes?

    Después de un minucioso chequeo médico a todos los que superaron los siete días sin consumir alimento alguno, los galenos les advirtieron tener cuidado con su alimentación. Sin embargo, la euforia justificaba la celebración del triunfo, la conquista hidalga de la batalla en la sede del colegio, en La Vega, pero encontraron la casa muy desordenada, las condiciones eran adversas. Colchones, maletines, paños y prendas de vestir regadas por doquier, sin concierto, inhabilitando los diferentes espacios para celebrar. La sala, oficinas, salones presentaban un caos generalizado, por este motivo la ansiada visita a la sede fue muy breve y decidieron irse a los bares más cercanos a celebrar espoleados por la euforia colectiva.

    Algunos tomaron cerveza. Carlos Sánchez también asistió y fue aclamado con admiración por entrenadores y dirigentes amigos sin faltar las demostraciones afectuosas, de solidaridad cómplice de las mesoneras del bar > por el logro alcanzado hacia pocas horas, también recibió felicitaciones de otros conocidos y clientes asiduos al bar, quienes se acercaron a la mesa para estrecharle la mano y uno le llegó a decir: Aquí en este bar siempre estuvimos pendiente de ustedes, de lo que pasaba allá en las tribunas del velódromo y siempre tuvimos la certeza de que ustedes iban a ganar este conflicto, por lo que decía la prensa nacional.

    Después de hora y media de exaltación, comentarios, anécdotas, chistes, bromas en el grupo, amparados por el buen humor, se paró Rosauro de la mesa y dijo: todavía tenemos un tufo a huelga, vámonos a echarnos un baño y cambiar de ropa en la casa. A lo que contestó Pedro Luis Segovia: – no hombre vale, vamos a quedarnos un rato más, apenas son las 6:00 de la tarde.

    Carlos había comido algo liviano y se tomaba una cerveza a sorbos, muy despacio cuando le preguntó a la mesonera Marlene, una especie de sacerdotisa de Baco, que si tenía la prensa de aquel día por ahí y ella solícita le acercó el vespertino El Mundo. Se apartó del grupo y comenzó a leer el periódico lentamente y se detuvo ante un titular que llamó su atención: "Empleados del Banco Obrero se declaran en huelga de hambre", después de leer otros titulares volvió a leer con detenimiento el titular que más le había interesado, conoció la información en detalles y apreció que aquella situación se vivía en "El Silencio", en pleno centro de Caracas donde se encuentran las oficinas de este organismo oficial. Terminó de leer esta nota y pasó a revisar otras páginas del periódico, cerró el periódico y se quedó pensativo; ya se habían ido algunos amigos de la mesa, quedaban algunos entrenadores del grupo, se levantó de la silla, se dirigió hacia la barra, le pidió prestado el teléfono al portugués dueño del bar, este le indicó una esquina de la barra donde estaba el teléfono, descolgó el auricular, discó un número y esperó respuesta. Cuando contestaron se cubrió con la otra mano el oído para evitar el ruido del bar, comenzó hablar con María Cristina, su novia, quien era a la que había llamado; conversaron un largo rato, terminó de hablar, colgó el teléfono, le dio las gracias al portugués Abreu, se acercó de nuevo a la mesa a conversar en voz baja con Jesús Elorza, quien se metió las manos en los bolsillos, sacó un dinero y se lo dio, mientras se oía en la rockola las inconfundibles voces de Los ángeles Negros…>.Se despidió del grupo, recordándoles la cita del día siguiente en la sede del colegio; salió a la calle, cruzó la avenida mientras caía una persistente garua, detuvo un taxi, lo abordó y le indicó al conductor que lo llevara al Silencio.

    Sentado en la parte trasera del vehículo, ensimismado durante el recorrido desde la Urb. La Paz hasta el centro de la ciudad, reflexionaba sobre lo que ocurría en El Silencio.

    Seguramente se preguntaba ¿de ahora en adelante que va hacer de mi vida? Son muchas las cosas pendientes, los proyectos que están por realizarse, y así comenzaron a desfilar por su mente tantas ideas. En primer lugar aparecía María Cristina Valenciano, su novia, su compañera, su amiga. ¿La haré mi esposa?, aunque él irreverente e incrédulo, contrario al formalismo del matrimonio. ¿Complaceré a María Cristina, porque ella me ha sido fiel, incondicional, comparte mis criterios como persona y como dirigente gremial, me anima y acompaña en la misión sagrada de dirigir el Colegio; a ella le debo mucho sobre todo en esta etapa tan conflictiva, se lo reconoceré siempre. El trabajo encomiable que realizó a favor de la huelga y su éxito, al igual que todos sus colegas los periodistas que cubrieron las incidencias, comprometidos con la verdad y contribuyendo a este significativo logro colectivo.

    Otro pensamiento lo relacionaba con seguir fortaleciendo el Colegio, con el concurso de todos sus compañeros quienes lo admiraban, respetaban y seguían: Giorgio Alberty, Nelson Rodríguez, Rosauro Rodríguez, Jesús Elorza, Pedro Luis Segovia y otros más. Todos eran de su plena confianza, merecedores también de su reconocimiento. Cada uno de ellos era indistintamente parte de un todo, en perfecto engranaje, su equipo de trabajo.

    Cuando había tiempo para las jugarretas, las bromas, para la jodedera, Carlos solía decir: si yo llego algún día a ser presidente de este país, ustedes serán mi gabinete. Porque en verdad cada uno de ustedes tiene una habilidad que les distingue de manera muy particular. Por ejemplo: Giorgio Alberty para administrar los escasos recursos que tenemos; en asuntos legales contaría con Nelson Rodríguez y Rosauro Rodríguez. En cuestiones ideológicas y estratégicas, el hombre ideal sería Jesús Elorza quien visualizó y actuó con valentía, audacia y serena firmeza para alertar a los entrenadores, pocas horas antes de que Rivas Vázquez se acercara a las tribunas con la proteica intención de convencerlos a desistir de ir al conflicto y Jesús lo señaló "He aquí el culpable de la mala situación de los entrenadores deportivos".

    Pedro Luis Segovia, aguerrido experto en publicidad y propaganda, pensaba también en una sede propia para el gremio, un domicilio acorde, equipado con elementos propiciadores de una operatividad a la altura de los retos y compromisos de la organización. Esta sede debería ubicarse en las cercanías del I.N.D.

    Pensaba Carlos en aquellos momentos no solo en su novia, en el gremio, en los entrenadores, en el deporte, si no que también le preocupaba el país. Tenía inquietud por el futuro aunque estaba ganado para ayudar a construirlo con la participación de todos, sin distinciones odiosas. Este convencimiento lo llevaba a reconocer la importancia de tener un gremio conectado con la realidad nacional y deportiva en especial que se vivía para la época. Se preguntaba cómo podría evitar que el Colegio de Entrenadores se convirtiera en un sindicato que solo reclamara aumentos salariales si no en una organización que contribuyera eficazmente al desarrollo deportivo de la nación.

    Estas no eran reflexiones de un romántico del deporte, si no de un febril creyente de su valor social y de los beneficios biosicológicos de su práctica. Él lo vivió cotidianamente a través de su propia ejercitación: el sub-marinismo y frecuentes recorridos por terrenos accidentados. Había sido un practicante serio de la gimnasia. La práctica deportiva le significó además de un reto, un ritual, un abrevadero de salud física y espiritual, resistencia para sobrellevar aquellos días de abstinencia alimentaria.

    Pensaba a veces en voz alta sobre su proyecto de vida, de repente salió de sus pensamientos y como un fogonazo volvió consciente a la realidad y se dio cuenta de que había llegado al centro de la ciudad, al Silencio, después de sus abstracciones. Déjame por aquí compañero – le dijo al conductor – le pagó y se bajó del taxi en la esquina de Junín, cruzó la calle, llegó a la plaza Diego Ibarra y le preguntó a un transeúnte ¿Dónde se encuentran unos trabajadores en huelga de hambre? El transeúnte le respondió – allí en el bloque uno. Hacía allá se dirigió, a unirse con aquellos trabajadores.

    Carlos caminó diluyéndose en aquella noche nublada, lluviosa del mes de mayo, confundiéndose solidariamente con los huelguistas y sus sueños legítimos de reivindicación social, cambiándose de manos el reloj. Una metáfora del destino.

    XVIII

    El doloroso final de una leyenda

    Carlos Sánchez Perdomo falleció el día 5 de Mayo de 1979. Un absurdo y trágico accidente automovilístico privó al País de la presencia egregia de un indiscutible líder en ascenso.

    A propósito de su viaje al insondable misterio se escribieron muchas páginas de este insigne dirigente deportivo nacional. De éstas, se seleccionan dos, una de su viuda la periodista MARÍA CRISTINA VALENCIANO:

    CARLOS…

    Hoy hay una gran diferencia, hasta los pájaros del parque del este que día a día te veían trotar desde muy temprano lo han sentido. Y en este momento sentada frente a mi máquina, no ya para pasar a limpio tus sabias columnas, el teclear se me hace sordo. Extraño… como sordos hubiésemos querido estar para no escuchar lo que oímos hace una semana: así no estaríamos extrañados, confundidos, hasta con rabia…

    Ese espacio tantas veces dedicado a los demás, hoy es para ti.

    Nuestros sentidos han comenzado a despertar ante la realidad y poco a poco nos vamos dando cuenta de que el sueño está pasando. Empezamos a preguntarnos por qué aún cuando estamos seguros de que esta respuesta no llegará. Pero puedes estar tranquillo que tus lecciones no han sido en vano. Las aprendimos a tu lado y ha llegado el momento de ponerlas en práctica. Esta satisfacción te la vamos a dar. No vamos a desmayar, por el contrario estamos comenzando a correr como tú lo hacías… Pero eso sí, tienes que comprender la debilidad que nos produce tu viaje, porque también nosotros estamos tratando de comprender tu jugarreta.

    Fueron muchos consejos, muchas horas hablando, muchos planes, muchas inquietudes, muchas alegrías y sobre todo muchas esperanzas para el poco tiempo que nos dedicaste. La mente está llena de tus palabras, las que decías como hombre, hermosas y llenas de amor, y las que pronunciabas como trabajador, porque en cualquier frase, consejo o critica, planeabas tu sentimiento de justicia hacia un mundo que tu creaste y que siempre dio muestra de admiración y respeto hacia tu pensamiento porque lo apreciaban y valoraban.

    La palabra descanso no tuvo para ti ningún sentido, salías de una cosa para meterte en otra, siempre tenías algo que hacer y menos mal que fue así, pues lograste dejarnos el camino suficientemente labrado, como para no hacerlo más difícil. Hasta en eso pensaste.

    Tus amigos son muchos. Ya lo sabías antes. Todos ellos están recobrando sus fuerzas para proseguir el trabajo. Sólo tienes que darnos un poco de tiempo, el suficiente para entender que ha llegado el momento de hacer las cosas solos. Trataremos de no equivocarnos, de no cometer errores, de hacerlo lo mejor posible, de seguir hacia adelante sin mirar atrás ¿Verdad que eso es lo que tu hubieras querido? Puedes estar seguro que no te defraudaremos. Sé que desde algún lugar nos echaras una mano. Carlos no nos abandones…

    Y otro de su amigo y también periodista APOLINAR MARTÍNEZ, quien fuera director del diario Meridiano para ese momento:

    CARLOS SÁNCHEZ

    Es muy fácil hablar de los que no volverán aun los que no tuvieron méritos aparecen con una aureola de bondad e inteligencia al dejar este mundo. Carlos Sánchez no tenía necesidad de morirse para que se le reconocieran sus virtudes. Es más, creo que ha cometido un grave error al marcharse. La patria, y no solo la deportiva, le habrá de reclamar que no haya cumplido con todas las cosas para las cuales estuvo dotado.

    Porque Carlos Sánchez era de los hombres más capaces que han pasado por el firmamento deportivo.

    Muy joven asumió responsabilidades que parecen reservadas para los de mayoría de edad.

    Director Técnico del IND en una época difícil; supo unir inteligencia y visión para trazar rumbos al deporte.

    Presidente del Colegio de Entrenadores fue no solo el alma de esa institución, sino que cargó con ella para por encima de las dificultades darle jerarquía y un puesto ganado entre las que tienen el derecho de orientar a la juventud nacional. Al frente de ese Colegio debió dirigir la huelga de hambre en la que puso manifiesto su verticalidad y entereza.

    Cuando el atletismo se veía en una noche sin mañana Carlos Sánchez acudió a su rescate como presidente. En esa ocasión le acompañamos en la directiva de esa federación y conocimos de cerca sus desvelos, su espíritu de trabajador incansable, su apego a los deportistas.

    El atletismo renació bajo su mandato.

    Volvió al Colegio de Entrenadores que como encantamiento lo llamaba. No podía resistirse. Era su vida misma.

    Otras luchas, nuevos planteamientos, pero siempre la misma postura principista, honrada, trabajadora.

    Como un presagio funesto pero que retrata mejor que nadie la conducta de Carlos Sánchez ha quedado el artículo escrito ayer en estas mismas páginas, UN BUEN CONSEJO y en el que nuestro admirado amigo tras examinar la situación deportiva se levanta contra los entrenadores flojos, contra los patanes, contra los que querían cobrar sin trabajar. Veamos lo que decía Carlos en su trabajo de ayer:

    "Estamos dispuestos a expulsar a todo aquel que amparado por la anarquía existente dañe la imagen del entrenador. Nos convertiremos en implacables censores de nuestras fallas. La tenacidad, valentía, perseverancia y rectitud que hemos demostrado para enfrentar los problemas deportivos nacionales, las redoblaremos hoy para deslastrarnos de todos aquellos que han malinterpretado los objetivos de nuestra organización".

    Ahí está de cuerpo entero. Firme hasta la muerte en defensa de su gremio, pero intransigente con quien no estaba a la altura de sus responsabilidades, aunque fuera su compañero de profesión.

    Es una grave pérdida para el deporte en todas sus instancias. Los entrenadores han quedado sin su baluarte fundamental y los atletas sin un amigo que se dio integro por ellos.

    Descansa en paz viejo amigo. Tu ejemplo habrá de servir por siempre al deporte nacional.

    Dedicatoria

    A Carlos Sánchez Perdomo

    In Memoriam

    Agradecimientos

    A Nelson Rodríguez, Rosauro Rodríguez,

    Jesús Elorza, Hugo Méndez, Carlos Acosta

    Edinson Pérez Cantor, Rafael Blanco

     

     

     

    Autor:

    Reinaldo Carvallo

Partes: 1, 2, 3
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