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Rasgos conflictivos de la comunicación educativa (Perú)


  1. Introducción
  2. Antecedentes
  3. Justificación
  4. Objetivos
  5. ¡Gestión de los conflictos
  6. Propuesta de accion
  7. Factores determinantes
  8. Conclusiones
  9. Referencia bibliograficas

 

Introducción

La formación ética y cívica es obligatoria en todo proceso educativo; prepara a los educandos para cumplir sus obligaciones personales, familiares y patrióticas, y para ejercer sus deberes y derechos ciudadanos.

La enseñanza de la Constitución Política y de los derechos humanos es obligatoria en todas las instituciones del sistema educativo peruano…" (Ley General de Educación-28044, artículo 6. °.) Comencemos, entonces, por afirmar que la necesidad de educar para una ciudadanía democrática e intercultural surge como respuesta a la constatación de que la escuela debe recuperar su función formadora de ciudadanas y ciudadanos. Con ese propósito, tiene que transformarse en un espacio en el que sea posible vivir experiencias reales y significativas para el ejercicio de derechos, el cumplimiento de responsabilidades y la construcción de un sentido de pertenencia a una comunidad donde es posible deliberar con juicio crítico sobre lo público, y donde las relaciones de convivencia parten del genuino reconocimiento de los otros como legítimos otros para hacer de la interacción con los demás una oportunidad para el diálogo, la aceptación de las diferencias, la construcción de consensos y la aceptación de disensos.

El autor.

Antecedentes:

Teniendo en cuenta la situación problemática que se origina en los educandos y es reflejada en los ciudadanos, por eso presentamos un tema de los rasgos conflictivos de la comunicación educativa, lo cual hemos utilizado como investigación referencial lo siguiente:

La autoestima es adquirida y se genera como el resultado de la historia de cada persona. Se va construyendo desde el nacimiento, la familia, la escuela, el grupo de amigos, construyen el núcleo en base al cual se autoevaluaran las personas. En general, es una estructura consistente difícil de modificar. Sin embargo, hasta cierto punto, su naturaleza es dinámica y por lo tanto puede desarrollarse o crecer y también puede debilitarse y empobrecerse, asumiéndose entonces-que es perfectible en distintos grados.

Desarrollo personal y escuela de padres. ARIAS TRUJILLO Pedro, Universidad Cesar Vallejo filial Piura pg. 16.

Es noticia de todos los días- y no solo en los diversos medios de comunicación– la existencia del maltrato físico y psicológico en las escuelas públicas y privadas del país. La profesora de la institución educativa (***) le corta la oreja a su estudiante por no hacerle caso (emisora local de Huamanga). Padres de familia toman el colegio de Santa Claudia en señal de protesta ante los constantes maltratos de un auxiliar a los alumnos (emisora nacional). El profe me boto del salón el otro día a palazos, cuando llegamos tarde no nos deja entrar a clases, nos pega y nos bota (estudiante de una institución educativa de Huamanga). El maltrato aun forma parte de la viada cotidiana en la escuela. Este daña la dignidad y los derechos de los estudiantes. Podemos identificar dos tipos de maltratos: maltrato físico y maltrato psicológico. Hagamos de nuestra escuela un espacio acogedor y afectivo, GALVEZ ALARCON Cesar PG. 11 "La formación ética y cívica es obligatoria en todo proceso educativo; prepara a los educandos para cumplir sus obligaciones personales, familiares y patrióticas, y para ejercer sus deberes y derechos ciudadanos. La enseñanza de la Constitución Política y de los derechos humanos es obligatoria en todas las instituciones del sistema educativo peruano…" (Ley General de Educación-28044, artículo 6 °.)

Justificación:

El presente trabajo se justifica en el marco de la intención de la educación actual de proporcionar a los niños y a las niñas, a los jóvenes de una y otro sexo una formación plena que les permita confirmar su propia y esencial identidad.

El sistema educativo peruano se orienta a la consecución del pleno desarrollo de la personalidad de los estudiantes de tal manera que es fundamental reflexionar sobre el trabajo docente en los niveles básicos como lo es educación inicial y primaria. Tomando encuentra que es preeminente valorar a los estudiantes y desde el aula trabajar en pro de su desarrollo integral.

El proceso de aprendizaje en esta etapa educativa a de contribuir a mejorar el proceso de socialización de los niños y las niñas, por lo que enseñar a convivir a de ser también una de las funciones esenciales del centro escolar, que no puede vivir de espaldas a las exigencias actuales que demandan una convivencia ciudadana pacifica, participativa y exenta de discriminaciones. La escuela es un lugar de aprendizaje para la convivencia y un lugar donde se convive.

El aprendizaje como proceso de construcción de conocimientos se constituye un proceso complejo, donde importa que se considere y que se tome encuentra las experiencias previas de los estudiantes (esquema de conocimientos), de modo que el docente asuma el proceso de facilitación y acompañamiento de los aprendizajes de los niños y niñas en virtud a las necesidades especificas de cada niño y niña considerando que los niños y las niñas tienen una forma particular de aprender.

El momento actual exige que desde el aula se potencie diversos (aprendizajes de valores, convivencia social, autoestima y afectividad en los temas críticos mediante dialogo entre; otros).

El presente estudio se justifica en la intención ante señalada evidenciando la necesidad de sistematizar experiencias conflictivas de modo que los docentes de nuestra región tengamos pistas de trabajo más pertinentes y que responda a las exigencias del momento actual.

Esta situación se tiene que trabajar partiendo desde la escuela planteando proyectos que cubra las expectativas de la idiosincrasia y cultivar una formación de valores no solo en teoría si no que, se tome conciencia de responsabilidad y compromiso de cambio actitudinal.

Palabras claves: rasgos conflictivos, violencia y conflicto, comunicación educativa.

Objetivos:

Identificar los rasgos conflictivos de la comunicación educativa en los niños y niñas de la institución educativa "Juan Velasco Alvarado" Nº 15316 el Sauce – Las Lomas –Piura.

Caracterizar el trabajo docente en función a la atención de los rasgos conflictivos de la comunicación educativa. Identificando los rasgos de respeto y valoración que se concretan en el trabajo diario.

Desarrollar un plan estratégico de un proyecto "Escuela para padres: un medio para la excelencia educativa".

1. ¿Qué entendemos por conflicto?

Una idea clave que es importante aclarar desde el comienzo es que conflicto y violencia no son lo mismo, siendo esta última un claro exponente del primer término. De esta forma, la violencia siempre va acompañada de nuevos conflictos, pero el conflicto no siempre entraña situaciones de violencia. Aunque esta cuestión pueda parecer en cierto modo trivial, no se desprende así de la literatura sobre el tema en la que se vislumbra una falta de consenso que lleva definiciones dispares y al manejo de un gran número de vocablos asociados a conflicto o, cuanto menos, de similares características. Así, por ejemplo, en el ámbito educativo se manejan otros términos similares como indisciplina o mal comportamiento.

Como afirmábamos al comienzo de este apartado, violencia y conflicto no son dos caras de la misma moneda, sino que obedecen a cuestiones bien distintas.

Como afirman Etxeberria, Esteve y Jordán, 2001: 82:

"… no es legítimo asociar conflicto con violencia, porque mientras el conflicto responde a situaciones cotidianas de la vida social y escolar, en la que se dan enfrentamientos de intereses, discusión y necesidad de abordar el problema, la violencia es una de las maneras de enfrentarse a esa situación".

Los conflictos más usuales en los centros educativos son de relación entre el alumnado y el profesorado, y además existe ruptura de relaciones humanas y los conflictos que existen en los hogares son reflejados en los hijos y expresados en la hora de clases. La mayor parte de estos conflictos tienen cabida dentro de las finalidades educativas que sirven de base para la formación integral del alumnado. El amplio abanico de situaciones de convivencia, como pueden ser la confrontación de opiniones e intereses con los otros, no tienen por qué dar lugar al uso de la violencia Por consiguiente, el conflicto forma parte de la vida de los micros sociedades que conforman nuestros centros educativos y tienen destellos a veces opuestos que ponen a prueba la capacidad de los docentes. La madurez de los grupos es una pieza que cobra un protagonismo destacado por cuanto propicia distintos tipos y grados de conflictos. Así, no serán los mismos aquellos que se produzcan en niños de 3 años, que los que tengan lugar en aulas del sexto ciclo de Educación Secundaria. La gestión que hará cada individuo de los conflictos dependerá, pues, de su grado de desarrollo y maduración personal. Pero, en cualquier caso, el profesorado y la familia (en contextos distintos) tendrán que contribuir necesariamente a una gestión positiva de los conflictos.

Entonces podríamos preguntarnos ¿es negativo el conflicto? Indudablemente no, pero depende de muchas variables que son gestionadas por la persona adulta que dirige el espacio en el que se desarrolla. En el contexto educativo, más de nuestro interés, es el profesorado quien debe tener las competencias necesarias para orientar los comportamientos de los alumnos en sugestión de cada conflicto. Como no existe un sistema específico ni una forma general de actuar es necesario llegar a un entrenamiento que permita aportar nuevas experiencias de aprendizaje, poner de manifiesto las distintas opiniones, plantear problemas para generar alternativas, etc.

Conviene no olvidar el carácter brusco e imprevisto que suelen adoptar los conflictos, lo que hace que haya que estar alerta a su aparición, contenido, gravedad, efectos, etc. con la finalidad de dar una respuesta adecuada.

También es verdad que, no siempre los conflictos generan conductas de tipo delictivas, sino que en su mayor parte son confrontación de ideas, creencias y valores, opiniones, estilos de vida, pautas de comportamiento, etc. derivadas de la sociedad democrática en la que nuestros alumnos se desarrollan. Por lo tanto, aunque aparezcan deforma imprevista su contenido será asumido por el colectivo en el que se produce como parte de la actividad y del trabajo desarrollado en el mismo.

En ocasiones es el profesorado o los propios padres los que hablan de los niños conflictivos en términos peyorativos sin llegar a analizar las causas que han propiciado la aparición de los conflictos. Así, una visión superflua del problema lleva a comentarios como éstos: "¿Qué se puede esperar de los niños que viven en ese barrio?" o "Es normal, si sus padres están divorciados". Esto son actitudes que discriminan, segregan y provocan la aparición de alumnos marginados que encuentran en los conflictos una forma de autorrealización perniciosa para la educación y que es preciso atajar de forma radical. La intolerancia y la creencia de que la sociedad es la única culpable de la aparición de episodios conflictivos como la violencia o la indisciplina también influye en la aparición de una conciencia del grupo de que no se puede hacer nada para combatirlos.

En los últimos años se está produciendo una tendencia en sectores cercanos a la educación, en determinadas posiciones políticas y sociales y en cierta prensa sensacionalista a generar la idea de que los conflictos o la violencia en las escuelas es un hecho generalizado, sin llegar a matizar realmente el alcance de tales argumentos y confundiendo ambos términos utilizados.

Está claro que no es lo mismo un conflicto generado por la desavenencia de dos alumnos al compartir el material, solucionado a través de la mediación del tutor, que una auténtica pelea en el patio de recreo debido a la intolerancia de uno de los niños en el reparto de los roles del juego.

2. Gestión de los conflictos

2.1. Negociación y mediación El profesor, a través de su propia forma de ser, de su estilo de educar o de su concepción ideológica, debe saber utilizar el conflicto con habilidad, regularlo y darle un tratamiento positivo. ¿Cómo puede hacerlo? Nuestra propuesta es a través de procesos de mediación y negociación.

Ambos suponen formas complementarias de gestionar los conflictos, siendo la mediación una forma de llevar a cabo la negociación. Diversos autores se han ocupado de estos términos y han destacado su importancia en la eliminación de los factores que provocan la violencia en la educación.

Existen dos tipos básicos de negociación:

Colaborativa: En ella, ambas partes buscan una solución adecuada a sus demandas. Este es el sistema de negociación que debe imperar en los centros educativos por cuanto existe un vínculo afectivo y en un plano de igualdad. En ocasiones esta negociación se resuelve mejorando la comunicación entre las partes o relegando a un lugar secundario los intereses puramente personales.

Competitiva: Es un tipo de negociación basada en el posicionamiento personal sin ponerse en el lugar de la otra parte. Se busca el mayor reconocimiento posible de la demanda, inclusive por encima de las expectativas. Este enfoque debe ser usado con precaución en la escuela debido a que puede promover conflictos aún más graves que los iniciales. En ocasiones, el profesorado negocia con los alumnos desde una perspectiva superior, abusando de alguna forma de su posición.

El alumno acepta el proceso de negociación a sabiendas de que no le queda otro remedio, pero en el fondo tiene una sensación de injusticia.

El arte de negociar es una característica de la acción tutorial, más en el sentido de persuadir y menos en el de convencer (Echeverría, 2004).

El proceso mediador deriva directamente de la negociación y supone la presencia física de una persona que actúa como bálsamo neutralizante de las actitudes y los comportamientos derivados de un conflicto, como son agresión, violencia, falta de respeto, etc. Por otro lado, ocupa el papel de testigo y, en el caso de los centros educativos, es el depositario de los acuerdos que se tomen y deberá velar por su cumplimiento. El tutor es quien suele ocupar este puesto y adquiere una nueva dimensión ante su grupo de tutelados porque ven en él la persona que ayuda a crear una buena relación dentro del mismo.

En algunos centros educativos y en determinadas situaciones, los mediadores son los propios alumnos. Esta mediación entre iguales tiene la ventaja de que estimula una cierta autonomía dentro del grupo en la gestión de sus propios conflictos sin necesidad de que personas adultas o externas tengan que actuar. Además, es un tipo de modelado más eficaz por cuanto el compañero adquiere unas habilidades para la convivencia que le convierten en punto de reflexión y de imitación que se aleja bastante de las imposiciones de los adultos (tutor, profesorado, padres). No obstante, presenta algunas desventajas, tales como que se produzca un rechazo del grupo hacia el mediador debido a una falta de experiencia y la necesidad de una formación previa que en ocasiones es difícil de llevar a cabo.

El proceso de mediación tiene cinco fases (Lederach, 1994);

1. Entrada: Se responden las preguntas ¿quién? y ¿cómo? La respuesta a la primera debe ser una persona neutral al conflicto. La segunda se refiere a la forma en que llegan los casos al equipo, que suele ser diversa, al igual que la designación de la figura que hará de mediador

2. Cuéntame: Cada una de las partes expone su punto de vista. El mediador deberá crear el clima de confianza y respeto que permita la fluidez de las ideas.

3. Situarnos: Consiste en identificar bien cuál fue la causa del conflicto. Deberá hacerlo referentemente el mediador o contribuir a que ocurra. Las dos personas en conflicto habrán de escucharse atentamente y enterarse con claridad de la versión que da la otra. Se trata de compartir el problema.

4. Arreglar: No se trata tanto de que el mediador aporte soluciones, sino de que sean los propios implicados los que lleguen a un acuerdo. El mediador facilita la clarificación de las ideas que a veces aparecen en marañadas.

5. Acuerdo: Es debe quedar escrito para evitar que luego haya malas interpretaciones.

2.2 Tratamiento pedagógico de los conflictos La vida escolar es un marco de referencia en el que prevalecen dos normas básicas, aunque no siempre igualmente definidas en todos los centros: el poder y la autoridad del profesorado (reflejada de manera máxima en el equipo directivo) y el carácter democrático que empieza a consolidarse en la vida de las aulas.

En este sistema de relaciones humanas cobran fuerza los cuatro grandes pilares de la educación señalados por Delors y otros (1996), que aplicamos, al tema que nos ocupa.

A continuación, se concretan estos pilares junto con su interrelación como parte de la actividad diaria que desarrolla el alumno en el contexto educativo:

Los cuatro pilares de la educación en el tratamiento de los conflictos.

Aprender a conocer: Adquirir los instrumentos que permitan al sujeto comprender el mundo que le rodea. Esto supone aprender a aprender, cultivar la memoria selectiva y la combinación de lo concreto y lo abstracto, de lo deductivo e inductivo.

Aprender a hacer: El aprender a hacer es la capacidad para poder influir sobre el propio entorno, la puesta en práctica de los conocimientos aprendidos.

Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás: Si los pilares anteriores eran más de tipo académico o profesional, éste y el siguiente tienen una relación directa con aspectos sociales y afectivos.

Aprender a conocer y a hacer se lleva a cabo en colectividad.

Aprender a ser: Este pilar recoge las influencias de los tres pilares anteriores, se unen así cuerpo, mente, inteligencia, sensibilidad, etc. A través de la educación las personas deberán poseer un pensamiento autónomo y crítico, así como un juicio propio ante las cosas. Aspectos como la imaginación y la creatividad cobran especial relevancia en este pilar, cuyo fin último es el desarrollo completo del hombre.

Una vez sentadas las bases, los conflictos aparecerán y se resolverán deforma natural y como una parte más de la vida de las personas. Este proceso adoptará un marcado carácter natural y, en el mismo, el profesor o el tutor serán un mediador de conocimiento, un agente social ante los conflictos.

3. Propuesta de accion:

3.1 "Escuela para padres: un medio para la excelencia educativa Institucional".

Su finalidad es intentar lograr un servicio de alta calidad educativa en el que prevalezca la igualdad de oportunidades educativas de los alumnos.

Viene a poner de manifiesto que es posible crear los espacios para la resolución de los conflictos de acuerdo con la cultura y características institucionales.

La idea del proyecto nace en un aula cuando se observa conflictos entre pares de los alumnos y los docentes utilizan palabras mal tratantes a obedecer a estrategias didácticas estereotipadas (movilizarse de un lugar a otro en el establecimiento para realizar actividades mediante filas).

Los rasgos conflictivos de la comunicación educativa de la práctica docente deben tomar conciencia de la necesidad de que la educación esté al servicio de las necesidades de la comunidad y de los cambios sociales. Con tal fin se busca un apoyo en un proyecto "Escuela para padres un medio para la excelencia educativa Institucional".

Se hace un trasvase entre teoría y práctica y se extiende la actividad a todas las aulas. Con respecto al tratamiento de los conflictos se plantea:

a) Propiciar la inclusión de aquellos valores que adhieren los miembros de la comunidad en el proyecto institucional. Para lograr este objetivo se busca un consenso en talleres entre padres y docentes sobre los valores a favorecer para que el niño los construya. Estos talleres permiten fundamentalmente que los padres encontraran un espacio para expresar las barreras que les impiden "sentirse parte" y valorar el hacer educativo de la institución. Por otra parte, les permite visualizar los problemas institucionales y participar activamente en la búsqueda de las soluciones en la construcción del Proyecto Institucional.

b) Favorecer en el educador la construcción clara de su rol, partiendo del cambio de actitud personal y profesional, y que entre otras cosas revalorice la autoridad sobre el autoritarismo. Se favorece la coordinación entre docentes de un mismo turno y el turno opuesto, consensuando acuerdos en la práctica cotidiana. En los casos de conflictos, desde la dirección se busca crear los espacios para analizarlos entre todos los docentes. Para lograr este objetivo se trabajara en talleres con la colaboración de un equipo interdisciplinario externo y se organizan institucionalmente los agrupamientos, tiempos y espacios. La revalorización del rol impacte directamente en el sentimiento de pertenencia de cada uno de los actores que trabajaran en el cuidado de los elementos y materiales de trabajo, no por una imposición sino como una necesidad.

c) Enseñar a los niños a cuidar los materiales (como parte del proyecto, no como algo aislado). Para ello se trabajara con la técnica de "ponerse en el lugar del otro" para valorar lo que siente el compañero que recibe el material deteriorado. También se alienta a los alumnos a reparar el material roto (por ejemplo: libros).

d) Elaborar proyectos de aula a partir de un conflicto que se detecte.

De igual forma, se llevara a cabo la evaluación del proyecto. Así, los docentes trabajaran la resolución de conflictos (generados por la lucha por el lugar y la utilización de materiales).

El desarrollo de este proyecto permite a los niños y a las niñas encontrar espacios de trabajo donde comunicarse en libertad.

4. Factores determinantes

Los conflictos, al igual que todo fenómeno social, suelen aparecer ligados a varios factores y no a uno concreto. Suelen ser de origen y tipo diverso, por ejemplo la educación recibida por el sujeto, su relación con el entorno, la propia personalidad, etc. Por este motivo, se puede afirmar que la causa de los conflictos es múltiple.

4.1 ¿QUÉ HACER? PROPUESTAS DE INTERVENCIÓN Desarrollar una escuela acogedora es un proceso que se puede trabajar en el salón de clases y también como un esfuerzo planificado de todos en la escuela, maestros, directores, personal administrativo, padres, etcétera. Hacerlo llevar múltiples beneficios a los estudiantes, pues cuando estos son tratados de manera inefectiva se distraen menos con emociones negativas como la preocupación y el miedo. Así, tendrán más energías y concentración para atender y entender las clases; de esa manera se lograrán mejores estudiantes y mejores ciudadanos.

4.2 ¿CÓMO LOGRAR UNA ESCUELA ACOGEDORA Y AFECTIVA? Para lograr una escuela de estas características, podemos trabajar en tres ámbitos fundamentales: la escuela, el aula y la familia.

A. LA ESCUELA 1.

Una gestión amable, respetuosa y democrática La escuela debe crear un ambiente de relaciones personales afectivas, algo que requiere docentes que tengan una actitud amable, donde el estudiante se sienta seguro de sí mismo y se le transmita esperanza y optimismo con actitudes como: "sé que puedes lograrlo, sigue adelante, tú puedes". Una escuela de este tipo se basa en el respeto de los derechos de sus integrantes, sin distinción alguna. Su centro es la educación de los estudiantes y vela por sus intereses, no solo por los de las personas adultas. Además, considera los estudiantes como seres humanos.

En este sentido, la gestión de una escuela democrática une esfuerzos en función del educando y sus aprendizajes. Propicia, además, el encuentro entre los actores de la comunidad educativa para establecer una visión colectiva, un proyecto de escuela. Gestionar la escuela es, entonces, construir una comunidad humana compartiendo un proyecto.

2. Enriqueciendo los vínculos entre los docentes a través de los círculos de interaprendizaje, para promover comunidades de aprendizaje Muchas veces la vida de los docentes transcurre casi en la exclusiva compañía de sus estudiantes, sin ocasiones de dialogar o compartir sus experiencias con otros colegas. a veces creemos que lo sabemos todo y que podemos resolver solos todos los problemas que surgen en el aula.

Por eso es necesario formar equipos de trabajo, reunirse a partir de sesiones de interaprendizaje hasta llegar a formar comunidades de aprendizaje. Para ello, debemos mejorar el nivel de comunicación entre todos los agentes de la educación y hablar de "mi" escuela, es decir, identificándonos con nuestra institución.

El objetivo de las comunidades de aprendizaje es desarrollar una cultura democrática basada en la participación, brindando a todos los integrantes de la escuela una educación de calidad, que supere la exclusión social. Para ello, todos los agentes educativos participan activamente en la planificación, desarrollo y evaluación de las distintas actividades realizadas por la institución educativa y en la toma de decisiones de los distintos aspectos que se debe abordar.

Para desarrollar una comunidad de aprendizaje en la escuela, es necesario tener en cuenta lo siguiente:

• Fomentar espacios de diálogo y de trabajo en equipo con la comunidad educativa.

· Promover entornos favorables para el aprendizaje, donde todos colaboramos para desarrollarnos mejor.

• Organizar nuestro trabajo en grupos cooperativos de aprendizajes solidarios.

• Desarrollar acciones de voluntariado con la comunidad educativa, para mejorar la escuela.

• Diseñar estrategias para la participación de todos en aquellos asuntos que afectan el bien común.

3. Participación estudiantil

Es necesario fomentar la participación estudiantil en los distintos órganos de representación y de gobierno de la institución educativa. Dos mecanismos importantes en esta línea son el Municipio escolar y el CONEI.

El Municipio Escolar Es la organización escolar que representa a todos los estudiantes, atiende sus necesidades y promueve sus derechos. Está integrado por el alcalde escolar y sus regidores, que son elegidos de manera democrática por todo el estudiantado de la institución educativa El Consejo Educativo Institucional Es un órgano de participación, concertación y vigilancia de la escuela, que promueve una educación participativa y de calidad en la escuela. Está conformado por los representantes de todos los actores educativos (docentes, padres, estudiantes, administrativos, etcétera); su elección debe hacerse de manera democrática.

B. EL AULA, un espacio acogedor El aula es un espacio de experiencia de aprendizaje en un sentido complejo. Habitualmente es vista como el lugar de actividad centrada en la dimensión cognitiva y en los contenidos curriculares. Pero lo que ocurre en el aula es una experiencia de vínculos diversos, en lo social, con el conocimiento, con la memoria histórica y cultural.

El sentido del trabajo docente está en formar personas que sean capaces de ejercer responsablemente su ciudadanía. Para lograrlo, se necesitan relaciones de igualdad y colaboración en el aula, que eviten reproducir toda forma de exclusión. Esto es posible mediante el buen trato que se da a través de las buenas prácticas en el aula.

En este punto, proponemos a los docentes algunas ideas para fomentar prácticas en el aula, con el propósito de construir una escuela diferente, solidaria y sin exclusiones.

Conclusiones:

> Los docentes deben elaborar un registro anecdótico de los rasgos conflictivos que se observan en el proceso educativo. Así mismo los conflictos de los docentes y padres de familia e identificar los rasgos conflictivos en las actividades de aprendizajes y mejorar la relación docente – padre de familia debido al trabajo que desarrollan los docentes al convocarlos al centro de trabajo.

> El trabajo docente en función a los rasgos conflictivos de la comunicación educativa de los estudiantes presenta las siguientes características:

· Los procesos metodológicos y las estrategias aplicadas no permiten atender eficientemente el desarrollo de las habilidades y destrezas, es decir las ayudas otorgadas por los docentes no siempre contribuyen con logros significativos en la expresión oral de los niños y las niñas. Por otro lado limitadamente se realiza seguimiento a los conflictos que dificultan el desarrollo de las habilidades.

· Esta desatendido el proceso del vocabulario lingüístico en las producciones de textos tanto a nivel individual y grupal. Las estrategias utilizadas en las reuniones de los docentes frentes a los conflictos restan posibilidades para el desarrollo divergente y la creatividad de los estudiantes.

· El proceso de evaluación presenta limitaciones referidas principalmente al decirle los resultados a los estudiantes poniéndolos en baja autoestima. A si como también de no verse un proceso crítico y reflexivo que conlleva a una toma de decisiones que mejoren el trabajo pedagógico.

> Elaborar un proyecto "Escuela para padres: un medio para la excelencia educativa Institucional" de respeto y valoración para atender los rasgos conflictivos de la comunicación educativap que estén referidos principalmente a considerar la participación en el estudiante en el proceso enseñanza-aprendizaje. A si mismo se emplea estrategias, diferentes, para abordar un mismo contenido a mejorar el trato afectivo y contar con un ambiente respetuoso y acogedor.

Referencia bibliograficas

ARIAS TRUJILLO, Pedro. Desarrollo personal y escuela de padres. Trujillo: Universidad Privada Cesar Vallejo. Pg.16.

ETXEBERRIA, ESTEVE y Jordan, 2001. Escenario Educativo en Efecto reconocido Como Parte de la Cultura Social y Escolar. Essomba 1999, pg. 82.

GALVEZ ALARCON, Cesar Hagamos de nuestra escuela un espacio acogedor y afectivo, PG. 11.

JHON PAUL Lederach, 1994. Un Marco Englobador de la Transformación de Conflictos Sociales Crónicos.

PÉREZ PÉREZ, C. Las normas en el curriculum escolar. Técnicas para el aprendizaje de normas en el aula mediante la participación democrática. EOS. Madrid, 1996.

URANGA, M. "Mediación, negociación y habilidades para el conflicto en el marco escolar". En G. CASAMAYOR (coord.) y otros, Cómo dar respuesta a los conflictos. Grao. Barcelona, 1998, págs. 143-159.

Ley General de Educación-28044, artículo 6

 

 

Autor:

Canua Cortez, Víctor Artemio

Maestrante de la Universidad Nacional "Pedro Ruiz Gallo"

Escuela de Post Grado Facultad de Ciencias Histórico Sociales y Educación.