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El Aborto: una postura para la reflexión

Enviado por berdto


    1. Consideraciones Generales.
    2. Lo que no se Cumple debe Derogarse.
    3. La Madre tiene derecho a Elegir sobre su cuerpo.
    4. El Aborto por Violación.
    5. El Problema de la Sobre Población.
    6. El Convulsionado Mundo de los Valores en Nuestra Época.

    Consideraciones Generales.

    La mayoría de los que enseñan técnicas para la redacción y la argumentación de las ideas, coinciden en afirmar, que es un error iniciar un texto argumentativo, presentando de entrada la postura de quien argumenta. Se inclinan más por la idea de ir desarrollando por etapas los distintos argumentos para sujetar las ideas principales, de tal manera que el lector pueda descubrir durante la exposición cuál es la postura de éste y por qué de su posición. La verdad es que la idea es no aparecer nunca como alguien sesgado.

    Vamos a hacer caso omiso de todas esas recomendaciones y vamos a firmar lo siguiente: ¡No estamos de acuerdo con el aborto!. Eso sí, no estamos de acuerdo, más allá de nuestras convicciones, porque hasta la fecha no hemos oído ni un solo argumento capaz de sacarnos de nuestra creencia de que con el aborto se está asesinando a alguien, es un puro y simple homicidio. Claro está, y más allá de fanatismos que no dejan oír razones, podrían existir en el futuro argumentos capaces de avivar la discusión acerca del aborto y que motivarían a la respuesta por parte de los que no estamos de acuerdo, por el hecho de que son pocos los argumentos irrefutables en este mundo. Lo que tratamos de establecer es que debe ser posible a objeto de la discusión acerca de la legalización o no del aborto, el presentar argumentos válidos para aquellos que promueven su legalización, que vayan más allá de un simple fanatismo, debe ser posible presentar argumentos que puedan ser aceptados por estar más allá de toda discusión. No se trata de decir abortar es malo porque sí, se trata de que el interlocutor palpe que eso es realmente así.

    Atendiendo a las normas comunes para toda argumentación, (ahora sí las tomamos en cuenta) todo el que está en desacuerdo con una postura que es considerada la dominante, tiene la caga de la prueba, esto es, que en virtud de un principio que le es propio a la física, El Principio de la Inercia, (todo objeto que se encuentra en reposo o en movimiento rectilíneo y uniforme, seguirá en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme hasta que una fuerza externa lo obligue a salir de su estado de reposo o de movimiento rectilíneo uniforme) los que están a favor del aborto tienen la carga de la prueba, son ellos los que deben presentar los argumentos, las evidencias, los hechos que deben ser válidos para todos y que lleven a la mayoría a un cambio de paradigma. Nadie que apoya un argumento que es tenido como cierto, está en la obligación de probar algo que todos creen.

    Es por todo lo antes expuesto que no necesitamos en estas líneas defender los argumentos que son ahora predominantes en Venezuela, a saber, que la vida debe ser defendida ante todo, respetada y protegida desde el momento de la concepción, antes bien es menester rebatir los argumentos que intentan conmover los cimientos de esta creencia general, que recoge el Asambleísta en la Constitución de 1999.

    A continuación vamos a recoger y a intentar dar nuestra apreciación a cerca de algunos de los argumentos que están en boga por parte de los propagadores de la legalización del aborto.

    Lo que no se Cumple debe Derogarse.

    El argumento va más o menos así; señalan este grupo de personas que aún cuando el aborto es ilegal existen muchas mujeres que recurren al aborto clandestino en lugares destinados, también de manera clandestina, para tales efectos.

    Que es alarmante el número de abortos practicados de esta manera y que el riesgo que corren las madres en este tipo de circunstancias es enorme y que además no cuentan con ningún tipo de herramienta legal para defenderse, puesto que nadie que sabe que está haciendo algo ilegal va luego a demandar a uno de éstos doctores por mala praxis, y sí a esto se agregan las alarmantes cifras de mujeres adolescentes que recurren a estas prácticas, el problema toma proporciones épicas.

    Siguen en su argumentación afirmando que es un "secreto a voces" que muchas madres recurren al aborto en estas circunstancias y que sería más conveniente legalizarlo para así acabar con el negocio que implica el que sea ilegal la práctica abortiva (se comenta que un aborto puede llegar a costar hasta cinco millones de bolívares) y también con el problema del nacimiento de niños no deseados.

    Este primer argumento de los que defienden la legalización del aborto está basado en la falsa creencia de que las leyes deben hacerse a la medida de los pueblos a las que están destinadas y que aquellas que no se cumplen se hacen ineficaces y por ende deben ser derogadas y promoverse la abrogación de nuevas leyes que los ciudadanos puedan, con comodidad, cumplir. ¡Semejante postura!.

    Sí hacemos caso a este argumento entonces estamos abriendo una puerta que va a ser difícil de cerrar en el ámbito legal.

    ¿No es acaso un secreto a voces en muchos países y también en Venezuela el hecho de la Evasión Fiscal?, A nadie en su sano juicio (sin que medie legislación al respecto), le gustaría pagar impuestos, sin embargo; aún existiendo legislación al respecto la evasión fiscal es galopante. ¿Qué hacemos entonces? ¿Eliminamos las leyes de impuesto, al SENIAT o a cualquier organismo y legislación al respecto porque nadie las quiere cumplir? El hecho es que a la hora de la verdad el concepto de normas establecido por Jhon Austin, termina siendo determinante; Las normas son órdenes respaldadas por una amenaza, sin la amenaza, las personas no cumplimos.

    El que una Ley esté siendo flagrante y notoriamente incumplida no significa que haya perdido validez o que su contenido o el bien que tutela no sea correcto, lo que demuestra es una incompetencia supina del Estado para aplicarla. Si hacemos el mismo ejercicio a otras leyes vamos a conseguir lo mismo, o es que acaso no incumplimos a diario la Ley de Tránsito Terrestre (bajo cualquier excusa; apuro, emergencia, cansancio, etc.,) ¿La eliminamos o la hacemos cumplir?.

    El reconocimiento de la existencia de clínicas abortivas y las alarmantes cifras que se manejan de abortos practicados a adolescentes sólo hacen necesario la existencia de una Política de Estado más eficaz.

    Vamos a coincidir en que hace falta legislar, pero no para legalizar el aborto sino para proteger el principio consagrado en la Constitución de proteger la vida desde el momento de la concepción. Hace falta verdadero valor para reconocer que existen leyes que nadie parece estar interesado en cumplir.

    Con respecto al problema del negocio que implica la práctica abortiva ilegal; es tan bien un hecho innegable que muchos intentos se han hecho para legalizar otro tipo de negocios que ahora son ilícitos, con la excusa de que así la gente paulatinamente perdería interés ya que existe cierto encanto en el hecho de que sean ilegales, por ejemplo las drogas. El ejemplo de que la gente no sacia su interés por dicho negocio, ni se disminuye el consumo, ni se conoce otro logro significativo con legalización del consumo y tenencia de drogas es el Reino Unido. En este país se legalizó el consumo de drogas como la marihuana, e incluso es posible cargar una dosis de consumo con un justificativo de que la persona en cuestión lo necesita. Lo que se logró con esto es que cada día más se solicite la legalización de otro tipo de drogas, hasta llegar a la desfachatez de, recientemente, haber solicitado la legalización de tenencia y consumo de éxtasis.

    En el caso del aborto ocurriría algo similar. Si se aprueba (como lo es en Venezuela), la posibilidad del aborto terapéutico (para salvar la vida de la madre), no faltará, y no faltan en realidad, los que deseen incluir otras categorías; por motivos de violación, por motivos de salvar el honor (que ahora mismo es ilegal), por mal formaciones congénitas, por contagio de VIH, por padres alcohólicos, y al final porque sencillamente no lo quiere en ese momento. Este último da pie al siguiente de los argumentos.

    La Madre tiene derecho a Elegir sobre su cuerpo.

    Es cierto que cada persona, en toda legislación, goza de privilegios por el simple hecho de ser una persona, así por ejemplo; es delito el que se someta a esclavitud a alguien, se le torture, se le desaparezca, se le difame, se le mate, es decir, por el simple hecho de ser de la raza humana, existen derechos inherentes e inalienables a cada hombre y mujer y estos derechos se encuentran consagrados en legislaciones locales y en la Declaración de los Derechos Humanos.

    Así, una persona puede disponer de su cuerpo y asegurarse para sí mismo lo que mejor considere para él. Con este argumento se pretende justificar el hecho de que una madre puede, en virtud de su autonomía, decidir si desea o no dar a luz a su hijo.

    Bien, este argumento se cae con las mismas bases sobre las cuales pretende cimentarse.

    Si una persona es dueña de sí mismo y en teoría puede disponer de su propio cuerpo como mejor le parezca, ¿Por qué es un delito la prostitución?, ¿Por qué es considerada una desviación el suicidio?, ¿Por qué tenemos problemas en aceptar la eutanasia?. La verdad es que no somos totalmente dueños de nuestro cuerpo más que para llevarlo a ciertos lugares a los que podemos asistir, para vestirlo con ropas que sean adecuadas y para consumir lo que sea legal. Claro que la cosa no es tan simple, lo que realmente se quiere alegar es el hecho de que la madre goza de la autonomía de la voluntad, la cual no es posible percibir en un embrión o en un feto. Claro que una madre puede tomar decisiones, hablar y defender un punto de vista, vivir independientemente de si está o no a su lado un ser humano y es difícil que un feto cumpla estas funciones, pero la verdad es que un feto es una persona diferente de la madre aunque sea dependiente de ella, no sólo por algunos meses en su vientre, sino por muchos años después de nacido.

    En los Estados Unidos, varios Estados de la Federación que lo conforman se apoyan en el criterio de la autonomía de la voluntad para aceptar el aborto, pero este criterio posee varias lagunas; ¿Si realmente no es un ser autónomo el que está en el vientre por qué puede recibir herencias independientemente de la madre? Y más allá de esto que es verdaderamente simplista ¿Por qué el criterio científico considera que después del quinto día de gestación puede desplazarse sólo hacia el útero y después del día veinte comienza la actividad cerebral (que es el criterio que establece si una persona está viva o no, que tenga en funcionamiento su cerebro porque de lo contrario estaría en estado vegetativo)? Es un ser vivo independiente, que claro está, se encuentra dentro de la madre y no es que deba considerársele a ella un simple receptáculo o contenedor de otro ser vivo, es simplemente un proceso natural que va más allá de la simple y no pocas veces errada voluntad del ser humano. Por eso no es lo mismo hacerse una cirugía plástica para extirparse una verruga, que realizarse un aborto para extirparse a un ser vivo independiente, al menos vivo.

    El Aborto por Violación.

    Sólo los que han pasado por la experiencia traumática de una violación pueden entender lo terrible de verse vejado y maltratado en lo más profundo de su intimidad. El maltrato psicológico y físico al que es sometida una víctima de violación es inimaginable. Por esto, si producto de esta vejación se concibe un niño, que sería por demás no deseado, lo más sano es provocar el aborto, pues a la larga redundaría en el bienestar de la madre.

    Nadie en su sano juicio va a relativizar el dolor que una mujer sufriría por una violación pero de allí a que sufra las consecuencias el único que no tiene culpa del delito es otra cosa.

    Existen estudios realizados por psicólogos en los cuales se demuestra que producto de una violación, se crean en la mujer sentimientos de ira, frustración y culpabilidad, que le crean un síndrome post-violación, no siempre superable. Pero iguales estudios también demuestran que en muchos casos se crean estos sentimientos y un síndrome de iguales proporciones en madres que se practican abortos, el síndrome post-aborto. Si la razón del argumento es la protección de la mujer entonces ¿Por qué exponerla a otro maltrato de igual magnitud? Como dijimos no se trata de relativizar el sufrimiento de una mujer que no tenemos forma, más que teórica, de entender, pero las soluciones pueden ser otras, no puede ser la solución el exterminio de la consecuencia de ese acto atroz.

    Hace poco el Presidente de la Asociación PROVIVE, asimilaba este acto del exterminio de niños no deseados al de tomar a todos los niños que están abandonados en las calles y que son también no deseados y matarlos ya que nadie los quiere y se necesita borrar la evidencia de su existencia y las circunstancias que los trajeron a este mundo.

    La solución más sana si de verdad la madre no puede, en conciencia criarlo como suyo, es darlo en adopción.

    Un niño no deseado es también producto de parejas jóvenes, que experimentando por primera vez o no su sexualidad, prefieren eliminar, la evidencia de su irresponsabilidad. El problema es más profundo y de raíces difíciles de sanar, las familias desmembradas, la paternidad irresponsable, la situación económica, el desconocimiento de la sexualidad responsable, el no uso de los métodos anticonceptivos (por ignorancia o por falta de educación), son tantos los problemas y tan simplista la solución que quiere dársele, si ocurrió, bueno, que aborte y la próxima vez usa la pastilla o el preservativo.

    La verdad es que ante los problemas más íntimos y propios de toda sociedad las soluciones tienden a ser siempre simplistas. Se sabe que la educación puede contribuir al desarrollo psicológico y afectivo de los seres humanos, el amor familiar, la comunicación, pero aún cuando el diagnóstico es correcto, el tratamiento es torpe, porque fruto de que todo el andamiaje social se cae por que sus bases son de arena, nada o poco se hace para reforzar los pilotes de dichas bases. ¿No es cierto que las familias son responsables en gran medida de los embarazos adolescentes por la falta de educación y comunicación con sus hijos? Pero el Estado también tiene su cuota de culpa por sus inoperantes políticas para la prevención de todo esto.

    No se discutiría a cerca del aborto (en la mayoría de los casos) si no hubiese embarazos no deseados. Claro está, que si se trata del argumento de -¡no puedo tener un hijo en estos momentos porque soy muy joven o porque después engordo y nunca más voy a ser delgada o voy a perder mi autonomía y no voy a poder salir nunca sino que voy atener que dedicarme a ese niño! Sólo se trata de seres inmaduros que no saben ni lo que quieren de la vida. No es lo mismo si se trata de un embarazo producto de una violación o de un incesto, en cuyo caso se respeta el dolor de la mujer y lo que queda es recordarle que ese niño no tiene la culpa y que si no puede tenerlo consigo porque considera que siempre va a permanecer vivo el dolor que le produjo la forma de su concepción, entonces no sea como el que la violentó y déselo a otra pareja que sí quiera brindarle amor.

    Queda sólo recordar lo que ocurrió en una entrevista en una televisora francesa; el entrevistador interroga a un doctor que era miembro de una clínica que practicaba abortos: -…de un padre sifilítico y una madre tuberculosa que tuvieron cuatro hijos, el primero nació ciego, el segundo murió al nacer, el tercero nació sordomudo y el cuarto es tuberculoso; la madre queda embarazada de un quinto. Ud. ¿Qué haría?.

    Yo interrumpiría el embarazo. Respondió el Doctor con seguridad; a lo que contesta el entrevistador. – hagamos un minuto de silencio, pues hubiera matado a Beethoven.

    El Problema de la Sobre Población.

    En el año de 1979 China Oriental decidió implantar un sistema de control de natalidad para lograr la meta de alrededor de 1.200 millones de habitantes para el año 2000. Acaban de ver confirmadas sus expectativas. El sistema era simple, las parejas sólo podían tener un hijo, sólo bajo circunstancias extraordinarias y previa autorización de un consejo destinado para tal efecto, tendrían la oportunidad de tener otro hijo más.

    Analicemos algunas cifras importantes. De cada 100 jóvenes sólo 4 tienen acceso a la educación superior en china y otros países Asiáticos, lo que significa que el resto se convierte en parte de la fuerza laboral, que por demás es comprimida, realizan labores manuales o simplemente se dedican a la delincuencia para poder subsistir. Caso a parte lo es el caso del suicidio que presenta cifras alarmantes después de cada examen de admisión a las universidades. El caso es que China no contó con un elemento esencial; en los casos de matrimonios que se encontraban dedicados a las labores del campo; ganadería, siembra, tenían en ocasiones la "mala suerte" de que el hijo que les era permitido tener era niña, lo que ocasionaba que la familia paulatinamente y dada la avanzada edad de los padres tuvieran que apartarse del negocio familiar. Las niñas no podían dedicarse a esa actividad y si esperaban a que tuvieran su nieto, ya era demasiado tarde. Resultado; un gran desastre.

    En los casos en los que las madres cometían el error de quedar embarazadas, se consentía el aborto, claro está, luego de una sanción por irresponsabilidad. No se trataba aquí de consideraciones a la vida, se trataba de una transgresión a la norma.

    Todos estamos de acuerdo en que el crecimiento indiscriminado de la población ha traído como consecuencia no pocos problemas, que van desde problemas sanitarios, hasta problemas de alimentación, educación, vivienda, trabajo. ¿Cuál es la solución? En principio, no puede ser el aborto, la solución. Nada está más en contra de cualquier criterio de libertad que el ser obligado a tener un número específico de hijos, pero todavía peor es ser obligado a abortarlo. Este caso es único. La mejor manera de tapar los huecos fiscales de un país y de equilibrar su economía es no permitiendo el nacimiento de más ciudadanos. Sin ir más lejos; muchos políticos presentan con orgullo dentro de su Memoria y Cuentas, ante Asambleas Legislativas, que han realizado 1000 y más Campañas de Esterilización, en las cuales madres de apenas 20 años y que ya cuentan con 3 o más hijos son esterilizadas. Una mujer de 20 años es aún una adolescente, con niños, pero adolescente, no importa lo que diga la legislación, son mujeres que no saben que tal vez 10 años después tendrán apenas 30 años y que tal vez sus condiciones habrán mejorado y podrían tener más hijos. El crimen está en realidad, en que estas prácticas las realizan en personas de medios rurales, la más de las veces mujeres que no entienden en su totalidad lo que significa ser ligada o que le corten las trompas, en fin, ser esterilizada.

    De nuevo, es más fácil esto que tener eficaces políticas de Estado para que cualquiera, si así es su deseo, tenga los hijos que quiera, y éstos cuenten con atención médica adecuada, educación, trabajo digno. En un país como Venezuela, donde distamos mucho de estar sobre poblados, estas campañas son realmente un crimen de lesa humanidad.

    El Convulsionado Mundo de los Valores en Nuestra Época.

    Lo que nadie niega es que los últimos 80 años de historia han sido de gran conmoción, cambios drásticos de paradigma y a todos esos cambios el hombre ha tenido que ajustarse de manera acelerada, la mayoría de las veces, sin tiempo suficiente para asimilar tales cambios. Las guerras, sin duda, crearon un precedente único en el replanteamiento de lo que es esencial o no para la existencia humana y la esencia misma de esta existencia es la vida única e irrepetible de cada ser humano.

    Parece que fue hace muy poco tiempo cuando Heidegger clamaba con su célebre frase (…hemos creado grandes castillos para las ideas y el hombre se ha quedado fuera en la casa del perro…), lo imperioso que se hacía volver a repensar todo, pero teniendo al hombre como centro, todo esto porque corrientes como la vitalista, arengaban a los pensadores y filósofos a redescubrir lo maravilloso del milagro de la vida, la cual era difícil, corta, incomprensible, pero lo único que era propio del ser humano. Nada tiene un hombre para ganar o perder que no sea su vida misma.

    Pero toda elucubración filosófica se queda atónita ante tanta falta de humanidad de las sociedades presentes. Muchos nos sorprendemos de que los Mayas sacrificaran seres humanos por creencias religiosas, pero comprendemos con facilidad que se maten personas en las guerras justas, que se libran en el mundo moderno, nos es fácil asimilar que mueran niños de hambre en Biafra y toda África, eso no importa tanto como mantener estable el sistema de vida en el cual creemos. Parece que la vieja teoría de Protágoras; todo es para cada cual según como se le aparece, o lo que es lo mismo; todo es relativo, está más vigente que nunca.

    La importancia de la vida de un ser humano es relativa. Si se trata de un problema para una familia pudiente, es relativa, si se trata de un niño que va a nacer con problemas físicos (sin importar que la vida humana está por encima de la apariencia física o psíquica), es relativa, si se trata de algo que no se ha planeado como es debido, es relativa. La vida es tan relativa como el pensamiento de una persona que puede decidir quién vive y quién no.

    El problema es que el mundo gira o intenta girar sobre columnas morales que el hombre quiere creer son inconmovibles, siempre y cuando no se trate de un caso particular; Mi esposa, mi hija, mi amiga, yo mismo. Si queremos creer que realmente tenemos derecho a vivir entonces debemos ser capaces de creer que la vida merece respeto y que bajo ninguna circunstancia debe ser violada, porque siempre que hay excepciones, podríamos ser nosotros uno de esos casos de excepción.

    Alguien dijo que si el útero fuera transparente, nadie se atrevería a practicarse un aborto, tal vez si nuestra conciencia y nuestro concepto a cerca de lo que es la vida fuesen transparentes, no pensaríamos en abortos. Porque, ¿cómo puede ser tan fácil estar a favor de la conservación de los bosques tropicales, la del Oso Panda, la conservación de las Ballenas azules y los ideales de Green Peace, y nos es tan difícil reconocer el derecho de un feto a vivir?

    Tal vez lo que hace falta es más HUMANIDAD y menos racionalismo.

     

      

     

     

    Autor:

    Humberto Lugo Z.

    Lic. en Filosofía

    Mariangela Lugo Z.

    Lic. En Educación.