- Introducción
- Florencia – aspectos geográficos y etnográficos
- Florencia – poder económico
- Florencia-avance cultural
- Aspecto económico
- Aspecto social
- Aspecto axiológico
- Aspecto filosófico
- Aspecto artístico
- Florencia – las fiestas
- La riqueza de Florencia y las fiestas
- Valores de la sociedad y las fiestas
- La sociedad y las fiestas
- El pensamiento filosófico y las fiestas
- El arte y las fiestas
- Conclusiones
- Referencias y bibliografía
INTRODUCCIÓN
En nuestros tiempos, que son tan lejos del Renacimiento, no podemos dejar de pensar en cómo surgió toda nuestra mentalidad moderna, y los pasos que la humanidad ha dado durante siglos para ser lo que es hoy en día: un mundo mayoritariamente moderno, con un enfoque sobre el hombre, donde el hombre tiene muchas libertades y posibilidades de crecer. Pero nada de lo que es hoy el mundo no hubiera sido posible sin la gran reforma que tuvo lugar en el Renacimiento. En el presente trabajo nos proponemos presentar, de manera objetiva, como es que surgió el Renacimiento, y nos enfocamos en especial en Florencia, que es la ciudad que "dio luz" al Renacimiento. Para esto vamos a empezar un viaje histórico y vamos a ver cuál era la situación política, económica e social en la Florencia de los siglos XIV-XV.
En términos generales el Renacimiento es un movimiento cultural que se genero en Italia, en Florencia a principio del siglo XIV y que tiene como características la preocupación para el hombre y el retorno a la naturaleza. Se manifiesta más que nada en la expansión cultural y es un momento que crea obras impresionantes en el arte, en la pintura y arquitectura. Esta idea de un nuevo nacimiento de las artes y las letras, tras mil años de letargo, es genuinamente italiana como puede comprobarse fácilmente en el siguiente fragmento de una carta de Marsilio Ficino[1]a Paul de Middelburg[2]en 1492, en la que dice:
"Este siglo, como una edad de oro, ha vuelto a iluminar las artes liberales que casi se habían extinguido: gramática, poesía, retórica, pintura, escultura, arquitectura, música, la antigua melodía de la lira órfica, y todo a la vez en Florencia. Alcanzando lo que apreciaban los antiguos, pero olvidado desde entonces, esta época ha unido la sabiduría con la elocuencia, la prudencia con el arte de la guerra, y esto es patente en Federico, duque de Urbino, como si hubiera sido ungido por la misma Pallas. Entre vosotros también, mi querido Paul, este siglo muestra el perfeccionamiento de la astronomía y, en Florencia, la enseñanza platónica ha surgido a la luz desde la sombra (…)"[3]
Los tres grandes aspectos que influyen el Renacimiento Italiano son: un extraordinario florecimiento cultural; un esfuerzo consciente por recuperar los valores formales y espirituales de la Antigüedad clásica y la renovación del pensamiento teológico y filosófico a través del redescubrimiento de la filosofía de Platón (idealismo platónico).
El deseo de regresar y a la vez recuperar la Antigüedad encerrada, se da a un profundo sentimiento de frustración: Italia, que en el pasado había dominado el mundo entero se veía reducida a una mera suma de pequeñas ciudades-estado desunidas entre sí y sometidas a la autoridad de un Imperio que seguía siendo romano, pero también germánico. Y encerraba, así mismo, una decidida voluntad de regeneración política: recuperando la lengua, las instituciones y las costumbres de la vieja Roma podrían hacer revivir el antiguo esplendor de aquella tierra.
El Quatrocento, que se considera como el primer Renacimiento, tuvo lugar durante el siglo XV, y se desarrolla en la ciudad toscana de Florencia, que se convierte en el catalizador del movimiento humanístico italiano. Filósofos y artistas se agrupan en torno a la corte de la familia Médici. Arquitectos, pintores y escultores se empeñan en una profunda y fructífera renovación artística que será, sobre todo, una revolución, y entre sus logros mencionamos el diseño y la perspectiva, la recuperación del desnudo humano, la conquista de la representación naturalista de la realidad.
FLORENCIA – ASPECTOS GEOGRÁFICOS Y ETNOGRÁFICOS
Florencia es una ciudad Toscana situada en el norte de Italia. El clima se clasifica como una continental templado y sus veranos son bastante calurosos y predominante secos con temperaturas de 35 a 40 grade Celsius, e inviernos secos y húmedos con temperaturas debajo de 0 grade Celsius. En el momento tiene una población de 368.901 habitantes, según un estudio organizado en el año 2009. En el siglo XIV Florencia tenía una población estimada a 80.000 habitantes pero sufrió una gran pérdida demográfica durante el mismo siglo por culpa a la gran "Peste Negra" que afectó no sólo Italia sino toda Europa. Los primeros síntomas de la peste empiezan a manifestarse en el año 1348 y bajo la población de Florencia a casi 50.000 habitantes. Al principio del siglo XIV el mal clima y las escasas cosechas aumentaron el precio de los productos, creando en la población una anemia general porque la gente ya no podía alimentarse y el sistema inmunológico se fue debilitando. A parte del hambre, a la población europea se le sumo una guerra, que devasto todo, conocida como la Guerra de los cien años, que tuvo lugar entre Francia e Inglaterra. En tales condiciones, Florencia comienza a experimentar extrañas muertes masivas. Esto pasa porque muchas de los barcos que "entraban en los puertos italianos transportaban ratas infectadas que, a través de sus pulgas, transmiten la bacteria a la población humana."[4] La enfermedad, extremadamente contagiosa se manifestaba de distintas maneras: bubónica (por culpa de la pulga o la rata), neumónica(a través del aire infectado, o de una persona a otra) y septicémica (la bacteria) se multiplica en la sangre infectando el organismo.
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Este es un mapa de cómo afecto la peste negra Europa: en verde están señaladas las zonas con menor influencia y en rojo las zonas con mayor influencia. Como se puede ver Italia está cubierta en rojo. Florencia fue bastante afectada y parece que la única ciudad que no sufrió mucho es Milán. Se especuló mucho sobre cuáles fueron las causas de la peste, pero la iglesia en especial la consideró como una manifestación de ira de Dios por los pecados del hombre.
Empezando el siglo XIII, se puede hablar de Florencia como una república, pero en realidad la mayoría de sus instituciones, sino todas, funcionan en beneficio de los ricos. Florencia aun desde la Edad Media conoce algo de "capitalismo" dado siendo que jugó un lugar importante en la producción y exportación de seda y lana. Gracias al comercio, poco a poco, Florencia se convierte en un centro bancario y llega a tener un importante número de filiales que llegan a controlar una gran parte del comercio mundial. Empiezan a prestar dinero a diversos soberanos, consiguiendo así una importante fuerza política. Una de las familias de banqueros más famosas de la historia de la ciudad son los Médici, que, llegaron a gobernar la Toscana y a ejercer una influencia considerable sobre la política italiana. Representantes de la burguesía ascendente en las ciudades del norte de Italia en la época de expansión del capitalismo mercantil y financiero, dejaron su impronta en el arte del Renacimiento ejerciendo abundantemente el mecenazgo. Aparecen ocupando el cargo de gonfaloniero o jefe de la ciudad desde el siglo XIV. Durante el cargo de los Medici la ciudad fue bastante próspera y floreciente.
En este periodo el poder está en las manos de la burguesía, pero no cualquier tipo de burguesía sino una curiosa mezcla que incluye familias de la nobleza antigua y familias surgidas del pueblo, casi en proporciones iguales. Los ciudadanos, es decir los que tienen derecho a intervenir en los asuntos públicos, no son siempre burgueses, sino nobles también. Aunque la burguesía empieza a dominar todavía hay burgueses que no son ciudadanos. De hecho de los habitantes nada más había unos mil ciudadanos. De estos luego hay activos y pasivos, en otras palabras los que pagan impuestos y tienen derechos, y los que no pagan impuestos por lo tanto carecen de derechos. Las instituciones de la República Florentina se organizan básicamente en tres formas: primero es el "Gran Consejo" que está formado de los ciudadanos con derechos, luego "El Consejo de los 80" que trata de los asuntos corrientes de Estado, al ser más cómoda su reunión, y luego está "La Señoría" que es el órgano efectivo de gobierno, constituido por nueve representantes de las "Artes mayores" y el Gonfaloniero de Justicia, representante supremo de la República, cargo rotatorio cada dos meses entre dichos nueve. Los cargos de la Señoría son elegidos por el Consejo de los 80. El jefe supremo de las fuerzas armadas debe ser un "extranjero, noble y procedente de un país distante al menos cuarenta leguas", lo que indica la desconfianza existente entre las diferentes facciones políticas para el desarrollo de este cargo. Dicha desconfianza se hace extensiva a todos los cargos públicos, por lo que uno de los objetivos será que el mayor número de ciudadanos ocupe al menos una vez dichos cargos. Los sistemas de elección eran muy complicados, cambiando al menor signo de sospecha. Curiosamente, se combina la suerte con la elección, empleándose en algunos momentos la insaculación, extrayéndose de la bolsa un número de hasta cinco veces el necesario, sorteándose entre los resultantes un número determinado y eligiéndose entre los restantes.
FLORENCIA – PODER ECONÓMICO
Florencia se manifestó como una gran potencia mercantil y económica empezando el siglo XIII pero alcanzo el máximo durante los siglos XIV-XV. Tenía tanta influencia que su moneda, el florín, se convirtió en la moneda más importante de Europa. El florín tenía en el anverso, la flor de lis, emblema de Florencia y en el reverso tenía al patrón de la república italiana "San Juan Bautista".[6]
Lo que lo hizo famoso al florín florentino fue probablemente el hecho de que pesaba mucho y estaba hecho con oro puro, y estaba valorado a 3,5 gramos de oro de casi 24 quilates, una de las más altas leyes de su época. El principio su valor era de veinte sueldos pero en solo veinte años, llego a valer treinta sueldos. Pero su valor comenzó a disminuirse en el siglo XV debido a la aparición de imitaciones en el resto del continente.
Florencia era la ciudad más rica del norte de Italia gracias a su industria textil, al comercio de productos de lujo y a la actividad bancaria. Florencia era productora de ropa de lana y poco a poco fue adoptando nuevas técnicas y empezaron a producir tejidos de calidad usando lanas importadas de otros países europeos como Inglaterra, Portugal o España. La industria textil era sumamente importante porque tenía unos 300 talleres y llegaba a producir unas 100000 piezas de tela al año, dando de esta manera trabajo a un tercio de la población activa de Florencia. Para poder crear paños con la lana esta tenía que pasar por un largo proceso de limpieza.
Primero desborraban la lana en bruto y la lavaban en una solución hecha con orina de caballo y lejía. Luego la aclaraban y después la extendían en bastidores de mimbre para poder extraerle mejor las impurezas residuales. Luego la peinaban mucho, la separaban y luego la hilaban.
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Florencia exportaba también tejidos de lujo, sederías, terciopelos y satenes que eran realmente productos muy costosos. El desarrollo textil fue acompañado del aumento de otras actividades, más o menos artesanales y, en conjunto, todo este incremento de la producción incidiría de forma sustancial en el desarrollo global de la vida mercantil. La acción del dinero produciendo dinero tuvo también una repercusión fundamental en la definición del capitalismo. La nueva economía deja de un lado la Iglesia y el antiguo valor económico, que era la tierra, y empieza a consolidarse en torno del dinero constante y en torno a los hombres que lo poseen y lo manejan: los burgueses, y más concretamente aun, en torno a los grandes burgueses. En conjunto, el desarrollo de las actividades industriales y el volumen cada vez mayor de las operaciones mercantiles, determinan una creciente concentración de poder dinerario y una mayor complejidad de la empresa o entidad mercantil, tipificada por ejemplo por la formación de grandes compañías o firmas comerciales que pronto adquirirían unas dimensiones y una importancia extraordinarias. Dado a estos cambios se da en Europa un florecimiento de diversas instituciones de orientación pre capitalista como: el uso ordinario de la letra de cambio y del cheque, la adaptación de formas de contabilidad, la estructuración de grandes empresas internacionales, que estaban mantenidas a través de una ágil red de delegaciones, agentes y representantes.
Y si hay alguna ciudad que supo aprovechar de todos estos cambios, esta es Florencia, que tuvo una de las instituciones bancarias más importante no sólo de Italia sino de Europa, y hablamos aquí del banco más famoso que trajo muchos beneficios a la ciudad y que es el banco Medici. Este fue uno de los negocios más florecientes de la época del primer Renacimiento. El banco fue fundado por Giovanni di Medici y ofrecía créditos a los comerciantes y también prestaba a monarcas. Poco a poco el banco llego a expandir sus operaciones a través de varias sucursales en las principales ciudades europeas. Gracias al negocio que empezó con el banco, la Familia Medici llegó a tener dinero que invirtió en obras de artes, construcción de edificios y ayudó a la realización profesional de muchas artistas.
Para un mejor entendimiento del poder de la familia de Medici podemos checar el siguiente mapa y ver que sus instituciones no se extendían solo en el territorio de Italia, sino en toda Europa. Podemos observar que en Florencia se ejercita el mayor poder, pero a la vez sorprende el hecho de que tenían negocios en Francia e Inglaterra.
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FLORENCIA-AVANCE CULTURAL
La concentración de la riqueza y la competencia entre los centros del poder político, llevaron a una excepcional cristalización de diferentes centros artísticos. Durante este período, la administración del poder y la riqueza, se presentaba acompañada de ostentosa exhibición, manifestada de forma efímera en las festividades de la corte, procesiones y cortejos, en los palacios públicos y residenciales, y en todo el aparato decorativo ejecutado por ciudadanos-príncipes, como los banqueros Cosimo y Lorenzo de Medici. Los poderosos gobernantes italianos, eran casi siempre, grandes mecenas y muchos de los avances de la época no hubieran sido posibles sin la complicidad de ellos. Dado siendo que ellos tenían el dinero, fueron ellos quienes comprendieron que la imagen artística seria el "vehículo perfecto para manifestar un ideario tan complejo que abarcaba objetivos como prestigio personal, fama eterna, recuerdo de la ciudad y gloria en la memoria colectiva"[9]. Esto hace que el arte empiece ser valorado como único antídoto al paso del tiempo. Testiguamos un cambio profundo del entendimiento de la imagen artística, que hasta ahora, había permanecido oculta en iglesias, catedrales o palacios. Claro que una familia como Medici entendió enseguida la importancia de promover a los artistas. Entendieron que sí podrían establecer relaciones importantes con artistas, tendrían la oportunidad de adquirir obras de arte, también vieron que era una muy buena modalidad de autopromoción, prestigio y al mismo tiempo manifestación del poder económico y político. Los mecenas no sólo reclaman obras singulares, sino que exigían la presencia física del artista en sus Cortes y palacios.
El avance cultural se da en muchos aspectos como en literatura, pintura, escultura.
ASPECTO ECONÓMICO
El Renacimiento fue posible en Florencia y surgió en esta ciudad por una razón financiera. Florencia del Renacimiento era una ciudad comercial que tenía dinero y los dueños del dinero eran burgueses que llegaron a ser muy ricos y empezaron a invertir en el arte. Se remarca en Florencia la aparición de bancos, y la más famosa es la de los Medici. Fundado por Giovanni di Medici, el banco Medici fue el negocio más floreciente de la Europa del Quatrocento. Desde su casa matriz en Florencia, expandió sus operaciones a través de una red de sucursales en las principales urbes comerciales europeas. Créditos a comerciantes y préstamos a monarcas eran el "core business" de una familia que pasó, en menos de un siglo, del comercio minorista a codearse con los poderosos de su tiempo. Habia varios tipos de bancos en Florencia del Renacimiento: banchi di pegno: casa de empeño, era más para las clases bajas, y cobraban un 20% anualmente para los préstamos que estaban garantizados con la casa del prestado. De hecho eran consideradas ilegales en Florencia, pero, sobrevivieron bien, dado siendo que la multa (si eran descubiertos) era de 2000 florines al año.
Otro tipo de banco era banchi a minuto: o bancos rápidos, eran un tipo de combinación entre prestadores y empeñadores y normalmente ofrecían dinero a cambio de joyas.
Luego hay banchi in mercato o banchi aperti que constaba en transferencias y depósitos bancarios. Estos bancos operaban en lugares públicos así como plazas, y recordaban todas sus transacciones en un tipo de agenda. Las transferencias entre bancos se hacían de manera verbal y era bastante arriesgado.
Los banchi grossi, o grandes bancos eran las instituciones más grandes de Florencia, aunque no las más numerosas. Había alrededor de 33 acerca del 1469. Eran las más importantes en la economía Europea porque tenían importantes acumulaciones de capital, proyectos entre ciudades, y representaban un pilón en la economía florentina porque tenían depósitos de todo tipo e investían su capital en comercio y billetes de cambio. El banco de los Medici era de este tipo. Los billetes de cambio eran un tipo de cheques que certificaban que una cierta persona o compañía le pagó a una cierta sucursal de la banca de los Medici una cierta cantidad de dinero. Con estos billetes de cambio el banco le pagaba el dinero en la ciudad que fuera siempre y cuando había allá una sucursal de los Medici. El banco le daba el dinero en el curso de cambio local pero en el momento en el cual el propietario había comprado el dinero. Había también un tiempo que garantizaba que el billete de cambio será cobrado, pero normalmente esto dependía de la distancia entre ciudades. Por ejemplo el tiempo de cobro entre Florencia y Londres era de 3 meses. Si el billete no se cambiaba en este tiempo, el propietario perdía el dinero.
Aparte de los bancos Florencia tenía también fábricas, donde producían, para que después vendieran, el producto completo. Las más populares eran bottega di sieta y botteghe di lana. Las primeras eran tiendas de sedas, y producían unas de las mejores ropas de seda, que eran normalmente vendidas a los exportadores florentinos o eran enviados a una franquicia en Bruges de donde vendían a la corte productos muy carros.
Las tiendas de lana eran muy populares pero el proceso de obtenerla era largo. Traer, lavar y separar la lana se hacía en fabricas pero sacar el hilo se hacia fuera, por mujeres especializadas, luego se regresaba a la fabrica para pintarla y almacenarla. La lana se vendía tanto en el país como en el extranjero.
Otro aspecto importante en la economía de Florencia era la gran cantidad de obras de arte que se producían, y no solo pinturas, sino también esculturas y edificios. Estos eran en gran parte financiados por los mecenas y ofrecían trabajos a los artistas pero también a muchos escultores y artesanos, y también a los que trabajaban en carreras de piedra, de mármol o orfebrería.
ASPECTO SOCIAL
Por su naturaleza el ser humano no está hecho para vivir solo, necesita de otros para poder desarrollarse y vivir bien, aunque vivir en la sociedad implica derechos pero también obligaciones, es decir "[v]ivir en sociedad quiere decir participar (…) en tres medios ensamblados entre sí: la gran comunidad política, ciudad o reino (u otro tipo de vecindad (vicinato) y la casa."[10]
Vamos a ver cómo está consolidada la sociedad florentina del primer Quatrocento y cuáles son sus deberes y obligaciones.
La familia es sumamente importante para la sociedad florentina, porque"[v]ivir en privado es ante todo vivir en su propia casa."[11] La familia italiana del Quatrocento es una unidad estrecha formada básicamente por el marido, la esposa, los hijos, y en las familias adineradas también se encuentran criadas y muchachas. En Toscana, la media por hogar era de 3,80 en 1472, y la población se repartía en un amplio abanico de diversas configuraciones: personas aisladas, sean viudos, viudas o célibes, simples familias conyugales (con o sin hijos), familias conyugales ampliadas(es decir albergan un ascendiente en línea directa o no, o un descendiente, un hermano o un primo) y familias conyugales múltiples (matrimonios de padres que compartían la casa con sus hijos casados etc). La familia conyugal simple, predomina en un 54,8 % de los hogares, las familias conyugales múltiples representan un 12 % y también hay gente que vive sola un 13, 5 % de la población. Esta situación es distinta en los medios rurales, allá se manifiestan mas las familias múltiples, en especial en las familias ricas. Entre los hogares florentinos ricos con renta de más de 800 florines, alrededor de 15% comprenden varios matrimonios en 1427. Esta práctica de cohabitación varia en los medio urbanos de un linaje a otro, y de una generación a otra, por ejemplo entre los hogares Rucellai, solo dos de veintiséis están formados por varios núcleos conyugales en 1427, frente a siete entre veintiocho(25%) en 1480. Entre los Caponi, otra dinastía florentina famosa, los hogares múltiples representan el 8% de las familias en 1427, mientras que en 1460 son el 54%.
Los autores de la época, exaltan los valores de la amistad y la vecindad. La amistad es un gran bien en sí. Cada familia puede contar con un núcleo estable de amigos que completa y consolida el entorno de la sangre y las alianzas matrimoniales. Los vecinos, a su vez, juegan un papel similar con el de los amigos, es decir están cerca de la familia. Tanto uno como otros llegan a ser padrinos (del hijo) y por lo tanto compadre (de los padres respectivos). Los compadres forman parte de la vida privada. Todos estos medios, ligados tan estrechamente, introducen al individuo en la familiaridad de centenares de personas.
Regresando a la familia en sí, formada en su forma más simple por el marido y la esposa, vamos a ver que cada uno tiene su parte especial en la administración de la casa.
El padre de familia. Según la tradición italiana, el poder permanece antes todo al padre de familia. Este ejerce su autoridad sobre sus hijos y hasta sobre los hijos de este. Se impone sobre todo como el gerente único del conjunto de los bienes de su hogar, es decir tiene derecho sobre todos los bienes, sean de su esposa o hasta de sus nueras y si quiere los puede vender o alquilar, y claro que el dinero se lo queda él. En cuanto a las personas de la casa, la actitud del padre de familia es también una muy autoritaria:" Como único dueño en su casa, el marido no revela a su esposa más que una parte de los secretos familiares. Es él personalmente quien ha de formarla en su oficio de mujer y, a la vista de la fragilidad de su constitución física y de su carácter, solo "(…) ha de confiarle en el hogar algunas responsabilidades menores."[12] Las mujeres se casaban bastante jóvenes y no tenían muchos derechos por lo tanto, se convertían en tributarias de los conocimientos de sus maridos.
Los hijos a su vez deben a su padre un profundo respeto y una absoluta reverencia, aunque un hijo llega a ocupar puestos importantes, siempre será subordinado al padre en la vida privada y cualquier falta o injuria puede ser castigada por el padre o por la justicia pública. En 1415, una rúbrica de los estatutos florentinos autoriza a un padre o a un abuelo a meter a cárcel a un descendiente que le falta el respeto.
La figura paterna se puede asociar de una forma u otra a la de un déspota que consideraba a los miembros de su familia como sus pertenencias, sus objetos, y no como personas.
Madre y esposa. Aunque pareciera que la mujer no tenía ningún derecho en la familia, vamos a ver que las cosas no eran completamente así. La mujer está encargada con la educación de los niños, con los sirvientes, con las tareas domesticas como barrer, tejer, limpiar etc. Las mujeres eran en general de siete a diez años más jóvenes que sus maridos, y casadas entre los dieciséis y dieciocho años, ocupando así una posición intermedia que las acercaban a los hijos. Si como esposas parecen no "valer" mucho, para los hijos son muy importantes. En ciudades como Florencia, meramente comercial, donde los hombres (mercaderes y artesanos) trabajaban duro por mucho tiempo, o se ausentan por más tiempo gracias a los viajes de negocio, las mamas representan un pilar importante que les ofrecen a los hijos estabilidad.
En cuanto a las familias modestas hay una diferencia entre esposo y mujer, en este medio las esposas tutean, sin cumplidos, a sus maridos y no les permiten ofenderlas porque ellas también saben cómo. En cuanto a los hijos, el cuidado y la educación es responsabilidad de los dos y los hijos ven a sus padres con una autoridad igual.
Los hijos y los adolescentes. Los hijos pequeños están en buen parte cerca de sus madres, pero en la burguesía los niños están normalmente amamantados por sus nodrizas. La mayoría de ellos crecen lejos de sus padres. En el ambiente popular y campesino, la mortalidad infantil era considerable con ocasión a las pestes (1348-1430), pero también se daba el infanticidio (por sofocación), pero más que nada se da el abandono de recién nacidos, lo que llevo a la creación de de hospicios, por ejemplo San Gallo, Innocenti, 1445 en Florencia.
Los burgueses florentinos acostumbraban dejar a sus niños en la casa de la nodriza hasta que empezaban a andar y casi hablar, y después los reintegraban en el seno de la familia. Es decir una vez que la parte más difícil había sido cumplida, empezaban a considerarlos como sus hijos y llevarlos en la casa. Una vez (re)integrado en la familia el niño tenía acceso a una cama, que compartía con sus hermanos o hermanas, o con los papas, o en algunos casos toda la familia se quedaba en una cama. En las familias adineradas el niño más chico recibía la atención de todos y jugaba tranquilamente, pero en las familias pobres cada niño tenía sus cosas contadas, "[l]os hijos de un peletero, por ejemplo, (…) no disponen para ellos dos más que de una capa y de cuatro túnicas negras(…), y la hija de un alguacil no tiene en su guardarropa, aparte de cuatro camisas, más que una bata de casa, dos túnicas sencillas y una falda ligera, todo ellos de lana muy común."[13]
A medida que crecen, chicos y chicas van adquiriendo personalidad y desean independizarse, muchos de ellos trabajan de jóvenes. A medida que están creciendo los jóvenes empiezan a ocuparse de los labores de la casa, era normal que la hija de un comerciante colabore en todas las tareas de la casa como hacer el pan, cocinar, lavar, preparar las camas y también labores de hilo, tela y aguja. La vida corriente y la profesional están bajo el control paterno. Los contratos de aprendizaje, a la hora de elegir un oficio, los cierra el padre, y esto hará que el gestione la fortuna que su hijo llegara a tener.
La familia florentina un difiere mucho de la familia de hoy en cuanto a su formación. Es remarcable que los papas eran muy obsesionados con la autoridad pero a la vez ellos muestran que apreciaban la familia y si lo pensamos bien la mayoría de las películas en actualidad presenta la familia típica italiana con padres (papas y mamas) obsesionados con la autoridad, pero más que nada con el respeto de sus hijos y la unificación familiar. Entonces se puede decir que aun en una forma primitiva la familia florentina representa un ancestro de la familia actual.
ASPECTO AXIOLÓGICO
¿Pero qué es lo que le importa a la sociedad florentina del Quatrocento? Sabemos que esta sociedad era meramente burguesa, por lo tanto la mayoría de ellos estaban tratando de ascender y mejorar su estilo de vida. Vamos a ver qué es lo que ellos valoran, teniendo en cuenta que al tipo de familia le corresponde un tipo de vivienda.
La burguesía florentina representa una sociedad que entiende muy bien el valor del dinero, muchos de ellos comerciantes o banqueros que han empezado de abajo y han ido ganando dinero aprecian mucho el poder, el dinero y los lujos que se pueden comprar con él. Se nota mucho en su forma de ser, en como construían sus casa y como las decoraban. La cuestión axiológica está ligada a la economía de la ciudad, y Florencia es una ciudad en plena evolución económica.
Las mansiones de la burguesía empiezan a ser construidas con materiales resistentes evitándose el uso de madera, dado siendo que era más probable que se incendiara. Artesanos, comerciantes, todo el popolo medio de las ciudades italianas en general, pero más en Florencia, vive en habitaciones espaciosas y decentes. El centro de estas viviendas está formado por una sala y alcoba, tienen aparte, a veces un jardín, un patio, una bodega, un establo, un pozo privado etc. Además de esto la casa dispone de dos o más alcobas, repartidas entre piso si se trata de una casa, o conseguidas gracias al desdoblamiento de una pieza más espaciosa por medio de un tabique. Por lo general las salas se encuentran del lado de la fachada y las alcobas por el lado del patio. Hacemos un breve paréntesis para mencionar que la división en lotes llevada a cabo en Florencia en el siglo XIV multiplicó, las casas de doble exposición (calle-jardín) y plano sencillo (salsa a la calle, alcobas al jardín).
La alta burguesía o popolo grasso y la nobleza se encuentran instaladas con mayor amplitud. Las viviendas de ellos tienen en común con las del popolo medio el uso del ladrillo en la construcción, pero también la piedra. Estos valoraban el lujo y se lo permitían así que sus casas eran de grandes dimensiones, sus cuartos eran mucho más espaciosos y las fachadas mejor decoradas, y un numero impresionante de detalles lujosos: herrajes diversos (argollas, faroles, perchas), columnillas de mármol en las ventanas, o amplios huecos de medio punto o almenas al borde del tejado. Las primeras mansiones florentinas de este tipo aparecen antes de fines del siglo XIII (palacios Mozzi, Frescobaldi, Spini) y desde la primera mitad del siglo XIV, se impone como modelo de las residencias urbanas de los principales mercaderes.
Los florentinos son vanidosos, orgullosos y se valoran a sí mismos en frente a los demás. Les gusta invertir y ahorrar para el futuro, porque piensan en el futuro de ellos y de sus hijos. Les gusta mostrar lo que tienen por lo tanto sus casas no solo son lujosas por fuera sino por dentro también. Creen en una vida larga así que tratan de construir cosas duraderas. A la burguesía le gusta retratarse, en un intento de ""inmortalizar"" para las futuras generaciones, pero también para decorar sus casa, y normalmente para colgar sus cuadros a vista de todos.
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No es un individuo de los más modestos. La riqueza y la fortuna de muchos lleva el decorar más allá que el uso de retratos, muchos usan tapicerías o hasta frescos en las habitaciones principales. Las telas y tapicerías decoran habitaciones enteras y hacen furor en Florencia del siglo XIV pero estas se usan más que nada en días festivos. Las pinturas, al fresco, se encuentran vinculadas a un mundo privado y decoran de manera permanente las habitaciones. Al principio el fresco utilizaba dibujos geométricos, arabescos o imitaciones de pieles. A veces el fresco imitaba un tapete y gracias al costo reducido acabó invadiendo los patios interiores, las galerías a media altura, las salas y hasta las letrinas. Pero a partir del siglo XIV, en los interiores auténticamente ricos, es donde se desplieguen estos frescos pero en escenas con figuras ricamente elaborados con: arboles, jardines rebosantes de flores y pájaros, y por fin los personajes reunidos en escenas de caza, de juego o en episodios de alguna historia.
Al florentino le gusta tener mucho en su casa en cuanto la alimentación y "[l]os hogares conocidos tienen casi todos ellos vino -algunos toneles- y aceite -algunas cantaras- a su disposición."[15] El florentino hace provisiones también de vinagre, trigo, cereales, legumbres o carne. Esto se debe a dos hechos por una parte porque tienen, y por la otra como una medida de precavida en caso de la Peste.
La riqueza trae consigo lujos pero también vicios. El florentino empieza a ganar dinero y a gastarlo a su gusto, pero también cae en la otra extrema. Le gustan los juegos, las apuestas, los bailes, gasta en bebida y en frivolidades.
Sin embargo los florentinos valoran, la libertad y el mundo ciudadano. Son conscientes que ser ciudadano te ofrece derechos, pero no hay muchos ciudadanos, porque para serlo debes pagar impuestos. Aprecian su ciudad por eso en entre los siglos XIV-XV Florencia va pasar por un impresionante proceso de reconstrucción.
A continuación vamos a ver como este proceso de valorar la libertad se va transformar en valorarse a sí mismo como individuo.
ASPECTO FILOSÓFICO
La filosofía del Quatrocento italiano, es una filosofía que gira en torno del hombre como individuo y no como creación de Dios. Como corriente principal que define la filosofía del Quatrocento se da el Humanismo.
El humanismo se defino como un interés por lo antiguo, por lo clásico, Platón y Aristóteles. A diferencia de lo que ocurría en la edad media, donde el hombre era considerado fundamentalmente desde una perspectiva teológica, los humanistas valoran el hombre desde una perspectiva mundana, no-divina, es decir, el hombre será visto como un ser natural e histórico. Este cambio no se da al azar, claro, sino gracias a la libertad económica que los florentinos adquirieron. Una vez teniendo cierto poder económico se dieron cuenta que realmente la Iglesia no les puede controlar la vida. El ideal común de este período viene definido por la esperanza de un renacer del ser humano a una vida verdaderamente "humana", mediante el recurso a las artes, las ciencias, la investigación poniendo de manifiesto la consideración del ser humano como ser natural, en oposición a la consideración medieval del ser humano como ser-para-Dios. Este deseo se da también porque ahora ya es posible tener una vida "humana" es decir gozar de los placeres y lujos de la vida, porque ya los burgueses van adquiriendo el capital necesario. Antes este tipo de pensamiento no era posible simplemente porque el capital económico se centraba más que nada en la Iglesia.
El retorno a los antiguos se manifiesta por releer a los griegos (Platón y Aristóteles) y significa no sólo la recuperación de su obra, sino fundamentalmente el retorno al principio, a los orígenes de la vida humana, cultural, del ser humano. Volver al principio no significa volver a Dios, sino precisamente al terreno del hombre y del mundo humano. De ahí la valoración del pensamiento filosófico pre-cristiano. El retorno significa, además, una conquista. La vuelta a los orígenes, al principio, conlleva la conquista de la personalidad humana. El que este retorno se efectúa mediante las artes y las ciencias, y no mediante experiencias místicas interiores, por ejemplo, significa una búsqueda de la objetividad. En efecto, sólo la objetividad puede poner en evidencia el status original del hombre frente a la naturaleza, es decir, manifestar su origen y su condición humana.
Por lo mismo, el hombre es libre de decidir su conducta, de elegir su destino, lo que supone una exaltación de la libertad individual tanto en el orden teológico como el orden cultural y social. Poco a poco se van liberando del yugue de la Iglesia y se imponen como individuos.
Una de las características más notables del Renacimiento es el antropocentrismo, lo que supone una valoración no sólo de la personalidad del ser humano, sino también de su individualidad. A la vez el antropocentrismo seria la justificación completa de la mundanidad del hombre, como no fue creado por Dios sino tiene descendencia animal, sus instintos animales serian algo normal y no debería sentir vergüenza.
También el naturalismo irá asociado al desarrollo del Quatrocento. Se destacan los aspectos naturales del hombre versus los aspectos sobrenaturales. Es algo de lo que encuentran los renacentistas que "vuelven" a Aristóteles: la separación del universo y de Dios y la exaltación de la naturaleza; al igual que los que se "vuelven" hacia Platón, buscando una religiosidad natural y la exaltación del hombre y de su libertad (el hombre no es malo, es ignorante, no necesita, pues, la gracia divina para su redención).
El ideal humanista de la grandeza humana hace a los florentinos "(…) de definir la vida del alma de tal manera que los intereses terrenales y la virtud, o también el éxito humano y la verdadera grandeza, pudiesen coincidir. "[16] El humanismo trata de justificar por todos los medios todos los aspectos del hombre. Se llega a santificar la gloria, o al menos a justificar el culto de los "héroes" como una de las manifestaciones de la fe en la inmortalidad. Tratan de ignorar que la gloria es solo la exaltación de los valores profanos y la consideran como un tipo de "deificación" natural y justa.
Todos estos aspectos filosóficos se dan a la necesidad de liberarse de la Iglesia, de encontrar un camino aparte de esta, pero a la vez, tal necesidad se da gracias a factores como el florecimiento económico que hace a los florentinos cada vez más independientes e conscientes de su proprio poder y autonomía.
ASPECTO ARTÍSTICO
El Renacimiento representó un periodo prolífico en muchos aspectos, económico, social, axiológico, pero, se destacó más que nada por la influencia artística que ha aportado a la humanidad. Es el periodo de una de las más impresionantes creaciones artísticas tanto en pintura y escultura como en arquitectura. Vamos a ver en que constaron estos cambios.
Pintura
Un motivo que aparece en la Edad Media y se retoma en el Renacimiento es el espejo, y el valor que adquiere en los dos períodos es el de "(…) designar la actividad intelectual: cualquier libro era un espejo."[17] Para el neoplatonismo significa también la luz y el espíritu y proporciona una imagen sin fin del conocimiento y de la conciencia. Leonardo da Vinci consideraba que la dificultad de componer un cuadro se encontraba resuelta en el recurso al espejo, porque la reflexión de una imagen la muestra revertida de derecha a izquierda, y la hace aparecer bajo un nuevo aspecto y ayuda a descubrir los defectos.
En cuanto a las colores de una composición tenemos según Alberti el uso de los cuatro tonos fundamentales en relación con los cuatro elementos, de la siguiente manera: rojo=fuego, azul=aire, verde=agua y gris=tierra. La mezcla de estos colores producía una infinidad de matices que variaban según las diversas naturalezas de la luz y las relaciones provocadas por reflejos. En muchos cuadros predomina también el dorado. Otros artistas como Boticelli harán uso de una gama pura formada por el azul y el anaranjado, el rojo y el verde. Es importante precisar que los artistas creaban sus colores y que este proceso suponía buscar materiales, modificarlos y luego usarlos para la creación de las pinturas.
Se mejoran en este período también las técnicas del dibujo y en la segunda mitad del siglo XV Florencia vive una evolución considerable en la técnica del dibujo, favorecida por la difusión de nuevos tipos de papel y los cuadernos de estudios directos. Estos cuadernos representan una verdadera innovación porque a comparación con los del Trecento, que servían para reproducir formas, estos contienen ejercicios de una animación de los seres y de las cosas, detalles que podrán ser utilizados en contextos diferentes mostrados con una verificación precisa y otras cosas. El dibujo se utiliza mucho en la creación de grabados y esbozos. Según Leonardo da Vinci el esbozo tiene varias ventajas porque te permite corregir y precisar los signos de movimiento expresivo y también te permite volver sobre el indefinidamente.
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