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Todo lo que deseamos saber acerca de la adicción al sexo y no sabemos a quién preguntar

Enviado por Felix Larocca


  1. Lo que hay en una palabra
  2. La sexualidad y el Mal de Parkinson
  3. Las diferencias "adictivas" entre los géneros cuando se trata del sexo
  4. ¿Existe la hipersexualidad? ¿Existe la adicción al sexo?
  5. El conflicto medioambiental y cultural
  6. Sexual Addiction Screening Test o SAST
  7. Bibliografía

Dr. Félix E. F. Larocca

"Cambios en la estructura y función del encéfalo es lo que hace de la adicción, fundamentalmente, una enfermedad orgánica. Un interruptor metafórico en este órgano, parece que se dispara como consecuencia del uso prolongado de las drogas.

"La adicción es, ambas, la causa y la consecuencia de esas alteraciones profundas de la función cerebral". FEFL en: Neuro-adicción y la Neurofisiología del Cerebro.

La etiqueta "adicción al sexo" ha sido — por ahora — descartada por DSM-ETC, aunque, por algún tiempo fue considerada por inclusión en éste, el muy anticipado, quinto manual diagnóstico de la Asociación Psiquiátrica Americana debido a aparecer, luego de innumerables revisiones, en mayo del año 2013.

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Ashley Dupré famosa cortesana y, para algunos "expertos", "droga" de adicción

Lo que hay en una palabra

Por algún tiempo algunas figuras del mundo de la farándula y del deporte han sucumbido a ciertas indiscreciones sexuales humanas, y no del todo extraordinarias, que — notablemente — en el caso del golfista Tiger Wood, y que por falta de algo más convincente que culpar, fueron atribuidas a una "adicción al sexo".

Por ser "adicción", algunos de entre los descubiertos infraganti — para justificarse a sí mismos o para salir del aprieto en que se hallaran — recibieron "tratamiento" en unidades especializadas en la cura de las "dependencias" (eufemismo moderno para la palabra "adicción").

¿Pero, por qué culpar los fallos personales de los más ricos y poderosos en una supuesta adicción y no en una tentación del "diablo" u otro factor imaginario e igualmente baladí?

Poderoso caballero es don Sexo (parafraseando a don Jacinto Benavente)

El sexo, como el dinero, como concepto es poderoso y, como función invoca lo dominante en las estructuras de nuestras sociedades.

Porque el sexo, por necesidad, es ubicuo, como instinto, avasallante y como "arma" de destrucción social y arruinador de reputaciones no tiene paralelo.

Cuando personas en la vida pública se acusan de un desliz de índole erótico, la prensa responde con descripciones detalladas del comportamiento, que rayan en lo absurdo. Pero, por contraste, cuando los banqueros desfalcan, los jueces se venden, o los políticos roban — como habitualmente casi todos hacen — nadie los excusa por ser adictos a sus desenfrenos inmorales.

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¿Por qué no lo hacen? Porque el sexo y la sexualidad son asuntos que el antropoide humano está supuesto a hacer a escondidas, mientras come, gasta dinero y engorda en público… Algo que llenaría de inquietudes al personaje ficticio de la obra literaria Gog por Giovanni Papini. (Para ver más: http://www.ciudadseva.com/textos/novela/gog.htm).

El sexo

Por sus ansias de elevar la sexualidad a niveles especiales, no podemos culpar las pirañas de los medios noticieros, porque el sexo atrae la atención del público, y, como sucede con el chisme, vende periódicos y cautiva el interés de televidentes y radio audiencias, lo que traduce en la captación enormes de divisas.

El dinero y el sexo son compañeros consuetudinarios de viajes por todos lugares del mundo donde la prensa controla el pensamiento colectivo.

El sexo y el interés que despierta han seducido nuestras imaginaciones por tiempos inmemorables.

Debido a lo antedicho, esta lección tiene un objetivo especial como en seguida veremos.

Nuestro propósito en este espacio será el de explorar el laberinto diagnóstico y establecer la validez de la putativa "adicción al sexo" (si adicción es actualmente lo que es) para los fines clínicos de clarificación nosológica.

Para comenzar, lo haremos con el estudio de algo tangible, considerando la enfermedad de Parkinson y la "adicción sexual" que su tratamiento puede desencadenar.

La sexualidad y el Mal de Parkinson

Se ha conocido por algún tiempo, que ciertas drogas utilizadas en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson han sido imputadas con el desarrollo de comportamientos anómalos que, en un número particular de los casos han sido definidos como adicciones sexuales.

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Cerebro humano

Mientras lo hacemos, debemos recalcar que ciertos parásitos, en sus mecanismos de acción, asimismo, secuestran el control de las funciones mentales de sus huéspedes, como ya hemos visto en otras lecciones.

Prosiguiendo con el Parkinson

En la literatura científica se han dado casos de personas que, luego de haber comenzado a tomar las medicinas típicas recetadas para el tratamiento del Mal de Parkinson desarrollaron comportamientos obsesivos compulsivos de graves repercusiones negativas para el paciente.

En algunas ocasiones las obsesiones se tornaron en compulsiones de naturalezas serias, como serían ludopatías y en ciertos casos, se dice, que en "adicciones al sexo".

Por esta razón, las personas afectadas con los efectos adversos a estas medicaciones se encontraron en medio de un dilema muy serio, que consistió en que si cesaban de tomar los fármacos para eliminar los comportamientos indeseados, los síntomas que los incapacitaban retornaban en todo su esplendor mientras que si no las paraban o modificaban las dosis, los comportamientos destructivos persistían.

Enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson afecta por lo menos a un millón de personas en los Estados Unidos, lo que representa un problema de salud pública de mucha importancia.

La dolencia en sí es una condición degenerativa que ocurre cuando células encefálicas mueren, resultando en una escasez del agente neuroquímico conocido como la dopamina lo que interfiere con los movimientos normales y la coordinación muscular.

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Mientras que las causas de esta condición no se han determinado, se cree que factores genéticos y del entorno, como son la exposición a pesticidas y herbicidas pueden representar elementos determinantes dignos de ser considerados, aunque su rol no haya sido corroborado.

La condición es incurable, el propósito del tratamiento siendo limitado al alivio sintomático.

Para el tratamiento contamos con dos tipos de agentes farmacológicos: Las drogas tipo "levodopa" (L-dopa, L-3,4 dihidroxifenilalanina) y los agonistas de la dopamina.

La producción de comportamientos obsesivos, impulsivos y compulsivos son efectos colaterales indeseables que, con una frecuencia de un 17%, se reportan con el uso de ambos tipos de fármacos.

Ambas medicaciones intentan reemplazar la dopamina menguante por vías distintas. Mientras que el grupo de la L-dopa restaura la dopamina artificialmente, los agonistas imitan su actividad y efectos vía la estimulacion de células nerviosas.

Algunas personas obtienen mejores resultados usando ambas medicaciones en combinación.

Las peores de estas medicinas en la producción de efectos secundarios son los agonistas de la dopamina.

Se postula que los comportamientos desagradables observados no representan nada más que la intensificación de rasgos latentes que preexistían en estos pacientes.

Tan importante como reconocer estos problemas potenciales que afectan a quienes toman estos medicamentos es iluminarles el sendero con el uso de la psicoterapia y con la adición de antidepresivos que, en ocasión alivian los síntomas.

Es importante que tanto los médicos como los pacientes estén conscientes de esta posibilidad para modificar el tratamiento, antes de que serias complicaciones se hagan aparentes.

Para leer más: http://www.dailymail.co.uk/health/article-2181258/Parkinsons-drugs-turn-sex-addict-Nearly-fifth-patients-develop-strange-obsessions–gambling-painting.html#ixzz22CDZhb4j.

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Es necesario aquí recordar que los seres famosos diagnosticados por los medios o por sí mismos, en búsqueda de coartadas o pretextos, como "adictos al sexo" eran personas que no sufrían de ninguna enfermedad tan dramática como es el Mal de Parkinson y que no recibían medicinas similares a las indicadas para el tratamiento del mismo.

Prosiguiendo

Cuando una persona famosa se halla en medio de un escándalo sexual, la prensa y todos los medios de comunicación entran en señal de "alerta roja" dando comienzo a las especulaciones usuales acerca de las causas de sus acciones.

Las últimas son examinadas públicamente por "expertos" que por doquier abundan, aunque en la mayoría de los casos las opiniones que proporcionan carezcan de toda credibilidad, ya que nunca entrevistan a quienes analizan.

Las conclusiones a las cuales estos autoproclamados peritos llegan, se difunden y se imprimen con falta de discreción característica y apabullante. Mientras el schadenfreude, siempre presente, escasamente se disimula, porque el moralismo se proyecta como expresión de la pureza carnal de los voyeurs que, a todos, juzgan en la prensa y en los medios de comunicación.

Cuando se trata del sexo. Lo que lo hace diferente es que, la palabra adicción se afija al vocablo, haciéndolo en la ausencia de un criterio legítimo establecido.

Los "expertos" por su parte, contribuyen a la confusión del "problema sexual" imputando a la celebridad de ser víctima adicta del anti-feminismo, del machismo, del exceso de la testosterona, de los efectos del internet, del consumismo conspicuo, del sadomasoquismo y cualquier otra falla de proceder que se les ocurra en medio de su destructivo frenesí.

Muchos de quienes condenan los comportamientos que critican, vicariamente disfrutan la fantasía de poder ocupar las sandalias, o las prendas interiores, o, mejor aún, el tálamo amatorio con las compañeras de los famosos a quienes reprueban.

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Pecado original

América lugar donde la obsesión con el sexo es pasatiempo nacional

Es un hecho empíricamente establecido que los americanos disfrutan y condonan el sexo taimado e ilícito, pero más que nada, que los americanos se deleitan en la caída de los ricos y famosos.

En la díada comportamiento cachondo y dinero existe un magnetismo irresistible.

La adicción sexual y la disfunción sexual

El albor del siglo XX fue presagiado por la psicóloga sueca Ellen Key como el Siglo de la Niñez, siglo que asimismo fuera reconocido extraoficialmente como el Siglo de la Sexualidad y del Estudio del Comportamiento Sexual Humano como veremos.

Nace el sexo como objeto formal del estudio de las ciencias

En el principio era Havelock Ellis, seguido por Alfred Kinsey y Wardell Pomeroy, y, finalmente, por Bill Masters y Virginia Johnson en Saint Louis, donde yo los conocí.

La atmósfera de esta novedosa belle époque con su difundida liberación sexual, la invención de la píldora y otros métodos de contracepción, y el estallido del feminismo permitieron cambios drásticos en la vida sexual de quienes vivieran aquellos años.

Woodstock

Fue el emblema de esa edad de desinhibición sexual llamada por sus proponentes La Edad de Acuario.

Simbólicamente, en el 1969 el famoso y estridente concierto de Woodstock marcó el hito que definió la liberación sexual y social de los años sesentas en Norteamérica.

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Woodstock tributo colectivo al arte de la fornicación en masa

Muchos todavía añoran su retorno a este "paraíso perdido".

La entelequia de Homo modernus (Homo s. sapiens) con todas sus prerrogativas sexuales fue seguida muy de cerca por la de Gina s. sapiens, con todas sus dotes eróticas irresistibles, más destacada fisiológicamente por su capacidad para el logro del múltiple orgasmo y por el impacto incontenible de sus feromonas en las pulsiones del hombre, siempre caliente en su cerebro y ávido entre sus muslos.

Quizás las precursoras más destacadas de las mujeres que auguraron esta rica era para el erotismo femenino refinado fueron la cantante Joan Báez y la escritora Anaïs Nin.

La entelequia de la sexualidad humana, la representa, no la sexualidad promiscua del hombre sino la sexualidad naturalmente infatigable de la mujer.

La sexualidad y el poder viajan juntos siendo el uno la expresión del otro. Y como el político norteamericano Henry Kissinger, afirmara en sus divagaciones filosóficas, "el poder es un afrodisíaco".

La liberación de la mujer facilitó su entrada en la vida erótica más activa y en la vida pública más eficaz sin reservas puritanas.

Las diferencias "adictivas" entre los géneros cuando se trata del sexo

El hombre, depende de la erección del pene para ser eficiente en el arte del amor y para expresar sus proezas amatorias. Pero, las erecciones, muchas veces, son fugaces o poco satisfactorias, por no ser duraderas o por no ser sólidas.

Entonces, si alguien califica para ser candidato a la adicción sexual sería el miembro de cualquier especie de dimorfismo sexual que siendo receptivo, no depende de una erección — a veces tan fugaz como incierta — y, cuyo cuerpo, le garantiza múltiples orgasmos.

Esa persona, en nuestro género, repetimos, es la mujer.

Mujeres sobresalientes cuyas vidas sexuales fueron egregias han existido discretamente en toda la historia de la humanidad.

Mujeres que se han destacado como pensadoras y científicas asimismo han existido en números cuantiosos, aunque sus méritos eróticos fueran menos divulgados.

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¿Adictos al sexo?

¿Existe la hipersexualidad? ¿Existe la adicción al sexo?

En mi experiencia profesional donde he estudiado toda clase de comportamiento humano, habiendo publicado casos excepcionales como lo fuera El Onanismo de Nando, puedo afirmar que nunca he visto un individuo que, basado en observaciones clínicas meticulosas, pudiese ser diagnosticado como sufriendo de una adicción al sexo.

En ocasiones, miembros de los medios han solicitado mi opinión acerca del significado del comportamiento — cuando a una celebridad se la atrapa in fraganti o con los pantalones quitados — la que rehúso a emitir sin haber conocido directamente a la persona de quien se trata.

Por otro lado, muchos pacientes a menudo confían a sus terapeutas que ellos no pueden abandonar comportamientos auto-lesivos incluyendo las selecciones de los compañeros sexuales que hacen, lamentando que aunque se empeñan en no repetirlas persisten haciéndolo.

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Otro Silvio Berlusconi

Lo mismo que sucede en los casos de algunas disorexias.

Otros, por su parte, no pueden parar de comer, por el alivio a la angustia que estos comportamientos les producen. Así continúan engordando, mientras engullen sus ansiedades en búsqueda del paliativo oral.

Pero, ninguno de ellos sufren de adicciones en el sentido diagnóstico de la palabra, porque sus víctimas pueden — si es que realmente lo desean — renunciar sus acciones, y sus comportamientos pueden interrumpirse sin que existan síntomas de abstinencia como siempre es el caso con la adicción a las drogas.

El conflicto medioambiental y cultural

El conflicto semántico con la categoría nosológica de la adicción al sexo necesita ser aclarado por muchas razones.

La etiqueta de "adicto sexual" es un arma sin igual que esgrimen los conservativos religiosos para menoscabar liberalismos percibidos, para desestimar la ciencia y para inflamar pasiones mientras atizan las hogueras de los miedos.

También formular este equívoco diagnóstico ayuda, en dar legitimización al moralismo anti-sexual y a la intolerancia institucionalizada.

Estas son posiciones que se aceptan a pie juntillas y que son empleadas por algunos psicólogos, psiquiatras, jueces, legisladores y los medios de publicidad para ganar más poder.

Pero, hay más…

La actividad sexual y el narcisismo muchas veces traslapan, porque ambas pueden interpretarse como esfuerzos a satisfacer impulsos básicos sin otro fin que el placer hedonista por el placer mismo.

Para el narcisista — que abunda en todas las profesiones que involucran el culto a la personalidad y las apariencias — la comisión de actos que desafían el buen juicio es algo común, porque viven sumidos en la convicción de que las prescripciones sociales y las reglas de probabilidades y fuerzas del destino no aplican a ellos.

Ellos creen que, a pesar de que actúan imprudentemente, sadrán ilesos a pesar de todas las contingencias en su contra.

En este contexto, se explican los comportamientos de Tiger Woods, de Dominique Strauss-Kahn y de O J Simpson antes que él.

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¿Terapéutico o terapia?

Sus actuaciones no son adictivas, lo que es clínicamente obvio es que sus acciones representan formas de procedimientos impulsivos saturados de la omnipotencia narcisista infantil; la misma que se pone en evidencia cuando un niño muy joven — confiando en sus "poderes" — se tira al agua en la parte más profunda del lago sin tan siquiera saber cómo nadar.

Cuando ciertas personas sufren los resultados negativos consecuencias de sus decisiones sexuales desatinadas, ellas generalmente, luchan con otros problemas psicológicos como son: la impulsividad, las obsesiones compulsivas (como las de Nando), el trastorno bipolar, fluctuaciones humorales endocrinas, respuestas idiosincrásicas a ciertos agentes farmacológicos o infecciones bacteriales como ya hemos visto.

Cuando alguien lo arriesga todo por el placer efímero que el sexo imprudente les proporciona, esa persona alberga una amplia posibilidad de factores explicatorios que simplemente no residen en la adicción al sexo.

El concepto y su origen

Como sucede con la historia de muchas de nuestras categorías diagnósticas, la de la "adiccion al sexo" se originó por serendipia en el 1983 con los trabajos de un profesional de nombre Patrick Carnes, cuyo conocimiento clínico de la sexualidad humana era mínimo por su admisión propia.

El entrenamiento profesional de Carnes fue en el area de la educación y desarrollo organizacional. Sus especulaciones son todo lo que lo califican a ser un experto en todos los aspectos de la sexualidad o de las adicciones.

El término, aunque carente de bases científicas, ha sobrevido, porque como la llamada "adicción a la comida", ha servido el propósito dudoso de proveer a profesionales sin formación adecuada con una entidad especifica para lanzar sus proyectos de devaneos terapéuticos.

Los medios y los susodichos profesionales, adoptaron la categoría de manera entusiasta porque le permiten explayar en lo sensacional y lo chocante del comportamiento problemático de algunos, especialmente, el de los celebrados y notables.

Sexual Addiction Screening Test o SAST

Si para los trastornos del comer existen las llamadas pruebas diagnósticas, basadas en cuestionarios, asimismo esta existe para la nueva categoría propuesta de adicción sexual, se llama Sexual Addiction Screening Test o SAST.

La prueba se encuentra y se puede tomar muy fácilmente en el internet yendo a:

http://www.sexhelp.com/

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Monumento a la adicción al sexo

La parte más absurda del test consiste en que las preguntas son presentadas de manera equívoca y las respuestas consideradas diagnósticas son bidireccionales.

Los proponentes de la prueba están tan convencidos de que los resultados de quienes la toman en el internet serán diagnosticados como adictos al sexo, que en el mismo portal ofrecen recursos accesibles para el tratamiento de la supuesta "adicción".

Aquí lo importante es recalcar que no existen criterios formales para establecer un diagnóstico y que la gran mayoría de quienes se consideran víctimas de esta entidad aceptan la etiqueta porque a menudo le proporcionan con un escape de una situación engorrosa.

En la ausencia de criterios validados, establecer el diagnóstico de esta condición se torna en tarea imposible. Aunque el número de profesionales que la "tratan" sigue creciendo a pasos agigantados.

Pero, la ausencia de evidencia para soportar la existencia de esta categoría mítica no parece ser fuerza disuasoria para quienes la diagnostican, ya que para salir del paso, muchos adoptan el patrón inapropiado que derivan del estándar de las dependencias.

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¿Adicción al sexo o narcisismo exhibicionista desbocado?

El cual se estira hasta el límite de la ruptura, ya que éste, por sus limitaciones, no les permite llegar muy lejos.

Otra manera de conceptualizar la adicción sexual es la que enfoca en los estándares morales de la sociedad, orígenes de las inconveniencias (en lugar de padecimientos) que sus comportamientos ocasionan a quienes practican el sexo imprudentemente.

Esto se destila a ser: De acuerdo a las normas comunes, uno nunca debe de masturbarse demasiado, tampoco debe involucrarse en excesivo sexo irresponsable, ser muy infiel a su cónyuge, dedicar demasiadas horas al goce de lo pornográfico, no participar en el sexo casual, y otras consideraciones similares.

De esta manera, la adicción al sexo se convierte en un denominador común de algo en búsqueda de "cura".

Ahora bien, ¿en qué consiste la cura?

Por ejemplo, en los programas de tratamiento para la adicción a la heroína, nunca se sugiere que el adicto reduzca sus inyecciones a dos ó tres a la semana, como sería con el abuso del sexo.

Para las adicciones verdaderas la abstinencia total es la única respuesta.

Aunque, la abstinencia total, no es lo que los terapeutas sexuales recomiendan, porque la abstención total al sexo y la comida, en el caso de la obesidad, son inconcebibles.

Para asistir a los "pacientes; existen grupos de soporte modelados por los de Alcohólicos Anónimos en los cuales se insta a los participantes que admitan su impotencia frente su adicción al sexo y que pidan a una fuerza sobrenatural que interceda por ellos en la remoción de sus fallas de carácter.

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Lot y sus hijas por Albrecht Altdorfer

Lo patético acerca de estos programas es que no ofrecen pruebas de su efectividad.

En adición, otras disciplinas, sin desearlo, han contribuido mucho a la confusión existente porque, ciertos clínicos, en sus ambiciosos esfuerzos, destinados a justificar la categoría de la adicción sexual, aplican principios usurpados de las neurociencias para corroborar lo que estas mismas ciencias — con sus existentes metodologías — no pueden intentar, y, mucho menos lograr.

DSM5

Por razones muy variadas, y por la falta de consenso entre sus comités, DSM5 no va a incorporar la adicción sexual en su esperado manual, dejando asimismo la obesidad fuera de sus páginas.

Esto representa una acción sorprendente, ya que otras categorías, igualmente ambiguas y absurdas ya se encuentran incluidas. (Para leer más:

http://www.monografias.com/cgi-bin/search.cgi?query=dsm%20larocca).

En resumen

En esta lección hemos examinado una condición que goza de mucha popularidad entre algunos clínicos pero que posee muy pocas bases para su justificación nosológica.

Que no se haya incluido como condición establecida en DSM-ETC no significa que, con tantos esfuerzos como sus proponentes dedican al propósito de lograrlo, que en revisiones futuras del manual, no se hallará contenida.

Nuestro propósito al presentar esta ponencia ha sido establecer la inexistencia de otra etiqueta psiquiátrica apócrifa y congratular a DSM por su circunspección inesperada.

Fin de la lección.

Bibliografía

Larocca, FEF: Neuro-adicción y la Neurofisiología del Cerebro en monografías.com

Larocca, FEF: Mal de Parkinson y Otros Temas en monografías.com

Larocca, FEF: La Depresión Anancástica y su Importancia Diagnóstica en monografías.com

Larocca, FEF: Abecedario "L" es por Ludopatía: La Adicción al Juego es Otra Enfermedad en monografías.com

Larocca, FEF: El Chisme y la Persona Chismosa en monografías.com y en mailxmail.com

Larocca, FEF: El Libre Albedrío: Enfermedades y las Neurociencias en monogrrafías.com

Larocca, FEF: Sexualidad, Instintos, Hormonas y Neurotransmisores en monografias.com

Larocca, FEF: La Ninfomanía o "Hipersexualidad": Entidades Confusas en Espera de ser Aclaradas en monografías.com

Larocca, FEF: Los Hipócritas, el Proxenetismo y sus Dilemas Filosóficos y Morales… en monografías.com

Larocca, FEF: El Escotoma Moral y el Enjuiciamiento de los Jueces en monografías.com

Larocca, FEF: Anorgasmia: Desde el Punto de Vista Darvinista, la Mujer Siempre Gana en monografías.com

Larocca, FEF: TOC y el Onanismo de Nando en monografías.com

Larocca, FEF: La Pornografía en la Edad de la Carestía: ¿Iniciativa o Crimen? en monografías.com

Larocca, FEF: El Sexo Como Función y el Sexo Como Proceso en monografías.com

Larocca, FEF: Adicciones y Dependencias que Controlan la Vida en monografías.com

Larocca, FEF: Anorgasmia: Desde el Punto de Vista Darvinista la Mujer Siempre Gana en monografías.com

Larocca, FEF: La Neuropsicología del Deseo: La Neuropsicología del Amor en monografías.com

Larocca, FEF: Lo que hay en uh Nombre: La Anorexia Multilingüe en letras-uruguay.espaciolatino.com y en monografías.com