La independencia espiritual
Hay que abdicar todos los sentimientos infundados de culpa:
Lo cual hace que se sienta uno responsable de la felicidad, la tristeza o la insatisfacción de los demás.
Expresar la ira y el resentimiento que se han acumulado:
Por no manifestar lo que se siente contra los demás o hacia los otros, evitamos la única manera de preservar las condiciones de paz aparente.
Consecuencias del dolor sin resolver:
Que hace que uno se sienta mal por creer que lo que debiera haber dicho o hecho no se hizo o no se dijo, o no que no se fue capaz de poner límites para evitar que abusaran de la propia buena voluntad en aras de preservar relaciones y afectos sin los que uno se siente desvalido.
El aislamiento:
Creyendo que evitar a los demás, no enfrentando los problemas, huyendo de los riesgos, son un efectivo un refugio para nuestro miedo y nuestra enfermiza tranquilidad.
El miedo:
Factor clave que mantiene una interminable existencia de dependencia emocional.
El chantaje emocional:
Permitiendo que las persones que supuestamente nos aprecian y cuyo afecto es importante para nosotros nos impongan condiciones a través de gestos, comentarios, amenazas encubiertas o sanciones y castigos expresados a través del retiro de su confianza y su atención.
Los amantes por René Magritte
En resumen
Los bebés incas, se creía, que carecieran de glándulas lacrimales… porque casi nunca se les veía llorar. No lloraban porque sus madres los cargan en una bolsa mirándoles las caras.
La seguridad humana — toda — proviene de la imagen de la mamá mirándonos en los ojos.
Es el mejor de los remedios.
Ahora, hablaremos de algo de índole o de interés meramente intelectual.
El método científicoEl método científico es parte esencial de toda civilización, profesión y agregado cultural. Es asimismo, el grado de interés por la investigación quien define el nivel de desarrollo de un país o de una civilización: quien tiene una estructura de indagación tiene el tesoro de la creación, tiene la independencia científica, tecnológica y de pensamiento, que esta aporta. No hay avances en la Ciencia sin Investigación. La historia de la humanidad es la suma de conocimientos adquiridos a través de los tiempos, y el conocimiento, la interpretación racional de la realidad. Pero la realidad, no obstante, no es perceptible como tal sino que es representada bajo concepciones antropomórficas, en las que el modelo y la medida es el propio ser humano, el interpretador. Es, mediante la evolución del concepto, es decir, del propio lenguaje, como se va desarrollando la capacidad de interpretación, asimilando la verdad a la que somos capaces de acceder. Debido a esto, en la historia, la adquisición de conocimientos no se hace de una forma gradual, sino que se van preparando con anticipación variable los diversos grados de saber: Existen en la historia idas y venidas, oscilaciones entre el saber y la ignorancia, entre el pensamiento mágico y el pensamiento científico. La consecuencia de esto es que las verdades de la ciencia van siendo revisadas paulatinamente conforme nuevos conocimientos niegan o modifican concepciones anteriores. Atributo esencial del ser humano, el pensamiento, la razón, ha recorrido infinidad de caminos en la búsqueda constante del saber. En nuestra civilización fue René Descartes quien colocó las claves para hacer sensato el camino de la razón: El Método Científico. En el Discurso del Método (1637) Descartes enumera y explica las principales reglas que han de seguirse en la búsqueda de la Verdad en las Ciencias. Comienza así su ensayo: "El buen sentido o sentido común es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada cual piensa estar tan bien provisto de él, que, hasta los más difíciles de contentar en cualquier otra cosa, no acostumbran desear más buen sentido del que ya tienen…". De esa manera, y para no caer en la autocomplacencia, ni en la aceptación ciega de los conocimientos de otros, llega a establecer cuatro simples principios, tan vigentes hoy como fueran entonces: 1º. No aceptar nada como cierto, es decir, no aceptar sino aquello incapaz de hacer dudar a nuestro espíritu: (La duda). 2º. Dividir todo problema examinado en tantas parcelas como fuese posible y necesario para mejor entender la cuestión: (Análisis). 3º. Ordenar todo pensamiento comenzando por lo más sencillo hasta lo más complejo: (Ordenar). 4º. Hacer siempre enumeraciones tan complejas y revisiones tan generales hasta estar seguro de no omitir nada: (Enumerar). Con estas reglas del arte del raciocinio el individuo se enfrenta con la realidad de un problema, (observación), establece juicios entre causa y efecto y emite hipótesis que han de ser corroboradas o verificadas. |
En resumen
Cuando tratemos de entender los mensajes semánticos que de todos recibimos, y estructurar nuestras respuestas basados en ellos. Cuando tratemos de predecir la progresión de los eventos que confrontamos. Cuando tratemos de influir los derroteros posibles de las coincidencias, usemos el método científico que de los filósofos heredáramos — porque sólo es así como podremos afectar de modo sensible el curso de nuestros derroteros, a menudo aciagos.
Enseñemos a nuestros hijos a ser curiosos y enseñémoslos a pensar deductivamente — es nuestro deber y obligación especial.
¿Qué ven en esta foto que a todos debe satisfacer?
Concluyendo esta lección con una pregunta controversial…
¿Por qué conviene ser persona culta? Tradicionalmente, atribuimos la codiciada categoría de "personas cultas" a las que, además de haber cursado una carrera superior, son muy leídas. O a quienes están al día de lo que ocurre entre nosotros y en el resto del mundo. O a las que se desenvuelven con cierta soltura en la historia, la ciencia, la filosofía, la economía o la literatura y las demás manifestaciones artísticas.
No es fácil, por tanto, ser una persona culta.
Pero, ¿no hay otros significados para este término de cultura? Maslow, científico de la psicología y experto en la investigación de las conductas humanas, describió y catalogó hace ya varias décadas las necesidades de las personas y las clasificó en las básicas y de las de crecimiento.
Dentro de las necesidades básicas (las que hemos de satisfacer para poder aspirar a un mínimo desarrollo como seres humanos y a un cierto equilibrio personal), situaba la de ser personas cultas. Pero no especificaba qué nivel de cultura es el que consideraba básico. De ningún modo instaba a las personas a coleccionar títulos universitarios o (en los países pobres) a imitar los patrones educativos de los países económicamente privilegiados.
En términos abstractos, puede decirse que el desarrollo cultural de las personas se concreta en la adaptación inteligente al medio en que viven, para poder así interpretarlo y transformarlo según sus necesidades y deseos. Pero es este es un proceso que no puede producirse individualmente: se requiere la comunicación entre los individuos y los grupos, que comparten conocimientos, actitudes, experiencia, emociones… Para participar en este proceso, dinámico por naturaleza, cada persona ha de saber comunicarse, y poseer los códigos necesarios para interpretar el pensamiento, las vivencias y los "descubrimientos" de los demás. Por eso, hemos de aprender y perfeccionar continuamente esos lenguajes, mediante la lectura, la conversación, la interpretación de las bellas artes, de las imágenes audiovisuales, del Internet…
La experiencia, madre de la cultura
El acceso a la cultura es un proceso personal, de transformación interior. Nuestra cultura individual inicial y de crecimiento nos la proporciona la propia vida, las experiencias que hemos ido acumulando. Sin duda, hay mucho de cierto en el rotundo aserto popular de que "la mejor universidad es la propia vida". Pero sabemos que no es suficiente. Si bien la vida nos permite acumular experiencias y conocimientos insustituibles, nuestro objetivo de una existencia equilibrada y plena nos exige acercarnos a vidas ajenas y distintas a la nuestra, a otros contextos educativos, económicos y geográficos. No estamos solos, la vida es una aventura apasionante que compartimos miles de millones de personas en todo el mundo. Para comprender lo que ocurre a nuestro alrededor, necesitamos acceder a lo que piensan, sienten y hacen los demás, y no sólo quienes nos rodean en nuestro entorno más inmediato.
El amigo Oscar conoce el sujeto, pero, ¿conoce al artista que lo pintó?
Interpretar el mundo sólo a través de lo que nos ocurre a nosotros nos conduce a una percepción pobre e incompleta. Hay, por ejemplo, quien piensa (por sus negativas experiencias personales) que el ser humano es competitivo, egoísta y malo por naturaleza, o que tras la amistad sólo hay interés y que, por tanto, la principal actitud a adoptar es la desconfianza y mantenernos siempre a la defensiva. Esta mentalidad, de miras tan estrechas como equivocadas, deforma la interpretación de la realidad y repercute negativamente en las relaciones con las personas que nos rodean, y en nuestro propio bienestar emocional.
El amor, la amistad, la solidaridad, la ilusión por aprender y descubrir cosas nuevas, son resortes humanos esenciales en los que merece la pena creer. Cuando extraemos lo positivo de nuestras vivencias, cuando nos interesamos por cómo disfrutan o padecen los demás, nos situamos ante el mundo de una forma más abierta y receptiva, que nos permitirá sacar más rendimiento a nuestra vida. De esta manera podremos comprender mejor cuáles son las circunstancias que la condicionan.
Hay muchos tipos de cultura
El concepto cultura, entendido en su sentido más abierto, podemos dividirlo en varias áreas.
Cultura emocional-psicológica: mantener un cierto equilibrio personal, una actitud constructiva, un manejo positivo de nuestra agresividad, saber afrontar las situaciones difíciles, una disposición a asumir ciertos riesgos que puedan conducirnos a vivir más intensamente.
Cultura intelectual y artística: el gusto por el conocimiento de lo que acontece en nuestro país y en el mundo, y los motivos de que así ocurra. Estar informados, mediante radio, TV, prensa, libros, conferencias, jornadas didácticas,… de lo más relevante. También podemos incorporar la lectura, los espectáculos (cine, teatro, música, danza,…), los museos y exposiciones artísticas a nuestros hábitos sociales. Como también hacer ejercicios de memoria, para conservarla ágil. O practicar juegos intelectuales, como el ajedrez, el trivial y otros.
Cultura física: mantener el cuerpo sano mediante hábitos alimenticios saludables y coherentes con nuestra edad y características personales. Realizar ejercicio físico, que nos haga sentirnos flexibles y en forma. Practicar la relajación y descansar lo suficiente. Complacer nuestro cuerpo, teniendo presente que es nuestro continente, que somos personas a través de él.
Cultura profesional: reciclarnos en el trabajo permanentemente, para disfrutar de éste y huir de la rutina, implicándonos en nuestras tareas y buscando el progreso personal también en lo profesional.
Cultura del ocio: que en nuestro tiempo libre no falten el paseo, la asistencia a fiestas populares y espectáculos, los bailes, las salidas para conocer nuestros pueblos, nuestro arte, nuestros montes o senderos, playas, y cosas similares… Organizar tertulias y encuentros, donde gocemos de la compañía y el intercambio de opiniones.
¿Quién compuso música para este instrumento?
La cultura, en suma, no se limita exclusivamente al mundo de los conocimientos académicos, ni a lo que está escrito en los libros. Cultivar muchos de estos apartados nos hará, probablemente, personas más sanas, equilibradas y ricas en conocimientos, además de más libres e independientes. Nos permitirá, además, una percepción del mundo más rica y más personal. Nos convertirá en individuos más libres, menos manipulables y menos atados a prejuicios, tópicos o supersticiones. Todo ello, sin olvidar que nos abre un infinito abanico de posibilidades para cubrir a plena satisfacción nuestro tiempo libre.
En resumen
La cultura es una dimensión personal de vastas posibilidades y que nos abre un mundo de experiencias tan ricas como variadas.
La persona culta ni se cansa ni se aburre, porque siempre encontrará cosas nuevas para iluminar su sendero.
Fin de la lección.
Bibliografía
Larocca, FEF: El Síndrome de Rapunzel: La Tricotilomanía, la Tricofagia y el Tricobezoar: La Letal Trilogía en monografías.com
Larocca, FEF: La Maduración del Niño y el Entorno Facilitador en monografías.com
Larocca, FEF: La Importancia de Entretejer la Historia Personal: El Hechizo Fascinante de la Coherencia del Ego en monografías.com
Larocca, FEF: Nuestras Percepciones en monografías.comLarocca, FEF: Encontrarse a Uno Mismo en monografías.com
Larocca, FEF: El Pesimismo en monografías.com
Larocca, FEF: Juego Brusco y Abuso Sexual Infantil en monografías.com
Larocca, FEF: Malos Hábitos: Prevención en mailxmail.com
Larocca, FEF: Dejarlo Todo Para Después: Una Idea Letal en monografías.com
Larocca, FEF: Las Dudas en monografías.com
Larocca, FEF: Lo que los Padres de Niños nos Decían en monografías.com
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca
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