Tecnología y Liderazgo en las Organizaciones
Existen factores disímiles para el éxito de una organización. Sin embargo, por las características cambiantes del entorno en que estas se encuentran inmersas, la clave para alcanzarlo se sostiene, principalmente, en dos elementos: Tecnología y Líder. ¿Por qué tecnología y Líder? La influencia de la primera, va más allá del "cómo hacer", transformando también el "cómo actuar", siendo el líder facilitador y unificador de estas dos dimensiones. A través de este artículo se intenta hacer una reflexión de cómo enfocar estos factores de forma tal que tributen al logro de las metas organizacionales.
No hay forma más sencilla y reflexiva de comprender la vida que a través de las fábulas. Quizás por eso recuerdo la historia del gusanito que, a pesar de las críticas y reclamos del resto del grupo decidió seguir su "impulso" y sin miedo a lo que dejaba atrás se encerró en un capullo. Todos creían que estaba loco y pensaban en las comodidades que abandonó… Cual no sería el asombro de la comunidad cuando, al poco tiempo, encontraron el capullo roto y una mariposa hermosísima que se alejaba del lugar.
En este cuento se puede enfocar la atención en tres puntos fundamentales: la comunidad de gusanos (incluyendo al intrépido gusanito), el capullo y la mariposa. El primero, no es más que la sociedad y, por ende, nuestras organizaciones de donde surgen los líderes, los arriesgados personajes que no temen romper con las comodidades y rutinas que los circundan. El segundo (capullo) es sólo un medio para el gran cambio, sin el cual no sería posible y el último no es más que el resultado por haber aceptado ese cambio.
Dándole un sentido real a esta historia, podríamos comparar al capullo con las Tecnologías y al intrépido gusanito con el líder. Ambos, factores clave e impulsores que inciden en el desarrollo de las organizaciones (la comunidad de gusanos).
Para entender por qué estos elementos son tan significativos hoy día para las organizaciones y la sociedad en general, tenemos que ahondar en lo que ellos representan y su importancia. Evidentemente uno condiciona al otro, pero si los analizamos por separado será más fácil su comprensión.
De nuestro argot diario surgen expresiones reiterativas como: "nuevas tecnologías informáticas", "era digital", "era de la información"… entre otros términos que no son desconocidos para muchos. Esto es posible porque ellas describen el proceso en el que estamos sumergidos.
Si retomáramos la historia para comprender mejor lo que pasa actualmente, podemos demostrar que las revoluciones se han dado en varias épocas y han marcado pautas determinantes en la evolución del mundo. Sin embargo, debemos admitir que la revolución provocada por la tecnología digital ha tenido un impacto más amplio que muchos de los avances a los que se hizo alusión anteriormente.
Esto es resultado, principalmente, del efecto psicológico que la misma ha ocasionado. En menos tiempo y con más fuerza, a consecuencia de la globalización, se han dado cambios culturales y mentales en la sociedad. Los avances tecnológicos afectan la manera de vivir, de trabajar y de hacer negocios. Apreciamos que los clientes (introduciendo el lenguaje empresarial como tema que nos atañe) han modificado la percepción de sus estilos de vida, criterios de compra… lo que obliga a las empresas a satisfacer en el llamado "tiempo real" las necesidades de sus mercados.
Es práctico conocer, antes que todo, que las nuevas tecnologías comprenden una serie de aplicaciones de descubrimientos científicos, cuyo núcleo central consiste en una capacidad cada vez mayor de tratamiento de la información.
Por otro lado, la Tecnología ha traído como consecuencia la caída de barreras, especialmente económicas y sociales, producto de que, por ejemplo, la digitalización eliminó la distancia, haciéndose única la economía y el mercado, de forma tal que la competencia no conoce fronteras. Pero esto ha provocado, de igual forma, inestabilidad económica y crisis sociales.
Sin embargo, hay que reconocer que la utilización de la tecnología es imprescindible en la creación de valor, ya que permite ahorrar, primordialmente, el recurso tiempo, clave para la ventaja competitiva de la organización. En fin, podemos identificar esta época que corre con nombre y apellido: Cambio Tecnológico.
Como todos los cambios los que ocurren en el área de la tecnología son fuente de incertidumbre, con el agravante de que en la actualidad tienen una velocidad inusitada, global y compleja, pero si se vencen los miedos y se aprende a lidiar con ella, cada desarrollo puede ser el punto de partida de múltiples oportunidades. Sin olvidar que esta velocidad y transformación constante obliga a las empresas a mantenerse en el cuestionamiento permanente de si estoy haciendo lo correcto.
Es significativo hacer énfasis, antes de continuar, en que la evocada "era del conocimiento", no es resultado o consecuencia de los ordenadores y el procesamiento de datos, sino de lo que esto ha desencadenado Internet, como canal más importante de negocios (llámese comercio electrónico) o de desarrollo profesional en general; así como el surgimiento de nuevos sectores como la biotecnología, bioinformática, entre otros.
A pesar de que es evidente la repercusión que ha tenido en el mundo actual la tecnología, ha encontrado grandes resistencias (los gusanos del cuento que temen dejar su espacio habitual), que provocaron muerte de muy buenas empresas. Es innegable que la tecnología, para muchos, representa una amenaza a su seguridad, lo que provoca incomodidad y miedo, que se traduce como "angustia tecnológica".
Pero, pese a todo eso, son muchas las voces que han puesto de relieve que actualmente tiene poco sentido plantear la problemática de las nuevas tecnologías en el mundo del trabajo en términos de rechazo o aceptación o en los de su conveniencia o inconveniencia, pues es un hecho demostrado que para la subsistencia de las empresas en el mundo competitivo es un factor básico la aplicación de estas tecnologías. Esto significa que, en estos tiempos, hay que poder triunfar con la tecnología y no a pesar de ella.
La Tecnología y las organizaciones
Se ha demostrado que la introducción de las nuevas tecnologías trae consigo grandes transformaciones no sólo infraestructurales sino, y mucho más preocupantes, psicosociales. Es decir, tienen un gran impacto sobre las personas, la vida social y la sociedad en general, de lo que no está ajeno el mundo de las organizaciones.
Son múltiples y diversas las aplicaciones tecnológicas que están incidiendo sobre los procesos de trabajo y sobre las propias organizaciones de hoy día. Por lo que las nuevas tecnologías afectan todos los aspectos de la vida laboral, lo que se puede comprobar en los grandes cambios que han venido aparejados por su aplicación. De manera general podemos encontrar:
- Impacto sobre el puesto de trabajo y desempeño. Se han visto afectadas las actividades y tareas que se realizan dentro de la organización (se requiere, entre otras cosas, mayor flexibilidad), cambiando de esta forma los puestos de trabajo (más autonomía, nivel de desafío, etc). Por ende, las habilidades y destrezas, es decir, las competencias requeridas para esos puestos de trabajos no serán las mismas, hasta el entorno físico del trabajo se ve afectado, para bien, por esos cambios. Por otro lado aparecen nuevas modalidades de trabajo, como es "el trabajo a distancia". Evidentemente estos cambios nos llevan a una mayor productividad obtenida por el trabajador.
- Impacto por el bienestar psicológico y calidad de vida laboral: Aquí entra con fuerza el concepto mencionado anteriormente de "angustia tecnológica". Esto surge a raíz de todas las transformaciones psicológicas de que son partícipes los trabajadores con la introducción, por ejemplo, de la informática (inseguridades, dependencias, desconocimientos, sensación de atraso, entre otras). Sin embargo si analizaran el concepto de "calidad de vida laboral", comprenderían que hay una contradicción, pues esta última se ve afectada, en su generalidad, de forma positiva. Esto es fácil de corroborar con los cambios que se han dado en la concepción de "puesto de trabajo", como por ejemplo la aparición de las oficinas virtuales y otras muchas modalidades que permiten hacer negocios "a distancia". También los horarios del trabajador se flexibilizan, permitiendo, en muchos casos, trabajar en las casas. Las organizaciones de hoy están llamadas, en ese caso, a buscar una relación favorable entre estos dos conceptos.
- El impacto sobre las relaciones interpersonales y el trabajo en equipo. Sobre este punto cabe destacar el valor y relevancia que ocupan la comunicación en el mundo de hoy, pues es a través de ésta que se ejerce mayor influencia sobre las personas y se propician los cambios. Sin embargo, la forma de comunicarse, es decir, de relacionarse interpersonalmente, también se han visto transformada en cuanto que ha variado la frecuencia de los contactos y el tipo de interacciones entre las personas ( a través de la red). Esto implica que la capacidad de influencia entre las personas o grupos está determinada, en su mayoría, por el factor tecnológico. Las funciones de supervisión y control ha sido transferido de las personas a las máquinas, suscitando nuevas necesidades en estas áreas.
- Impacto sobre la estructura y procesos organizacionales. Es evidente que ya las organizaciones no son las mismas, por tanto, así como deben cambiar las personas también deben adaptarse a las nuevas condiciones la estructura organizacional, de manera que facilite la incorporación de estos cambios en el ambiente de trabajo. La "forma de hacer" las cosas, también debe asumir e incorporar a la tecnología como centro del proceso.
Se ha caracterizado brevemente la influencia que ha tenido para el mundo organizacional la aparición de la Tecnología y la necesidad que hay de asumirla como parte de las mismas para su adaptación al entorno. Sin embargo, aunque estos avances tecnológicos son base fundamental del desarrollo actual, debemos cuestionarnos en que medida podemos generalizar y centralizar, únicamente, el progreso de la humanidad de estos tiempos al surgimiento y evolución de esta "Revolución Digital".
Volviendo a la fábula, las tecnologías digitales son un medio (capullo), no un fin en sí mismas, de lo que se puede deducir que el lugar central de todo el desarrollo de la humanidad lo ocupa el hombre (gusano/ mariposa); puesto que él es el creador de los medios de enriquecimiento social. Esto le ha permitido desplegar "nuevas capacidades", las que le facilitan adaptarse a los cambios que él mismo originó.
Pero, como el mismo cuento nos evidenció, nos referimos a aquella persona que rompe con las comodidades y lo cotidiano para adentrarse en lo desconocido, ese es la futura mariposa que impulsa el cambio en los demás y promueve el adelanto, siempre partiendo de su experiencia.
A ese gusanito intrépido se le da el apelativo de Líder. Y como se dijo al principio, es el otro elemento fundamental para la competitividad de las organizaciones actuales, ya que favorecen e impulsan el desarrollo de esas "nuevas capacidades" que la evolución clama. Hurgando nuevamente en la historia, no se puede perder de vista que detrás de todo cambio hay un buen liderazgo.
Ya con los primeros filósofos como Sócrates, Platón, Aristóteles descubrimos las primeras posiciones sobre el liderazgo, las cuales hoy día aún se toman y reafirman. Evidentemente, como corren los tiempos, hemos dejado a un lado algunas de esas primeras ideas sobre el líder, como por ejemplo la concepción de F. Nietzsche sobre el líder como superhombre. Sin embargo, otras están vigentes y actualmente han cobrado más fuerza, lo que está dado por la crisis de creencias que hay en el mundo moderno.
Es por esta razón que se hace difícil conceptuar a un líder desde la actividad que realiza, acudiéndose, por ende, a la búsqueda interior de la persona como medio para comprender la esencia del liderazgo.
Se ha demostrado que el líder solo inspirará confianza, base para lograr un seguimiento incondicional, a través de la integridad invariable de su persona. Para eso debe saber dominarse a si mismo, conocer sus capacidades y limitantes y como hacer un uso adecuado de ambas. A través de este conocimiento interior es que se logra ser un líder eficaz, lo que se traduce en algo primordial para él: que la gente tenga confianza y esperanza.
Ahora bien, no podemos quedarnos solamente en las características personales de los líderes, pues estaríamos cometiendo el error de simplificar su valor. ¿Consideraría a una persona, como, por ejemplo, Hitler un líder?; probablemente contestaríamos que si, en definitiva, supuestamente, cumple con todos los parámetros del liderazgo. Pero ¿qué aportaron estos personajes a la humanidad?
No basta con tener seguidores y "lograr" los sueños propuestos, ya que hay que validar la legitimidad de los mismos. Es por eso que sólo debemos referirnos a un verdadero líder como aquel que aporta a lo sociedad crecimiento, no destrucción, dirigiendo desde el saber y no desde el poder. Eso nos ayuda a no caer en la tentación de ver al líder como el salvador del mundo en turno, pues no es así, el hombre no es perfecto y esa afirmación no es ajena a los líderes, desmitificarlos es el primer paso para descubrirlos y comprenderlos.
Analizando desde otra arista al liderazgo, encontramos a la Visión, elemento medular que identifica al líder. La visión juega un papel fundamental en el éxito de un buen liderazgo, pues constituye el motor principal que impulsa al hombre a buscar nuevos caminos y además es el punto de contacto con el resto de las personas. En definitiva, es la visión o sueño la que se comparte y por la que se decide caminar juntos, amén de las características personales del líder.
Mucho se podría hablar sobre la visión, pero es muy revelador lo que J. Kotter plantea en su libro, en donde dice que la Visión es la que sobrepasa las fuerzas que sustentan las condiciones actuales. Y como una visión, si no logra ser compartida, no tiene valor real, entonces la misma debe ser: imaginable, deseable, factible, centrada (clara para la toma de decisiones), flexible (debe dar cabida a lo individual y a los cambios), comunicable. Puede exigir sacrificios para dar paso a un futuro mejor, pero no ignora los intereses al largo plazo de ninguno de las personas involucradas en ella.
Toda esta argumentación sobre el liderazgo demuestra que «la clave para crear y sostener la clase de organización triunfadora del siglo es el líder». El liderazgo es el factor que otorga mayor autonomía a la fuerza de trabajo y por lo que determina que una organización triunfe o no. Aunque falle la estrategia, la cultura o los procesos cambien, si la empresa tiene un buen liderazgo tiene la llave del progreso.
Ya que el mundo de hoy está en constante cambio, motivado principalmente por los factores tecnológicos, no podemos concebir el desarrollo de la vida social y más concretamente organizacional sin la implicación de la tecnología, pero tampoco podemos concebir que este desarrollo se de sin la presencia de un líder, quien es el propiciador de estos cambios.
Acotándonos a esta última afirmación veamos qué condiciones "sine qua non" se deben dar en los líderes de la nueva economía, que faciliten la aceptación e implementación del cambio (especialmente tecnológico) en las organizaciones actuales. Como John P. Kotter plantea, «el proceso del cambio no se emplea de manera efectiva a menos que esté impulsado por un líder de alta calidad y no simplemente por una administración excelente».
El líder y las organizaciones
Primero que todo, esta época de cambio vertiginoso nos induce a cuestionarnos si la capacidad humana de dirección estará a tono con las necesidades y capacidades que se ofrecen. Toda organización dispone de mucha información, pero eso no significa que sepa buscar, recibir, procesar y filtrar esos datos lógicamente. Por eso un buen gerente debe saber distinguir entre sociedad de la información y sociedad del saber, ya que con ésta última se incorpora el factor humano.
Es así que el líder empresarial debe estar dotado de inteligencia lógica que lo capacite para racionalizar los negocios, de inteligencia lingüística para favorecer la comunicación y de inteligencia interpersonal para poder trabajar efectivamente en los equipos, siempre contando con inteligencia intrapersonal que le de las herramientas desde su propia persona, conociendo sus fortalezas y debilidades.
A partir de los dones que le permiten al líder manejar eficazmente las organizaciones actuales, podemos adentrarnos en como el líder lo consolida y manifiesta en las organizaciones.
1- Racionalizador de negocios
Para lograr ser un buen racionalizador de negocios, el líder debe ser capaz, en primer lugar, de establecer dos criterios básicos dentro de su organización que den sentido al trabajo, como es la calidad y la dedicación. La primera esta vinculada a nuestra experiencia con el valor y el sentido de la vida, «es la calidad de la meta perseguida, de la superioridad moral del objetivo último».
Un buen liderazgo está llamado a reorganizar la economía, la que, en el capitalismo, históricamente se ha organizado al margen de las personas, buscando como fin exclusivo la ganancia. Por eso es imprescindible que, sin olvidar nunca que el líder busca la rentabilidad de la organización, tengamos en cuenta que ésta se logrará siempre y cuando se comprometa al capital humano con los objetivos de la organización y teniendo en cuenta también a los clientes y consumidores. De esta manera se cumple con la responsabilidad social, factor primordial para el bienestar del pueblo. Por esta razón deben crearse en este ejercicio de la ganancia, valores como la honestidad comercial, libertad y la justicia, especialmente a la hora de repartir las riquezas.
Detrás de cada nombre existe una historia personal. Cuando nos interesamos por las demás personas, no sólo en base a su rendimiento, nos convertimos en líderes humanos. Eso hace que el líder deba ser fuente de crecimiento y motivación para ellos, debe lograr que el subordinado se sienta vinculado con los resultados.
El líder no sólo debe aceptar el riesgo, sino también debe comprometerse con él y con la innovación. Sin embargo, como negociante, nunca debe perder el miedo ni regodearse en su éxito, pues en la confianza está el peligro.
Los lideres, para ser una fuente de ventaja competitiva sostenible, deben aprender permanentemente e incentivar el aprendizaje de la organización en su totalidad. Esto permite que los líderes sean efectivos, puesto que no basta sólo con tener la visión sino también debe saber administrarla.
El líder debe tener la capacidad de atraer a los demás, lo que tributa en su extraordinaria concentración en el compromiso con su visión, no mística sino vinculada a los resultados y necesidades de la organización y de los demás.
En una sociedad tan compleja y tecnológicamente sofisticada la mayoría de los proyectos requieren de muchas personas de talento que trabajen juntas, haciéndose primordial fomentar la horizontalización o participación. Ante esta circunstancia aparecen los números "Dos" en las organizaciones, lo que actualmente nombramos como co-líderes. Por eso se hace esencial crear un buen equipo directivo para el éxito de la empresa, pues ellos tienen un alcance más amplio del que pueda lograr el líder por si solo.
Pero para adquirir el correcto funcionamiento de estos equipos se necesita coherencia organizativa y enfoque, haciéndose parte primordial en el liderazgo la capacidad de pensar y actuar estratégicamente, de manera que sea flexible y adaptable a las situaciones que se presenten en su entorno. Esto aboga por la necesidad de una dirección unificada, que no sólo favorezca el trabajo en grupo sino que también fomente el "pensamiento de grupo" en la toma de decisiones, donde, por ende, se identifique a un líder que no obstaculice el desarrollo de la organización.
2- Inteligencia lingüística e Inteligencia interpersonal
Las organizaciones de hoy tienen la necesidad de construir un lenguaje común que cumpla las funciones identitarias del cuerpo, es decir, que represente el sistema unificador de todas las partes que conforman a la organización. Esa tarea está en manos del líder y sólo a través de la comunicación efectiva el líder puede lograr sintonizar a toda la organización con los objetivos de la misma.
Para eso, el líder debe explicar muy bien las razones del cambio y de por qué es necesario (hacerla clara para los demás), sólo así puede ser compartido y comprendido por todos, y no hablamos sólo de clarificar o explicar algo, sino de crear significados. De esta forma no se tomará como una amenaza a la integridad profesional del trabajador y se evitaría la resistencia al cambio, en el caso de la tecnología disminuiríamos la "angustia" que ella provoca. En sus manos esta hacer que la gente se sienta parte de lo que se está creando, y así se influye para lograr metas en grupos.
Así mismo, el líder también comunica en la medida que cree metas apremiantes que los empleados se preocupen por alcanzar (ya que deben ser proyectos que desafíen su talento). Así las personas se organizan a través de un propósito y trabajan para alcanzarlo, manteniendo su individualidad. Es muy importante que sientan que su líder les exige, pues eso demuestra que confían en el talento de sus subordinados. Debe quedar claro que con una comunicación inadecuada nuestras expectativas serán muy diferentes a los resultados que se obtengan finalizado el proceso, por eso es necesario alimentar el feedback, que nos asegure que los procesos marchen como lo previsto. Esto no significa que hay que ser maestros de la palabra, a lo mejor la ausencia de ella es la mejor forma de comunicarse.
El líder, en su intento por unificar criterios y posturas para el bien común y de la empresa, también debe saber afrontar los escenarios que surgen a raíz de este esfuerzo y de su relación con el entorno cambiante y plural. Así aparece el conflicto como otro de los aspectos que más afectan al liderazgo actual. Ante la inoperancia de las órdenes a través de una cadena de mando y la necesidad de trabajar en grupo, compartiéndose el papel de líderes, aparecen las contradicciones que son normales cuando existen relaciones humanas, pero que aumentan el estrés y la tensión en el trabajo. Estos conflictos no se deben ver como enemigos, sino por el contrario, como señales que indican en donde el líder debe aplicar con mayor sapiencia sus capacidades lingüísticas e interpersonales.
3- Inteligencia intrapersonal
Se plantea que el hombre es al mismo tiempo, actor y autor de su propia historia. Por tanto sólo asumiendo esta responsabilidad histórica en su existencia cotidiana, se encuentra consigo mismo y se realiza como persona. Es por eso que, como ser libre, tiene que elegir hasta lo inevitable, única manera de hacer suyo cualquier proyecto humano, con capacidad para trasformar las condiciones impuestas. Esta transformación sólo tiene sentido a través de la adhesión y elección de determinados valores.
Estos valores son la base para la construcción de la empresa que requiere estos tiempos, ya que su fin último es mejorar la calidad de nuestras vidas. La alta dirección es la encargada de promoverlos a todo la organización y de crear compromisos con esos valores. Los líderes están llamados a lograr que cada individuo ejerza su responsabilidad, para liderar sus propias vidas, ya que es una vocación personal.
De esta manera reconocemos que todos somos potencialmente lideres de nuestro destino, por tanto no es necesario esperar por otros para avanzar, en eso radica nuestra libertad y responsabilidad individual y social. Aunque las preguntas son universales, las respuestas son personales, estamos llamados a no dejarnos llevar por la corriente, la cual es pasajera, y busquemos nuestro propio dirección, que nos tendrá deparado una preciosa mariposa como resultado del emprendimiento.
Finalmente, si quisiéramos descubrir cuáles pueden ser algunos de los efectos de un buen liderazgo en la organización, los vemos manifestados en:
- Los empleados se sienten importantes
- Descubren el valor del aprendizaje y la capacidad.
- En la organización todos se sienten parte de una "comunidad"
- El trabajo es excitante.
El mundo de las organizaciones esta en constante ebullición y la característica principal que los define es la incertidumbre, producto de que estos tiempos demanda de ellas rapidez, flexibilidad y orientación al cliente. Esto exige, no sólo conocer y aceptar los nuevos paradigmas que se van imponiendo por la sociedad, sino que además implica un esfuerzo profundo y sincero por intentar el cambio y hacerlo parte de la propia organización, sin que la lleve a perder su integridad e individualidad.
Entonces, si a consecuencia de la globalización y de la rapidez con que aparecen nuevos descubrimientos tecnológicos no podemos aferrarnos a las supuestas cosas seguras, debemos aceptar el cambio como un nuevo desafío para el hombre. En nuestras manos está mirarlo y utilizarlo como una oportunidad para retar nuestras capacidades y desarrollar nuestras potencialidades que tributen a la eficiencia de la organización.
Volviendo a la historia de que partíamos en el inicio, puede que en nuestras organizaciones encontremos posturas muy similares a las adoptadas por el grupo de gusanos: ese miedo por enfrentar lo desconocido, por dejar a un lado la comodidad, lo bello, lo seguro, lo conocido… e ir en busca de una "quimera". Por eso es que para el éxito de las organizaciones en el mundo de hoy se hace cada vez más imprescindible jóvenes valientes y responsable con sus inquietudes, que una vez más nos demuestra que no importa ir contra corriente si el fruto de la decisión te transforma en lo que siempre soñaste, no interesa el riesgo que esto implique.
Pero lo que si no debemos olvidar son lo medios que nos llevan a ese cambio. Es mediante ellos, en este caso la tecnología, que podemos alcanzar de mejor forma esos sueños, siempre y cuando sepamos encontrar el límite exacto en que debamos abandonarlos, pues podemos confundir la razón por la que estamos dentro del "capullo", convirtiéndola en la meta.
Eso nos demuestra que debemos estar atentos, porque si en la exploración de estas nuevas condiciones para liderar olvidamos quienes somos, motivados e influenciados por unos cuantos cables interconectados, podemos dar por sentado que hemos perdido el camino hacia el éxito y desde ese momento estaríamos destinados, nuevamente, al fracaso o en el mejor de los casos encontraríamos un nueva "rutina" a la que aferrarnos y esclavizarnos. Porque aunque es innegable que los avances tecnológicos que nos trajeron hasta aquí han creado una serie de principios básicos posicionados en el hombre moderno que nos puede conducir, cuando se sabe usar, hacia una vida más digna y completa, se ha podido constatar que, paradójicamente, las distancias entre los hombres han aumentado, siendo cuestionable su utilización actual.
Es así que cometemos un delito al admirar obras sin reconocer que fueron engendradas por una grandeza mayor: el hombre. El líder debe estar a la búsqueda de las virtudes y la mejor utilización de nuestras creaciones. Por eso hacemos un llamado a los líderes del presente y para el futuro, nuestro éxito estará dado en la medida en la que prestemos, como P. Drucker plantea: «más atención a la máquina más poderosa, la tecnología más avanzada, el software mejor desarrollado, y base de todo invención realizada: el cerebro».
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Autora:
Ingrid Expósito Lo Giudice
Lic. En Contabilidad y Finanzas, profesora del Centro de Estudios de Técnicas de Dirección (CETED), adscrito a la Facultad de Contabilidad y Finanzas de la Universidad de la Habana..