El paradigma médico social y la competencia comunicativa del profesional de Ciencias Médicas (página 2)
Enviado por Maritza de la Rosa Leg�n
La relación entre las personas se comprende como una relación Sujeto-sujeto. La relación social de comunicación se concreta o se manifiesta en todas las formas humanas de actividad, fundamentalmente en la relación laboral. Durante el trabajo los hombres tienen y satisfacen la necesidad de comunicarse o interactuar con otros para organizar y coordinar las acciones que le permiten satisfacer los fines y los intereses que impulsan su actividad, desde la organización de la caza en la comunidad primitiva hasta la organización de una institución de salud.
La comunicación como tipo específico de actividad humana requiere de algunas habilidades básicas como:
Aprender a escuchar o realizar la escucha "empática" : que significa escuchar con la intención de comprender, o sea, procurar primero comprender a la otra persona –tanto emocional como intelectualmente- y después ser comprendido;
Exponer las ideas propias con claridad, gráficamente y en su contexto para aumentar la credibilidad de las ideas;
Ser paciente y respetuoso, no presionar ni "empujar"; dejarse influir es la clave para influir en los otros. Cuando un individuo se abroga el derecho de dirigir su actividad hacia otro que lo debe obedecer y no puede desplegar, a cambio, su propia iniciativa, se pone de manifiesto una forma de comunicación que puede representarse como una relación Sujeto –> Objeto, en el sentido de que el primero trata al otro no como un igual sino como un ser ajeno, no como un ser activo, sino como un ser pasivo y receptivo.
La forma opuesta, que, naturalmente transcurre según el esquema S <–> S, es el vínculo donde ambos individuos se perciben y, consiguientemente, se tratan o se comunican como sujetos. Debe decirse que este es el modelo de comunicación que consigue la máxima efectividad y el desarrollo multilateral de los individuos y de las organizaciones humanas.
La comunicación es una forma general de actividad que rige el comportamiento de los hombres esta también presente en el mundo de la salud y posee sus peculiaridades. La relación médico-paciente como modelo de comunicación fundamenta el comportamiento del profesional de las ciencias médicas.
En dependencia del modelo de comunicación que esté en la base de su comportamiento, así serán las funciones y las relaciones que contraerán entre sí los médicos y los pacientes (y, naturalmente, cualesquiera individuos que interactúen dentro de este campo). Es así que del modelo de comunicación que configura su intercambio depende la conducta moral o ética que orientará y caracterizará su trato.
El modelo de comunicación como fundamento del paradigma Medico social.
La relación de comunicación constituye una ley o regularidad general de la actividad humana que no sólo fundamenta la naturaleza ética de las relaciones entre los hombres, sino que fundamenta también el modelo de conocimiento de las ciencias. Las ciencias médicas no son una excepción. En la base de las ciencias médicas encontramos siempre un modelo de comunicación que le confiere al tipo de saber y a la práctica médica que le es afín, su naturaleza peculiar y sus características.
El paradigma médico tradicional tiene la tendencia a basarse una relación de comunicación del tipo:
Sujeto –> Objeto. Es por eso que, en general, esta práctica médica, que "se reduce" a los fines de curar y rehabilitar, reserva al médico la función de sujeto y al paciente como sujeto pasivo que asume las decisiones que emanan de la experiencia y la decisión del profesional, con un enfoque paternalista de la relación. Pero el modelo más avanzado de la medicina actual que, además de curar y rehabilitar se propone prevenir la enfermedad y promover la salud, tiende a basarse en el modelo opuesto de comunicación, donde el médico y el paciente entran en relación recíproca como sujetos. La medicina preventiva y promocional, de fuerte énfasis social, se fundamenta en un modelo de comunicación Sujeto <–> Sujeto que le confiere al paciente no sólo una "consideración ética" sino un tratamiento en calidad de sujeto portador de valores, convicciones e intereses propios y con poder de decidir sobre su vida y por tanto su salud. De modo que lo que hace, lo que sabe, lo que opina y lo que siente el paciente son determinaciones que cobran una importancia crucial en el proceso salud-enfermedad.
Los paradigmas constituyen una especial síntesis a nivel de conciencia científica, que garantiza la necesaria coherencia e integridad, adecuación y poder resolutivo de la actividad profesional en sus diversas esferas. Ésta se forma como resultado de la interacción del conocimiento científico con los factores sociales (económicos, políticos, ideológicos, etc.) actuantes en los marcos de una cultura determinada y se extiende y consolida en la comunidad científica a través de formas y mecanismos sociopsicológicos, y le sirve de orientación en su actividad.
En el estilo de pensamiento médico interviene variados factores entre los que se encuentran la concepción del mundo, el cuadro imperante dentro de la ciencia médica en cada etapa de su desarrollo (sistema de conceptos y la comprensión del objeto de estudio) así como valores éticos que emanan del compromiso ideológico social, tradiciones y costumbres de la profesión en cada contexto. El reconocimiento de la "esencia" social del hombre constituye la base del nuevo paradigma sociomédico lo que no excluye los procesos biológicos dentro de la consideración de su esencia.
La extensión del paradigma que nos ocupa se ha visto obstaculizada por la orientación positivista predominante en los medios profesionales de la esfera, donde se prestigia en demasía el conocimiento, y se desconoce o minimiza la importancia de los valores.
Es frecuente el criterio de que en la atención médica es valida la admonición que Santa Teresa hacía a sus monjas sobre la elección de director espiritual: "Búsquenlo sabio y santo; si estas dos cualidades no están juntas, prefieran el sabio al santo; con el sabio tienen por lo menos luz en el camino." Pérez Cárdenas, Dr. Marcelino "Los paradigmas médicos: factores de su conservación y cambio".
Extrapolar esta admonición a la actividad científica y profesional en general, y en particular a la esfera de la salud, con el desarrollo Científico Técnico que en
el terreno de la Salud Pública se expresó por el acelerado ritmo de los avances científicos y técnicos en ramas tales como Terapia Intensiva, Trasplantología, la Biología Molecular, la Ingeniería Genética, las Tecnologías Reproductivas y las Neurociencias, y el creciente peligro de la deshumanización ante el tecnologismo desenfrenado, resulta reaccionaria y ajena por completo a la concepción auténticamente humanista de la ciencia. Los procesos de deshumanización presentes en la medicina contemporánea constituyen una amenaza latente contra la cual aún no estamos suficientemente protegidos.
Sin embargo, en la práctica cotidiana de salud prestamos más atención al "hacer", que al "ser" profesional. Este último sólo ocupa primeros planos en situaciones conflictivas de tipo moral, legal u otras.
En la formación de los recursos humanos los esfuerzos fundamentales se dirigen a la prepararación en el "cómo hacer", y el "cómo ser", se convierte en un resultado espontáneo, del proceso de asimilación de conocimientos.
La personalidad del profesional de la salud esta impregnada de rasgos que tienden a una concepción biologisista del proceso salud enfermedad, el médico no conversa suficientemente con el paciente, no oye sus problemas, no lo atiende integralmente, su capacidad de entrega y sacrificio no siempre cumple las expectativas de los usuarios de los servicios de salud. Todo ello repercute en la eficiencia de los servicios, limita su incidencia real en la solución de los problemas de salud y genera determinado grado de insatisfacción de los usuarios en relación con la gestión de éstos.
Evidentemente, la solución del problema no depende de la elevación del nivel técnico del profesional, del desarrollo de nuevas habilidades o del perfeccionamiento de las que posee, sino del fomento de nuevas actitudes, de la modificación de su "modo de ser profesional" en el sentido de su aproximación a determinado ideal de "ser profesional", caracterizado hoy, en sus rasgos más generales, por …"una especial curiosidad por la naturaleza y una irrenunciable vocación de servicio", por la convergencia en él de …"ciencia y humanismo", por el …"amor al ser humano".
La actividad médica, como cualquier otra forma de actividad humana, presupone la actividad comunicativa, donde es necesario lograr transformaciones profundas en su psicología profesional.
Hipócrates (460 a.C., aproximadamente) enseña a examinar al enfermo, observar síntomas y signos, llevar un minucioso registro sin omitir los fracasos y a comunicarse extensamente con los pacientes. El Juramento Hipocrático ha pasado a la posteridad como encarnación del humanismo y del ethos médico; su influencia se proyecta en diversas culturas y aparece recogido, explícita o
Implícitamente, en el contenido de diversos juramentos médicos.
Los Principios de la ética médica constituyen el primer código de conducta profesional redactado en Cuba bajo las condiciones económicas y sociales creadas por la Revolución e introducen determinados preceptos que reflejan un cambio de enfoque de las relaciones interpersonales en el marco de la atención de salud.
En Temas de ética médica publicado en 1986 por un colectivo de autores se advierte del peligro de deshumanización por la interferencia posible de la tecnología en la relación afectiva y el proceso de comunicación en la atención a la salud. El médico se convierte en educador, o sea, que el beneficio verdadero del paciente sano solo se alcanza si se le hace consciente sus propias necesidades de salud.
La política de formación de recursos humanos en salud se orientar hoy al el sistema de atención primaria y la comunidad donde la política de atención de salud se proyecta hacia la realización de una labor de promoción y prevención donde la efectividad de la comunicación constituye la piedra angular del logro de tan altos objetivos.
El Glosario de Bioética define como COMUNIDAD IDEAL DE COMUNICACIÓN aquella en la cual las personas se ven entre si como interlocutores válidos, con capacidad para juzgar entre alternativas proposicionales distintas y para entender las razones que les amparan.
La relación médico paciente definida como una relación interpersonal de tipo profesional que sirve de base a la gestión de salud abarca una amplia gama de matices y escenarios entre los cuales la entrevista en el consultorio constituye el momento donde la actividad comunicativa juega el papel protagónico.
En la relación médico paciente se desarrolla una comunicación interpersonal que lleva implícito el establecimiento de relaciones que crean y recrean significados en determinado contexto convirtiéndolo en un proceso activo, transformador y más personalizado.
El médico, por tanto, debe ser consciente de que su relación profesional interpersonal está caracterizada por:
1. El respeto que inspira su investidura técnica en una profesión de alto prestigio social.
2. La expectativa, por parte de la población, de que manifieste un comportamiento adecuado con su alta responsabilidad.
3. Su condición de piedra angular en la prestación de un servicio de gran significación humana, como promover o restablecer la salud.
¿Es siempre consciente el médico de lo que significa una buena comunicación en la esfera de la atención a la salud?
Un aspecto importante a tener en cuenta por el profesional de la salud es precisamente tener conciencia de su competencia comunicativa.
La competencia comunicativa del profesional en la relación médico paciente trasciende los marcos de los conocimientos y habilidades que se posee en el orden técnico y profesional e incluye la esfera afectiva motivacional tales como motivos, propósitos, expectativas y vivencias de ambos sujetos (médico- paciente) y donde la subjetividad de ambos es el elemento esencial.
Es necesario el desarrollo de elementos metacognitivos en esta esfera como pueden ser el conocimiento de sus posibilidades de éxito en la relación interpersonal, sus limitaciones, dificultades y mecanismos de control que le permitan superar las barreras comunicativas.
Es útil además trabajar en el desarrollo de determinadas cualidades como puede ser la flexibilidad del pensamiento, tan necesaria para un comportamiento aceptable y democrático, la distribución de la atención para poder captar todo tipo de señal que sirva como información en la situación comunicativa y el desarrollo de la observación como fenómeno perceptivo. El personal de salud debe tener estos aspectos presentes para hacer esta comunicación más efectiva, sin embargo de nada sirve este instrumental si no existe necesidad y motivaciones favorables en las relaciones humanas.
El médico debe saber escuchar atentamente permitiendo al paciente expresarse libremente en su orden y desde su punto de vista algo que con frecuencia se viola olvidando las motivaciones del paciente y sobre todo su contenido humano, considerando también el propio lenguaje extra verbal del enfermo, no solo lo que dice sino como lo dice.
La capacidad del médico para establecer empatía con el paciente, depende en gran medida de sus habilidades comunicativas. Otros aspectos a los cuales debe prestarle mayor atención son los referidos a la sensibilidad emocional para comunicar cariño e interés a los pacientes y sinceridad en la relación, y la habilidad para descodificar las emociones expresadas mediante la postura corporal y los movimientos faciales del paciente. La preocupación que el médico muestre por los aspectos personales, familiares y sociales de su paciente favorece la liquidación de barreras en la relación del médico con este e incrementa la empatía.
El concepto calidad de la atención médica difiere sustancialmente entre los distintos individuos y grupos humanos de acuerdo a su nivel cultural contexto y cultura de la salud por lo que las personas se crean un grupo de expectativas entre las cuales se destacan:
1. Los aspectos relacionados con la interacción personal que se establece entre el médico y/o el equipo médico y el paciente, familia o comunidad.
2. Los referidos a los valores morales del profesional de la salud manifestados en el cumplimiento de la ética médica y la ética general de la sociedad.
3. La percepción de la competencia técnica del médico y su equipo.
4. Las condiciones de los lugares donde se brinda la atención, así como el grado de accesibilidad a la misma.
Esta es la razón por la que los pacientes manifiestan mayor conformidad con la atención médica cuando son escuchados con atención y comprensión.
Un elemento importante dentro de este tipo de comunicación lo juega el lenguaje, enfrentando a dos personas con sus respectivos sistemas de valores, lo que requiere calor emocional y sinceridad, teniendo en cuenta el conocimiento en ocasiones tergiversado que poseen las personas acerca de determinados términos médicos que pueden producir emociones negativas o Yatrogenia psicológica en estos.
En esta relación interpersonal el enfermo se encuentra en una relativa dependencia del médico, pues esta en juego su salud, su bienestar y su vida y el médico en una posición de relativa ventaja que potencialmente puede ser invasiva, explotadora, abusiva y dominante por lo que el logro del vínculo habilidades, conocimientos y destreza con el respeto, cortesía y empatía constituyen pilares fundamentales para lograr la calidad en la relación.
Las mayores barreras comunicativas en la relación médico paciente están en la esfera ético – afectiva. Una comunicación médico paciente efectiva es un proceso cuyas características más sobresalientes son su carácter activo, no puede ser planificada en su totalidad, esta condicionada por el lugar del individuo en el proceso, tiene una acción reguladora y bidireccional.
Lo valido es la comprensión del receptor, la interpretación es selectiva, cada uno interpreta el mensaje de acuerdo a su cultura, valores y disposición.
Es deber del médico explicar al paciente en términos sencillos y con claridad la naturaleza de los métodos de diagnóstico y la terapéutica a que va a ser sometido: en qué consisten, que molestias le va a provocar, si es que existe alguna; sus eventuales riesgos y beneficios.
Decidido un tratamiento, el médico debe explicárselo al enfermo en detalle y en términos simples, sus indicaciones y contraindicaciones, incompatibilidades y efectos colaterales.
Especial importancia cobra la comunicación en la atención primaria de salud, donde la comunicación, como proceso tiene una intencionalidad expresa de promover cambios, lograr aprendizajes dirigida conscientemente a generar una influencia desarrolladora en otros a modificar conductas y estilos de vida y en especial ofrecer a la población instrumentos para pensar, acompañándolos, estimulando su análisis, su reflexión, por lo que es necesario que el profesional se apropie de habilidades que vayan conformando toda una cultura de la comunicación, necesaria para quien tiene como centro de su trabajo al hombre.
Para lograr el éxito en la persuasión de los pacientes, el equipo de salud debe estar convencido de la importancia de la labor que realiza y manejar el arte de la comunicación y las técnicas de educación para la salud que debe partir del ejemplo personal, su interacción con la familia, el trabajo con las agrupaciones comunitarias (círculos de adolescentes, abuelos, embarazadas) en coordinación con las instituciones sociales de la comunidad.
El médico y el equipo de salud en general tiene como principal misión la promoción y la prevención y esto solo puede lograrse si desarrolla eficientes habilidades comunicativas que se basen en la amistad, confianza y respeto entre él y la población por cuya salud debe velar.
Para producir cambios en sus hábitos de vida, higiene, cultura y todos los eventos que directa e indirectamente influyen en la salud, la competencia comunicativa del profesional es esencial.
El médico está en el deber de escuchar (sin prejuzgar), meditar y resolver, sin establecer tensión, ni mucho menos, desarrollarse relaciones de simpatía
y confianza perdurables debe ser receptivo, amable y acogedor, serio pero afectuoso, bondadoso y humano.
El mantenimiento de una disciplina emocional, no excluye la afectividad entre médico y paciente, los pacientes, para sentirse satisfechos, se guían más por los elementos de comunicación afectiva, que por los puramente técnicos.
La nueva dimensión de la relación médico-paciente en nuestros días en especial en la atención primaria de salud otorga un significado vital a la relación positiva médico-paciente en la cual la comunicación constituye su eje central por lo que el estudio y desarrollo de habilidades en este sentido son imprescindibles para elevar la calidad de los servicios que prestamos en la condición de excelencia a la que aspiramos.
Para lograr acciones de salud eficientes, es necesario que el paciente abandone la posición de objeto, para convertirse en sujeto de su propia salud y para ello hay que convencerlos, interesarlos y lograr su participación activa. El profesional de la atención primaria, y en especial en sus tareas de prevención de enfermedades, no puede asumir que nadie mejor que cada sujeto adulto puede saber lo que más le conviene, y que una vez bien informado de las posibilidades, escogerá la más conveniente para su salud, de acuerdo con su escala de motivos y jerarquía de valores; por tanto, los sujetos no requieren más ayuda en esta fase de toma de decisiones, excepto una buena información.
El desarrollo creciente de la cultura de la salud en la población requiere del profesional una labor educativa, él como nadie posee herramientas cognoscitivas para educar a los miembros de la sociedades el cuidado de su salud pero esto es solo posible si es capaz de dotarse de habilidades comunicativas que le permitan ser comprendido eficazmente por los receptores, con sensibilidad humana, sin menoscabar el derecho individual de decidir sobre su vida y si logra la confianza del paciente
El dominio de los procesos comunicativos permite el acercamiento y la interacción reflexiva con el hombre sano o enfermo, vinculando su saber técnico con relaciones interpersonales basadas en el respeto y la empatía que impacte en la sensibilidad del receptor.
Conclusiones
1.-. La relación médico-paciente debe comprenderse como una relación de comunicación que puede transcurrir bajo la forma Sujeto –> Objeto o bajo la forma Sujeto <–> Sujeto, el modelo de comunicación que se adopte determina la forma de comportamiento de los individuos involucrados en la relación y por tanto, la conducta moral o ética que orientará y caracterizará el nexo entre el los participantes.
2.-. En la base de los paradigmas de las ciencias médicas obra un modelo de comunicación que le confiere su fundamento gnoseológico. La medicina preventiva y promocional, de fuerte énfasis social, se fundamenta en un modelo de comunicación Sujeto <–> Sujeto que se basa en el logro de una competencia comunicativa que interrelacione el saber médico (conocimientos y Habilidades y destrezas) propias de la ciencia con necesidades y motivaciones favorables a las relaciones humanas.
3.- Para cumplir los objetivos de elevar la calidad de la atención a la salud y lograr una excelencia en los servicios y producir cambios en los hábitos de vida, higiene, cultura y todos los eventos que directa e indirectamente influyen en la salud, la competencia comunicativa del profesional y el logro de habilidades comunicativas es esencial.
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Autoras:
Lic. Maritza de la Rosa Legón
Lic. Nelia Vega González
Lic. Lourdes Brito Gómez
UNIVERSIDAD MÉDICA DE LA HABANA
FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS "Dr. ENRIQUE CABRERA"
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