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El recurso multimedia en la enseñanza de segundas lenguas a adultos

Enviado por mlopez


    1. El aprendizaje de una segunda lengua en edad adulta. Contribución de la tecnología educativa
    2. Aportes de las nuevas tecnologías. Estilos cognitivos. Canales de percepción
    3. La elaboración del recurso multimedia
    4. Conclusión
    5. Bibliografía

    Introducción.

    El aprendizaje de una lengua extranjera , sobre todo en edad adulta, presenta dificultades bien conocidas por aquellas personas que han pasado por la experiencia. Cuando éstas no son tomadas en cuenta por aquellas personas encargadas de su entrenamiento lingüístico, el resultado es frustración e impotencia por parte de todos los participantes en el proceso.

    Niños y adultos requieren de un enfoque diferente, ajustado a sus necesidades y características personales, dadas por su edad y su entrenamiento – si lo hubiera – anterior.

    Por otra parte, la repercusión de las Nuevas Tecnologías en al área de la educación hace necesario un replanteo de las metodologías aplicadas en el campo de la enseñanza.

    Mucho tienen que aprender de la Tecnología Educativa aquellos profesionales encargados de la enseñanza de lenguas extranjeras, ya que muchas metodologías convencionales y enfoques tradicionales no se adecuan a las necesidades de los estudiantes adultos

    De acuerdo con lo anteriormente dicho, se propone en este trabajo la implementación de recursos multimedia en CD Rom, por ejemplo, de tipo interactivo para la optimización del aprendizaje en este grupo de edad.

    Presento a continuación la manera en que se puede facilitar el aprendizaje para estos alumnos adultos a través de las aplicaciones de las nuevas tecnologías, resumiendo al mismo tiempo los conocimientos científicos sobre los que deben basarse ,ese decir, la fundamentación teórica para el diseño de este tipo de recursos.

    1 – LA ENSEÑANZA DE UNA SEGUNDA LENGUA EN EDAD ADULTA. CONTRIBUCIÓN DE LA TECNOLOGÍA EDUCATIVA.

    En su trabajo acerca del aprendizaje de lenguas extranjeras en los adultos, Dell’Ordine (2001) ha compilado una serie de características que le son propias a la mayoría de estos estudiantes, a saber:

    • El papel de estudiante es marginal o provisional.
    • El interés gira en torno al bienestar, el ascenso laboral o la autoestima.
    • Los objetivos son claros y concretos, elegidos y valorizados.
    • Los logros y éxitos serán deseados intensamente o con ansiedad.
    • Existe preocupación por el fracaso.
    • Posible susceptibilidad e inseguridad ante las críticas.
    • A menudo arrastra el peso de experiencias de aprendizaje frustrantes que le convencen de que no es capaz de adquirir una lengua extranjera.
    • Fuentes de conocimiento heterogéneas, a veces contradictorias.
    • Mayor concentración en clase, lo cual favorece el aprovechamiento de ese tiempo.
    • Posee mecanismos de compensación para superar las deficiencias y los recursos de la experiencia.
    • Necesita alternancia y variabilidad, por su relativa capacidad de un esfuerzo intelectual prolongado.

    Otro punto para tener en cuenta es que los adultos, y no los niños, están acostumbrados a memorizar números, formas, fórmulas y este hábito debe ser capitalizado, cuando de elegir metodologías para la enseñanza se trate.

    Podemos agregar también, desde un punto de vista más sociológico y como fuente de presión o stress, que hay algo que los niños no tienen en cuenta y que está hoy en día presente en la mente de los adultos. Esto es lo siguiente: los adultos saben que el aprendizaje a lo largo de toda la vida debe ser adoptado como base estratégica para su futuro laboral. Son conscientes hoy en día de que la competencia profesional y las habilidades necesarias para el trabajo cambian constantemente; por ello la clave en la sociedad de la información es el ya conocido "aprender a aprender". De ahí que el recurrir a material autogerenciado – sobre el que pueden tener control y trabajar a su tiempo y a su ritmo- , a recursos multimediales para aprender un idioma les resulte muy beneficioso.

    Por otra parte, al haber sido expuestos ya a un aprendizaje "alfabetizado", el adulto necesita de la ayuda escrita, o sea VISUAL como forma de acercamiento a lo que no le es natural (De Kerckhove, 1999; Bruner, 1998), en este caso el aprendizaje de un código que no es el propio, o sea, la lengua extranjera que necesita aprender. Este aprendizaje, entonces, se ve facilitado por la ejercitación escrita y la lectura, canales de percepción visual.

    Otra característica del adulto es que la mayoría tiene la percepción de cuándo están cometiendo errores. Ellos mismos "sienten" que lo que están expresando no es correcto, no es preciso, no se ajusta a las reglas gramaticales que intentan aplicar o que aquello que quieren expresar no coincide con el mensaje emitido. Esta percepción les provoca incomodidad y, dicho por ellos mismos, una sensación de incertidumbre y de no estar expresándose como adultos. De ahí la necesidad de recircular elementos gramaticales y vocabulario una y otra vez, a través de ejercitación diferente, con materiales impresos, de audio o multimediales, que muestren una variedad visual y auditiva variada en términos de contexto y diseño.

    Esta percepción anteriormente mencionada es lo que Krashen (1981) llama "el monitor", un dispositivo mental que "avisa" que lo que se está expresando es erróneo.

    El estudiante adulto sabe cuándo está aprendiendo, cuándo avanza, y cuándo permanece en una "meseta" en su proceso de aprendizaje, lo cual conlleva a la ansiedad y, cuando ve que no logra avance, a la frustración. El adulto se encuentra desmotivado cuando nota que no avanza en sus objetivos, en este caso, el poder expresarse eficientemente en la lengua extranjera que está estudiando, ya que esto puede redundar en un retroceso laboral o académico.

    Es fundamental, entonces, que en el diseño de materiales de enseñanza a adultos todos estos puntos mencionados sean tenidos en cuenta y que la experiencia de haber tenido malos resultados en este campo lleve a los profesionales en la enseñanza de lenguas extranjeras a efectuar un cambio y proveer una metodología adecuada.

    "Los problemas del presente no pueden ser resueltos con el

    mismo nivel de conocimiento o con las mismas ideas que los

    crearon" (Jensen, 1996. Prefacio)

    Jensen presenta su libro "Brain Based Learning" (El aprendizaje basado en el cerebro) con estas palabras, a través de las cuales cuestiona que las problemáticas educativas puedan ser resueltas de la misma manera que se hacía hace décadas.

    En la era de las computadoras, la inteligencia artificial, la neurociencia, la psicología cognitiva, los problemas que se presentan ante una enseñanza infructuosa podrían ser resueltos precisamente recurriendo a los conocimientos y herramientas que podemos obtener de estos campos.

    Esto es precisamente de lo que se trata la tecnología educativa, un área que no puede ser soslayada y la cual trabaja comprendiendo los siguientes campos:

    – Las teorías del aprendizaje humano (enfoques relacionados con el cómo se aprende);

    – las teorías instruccionales (materializadas en los nuevos enfoques para el diseño de instrucción); y

    – los aportes que le brinda a la educación la emergente tecnología informática (medios interactivos basados en alta tecnología).

    En este caso lo aplicaremos a la enseñanza de una lenguas extranjeras en edad adulta.

    La enseñanza debe ser diseñada de acuerdo con las características y necesidades del estudiante, y en el caso de un adulto que aprende una lengua extranjera estas necesidades y características – como ya ha sido explicado – son bien diferentes a las de un niño.

    Es necesario saber el por qué y para qué de lo que se enseña para así poder diseñar material pedagógico que se adecue a esas necesidades en forma práctica y concreta, con la intención de mejorar la calidad y efectividad del aprendizaje, no solamente para innovar.

    Edith Litwin resume esta problemática de la siguiente manera:

    "El mejoramiento se asocia al concepto de innovación que plantea hoy la utilización de nuevas tecnologías en el aula y que implica nuevos proyectos muchas veces fundamentados en concepciones de enseñar y aprender distintas de las planteadas en los diseños curriculares. Se requiere en esos casos reconocer cuál es la concepción de enseñar y aprender contenida en la innovación, para analizar posibles contradicciones o dificultades en la práctica." (Litwin 1995: 21).

    "Por sí sola la tecnología no es útil ni perjudicial; no es más que un instrumento."…"Cualquier descripción de la naturaleza humana que ignore la motivación tiene una utilidad limitada y causa problemas y desaliento" (Gardner 2000: 89)

    A través de herramientas interactivas confeccionadas de acuerdo con las características de los estudiantes, sean ellos niños o adultos, es posible dar un mayor control a los participantes del proceso de exploración y apropiación del conocimiento, aumentando así la motivación y la efectividad en el aprendizaje, asumiendo nosotros, como docentes o instructores, la función de facilitadores de esta empresa de aprender y de prepararlos para hacerlo toda la vida.

    2 – APORTES DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS. ESTILOS COGNITIVOS. CANALES DE PERCEPCIÓN.

    "Las características del aprendizaje de una lengua extranjera exigen por sí mismas un planteamiento didáctico abierto y continuo, es decir, una metodología que ofrezca la posibilidad de enriquecer los conocimientos adquiridos con otros anteriores o sucesivos que conformen la competencia lingüística del alumno". (Dell’Ordione, 2001)

    Como ya hemos visto, los adultos se encuentran presionados por el tiempo con el que cuentan para su entrenamiento lingüístico, por el prestigio o desprestigio que les proporciona la calidad de su desempeño en una nueva lengua, por la frustración de no poder cumplir con los objetivos que ellos mismos se han planteado.

    La tecnología educativa aporta elementos de naturaleza psicológica, metodológica y tecnológica a la superación de esta problemática educativa.

    A continuación nos referiremos a dichas contribuciones. Comenzaremos por los aportes de la neurolingüística.

    Sabemos, gracias a la neurolingüística, la neurociencia y la psicología cognitiva que el cerebro opera en distintos niveles y que es incentivado por experiencias multimediales. (Gardner, 2000; Fodor, 1983; Ellis, 1996; Duncan, 2001; Oxford, 1990).

    Toda conducta es procesada por el cerebro, en definitiva por neuronas. Es decir, el pensamiento es generado por neuronas que integran toda la información necesaria para realizar el análisis de una determinada circunstancia.

    Cuando por alguna causa sentimos necesidad de adquirir conocimientos o saber algo, nuestra armonía se acaba y comienza esa búsqueda que traerá felicidad o no dependiendo de que el objetivo sea beneficioso o no a nuestra persona.

    Esta ruptura de la armonía o tranquilidad nerviosa, está sustentada por un desequilibrio neuroquímico, que sólo será reestablecido cuando el objetivo sea alcanzado, momento en que retornamos a la tranquilidad. A partir de esta tranquilidad es posible – a través de la motivación – pasar a un estadio superior, o sea un objetivo superior y así sucesivamente.

    Ese momento de curiosidad imparable produce en nuestro cerebro un efecto de estrés generado por el funcionamiento de las neuronas bajo ciertas condiciones, siendo revertida ésta cuando se alcanza lo buscado.

    Por lo tanto podemos decir que la "motivación va ligada a un nivel de estrés", que de acuerdo con ese nivel facilitará o no el aprendizaje de una información o la percepción de un estímulo.

    Las aplicaciones multimedia, por lo tanto, son una herramienta ideal para captar la atención del cerebro en una actividad educativa.

    El estudiante está alerta ante los estímulos de sonido, color y movimiento que se le presentan en la pantalla de su computadora, herramienta tecnológica que hoy en día, y en ciertos círculos, ha dejado de lado herramientas o tecnologías más tradicionales como el lápiz, la pizarra, y el papel.

    Pasando ahora a las características propias del alumno, hay un estilo personal y estrategias de aprendizaje a la que recurre cada estudiante en el proceso de aprendizaje. Estos estilos y estrategias reflejan la forma en que cada persona piensa, las preferencias personales hacia la instrucción, y la forma en que cada estudiante se adecua para llevar a cabo una actividad educativa.

    Estas estrategias de aprendizaje son acciones voluntarias , intencionales que el alumno realiza para el mejoramiento de su aprendizaje de acuerdo con su estilo cognitivo, el cual no está sujeto a la voluntad del individuo ( Riding 1999; Reid, 1995)

    Los estilos cognitivos son caracterizados por la forma en que la persona procesa la información. Esto nos ayuda a abordar la tarea de enseñar de acuerdo con estas diferencias entre las personas.

    Podemos resumir algunos de estos estilos en los siguientes:

    • Analítico.

    El alumno aprende a través de un minucioso análisis de los segmentos constitutivos de la tarea, estructura o concepto. Recurre a la comparación. En el caso del aprendizaje de una lengua extranjera, la comparación se efectúa a nivel fonológico – el sistema sonoro, pronunciación y entonación de lo expresado- , sintáctico – la combinación de segmentos dentro del discurso, combinación de palabras para formar frases y oraciones- , morfológico – la forma que tienen las palabras, los segmentos constitutivos de cada unidad de vocabulario. El estudiante analítico compara las estructuras nuevas – las que le son enseñadas – con las de su propio idioma, las cuales maneja a la perfección y le da seguridad el encontrar familiaridades entre ambos idiomas.

    • Secuencial.

    El alumno aprende más efectivamente paso por paso, de unidades menores a mayores. Construye a partir de unidades simples. Aprende primero el uso de la reglas de combinación de elementos simples. Pasa a la adquisición de elementos complejos una vez que ha incorporado los elementos constitutivos de dicha complejidad. En el caso del aprendizaje de lenguas extranjeras, el estudiante secuencial necesita poder identificar y comprender el significado y uso de palabras aisladas antes de construir o entender una frase , oración o unidad gramatical larga. El estudiante secuencial se siente cómodo ante el análisis de palabras y de su estructura morfológica. El poder entender el sistema que posibilita la formación de palabras, frases y oraciones, le da la tranquilidad necesaria para seguir adelante en el proceso de aprendizaje, o sea, reduce el stress negativo y da lugar a la motivación.

    • Holístico.

    El alumno aprende en forma eficiente a través del contexto, de unidades mayores a menores. Considera el "todo" antes que los segmentos que lo constituyen. Aborda el proceso de aprendizaje como un paralelo a la vida real, donde todos los estímulos se hallan presentes. Capta el mensaje a través de todos los estímulos visuales y auditivos a los que tiene acceso en la situación de comunicación en una lengua extranjera, incluidos los elementos paralingüísticos como son los gestos, las expresiones faciales, etc.

    • Concreto.

    El alumno aprende mejor a través de tareas experimentales y concretas. En el caso del aprendizaje de una segunda lengua, estas tareas experimentales están dadas por la recreación de situaciones reales dentro de la clase – los llamados "juegos de roles" o "role-plays", como, por ejemplo, una visita al médico o hacer una reservación en un restaurante por vía telefónica. El estudiante cuyo estilo cognitivo es concreto recurre a la repetición verbal en voz alta, fija conceptos y estructuras a través de la acción de su cuerpo, o sea, la actuación.

    • Abstracto.

    El alumno aprende a través de la comprensión de ideas abstractas. Recurre a la percepción. Organiza la información en forma global. Su capacidad de abstracción es muy alta. Se siente cómodo en situaciones donde puede racionalizar, globalizar información. En una situación de aprendizaje esto está dado a través de ejercitación donde el participante puede expresar esta capacidad de abstracción – globalizar información de una cinta de audio, trabajo de comprensión auditiva, elaboración de síntesis y resúmenes de información extensa, por ejemplo. Esto le brinda la tranquilidad anteriormente mencionada, la reducción del stress negativo y la apertura de la motivación al ver satisfechas sus necesidades de logro. (Reid 1995; Ellis, 1996; Riding 1999)

    Además de estos estilos cognitivos, cada persona tiene canales de percepción a los cuales recurre más o menos fácilmente para el procesamiento de la información. Nos referiremos a ellos más adelante, pero podemos anticipar que los más sobresalientes son el visual y el auditivo.

    Estos canales complementan y se asocian a los estilos cognitivos. Por ejemplo, una persona meramente visual, retiene la información más fácilmente a través de lo que ve o lee, y a su vez, puede procesar la información en forma holística, concreta, abstracta, secuencial.

    Las estrategias de aprendizaje utilizadas por los estudiantes adultos son, por ejemplo:

    • La repetición: el participante repite en forma mental o en voz alta el ítem nuevo hasta que considera que puede recordarlo y hacer de él un uso espontáneo.
    • Tomar notas y hacer resúmenes para fijar conceptos y formas estructurales.
    • La contextualización: el participante da un contexto a lo aprendido. En el caso de una lengua extranjera, contextualiza una palabra o una frase, o cambia el contexto del ya aprendido para ensanchar su aplicación (O’Malley, 1993).

    3 – LA ELABORACIÓN DEL RECURSO MULTIMEDIA.

    Es importante señalar que, si bien la educación a distancia y las aplicaciones auto-administradas como un CD-Rom educativo han surgido como un intento de dar respuesta a las nuevas demandas sociales que la educación presencial no ha podido atender, resulta incorrecto suponer que aquélla pueda sustituir totalmente a esta última. Ambas formas educativas pueden beneficiarse de la mutua coexistencia y acción.

    De hecho, es muy probable que la mayoría de los alumnos adultos no consigan progresos en la primera etapa del aprendizaje sin el apoyo de un profesor. La necesidad de comunicar desde un principio, la preocupación por el fracaso y, en muchos casos, las experiencias negativas anteriores hacen que un método puramente autodidacta tenga pocas posibilidades de éxito.

    De acuerdo con este planteamiento, un recurso multimedia en forma de CD-Rom que puede acompañar un curso de idiomas tiene que estar diseñado teniendo en cuenta las características de los alumnos en cuestión. Para tal fin, el diseñador de las herramientas multimedia deberá crear el material y presentarlo de tal manera que se adecue a los estilos cognitivos anteriormente mencionados.

    El estudiante adulto quiere entender racionalmente cómo funciona el idioma extranjero que está aprendiendo , para así poder tener un control sobre su propio aprendizaje y que, – con conocimiento o no – analiza este segundo idioma a la luz de su propia lengua.

    Por el mismo motivo, todas las instrucciones y explicaciones que acompañan las diferentes actividades de una aplicación multimedia deberán ser claras y precisas, facilitadoras de la tarea en cuestión.

    Es altamente recomendable la inclusión de música en los recursos multimedia. La música que acompaña el inicio del trabajo a realizar por parte de los alumnos, a las indicaciones de cómo efectuar los ejercicios o meramente a las transiciones entre labor y labor apunta a la desinhibición del participante, quién encuentra al recurso muy amigable.

    El entretenimiento visual, a través de la elección de imágenes agradables (comics, gifs animados) aportan un elemento de diversión y humor a las tareas (ejercicios o lecturas) que pueden resultar para algunos alumnos un esfuerzo considerable, además de subrayar los momentos en que se debe reflexionar o descansar.

    Los colores deberán ser escogidos para llamar la atención de los participantes a las estructuras que deban ser enfatizadas. Los participantes siempre encuentran que los colores los entretiene, sin distraerlos – de ahí la importancia de la elección apropiada de elementos visuales – y que les ayuda a mantener el nivel de atención ante la novedad.

     Por otra parte, para la elaboración de un recurso multimedia, se debe tener en cuenta que el aprendizaje de una lengua extranjera presenta tres fases:

    1. Innovación, en términos de la adquisición de formas estructurales nuevas.
    2. Elaboración: Estas formas se hacen más complejas a medida que el alumno avanza en el proceso de aprendizaje.
    3. Revisión: Estas formas se ajustan, se corrigen ante la incursión en errores (Ellis 1996)

    Aunque el recurso multimedia no pretende sustituir al profesor, es muy común que los alumnos que asisten a clases no estén familiarizados por igual con todas las estructuras que deben conocer y manejar en este nivel. Este hecho se debe a que las presiones del trabajo y de otra índole pueden obligarlos a ausentarse durante una o varias lecciones, interrumpir las mismas, o simplemente estar distraídos en algún momento.

    Por ello, es recomendable optar por elaborar la aplicación con espacios de repaso de items gramaticales que pueden ser de niveles anteriores a los que se están practicando y que correspondería a la fase de innovación.

    Estas presentaciones deberán estar acompañadas de ejercicios de repetición en voz alta, por parte de los alumnos , de modelos para ejercitar la pronunciación y desarrollar la memoria y la fluidez. Así también deberán incluir también explicaciones concisas de los conceptos gramaticales y semánticos presentados, ya que – como hemos tenido ocasión de comentar – el adulto necesita de la ayuda de la comprensión racional, como forma de acercamiento a lo que no le es familiar

    La fase de elaboración se potencia mediante una serie de ejercicios que obligan al alumno a discriminar entre los items lingüísticos ya adquiridos, bien sea insertándolos dentro de un contexto más amplio bien sea empleándolos con una serie de estructuras menos problemáticas en cuanto a su significado, pero que el alumno de nivel elemental necesita repasar con cierta frecuencia y que permiten generalizar los conceptos ya aprendidos a otros dominios

    Por último, la fase de revisión deberá constituir el punto de partida de todo recurso multimedia. Propongo aquí un ejercicio inicial a fin de estimular al alumno a determinar su propio nivel y objetivos mediante un proceso de auto-evaluación. Este ejercicio deberá ofrecerle la posibilidad de auto-corregirse , clarificar puntos que no entendió y donde cometió errores y recurrir a las explicaciones una vez finalizados los ejercicios y, por último y sumamente importante, de reiniciar el ciclo de aprendizaje en cualquier momento, si así lo desea.

    En esta fase de revisión se le pide al alumno que repita una y otra vez las oraciones escritas que encuentra en los ejercicios o en los ejemplos y explicaciones, que vuelva a escuchar el audio, siguiendo el modelo auditivo para acelerar su producción en términos de velocidad. Esto desarrolla su fluidez.

    Asimismo, el vocabulario utilizado en los ejemplos deberá ser seleccionado por su utilidad y su frecuencia, y responder a la necesidad de los estudiantes de referirse a su área de trabajo, su país de origen, su entorno, su familia y sus amigos.

    Es importante mencionar aquí que el proceso de revisión de ciertas estructuras puede ser permanente, dado que es muy común que aquellos adultos con bajo potencial lingüístico presenten en su desempeño lo que Ellis (1996) llama "fosilización": estructuras con las cuales siempre se cometen errores. La elección de las estructuras lingüísticas contenidas en las aplicaciones multimedia deberán realizarse o tras un análisis exhaustivo de las dificultades más frecuentes que surgen en el aprendizaje de lenguas extranjeras. Dicho análisis obedece a los siguientes principios:

    1 – Frecuencia y productividad de las estructuras,

    2 – Peligro de fosilización de los errores cometidos con las mismas.

    Dado que la mayoría de los adultos disponen de poco tiempo para el estudio, la necesidad de centrarse en items frecuentes y productivos es evidente. En cuanto al problema de la fosilización, el recurso para resolver el problema de los fósiles es tratar de recurrir a otras estructuras en su reemplazo. De no ser esto posible, se debe trabajar sobre estos fósiles de manera constante y recurriendo a diferentes estrategias metodológicas.

    La existencia de manuales y recursos multimedia que el estudiante pueda tener es de gran valor para estos casos, dado que la erradicación de los fósiles requiere a veces de semanas o meses de re- educación y se puede recurrir a ellos sin la presencia de un tutor o instructor, como parte del proceso de educación continua.

    Para la mayoría de los alumnos, los dos modos principales de percepción – visual y auditivo – así como los cinco estilos cognitivos – analítico, secuencial, holístico, no son mutuamente excluyentes, aunque cada alumno tendrá preferencia por un modo y un estilo más que otros.

    Los adultos sienten "tranquilidad" ante la posibilidad de controlar parte del proceso de aprendizaje. Esto baja el nivel de frustración o de incertidumbre ante el caudal de elementos nuevos y diferentes que tienen que recordar para poder expresarse. La aplicación multimedia les da la posibilidad de volver a repasar elementos ya vistos con la frecuencia que los propios alumnos encuentren beneficiosa. El diseño de un CD Rom facilita este movimiento: los alumnos encuentran opciones en cada diapositiva botones de acción e íconos identificatorios que pueden pulsar para navegar la presentación en forma independiente.

    El tener control sobre los tiempos de repetición y lectura es muy beneficioso.

    CONCLUSIÓN.

    La aplicación práctica de un recurso multimedia como complemento de clases o material de estudio para alumnos autodidactas, si es diseñada de acuerdo con lineamientos claros y siguiendo las pautas anteriormente mencionadas, es altamente satisfactoria y productiva en la enseñanza y aprendizaje de idiomas en edad adulta.

    El presente trabajo ha pretendido explicar cómo la tecnología educativa contribuye en forma concreta y práctica en la elaboración de metodologías y material de enseñanza. El objetivo es brindarles a los estudiantes la posibilidad de participar en actividades donde puedan medir su avance, de modo que cada alumno pueda elegir los caminos que más le convengan para alcanzar sus metas personales. En estas actividades o ejercitación de autoevaluación los participantes pueden descubrir qué saben y qué no, y autorregular su práctica.

    Teniendo como fundamento lo expuesto en este trabajo, es necesario tomar en cuenta al diseñar programas de aprendizaje destinados para adultos, sus necesidades, expectativas, en virtud de que no podemos educar al adulto usando las mismas técnicas que utilizamos con los niños.

    En definitiva, es importante reconocer que los adultos poseen experiencias (como punto de partida para la incorporación de nuevos conocimientos), información, habilidades, preferencias, estilos cognitivos, que han venido adquiriendo y desarrollando en su vida cotidiana.

    En cuanto a la aplicación de la tecnología educativa para un mejoramiento de la enseñanza, es importante ver la forma en que ésta se aprovecha para lograr un aprendizaje continuo, un aprendizaje a distancia, un aprendizaje bajo el control de quienes aprenden, a fin de resolver los retos que plantean las necesidades de cada persona – de acuerdo con sus características, ya mencionadas – en situación de aprendizaje.

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    Marisa Olga López

    Profesora en inglés y español como lenguas extranjeras.

    Licenciada en Tecnología Educativa.