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Neurociencia, epigénesis, microbios, la mente arrebatada y la ilusión del libre albedrío

Enviado por Felix Larocca


  1. Así es como se acostumbra…
  2. De cómo los investigadores conducen sus experimentos
  3. Lo que no siempre puede demostrarse
  4. La Reina Roja, y la fantasía del escritor, Lewis Carroll (nom de plume del Rev. Charles L. Dogdson)
  5. De cómo los parásitos controlan la mente y comportamientos de los seres vivos
  6. En resumen
  7. Bibliografía

Los psicólogos experimentales y algunos neurólogos que investigan las actividades del cerebro, parecen pertenecer a los grupos más solazados y los que más se divierten del mundo ya que dedican cantidades considerables de sus labores a descifrar — mientras juegan — los substratos anatómicos de nuestra actividad cerebral o a tratar de codificar nuestras intenciones y motivos por medio del diseño de experimentos de laboratorio.

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Parar lograr sus propósitos, los científicos, recurren a los favores de voluntarios humanos que se ofrecen para ello como también utilizan el método tradicional del experimento de laboratorio utilizando animales para sus investigaciones.

Sea como sea, estos intelectuales se pasan buena parte de su tiempo investigando todos los comportamientos posibles, en diversas variedades de especies, con la ayuda constante de instrumentos de tomografías computarizadas.

Una vez concluidos los ensayos, éstos generalmente se hacen disponibles en algunos de los muchos portales del internet donde se exhiben este tipo de contribuciones al conocimiento general; mientras que otras veces los hallazgos constituyen parte de artículos contenidos en revistas profesionales dedicadas a las neurociencias y disciplinas similares.

Los resultados que estas exploraciones producen son habitualmente muy inespecíficos para ofrecernos conclusiones finales en los temas investigados — porque la neurociencia es aun disciplina en pañales. Pero, para remediar este vicio, tan común en la conclusión de sus pesquisas, los autores generalmente estampan sus reportes con la admisión de que les falta mucho por hacer para que los encuentros tentativos, por ellos logrados, sean definitivos, mientras que exhortan a otros a seguir los pasos, por ellos trazados, para avanzar la ciencia.

Así es como se acostumbra…

Para corroborar lo antedicho, basta mencionar que en Scientific American se han publicado contribuciones recientes acerca de la neurofisiología de la prestidigitación, de la bases neurocientíficas para explicar la semejanza entre la fisiognomía del padre y del amante que las mujeres seleccionan, de la razón biológica por la carencia de aptitud matemática en las niñas y de la actividad cerebral que subyace las diferencias de cómo los sexos compran y seleccionan los artículos con que se visten — entre muchos más.

El resultado final es que muchos se hacen la pregunta: ¿Puede considerarse ciencia formal este tipo de ejercicio intelectual?

Porque la realidad es que cuando leemos una gran cantidad de estos ensayos, basados en las exploraciones de las actividades del cerebro: escaso es lo nuevo o lo aprendido, raro lo interesante, el uso que derivamos es limitado, y lo que nos atrae es poco — como más adelante veremos.

Independientemente de lo logrado y del tema cubierto, lo que se ofrece al público, como conocimiento basado en la neurociencia, resulta impresionante solo a los inexpertos — que son la mayoría — ya que casi siempre, los artículos exteriorizan lo que Deena S. Weisberg y sus asociados expresaran con ciertas reservaciones mordaces, en un famoso capítulo: "El encanto seductor de las explicaciones basadas en las neurociencias…"

Hoy todo se explica como neurociencia, aunque lo explicado no sea ni apropiado ni adaptable a esa disciplina o a ninguna de sus ramas.

Pero, de toda manera se hace, porque las ciencias del cerebro son dogmatismos poderosos en su encanto, por ser tan esotéricas.

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Así se explora la sensación de un órgano "fantasma"

De cómo los investigadores conducen sus experimentos

Para nosotros el método empleado por los científicos que nos ofrecen al encanto de sus hallazgos y "descubrimientos" es de singular importancia, ya que los métodos por ellos utilizados, resultan en conclusiones caracterizadas por un reduccionismo de inferencias sobre-simplificado de manera enorme.

Así es como proceden

Siempre utilizan algunos de los métodos que nos son tan familiares. Una estrategia común consiste en seleccionar cualquier función cerebral específica para ser sometida al escrutinio experimental. Luego de haberlo hecho, los científicos esbozan un método que utilice la resonancia magnética — lo que siempre resulta ser muy impresionante. Luego, colocan electrodos de escáneres en las cabezas de los sujetos experimentales y, de inmediato, basando las respuestas en una variedad de estímulos visuales o de otro canal sensorial, determinan, por conjetura, el significado de las reacciones como se observan en la gráfica resultante de la actividad cerebral — método impreciso, pero elegante a la vez.

Otro método un poco más complicado, pero igualmente equívoco en sus resultados, explora la cartografía del cerebro, mapeando el cariotipo de nuestro genoma, tratando de establecer la localización definitiva de algún programa hereditario en particular — pero, uno que específicamente, se presuma ser responsable por comportamientos o tendencias determinadas.

Lo que no siempre puede demostrarse

A pesar de todo lo antedicho, y, a pesar de que no existen pruebas para confirmarlo, hoy ya hemos escuchado, como si fueran certidumbres, lo que algunos nos dicen del putativo gen de la obesidad, del de la homosexualidad y del de Dios — entre tantos otros genes que, teóricamente, han sido "identificados" — pero que permanecen en espera de validación — lo que parece que nunca sucederá.

Lo que nos transporta a la razón para escribir este artículo.

La Reina Roja, y la fantasía del escritor, Lewis Carroll (nom de plume del Rev. Charles L. Dogdson)

Este escritor británico, mencionado en muchas de mis contribuciones publicadas, escribió dos historias para niñas que se hicieron célebres — específicamente las produjo para Alicia Lidell y sus hermanas — historietas éstas que, al final, lo hicieran muy famoso y perdurable como asimismo lo hicieran infame.

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Alicia y la Reina Roja

Para mejor entender los conceptos que en seguida presentamos, invitamos al lector de esta ponencia a consultar los artículos ofrecidos en la bibliografía.

En su fábula A través del Espejo (Through the Looking-Glass), Carroll hace que la Reina Roja diga a Alicia: "En este lugar se toma todo el correr que uno puede para permanecer en el mismo lugar…"

Expliquemos lo susodicho en el párrafo anterior

Lo que Ridley en su libro The Red Queen intentara hacer, como ya hemos expresado en otras publicaciones, fue enfatizar la carrera interminable que existe entre los microbios que nos atacan y nuestros sistemas inmunes que se esfuerzan denodadamente en desarrollar adaptaciones para defendernos de ellos — mientras que ellos, a su vez, hacen lo mismo para contrarrestar nuestras adaptaciones defensivas.

Siendo ésta lucha por la vida contesta interminable: mientras más avanzamos, más permanecemos estáticos. (Plus ça change, plus c"est la même chose).

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De cómo los parásitos controlan la mente y comportamientos de los seres vivos

Para comenzar, en esta parte de nuestra lección introducimos al Dracunculus medinensis, (pequeño dragón, o gusano de Guinea) el cual es un nematodo que ha plagado a los seres humanos que habitan Asia y el África por tiempos inmemorables, causando una enfermedad dolorosa y deformante conocida como la dracunculiasis o dracontosis.

La infección por este organismo es una en la cual los gusanos con una talla promedio de un metro de largo y el grosor de un hilo de coser se alojan en el individuo infectado, migrando por todo el cuerpo para emerger al final por las extremidades de la víctima.

Una vez que el nematodo llega a la piel del sujeto infectado, comienza a segregar ácido para abrirse un túnel de salida. La primera indicación de la infección es la aparición de una ampolla que obliga a sus víctimas a procurar agua fría para encontrar alivio. Tan pronto como el organismo invasor detecta la presencia del agua emite una emulsión lechosa llena de miles de larvas, que descarga en el medio líquido para empezar su ciclo vital.

La infección humana se adquiere por ingestión de agua contaminada, tanto procedente de estanques como de afloramientos superficiales. Así pues, como en todas las enfermedades con bases en el agua los causantes son organismos que pasan parte de su ciclo de vida en este líquido y otra como parásitos de animales. Estos organismos logran prosperar tanto en reservorios contaminados como en depósitos no contaminados.

Las larvas del gusano de Guinea viven en diminutos crustáceos — o copépodos — conocidos como pulgas acuáticas. Estos crustáceos son los vectores animales intermediarios de los que los parásitos, en forma de gusanos, se valen para prosperar, y luego infectar directamente al hombre, penetrando a través de la piel o al ser tragados por éste. Al ingerir un ser humano esos crustáceos, el sistema digestivo los destruye pero las larvas del gusano sobreviven y atraviesan la pared intestinal.

Los helmintos machos mueren tras aparearse dentro del huésped, sin embargo las hembras — pudiendo llegar a medir hasta 4 metros — crecen en un promedio de 2 centímetros por semana. Transcurrido más o menos un año, el parásito asomará la cabeza por el orificio descrito que abre en las piernas o brazos del acarreador, provocando un dolor paralizante, lo que provoca la búsqueda del alivio provisto por el líquido que el gusano obliga a procurar.

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Extracción mecánica del D. medinensis

Hechos históricos acerca de esta condición pueden obtenerse en el portal de la Organización Mundial de la Salud (OMS):

http://www.who.int/dracunculiasis/en/

De especial interés para los médicos es, que debido a que se creyera que el gusano de Guinea era la "serpiente feroz" que arrasara a los israelitas durante los cuarenta años en que vivieran exilados en el desierto, y que el Bastón de Asclepios (o caduceo), símbolo de la medicina con la serpiente enrollada, constituye una adaptación pictórica del modo como aún se extrae el verme por el uso de un palo en el que éste se enrosca paulatina y delicadamente.

Nuestra curiosidad en este asunto fue despertada por la noción de que en nuestra jornada a través del paisaje evolutivo nosotros poseemos una interconexión con todo lo que existe y que los comportamientos de ciertos organismos con nosotros están basados en los mecanismos con que ellos nos gobiernan conduciéndonos a actuar de maneras que les garantizan su supervivencia a costa de nuestro bienestar o salud, como lo hace el gusano de Guinea cuando nos obliga a gestionar el agua que, calmando nuestra comezón, garantiza su reproducción.

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Caduceo

En otras palabras que el nuestro, aunque lo parezca, como albedrío, no es tan libre en esta situación.

Nuestra constitución genética ha estado todo el tiempo en constante proceso de adaptación al entorno en que vivimos. La comida que consumimos ha evolucionado simultáneamente con nosotros para asistirnos en nuestros equilibrios, como tanto hemos repetido, cuando de la obesidad hablamos.

Nuestros enemigos, los microbios que nos infectan, como enseña Matt Ridley, asimismo evolucionan a la par con nosotros porque de ese proceso depende su propia supervivencia (y la nuestra) en la carrera por la vida.

Es que finalmente todos los seres vivientes — bacterias, protozoos, leones, tigres, osos, gusarapos y peces, todos… comparten con nosotros el mismo imperativo:

Sobrevive y reprodúcete.

Para empezar, y para poder realmente entender la relación que existe entre los seres humanos y los millones de microbios que viven en nuestra cercanía uno debe de iniciarlo, primero, descartando la noción de que todas las bacterias son malas, que todos los microbios son dañinos, y que todos los virus son malignos. Porque la realidad es que nuestra especie ha evolucionado en tándem con todos ellos y a veces ha devengado beneficios de ellos por millones de años — los probióticos como uno de los que nos asisten.

Todo, en lo que a nosotros respecta, desde la función de nuestros sentidos a la química de nuestra sangre ha sido conformado a respuestas evolutivas a las enfermedades que nos inciden. Ésta siendo razón similar por la que el olor de quien nos atrae sexualmente es tan cautivador. De lo último se cree que la causa es debida a que los olores que nos seducen significan que los enamorados poseen sistemas inmunes disimilares lo que conferiría a los descendientes de esa pareja inmunidad más amplia que la que cualquiera de los galantes poseen individualmente.

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Plesiometa argyra

Pero no vivimos en armonía solamente con organismos que viven fuera de nuestro cuerpo, los que se cuentan en los millones, sino que dentro de nosotros en el aparato digestivo habitan bacterias benignas que nos asisten en la digestión de materiales que nuestros organismos nunca podrían digerir sin esa ayuda. De hecho, los problemas que algunas personas que toman antibióticos por la vía oral experimentan es resultado de la eliminación colateral (como dicen los militares cuando, por sus acciones, mueren seres inocentes) de bacterias que nos son benéficas. Ésta siendo la base por la cual los médicos recetan yogurt cuando se toman antibióticos, porque las bacterias contenidas en este alimento son aliadas nuestras por ser probióticas, logrando proveer asistencia al proceso de la digestión hasta que la flora intestinal retorne a su estado normal.

Pero, no todas las bacterias que viven en y con nosotros son inocuas. En este mismo instante, cualquier ser humano saludable posee en su intestino, piel y saliva colonias quiescentes de Neisseria meningitis, Staphylococcus aureus y Streptococcus pneumoniæ, las mismas bacterias que causan respectivamente la meningitis, el síndrome del shock tóxico y la pulmonía.

Por virtud del fenómeno conocido como el efecto de barrera, la flora intestinal impide a esas bacterias peligrosas llegar a números y actividades arriesgadas para nosotros.

Los probióticos actúan resaltando el balance positivo en nuestra flora intestinal y en otros lugares. Por ejemplo, el yogurt asiste en la inhibición de hongos en la flora vaginal.

En nosotros viven en un estado de simbiosis cientos de especies de bacterias que nos asisten y a las que nosotros proveemos asistencia a la vez. Pero, en el caso del gusano de Guinea lo que encontramos es un verdadero parásito. Uno que, cuando nos provoca la urgencia a procurar el agua para su reproducción nos hace experimentar lo que se llama la "manipulación del huésped".

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Telaraña

Adquiriendo un entendimiento de cómo la manipulación del huésped sucede, en formas extremas, en otras especies, es como lograremos entender la manera en que ciertos parásitos manipulan nuestros comportamientos.

Prosigamos

La Plesiometa argyra es una araña nativa de la América Central que construye sus nidos del modo tradicional (orb-webbing). Este consiste del familiar patrón circular con una diana en el centro. Desafortunadamente para nuestro arácnido, ella posee una relación tan especial como fatídica con una avispa parasítica llamada Hymenoepimecis argyraphaga, que ha sido estudiada de modo extensivo por William Eberhard, como vamos de inmediato a ver.

La araña vive su vida feliz y despreocupada alimentándose de los insectos que atrapa en su red. Cuando llega un día en el que, inesperadamente, la preñada avispa, de antes aludida, aparece de nadie sabe dónde y la pica. La araña cae paralizada. Ahora, la avispa pone un huevo en el abdomen del arácnido. Entre diez y quince minutos después la araña se despierta de su sueño reanudando su vida interrumpida. No sabiendo que está condenada a una suerte muy desdichada.

El huevo que en ella reside, pronto se convierte en larva. La larva taladra hoyos en el abdomen de su huésped y despacio se alimenta de su sangre. Pero, por muchos días la araña continúa viviendo como si nada…

Luego, cuando la larva está lista para formar su capullo, camino a su transformación de adulto, el gusano inyecta la araña con sustancias químicas que alteran su comportamiento de manera drástica, tornando efectivamente la araña en su esclava.

En lugar de construir sus telas circulares, ahora la araña lo hace de manera ineficiente volviendo una y otra vez sobre los mismos filamentos, mientras erige, sin saber por qué, una cápsula especial para proteger el capullo de la larva. Al fin de una jornada, cerca de la medianoche, la araña inerte permanece inmóvil en el centro de su morada. Es, entonces, cuando la larva la mata y la chupa seca de todos sus fluidos vitales.

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Avispa

El próximo paso es cuando el gusano descarta la araña e hilvana su capullo protector que cuelga de los hilos que la araña tejiera. En unos diez días, una avispa adulta emerge de su cápsula y vuela para vivir su propia vida.

Nada específico sabemos acerca de los mecanismos que entran en juego para transformar de tal manera el comportamiento de la araña. Lo que sí entendemos es que esta forma de proceder está controlada por las secreciones inyectadas por la avispa y que siguen un programa específico y pre-ordenado, que afecta la "voluntad" del arácnido.

El Dricoœlium dentriticum es otro nematodo pequeñísimo que vive en los hígados de corderos y ganado. Se lo conoce comúnmente como la fasciola hepática.

La misión de las fasciolas es la de encontrar otro huésped donde vivir ante de la muerte del que las alberga. Para ello siguen un proceso ya establecido por la Naturaleza.

Cuando los gusanos adultos ponen sus huevos, éstos salen del cordero en las materias fecales. Los huevos permanecen durmientes hasta que una babosa de tierra come de las heces, ingiriendo los huevos en el proceso.

Una vez comidos, los huevos son incubados dentro del cefalópodo y, eventualmente, nuevos parásitos nacen que son excretados por la babosa como babaza. Las hormigas se alimentan de la babaza suministrando otro transporte para las fasciolas.

Pero aun la migración no ha terminado.

Mientras habitan en la hormiga, algunos de los microbios se desplazan al cerebro de este insecto desde donde controlan su sistema nervioso y dirigen su comportamiento.

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Ciclo vital de la fasciola

Súbitamente, la hormiga infectada comienza a desenvolverse de manera poco característica para su especie. Todas las noches, la formícida infectada abandona la colonia a encontrar una hoja de forraje, la que asciende hasta el tope, donde se queda inmóvil, en gesto suicida, esperando que corderos paciendo la encuentren y se la coman con la hoja de pasto. Una vez dentro del cordero, las fasciolas, abandonando la hormiga, trasladándose, al hígado habiendo encontrado un nuevo albergue.

Prosigamos con otro ejemplo de la manipulación del huésped.

El nematodo capilar, Spinochordodes tellinii, también conocido como el gusano que causa suicidio en los insectos.

Este parásito crece hasta que llega a su etapa de adulto en el cuerpo de algunos saltamontes del sur de Francia. Éste es otro microorganismo que hace de su huésped un animal desequilibrado para lograr sus fines.

Una vez maduro, el gusano descarga proteínas especializadas que convencen al desdichado saltamontes que debe de encontrar la primera reserva de agua disponible y zambullirse dentro de la misma, sin saber nadar. Mientras el insecto se ahoga, el spinochordodes lo abandona boyando en búsqueda de romance para reproducirse.

Pero, no sólo son los gusanos quienes son capaces de la manipulación del huésped. Los virus y las bacterias son también aptos para hacerlo. El virus de la rabia o hidrofobia nos ofrece un ejemplo más de este fenómeno manifestado a varios niveles.

El referido microorganismo, cuando invade su víctima, coloniza las glándulas salivares de su huésped haciendo la deglución difícil, que es lo que causa el espumeo de la boca lleno del organismo causante. Cuando el espumear comienza ya el virus ha infectado el cerebro, donde induce químicamente a que el animal se torne progresivamente más agitado y agresivo. Cuando animales se agitan y se vuelven agresivos, éstos muerden. Una mordida a otro animal resulta en nuevos horizontes para la transmisión del agente patogénico.

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Nematodo

No es que aun en los casos más extremos de la manipulación del huésped, que éste esté poseído por el agente infeccioso, sino que, por medio del efecto de la secreción de elementos especializados, el individuo infectado produce los comportamientos requeridos para avanzar los "fines" del atacante.

Ahora entraremos en terreno de mayor familiaridad cuando hablemos del Toxoplasma gondii.

Este último es un parásito capaz de infectar cualquier animal de sangre caliente, pero que puede reproducirse de modo que garantiza su supervivencia solamente en los gatos. T. gondii se multiplica copiándose a sí mismo durante su vida en cualquier otro huésped, pero únicamente es en los gatos donde experimenta su reproducción sexual, produciendo ovocitos nuevos, que pueden salir en búsqueda de nuevos anfitriones.

Gatos infectados distribuyen los huevos en sus deposiciones fecales. Los huevos muy resistentes y robustos, son capaces de tolerar condiciones climáticas severas por meses. Cuando roedores, aves u otros animales ingieren los ooquistes, ellos se infectan. La infección es asimismo posible comiendo la carne de un animal enfermo.

Una vez contagiado, el animal experimenta la diseminación de T. gondii por los músculos y el cerebro.

La infección es más generalizada de lo que se cree pero para la mayoría de los seres humanos es benigna.

Para entrar en un gato T. gondii usa la manipulación del anfitrión. Cuando un ratón consume las deposiciones de un animal infectado, el agente contagioso se incorpora en el cerebro del roedor, donde por medio de mecanismos muy poco entendidos produce efectos profundos en el comportamiento del mismo. Primero el ratón se vuelve gordo y letárgico y luego pierde su temor innato a los gatos. De hecho, en lugar de evitar áreas marcadas por orina de gatos, estos ratones se sienten atraídos por el olor de la misma.

Dijimos que T. gondii es generalmente infección benigna para los seres humanos, pero no siempre.

Personas con VIH u otros problemas inmunológicos pueden sufrir serias complicaciones como resultado de esta infección, algunas que poseen consecuencias letales.

El otro grupo que debe de permanecer en estado de alerta con el T. Gondii es el de las mujeres encintas. Si una mujer está embarazada y cae víctima de esta infección, en un 40% de los casos existe la posibilidad de que el feto sea afectado. Lo que presagia complicaciones severas.

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Entonces, de interés para el psiquiatra, es la evidencia que continúa acumulando de la asociación de T. gondii con la esquizofrenia. La noción de que T. gondii pueda desencadenar la esquizofrenia es soportada por estudios recientes que demuestran que ratones afectados por la toxoplasmosis responden al uso de medicinas anti-psicóticas.

Más evidencia de los efectos de T. gondii en los comportamientos humanos proviene de los trabajos de Jaroslav Flegr de Charles University en Praga.

Este último investigador ha descubierto que mujeres con toxoplasmosis derrochan más dinero en ropas y son consideradas más sociales y atractivas que quienes no padecen la infección.

De los hombres, Flegr nos dice que los que fueran infestados por T. Gondii aparecían ataviados con abandono, que tendían a ser retraídos y solitarios, y más inclinados a las peleas. Ellos también eran más sospechosos, celosos, y resistentes a obedecer las reglas sociales.

Pero, este aspecto de la manipulación del huésped todavía es tentativo.

Prosigamos con la carrera entre los agentes infecciosos y nuestra especie tratando de resistirlos, con cada quien por su parte, utilizando nuevas estrategias para lograr la victoria final de la supervivencia reproductiva.

Extrapolando las maneras como algunos microbios nos afectan, haciéndonos que llevemos a cabo los actos que les proporcionan a ellos ventajas reproductivas, discutiremos en seguida otros ejemplos más.

Cuando estornudamos, a menudo lo hacemos para despejar las vías respiratorias, mientras que otras veces lo hacemos, simplemente, para ofrecer al virus del catarro común un medio de transmisión y transporte a otras víctimas.

De este síntoma tan ubicuo por todas partes, puede decirse que, si de veras tiene un propósito, que el propósito no es de beneficio a quien lo manifiesta.

Hablemos entonces de las comezones asociadas con tantas condiciones, desde la tiña hasta la erisipela, deteniéndonos en seguida en la causada por el oxiuro.

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La infección por la lombriz intestinal es una de las infecciones más comunes de los niños por toda Norte América. Se estima que alrededor de un 50% de todos los niños en los Estados Unidos la sufren.

Los oxiuros adultos miden menos de media pulgada. Éstos alcanzan su madurez en el intestino delgado, donde se alimentan de materia digerida, hasta que al fin se aparean. A la sazón, durante las noches, las hembras preñadas, se desplazan hacia el intestino grueso para depositar sus huevos microscópicos en la piel perianal del niño infectado. Al mismo tiempo de hacerlo, los microbios depositan alérgenos que causan picazón severa haciendo que el niño se rasque. Cuando esto sucede, los huevos se alojan debajo de las uñas desde donde contaminan todo lo que se toca, eventualmente hallando su camino hacia el tracto gastrointestinal de un nuevo huésped desde el cual, repitiendo el ciclo, se propagan de nuevo.

Contrario a la creencia difundida, estos parásitos viven exclusivamente en los seres humanos y no en otros animales domésticos o no.

Ahora, consideremos el cólera una infección transferida por el agua, que nos causa la diarrea.

En casos severos, el cólera, puede ocasionar deshidratación y muerte. Pero como sucede con el estornudo causado por la gripe y la picazón provocada por el oxiuro, la diarrea causada por el cólera no es simplemente un síntoma — sino que constituye una vía de transmisión o contagio. Esta es la manera que utiliza el agente infeccioso para contaminar los abastecimientos de agua y asegurar la infección de nuevos huéspedes.

Entonces, consideremos la malaria. La incapacitación que esta infección produce, manipula al huésped, en su caso, inhabilitándolo. Las personas que sufren de malaria padecen de ciclos regulares de escalofríos y fiebres, acompañados por debilidad y fatiga, lo que hace que las víctimas estén tan malogradas que no pueden defenderse de los mosquitos que les chupan la sangre, lo que las hace un blanco fácil para los insectos que las pican. Los mosquitos que punzan los pacientes de malaria absorben una carga completa de los protozoos causantes llevándolos en su cuerpo para infectar otros.

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El estudio de la manipulación del huésped aunque todavía es muy joven y muy poco desarrollado, nos proporciona nuevos entendimientos en las reacciones que las enfermedades y sus agentes etiológicos despiertan en sus víctimas.

Por ejemplo, investigaciones recientes han establecido una estrecha conexión entre las infecciones por estreptococos de los niños y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

Las estreptococias son responsables por una gran variedad de infecciones severas. Muchos de estos agentes infecciosos exhiben un fenómeno conocido como mimetismo molecular en lo que ellos imitan las características de células humanas para engañar el sistema inmune. Cuando este fenómeno ocurre, los invasores se confunden con las células del huésped y causan un trastorno autoinmune que conduce al ataque por las células defensoras a sus propias células. Esta es la razón por la cual los niños que sufren de la fiebre reumática pueden terminar sufriendo de afecciones renales y cardíacas.

La Dra. Susan Swedo del NIMH (Instituto Nacional de la Salud Mental) cree que ciertos tipos de infecciones pueden desencadenar un trastorno autoinmune que conlleva a un asalto a los ganglios basales del cerebro por anticuerpos circulantes. La condición se conoce como PANDA (pediatric autoinmune neuropsychiatric disorder associated with streptococcal infection). Casi de la noche a la mañana, los niños afectados por esta condición exhiben movimientos repetitivos incontrolables, sufren de tics y desarrollan estados agudos de ansiedad y agitación extrema.

Para los investigadores, los movimientos incontrolables y el desasosiego expanden las posibilidades de tocar objetos al azar para propagar la infección.

Otros investigadores sugieren que las enfermedades de transmisión sexual intensifican el apetito libidinoso para encontrar mayores oportunidades de diseminación. De hecho, se reconoce que las lesiones causadas por el virus del herpes están tan imbricadas con las terminaciones nerviosas genitales que pueden resultar en la estimulación erótica.

La teoría en que se basa la manipulación del huésped deriva directamente de la Medicina Darvinista que reconoce la interacción entre todos los factores del entorno y entre todos los seres vivientes para ser victoriosos en la carrera por la vida. Por sus efectos impredecibles en los genes, los fenómenos epigenéticos viajan en tándem con estos últimos.

Por ejemplo la xenofobia, o temor de extraños, es fenómeno universal, que puede que esté asociado con el miedo a relacionarse con desconocidos cuyas enfermedades podríamos adquirir.

Un artículo reciente en Scientific American sugiere que la religiosidad misma se coliga con la higiene pública tanto física como emocional.

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Autodefensa…

Paul Ewald es uno de los pioneros en el campo de la biología evolutiva. Este científico nos recuerda que los microbios y nosotros hemos vivido en este planeta por millones de años y que compartimos nuestras necesidades para sobrevivir.

Los patógenos han obtenido, a veces, resultados espectaculares en este respecto, ya que cada día uno de ellos resulta insensible a los antibióticos conocidos.

Mientras que nosotros seguimos en la carrera por la vida, aumentando nuestros chances por medio de la investigación formal, aplicando cambios benéficos en nuestra dieta y practicando la aptitud tanto física como emocional.

En resumen

Para concluir, no debe de sernos sorprendente que los efectos de las infecciones involucren despertar en nosotros, y en otros animales infectados, comportamientos inexplicables que resultan de las manipulaciones del huésped y de cambios en la expresión de los genes, sin que asimismo el ADN cambie, como ya hemos estudiado en nuestras ponencias acerca de la epigénesis y los transposones.

La ley de la jungla, dicen algunos, que se resume en la máxima — erróneamente atribuida a la teoría evolucionista — que el pez grande se come al pequeño o que perros comen los perros — lo que no es así, como veremos.

Muchas de las enfermedades por carencia vitamínicas se expresan por medio de síntomas emocionales, como también lo hacen muchas de las enfermedades infecciosas y venéreas. Lo que significa que todas nuestras actividades y contactos con el mundo que nos rodea, de manera directa o indirecta impactan en nuestras mentes — si lo hacen en nuestros cuerpos.

La dieta que comemos, las drogas que consumimos, nuestros hábitos de salud, todo afecta nuestro balance homeostático y altera nuestros pensamientos.

Y, no es sólo lo trivial, sino que del mismo modo que un águila desmiembra su víctima — sino que a otro nivel, con la misma indiferencia al dolor de sus víctimas — abogados venales destruyen a quienes en ellos confían, banqueros corruptos saquean los fondos a ellos encomendados y políticos de la peor calaña mandan los hijos de su patria a morir para avanzar sus fines egoístas.

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No existen diferencias entre los motivos ulteriores de una avispa que planta su huevo en el abdomen de una araña desapercibida y los de cualquier individuo que acecha su presa para que, aprovechándose de ella, nutrirse de su sufrimiento.

Dijo Freud: "No es el paranoico quien está alienado. Locos somos nosotros. El paranoico es el cuerdo, ya que reconoce la inhumanidades de que el hombre es capaz contra sus semejantes…"

En la parábola de la Reina Roja, aplicada a la carrera desenfrenada que corremos contra los microbios que nos atacan, podemos decir que ellos gozan de sus humores y de sus secreciones químicas. Nosotros tenemos la inteligencia como ventaja — cuando la sabemos aplicar.

Pero mientras esto ocurre, la lucha por la supervivencia es una carrera eterna y sus protagonistas sólo actúan sus roles en esta tragedia biológica y universal.

"Nace el pez, que no respira, aborto de ovas y lamas, y apenas bajel de escamas sobre las ondas se mira, cuando a todas partes gira, midiendo la inmensidadde tanta capacidadcomo le da el centro frío: ¿y yo con más albedríotengo menos libertad?"

(Que la Vida es Sueño, Pedro Calderón de la Barca 1600-1681)

Bibliografía

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  • Larocca, F. E. F: (2007) Selección sexual y el problema de la gordura: Nuevas reflexiones en monografías.com

  • Larocca, F. E. F: (2007) La magia semántica: Destructo/Constructo… ¿Qué es? en monografías.com

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  • Ewald, P: (2004) Evolution of virulence in Infect Dis Clin North Am 18(1):1-15

  • Garrett, L: (1994) The Coming Plague: Newly Emerging Diseases in a World Out of Balance Farrar Straus Giroux

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca