Estudio teorico sobre el riesgo operacional para entidades financieras
Enviado por Arlenis García Suárez
- Resumen
- Introducción
- Estado del Arte de la Gestión de Riesgos Bancarios
- Criterios para analizar el riesgo en una institución financiera
- Estado de la Práctica de la Gestión de Riesgo en Cuba
- Importancia y necesidad de una Administración de Riesgos Bancarios para el sector empresarial y sector particular
- Conclusiones
- Bibliografía
Los cambios sustanciales experimentados en el Sistema Bancario Cubano en las últimas décadas, el incremento y reestructuración de las operaciones, y la fluctuación laboral acrecientan la ocurrencia de errores en la operativa bancaria, atentando contra su imagen corporativa y resultados. En esta investigación a partir de la valoración del tratamiento de la literatura especializada actual sobre la problemática de los riesgos bancarios, se realiza un estudio bibliográfico de los riesgos que afectan la actividad bancaria, se caracteriza el riesgo operacional, así como se analiza el estado actual de la Administración del Riesgo operacional para una Institución Financiera.
Palabras claves: Gestión, riesgos comerciales, procesos, administración, riesgos de negocios
El riesgo operacional no es un riesgo nuevo, como tampoco lo es el decir que no es exclusivo de las entidades financieras. Este riesgo es intrínseco a todas las actividades y procesos de cualquier sector. Lo novedoso es el intento de definirlo con la mayor precisión posible y situarlo en relación a los otros tipos de riesgos, el desarrollo de metodologías para identificarlo, la tentativa de medirlo, la exigencia de capital regulatorio para hacer frente a sus efectos adversos y los cambios del entorno de los negocios, de la competencia, de las tecnologías y de las actividades delictivas que originan nuevas modalidades de riesgo operacional.
A partir del año 1996, el Sistema Bancario Cubano ha experimentado cambios sustanciales en su contexto, con la creación de nuevos bancos y la estructuración de novedosos servicios en aquellos que ya existían, todo lo cual se ha traducido en mejoras evolutivas y desarrollo del mismo.
Paralelo a esto se han manifestado situaciones que son el resultado característico de los cambios, modificaciones y transformaciones acaecidas; encontrándose: El incremento de las operaciones, la reestructuración de algunas operaciones por efectos de nuevas disposiciones y la fluctuación del personal; incrementándose la ocurrencia de errores en la operativa bancaria.
Todo lo anterior expone al Banco al menos durante un período de tiempo considerable a la ocurrencia de sucesos o eventos negativos, atentando contra su imagen corporativa y en muchas ocasiones contra sus resultados.
En concordancia con lo anterior el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, ha enfocado su atención, desde el año 2003 al tratamiento del riesgo operacional, el cual se había considerado durante mucho tiempo como no cuantificable, mas atendiendo a la ocurrencia de eventos significativos asociados al mismo, se ha reconocido que puede representar un peligro sustancial para la solidez y seguridad del Sistema Bancario Internacional.
Tradicionalmente este riesgo ha sido administrado por las empresas bancarias y financieras a través del establecimiento de un conjunto de normas y controles operativos en sus diferentes procesos de negocio. Sin embargo, la mayor complejidad de las operaciones y productos bancarios, así como su creciente dependencia en la tecnología de información, han determinado que la administración de estos riesgos adquiera una mayor importancia, y que sea necesario complementar las técnicas tradicionales con nuevas herramientas.
El desarrollo de la teoría de riesgos ha permitido a las instituciones financieras conocer mejor la exposición de su cartera de productos y establecer las pérdidas a las cuales se expone. Sólo en tiempos recientes se ha explotado esta herramienta en el ámbito financiero debido a la similitud existente con uno de los principales riesgos que las instituciones financieras enfrentan, el riesgo operacional, vinculando a esto los análisis financieros los cuales hoy en día ofrecen gran incertidumbre.
Las finanzas, como disciplina científica, estudia la manera como se asignan recursos escasos a lo largo del tiempo en condiciones de incertidumbre; siendo una de las características principales con las cuales debe convivir una institución financiera. Todas las decisiones que se toman en el mundo de los negocios implican cierto grado de incertidumbre o de riesgo, por lo tanto, es importante evaluar los riesgos inherentes, antes de efectuar cada operación.
Una amplia serie de fenómenos, cuyo comportamiento es impredecible, tiene un impacto directo en el desempeño de dichas instituciones. En el caso de las instituciones bancarias, ellas tienen que hacer provisiones de capital para hacer frente a pérdidas originadas tanto por la calidad crediticia de sus deudores como por los cambios en los factores de mercado que afectan su cartera de productos.
Al examinar un proyecto de crédito para una empresa, un banco está realizando una evaluación acerca de la capacidad de ésta para reembolsar su deuda y estará especialmente interesado en los indicadores de liquidez y rentabilidad.
Los bancos actúan libremente para otorgar préstamos a sus clientes bajo rigurosos análisis de riesgos, además funcionan bajo las regulaciones de supervisión bancaria establecidas por el Banco Central en concordancia con las normas internacionales del Comité de Basilea y en el Banco Internacional de Pagos[1]así como existen además normas para la prevención del fraude y el lavado de dinero.
El Banco Central de Cuba, como organismo rector del sistema financiero regula y supervisa las instituciones financieras y bancarias del país y a su vez establece dentro de sus funciones la Supervisión Bancaria y el Control de Cambios.
El Órgano de Supervisión Bancaria está facultado para dictar las normas, procedimientos y regulaciones necesarios, además de velar porque las instituciones financieras cumplan con las leyes, reglamentos y otras disposiciones que las rijan con el fin de ejercer una amplia fiscalización de sus operaciones y negocios. Esta entidad ha emitido regulaciones relacionadas con el análisis de riesgo en las instituciones financieras entre las que podemos citar la Instrucción No.15/2001 sobre el "Otorgamiento Control y Recuperación de los Financiamientos", el Acuerdo No. 186/1999 sobre las "Normas de Concentración de Riesgo" así como la Resolución No. 27/1997 que crea la "Central de Información de Riesgos".
Objetivo General: Realizar un estudio bibliográfico de los riesgos que afectan la actividad bancaria a partir de evaluar el Riesgo Operacional, analizando el estado actual de la Administración del Riesgo operacional para una institución financiera.
DESARROLLO
Estado del Arte de la Gestión de Riesgos Bancarios
1.1.1: Fundamentos teóricos del Riesgo.
El riesgo es un término que se considera fundamental, por su vínculo con todo el que hacer, se puede afirmar que no hay actividad de la vida, los negocios o de cualquier asunto que no lo incluya, es por ello que la humanidad desde sus inicios buscó maneras de protegerse contra las contingencias y desarrolló, al igual que la mayoría de las especies animales, maneras de evitar, minimizar o asumir riesgos a través de acciones preventivas.
El riesgo es parte inevitable de los procesos de toma de decisiones en general y en los procesos de inversión en particular. Está asociado también a inseguridad, duda o insuficiente conocimiento que en mayor o menor grado rodea a los hechos económicos y sus resultados, así como la afectación y carácter no deseable de algunos de los efectos que se deriven de ellos, constituyen las bases para la existencia de riesgo. Varios autores: García Soldevilla, E. (1990); Cooper & Chapman (1994); Philippe Jorion (1999); Portillo Tarragona (2001); Marino Rodríguez, Frías C. & Souquetc (2002), entre otros, han pretendido dar definiciones al término analizado. Las diversas definiciones de riesgo existentes, demuestran que el mismo es adaptado según la actividad por la cual se exponen los entes económicos, entendiéndose desde distintos puntos de vista, como son:
En Economía: Conjunto de dificultades y peligros que debe afrontar el empresario para conseguir beneficios en su actividad, o la probabilidad de no obtener el resultado esperado y deseado.
Para el Mercado Financiero: La imputación de riesgo de un activo financiero en concreto respecto del riesgo de una cartera diversificada, depende de cómo reacciona el rendimiento de ese título a una subida o bajada general de todo el mercado.
Para Instituciones Financieras: El riesgo aparece cuando la entidad asume, mediante la intermediación la responsabilidad de cumplir sus obligaciones con los ahorristas e inversores, lo que va a depender en gran medida de la amortización en tiempo y forma de los deudores del banco. Riesgo que asume al financiar a terceros. Es decir, financiación total aportada por el banco y dispuesta por el cliente. Es la suma de créditos dispuestos, efectos descontados y pendientes de cobro, préstamos, entre otros.
En consecuencia con lo anteriormente expuesto se considera que los conceptos abordados por los autores antes mencionados son válidos, destacando aspectos relevantes que permitan comprender su importancia dentro del contexto de la gestión de riesgos como:
1. El riesgo se asocia con incertidumbres de que un suceso pueda ocurrir.
2. Exposición a determinada eventualidad económica desfavorable.
3. Acontecimiento futuro posible e incierto de naturaleza objetiva, cuya ocurrencia causa un daño concreto.
4. Grado de probabilidad de pérdida.
5. Posibilidad de que un suceso ocurra y provoque pérdidas a una persona natural o jurídica, en sus personas o bienes.
6. Amenaza de contingencia dañosa.
1.1.2. Análisis del Riesgo Bancario.
Un banco es un tipo muy especial de empresa, en la cual se capta dinero del público y este es dado en préstamos – conjuntamente con recursos propios de la entidad – a terceros, quienes pagan intereses por el uso del dinero. Así, usualmente los recursos con los que un banco genera sus ingresos son, en parte propios (patrimonio o capital), y mayoritariamente ajenos (depósitos del público). Por ello, dado que la mayoría del dinero que un banco administra no le pertenece, la gestión bancaria requiere un proceso constante de evaluación y medición de los riesgos a los que se exponen los recursos de los depositantes en las operaciones de la entidad.
El riesgo está ligado a la incertidumbre que rodea en general a cualquier hecho económico, en el sentido de contingencias que pueden ocasionar pérdidas. El mismo reviste una gran complejidad en el negocio financiero dada la multiplicidad de formas que presenta y las interrelaciones entre ellas.
La labor de intermediación financiera tiene un rasgo inherente: el riesgo bancario; éste existe porque los pasivos de un banco son ciertos, mientras que sus activos siempre presentan algún grado de incobrabilidad o irrecuperabilidad. Es por ello que las entidades y las autoridades, entre cuyos fines se encuentra el de promover el sano desarrollo del sistema financiero, participan en la regulación de los intermediarios financieros y de las operaciones que estos realizan, y justifica la creación de entidades avocadas a la supervisión bancaria. La labor de intermediación financiera no debe poner en riesgo el dinero de sus clientes, ya que ello provocaría la pérdida de la confianza, fuga de capitales y el colapso, no sólo de una institución en particular, sino del sistema financiero del país.
El riesgo bancario se refiere a todos los distintos tipos de riesgos que enfrentan las instituciones bancarias cuando llevan a cabo sus actividades. Normalmente, este varía dependiendo del tipo de negocios que desarrolle dicha institución.
Su administración suele ser regulada por los organismos supervisores de la banca (Superintendencias) en cada país individual. Una preocupación básica de estos organismos es asegurar que cada entidad bancaria pueda devolver los depósitos del público, lo que requiere de un nivel adecuado de capital para que, en caso de una pérdida, ésta se cubra con recursos propios y no con dinero del público. Por ello, cada entidad debe tener un capital proporcional a los recursos que arriesga y al nivel de riesgo al que los expone. Esta relación entre lo propio y lo arriesgado se conoce como Nivel de Solvencia, y determinar su proporción ideal es objeto de esfuerzos internacionales.
Un banco administrado sobre la base de evitar todos los riesgos o tantos como sea posible será una institución estancada, y atenderá de manera deficitaria las necesidades crediticias de su clientela. Sin embargo, una institución que asume riesgos excesivos, o los asume sin reconocer aún su existencia o magnitud, seguramente encontrará dificultades.
Reflejando las características mencionadas, el Riesgo Bancario podría definirse como: Probabilidad de que los precios de los activos que se posean se muevan adversamente ante cambios en las variables macroeconómicas que los determinan, es decir riesgo que asume el banco al financiar a terceros.
1.1.3 Tipología de Riesgos Bancarios.
Como se ha mencionado, el riesgo nace de la incertidumbre actual respecto a lo que puede ocurrir en el futuro. En ese sentido tal y como señala Ortega (1993)6 "…el negocio de la banca es gestionar riesgos, siendo este el riesgo en gestionar la complejidad inherente al juego de equilibrios entre el riesgo y la rentabilidad…"
Las instituciones financieras desarrollan una actividad de gran responsabilidad, pues sus negocios involucran los ahorros del público y los recursos que tienen establecidos con algún propósito y por la naturaleza de sus operaciones, tienen riesgos intrínsecos que han sido definidos y clasificados como: (Tabla 1.1).
Tabla 1.1: Diferentes tipo de riesgos bancarios.
Categorías de Riesgos Bancarios |
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Fuente: En aproximación a diversos autores: (Bruce,J.,1994, Soldevilla E,1996, Jorion P,1999; Portillo Tarragona,2001; Ramos R, 2000) |
Los cuales son definidos según la actividad bancaria como:
1. Riesgo de Crédito: Es la posibilidad de incurrir en pérdidas por el incumplimiento, total o parcial, del Cliente de las obligaciones contractuales contraídas con el intermediador financiero, teniendo implícito el riesgo de insolvencia. Es el riesgo financiero típico, asociado a las operaciones de préstamo, crédito, aval y otras. Estos pueden ser:
1. Riesgos Directos: Se derivan de los préstamos o créditos, de dinero, concedido por la institución o de las operaciones de arrendamiento financiero que la misma concierte con sus clientes.
2. Riesgos Indirectos: Los contraídos por la entidad con quienes garantizan o avalan operaciones de riesgo directo y en especial los avales, afianzamientos y garantías personales.
3. Riesgo de Liquidez: Incertidumbre derivada de una falta de adecuación entre los vencimientos de las operaciones o consecuencia de una estructura de pasivos y activos que no permita hacer frente a las obligaciones de pago. Este riesgo no implica que un participante es insolvente puesto que puede ser capaz de liquidar las obligaciones requeridas en un momento posterior no especificado.
4. Riesgo de Mercado: Riesgo de incertidumbre sobre el valor de mercado en el futuro de determinados activos y/o pasivos (o de una cartera de ellos) por variaciones de precios de mercancías, títulos, tasas de cambio y tasas de interés. Se deriva del hecho de que hay otros peligros en el conjunto de la economía que amenazan a todos los negocios; es por esto, que las acciones tienden a moverse en el mismo sentido y esta es la razón por la que los inversores están expuestos a las "incertidumbres del mercado", independientemente del número de acciones que posean.
5. Riesgo Operacional: Es el riesgo de pérdida directa o indirecta causada por una insuficiencia o falla en los procesos, personas y sistemas internos o por un acontecimiento externo.
6. Riesgo Legal: Es el riesgo de pérdida debido a la existencia de documentación o asesoría legal inadecuada o incorrecta o la no existencia de las mismas, o a la puesta en vigor inesperadamente de disposiciones legales en el país donde se ejecuta la contratación o la operación, así como el surgimiento de procesos legales que puedan afectar el patrimonio de las partes vinculado con el financiamiento. Incluye decisiones gubernamentales o administrativas que comprenden un cambio en el status legal en la entidad objeto del crédito, derivando en un incumplimiento de las obligaciones de pago.
10. Riesgo país: Representa el posible efecto negativo que la actividad política, social, legal, económica y cultural de un país puede tener en el valor de la inversión extranjera localizada en dicho lugar.
11. Riesgo de Tipo de Cambio: El riesgo cambiario puede definirse como la posibilidad de incurrir en pérdidas que pudieran ocasionar las fluctuaciones en el tiempo de los tipos de cambio de las monedas en términos de una moneda dada, que puede ser la local o una extranjera seleccionada.
12. Riesgo de Tasa de Interés: Es la posibilidad de pérdidas futuras en el conjunto del balance, como consecuencia del diferente vencimiento de las operaciones activas, pasivos y de fuera de balance, ante movimientos adversos en el tipo de interés. Puede definirse como el riesgo derivado de las fluctuaciones en las tasas de interés de los activos y pasivos de un agente económico. (Lama y Cardona analizan la sensibilidad del activo y pasivo a las variaciones del tipo de interés en las entidades financieras)7.
13. Riesgo de Contagio: El riesgo de contagio se produce a través de la existencia de exposiciones con entidades de un mismo grupo empresarial (dígase unión de empresas u organismos con independencias internas fuertes), y su gravedad es directamente proporcional al tamaño de dichos riesgos.
Si bien solo se ha listado un conjunto de riesgos dentro de los existentes, es importante señalar que en este trabajo se ha prestado atención al riesgo operacional, por ser uno de los más difíciles de cuantificar.
1.1.4. Elementos distintivos del riego operacional.
El Comité de Basilea reconoce que, riesgo operacional es un término que tiene una variedad de significados en el sector bancario, y por lo tanto, para fines internos, los bancos pueden establecer sus propias definiciones del riesgo operacional. Sea cual sea la definición exacta, es ineludible que los bancos entiendan claramente qué significa el riesgo operacional para una efectiva administración y control de esta categoría de riesgo.
En la exploración teórica realizada se constató que solo existe la definición emitida por el Banco Central de Cuba en la Instrucción No 39 de Abril del año 2006, que hace eco de la definición de riesgo operacional establecida por BASILEA y dispone que: Es el riesgo de pérdida directa o indirecta causada por una insuficiencia o falla en los procesos, personas y sistemas internos o por un acontecimiento externo. Esta definición incluye el riesgo legal.
Resumiendo ambos conceptos tenemos que la definición de riesgo operacional es aquel riesgo que surge como consecuencia del tratamiento a grandes volúmenes de transacciones, con el consiguiente peligro de pérdida de datos, errores humanos, errores de sistema, fraudes y sucesos externos.
La definición de Riesgo Operacional, adoptada por estas instituciones, se basa en las causas que lo provocan: "procesos o procedimientos internos", "sistemas", "personal" y "acontecimientos externos". De este modo se está definiendo y clasificando el riesgo en función de las causas que lo originan y no del efecto o las consecuencias que estas puedan desencadenar.
Los principales efectos adversos que este riesgo puede provocar, se encuentran clasificados en 5 grupos:
I. Por errores en los procesos
II. Por errores derivados del área de Recursos Humanos
III. Por errores tecnológicos y de sistemas
IV. Por hechos delictivos (internos/externos) y actividades no autorizadas: Abarca las situaciones derivadas de la comisión de hechos delictivos y la ejecución de acciones y/o actividades no autorizadas.
V. Por desastres
La experiencia cubana en la determinación y evaluación de los riesgos operacionales en las Instituciones financieras es limitada y reciente, hasta el momento se han iniciado muy pocas investigaciones sobre el tema por lo difícil que resulta cuantificar e identificar este riesgo, si tenemos en cuenta que las principales causas que lo originan son los errores humanos, en ocasiones difíciles de detectar y otros provocados por las redes de comunicaciones, los que solo se logran identificar en un tiempo remoto. Lo que traería consigo descuadres en las operaciones tramitadas.
Los eventos asociados a los riesgos de operación considerados como potenciales de resultar en pérdidas significativas son:
Fraude interno: Actos destinados a defraudar, usurpar la propiedad o evadir la regulación, la ley o las políticas de la institución que involucren al menos una parte interna. Ejemplos: Reportes intencionalmente errados, fraude por parte de empleados y utilización por parte de un empleado de información privilegiada.
Fraude externo: Actos por parte de terceros, destinados a defraudar, usurpar la propiedad o evadir la ley. Ejemplos: robo, falsificación, emisión de cheques sin fondos, etc.
Prácticas relacionadas con los clientes, los productos y el negocio: Fallas negligentes o no intencionadas que impidan cumplir con las obligaciones profesionales con clientes específicos o derivadas de la naturaleza o diseño de un producto. Ejemplo: brechas fiduciarias, mal manejo de la información confidencial de clientes, actividades de negocio inapropiadas por parte de la institución, lavado de dinero y venta de productos o prestación de servicios no autorizados.
Daño a los activos físicos: Pérdida o daño a los activos físicos debido a desastres naturales u otros eventos tales como terremotos, incendios, inundaciones, actos de terrorismo y vandalismo.
Interrupción del negocio y fallas en los sistemas: Interrupción de las actividades de la institución o fallas en los sistemas de información. Ejemplos: fallas en el software o hardware, problemas de telecomunicación y cortes en los servicios públicos.
Administración de la ejecución, la entrega y el proceso: Fallas en el procesamiento de las transacciones o en la administración del proceso, y en las relaciones con las contrapartes y los proveedores. Ejemplos: Errores en el ingreso de los datos, fallas en la administración de colaterales, documentación legal incompleta, acceso no aprobado a las cuentas de clientes, desempeño inadecuado de las contrapartes no clientes y disputas con los proveedores.
Todo lo analizado lleva a determinar que el riesgo operacional es la pérdida ocasionada por eventos que afectan la operatividad de las entidades, por cualquier causa.
Todas las operaciones de activo representan un riesgo para las instituciones financieras debido a que, por un lado, nunca se puede saber absolutamente todo respecto al cliente y, por otro lado, el cumplimiento de las obligaciones de pago depende de lo que suceda en el futuro y no de lo que aconteció en el pasado.
Los clientes que tienen excedentes de recursos ofrecen a la institución sus recursos financieros y a cambio, ésta les recompense con seguridad, rentabilidad, liquidez y un buen servicio. Con este ahorro que realizan los oferentes, la institución financiera concede préstamos a los clientes que demandan recursos financieros. Estos clientes dedican dichos recursos a gastos, consumos o inversiones. (Figura # 1)
Figura 1: El riesgo que asume las entidades financieras al realizar un préstamo
Fuente: Banco de Crédito y Comercio, Curso Multimedia Introductoria sobre el Análisis, Gestión y Control del Riesgo de Crédito en las Entidades Financieras, 2002. ENTIDAD FINANCIERA
Las instituciones financieras prestan el dinero cedido por los clientes, sin controlar posteriormente el destino y la utilización del mismo, ya que es administrado por los clientes que han demandado recursos financieros. Esa es la base del riesgo asumido por las instituciones financieras.
Como consecuencia, la institución financiera deberá tener en cuenta los siguientes criterios, a fin de analizar las operaciones con la mayor objetividad:
SEGURIDAD: Cualidad de estar exento de todo peligro o riesgo. Las instituciones financieras no están exentas de riesgo debido a que ninguna operación de activo es totalmente segura. Por ese motivo, el principal elemento a tener en cuenta en la concesión de una operación de riesgo es la seguridad de reembolso. Estas deben aumentar la probabilidad de devolución de los préstamos concedidos, la cual depende de la capacidad de devolución del préstamo y de las garantías presentadas.
RENTABILIDAD: Relación entre los beneficios y una masa patrimonial del balance de situación. La rentabilidad de las instituciones financieras, se obtiene por la diferencia entre el cobro de intereses y comisiones en las operaciones de activo y el pago de intereses en las operaciones de pasivo.
LIQUIDEZ: Proximidad a su conversión en dinero. Las instituciones financieras, a fin de asegurar el objetivo de liquidez, deben equilibrar su activo, en lo que respecta a sus plazos de recuperación y su pasivo, en lo que respecta a sus plazos de exigibilidad.
En base al equilibrio de su balance de situación, cada institución financiera establecerá la política de plazos más adecuada. Cuanto más a corto plazo sean las inversiones con clientes, menos peligra el objetivo de liquidez y sobre todo, se minimiza el riesgo adicional de la variación constante de los tipos de interés del mercado.
1.2.1 Análisis de la interrelación del riesgo de crédito bancario con el riesgo operacional.
En la actividad bancaria, en cada operación que se realiza está implícito el riesgo operacional, una de las cuestiones que más riesgo provoca al banco es precisamente el conceder un crédito ya sea a una Entidad estatal o a una persona natural; crédito se equipara con confianza, la cual se concreta cuando la entidad financiera entrega, promete la entrega de dinero a sus clientes o de bienes valorables en dinero, con el objetivo de recuperar siempre el importe prestado. La confianza se basa fundamentalmente en la promesa de devolución por el acreditado (Persona o entidad que recibe el crédito y debe devolverlo) y en su capacidad de cumplirla.
Figura # 2: Relación del crédito con confianza
Fuente: Banco de Crédito y Comercio, 2002.
Los conceptos de riesgo y crédito son inseparables. El crédito ideal sería aquel que de una seguridad total o un riesgo nulo, pero en la práctica eso es casi imposible: NO HAY CRÉDITO SIN RIESGO. De esta manera se define el riesgo de crédito bancario como la probabilidad de que se presenten problemas en la recuperación parcial o total de un desembolso realizado en una operación crediticia, o de que la entidad tenga que hacer frente a garantías presentadas ante terceros por cuenta de sus clientes.
Para las entidades financieras no es suficiente recuperar el dinero prestado, sino que además deberá obtener un rendimiento por las funciones de intermediación y por la asunción del propio riesgo del crédito, estableciendo como condición necesaria la recuperación del dinero prestado y como condición suficiente la recuperación del dinero prestado más los beneficios por la operación. Luego además del binomio riesgo-crédito, habrá que incorporar al mismo el concepto de beneficio o rentabilidad de la operación de intermediación financiera.
El riesgo de crédito se ocasiona por el posible incumplimiento de la obligación de pago por parte del acreditado, tanto en operaciones crediticias que hayan supuesto desembolso, como en las que no suponen desembolso pero cuyo cumplimiento está garantizado por el Banco. Es sin lugar a dudas el riesgo de mayor relevancia dentro de la actividad bancaria.
Entre las causas del riesgo de crédito destacan:
El riesgo de insolvencia del acreditado:
El riesgo de insolvencia se deriva de la incapacidad económica-financiera de los clientes de activo para atender sus compromisos de pago en la entidad financiera. Este riesgo se manifiesta después de la concesión de la operación bajo doble circunstancia:
Morosidad de la operación, como síntoma objetivo, observable y anticipado de su probable siniestralidad futura y definitiva.
Insolvencia del titular apreciado para su situación económico – financiera, declaración concursal o litigio que ofrece dudas razonables sobre su capacidad de reembolso.
El riesgo jurídico de la formalización crediticia:
El riesgo nace por defectos de la formalización de las operaciones crediticia (contenido de contratos principales, cláusulas adicionales no intervención de documentos por fedatario publico, etc.) Debe tenerse en cuenta que la inserción de cualquier cláusula no estándar deberá ser previamente autorizada por el área jurídica de la entidad financiera.
El riesgo operativo en la tramitación:
Se origina, por errores en la operativa diaria de los instrumentos jurídicos (contabilización, liquidación en fecha, control de valor vencimiento de garantías, etc.). En general estos errores tendrán una causa interna a la propia entidad dependiendo de su organización y métodos de financiamiento.
1.2.2. Relación riesgo – seguridad – rentabilidad.
En toda operación de crédito bancario habrá siempre que considerar el efecto de la combinación: Riesgo – Seguridad – Rentabilidad, lo cual conlleva a plantear que a menor riesgo más seguridad, pero menos rentabilidad; a menor seguridad, se origina un mayor riesgo y por consiguiente, se espera que exista una mayor rentabilidad de la operación crediticia. De esta forma se presentan como alternativas de la gestión de riesgo las siguientes:
Tabla 1.2: Comportamiento de la relación riesgo – seguridad – rentabilidad en una operación crediticia.
Fuente: Revista BCC, Yera Cano y colectivo de autores en: Factores que influyen en la determinación del riesgo de crédito bancario, Abril – Junio 2004, Año 7 No. 2.
Sin embargo, la realidad hace que a mayor competencia la seguridad disminuye; por el contrario el riesgo aumenta y la rentabilidad se hace cada vez más baja.
1.3.1: El Proceso de Gestión de Riesgo Bancario.
La gestión de riesgos no es mas que una serie de políticas, limites y dimensiones que se emplean para determinan el nivel y mezcla adecuada de riesgo que una institución puede y debe asumir. Intento sistemático de obtener cierto grado de protección para las instituciones hacia la exposición al riesgo, primero detectándolo, midiéndolo, y después controlándolo, de manera que su objetivo principal no es eliminarlo completamente sino manejarlo de manera óptima y acorde a los intereses de la institución, buscando siempre la salud financiera del negocio.
Es considerada como una tecnología de avanzada, de relevante importancia para el desarrollo de la actividad gerencial en general. Ocupa hoy un papel de primer orden, entre las técnicas más modernas utilizadas en el mundo, para administrar acertadamente los riesgos y disminuir y eliminar de esa manera los efectos negativos que causan el patrimonio individual, empresarial e institucional, la ocurrencia de determinados acontecimientos indeseados. Los fundamentos de la Gestión de Riesgos están sintetizados en la siguiente definición:
"Función de una organización que tiene como objetivo la conservación de los activos, de la cuenta de resultados y del poder de generación de beneficios, mediante la minimización, a largo plazo, del efecto financiero de las pérdidas accidentales".
La Gestión de los Riesgos ocupa un lugar importantísimo en la protección y prevención de los mismos, en todas las organizaciones. Las instituciones bancarias y financieras en general, no son una excepción, pues como cualquier organización de estos tiempos se enfrenta a riesgos de diversos tipos actuales y potenciales que afectan y pueden afectar el quehacer socioeconómico de esta importante institución.
En la década de los noventa la industria bancaria ha transitado por una cultura bancaria de aversión al riesgo a la gestión óptima del mismo y en la búsqueda de un equilibrio inestable entre rentabilidad y exposición (al riesgo). La mayor movilidad internacional de los recursos, la diversificación de los productos financieros y el surgimiento de la volatilidad a nivel global son factores que confluyen en la necesidad de adoptar métodos y procedimientos para el control de riesgos. En la actualidad las entidades financieras cuentan con diferentes herramientas internas y gerenciales para evaluar permanentemente los riesgos.
Prácticamente todos los bancos del mundo deben incorporar durante los próximos años, los nuevos procedimientos de gestión del riesgo que se regulan mediante el documento preparado por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea titulado "Convergencia Internacional de Medidas y Normas de Capital" conocido comúnmente como Basilea II.
El país ha avanzado significativamente en la administración de sus riesgos financieros, especialmente en el área de riesgos. Transitar hacia modelos de medición de provisiones basados en la expectativa de pérdida resulta fundamental en un esquema de administración prudente de la cartera de créditos, redundará en mayor eficiencia y control de los procesos por parte de la banca. Coincidimos con el Instituto de Finanzas Internacionales que señala que el principio básico en la gestión de este riesgo es que cada institución desarrolle el enfoque que mejor se ajuste a su modelo de negocio y posición en el mercado. La regulación y supervisión, antes que indicar cómo hacerlo, deben velar porque las entidades cuenten con la capacidad organizativa y las herramientas para gestionar su riesgo.
Por lo tanto, la Administración Integral de Riesgos es un conjunto de objetivos, políticas, procedimientos y acciones que se implementan para identificar, medir, monitorear, limitar, controlar, informar y revelar los distintos tipos de riesgos a que se encuentran expuestas las instituciones financieras. Se trata de un proceso continuo que requiere por parte de las organizaciones el desarrollo de políticas (Las políticas son el resultado de definiciones sobre estrategias para enfrentar los riesgos), metodologías (Los métodos incorporan mecanismos de valuación de los distintos tipos de riesgos a que puede estar expuesta una organización, tales como riesgos de mercado, de crédito y riesgos operacionales) e infraestructuras (La infraestructura se refiere a la creación y mantenimiento de las bases de datos con información pertinente, el equipamiento físico y de sistemas, y también a la capacitación de personal y el desarrollo de habilidades técnicas y gerenciales).
La temática del riesgo bancario es una de las más interesantes dentro del estudio de la actividad no solo por la gran diversidad de factores que involucra, sino por las severas implicaciones que puede tener para la propia supervivencia de las instituciones financieras bancarias.
La indisoluble relación que debe existir entre el sector bancario y empresarial conlleva a analizar resultados económicos, situaciones financieras en entornos cada vez mas inciertos, lo que genera inevitablemente factores de riesgos en ambos sectores; todo esto depende entonces de si se gestionan o no los riesgos. Esta es una de las razones de que en las últimas décadas el riesgo pasa a ser una categoría clave en la condición humana y en las ciencias sociales en nuestro tiempo.
El nuevo marco internacional, caracterizado por la globalización, la ampliación y liberalización de los mercados, la internacionalización de las economías y de las empresas, ha creado un nuevo paradigma de riesgo que afecta a todos los ámbitos de la economía y la empresa. El incremento de las relaciones e interacciones económicas, clásicas y de nueva generación, ha generado un mundo más interrelacionado, con contactos (voluntarios o involuntarios) más continuos y complejos que inciden directamente en la volatilidad y en la estabilidad.
La exposición de las empresas a esta nueva dimensión (cuantitativa y cualitativa) del riesgo económico y financiero está propiciando la incorporación a la gestión empresarial de mecanismos de control del riesgo escasamente previsibles hace unos años. Además, el proceso de adaptación de la empresa a este nuevo entorno competitivo incierto ha motivado el desarrollo de importantes mecanismos e instrumentos de información en todos los ámbitos y funciones empresariales.
La meta u objetivo principal de cualquier empresa es la creación de valor para sus accionistas en particular y para la sociedad en general (a la que ofrece bienes y servicios), para lo cual debe gestionar de la forma más eficiente posible todos los recursos utilizados y los riesgos generados por los negocios en los que está inmersa. Desde este punto de vista, la gestión de riesgo se convierte en un factor crítico de la estrategia y del proceso de toma de decisiones de la entidad. Bajo esta filosofía, la administración de riesgo debe ser la función principal de cualquier institución, en torno a la cual se deben estructurar el resto de las funciones. Esto implica que todas las áreas deben estar involucradas directa o indirectamente en la función de la gestión de riesgo y, por tanto, la estructura organizativa de la institución debe ser definida en total sintonía con dicha filosofía.
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