- Introducción
- ¿Cómo fue el surgimiento, la ubicación y el tiempo de duración de arte románico?
- Enumera y describe los tipos de arquitecturas características de este arte
- ¿Cuáles son las características formales de la escultura y donde se colocaban en la arquitectura?
- ¿Qué temas desarrolló la escultura?
- ¿Cómo fue la técnica de composición de la pintura y que temas desarrollo?
- Describe como eran las características de los manuscritos o miniaturas
Introducción
Hacia el año 1000, se produce en Europa occidental una recuperación demográfica, económica y cultural. Los siglos anteriores estuvieron marcados por la expansión del Islam, las guerras, las invasiones de los normandos, sarracanos y magiares y por el fantasma del hambre. En esta época comienza la consolidación del nuevo sistema feudal caracterizado por la división de la población en estamentos: nobleza, clero y tercer estado. El dinamismo de este mundo en expansión se manifiesta en vastas empresas político-económicas como el avance de la conquista de los territorios musulmanes en la península ibérica por los cristianos, la proclamación de las cruzadas, etc.
Hacia el siglo XI surge un estilo sabio y uniforme, denominado románico, recibe este nombre debido a las lenguas provenientes del latín que se conocen como romances. La palabra encierra dos conceptos: la semejanza entre el proceso de formación de las lenguas romances y el de las artes figurativas, realizadas en los mismos países y en el mismo tiempo, uniendo cuanto quedaba de la gran tradición romana con las técnicas y tendencias bárbaras. El románico tiene sus orígenes en el Cisma de Oriente producido en 1054, cuando se establece una separación entre la iglesia ortodoxa y la católica propiamente dicha. El románico surge en el siglo XI a partir de la abadía de Cluny como arte de la cristiandad europea reunida en torno al Papa de Roma. Se difunde por las peregrinaciones y perdurará hasta bien entrado el siglo XII, aunque en algunas zonas permanecerá hasta el siglo XIII. Es un arte didáctico que pretende la educación religiosa del pueblo.
¿Cómo fue el surgimiento, la ubicación y el tiempo de duración de arte románico?
El Románico fue un estilo artístico predominante en Europa en los siglos XI, XII y parte del XIII. El románico supone el arte cristiano, agrupando las diferentes opciones que se habían utilizado en la temprana Edad Media (romana, prerrománica, bizantina, germánica y árabe) y consiguiendo formular un lenguaje específico y coherente aplicado a todas las manifestaciones artísticas.
En el periodo románico, los temas tratados por los artistas fueron esencialmente de tipo religioso. Existía gran preocupación por difundir el cristianismo, y las imágenes cumplían una función didáctica: se enseñaba la religión por medio de ellas, dada la escasa cantidad de personas alfabetizadas. La vida de Jesús, de los santos y los mandamientos, eran representados en imágenes.
Desde el siglo VIII, una serie de acontecimientos históricos posibilitaron la renovación y expansión de la cultura europea: la subida al trono de Francia de los Capetos, la consolidación y difusión del cristianismo, el inicio de la Reconquista en la Península Ibérica y, fundamentalmente, el nacimiento de las lenguas románicas, son los hitos que marcaron el surgimiento del arte románico.
Alrededor del año 1000, una expansión generalizada en los ámbitos económico y cultural propició un importante crecimiento demográfico en las sociedades occidentales, roturándose nuevas tierras y abriéndose antiguas rutas de comercio, que posibilitaran los caminos de peregrinación. Toda Europa se vio invadida por una auténtica fiebre constructiva; se había conseguido formular un arte capaz de representar a toda la cristiandad: el Románico. Recibe el nombre de románico por coincidir su floración con la aparición de las lenguas románicas o romances. Otras fuentes afirman que fue en el siglo XIX cuando el arqueólogo Charles de Gerville dio este nombre a la arquitectura cristiana occidental de los siglos X al XII, por alusión a la arquitectura romana, en la que se suponía que se había inspirado. Se sitúa anterior al arte gótico , y luego de la caída del Imperio Romano.
No fue producto de una sola nacionalidad o región, sino que surgió de manera paulatina y casi simultánea en Italia, Francia, Alemania, España, Holanda, Noruega, Irlanda, Inglaterra, etc. En cada uno de estos países surgió con características propias, aunque con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional, con un ámbito europeo.
En Francia, el Románico alcanzó gran vigor y difusión gracias al Monasterio de Cluny (desaparecido en su mayor parte), centro irradiador del nuevo arte. Surgieron varias escuelas o centros artísticos, cada uno con características particulares y propias. Algunos de los monumentos más destacados son:
La basílica de Saint-Sernin de Toulouse
La iglesia abacial de santa Fe de Conques
La basílica de la Magdalena, en Vézelay
San Trófimo, en Arlés, destacable por su conjunto escultórico
La catedral de Angulema
Notre-Dame-la-Grande, en Poitiers
La Abadía de Saint-Savin-sur-Gartempe, con uno de los conjuntos pictóricos más relevantes del románico francés.
En Alemania, el Románico siguió la estela del arte otoniano, creando conjuntos arquitectónicos de gran monumentalidad, muchos de los cuales aportan soluciones completamente novedosas, como la solución de doble cabecera o Westwerk. Podemos citar entre los más señeros:
Las catedrales de Worms, Maguncia y Espira
La iglesia de santa María del Capitolio en Colonia
a Abadía de Santa María Laach (Renania-Palatinado)
En Hungría, el arte Románico evolucionó bajo una fuerte influencia germánica, puesto que luego de que los húngaros fueron cristianizados en el año 1000 y paulatinamente recibieron a muchos nobles y clérigos germánicos que arribaron al reino para ocupar cargos eclesiásticos y militares. Para mediados del siglo XI resultaba frecuente en basílicas húngaras y claustros el uso de ábsides cerradas con tres arcos semicirculares colocadas en lugares con tres naves sostenidas por pilares que descansaban en soportales, caracterizado por esta cubierto por una armadura abierta, a excepción de la semicúpula que cubría el ábside. Fue muy común este estilo en las estructuras religiosas de:
La catedral de Vác construida por el rey Géza I de Hungría alrededor de 1074.
La iglesia benedictina de Garamszentbenedek construida también por órdenes del rey anterior cerca de 1075.
La abadía de San Edigio en Somogyvár, fundada por el rey San Ladislao I de Hungría en 1091.
Iglesia de Lébény, en Hungría
En Italia, la herencia clásica y paleocristiana dejó sentir profundamente. Como aportación original, surgió allí el estilo lombardo, un arte prerrománico que se extendería después por otras regiones como Cataluña o Provenza. Los edificios románicos italianos se distinguen por su suntuosidad y decorativismo, a la vez que por su claridad estructural. Algunos de los más destacados son:
La catedral de Parma
La basílica de san Ambrosio de Milán
La basílica de san Zenón de Verona
La basílica de san Miguel de Pavía
Las catedrales de Trento y Módena
La basílica de San Miniato al Monte, en Florencia
Sin duda, el monumento románico más difundido de Italia es la Catedral de Pisa, excepcional conjunto que incluye el Baptisterio, el edificio catedralicio propiamente dicho y el campanario (Torre Inclinada de Pisa).
En España, el Románico floreció en los territorios cristianos, al amparo de la ruta de peregrinación jacobea. El Románico español es uno de los más ricos y variados de Europa. Son particulares los influjos islámicos, catalanes, franceses, lombardos y visigodos que se amalgamaron para crear un estilo propio. Muchos y muy importantes son los monumentos que se conservan, destacándose dos focos principales, centrados en Castilla y Aragón. Sin duda, la obra fundamental del Románico hispano es la Catedral de Santiago de Compostela, modelo de iglesia de peregrinación, con conjuntos escultóricos (Pórtico de la Gloria) de entre los más singulares de Occidente. A lo largo del Camino de Santiago fueron surgiendo algunos de los hitos románicos en suelo español, como la catedral de Jaca, San Martín de Frómista o San Isidoro de León. Desde allí irradiaría el estilo a zonas más alejadas, expandiéndose por todo el norte peninsular.
En la actualidad, algunos de los mejores conjuntos románicos de España se concentran en Castilla y León:
La Real Basílica de San Isidoro de León, considerado uno de los mejores conjuntos románicos de España. Contiene la llamada Capilla Sixtina de este estilo: el Panteón de los Reyes, decorado con un importantísimo ciclo pictórico.
El románico palentino (candidato a ser declarado Patrimonio de la Humanidad), destacando la comarca de Aguilar de Campoo (Palencia), con multitud de iglesias rurales. Más al sur se encuentra la iglesia de san Martín de Frómista, uno de los monumentos más completos del Románico europeo. La provincia de Palencia cuenta con el mayor número de Iglesias románicas de España.
La ciudad de Zamora, con una veintena de monumentos románicos, desde el siglo XI al XIII, incluyendo la Catedral, con su original cimborrio.
La ciudad de Ávila, con decenas de monumentos románicos, destacando la basílica de san Vicente; la Unesco declaró los monumentos románicos de la ciudad Patrimonio de la Humanidad.
El llamado Grupo de los Cimborrios del Duero; lo componen la Catedral de Zamora, la Catedral Vieja de Salamanca, la Colegiata de Toro, y la Catedral Vieja de Plasencia.
La ciudad de Segovia cuenta con un destacable conjunto de iglesias, destacando las características torres y pórticos que singularizan el románico segoviano.
El Románico de la Sierra de la Demanda comprende una serie de monumentos religiosos que se encuentran en la zona de la Sierra de la Demanda, provincias de Burgos y La Rioja (España), entre ellos destaca el monasterio de santo Domingo de Silos con un magnífico claustro.
La ciudad de Soria conserva algunos conjuntos interesantes: el claustro de la con catedral de san Pedro, la iglesia de Santo Domingo, la iglesia de San Juan de Rabanera y, sobre todo, las ruinas del monasterio de san Juan de Duero.
En Inglaterra se siente la influencia normanda, hasta el punto de conocerse también como «estilo anglonormando». Los templos alcanzan una mayor altitud y longitud. Las naves laterales están separadas de la central por sendas hileras de pilares alternando con gruesas columnas. Los fustes tienen una decoración en zigzag. En el crucero aparece una torre que hace las veces de linterna. La cabecera suele ser cuadrada o utiliza el arco ojival. Destacan las catedrales de Winchester, Worcester y Durham, y la cripta de la catedral de Canterbury.
Enumera y describe los tipos de arquitecturas características de este arte
Desde el punto de vista exclusivamente arquitectónico el románico fue un esfuerzo continuo en construir templos perdurables con la mayor grandeza posible pero evitando su posible destrucción. En este empeño la arquitectura románica siguió un proceso evolutivo continuo de perfeccionamiento y de resolución de problemas tectónicos en busca de la altura y la luz.
Para ello el material empleado debía ser piedra fundamentalmente, aunque no se renunció a otros materiales. Otra condición ideal era que el templo debía estar abovedado. Esto era por dos razones: la primera, por dar mayor relevancia simbólica al edificio y otra, más práctica, para evitar los incendios que los techos de madera sufrían con cierta frecuencia.
Estos deseos llevaron a los arquitectos románicos a construir sus iglesias con grandes muros macizos de piedra que pudieran soportar los enormes pesos de las bóvedas. Los vanos, aunque deseados por el simbolismo de la luz, fueron practicados de manera más escasa que en el gótico -vanos estrechos y saeteras- pues suponían frecuentemente menoscabo de la resistencia de los muros. Como consecuencia secundaria, el interior de los templos románicos se envuelve en una tamizada luz que invita al recogimiento. También esta luz difusa daba vida y "magia" a la policromía de las pinturas murales que cubrían sus muros. El sistema de empujes y contrarrestos de las bóvedas -mediante columnas, pilares, contrafuertes, otras bóvedas, etc.- se convirtió en el principal problema ingenieril a resolver y que no siempre se hizo con acierto, como sabemos por innumerables derrumbamientos producidos en diferentes épocas.
El templo tipo de la arquitectura románica
Naves y transepto
A groso modo, un templo románico es un edificio de piedra labrada orientado con la cabecera al este con una o varias naves longitudinales que podían tener otras atravesadas. En ocasiones, la fachada o hastial occidental estaba precedida de un nártex o antesala abovedada monumental.
Cabecera
La cabecera es la parte más noble de los edificios románicos puesto que es el lugar donde se ubica el altar. De forma invariable en el románico y en otras arquitecturas medievales, la cabecera se encuentra en el extremo oriental de la iglesia. La razón de esta orientación canónica es la de que los primeros rayos de luz del día debían incidir en ella porque este Sacta Sactorum simboliza a Jesucristo que es, según el Nuevo Testamento "la luz del mundo". Estructuralmente la cabecera románica suele estar formada por un primer tramo llamado prebiterio, engarzado al ábside.
Los ábsides (escalonados en el caso de cabeceras poliabsidales) suelen ser de planta semicircular, aunque también los hay rectangulares (bastante frecuentes en España como influencia superviviente de la arquitectura prerrománica anterior) o incluso tener girola con capillas radiales.
Cimborrio
Sobre el crucero (intersección del transepto con la nave central) se solía levantar un cimborrio o torre-linterna -de planta cuadrada u octogonal- con ventanales para iluminar el interior.
Además de estos citados cimborrios sencillos, existe un grupo llamado "Cimborrios del Duero" presentes en catedrales y colegiatas situadas en el oeste del antiguo Reino de León (Zamora, Toro, Salamanca y Plasencia) mucho más elaborados. Se les ha atribuido influencia bizantina y/o poitivina (Francia). El más primitivo de todos es el perteneciente a la catedral de Zamora. Tiene bóveda gallonada, con cubierta de lajas de piedra y cuatro torrecillas en las esquinas.
Campanarios románicos: torres y espadañas
También era frecuente la construcción de parejas de torres campanario pareadas flanqueando la fachada (lo que se denomina "fachada armónica") o torres únicas en un costado del templo (con predilección por el costado norte).
El campanario tenía muchas funciones simbólicas más allá de la mera utilización como instrumento sonoro para convocar a Misa. Se trataba de un símbolo de unión entre Dios y los hombres y del poder de la Iglesia. En ocasiones se trataba también de una especie de torre fortaleza de defensa frente a los enemigos, como en algunos lugares de la Castilla al sur del Duero. La torre románica solía tener varios pisos definidos por impostas salientes con troneras y ventanales para las campanas normalmente ajimezados.
Otra forma de campanario es la llamada espadaña, muro vertical plano horadado de vanos para las campanas. Esta estructura tuvo como foco difusor las iglesias de los monasterios cistercienses. En España se han conservado numerosas espadañas en el románico del norte palentino, burgalés y de Cantabria. La más conocida, quizás, sea la de San Salvador de Cantamuda (Palencia).
Fachadas y portadas
Las puertas monumentales o portadas ornamentadas mediante sucesivas arquivoltas abocinadas que apoyaban sobre columnas se abrían normalmente en el muro occidental o meridional o en ambos. En los templos más ambiciosos podía haber numerosas puertas de entrada para abarcar todos los muros del edificio. En este caso, la puerta principal está normalmente en el hastial occidental. Esta fachada, además de la puerta monumentalizada, puede tener otros ventanales y óculos o rosetones de iluminación (en el tardorrománico). Si la puerta era muy ancha se colocaba como refuerzo una columna central llamada parteluz o mainel. En templos importantes se solían añadir estatuas de personajes bíblicos a las columnas o/y a las arquivoltas (en sentido radial frente a la orientación longitudinal del gótico). Otro elemento destacado de las portadas románicas es la presencia de tímpanos esculpidos bajo las arquivoltas.
Es en estas puertas, en los capiteles de las columnas interiores y en los canecillos que soportaban los aleros del tejado donde se concentraba la mayor parte de la escultura monumental que acompañaba indisolublemente a la arquitectura románica de los periodos pleno y tardío.
Materiales de construcción de la arquitectura románica
Los materiales básicos empleados en la arquitectura románica son:
Piedra de sillería o sillar
Bloque de piedra labrado como un paralelepípedo). Frecuentemente estos sillares eran marcados por los canteros con marcas para su posterior cobro. Las paredes así elaboradas tenían dos finas capas de sillería y en medio una masa de ripio (pequeñas piedras normalmente procedentes del tallado de los sillares. La colocación o aparejo de la sillería puede ser a soga y tizón (alternando la disposición en forma paralela y perpendicular a la dirección del paramento), encintada, en hileras, etc.
Sillarejo
Piedra más pequeña, de peor labrado y ajuste, realizada con martillo devastando directamente la piedra bruta, pero sin pulir las caras.
Mampuesto
Piedra no labrada o de labrado tosco. Frecuentemente se usaba el "calicanto" a base de mampostería aglutinada con argamasa (mortero de cal, arena y agua). Posteriormente se enfoscaba para dar aspecto liso a la superficie previamente irregular.
Otros materiales
Otros materiales usados fueron el ladrillo (sobre todo en España), la madera (para cubiertas de templos no abovedados), la pizarra y el barro cocido (tejas de tejados).
Plantas
Las plantas de las iglesias fueron muy variadas y es imposible hacer una relación de todas ellas. Citaremos las más importantes:
Plantas de salón o basilicales
Esta planta está relacionada con antiguos edificios públicos romanos y sobre todo, por las primeras iglesias paleocristianas y prerrománicas Se trata de iglesias longitudinales con 1, 3 ó 5 naves paralelas (espacio entre filas de arcadas) sin transepto y normalmente finalizadas en cabecera de ábsides semicirculares escalonados.
Plantas de cruz latina
A la disposición anterior se le añadía un brazo perpendicular saliente en planta (transepto) con lo que el resultado era de cruz latina. Ello simbolizaba la cruz de Cristo. Estas iglesias podían estar también rematadas en cabeceras con ábsides escalonados. Sin embargo, en iglesias de peregrinación y otros grandes templos las naves terminaban en una cabecera compleja formada por capilla mayor rodeada de una girola o deambulatorio de una o varias naves que la rodeaba y a la que se abrían capillas radiales. Un ejemplo español es la Catedral de Ávila.
Plantas circulares o poligonales
Las iglesias de plantas circulares o poligonales son menos frecuentes. Normalmente son templos al servicio de comunidades de órdenes militares participantes en la Cruzadas, como los templarios o los caballeros del Santo Sepulcro, por parecerse al templo de Salomón y al del Santo Sepulcro de Jerusalén, respectivamente. Tenemos un claro ejemplo en la Iglesia de la Veracruz en Segovia y también en las iglesia de Eunate y Santo Sepulcro de Torres del Río (ambas pertenecientes a Navarra).
Planta de cruz griega
Otra planta ocasional es la de cruz griega, es decir, formada por dos naves iguales que se cruzan perpendicularmente en el centro. Un ejemplo en España es la de Sant Pau del Camp en Barcelona.
(Los Monasterios eran lugares donde habitan las órdenes real, que, durante los periodos de invasión, conversaron bajo su tutela la producción artística y las letras de su época y de épocas anteriores.)
(Las iglesias en un principio estaban cubiertas por un ligero techo de madera que es reemplazado, ya entrando en el siglo XI, por la forma aboveada, construida en piedra cortada sin revoque. Se utiliza la bóveda de medio cañón.)
¿Cuáles son las características formales de la escultura y donde se colocaban en la arquitectura?
La escultura románica se manifiesta en plenitud recién a fines del siglo XI cuando se perfecciona la técnica para el tallado de la piedra.
Los bajos y altos relieves son la técnica de ejecución más importante de la escultura.
Se comienzan a decorar los frentes y las fachadas y el interior de las iglesias o basílicas. Ya no es como el bizantino donde la decoración solo se encontraba en el interior.
La escultura en la Edad Media depende de la arquitectura y forma parte de la pared.
La importancia de la masa arquitectónica se aprecia también en la escultura donde en el caso de los tímpanos los motivos se extienden como tapicería al estilo oriental, es decir, que se llena todo como algo narrativo.
Los siglos XI y XII conocen el renacimiento de la plástica, que había estado en decadencia desde los últimos tiempos del Imperio Romano. No se trata de una escultura exenta, sino monumental, cuya finalidad, al igual que la pintura, es decorar y completar a los distintos edificios, especialmente los templos. Por lo tanto, su función está subordinada a la arquitectura, con la que alcanza una perfecta armonía.
Como la escultura bizantina, la románica representa una reacción frente al realismo clásico. La figura humana se espiritualiza y el escultor presta escaso interés a la anatomía y a la belleza corporal; el ropaje domina plenamente el cuerpo. Las figuras aparecen esquemátizadas, en posturas frontales e hieráticas y dominadas por la rigidez. En los casos de relieves, se da una escasa relación entre las figuras, predominando las composiciones yustapuestas y la carencia del paisaje. Se ha perdido la proporción entre las partes del cuerpo y domina la desproporción jerárquica, apareciendo de mayor tamaño las figuras de mayor importancia. Sólo al final del románico se aprecia una mayor preocupación por la naturaleza.
Pero esta forma de representación que se aleja de la belleza formal no es fruto de la falta de pericia del artista, sino a que se pretende transmitir contenidos religiosos y, por tanto, espirituales, que se confundirían con los mundanos si se tendiera a una representación realista. Son obras que van más al entendimiento que a los sentidos. Además, no podemos olvidar que la desproporción de las figuras viene reforzada por la necesidad de éstas de adaptarse al espacio que les ofrece los capiteles o los portales de las iglesias.
La escultura y pintura románica no tienen una finalidad estética, sino su misión es didáctica, al servicio de la religión cristiana. Se pretende ilustrar a los fieles que no saben leer y es un complemento a la predicación. Estas obras y sus formas son más significantes que las propias palabras, por cuanto entran por los ojos y actúan ante la vista de un modo permanente, convirtiéndose en verdaderos catecismos.
La escultura se extiende por todo el templo, por dentro y por fuera, pero es sobre todo en el exterior donde se acumula, con objeto de atraer la atención de los fieles que transitan o van a penetrar en la iglesia. Los ejemplos de escultura se concentran principalmente en las fachadas de las iglesias, en algunos arcos y en los capiteles de templos y claustros.
En las portadas, la parte donde la escultura adquiere mayor desarrollo es en el tímpano, aunque algunas veces cubre parte o totalmente el muro. El tema preferido para decorar estos tímpanos es la figura de Cristo en Majestad o Todopoderoso (Pantocrátor), tal como aparece en la Apocalipsis, rodeado del Tetramorfos y los veinticuatro ancianos. También se presenta con frecuencia el Juicio Final. En estas dos composiciones aparece el Todopoderoso dentro de una aureola ovalada, la mandorla mística, con que se figura el resplandor de que habla el texto apocalíptico. Esta manera de representar a Cristo nos dice que el hombre románico piensa más en la idea de Dios como el Dios de la justicia, que en el Dios del amor y en el Hijo del Hombre.
Las esculturas también pueden invadir jambas, arquivoltas y el parteluz. Cuando no, aparece una decoración menuda de tipo vegetal o un amplio muestrario de formas geométricas (dientes de sierra, zigzag, puntas de diamante, almenillas, arquillos ciegos, ajedrezados, entrelazados, etc.) que pueden extenderse por otras zonas del interior o del exterior del templo.
En los capiteles de templos y claustros predominan los temas religiosos historiados, que narran escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, y vidas de santos.
Pero además de estos temas de carácter sagrado, se esculpen otros profanos, bien de origen literario o de la vida diaria, representaciones de figuras y escenas alegóricas de vicios y virtudes, etc. No faltan los animales fantásticos y las escenas burlescas, cargadas de un profundo contenido simbólico.
La escultura románica de bulto redondo se reduce sobre todo a las imágenes del Crucificado y de la Virgen con el Niño.
El Crucificado, como en el arte bizantino, está sujeto a la cruz por cuatro clavos, teniendo los pies clavados separadamente. Suele estar vivo, no refleja dolor en su rostro, se muestra impasible y hermético. Es un Cristo triunfante sobre la muerte, no doliente. Tiene el cuerpo derecho y los brazos horizontales se disponen rígidos, ciñéndose a la cruz, sin sentir el peso físico. Adopta dos tipos: el Cristo en Majestad, como Rey de Reyes, vestido con larga túnica y con corona real, no de espinas, y el Cristo desnudo, que sólo se cubre desde la cintura hasta las rodillas con una faldilla que cae en pliegues verticales.
A la Virgen se la representa sentada, derecha y de frente, con el Niño igualmente de frente y sentado sobre sus piernas en actitud de bendecir. A veces tiene también un libro o el mundo en la otra mano. Para el artista románico, como para el bizantino, la Virgen, más que la madre, es el trono del Salvador. Y no existe comunicación expresiva entre madre e hijo.
Las fuentes de inspiración de los escultores románicos las encontraremos en tradición bizantina, paleocristiana, en los marfiles y obras de orfebrería de la época prerománica y en las miniaturas que iluminaban los códices.
¿Qué temas desarrolló la escultura?
Temas que desarrollo la escultura:
Figuras de cristo llamadas "Pantócrator".
Figuras de apóstoles y santos.
Imágenes de la tentación de cristo.
Representaciones del paraíso, Adán y Eva.
Signos del zodiaco.
Representaciones de hechos de la vida cotidiana.
Representación del juicio final, Apocalipsis.
Monstruos, animales fantásticos.
Decoraciones florales y vegetales.
Motivos mitológicos.
Escenas de la biblia.
¿Cómo fue la técnica de composición de la pintura y que temas desarrollo?
La pintura:
Gran parte de la escultura románica se encontraba pintada para realzar su forma. Pero la pintura también podía aparecer con personalidad propia en distintas partes del templo.
El esquema iconográfico de la decoración pictórica del interior del templo, de origen bizantino, tiene su centro en la capilla mayor (ábside), que para la pintura será lo que la portada para la escultura. La bóveda del ábside, como el tímpano de las portadas, se consagra al tema apocalíptico del Pantocrátor (Cristo en Majestad), como Dios Hijo, Creador y Juez, dentro de la mandorla mística y rodeado por los símbolos de los evangelistas, ángeles, profetas, etc. El Pantocrátor, en alguna ocasión, cede su puesto a la Virgen con el Niño, a la que vemos incluso adorada por los Reyes Magos. La superficie cilíndrica inferior del ábside suele estar dedicada a profetas o santos, simétricamente distribuidos, erguidos y de frente, aunque también puede aparecer alguna escena. En la cara anterior del altar se suele colocar una pintura sobre tabla (frontal). Los muros laterales del templo se cubren con historias dispuestas en grandes zonas horizontales, subdivididas en cuadros.
La pintura románica comulga con muchas de las características de la escultura románica: similitud de temas, subordinada al edificio, antinaturalista, carácter didáctico, etc.
Si nos fijamos en las características formales de las pinturas románicas, señalaremos:
a) el dibujo que contornea la figura y delimita sus partes está formado por una línea gruesa de color negro o rojo oscuro.
b) el modelado es sumario y convencional, también de origen bizantino. Es el caso del sombreado mediante líneas paralelas y el modelado de los rostros a base de manchas rojas redondas en mejillas, frente y barba.
c) color puro, sin mezclas, o a lo sumo dos tonalidades. Muchas veces el color es plano, obteniéndose efectos muy contrastados, cargados de valores simbólicos.
d) composición yustapuestas. Las figuras se disponen en posturas paralelas a manera de relleno de un plano, y con frecuencia resaltan sobre un fondo monocromo o listado en franjas horizontales de diversos tonos.
e) carencia de profundidad y luz. No existe una preocupación por representar la tercera dimensión. El mismo paisaje, cuando aparece está compuesto por algunos elementos muy esquemáticos. La utilización de los colores planos y el sencillo sombreado hace que la luz apenas juegue un mínimo papel.
f) la técnica empleada es la del fresco, que se podía terminar con temple.
Temas que desarrollo la pintura:
La virgen con el niño.
Simbolismos religiosos y litúrgicos.
Historias de santos (San Benito, San Patricio, San Francisco, etc.)
Representaciones de cristo.
Representaciones de los apóstoles y de los evangelistas.
Representaciones bíblicas.
Describe como eran las características de los manuscritos o miniaturas
Los manuscritos o miniaturas son otra manifestación de la pintura que surgen con este arte y corresponde a los libros que se confeccionaron. Casi todos los monasterios están destinados a la confección de los manuscritos religiosos y libros del conocimiento de la época. Se realizaban en los "Escritoriums" en los monasterios por los monjes de cada orden religiosa.
Entre los más famosos se encuentran los manuscritos irlandeses (de la orden de los Palotinos- San Patricio).
Autor:
Matías Ludueña