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Interculturalidad y trabajo social ¿Algo que aportar o decir al respecto? (página 2)


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Este proceso que mostraba grandes ventajas y oportunidades, al parecer las haría factibles a un costo social no menor, o si se le quiere llamar de otra manera, en situaciones desiguales para la población. En este sentido, siguiendo la lógica en la que contextualizamos el tema, Milka Castro, nos dice que ésta responde a "una fase particular de la historia del imperialismo, o mejor dicho la globalización del modo capitalista que se ha expandido por el universo, en la práctica ha demostrado no tolerar alternativas culturales". (2004:8).

Sin querer, – se espera, – nos aparece el sistema capitalista como un punto en contra del tema, como una piedra de tope respecto a la interculturalidad, si se toma obviamente la idea de Castro, pero será tan así. No es tema de este ensayo, pero cabe en el momento que se contextualiza los desafíos que se presentan hoy para la interculturalidad, más aun si se pretende vincularle con el Trabajo Social, pues por más que se niegue, o no se quiera aceptar, la génesis del Trabajo Social como profesión, se enmarca en el desarrollo del capitalismo como modo de producción, a fin de, entre otras cosas, atenuar y subsidiar fenómenos sociales que se desprenden del sistema como disfuncionalidades. Si se le mira entonces detalladamente, se van esclareciendo puntos, que poco a poco, permitirán responder la pregunta de éste escrito.

Hoy en día, el tema de las relaciones entre las culturas, vale decir, el tema de la interculturalidad, toma revuelo en el acontecer socio-político, por cuanto de una manera u otra los pueblos han ido tomando conciencia de los abusos en su contra, de las violaciones que se les ha cometido respecto a sus derechos y patrimonio, en función de lograr la denominada "modernización", concepto con el cual, utilizando un coloquio bastante vulgar, se vendió el neoliberalismo a América Latina. Es gracias a la Modernización y su irrupción en Latinoamérica que hoy hablamos de interculturalidad, pues si tomamos la realidad en la que se enmarca el continente, de un tiempo a esta parte, toda la riqueza patrimonial, cultural y ancestral de las comunidades indígenas de las que poco quedan ya, hoy se ha transformado en el símbolo más emblemático de esta "modernización", en grandes y prósperas industrias de materias prima, para aportar a lo que el sistema demanda, y entrar a la división social del trabajo que nos proponía Durkheim, – dudando sí era de esta manera, – de acuerdo al libre juego de la oferta y la demanda.

Está en lo anteriormente descrito, una de los conflictos interculturales que caracteriza a América Latina, pues según Fidel Tubino, en Castro (2004), "La causa medular de los conflictos interculturales en nuestro continente…" responden "…al fracaso de la manera como la Modernidad se insertó en nuestro continente y a los impasses que han generado los procesos de modernización social" (pp. 83-84). Fracaso relacionado con la inequidad e injusticia social que se ha desarrollado de un tiempo a esta parte, gracias a la "modernización" del Tercer Mundo, cuando en el fondo más que modernizarlo, se pretende utilizarlo.

Analizando el tema de la interculturalidad, y al momento de revisar bibliografía, aparece en todas partes, de una u otra manera, con mayor o menor énfasis, el tema del otro y de la empatía, y para el análisis de la interculturalidad, se creen necesarios, por lo menos, por este autor.

Aflora aquí la empatía, en la medida en que se pudiese ubicar de manera ficticia obviamente en la realidad de otros que a veces no se considera como otros, sino como extraños, raros y por ende excluidos. El tomar una postura así en nuestra propia realidad, no parece extraño por cuanto somos educados y socializados para lo normal, definido desde patrones culturales occidentales, cristianos, y marcados por el patriarcalismo en una sociedad sustentada en el cálculo y la ganancia.

Según Hopenhayn (2000), en el sitio web; http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/TRANSCULTURALIDAD%20Y%20DIFERENCIA-HOPENHAYN.pdf

"La tolerancia frente al otro es más apremiante porque la auto-recreación se ha vuelto una opción inminente. Al viejo tema del respeto por el otro se acopla, no sin conflicto, la nueva aventura de mirarnos con los ojos del otro. Y entrar en esa mirada del otro me hace a mí ser otro respecto de mí".

De ahí, se puede desprender que la empatía como tal, entendida como el ponerse en el lugar del otro, se convierte en una utopía difícil de alcanzar. Entonces ¿cómo se hace para establecer el diálogo intercultural en el multiculturalismo? La respuesta se encuentra en esta oportunidad, en las palabras de León Olivé, quien en uno de sus aportes al tema, en el texto editado por Castro (2004), apela a un diálogo racional entre los sujetos que sean capaces de razonar, vale decir, entre los seres humanos[1]desde la pluralidad de razonamientos que existen en esta pluralidad de culturas y pueblos presentes en la sociedad. Toma como ejemplo y referencia la génesis de los Derechos Humanos que Ernesto Garzón Valdés sostiene;

"En la génesis de los Derechos Humanos, tal como fueron formulados por quienes comprendieron la necesidad de contar con una base ética mínima que hiciera posible la convivencia pacífica entre culturas diferentes, está la idea de que todo ser humano racional tiene que aceptar dos proporciones centrales: el derecho a la autodefensa y la prohibición de dañar arbitraria o innecesariamente a sus semejantes" (Garzón Valdés, 2000:204, citado por Olivé, en Castro 2004:57).

En consecuencia, queda de manifiesto que la posibilidad del diálogo intercultural es posible y se hace necesario, más aun si se mira la realidad Latinoamericana y Chilena, donde el problema radica en el reconocimiento, validación y aceptación de los pueblos indígenas originarios en el territorio, de los cuales se hereda una historia importantísima y valiosa; historia que de una u otra manera ha sido dañada y que hoy ellos claman revivir y reconstruir, pero que al parecer, las situaciones de gobernabilidad amparadas por el modelo económico no estarían permitiendo.

En este sentido, cabe mencionar lo que Álvaro Bello Maldonado señala dentro de un texto editado por Solange Cárcamo, académica de la UC de Temuco en el 2009, donde hace una diferenciación de periodos pos dictadura militar, señalando que desde Aylwin hasta Frei, por ejemplo:

La formula era dar continuidad a las políticas económicas de la dictadura pero incorporando los principios básicos de la propuesta cepaliana de la "transformación productiva con equidad", que ponía el acento no solo en el modelo que emergió con el Consenso de Washington, sino que con un sesgo más social, distributivo y equitativo que tendría como meta fundamental la superación de la pobreza. (p.39).

Señala también que en el gobierno de Ricardo Lagos, se aboga a "la contención política destinada a dar gobernabilidad a un modelo económico,… que excluye la participación política de aquellos que se oponen a éste o de quienes ven salidas alternativas, no disruptivas" (p.39). Resumiendo, queda a interpretación de, que existe sectores, que como se ha señalado anteriormente, han sido violentados por un modelo económico, que apunta al desarrollo, a los cuales sólo se les ha controlado y atenuado el tema. Vale decir, en función de la temática en cuestión, que la situación de los pueblos indígenas, enmarcada en el tema de la interculturalidad, ha quedado como mera retórica política desde la implementación del neoliberalismo.

Por tanto, el tema intercultural en Chile y Latinoamérica en general, claramente se presenta como un problema social relacionado a la exclusión social, donde a fin de la consolidación de la economía de libre mercado y del desarrollo económico, se ha atenuado una demanda social de reconocimiento e igualdad de derechos culturales, entre otros, de parte de quienes antecedieron al historia y que hoy se mantienen en una, al parecer interminable, lucha y protesta por ellos.

Conclusiones

En función de lo anteriormente señalado, se encuentra un campo de acción profesional para el Trabajo Social en el tema de la interculturalidad, que al parecer poco interesado a los profesionales del área, o del cual poco se ha indagado.

Toma parte hoy del quehacer de la sociedad, y se inmiscuye en los nuevos contextos y escenarios de la Cuestión Social el tema del diálogo intercultural tanto en Chile como en Latinoamérica, comunidades muy ricas en culturas ancestrales, con una historia valiosa relacionada, entre otras cosas, al multiculturalismo. Por tanto cabe entonces delimitar un campo de intervención que hoy nos reclama por un espacio de justicia social para la diversidad.

Si bien se ha desarrollado el tema, con una clara y marcada vinculación al conflicto indígena en la comunidad de América Latina, cabe mencionar también, que dentro de la diversidad no sólo encontramos interesantes pueblos indígenas, también existen temas pendientes que tienen relación con "nuevos" movimientos culturales desarrollados con mayor fuerza en este último tiempo, – hablemos de los últimos 35 años – donde las diferencias de género[2]los adultos mayores, los jóvenes, los migrantes, el movimiento homosexual, por nombrar algunos, están también clamando por ser valorados, reconocidos y aceptados dentro de la sociedad. Si bien se puede decir que no son culturas diferentes, se puede decir también entonces, que son grupos humanos, diferenciados dentro de la sociedad por un motivo o causa en particular, lo que les ha motivado a reunirse y agruparse, para reclamar espacios dentro de la sociedad en la que se desarrollan, de la cual son excluidos, simplemente por estar fuera de los patrones aun vigentes, es decir, del – para mi entendido – neo-occidentalismo capitalista.

En este respecto, Claudia Aab, María de los Ángeles Brusco y Rita Cristina Rodríguez, citando a Kisnerman, señalan por ejemplo:

"El Trabajo Social tiene un papel importante dados sus permanentes contactos con los sectores populares, fijándose como objetivos, transformar la multiculturalidad en interculturalidad, desarrollándose procesos de encuentro y de comunicación entre las personas y grupos diferentes y de integración." (Castro M, et. al, p.181)

Sin bien la cita anterior se enmarca en un artículo cuyo eje está centrado en la situación de los migrantes en Argentina, queda de manifiesto que el tema de la interculturalidad es competente al quehacer del Trabajo Social.

Por tanto, a entender del autor de éste ensayo, más que delimitar respecto a la identidad del Trabajo Social, discutiendo enfoques epistemológicos para ver se es disciplina o profesión, cabe introducirse en el análisis de los nuevos contextos donde se enmarca la Cuestión Social, revisar los nuevos escenarios donde esta se desarrolla, para delimitar nuevos focos de intervención, como el que se ha descrito en este escrito, el de la interculturalidad.

Bibliografía

  • Cárcamo S, (2009) Justicia Social y Diversidad, Articulación desde una perspectiva intercultural Temuco, Chile, ediciones Universidad Católica de Temuco.

  • Castro-Lucic M, (2004) Los Desafíos de la Interculturalidad: Identidad, Política y Derecho Santiago, Chile, Edita: Programa Internacional de Interculturalidad, Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, Universidad de Chile.

  • Castro M, Rubio N, Ponde G, Jasse M, Bottini M, Aab C, Brusco M, Rodriguez R, Santillán R, Ventura M, Facol A, Valli A, Aguilar G, Garmendia O, Compan A, Commisso M, Alvarez E, García S, Ray E, Torres E. (2002) Trabajo Social de Hoy: Experiencias de campo e intervenciones profesionales Buenos Aires, Argentina, Espacio Editorial.

  • Di Carlo, Enrique "Trabajo Social con Grupos y Redes, nuevas perspectivas desde el paradigma humanista cristiano", Editorial Lumen, Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina, Buenos Aires, 1997, páginas 123 – 156.

  • http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric00a01.htm

  • http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/TRANSCULTURALIDAD%20Y%20DIFERENCIA-HOPENHAYN.pdf

  • Payne, Malcom" Teorías Contemporáneas del Trabajo Social La construcción social de la teoría del Trabajo Social "Ediciones Piados Ibérica, España, Barcelona, 1995, páginas 159- 282.

 

[1] No cabe discutir en esta instancia respecto a la capacidad de razonar que tenemos los seres humanos, pero al parecer, interpretando a Olivé, influenciado por lo que estimo, no se está tan preparado para este acto, pero no por ello va a ser imposible. La imposibilidad creo yo, está en la falta de concientización, de reflexión y critica que ha desarrollado el modelo capitalista respecto al tema.

[2] Entendiendo el tema como las desventajas aun presentes, respecto a las oportunidades, entre hombres y mujeres.

 

 

Autor:

Víctor Hernández Herrera

Estudiante de Trabajo Social.

Universidad Católica del Maule.

Partes: 1, 2
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