TEORÍA DEL APEGO Y LA TRANSMISIÓN TRANSGENERACIONAL DEL MALTRATO
La incorporación de la teoría del apego en el estudio de las consecuencias del maltrato infantil y en la transmisión intergeneracional del mismo facilita el entendimiento de este fenómeno.
Desde la teoría del apego, el maltrato infantil es un fenómeno que afecta las relaciones que mantiene un menor maltratado con sus cuidadores, se caracteriza por cuidados poco adecuados para el desarrollo normal de las personas. Las consecuencias derivadas de esta disfunción relacional del niño con sus padres pueden considerarse el factor unificador de las diferentes categorías de maltrato infantil, independientemente de los daños o traumas sufridos provocados por la forma concreta que ha adoptado el maltrato.
La relación afectiva que se establece en la infancia con los cuidadores, proporciona el prototipo de las relaciones afectivas en etapas posteriores a través de las representaciones mentales que los menores van formando y que incluyen tanto los recuerdos de la relación, el concepto de la figura de apego y de sí mismo/a y las expectativas sobre la propia relación.
Estas Representaciones mentales han sido denominadas "Modelos Internos Activos". Una historia infantil caracterizada por el por el rechazo, la desatención y la falta de apoyo afectivo puede generar la transmisión del maltrato infantil a la siguiente generación a través de la influencia que ejercen los modelos internos de apego en forma de "esquemas cognitivos preexistentes" distorsionando las fases del procesamiento de la información propuestas por Milner (1993) en su modelo explicativo del maltrato físico cuando estos sujetos se enfrentan como padres con situaciones infantiles.(4)
CONCEPTO DE RESILIENCIA
El término resiliencia se usa de dos formas. La resiliencia como capacidad global de la persona para mantener un funcionamiento efectivo frente a las adversidades del entorno o para recuperarlo en esas condiciones, o como una buena adaptación en las tareas del desarrollo de una persona, como resultado de la interacción entre el sujeto y la adversidad del medio o un entorno de riesgo constante.
Las personas resilientes se caracterizan por tener mejores recursos internos, tales como mayores niveles de autoestima, mejores destrezas sociales y de afrontamiento. Por otra parte se señala que constituyen un mejor apego durante la infancia, aparecen con niveles anímicos más estables en la adultez, con mayor capacidad de elaborar el trauma generado por el maltrato y una mejor capacidad para asignarles sentido a las experiencias de sufrimiento, un mejor control de impulsos de agresión; una mayor capacidad para empatizar con los otros y con mejores habilidades sociales. A nivel social y familiar, tienen menos estresores ambientales, mayor apoyo emocional, relaciones más satisfactorias y una red de apoyo más numerosa y de mejor calidad (12), son estos menores los que logran superar la experiencia y romper el estereotipo de que el niño abusado será un padre maltratador.
CLASIFICACIÓN DEL MALTRATO
El abuso infantil es un patrón de maltrato o comportamiento abusivo que se dirige hacia el niño y que afecta los aspectos físico, emocional y/o sexual, así como una actitud negligente hacia el menor, a partir de la cual se ocasiona amenaza o daño real que afecta su bienestar y salud. El maltrato infantil se puede clasificar así:
1. MALTRATO FÍSICO
Se define como maltrato físico a cualquier lesión física infringida al menor, aunque el padre o adulto a cargo no tenga la intención de lastimar al niño, también se interpreta maltrato a la aparición de cualquier lesión física que se produzca por castigo inapropiado para la edad del niño.
2. ABUSO FETAL
Se presenta cuando la futura madre ingiere, deliberadamente, alcohol u otras drogas, estando el feto en su vientre. Producto de esto, el menor nace con malformaciones congénitas que afectan su desarrollo físico y/o psicológico.
3. MALTRATO EMOCIONAL O PSICOLÓGICO
Se caracteriza por ridiculización, insultos, regaños o menosprecio. Presenciar actos de violencia física o verbal hacia otros miembros de la familia. Permitir o tolerar uso de drogas o el abuso de alcohol. Se entiende como tales acciones producen daño emocional en el niño, afectando la dignidad, el bienestar e incluso la salud.
Actos de privación de la libertad como encerrar, atar, amenazar o intimidar permanente al niño, alteran su salud psíquica.
4. ABUSO SEXUAL
Contactos o acciones recíprocas entre un menor y un adulto que busca gratificación sexual y frente a las cuales el niño no puede dar su consentimiento. Puede incluir desde la exposición de los genitales por parte del adulto hasta la violación del menor.
5. ABANDONO O NEGLIGENCIA
Falla intencional de los padres o tutores en satisfacer las necesidades básicas del niño en cuanto alimento, abrigo o en actuar debidamente para salvaguardar la salud, seguridad, educación y bienestar del niño.
Pueden definirse dos tipos de abandono o negligencia:
Abandono físico: Rehuir o dilatar la atención de problemas de salud, echar de casa a un menor de edad, no realizar la denuncia o no procurar el regreso a casa del menor que huyo; dejar al niño solo en casa a cargo de otros menores.
Negligencia o abandono Educacional: No inscribir al menor en el nivel de educación obligatorio, no hacer lo necesario para proveer la atención a las necesidades de educación especial.
El descuido puede ser intencional como cuando se deja solo a un niño durante horas porque ambos padres trabajan fuera del hogar. Este último ejemplo como tantos otros que generan la pobreza, el abandono o descuido es mas resultado de naturaleza social que de maltrato dentro de la familia.(1)(2)
LUGAR Y MODO EN QUE SE PRESENTA EL MALTRATO AL NIÑO
1. EN EL HOGAR.
La mayoría de los casos de maltrato infantil ocurre dentro de la familia. Cuando la familia tiene vínculos estrechos con otros parientes, tales como los abuelos, la condición de un niño puede salir a la luz por la intervención de estos. El abuso sexual y el maltrato físico se revelan al medico general o al pediatra. El maltrato emocional rara vez se presenta de este modo, en gran medida porque surge la duda acerca de la persona apropiada para brindar ayuda.
Aquellos profesionales que visitan familias, tales como trabajadores de salud y trabajadores sociales, pueden sospechar el maltrato infantil, pero rara vez son elegidos para confiarles tal revelación, casi siempre visitan hogares a partir de que surgen preocupaciones iniciales sobre las aptitudes de los padres dentro de la familia. Tales padres muchas veces provienen de hogares en los que se abuso de ellos; ven a los especialistas como adversarios más que como apoyo, ya que a sus colegas los recuerdan en asociación con las tensiones de su propia infancia.
2. EN EL CONSULTORIO O GUARDERÍA.
Los niños menores de cuatro años de edad asisten con frecuencia a revisiones físicas y de crecimiento. Cuando se les cría en un entorno de carencias, es posible que se les coloque en una guardería. La cuidadosa observación de estos niños puede llevar a la detección de maltrato infantil, pero nunca resulta fácil decidir cuándo el desarrollo de un niño se ve comprometido como consecuencia del maltrato. Cuando las lesiones no accidentales están presentes, resulta menos difícil, pero dichos casos constituyen una minoría.
3. EN LA ESCUELA.
El abuso en niños en edad escolar origina problemas para el reconocimiento del maltrato. Los maestros dedican mucho de su tiempo y sus habilidades en ganar la confianza del alumno y esto requiere hacer amistad con ellos. Mientras mayores son los niños, estos se tornan mas reservados acerca de sus cuerpos, de ahí que la enfermedad escolar y el médico o enfermero del colegio tengan una importante responsabilidad en el reconocimiento de la evidencia física del maltrato. Aunque los maestros son los primeros en sospechar del abuso, nunca resulta fácil observar lesiones físicas cuando los niños se mudan de ropa. El comportamiento de los menores sin embargo, sigue patrones relacionados con la edad y con los que el maestro esta familiarizado. El comportamiento anormal o divergente puede ser síntoma más importante del maltrato infantil y el maestro es el profesional mejor ubicado para sospechar de este.(1)(2)
DETECCIÓN DEL MALTRATO
Los niños sufren de una variedad infinita de abusos, por lo general a manos de los propios padres y a menudo sin lesión evidente ni queja. El maltrato infantil incluye una serie de ofensas que van de los extremos de la violación y el asesinato, hasta la más sutil e insidiosa negación de amor. Un niño que crece sin esperar nada sino un entorno hostil aprenderá a vivir dentro de estos límites y adaptara su comportamiento de tal forma que no traiga la mínima agresividad. Son niños que aprenden desde temprana edad a procurar la complacencia de cualquier adulto con el que puedan entrar en contacto como forma de protegerse a sí mismos.
La habilidad para detectar que un niño ha sido maltratado depende del conocimiento por parte de cada observador no sólo del estado físico de un menor, sino del comportamiento normal infantil. No basta con notar cualquier cambio en las interacciones sociales de un niño en particular, pues el niño agredido constantemente puede haber sufrido desde la primera infancia. Por consiguiente, cuando un niño parece comportarse de un modo anormal, deberá considerarse la posibilidad de que la causa sea el maltrato.
La detección de esta variedad de maltrato infantil depende de dos factores: la preparación en los patrones típicos que aquél presenta y la experiencia para identificar al niño maltratado. (1)(2)
COMO IDENTIFICAR A LOS NIÑOS MALTRATADOS
1. INDICADORES DE CONDUCTA
El comportamiento de los niños maltratados ofrece indicios que delatan su situación. Estos indicios son no específicos, porque la conducta puede atribuirse a diversos factores. Los comportamientos que se enumeran hacen sospechar una situación de maltrato:
- Las ausencias repetidas a clase
- Disminución del desempeño académico y dificultades de concentración
- La depresión constante y/o la presencia de conductas auto agresivas o ideas suicidas.
- Sumisión excesiva y actitud evasiva y/o defensiva frente a los adultos.
- Necesidad de expresiones afectuosas por parte de los adultos, especialmente cuando se trata de niños pequeños.
- Las actitudes o juegos sexualizados persistentes e inadecuados para la edad.
2. INDICADORES FÍSICOS
- Alteración de los patrones normales de crecimiento y desarrollo.
- Falta de higiene y cuidado corporal
- Descuido en el cuidado dental (9)
- Señales de castigo corporales.
- Accidentes frecuentes
- Embarazo precoz.
FACTORES ASOCIADOS CON EL MALTRATO Y LAS CAUSAS
1. FACTORES INDIVIDUALES:
Ascendientes maltratadores
Concepto equivocado de la disciplina
Falsas expectativas
Inmadurez
Retraso Mental
Psicopatías
Adicciones
Trato brusco
2. FACTORES FAMILIARES:
Hijos no deseados
Desorganización hogareña
Penurias económicas
Desempleo o subempleo
Disfunción conyugal
Falta de autodominio
Educación severa
3. FACTORES SOCIALES:
Concepto del castigo físico
Actitud social negativa hacia los niños
Indiferencia de la sociedad
CAUSAS
Supone que los "factores de estrés situacional" derivan de los siguientes cuatro componentes:
1. Relaciones entre padres: Segundas nupcias, disputas maritales, padrastros cohabitantes, o padres separados solteros.
2. Relación con el niño: Espaciamiento entre nacimientos, tamaño de la familia, apego de los padres al niño y expectativas de los padres ante el niño.
3. Estrés estructural: Malas condiciones de vivienda, desempleo, aislamiento social, amenazas a la autoridad, valores y autoestima de los padres.
4. Estrés producido por el niño: Niño no deseado, niño problema, un niño que no controla sus esfínteres, difícil de disciplinar, a menudo enfermo, físicamente deforme o retrasado.
Las posibilidades de que estos factores desemboquen en maltrato infantil o abandono, determinan la relación padres-hijo y dependen de ella. Una relación segura entre éstos amortiguará a cualquier efecto del estrés y proporcionará estrategias para superarla a favor de la familia. En cambio, una relación insegura o ansiosa no protegerá a la familia que esté bajo tensión; la sobrecarga de acontecimientos, como las discusiones o el mal comportamiento del menor, pueden generar diversos ataques físicos o comportamientos contra el niño. En suma, lo anterior tendrá un efecto negativo en la relación existente entre los padres y el niño, y reducirá los efectos amortiguadores aun más. Así, se establece un círculo vicioso que lleva a una sobrecarga del sistema familiar, y en que el estrés constante ocasiona agresiones físicas reiteradas. La situación empeora en forma progresiva, si no se interviene prontamente, y puede calificarse como espiral de violencia.
De aquí se desprende que la relación padres-hijo debe ser el punto central para el trabajo en la prevención, tratamiento y manejo del maltrato y abandono infantiles.
Finalmente, los valores culturales y comunitarios pueden afectar las normas y estilos del comportamiento los padres. Éstos recibirán la influencia de su posición social, en lo que se refiere a edad, sexo, educación, posición socioeconómica, grupo étnico y antecedentes de clase social.
Un grupo importante de padres que maltrata o abusa de sus hijos han sufrido, en su infancia falta de afecto y maltrato. Esto suele asociarse a una insuficiente maduración psicológica para asumir el rol de crianza, inseguridades, y perspectivas o expectativas que no se ajustan a lo esperado en cada etapa evolutiva de sus hijos, generando trastornos en el vinculo y la relación con los niños, presentándose que todo hecho de la vida cotidiana por insignificante que sea, toda actuación que se considere irritante, encuentra un padre o madre en situación de crisis, con escasa tolerancia y con dificultad para solicitar apoyo externo, situación que facilita el estallido de violencia.(1)(2)
Ningún factor demográfico predice el maltrato físico, solo el abuso físico en si es predictor de la aceptación de la disciplina basada en métodos físicos y como privilegio o derecho de los padres en las diferentes culturas(6), sin embargo parece que el abuso sexual en niñas es mas frecuente en hispanos viviendo en USA (10).
Los factores que se relacionan con el maltrato son:
1. La repetición de una generación a otra de una pauta de hechos violentos, negligencia o privación física o emocional por parte de los padres.
2. El niño es considerado indigno de ser amado o es desagradable, en tanto las percepciones que los padres tienen de sus hijos no se adecuan a la realidad de los niños, además, considerar que el castigo físico es un método apropiado para corregir acercándolos a sus expectativas.
3. Es más probable que los malos tratos tengan lugar en momentos de crisis. Esto se asocia con el hecho de que muchos padres maltratantes tienen escasa capacidad de adaptarse a la vida adulta.
4. En el momento conflictivo no hay comunicación con las fuentes externas de las que pueden recibir apoyo. En general estos padres tienen dificultades para pedir ayuda a otras personas. Tienden a aislarse y carecen de amigos o personas de confianza.(1)(2)
CARACTERÍSTICAS DEL NIÑO GOLPEADO Y EL AGENTE AGRESOR
El niño no solamente es maltratado a través de la agresión física, sino también por la privación del alimento, cuidados físicos y estimulación sensorial tan necesaria para su desarrollo. Así, la desnutrición, las malas condiciones higiénicas del niño, el retraso en las esferas del lenguaje y personal social, clásicamente consideradas como medidas de la estimulación que el niño recibe de su ambiente, son la regla.
La desnutrición por sí misma es capaz de afectar en sentido negativo y en forma irreversible el crecimiento y el desarrollo. Para algunos autores, la "falla para crecer" en un niño, puede ser el primer dato que oriente hacia el diagnóstico.
Estos niños muestran un patrón de comportamiento muy característico cuando están internados en el hospital. Aun en ausencia de lesiones que comprometan el estado general, el niño aparece triste, apático y en ocasiones estuporoso; rehuye el acercamiento del adulto y frecuentemente se oculta bajo las sábanas. En general, es un niño que llora y no se muestra ansioso, cuando se trata un lactante mayor o un preescolar, por la ausencia de la madre y aun puede mostrar franco rechazo hacia ésta cuando ha sido la agresora. La conducta del niño cambia en relativamente poco tiempo a un aferramiento excesivo hacia el personal del hospital, con gran necesidad de contacto físico, así como episodios de agresividad cuando se le frustra, a pesar de que éstas muestra especial afecto y cuidado al menor cuando se enteran del problema.
Se han señalado también patrones de comportamiento característicos del agresor en el hospital; poco interés del familiar involucrado acerca de la seriedad de las lesiones y evolución de as mismas, abandono del niño en el hospital o, al menos, visitas cortas muy esporádicas y comentarios de las enfermeras de no conocer al padre o madre del niño, a pesar de estancias prolongadas. Sin embargo, esto no es necesariamente un comportamiento característico del familiar agresor; en ocasiones, el padre o familiar involucrado parece mostrar una gran preocupación por la enfermedad del menor, con actitudes francas de sobreprotección hacia éste, lo cual hace más difícil para el médico, la enfermera y aun la trabajadora social con experiencia, identificar el problema.
Si tomamos en cuenta sólo los casos en los cuales la identificación del agresor fue calificada como comprobada o muy posible, el padre aparece como agresor en el 26% de los casos y la madre en el 58%; en el 16% restantes, estuvieron involucrados padrastros, madrastras y un hermano mayor.
Habitualmente el maltratador es una persona joven, proviene de todas las clases sociales y dentro de niveles de inteligencia considerados normales, con inmadurez emocional, la cual es la consecuencia de insatisfacción durante la niñez, es impulsivo y con pobres mecanismos de control, funciona cuando el menor agredido esta ausente y atribuyen al niño características reales o supuestas, que generan el maltrato y/o actitudes abiertas de rechazo.
Los agresores presentan poca Psicopatológia evidente. Muy frecuentemente, el agresor, en quien la sola presencia del niño provoca un estado afectivo incontrolable, trata de manejar sus emociones apartándose del menor a través de relegar los cuidados al otro padre u otra persona; es cuando se rompe este arreglo que ocurre la agresión. Esto último explicaría la mayor frecuencia del llamado "Síndrome del Niño Golpeado" durante los primeros dieciocho meses de vida.(1)(2)
CONSECUENCIAS
El Estudio Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud, realizado en 1993, encontró que en el 4.3% de las familias, los niños eran maltratados físicamente, en el 9.7% maltratados verbalmente y en el 0.8 % son objeto de abuso sexual (11). Los niños maltratados pueden presentar Trastorno de Estrés postraumático, trastornos afectivos y trastornos de conducta. Muchos presentan baja autoestima, presentan riesgo de conductas adictivas para automedicarse.
Los efectos que produce el maltrato infantil, no cesan la niñez, mostrando muchos de ellos dificultades para establecer una sana interrelación al llegar a la vida adulta.
Algunos sienten temor de hablar sobre el maltrato pues asumen que nadie les creerá. Tampoco comprenden que el maltrato a que son sometidos es un comportamiento anormal y así imitaran este modelo posteriormente. La falta de un modelo familiar positivo y la dificultad en crecer y desarrollarse copiándolo, aumenta las dificultades de establecer relaciones.
Experiencias de violencia en la infancia y adolescencia que incluyen el maltrato infantil se considera como riesgo potencial para victimizacion psicológica, física o sexual en posteriores relaciones de pareja en las adolescentes (5), así como de presentar Trastorno de estrés postraumático y disociación peri traumática (8)
CÓMO AYUDAR A LAS VÍCTIMAS DEL MALTRATO
La mejor manera de ayudar al menor es:
- Identificando los casos de maltrato.
- Realizando intervenciones en las situaciones detectadas a todo nivel y en todos los entornos.
- Derivado y /o denunciado los casos de maltrato a las Instituciones pertinentes.
- En el caso de madres que se consideren en riesgo de agredir a sus hijos se pueden entrenar en técnicas que permitan mejor relación ente ambos, con técnicas sobre como cargarlo y como cantarle, así como una vez sienta que esta a punto de perder el control debe abandonar la habitación o utilizar audífonos, lo anterior acompañado de atención en clínicas diurnas y entrenamiento en habilidades sociales, facilitando las interacciones formales e informales con personas que provean soporte psicosocial a estas madres.(7)
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Dr. Galeano, Francisco. Ayudando a aliviar el dolor. Maltrato Infantil. Página Internet:
2. ¿Qué es el maltrato infantil?. La Violencia contra los niños. Página Internet: www.vidahumana.com
3. Yolanda Lopez, El maltrato infantil: Entre el castigo y la agresividad, Pagina Internet: http://www.suivd.gov.co/SNal/P/Yolanda%20L%C3%B3pez.DOC.
4. Eva Gomez Perez, la teoría del apego y el fenómeno de la transmisión intergeneracional del maltrato infantil, Pagina Internet: /www.usal.es/~inico/investigacion/jornadas/jornada3/actas/simp33.pdf.
5. Gagne MH. Lavoie F. Hebert M., Victimization during childhood and revictimization in dating relationships in adolescent girls. Child Abuse & Neglect. 29(10):1155-72, 2005 Oct.
6. Maker AH. Shah PV. Agha Z., Child physical abuse: prevalence, characteristics, predictors, and beliefs about parent-child violence in South Asian, Middle Eastern, East Asian, and Latina women in the United States., Journal of Interpersonal Violence. 20(11):1406-28, 2005 Nov.
7. Wade K. Black A. Ward-Smith P., How mothers respond to their crying infant., Journal of Pediatric Health Care. 19(6):347-53, 2005 Nov-Dec.
8. Hetzel MD. McCanne TR., The roles of peritraumatic dissociation, child physical abuse, and child sexual abuse in the development of posttraumatic stress disorder and adult victimization., Child Abuse & Neglect. 29(8):915-30, 2005 Aug.
9. Kellogg N., Oral and dental aspects of child abuse and neglect., Pediatrics. 116(6):1565-8, 2005 Dec.
10. Katerndahl DA. Burge SK. Kellogg ND. Parra JM., Differences in childhood sexual abuse experience between adult Hispanic and Anglo women in a primary care setting., Journal of Child Sexual Abuse. 14(2):85-95, 2005.
11. OPS/OMS Colombia, PERFIL DEL ESCOLAR.
12. Marcela Aracena, et al., Resiliencia al maltrato físico infantil: variables que diferencian a los sujetos que maltratan y no maltratan físicamente a sus hijos en el presente y que tienen una historia de maltrato físico en la infancia., Pagina Internet: http://csociales.uchile.cl/publicaciones/psicologia/docs/resiliencia_maltrato.pdf
Dr. Walter Arturo Pontón Cortes
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