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El signo en Internet. Apuntes para un análisis semiótico (página 2)


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El nacimiento de esta costumbre ha tenido lugar debido a que ha surgido una nueva cultura, inédita hasta el presente, y acaso de una nueva civilización que ha comenzado a dejar en todas partes su huella irreversible[6]Esta naciente civilización, de y en el mundo digital, está dejando su impronta expresada en modos de concebir la realidad y como tal enfrentarla, comportamientos de toda clase, formas de expresión verbal y extraverbal: está respondiendo a los patrones culturales impuestos por esta nueva era.

Al hablar de estos complejos procesos de cambio científico y social, hay que tener en cuenta la imprevisibilidad no sólo con que algunos han ocurrido, sino con que sucederán otros en un futuro no muy lejano, estamos hablando de una nueva civilización y formas de cultura por el momento imprevisibles, como el impacto de los videoclips, en la formación de valores y comportamientos en las jóvenes generaciones[7]

Robert H. Lowie expresó en una ocasión: parece que la cultura es un asunto de crecimiento lento hasta que se atraviesa cierto "umbral"; después se precipita adquiriendo velocidad a un ritmo inesperado[8]Con Internet y en general el mundo de la informática sucede que, durante los últimos años, han experimentado un crecimiento vertiginoso, como si hubiesen atravesado ese umbral, dando lugar a esa enorme autopista virtual, que supone ser una forma de acercar las distancias, acelerando y viabilizando las comunicaciones de las más disímiles formas, no solamente por el correo electrónico o el chat, sino también con otras alternativas para "acercar" virtualmente a quienes están lejos.

Todo este proceso de "acercamiento" virtual gracias al acercamiento de las personas a Internet, ha provocado cambios sustanciales en las personas y en el mundo, esta idea se entenderá mejor cuando se acepte que el acceso a la cibergalaxia movilizará, sin duda alguna, a la ciudadanía [.] Todo ha de cambiar: tipos de programas, formas de transmisión y recepción en la televisión y la radio, hábitos tradicionales, sistemas de reproducción y medios de control[9]

Las distancias tan grandes, a pesar de haber logrado una ciberubicuidad, han dado nuevos matices a la comunicación entre las personas, sobre todo a larga distancia, trayendo consecuencias de todo tipo para quienes acceden a esta vía de comunicación, aquí subsiste el fenómeno cultural per se que es Internet con un hecho que es la cultura de la comunicación, en tanto todos los fenómenos culturales están invariablemente relacionados con otros fenómenos culturales a los que son similares y que preceden o suceden u ocurren cerca de ellos contemporáneamente[10]por una parte se agilizan las comunicaciones en tanto los mensajes de un continente a otro son trasmitidos desde una temporalidad instantánea.

Puede el usuario hallar toda la cantidad de información que necesita, la que por lo general suele ser muy variada; han surgido neologismos en todo el orbe a raíz de Internet y se puede obtener en poco tiempo una gran cantidad de información de toda índole pero, por otra parte y al mismo tiempo, este distanciamiento provoca consecuencias altamente desfavorables para el intercambio entre las personas: la comunicación es menos humana, más fría, se evidencian más las barreras geográficas; de esta forma, el hecho discursivo pierde mucho ya que el intercambio no es personal, perdiéndose así la posibilidad de optar por un lenguaje extraverbal apoyado en los gestos, miradas, determinados comportamientos, eliminándose así también la comunicación cinestésica, debido a la lejanía.

Otro factor negativo es la descontextualización, que sucede cuando un usuario está sentado frente a su pantalla y se pone en contacto, por ejemplo, con un sitio web y allí recibe informaciones de lo que sucede en determinado lugar bajo un contexto que puede ser social o de otro tipo, aunque este usuario reciba gran cantidad de información, siempre le será difícil poder decodificar este mensaje en su totalidad ya que no tendrá contacto ni visual ni cinestésico con este contexto debido a que será una comunicación diacrónica, o sea, este usuario está descontextualizado.

En el contexto tiene lugar el uso de ese sistema de signos[11]que es el lenguaje, ambos (contexto y lenguaje) están estrechamente relacionados. Acerca de una de las características del segundo en relación con primero, tenemos que: por lo que hace a la utilización de sistema en un contexto determinado, es posible emplear el lenguaje para referirse a objetos o aspectos de la realidad lejanos respecto del lugar y momento de la comunicación. A este rasgo se le llama a veces desplazamiento[12]

Haber creado, recibido y aceptado Internet como parte fundamental del mundo de hoy, implica muchas cosas, pero no se trata solamente de hacer del cibersepacio un lugar donde conseguir información y comunicarnos: también incluye el hecho de asimilar un nuevo concepto de producción y servicios, y comprender que la información y la comunicación digital entrañan una nueva visión del mundo, de la sociedad, de la cultura y del trabajo[13]

Impacto social de la comunicación en Internet: el usuario frente a la pantalla

La tarea de analizar los efectos que sobre las personas ha provocado la presencia del ciberespacio sería más que ardua. Son varios los factores a tomar en cuenta, no obstante, el trabajo aún no se ha completado, el análisis no ha llegado a término en tanto los efectos de estos medios sobre el contexto social y la calidad de vida no han sido calculados en toda su dimensión, en parte porque se trata de un fenómeno complejo y difícil de apreciar, y porque los análisis críticos tienen una demanda más académica que comercial[14]

Al pensar en el impacto que ha producido Internet en todo el planeta podríamos imaginarnos, analógicamente, un estanque de aguas tranquilas en el que de repente cae una gota de agua y a partir de su caída se empieza a producir, incesantemente, una gran cantidad de ondas. Así, según ha expresado Jesús Martín Barbero: la comunicación se nos tornó cuestión de mediaciones más que de medios, cuestión de cultura y, por tanto, no sólo de conocimientos sino de re-conocimiento[15]

En este sentido, Yuri Lotman establece que el trabajo fundamental de la cultura, [.], está en el medio que rodea al hombre. Este es un generador de estructuras, lo que hace posible la existencia de una esfera social que, muy parecida a la biosfera, permita la subsistencia, si no orgánica, sí social[16]

Estamos en presencia de un fenómeno que ha producido evidentes cambios en la humanidad: dado el carácter integrador, convergente y multiplicador de estos medios, su impacto representa un cambio de época que afectará profundamente las relaciones de producción y la formas de trabajo, educación y cultura[17]Constituye así un cambio sustancial, que lleva implícitos otros cambios especialmente en los modelos culturales por los que se rigen las personas que resultan más afectadas.

Junto a esto viene la sustitución de la mano del hombre por la máquina, en una era en que los pronósticos no son muy halagüeños en lo referido a este aspecto, ya que cada día esta realidad se hace más latente demostrando que:

Las hipótesis probaron ser ciertas. Los análisis indicaron tenencias al desempleo estructural y endémico, racionalización de la mano de obra con aumento vertiginoso de la productividad, creciente concentración financiera de carácter multisectorial, homogeneización y banalización de la cultura de masas, incidencia progresiva de la automatización y robotización a escala internacional, y convergencia interactiva de los sistemas de comunicación, sin límite de fronteras[18]

Estas ideas, debido a la trascendencia que tienen y que son elementos que no deben verse por separado a la hora de tocar el tema de lo que ha representado (y representa) Internet para el ser humano, nos conducen rápidamente a pensar en el efecto mariposa, con el que explicamos una parte del fenómeno que ha sido (y sigue siendo, hoy por hoy) la llegada y consolidación de Internet como todo un Imperio digital.

El nombre de este efecto proviene de un antiguo proverbio chino: "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo"[19]. La universalización de Internet es una evidencia de que el efecto mariposa es un fenómeno real, es por esa razón que hace un momento hablábamos de la ciberubicuidad. Este efecto lo explicamos a partir del hecho de que la comunicación se establece al mismo tiempo en varios sitios, donde lo que ocurre en un lugar deja sentir sus efectos o consecuencias en otros lugares del mismo país o en otros continentes siempre de manera simultánea: aquí el hecho es el aleteo de la mariposa y lo que puede sentirse "al otro lado del mundo" son sus resonancias.

El ejemplo vivo está en la inmediatez que caracteriza a la comunicación en la ciberautopista, ilustrémoslo así: se inauguran las Olimpiadas en Beijing y, en todo el orbe, los usuarios reciben noticias al momento con lujo de detalles: la mariposa aleteó (se inauguraron las Olimpiadas) y se sintió al otro lado del mundo (un cibernauta, en Buenos Aires, está enterado de todo al momento).

Todo esto ocurre ya que: las nuevas tecnologías hacen posible la transmisión global instantánea de mensajes y las creación de servicios de valor añadido, como el procesamiento de datos, la aplicación y supervisión de sistemas automatizados y la venta de conocimientos para la toma de decisiones financieras, comerciales y de otro tipo[20]

Pero este suceso, a su vez, da paso a un fenómeno descrito por Umberto Eco (1971) hablando de ciertos aspectos de la industria musical, cuando se refiere a los efectos provocados por los mass media en las personas y que aquí pasa algo muy similar, en muchos de los casos: donde la fórmula sustituye a la forma, se obtiene éxito únicamente imitando los parámetros, y una de las características del producto de consumo es que divierte, no revelándonos algo nuevo, sino repitiéndonos lo que ya sabíamos, que esperábamos ansiosamente oír repetir y nos divierte[21]

Internet es un producto de consumo, ya que responde a un mercado de oferta y demanda, entendiendo como mercado, según se explica y se acepta en la ciencia de la publicidad, a ese grupo de personas que demandan un determinado producto o servicio. Para Néstor García Canclini toda actividad de consumo tiene determinaciones socioculturales, de ahí el nombre de teoría sociocultural del consumo[22]

La comunidad de cibernautas recibe siempre informaciones de diversa índole, e independientemente de que puedan ser noticias con acontecimientos recientes, responden a patrones lingüísticos y culturales repetidos y repetitivos de lo mismo, si no en los enunciados y la forma de construirlos, sí en la carga semántica de que son portadores, así se repite una y otra vez el hecho: aunque el mensaje no sea el mismo, sí es idéntica la intención comunicativa con que fue emitido. En ciertas ocasiones, casi llega a ser una tautología.

De ahí que hay tantos y tan disímiles video juegos que, con distintos personajes y situaciones, llevan exactamente el mismo mensaje. Y hablar de los video juegos on line, es hablar también de videos musicales o algún producto audiovisual, de spots comerciales vendiendo determinado producto o servicio, o publicitando alguna otra cosa. Así se convierte Internet en un fenómeno de cultura de masas, cultura cuya existencia se reconoció a finales de los años 60. Acerca de esta temática, Eco ha planteado: poner en tela de juicio la cultura de masas tachándola de situación antropológica en que la evasión episódica se trasforma en norma, es muy justo[23]

Lo que nos permite reconocer a Internet como tal es su alcance global, la forma en que condiciona patrones culturales y de comportamiento y la cantidad de personas en todo el mundo que asumen la red como parte de su cotidianidad, lo mismo utilizándola como instrumento eficaz de trabajo que como vía de enajenación y evasión, incorporándolo a su vida y haciendo de ella un ejercicio periódico, por no decir diario.

En este caso, la perspectiva de Barbero nos conduce a pensar que estamos ante procesos de socialización que son los procesos a través de los cuales una sociedad se reproduce, esto es, sus sistemas de conocimiento, sus códigos de percepción, sus códigos de valoración y de percepción simbólica de la realidad[24]La importancia de estos procesos es determinante en la comunicación del hombre con el mundo virtual, en tanto los mismos permiten que se reciba, asimile y acepte la nueva realidad que es Internet y, con ella, el advenimiento de todo el universo simbólico que las caracteriza, tanto a Internet como a la comunicación.

Asistimos, pues, al fenómeno de la idea que tienen las personas de Internet, idea instituida por la comunicación y que ha convertido a Internet en convención y práctica social. Al respecto, JeanClaude Abric explica: podemos decir que una representación social es un conjunto organizado de cogniciones relativas a un objeto compartidas por los miembros de una población homogénea en relación con ese objeto[25]

Todo ha sucedido así ya que el conocimiento de la evolución histórica conlleva la comprensión de la naturaleza real de la formación de lo masivo, y posibilita tomar posición en el análisis actual de cómo las culturas populares reciben e interactúan con las propuestas de la comunicación de masas[26].

El uso de estas tecnologías, dadas las características que estas tienen, se convierte cada vez más en un problema social de prognosis reservada, para el cual la mayor parte de los países no están suficientemente preparados. Enfrentar estos fenómenos exige nuevas estructuras, conceptos y estrategias, con el fin de conocer su alcance y líneas de acción[27]teniendo en cuenta que no siempre las sociedades están bien preparadas para recibirlas y darles un uso óptimo, debido a que, en muchos casos, sus habitantes carecen de una base cultural sólida y de un sistema eficiente de conocimientos aprehendidos con anterioridad.

Todos estos fenómenos tienen lugar a causa de (y bajo el signo de) el desarrollo, el progreso. Emile Durkheim, partiendo de Auguste Compte, ha expresado: de acuerdo con él, el hecho que domina la vida social es el progreso; y por otra parte, el progreso depende de un factor exclusivamente psicológico, a saber, la tendencia que empuja la hombre a desarrollar su naturaleza cada vez más[28]Es esta una condición inseparable del ser humano, la tendencia a la evolución, característica que lo acompaña desde las más tempranas edades de la vida en la Tierra.

Las palabras de Enrique González-Manet resultan muy esclarecedoras sobre el tema de optar por un desarrollo sano e inteligente:

Ante el deslumbrante mundo de las tecnologías, el cual es imprescindible dominar para competir y sobrevivir en las circunstancias actuales, es necesario preservar el desarrollo autónomo e independiente, proteger la identidad cultural y defender la soberanía y la capacidad de decisión. Estas líneas de acción son la mejor garantía frente a los peligros tecnológicos, de los que poco se habla y los que muchos prefieren ignorar[29]

Todo radica en saber poner la tecnología en función del ser humano y no al revés. Que el avance tecnológico sea un recurso importante para el desarrollo y bienestar del hombre, no una causa para su deterioro como especie ni algo que vaya en contra de los más elementales valores humanos que se manifiestan en la vida en sociedad ya que si se forma la sociedad, es para permitir al individuo expresar su naturaleza; y todas las informaciones por la que ella ha pasado (sic) no tiene otro objeto que hacer esta expresión más fácil y completa[30]

Así, se entiende como Barbero se dio cuenta de que para hablar del sentido de la comunicación hay que considerar el sentido que la comunicación tiene para la gente, en sus prácticas sociales, en su cultura cotidiana[31]Ya que el uso de las tecnologías forman parte de la vida de nuestras sociedades, es importante que se concientice la coherencia que debe tener su uso, para que su impacto (en y) entre nosotros sea verdaderamente productivo y enriquecedor.

Signos y símbolos en Internet

Para hablar de esta temática, lo primero sería definir qué entendemos por signo y qué por símbolo, para ello nos auxiliaremos de la semiótica y la antropología.

Entendamos el concepto de signo a partir de la teoría de Charles Sanders Peirce, uno de los fundadores de la semiótica, cuando expresa que:

Un signo o representamen es algo que para alguien representa o se refiere a algo en algún aspecto o carácter. Se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa persona un signo equivalente, o tal vez un signo aún más desarrollado. Este signo creado es lo que yo llamo el interpretante del primer signo. El signo está en lugar de algo, su objeto. Está en lugar de ese objeto no en todos los aspectos, sino sólo con referencia a una suerte de idea, que a veces he llamado el fundamento del representamen[32]

Cuando un usuario tiene frente a sí en la pantalla un objeto que puede ser una letra, un texto, una imagen estática o en movimiento, y ese objeto tiene uno o varios significados que son decodificados por el usuario, entonces estamos en presencia de un signo, que puede ser lingüístico, visual, auditivo, etc.

Al mencionar los planos la de expresión y el contenido, recordamos enseguida la teoría del signo lingüístico de Ferdinand de Saussure, quien plantea que el signo lingüístico es una entidad psíquica de dos caras que son significado y significante, y están relacionados el primero con el plano del contenido y el segundo con el de la expresión.

Al iniciar el proceso de lectura y decodificación de un mensaje en pantalla, se han de tener en cuenta varios factores que determinan la interpretación semiótica del hecho comunicacional a que nos referimos y son los elementos que condicionan la comunicación entre el público y el mensaje en la pantalla, estos elementos son los signos, o algunos de ellos, que utiliza Internet para llegar a sus usuarios:

  • Tipografía del texto. Tamaño de letra, colores utilizados, texto y formato de los enunciados que encabezan el mensaje, extensión del texto).

  • Características particulares de la construcción de la imagen del mensaje. Si se han utilizado fotografías, caricaturas, dibujos, montajes fotográficos o alguna técnica de animación).

  • Utilización del nombre de un autor de determinada fama o prestigio. Aquí funciona la importancia del conocimiento o no del (los) autor (es) por parte del receptor. No se reacciona igual frente a un autor conocido que frente a uno ignorado, aquí se ponen en funcionamiento en el espectador varios resortes que activan sus actividades cognoscitiva y de memoria: todo su universo cultural, sus recuerdos, inteligencia emocional, nivel de instrucción, patrones culturales a los que responde, medio social en que está insertado, expectativas que se ha creado (o, como plantea Umberto Eco, el nivel de expectativas psicológicas). El sólo nombre del autor es un signo y su efectividad dependerá del proceso de recepción.

  • Construcción del fondo sobre el que está montado el mensaje. Colores, si tiene alguna figura y si las hay entonces ver qué mensaje hay en esas imágenes en caso de que sean portadoras de algún subtexto que desde el punto de vista connotativo sea relevante, tamaño del fondo y distribución de los colores y de las imágenes, así como la posición de las mismas respecto al texto y sus enunciados más importantes.

  • Si el mensaje viene acompañado de música, identificar, desde un estudio semiótico de la música, si la misma comunica algún contenido específico.

La otra categoría con la que trabajamos es el símbolo que, según plantea el antropólogo norteamericano Leslie A. White: es la unidad básica de toda civilización y comportamiento humano[33]Sería favorable entender este concepto en el contexto de esta civilización digital de la que somos, de una u otra forma, integrantes.

También explica White que "cultura" es el nombre de un orden o clase distinto de fenómenos, es decir, esas cosas y acontecimientos que dependen del ejercicio de una habilidad mental, peculiar de la especie humana, que hemos llamado símbolos[34]A partir de lo explicado por White, entendemos que en el cibermundo los símbolos son los teclados, monitores, discos duros y todos aquellos implementos que utilizamos para comunicarnos con la megautopista y todo lo que ella pone a nuestra disposición.

Estos símbolos, además, se deben entender a través de una lectura semiótica eminentemente connotativa, ya que son portadores de una carga de significados muy rica, entiéndase: evidencias del desarrollo, comunicación con el mundo, accesibilidad a grandes volúmenes de información, conexión instantánea con disímiles lugares del planeta o ciberubuicuidad, acercamiento virtual de distancias, y otros tantos signos lingüísticos que conforman la carga semántica que contienen estos implementos desde que los reconocemos como símbolos visuales.

White ha explicado que: todo comportamiento humano se origina en el uso de símbolos[35]por eso entendemos que se haya desarrollado una serie de nuevas actitudes y comportamientos a partir de la irrupción del ciberespacio en nuestra realidad, que tiene como parte de su base el funcionamiento de un sistema de reconocimiento de los usuarios hacia Internet y todo lo que su presencia significa o connota.

Este mecanismo de reconocimiento funciona debido a que la cultura de Internet ha tendido sistemas de códigos entre ella y sus usuarios, entonces vemos que ya no se trata solamente de leer una página y ver los mensajes, ya sean textuales, fotográficos, audiovisuales u otros, sino de percibir el hecho de que a cada sitio en la red, se le puede hacer una lectura mucho más compleja que el hecho cotidiano de solamente leerlo.

La semiótica como herramienta de análisis de los discursos en el Ciberespacio

La disciplina científica que puede explicar cómo se lleva a cabo la comunicación usuario-máquina es la semiótica, en tanto posee herramientas que posibilitan el análisis de los signos de todo tipo que pueblan los mensajes del ciberespacio. Estos últimos llegan a los usuarios en forma de discursos que no siempre son textuales, sino también audiovisuales, o en forma de carteles que integran imágenes y textos.

Hemos seleccionado la semiótica siguiendo, por una parte, lo explicado por José Hierro S. Pescador quien, partiendo de Charles Morris (el eminente discípulo de C. S. Peirce), habla de las tres partes que distinguen la semiótica o estudio de los signos. En la formulación más breve se dice que la pragmática considera las relaciones entre los signos y sus interpretantes o usuarios, la semántica se ocupa de las relaciones entre los signos y los objetos denotados por ellos, y la sintaxis estudia exclusivamente las relaciones de los signos entre sí[36]Por otra parte, adoptamos el concepto expresado por Umberto Eco: la semiótica estudia todos los procesos culturales (es decir, aquellos en los que entran en juego agentes humanos que se ponen en contacto sirviéndose de convenciones sociales) como procesos de comunicación[37]

También se ha hablado de la semiótica como la teoría de los signos y como la doctrina de los signos, en palabras del propio Eco, quien ha expresado que: la semiótica general se ha convertido tal vez en la rama más importante de la filosofía[38]Esta ciencia puede percibir y decodificar toda la red de significaciones que contiene determinado mensaje y explicar cómo dicha red se relaciona con los procesos culturales que la han creado y la modifican, de una u otra forma.

De ahí que cuando vemos en la pantalla una película que muestra un bosque, animales y varias personas, no tenemos frente a nosotros al bosque, ni a los animales ni a las personas, sencillamente tenemos un grupo de imágenes en movimiento que nos llevan a un referente que reconocemos porque tenemos codificados todos estos signos visuales en patrones lingüísticos, así la palabra nos permite analizar la imagen aprovechando todos los recursos de nuestra memoria lingüística[39]

El intercambio de información entre Internet y sus usuarios se establece gracias a las posibilidades expresivas ilimitadas que brinda ese macrosistema de signos conocido como lenguaje y que constituye un fenómeno social. Ha sido inventado, perfilado, transmitido durante miles de años por la especie humana, que, al mismo tiempo ha ido transformando gracias a él sus propias estructuras mentales[40]

Según explica Eco: La semiótica debe abarcar también aquellos procesos que, sin incluir directamente el significado, permiten su circulación[41]El estudio semiótico de los mensajes en Internet tiene un gran impacto en la sociedad, ya que el mismo permite establecer la diferencia entre el uso sano y moderado de la red y su uso indebido y enajenante, permitiendo identificar los métodos y recursos que se usan para comunicarse con los usuarios y el impacto que genera en éstos, ya que estamos en presencia de un fenómeno de circulación de información a través de signos.

Se impone, entonces, un estudio de los discursos empleados teniendo en cuenta que la actividad semiótica de la inteligencia humana se encarga de esa peculiar tarea de crear códigos, sistemas estables de correspondencias entre significados y significantes. Es decir, la comunicación lingüística se basa en una previa actividad de creación de signos[42]Estos códigos creados y luego compartidos son los que permiten que el lenguaje, con todas sus varias formas de expresión: verbal, musical, etc., pueda constituir un hecho discursivo comprensible para el ser humano.

Durante el proceso de intercambio de sistemas de códigos entre el usuario y la pantalla, intervienen las referencias comunes del usuario y de las personas que han creado y puesto en circulación los mensajes con que el mismo está interactuando.

Para esto hay que recordar la teoría de los conceptos, de Tatiana Slama Cazacu, que plantea que tanto el emisor como el receptor tienen un sistema de referencias comunes (ambos responden a un contexto general), pero que cada uno tiene un sistema propio de referencias.

Toda esta serie de fenómenos tienen lugar durante el acto de la comunicación, donde se están compartiendo sistemas de signos; cuando se refiere esta temática, Umberto Eco explica la existencia de la función semiótica: cuando un código asocia los elementos de un sistema transmisor con los elementos de un sistema trasmitido, el primero se convierte en la expresión del segundo, el cual a su vez, se convierte en el contenido del primero. Existe función semiótica cuando una expresión y un contenido están en correlación, y ambos elementos se convierten en función de la correlación[43]

Sería aconsejable dividir el análisis en dos momentos: uno es la relación emisor-mensaje y el otro momento sería la relación mensaje-receptor.

Estos dos momentos son originados por el hecho de la producción del mensaje, donde ocurre algo similar a lo que plantea Louis Marin cuando habla del análisis semiótico realizado a un cuadro: para el estudio semiológico, el objeto pictórico está constituido por el conjunto indisociable del cuadro y su lectura (.) el cuadro forma una "matriz" de recorridos de la mirada, a partir de la cual son generadas las figuras del cuadro y cada generación define una lectura[44]

Aquí, nuestro "cuadro" sería la pantalla y la "pintura" los mensajes que están en ella y con los que el usuario está en contacto visual y, en algunos casos, auditivo. Lo demás que ha sido expresado en esta frase de Marin se mantiene inalterable: el interior de la pantalla es la matriz donde están todas las estructuras visuales significantes que son capaces de generar los procesos comunicativos. Dado lo polisémico que puede llegar a se cada mensaje, unido a que el proceso de desciframiento realizado por cada usuario es diferente, entendemos que es ese carácter polisémico el que permite que, según Marin, cada generación define una lectura.

En el primero, viéndolo desde la existencia de la función semiótica, los funtivos serían lo que el receptor observa en la pantalla y lo que comunica esto que es observado. Este planteamiento de Eco se relaciona con lo que para Morris sería la sintaxis, entendiéndola como la relación entre el emisor y el mensaje. Aquí y bajo este rubro, ambas categorías, sintaxis y función semiótica, irían de la mano. Siguiendo lo postulado por Peirce, hablamos del representamen y el referente.

Uno de los factores más importantes, en este primer paso, es que el mismo condiciona de forma determinante el segundo, porque la reacción del receptor estará en dependencia de lo que vea o escuche a través de la pantalla de su monitor. Así se prefigura el segundo paso que sería, siguiendo el enfoque de Peirce, el interpretante.

En el segundo caso, se trata no sólo de la llegada del mensaje al receptor, sino también de la decodificación que este hace último del mensaje recibido. Cuando habla de la percepción artística, Pierre Bourdieu expresa que toda percepción artística implica una operación consciente o inconsciente de desciframiento[45]Esto no solamente sucede en la percepción del arte, sino también de un mensaje de Internet, en tanto el receptor tiene ante sí un sistema sígnico, fruto de un proceso de construcción simbólica, el cual debe descifrar o decodificar.

Para esto pone en funcionamiento todos los mecanismos psíquicos y culturales que tiene a su disposición partiendo, entre otras cosas, de su modelo perceptivo, o sea, de la forma en que cada quien recuerda las cosas. Al recordarlas y a cada imagen visual asociarle una palabra, según Saussure la relación significado-significante, está haciendo, a nivel mental, un proceso de codificación que luego le permitirá activar en su memoria el modelo perceptivo para llevar a cabo exitosamente el desciframiento de un mensaje. A la luz de esta idea, está lo planteado por Bourdieu al decir: toda operación de desciframiento exige un código más o menos complejo y más o menos completamente dominado[46]

Dos enfoques en el análisis semiótico de la red de redes

Dado lo que explica Rosa Miriam Elizalde: Internet se ha revelado como el instrumento de esta época para hombres y mujeres de nuestra circunstancia, tal y como lo fue el hacha petaloide en la sociedad primitiva, el molino de viento en la edad media y la máquina de vapor en la era industrial[47]Ha devenido, asimismo, importante medio de comunicación entre los mass media.

La comunicación mediática que se establece mediante la red de redes está caracterizada, entre otras cosas, por apoyar su discurso en el uso de signos visuales que se han legitimado como tal mediante un proceso de construcción simbólica.

Junto a este proceso comunicativo, están los principios de la construcción de sentido establecidos por la Escuela de Palo Alto, en California, algunos de los que se relacionan con el tema que ahora nos ocupa, tres de los cuales son:

  • 1. En todo acto comunicativo existe contenido y relación. El contenido tiene que ver con los datos y la relación establece el vínculo con el interlocutor.

  • 2. La naturaleza de una relación depende de la forma de pautar las secuencias de comunicación que cada participante establece.

  • 3. La comunicación funciona en dos niveles: digital y analógico. El primero es el basado en signos discretos; en el segundo es muy difícil establecer pautas.

La comunicación del usuario con la máquina está basada, en parte, en el funcionamiento de estos principios, en tanto están enfocados a la comunicación. Pero, al hablar de esta temática, hay dos enfoques desde la semiótica que explican sus detalles como fenómeno. Partiendo de las definiciones explicadas por dos estudiosos, U. Eco en su libro La estructura ausente, se refiere a los umbrales superior e inferior de la semiótica de la siguiente manera:

Si el umbral inferior de la semiótica estaba representado por el linde entre señales y signos, el umbral superior está representado por el linde entre aquellos fenómenos culturales que sin lugar a dudas son «signos» (por ejemplo, las palabras) y aquellos fenómenos culturales que parecen tener otras funciones no comunicativas (por ejemplo, un automóvil sirve para transportar y no para comunicar)[48].

Por una parte está la teoría del signo lingüístico, explicada por el lingüista neogramático suizo Ferdinand de Saussure, quien plantea que este signo es una entidad psíquica de dos caras, significado y significante, y que se relacionan el primero con el plano de la expresión y el segundo con el del contenido.

Al respecto, plantea Eco que la teoría de Saussure: es incompleta e insuficiente precisamente porque utiliza la expresión signes. Para Saussure el signo es la unión de un significado con un significante y por ello, si la semiótica fuera la ciencia que estudia los signos, quedarían excluidos de este campo muchos fenómenos que actualmente se llaman «semióticos» o son de su competencia[49]

A partir de aquí, entendemos que los signos utilizados en Internet constituyen significantes ya que están expresando un determinado mensaje que precisa, a su vez, de la existencia de un significado para que el destinatario pueda recibir, con la mayor claridad posible, la carga semántica de dicho enunciado.

Por otra parte tenemos la tríada propuesta por el matemático y filósofo norteamericano Charles Sanders Peirce (a quien ya se ha hecho referencia): representamen-referente-interpretante, al respecto, explica Eco que:

La noción triádica de Peirce implica, aunque no se diga explícitamente, un elemento de convención y de sociabilidad, al igual que la definición de Saussure (.) la perspectiva de Peirce es más amplia que la de Saussure. Pero se basa también en el concepto de signo como unión de un significante con un significado, desde el momento en que incluso los síntomas (que tienen una naturaleza semiótica) tienen características idénticas al signo de Saussure: se trata de una forma física que recuerda algo al destinatario, algo que la forma física denota, denomina, indica, y que no es la misma forma física[50]

En esta tríada, el representamen es la información visual con que el receptor está en contacto, o sea, lo que está viendo, el referente es lo que eso que ha visto representa para él (o sea, en qué piensa cuando tiene ese contacto visual con el mensaje) y el interpretante es la idea que le permite decodificar la información que acaba de recibir, idea que unifica en sí los dos elementos anteriores y tiene una base eminentemente cultural, ya que cada individuo llevará a cabo el proceso de decodificación de acuerdo a sus propios patrones culturales.

Bibliografía

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WEBGRAFÍA:

  • Wikipedia

 

 

 

Autor:

Yanella Cantero Montano

César Caldas Rodríguez

[1] Medina Hernández, Ileana: Desde el otro lado. Aproximación a los estudios latinoamericanos de recepción, Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, 2000, p. 7.

[2] Kroeber, Alfred Louis: "El concepto de cultura en ciencia", en Antropología. Lecturas, compilación de Paul Bohannan y Mark Glazer, Editorial Félix Varela, La Habana, 2003, p. 107.

[3] González-Manet, Enrique: Conflictos de la informática, Editorial Pablo de la Torriente Brau, 2007, p. 7.

[4] Ibid, p. 109.

[5] Ibid, p. 110.

[6] González-Manet, Enrique: op. cit. p. 29.

[7] Ibid, p. 47.

[8] Lowie, Robert H.: "Los determinantes de la cultura", en Antropología. Lecturas, compilación de Paul Bohannan y Mark Glazer, Editorial Félix Varela, La Habana, 2003, p. 131.

[9] González-Manet, Enrique: op. cit. p. 143.

[10] Kroeber, Alfred Louis, op. cit. p. 118.

[11] Hierro S. Pescador, José: Principios de filosofía del lenguaje, Alianza Editorial Madrid, 1997, p. 68-71.

[12] Idem.

[13] González-Manet, Enrique: Identidad y cultura en la era de la globalización, Editorial Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 1999, p. 42, citado por su autor en Conflictos de la informática, Editorial Pablo de la Torriente Brau, 2007, p. 189.

[14] González-Manet, Enrique: La era de las nuevas tecnologías, Editorial Pablo de la Torriente Brau, 1998, p. 18.

[15] Martín Barbero, Jesús: De los medios a las mediaciones¸ Ediciones G. Gili, S.A de C.V., México, 2001, p. 10.

[16] Lotman, Yuri: "Acerca del mecanismo semiótico de la cultura", en Santiago, No. 1314, diciembre 1973marzo 1974, p. 112.

[17] González-Manet, Enrique, La era de las nuevas tecnologías, p. 9.

[18] Ibid, p. 11.

[19] Efecto mariposa, en Wikipedia.

[20] González-Manet, Enrique: La era de las nuevas tecnologías, Editorial Pablo de la Torriente Brau, 1998, p. 6.

[21] Eco, Umberto: "La canción de consumo", en Santiago, No. 5, diciembre de 1971, Santiago de Cuba, p. 102.

[22] Medina Hernández, Ileana: op. cit., p. 33.

[23] Eco, Umberto: "La canción de consumo", p. 106.

[24] Martín Barbero, Jesús: 1991b: 24, citado por Medina Hernández, Ileana: op. cit., p. 20.

[25] Abric, JeanClaude: Prácticas sociales y representaciones, Ediciones Coyoacán, S. A. de C. V., México, 2001. capítulo II.

[26] Medina Hernández Ileana: op. cit., p. 23.

[27] González-Manet, Enrique: La era de las nuevas tecnologías, p. 7.

[28] Durkheim, Emile: "Reglas para la explicación de los hechos sociales", en Antropología. Lecturas, compilación de Paul Bohannan y Mark Glazer, Editorial Félix Varela, La Habana, 2003, p. 247.

[29] González-Manet, Enrique: Conflictos de la Informática, p. 73.

[30] Idem.

[31] Medina Hernández, Ileana: op. cit, p. 19.

[32] Sanders Peirce, Charles: La ciencia de la semiótica, Nueva Visión, Buenos Aires, 1974.

[33] White, Leslie A.: "El símbolo: el origen y la base del comportamiento humano", en Antropología. Lecturas, compilación de Paul Bohannan y Mark Glazer, Editorial Félix Varela, La Habana, 2003, p. 347.

[34] Ibid, p. 349.

[35] Ibid. p. 347.

[36] Hierro S. Pescador, José: op. cit., p. 39.

[37] Eco, Umberto: La estructura ausente. Introducción a la semiótica, Editorial Lumen, Barcelona, 1986, p. 22.

[38] Huyghe, François-Bernard: "Entrevista. Umberto Eco", en Correo de la UNESCO, Año XVLI, junio 1993, p. 4.

[39] Marina, José Antonio: La selva del lenguaje. Introducción a un diccionario de los sentimientos, Editorial Anagrama, Colección Argumentos, Barcelona, 2006.

[40] Ibid, p. 7.

[41] Eco, Umberto: La estructura ausente. Introducción a la semiótica, Editorial Lumen, Barcelona, 1986, p. 22.

[42] Ibid. p. 71-72.

[43] Eco, Umberto: Tratado de Semiótica General, Editorial Lumen, Barcelona, 2000, p. 83.

[44] Marin, Louis: "Elementos para una semiología pictórica", en Image I, compilación de Desiderio Navarro, Casa de las Américas/UNEAC, 2002, p. 23.

[45] Bourdieu, Pierre: "Elementos de una teoría sociológica de la percepción artística", en Image I, compilación de Desiderio Navarro, Casa de las Américas/UNEAC, 2002, p. 189.

[46] Ibid, p. 193.

[47] Elizalde; Rosa Miriam: Cómo multiplicar nuestro mensaje en Internet, Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, 2005, p. 21.

[48] Eco, Umberto: La estructura ausente. Introducción a la semiótica, Editorial Lumen, Barcelona, 1986, p. 23.

[49] Eco Umberto: Ibid, p. 19.

[50] Ibid, p. 22.

Partes: 1, 2
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