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Orientación profesional: tres enfoques para su desarrollo


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Concepción sistémica de la orientación profesional
  4. Génesis y desarrollo del enfoque integrador de la orientación profesional
  5. La orientación profesional desde la teoría Holístico-configuracional
  6. Particularidades de la orientación profesional desde un enfoque complejo
  7. Conclusiones
  8. Bibliografía

Resumen

Aborda como se trata la temática de orientación profesional desde la perspectiva de tres paradigmas de las ciencias sociales: la sistémica, la holística y la compleja. Se argumentan los aportes y limitaciones de cada uno de estos enfoques cienciológicos y se caracterizan a partir de sus principios leyes y categorías. El artículo expone de forma valorativa los presupuestos de la pedagogía cubana actual y lo que supone asumir otros sustentos desde los enfoques alternativos que se analizan.

ABSTRAC

The article approach as the subject matter has to do with professional orientation from the three- paradigms perspective of the social sciences itself: the systemic, the holistic and the complex. Argument the contributions and limitations out of every one of these focuses themselves and they characterize starting from his beginnings laws and categories. The article he displays of scientist form the pedagogy's budgets present-day Cuban and the one that supposes to assume another supports from the alternative focuses that analyze him.

Palabras claves

Orientación profesional, enfoque integrador, sistémico, holístico, complejidad.

Professional orientation, holistic approach, systemic, holistic, complex.

Introducción

En la búsqueda de una orientación profesional como proceso educativo que promueva los pilares básicos expuestos por la UNESCO para la Educación del futuro, se pueden apreciar concepciones teóricas que van desde lo sistémico, a lo holístico y de este a lo complejo. Diferentes miradas desde un mismo paradigma, atemperadas a escenarios y contextos educativos diversos. La actualización de la comunidad científica requiere de un análisis que abarque estas concepciones declarando sus nexos epistemológicos y particularidades epistémicos y teórico-metodológicas.

La caracterización "a priori" del proceso de orientación profesional contemporánea, partió de una concepción sistémica que aún en la actualidad, se pondera por su fuerte carácter práctico y metodológico en el campo social y educativo. No obstante, los debates científico-metodológicos han evidenciado en la comunidad científica cubana de pedagogía, elementos de un subyacente valor integrativo y holístico, que si bien parcializa de forma unidimensional el carácter científico del proceso, genera una nueva visión de la orientación profesional contemporánea, más a tono con la búsqueda y renovación del conocimiento científico.

En este artículo se pone al descubierto algunos argumentos que revelan las diferentes limitaciones y aportes de estas diferentes perspectivas de ver un mismo proceso, lo que además de considerarse interesante a la hora de percibir las transformaciones cualitativamente superiores en la construcción de la epistemología de la orientación profesional en los diferentes contextos, genera indudablemente una contradicción interna en las concepciones que acerca del tema se tienen.

En las investigaciones teóricas acerca de la orientación profesional como proceso educativo en la contemporaneidad, se asume como regularidad el modelo aportado por la Teoría General de los Sistemas para su concepción e investigación, mientras que otras concepciones han llegado a denominar una concepción integradora, o como la mayoría prefiere llamar u enfoque integrador. En las postrimerías de este análisis comenzaré explicando las particularidades de la primera de estas perspectivas teóricas: la sistémica.

Concepción sistémica de la orientación profesional

Las ideas sistémicas tienen su origen y consolidación en el Siglo XX, con el desarrollo de la Biología en la primera mitad de esta centuria, al aparecer en sus dos primeras décadas las denominadas "teorías organísmicas" que agrupaban a un conjunto de interpretaciones y concepciones de la totalidad orgánica y el proceso de surgimiento de nuevas propiedades en el desarrollo de los organismos vivos.

Ejemplo de esto se evidencia con G. Braun y P. Selars los que en la década del veinte introducen el concepto de "niveles estructurales", que reconocían que la naturaleza se caracterizaba por la existencia de una jerarquía de niveles de diferente complejidad. Ludwig von Bertalanffy por su parte superó el pensamiento analítico-sumativo al reconocer que el sistema tiene una estructura dinámica que implica que sea internamente activo. A principios de la década del treinta Bertalanffy introduce el concepto de "sistema abierto", al considerar la relación de intercambio entre el organismo vivo y el medio externo.

Estas ideas de lo evolutivo inicial de la Teoría General de Sistemas presupone que esta constituye una "teoría que desde sus orígenes comprende una diversidad de criterios y escuelas diferentes que le dan el peso fundamental a las consideraciones de las cuales parten". (Fuentes González, Matos Hernández, 2006, 36)

Y en este sentido es válido mencionar:

  • Los estructuralistas: que hacen énfasis en el significado de las estructuras, es decir, en los elementos componentes del sistema

  • Los funcionalistas: enfatizando en la función, así como en el uso y la utilidad de las relaciones entre los elementos componentes.

Mientras que teóricos como T. Parson tratan de unir ambos criterios para crear una escuela estructural-funcionalista. "De ahí que podamos distinguir dos tendencias en el desarrollo del pensamiento sistémico contemporáneo: la primera tendencia que reconoce el planteamiento sistémico como paradigma de las ciencias y que la Teoría General de Sistemas, por su generalidad pasa a tener rango filosófico, y la segunda tendencia que reconoce la Teoría General de Sistemas como modelo aplicable a las ciencias, pero no pretende darle un alcance filosófico". (Fuentes González, Matos Hernández, 2006, 36).

Estas formas especiales de concepción científica se han extrapolado a diferentes esferas del conocimiento, por lo que llegan a las ciencias pedagógicas de manos de autores como Álvarez de Zayas, 1998, 1999; Fuentes González, 1998, 2006 Ruiz Aguilera, 2000; Lanuez Bayolo, 2003; Concepción García, 2005; Valle Lima, 2007 entre otros que le utilizan como modelo de análisis de los procesos educativos, como método de investigación educativa, o como herramienta metodológica para la aportación en el contexto teórico y práctico. Por regularidad los investigadores en materia de orientación profesional asumen la primera consideración, aunque no precisan en qué medida se manifiesta el rango filosófico de la teoría asumida para las ciencias pedagógicas en general; y en particular, para el análisis de la orientación profesional. Es por eso utilizado como sustento teórico-metodológico, de aquí se aprecia que emerge una de las fisuras epistemológicas del proceso desde la concepción sistémica, al dejar una explicación subyacente en el plano filosófico, pero no argumentando sus particularidades epistemológicas.

Otro aspecto que está presente en los investigadores que abordan la orientación profesional desde la perspectiva sistémica "es que a pesar de que el paradigma sistémico surge en contraposición a los fundamentos del paradigma empírico-analítico, aún subsiste la visión mecanicista y la interpretación metafísica del desarrollo en la determinación del sistema y su estructura, propio de la concepción positivista, en que la investigación se reduce con frecuencia a uno de los elementos del sistema, su estructura, y a partir de ahí se pretende hacer una generalización al todo".(Fuentes González, Matos Hernández, 2006, 36)

En esta perspectiva lo último que llegó a nuestro Centro de Investigaciones fue el libro de Valdés Salmerón, 2011; Orientación profesional: Un enfoque sistémico, de la Editorial: Pearson Educación de México. Texto que al decir de su autora está "dirigido a estudiantes que cursan el bachillerato, al que se les ofrecen variadas oportunidades para comprender el fenómeno de la elección profesional de acuerdo con su estilo de aprendizaje, así como para conformar su propio modelo acerca de sí mismo y el mundo que le rodea, con el propósito específico de tomar la mejor decisión profesional. Tiene cuestionarios de auto-evaluación cuyos resultados darán al usuario una visión objetiva que le permitirá tomar las decisiones más adecuadas". (Valdés Salmerón, 2011, Resumen). Este resumen es contentivo del argumento anterior referente al carácter mecanicista y positivista del proceso desde esta concepción teórica.

La perspectiva sistémica se aprecia en otro texto que se considera es consecuente con los presupuestos teórico-metodológicos que lo sustentan, esta vez de la genialidad de (García Gómez, S. y Romero Rodríguez, S. 2011); La orientación en la formación profesional: una necesidad urgente. Particularmente el epígrafe titulado: Orientación y proyecto profesional y de vida: Una perspectiva sistémica; aborda desde una perspectiva psicopedagógica actuaciones orientadoras complejas que respondan a una perspectiva educativa y ayuden a la persona a aprender a construir-se a través de la elaboración de proyectos profesionales y vitales. Este planteamiento entronca con las propuestas de la orientación para el desarrollo de la carrera que tan profusamente han sido analizadas por la comunidad científica. "Estos planteamientos que, inicialmente estaban más centrados en la persona, se están viendo enriquecidos por una visión más holística, ecológica, sistémica, colectiva y emancipadora de la orientación profesional, y en esa línea venimos trabajando.( Romero, 2003, 425) Otros trabajos en esta línea son los de Fernández, 2001, que enfatizan el carácter liberador y social del proceso de orientación, así como la perspectiva sistémica defendida por Sarmiento y Ocampo, 2004.

En el ámbito internacional encontramos numerosas fuentes en las que en los últimos años se han estado difundiendo revisiones teóricas y trabajos de investigación en torno a esta perspectiva evolutiva-contextual o ecológica de la orientación profesional. Entre los trabajos más recientes podemos destacar el de Vondracek y Porfeli, 2004, quienes proponen un modelo ecológico de las transiciones y ofrecen planteamientos metodológicos para abordar la complejidad de la persona en desarrollo y en interacción dinámica con los contextos que cambian rápidamente y que se componen de niveles de contextos múltiples y organizados jerárquicamente. Patton y Mc Mahon, 2006, trabajan desde un enfoque sistémico y defienden la necesidad de llevar a cabo procesos de orientación profesional en los que se considere la naturaleza auto-organizativa de los sistemas abiertos –como es la persona- en interacción con otros sistemas –la familia, la escuela, y el mercado de trabajo.

Estos planteamientos requieren de una concreción a la hora de plantear una actuación orientadora profesional: aprender a construir proyectos profesionales y vitales. Desde nuestro equipo de investigación expresamos que el proyecto profesional es una construcción intencional y activa que se desarrolla a lo largo de todo el ciclo vital, como búsqueda de sentido; es un proceso no lineal, que se concreta en un plan de acción abierto a las posibilidades que ofrece el entorno, complejo y sistémico, en el que la inteligencia emocional juega un importante papel; es una expresión de libertad y se desarrolla en interacción con la propia historia y con el contexto social. A través de la sistematización teórica de más de ciento sesenta investigaciones científicas sobre la temática a nivel internacional se pudieron determinar que esta idea se aprecia en su generalidad, pues, los autores contemporáneos dirigen sus aportes hacia el componente de las motivaciones profesionales, de las influencias educativas, o de las potencialidades de determinado contexto formativo o educativo.

  • El sistema educativo cubano y la concepción sistémica de la orientación profesional

Como programa educativo del sistema educacional cubano, la orientación profesional posee en su estructura externa un carácter sistémico el cual se basa en los siguientes componentes, y niveles de relaciones:

Como componente legal y jurídico para el desarrollo del proceso se encuentra la escuela; como componente de tipo filial: la familia; y como componente social: la comunidad. El nivel de relación es armónico, lo cual no deja de evidenciar un carácter contradictorio y conflictivo en la sociedad cubana actual. Motivado en su generalidad por la dicotomía entre las necesidades sociales y los intereses profesionales expuestos por cada componente.

No obstante a ello, la escuela es el contexto educativo que como componente del sistema debe desarrollar las acciones que permitan favorecer la orientación del sujeto hacia las diferentes profesiones u oficios.

La familia debe estar a tono con las orientaciones de la institución educativa e implicarse en las diferentes actividades que posean tales propósitos, en un ambiente armónico y comunitario por excelencia; sin dejar de lado las posibilidades que este último componente ofrece al sujeto en formación.

Desde esta perspectiva entonces en fácil concluir que la orientación profesional se desarrolla desde una relación predominantemente formativo-social. (Fig. 1.1)

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Fig. 1.1 Representación de la perspectiva sistémica general de la orientación profesional en el contexto educativo cubano

Génesis y desarrollo del enfoque integrador de la orientación profesional

La inquietante epistemología de los procesos sociales, tan cualitativamente predominante, hace que las transformaciones en su esencia sean tan dinámicas, como tan intangibles y en ocasiones poco aceptadas, muy cuestionadas y paulatinamente percibidas. Esta reflexión extrapolada a la temática que nos ocupa se relaciona con las comunicaciones que establezco con personalidades de la investigación en la orientación profesional a nivel nacional.

Cuando me comuniqué por primera vez con la Dra. C. Psicológicas Viviana González Maura pensé y pienso que mi visión sobre la orientación profesional debía seguir perfilándose hacia una arista que aportara con la mayor objetividad posible para lograr optar por el grado científico de Dr. C. en Ciencias Pedagógicas. Por eso, luego de leer y releer sus consideraciones sobre los niveles estructurales de motivación profesional decidí entrar en un dialogo académico acerca de lo referente al enfoque integrador y los diferentes modelos que sobre este se han elaborado con anterioridad, sobre todo porque así quise denominar mi propuesta.

A estos particulares González Maura respondió:

"Te sugiero que busques en Internet sobre el tema. Hay un enfoque también integrador de la Orientación Profesional que se denomino en los años 70 del pasado siglo "Educación para la Carrera" y que se ha trabajado no solo en EE.UU. sino también en Europa como modelo educativo del proceso".( Texto tomado de correo electrónico enviado al autor el Lun, 30 de Mayo de 2011, 9:12 am. Remitente: [email protected])

En páginas del primer libro que escribí sobre la orientación profesional (Orientación profesional para la vida. Editorial Académica Española. 2011) y en el que abordo los elementos generales de la propuesta holística, analizo los aspectos sugeridos acerca de este movimiento y enfoque integrador del proceso.

Refiero que surge en los años 70, en Estados Unidos, el Movimiento denominado "Career Education" (Educación para la carrera), impulsado por Super y Hall, específicamente en 1978; con propuestas novedosas en comparación con las anteriores. "Luego toma auge en otros países, señalando el papel orientador del profesor y la necesidad del trabajo en las asignaturas, de modo que la orientación profesional se inserta en el currículo escolar, se vinculan la escuela y la comunidad, para que el sujeto a partir de su autovaloración y auto-conocimiento educados pudiera relacionarse con la elección y la toma de decisión por una profesión". (Matos Columbié, 2003, 9)

El Movimiento de Educación para la Carrera se produce en el contexto de una Reforma Educativa que pretendía erradicar insuficiencias detectadas en el sistema de enseñanza norteamericano tales como:

  • Inexistente relación entre la formación recibida y la exigida para ejercer una profesión.

  • Falta de información y preparación de los estudiantes para enfrentar la transición escuela-trabajo.

  • Falta de vinculación entre la institución educativa y la comunidad.

"De esta manera el Movimiento de Educación para la Carrera al posibilitar la introducción de la orientación en el currículo escolar y la vinculación de la escuela con la comunidad en el trabajo de orientación profesional, permite al estudiante obtener mayor información acerca de sus oportunidades laborales al mismo tiempo que crea las condiciones en el currículo escolar para le educación del auto-conocimiento y autovaloración del estudiante en relación con sus posibilidades para el estudio de una profesión y para la toma de decisiones profesionales".(González Maura, 2003.)

"La orientación profesional a la luz de este nuevo enfoque es caracterizada como:

  • Un proceso continúo de ayuda al estudiante para el desarrollo de sus potencialidades cognitivas y motivacionales que le posibiliten elegir conscientemente una profesión y comprometerse con la calidad de su formación durante el estudio de la misma.

  • Un proceso en el que participan todos los agentes educativos en las acciones de orientación (maestros, psicólogos escolares, pedagogos, padres de familia, representantes de la comunidad).

  • Un proceso en el que la orientación profesional se realiza no con el individuo aislado (atendido en un consultorio) sino con el individuo perteneciente a un grupo (escolar, institucional, comunitario).

  • Un proceso preventivo y no terapéutico.

  • La orientación profesional en este enfoque deja de ser un proceso de ayuda al estudiante que la solicita espontáneamente porque manifiesta una situación conflictiva respecto a la elección profesional, para convertirse en un proceso de prevención en el que se trabaja para el desarrollo de las potencialidades del estudiante con el objetivo de prepararlos para la realización de una elección profesional responsable.

  • Un proceso en el que el estudiante es considerado un ente activo en la orientación profesional en la medida que participa en la toma de decisiones profesionales sobre la base de un complejo proceso de reflexión de sus posibilidades motivacionales, y de las posibilidades que le ofrece el medio en que se desarrolla para el estudio de una u otra profesión.

Este enfoque de la orientación profesional es el que asume fundamentalmente en la actualidad la Comunidad Europea, y se refleja por ejemplo en documentos españoles: Documento sobre la Orientación Educativa e Intervención Psicopedagógica, (MEC); 1990.

"En España, desde la Ley General de Educación de 1970 se ha prestado especial interés a los servicios de orientación o tutorías, con el objetivo de ayudar al alumnado a que reconozca sus habilidades y potencialidades para orientarles a elegir la profesión más adecuada".

"Dentro de los esfuerzos latinoamericanos merece destacar, entre otros, el trabajo de Rodolfo Bohoslavsky quien en 1971, con su libro la Orientación Vocacional: La estrategia clínica, representó "un fundamento fundacional diseñado para confrontar con la rigidez y cientificidad de la estrategia psicotécnica". (Gonzales Bello, 2008.)

"Es interesante destacar cómo si bien desde el surgimiento de las teorías evolucionistas se destaca el carácter procesal de la orientación profesional y su extensión a lo largo de la vida del sujeto, el énfasis fundamental de la orientación se hace en las etapas previas al ingreso del estudiante a un centro de formación profesional, por lo que el trabajo en este sentido se limita a la preparación del sujeto para la elección profesional. Limitación que se observa en los intentos por desarrollar la Orientación dentro del currículo escolar en el Movimiento de Educación para la Carrera, toda vez que las experiencias en este sentido se realizan fundamentalmente en los niveles básico y medio de enseñanza y muy pocas en la Educación Superior". (Viltre Calderón, 2011.)

Otras de las reflexiones de González Maura aluden a que: "hay otros enfoques integradores: el Enfoque Constructivista de la orientación profesional, y el Enfoque Humanista". (González Maura, 2011.)

Pero los elementos más valiosos y con los que ya coincidía se perciben cuando asegura en su e-mail que: "el Enfoque Histórico-Cultural del desarrollo humano es un modelo integrador que hemos utilizado autores cubanos que trabajamos la orientación profesional desde una perspectiva educativa: Ibarra, Lourdes; Domínguez, Laura; González Serra, Diego; yo también asumo esta posición y los maestrantes que he tutorado que han investigado sobre la orientación profesional en la Educación Superior". (González Maura, 2011.)

Considero que es valioso el aporte de este enfoque, sin embargo, su carácter predominantemente psicológico constituye una debilidad para fundamentar desde la pedagogía una propuesta sólida, no quiere decir esto que no se integre como elemento dinamizador muchas de las consideraciones de este enfoque como sustento teórico- metodológico en mi propuesta. Debo decir que entre los criterios y consideraciones más valiosos que la doctora González Maura aportó desde su visión es la de que "si vas a utilizar un modelo debes diferenciar bien, según tu criterio, qué aporta de nuevo ese modelo respecto a otros ya trabajados en la orientación profesional desde una perspectiva educativa". (González Maura, 2011.)

Para el logro de este propósito comencé a indagar sobre la posibilidad de existencia de otros modelos o propuestas holísticas de la orientación profesional y en ello encontré que la perspectiva Holística se comienza a retomar para el desarrollo de la orientación profesional a partir de finales del siglo XX, en autores como Clayton, 2000; la que considera que la orientación profesional "es o debe ser un proceso holístico, imparcial, voluntario y centrado en el cliente". (González Maura, 2011.)

Pues otras bibliografías reconocen que tiene sus antecedentes en (Mansilla, 1973); quien propuso en Argentina un enfoque holístico que integraba "elementos conductistas clínicos, la psicometría y estrategias de adaptación para aconsejar, en la atmósfera social Sudamericana". (Di Doménico y Vilanova, 2011.)

Aspectos que conllevaron a investigadores como (Matos Columbié, 2003); a elaborar desde el proceso comunicativo, un enfoque integrador para la orientación profesional en el preuniversitario o (Härtel, 2011); a desarrollar estudios comparativos en más del 80% de los países europeos para aseverar que "uno de los requisitos para los debates en la calidad y estructura de la orientación profesional desde una visión holística incluye todos los avances y para eso debe ser usado cada campo del proceso. La calidad se refiere a varias dimensiones del proceso".

Es importante señalar que en el caso de Clayton y Härtel, se inscriben en la declaración de que esta perspectiva holística, define a la orientación profesional como un proceso alo largo de toda la vida.

Con estos referentes se puede responder a los requisitos que se dan como indicadores de la modelación del proceso desde el campo educativo y desde la Teoría Holístico-configuracional de los Procesos Sociales lo cual da novedad y pertinencia teórica al trabajo en el terreno de las ciencias pedagógicas.

La orientación profesional desde la teoría Holístico-configuracional

La pedagogía es una ciencia social con un carácter socio histórico concreto y los procesos educativos que se desarrollan a partir de sus presupuestos epistemológicos y aparato categorial, los que poseen el mismo carácter. "La lógica interna del desarrollo de la ciencia y de la práctica exige el reforzamiento de la elaboración de aspectos integrados en la concepción teórica de la educación", (Colectivo de autores, 1981.) lo que repercute en los procesos educativos contenidos en las ciencias pedagógicas. En el proceso de orientación profesional específicamente se aprecian esfuerzos encaminados a esta integración.

Ejemplo de ello son las investigaciones realizadas por: (Fundora Simón, 2004) el que utiliza diferentes instrumentos para la Integración de los procesos cognitivos y afectivos en el desarrollo formativo de la vocación, a través de una concepción interdisciplinar del currículo de estudio.

(Torres Domínguez, 2003) asume la integración del trabajo de orientación profesional para las carreras agropecuarias a partir de un trabajo consciente y sistemático con los alumnos de séptimo, octavo y noveno grado y seguimiento en el primer año de la carrera de Agronomía del politécnico.

(Matos Columbié, 2003) elaboró una Metodología Integradora como una vía científica estructurada por fases para que la escuela conduzca el proceso de orientación profesional-vocacional, que permite la intervinculación de los contextos de actuación significativos que actúan sobre el educando, con la finalidad de lograr la autodeterminación y elección consciente de la profesión considerada como prioridad social del territorio.

(González González, 2005) concibe la integración mediante la capacitación de los integrantes de la estructura de dirección municipal de educación y de escuela en las concepciones teóricas, metodológicas y prácticas sobre la orientación profesional pedagógica a través de diferentes acciones donde se vincule la teoría con la práctica, que le permitan el desarrollo de conocimientos, habilidades, motivaciones y actitudes necesarias para la dirección efectiva de la orientación profesional pedagógica.

Sin embargo, en estas concepciones de lo que significa integración se excluyen algunos elementos ya abordados por el autor en cuanto a lo socioeducativo, lo motivacional y/o lo formativo; cuando por otra parte lo que en realidad se establece es la vinculación entre contextos, o agencias socializadoras.

Teniendo en cuenta los elementos expuestos, los autores asumen como vía para el logro del enfoque integrador del proceso de orientación profesional, el modelo de la holística-configuracional. Esta teoría utilizada como herramienta metodológica en la modelación de la orientación profesional permite concebirla desde un enfoque integrador, al reconocer su naturaleza compleja, dialéctica y holística. Elementos que aportan novedad al estudio del proceso, ya que en la sistematización de la bibliografía sobre el proceso, es insuficiente el análisis e interpretación del mismo desde tal punto de vista.

El enfoque holístico-integrador de la orientación profesional presupone que este proceso se desarrolla de manera dialéctica, pues en su interacción con los estudiantes, favorece la construcción del significado que adquiere para ellos la futura profesión.

Este tiene además un carácter complejo pues se desarrolla desde las influencias educativas de los diferentes factores implicados en el proceso, desde las características y potencialidades del proceso formativo donde está implicado el estudiante, así como desde la utilización de los diferentes niveles de motivación profesional que este adquiere como parte de una elaboración personal, que se manifiestan en las transformaciones que aportan cada aspecto en el desarrollo del proceso, lo que evidencia la necesidad del carácter holístico que constituya de forma armónica todos estos elementos en un todo integrado. Por otra parte es importante reconocer el enfoque integrador de la orientación profesional, avalado por la holística-configuracional, pues, este proceso es de construcción crítica de significados y sentidos profesionales donde el centro de ello es la autodeterminación profesional del estudiante.

Todo lo antes expuesto permite declarar que la orientación profesional desde esta nueva concepción es un proceso holístico, es decir, totalizador, multidimensional, multifactorial, donde se interrelacionan procesos de diversas direcciones, desde lo socioeducativo, lo motivacional, y lo formativo. Todos estos aspectos y rasgos del proceso se integran en una compleja totalidad inseparable en su esencia que conduce a la consideración del carácter configuracional del mismo.

Desde la validación por la comunidad científica de la teoría holístico-configuracional para el ámbito educativo, varios han sido los investigadores que la utilizan para el desarrollo de sus investigaciones. De estos los autores del presente informe de investigación expresa y fundamenta la propuesta en el proceso de modelación en consecuencia con la teoría utilizada el siguiente algoritmo:

  • Dimensiones y configuraciones del proceso de orientación profesional

  • Eslabones que relacionan las dimensiones del proceso

3.1. Dimensiones del proceso de orientación profesional desde el enfoque holístico-integrador

En el estudio de la orientación profesional se hace muy complejo aplicar la relación entre los factores implicados en el proceso, por lo que se requiere acudir a elementos más integradores que permitan tener una representación más cercana del desarrollo del objeto y es a lo que se le denomina: Dimensiones; las que constituyen esferas del objeto configuradas coherentemente, en una unidad de elementos más específicos. "Así, las dimensiones se entienden como esferas integradoras del funcionamiento de un objeto que ofrecen una noción de sus características, de su nivel de desarrollo y permiten visualizar la forma en se organiza y desarrolla y facilita la elaboración de estrategias y programas para la continuidad de su desarrollo". (Fuentes González, H. 1998).

Partiendo de los argumentos anteriores los autores declaran que las dimensiones del proceso de orientación profesional son las siguientes:

  • Dimensión formativa

  • Dimensión socioeducativa

  • Dimensión motivacional

3.1.1. Dimensión formativa

En este caso la dimensión formativa es entendida como la expresión del movimiento del proceso de orientación profesional pedagógica a partir de la relación dialéctica entre las configuraciones diagnóstico, objetivo, y método, las cuales a través del método educativo, enuncia la manifestación pedagógica del proceso.

En la dimensión formativa el diagnóstico debe ser entendido como la categoría que facilita el conocimiento inicial y progresivo de las características generales, específicas y de desarrollo del proceso en todas sus dimensiones. Por lo que se asume el carácter integrador y sistemático del diagnóstico como eje central del mismo y que se planifica y ejecuta desde la escuela para:

  • Conocer los intereses y motivos profesionales del estudiante

  • Conocer las características familiares

  • Conocer las condiciones de la empresa

  • Conocer las características socio-económicas de la comunidad

Como aspectos básicos que favorecen la relación de ayuda individualizada y colectiva en el desarrollo de la orientación profesional. Por lo tanto el diagnóstico es el punto de partida que desde la dimensión formativa le confiere objetividad al proceso dentro del proceso formativo.

El objetivo dentro de la dimensión formativa aporta la intencionalidad que posee cada una de las acciones que se desarrollen en el proceso. Este por tanto debe ser determinado con un máximo nivel de objetividad y concreción, teniendo en cuenta cada uno de los indicadores que permitan su cumplimiento. Por otra parte el objetivo es además el que declara el alcance máximo de cada acción, el que no puede ser minimizado, pues de esta manera se estaría perdiendo la objetividad del proceso.

El método es en el contexto formativo la principal configuración del proceso de orientación profesional. Este expresa de forma dinámica la lógica y forma en que se desarrolla y concreta el proceso en la práctica educativa.

En la pedagogía los métodos educativos posees particularidades que se avienen a las vías fundamentales que se utilizan para el desarrollo del proceso de orientación profesional. Estas particularidades consisten en:

  • "Las influencias que deben dirigirse hacia el desarrollo de las cualidades de la personalidad, deben alcanzar este objetivo a través de una actividad determinada

  • Influyen en la totalidad de la personalidad

  • No solo educan los pedagogos, los padres y otros adultos, sino también los diferentes tipos de colectivos". (Colectivo de autores, 1981, 183)

  • "La educación en el colectivo constituye principio y forma de organización, por tanto, los métodos educativos deben propiciar la dirección pedagógica objetiva y correcta que conduzca a la necesidad de unidad de las distintas influencias del colectivo sobre la personalidad

  • Estimulan la auto-educación y la independencia

  • Integran un sistema ya que ningún método por si solo puede garantizar la formación y desarrollo de la personalidad". (Labarrere, 2001, 185)

El método en la dimensión formativa de la orientación profesional debe ser entendido como la vía que se utiliza para concretar el desarrollo de orientación profesional, a través de una acción u otro proceso educativo, este "presupone aprovechar las potencialidades intrínsecas en los componentes docentes, extradocentes y extraescolares que se ejecutan por la escuela y otros factores de la sociedad". (Gómez, 2003, 1)

El método visto desde este punto de vista adquiere dos vías fundamentales:

  • El método como vía para el desarrollo del proceso

  • El método como mediador entre la orientación profesional y otro proceso educativo

El método como vía para el desarrollo del proceso de orientación profesional según Gómez Betancourt, 2003; se ve reflejado en acciones como las siguientes:

  • El diagnóstico de los intereses pre-profesionales de los estudiantes (DIPE)

  • Conferencias especializadas de orientación profesional (CEOP)

  • Bureos de Información profesional (BIP)

  • La orientación para el estudio individual profesional (OPEIP)

  • Ejercicios y problemas con orientación profesional implícita (OPOPI)

  • Las excursiones y visitas profesionales diferenciadas (EVPD)

  • Las entrevistas individuales de orientación profesional (EIOP)

Mientras que en el método como mediador entre la orientación profesional y otro proceso educativo se puede desarrollar fundamentalmente de las siguientes formas:

  • La instrucción profesional en la clase (IPC)

  • La información profesional en la escuela de padres (IPEP)

  • Práctica laboral y/o pre-profesional con orientación profesional implícita (PLOPI)

En resumen el método, como componente de la dimensión formativa se convierte en la expresión dinámica del proceso de orientación profesional, que manifiesta un papel determinante en la función educativa del proceso, lo cual; marca su carácter netamente pedagógico.

3.1.2. Dimensión Socioeducativa

La dimensión socioeducativa es la esfera del proceso de orientación profesional donde se establecen las relaciones entre los factores que como influencias educativas están presentes en su desarrollo: escuela, familia, comunidad, y empresa; las que pueden entenderse como la manifestación sociológica del proceso. La integración de estos factores en una relación dialéctica y armónica es la expresión del movimiento del desarrollo del proceso, a partir de la escuela como factor que coordina, dirige, dinamiza y controla, la totalidad de las relaciones.

La escuela es el núcleo central de las relaciones que como influencias educativas favorecen la orientación profesional del estudiante. Esta desde el punto de vista institucional y legal posee la responsabilidad de coordinar con el resto de los factores las acciones que favorezcan el desarrollo del proceso. Desde el punto de vista científico y pedagógico conoce los métodos y vías más efectivas para la caracterización pedagógica integral del estudiante y conocer dentro de la misma los motivos profesionales que este posee favoreciendo su desarrollo.

Mientras que desde el punto de vista metodológico posee las vías y procedimientos para integrar al proceso formativo el proceso de orientación profesional como proceso educativo que favorezca la formación integral de la personalidad y la profesión del estudiante.

Estos elementos que se manifiestan como dificultad en el desarrollo del proceso en cuestión, dan cuenta de la importancia del papel de la institución educativa donde se regula el nivel y dinámica con que se desarrolla la orientación profesional de la personalidad. En resumen la escuela, y como órgano rector el consejo de dirección posee el papel transformador del proceso de orientación profesional dentro de las influencias educativas que favorecen el proceso del orientación profesional en la formación del técnico medio.

La familia es el espacio afectivo-filial que por excelencia aprecia las características más generales de la orientación profesional del estudiante. En este aspecto los miembros de la familia deben integrarse como influencia educativa a la estrategia establecida por la escuela, en un constante proceso de capacitación que favorezca su influencia positiva sobre el estudiante.

Lo anterior requiere por otra parte del conocimiento por parte de la familia de las características del proceso formativo del estudiante, del perfil ocupacional, de las posibilidades de inserción social, de la importancia de la futura labor profesional; así como de los logros y dificultades que es estudiante presenta en el desarrollo del proceso formativo. Esta tarea debe ser necesariamente desarrollada por los padres o tutores del estudiante. El nivel de sistematicidad con que se desarrolle esta relación determina la influencia que la familia ejerza sobre el estudiante.

Resumiendo, la familia en esta nueva concepción se integra al centro del proceso como influencia educativa que favorece el desarrollo de la orientación profesional en el contexto extraescolar, el que sale del marco de la institución educativa.

La comunidad como parte de las influencias educativas que integran el proceso de orientación profesional posee el papel de incidir de forma positiva en la formación del estudiante, teniendo en cuenta los propósitos comunes del grupo de personan que la componen, a partir del renglón económico fundamental que lo caracteriza.

Cada una de las instituciones y organizaciones que pertenezcan o no a este renglón de la economía, constituyen potencialidades que pueden explotarse en función desde el punto de vista comunitario desarrollar el proceso de orientación profesional.

La comunidad como influencia educativa no tiene un papel secundario, sino todo lo contrario, pues, en la medida en que esta se integre al centro del proceso, aportará al proceso reconocimiento social, así como importancia en el ámbito profesional y laboral, acorde por supuesto a los intereses y necesidades sociales.

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