Los movimientos circulares que reciben los panales, en el inicio deben ser lentos, hasta ir descargando la miel y progresivamente se va aumentando la velocidad, hasta vaciar completamente los dos lados del panal. En el caso de usar el extractor tangencial, hay que virar los panales, lo que no sucede con el radial.
Los cuadros vacíos de miel deben ser limpiados sus cabezales que están cargados de cera, propóleos y los viejos o rotos deben ser sustituidos por nuevos con láminas de cera estampada. Se aconseja realizar la extracción en el mismo día de la cosecha, en horas de la noche por varias razones:
a.- Porque la miel está caliente y sale con mucha facilidad.
b.- Porque a esas horas no hay abejas que fastidien.
c.- Porque hay mieles que sacadas de la colmena se solidifican a las pocas horas, como es el caso de aquellas procedentes de plantas de la familia de las crucíferas.
Una vez extraída la miel es recogida en recipientes con capacidad de 60 libras para facilitar la manipulación en la filtrada que es un asunto clave y que influye en la presentación de la miel para su comercialización.
En el caso de dificultades en el mercadeo, bien sea por distancias o precios, conviene dejar a la miel en reposo hasta su solidificación, luego de lo cual se retirará la parte superior con todos los elementos extraños. En este caso singular no es necesario filtrar, ya que todo elemento ajeno a la miel se separa y flota.
Pero además de la cosecha de la miel, como es lógico, quedan los opérculos de cera, algo de propóleos, materiales que deben ser recogidos y procesados.
La cosecha termina con el lavado de los recipientes y con la devolución, en algunos casos, de los panales a las colmenas de origen.
Apicultura urbana con técnicas no violentas
INTRODUCCIÓN
La libertad y la vida de las abejas no pueden ni deben ser coartadas obedeciendo a intereses de ningún orden. Los insectos son parte constitutiva de la naturaleza y las abejas están entre el grupo de los más beneficiosos que habitan sobre la faz de la tierra. En el Ecuador pasan a formar parte del ecosistema a raíz de los procesos de la Colonización que llevan alrededor de 500 anos. Por diversas circunstancias, estas están en todas partes: a campo abierto o bajo el cuidado de apicultores que han logrado establecer sus colmenares con fines claros y bajo las normas naturales de reproducción.
El aumento de la población humana, su concentración y los procesos de urbanización han contribuido a la reducción de los espacios de la vegetación, fuente irreemplazable de la alimentación y de la supervivencia de muchas especies melíferas; pero las abejas con su capacidad de aguante siguen y seguirán estando allí, debido a que es su habitad; que a pesar de ponerse en riesgo por las talas permanentes y otras practicas negativas como la aplicación de pesticidas en los cultivos, continúan cumpliendo sus funciones de polinización para bien de la humanidad y de la conservación de la vida entera.
En las urbes o en determinados centros poblados, cuyo entorno vegetativo es propicio para el desarrollo y la vida de las abejas, ellas están presentes: pecoreando, polinizando, recolectando néctar, agua o propóleos; en enjambres o en colonias debidamente establecidas y protegidas a campo abierto y por supuesto en colmenares discretamente instalados. Estas circunstancias reales y tangibles nos han llamado la atención y nos han invitado a hacer un esfuerzo responsable para ir sistematizando algunas practicas operativas que contribuyan a un mejor manejo de las abejas, evitando o superando series riesgos que ponen peligro la vida de animales domésticos y de las personas, en particular.
De la observación pormenorizada y permanente del comportamiento de muchas colmenas, durante varios años, con entornos de concentraciones poblacionales humanas, se ha logrado extraer algunas experiencias prácticas para reducir el riesgo de ataque y la picadura de abejas con las consecuencias negativas que muchos apicultores conocemos.
Con el afán de contribuir técnicamente al desarrollo apícola, cerca de centros poblados y en las ciudades de mayor concentración poblacional, pongo a consideración del lector critico, el contenido de este texto que no es mas que la sistematización de practicas experimentales en el manejo adecuado, racional y no violento de las abejas.
Espero que el contenido de este texto sirva de motivación para la discusión entre los colegas y que la misma arroje criterios claros como un aporte concreto en bien de la Apicultura ecuatoriana en el contexto planteado. Gracias por sus sugerencias.
PRACTIQUEMOS UNA APICULTURA NO VIOLENTA
El tema de mayor preocupación para los apicultores, es sin duda alguna, la agresividad de las abejas. Es que las abejas agresivas no solo que dificultan el trabajo al interior de las colmenas y en los apiarios, sino que atacan a las personas, a los animales y a las aves que están cerca. Esta situación provoca un verdadero dolor de cabeza para el apicultor y una preocupación mayor, debido a que, hay que pagar en algunos de los casos por aves y animales muertos y de medicinas por las reacciones del veneno de las abejas a ciertas personas. En muchos de los casos estas situaciones han obligado a los apicultores a trasladar sus colmenas a otros lugares para evitar inconvenientes mayores. Este es el tema planteado; que podrán haber muchas soluciones técnicas, de acuerdo; pero es necesario detenerse a encontrar el origen de este fenómeno. Creo que, sin lugar a equivocación alguna, la agresividad de las abejas además del fenómeno genético, esta provocada por el mal manejo o mejor dicho por el trato violento que sufren las abejitas al momento de la revisión y más aun cuando se las cosecha, especialmente, la miel. Detengámonos en el tema. Las abejas viven y trabajan en su ambiente con naturalidad. En esas circunstancias no pasa absolutamente nada. Cada integrante de la colmena cumple estrictamente con su papel y con sus responsabilidades. Pero que pasa al momento en que en forma violenta se destapa una colmena; se provoca violencia y las abejas tienen que defenderse y responden con violencia como es natural. Es decir, la violencia genera violencia. Entonces de que nos quejamos. . . . El humo, por mas que sea utilizado con mesura, no deja de ser un elemento nocivo a la abejas, mas aun, si es fuerte debido al tipo de combustible que se utiliza. Si nuestros movimientos son bruscos y violentos, sin duda son provocativos. Si tenemos miedo a las abejas y secretamos adrenalina, estamos provocando la reacción violenta de los insectos. Si estamos con malos olores en nuestros vestidos y nuestro cuerpo, de igual manera, les incitamos a la agresividad.
Los criterios, las actitudes y las acciones del apicultor juegan papeles muy importantes en la vida y en el comportamiento de las abejas. Si tenemos el criterio de explotar a las abejas, estamos marcando nuestra conducta de explotadores, por lo tanto no nos importarán las formas y las maneras de lograr nuestros objetivos. Si somos conscientes de que estamos aprovechando del trabajo abnegado de las abejas, actuemos con delicadeza, sin violencia, sin brusquedad. Si decimos que amamos a las abejas demos muestras claras de amor y eso se logra en el trato y en las relaciones, sin hacer ruidos, sin hacer movimientos bruscos, sin maltratos, ni abusos. Las abejas son seres muy sensibles y actúan de acuerdo a las circunstancias: si reciben un trato bueno, devuelven bondad; caso contrario, se defienden y son capaces de entregar su vida en defensa propia. Entonces, hay que entender que los apicultores somos seres con capacidades para pensar, razonar y actuar en función de la vida y del bienestar de las abejas que son parte importantísima de la naturaleza, que no solamente producen miel y otros productos, sino que aseguran la fructificación de todas plantas a las cuales visitan día a día.
Es hora de iniciar una nueva forma de relación con las abejas. Es imprescindible empezar el desarrollo de nuevas formas de manejo y de trato para los insectos más beneficiosos que habitan la faz de la tierra. Es conveniente y necesario aplicar técnicas no violentas para la crianza, el cuidado y el aprovechamiento racional y consciente de las abejas.
De por si, el tema propuesto es curioso y merece la investigación respectiva, puesto que es una afirmación sujeta a la verificación científica.
La realidad se manifiesta con la presencia de abejas ya sea en enjambres, pecoreadoras por todos lados, colonias debidamente establecidas en peñas, rocas o troncos de arboles y en algunos colmenares ubicados discretamente en la ciudad de Quito, capital de los ecuatorianos. Esta afirmación también es valida para pequeños poblados y ciudades pequeñas.
De mi experiencia personal, puedo contar que, con ocasión de desarrollar actividades propias de la Apicultura, en la terraza del edificio donde vivo improvisé un taller para la producción de cuadros y cera estampada, especialmente. A los pocos días de haber calentado y estampado la cera, empezaron a merodear algunas abejas, en el mismo rincón del taller. Con este antecedente puse un cajón con cuadros y cera estampada sobre el techo del taller; a las pocas semanas llegó un enjambre y se instalo por cuenta propia en el cajón mencionado. Las abejas que llegaron tenían características diversas en cuanto a color. Unas eran completamente rubias, otras negras sin raya alguna en el abdomen, otras rubias con rayas blancas y negras, mientras que otras negras con dos o tres rayas rubias, Los zánganos completamente negros y la reina con tendencia hacia el color obscuro. De hecho las hijas reinas que tuvo, obedecían a los colores de las obreras ya anotados.
El tiempo fue pasando con normalidad y varios enjambres han llegado para instalarse en los respectivos cajones que permanecían vacíos esperando la llegada de más abejas. Por cierto que hubo un enjambre que no logró subir a la terraza, ya que se trata de cinco pisos y se posó en una rama de uno de los arboles de cepillo sembrado en la vereda junto al garaje.
Continuo contando la experiencia: Todas las abejas que han llegado, ninguna han demostrado agresividad. Se han adaptado a los ruidos fuertes del martillo, al olor de mi transpiración y hasta a los movimientos fuertes que se realiza en la actividad artesanal. Los vecinos del edificio tienen libre acceso a la terraza para tender sus ropas en los alambres que para el efecto están instalados ordenadamente.
Al paso de varios meses, el olor a miel se fue intensificando y era necesario revisar para la cosecha respectiva. En esas circunstancias, mi preocupación se centro en las posibilidades de que las abejas podrían picar a los vecinos y causar serios problemas, dando como consecuencia el retiro inmediato de las colmenas.
Estas colmenas, por supuesto que han servido para hacer una observación permanente en relación sobre todo a su comportamiento: Mientras se realizan trabajos de revisión sin movimientos bruscos, sin uso excesivo de humo o con agua atomizada no se ha visto agresividad de las abejas.
De varias conversaciones mantenidas con amigos apicultores que también tienen sus colmenares en la ciudad y de la confrontación con mi experiencia, pude deducir que ciertos trabajos en las colmenas es preferible hacerlos pasadas las cinco de la tarde, cuando casi todas las abejas están en el interior de la colmena. Les puedo asegurar que las abejas no pican y aparentemente no se molestan. Las cosechas es recomendable hacerlo con el uso de los llamados escapes porters, para lo cual se prepara con la debida anticipación el material necesario y a la entrada de la noche se va colocando con la respectiva prudencia y luego de uno o dos días se retira las alzas con miel sin una abeja.
Pero volvamos al tema propuesto. Las abejas, al igual que muchos otros insectos son parte de la naturaleza y viven de ella y en ella. Si bien los procesos de urbanización han provocado la destrucción de la vegetación, las abejas han ido desarrollando mecanismos de supervivencia, entre ellos los de la enjambrazón y el del retorno al sitio de origen cuando las condiciones son favorables. Pero también es menester anotar la presencia de programas de defensa del medio ambiente y de reforestación por las diferentes administraciones municipales. En este sentido, Quito es una de las ciudades mas forestadas o aptas para la apicultura, desde el punto de vista vegetación melífera. Pero la discusión se centra en las exigencias de la Apicultura en cuanto a ubicación del apiario, justamente para evitar inconvenientes de orden social o salud propiamente dicha.
En este sentido, ¿que actitud debemos tomar las personas que conocemos algo sobre la vida y las ventajas que ofrecen las abejas y frente a la presencia de enjambres en la ciudad o la instalación de colonias en espacios designados por ellas en las ciudades o en centros poblados, en donde la vegetación es su principal atractivo ?.
Desarrollo de técnicas para el manejo de abejas citadinas
Dadas las condiciones de densidad poblacional humana en las ciudades con entornos aptos para el desarrollo apícola, es urgente que los apicultores empecemos a sistematizar nuestras experiencias a fin de ponerlas a disposición de quienes están inmersos en situaciones que no dejan de ser delicadas por la incertidumbre del comportamiento de las abejas por mas dóciles que sean. Mas aun si se toma en consideración la afirmación de algunos entendidos en la materia de que las abejas con las cuales estamos trabajando están en procesos de africanización.
Pienso que hay que desarrollar tecnologías apropiadas dentro de la nueva corriente de la apicultura que propicia el uso de mecanismos, técnicas, acciones y actitudes no violentos, justamente para no provocar reacción violenta en las abejas.
Ciertamente que es un reto muy exigente, pero hay que asumirlo con mucha responsabilidad pensando sobre todo en los riesgos que genera la agresividad de las abejas y en el ataque a personas y especialmente a aquellas que son alérgicas.
UBICACIÓN DE LAS COLMENAS
La experiencia nos dice claramente que en cuanto a la ubicación de las colmenas es preferible hacerlo a una altura de dos metros de la superficie mayor de las terrazas; puesto que al realizar el despegue de las respectivas piqueras no se interfieran con persona alguna, ya que van directamente hacia los arboles o a las plantas preferidas por ellas. Es cierto que el trabajo se complica un poco debido a que hay que hacer mayores esfuerzos físicos; sin embargo, vale la pena considerando que se tienen a las colmenas muy cerca y seguras contra robos especialmente, que es el tema mas preocupante de este tiempo.
Las piqueras deben estar al otro lado de donde sopla el viento para evitar enfriamientos al interior de la colmena.
REVISION DE COLMENAS.
Al igual que en la Apicultura convencional hay que hacerlo de acuerdo a las normas establecidas para determinar aspectos negativos al interior de las colmenas y aplicar los correctivos correspondientes.
Como un aporte personal extraído de la experimentación enumero algunas sugerencias que pueden ser llevadas a la práctica en la revisión de las colmenas:
Uso adecuado de velo y vestimenta apropiada
Uso de herramientas apícolas en perfectas condiciones, especialmente de la pinza saca cuadros y el atomizador de agua.
Movimientos lentos para destapar las colmenas y extraer los cuadros del interior. No dejar por ningún concepto los cuadros fuera de la colmena; es necesario proveernos de un nucleero.
Uso de guantes de goma y no de cuero debido a que estos últimos provocan la picadura de las abejas produciendo una mortandad apreciable y la agresividad incontrolable de las colmenas por el olor fuerte del veneno. No hay que olvidar que las abejas tienen bien desarrollado el sentido del olfato y la comunicación entre ellas es rápida, por no decir instantánea.
Uso de mascarilla para evitar que el mal olor de la boca y de narices provoque el malestar de las abejas. Al olfato delicado y sensible de las abejas, todo olor por mas insignificante que sea, es detectado y rechazado.
Hay que evitar que las abejas se desprendan de los cuadros y caigan fuera de la colmena
El uso del agua debe ser con la debida mesura. El abuso perjudica a la vida de las abejas en las diferentes etapas de su metamorfosis. No olvidemos que la revisión estamos haciendo pasadas las cinco de la tarde y el ambiente es muy frio; razones mas que suficientes para no abusar de la bondad de las abejas. A esas horas no hay agresividad si se las trata sin violencia.
COSECHA DE LA MIEL
Si la revisión de las colmenas arroja como resultado la cosecha, es conveniente planificarla a fin de evitar al máximo la reacción agresiva de las abejas. En este caso particular que las colmenas están en la ciudad, conviene hacer uso de los escapes porters. Para esto hay que aprovisionarnos con la correspondiente anticipación e instalarlos debidamente. Un error en la colocación podría generar la muerte por asfixia de las abejas que están en el interior de las alzas. Luego de poner correctamente el escape porter debajo de las alzas a cosecharse y sobre las alzas cuadros de cera estampada o estirada, hay que esperar uno o dos días, tiempo suficiente en que las abejas bajan a la parte inferior de la colmena. En ese momento se procede a retirar las alzas cargadas de miel para la respectiva extracción que es una práctica muy conocida por todo apicultor.
Con esta práctica de cosecha no violenta, evitamos muchos riesgos, entre ellos: mal trato a las abejas, muerte por aplastamientos, por picaduras o por el frio de la tarde o la noche. Los vecinos no corren el riesgo de ser picados ya que las abejas continuaran ocupadas en sus actividades normales. No se ha usado para nada el humo que contamina la miel y perjudica a la salud del apicultor y genera agresividad en las colmenas.
Otras prácticas que deberían introducirse en las cosechas para evitar agresividad
En los casos en que no se pueda hacer uso de la trampa de cosecha de miel, conviene aprovisionarse de bandejas especiales, las mismas que deben ubicarse al frente de cada piquera de la colmena a cosecharse. En esta bandeja que debe tener el fondo suave, se van sacudiendo lentamente a las abejas para que se vayan incorporando a la colmena respectiva, mientras el apicultor tiene el suficiente tiempo para retirar los cuadros cargados de miel. Esta práctica además nos permite encontrar a la reina en el caso de que se haya subido la cámara o a las cámaras de producción. La experiencia nos permite asegurar que es muy conveniente sustituir a los panales por otros con cera estampada o cera estirada, debido a que al momento en que se retornan los cuadros vaciados de miel al siguiente día, se puede provocar pillaje y agresividad de las abejas. Lo que se trata es de no provocar por ningún concepto la reacción de las abejas que es muy propio de ellas, en defensa de su ambiente y de sus medios de subsistencia.
Es preferible hacer la extracción de la miel en horas de la noche en ambientes apropiados e implementados técnicamente. Las prácticas de extracción de la miel en los mismos apiarios no son recomendadas a no ser que sean en salas rodantes que reúnan las mejores condiciones técnicas exigidas por la Apicultura racional. Estas acciones son claves para evitar que las abejas se vuelvan agresivas o dicho de otra manera: con la ejecución de prácticas no violentas, no les provocamos a las abejas mientras continúan trabajando con normalidad; así no tendrán tiempo para violentarse y atacar a todo cuanto se mueve o fastidie.
Implícitamente, hemos afirmado que la sustitución del humo por la atomización del agua es una práctica muy peculiar en el manejo amigable de las abejas. Ya no se contamina la miel con el humo, se evita la confusión de las abejas y la correspondiente irritabilidad; y lo que es importante, no se hace daño a la salud del apicultor en sus órganos del sistema respiratorio.
Ya dijimos que el uso de la mascarilla, no simplemente protege al apicultor, sino que impide el contacto del mal olor del trabajador con el olfato delicado y sensible de las abejas, provocando irritabilidad. Hay ejemplos muy claros en los que los apicultores a falta de velos para protegerse el rostro simplemente utilizan mantas blancas para taparse la boca, nariz y el pelo de la cabeza y trabajan sin contratiempos.
El uso de guantes de cuero es muy generalizado en nuestro medio. De por si, es negativo y no conveniente, puesto que se provoca picaduras en abundancia y la muerte de muchísimas abejas. No sabría decir cual es el fenómeno, pero se irritan con facilidad, lo que no sucede con los guantes de caucho o de goma que se emplean para el lavado de ropa. Y cosa más interesante es que no importa el color.
La utilización de la pinza para sacar los cuadros ayuda en gran medida, evitando que las abejas se fastidien, esto se debe a que entre las manos y los cuadros se mantiene una cierta distancia y se puede manipular con holgura y seguridad, superando a las dificultades originadas sobre todo por el grosor de los guantes. Con la pinza se puede hacer la fuerza necesaria para sacar al cuadro y luego moverlo de acuerdo a las necesidades con la seguridad de que no se va a caer. Se necesita de cierta destreza. El apicultor tiene ocupada una sola mano y la otra queda libre a la espera de una emergencia.
CAPTURA DE ENJAMBRES Y USO DE LOS MISMOS EN LA APICULTURA CITADINA
Este es un tema demasiado polémico. Muchos de los apicultores afirman que: no es conveniente utilizarlos; sin embargo lo hacen. Hay quienes advierten que es necesario cambiar de reinas para superar las características de enjambradoras; habrá que preguntarles con que frecuencia lo hacen y cuales fueron los resultados. Los textos o mejor dicho varios libros especializados dicen que una las maneras de iniciar la Apicultura es a través de la captura de enjambres. Como podemos apreciar hay varios criterios. Lo cierto es que, en determinadas épocas del ano hay enjambres posados en ramas de arboles en las avenidas, en los jardines, en los bosques, causando la curiosidad de la población citadina, en el mejor de los casos, o el pánico de ciertas personas que tratan de eliminarlos tirando piedras o rociándoles con insecticidas caseros.
En el Ecuador, el comportamiento de las colmenas varía de una a otra en cuanto a agresividad, productividad y resistencia a enfermedades. No existen colmenas con características estandarizadas en cuanto a razas. Genéticamente hablando, no están definidas las características físicas de una determinada raza. Es decir, no podemos hablar de razas puras; al contrario nuestras abejas tienen varios cruzamientos y al parecer están en un proceso permanente de africanización. De esto hay mucho que hablar e investigar; pero centrémonos un tanto en el tema que nos interesa.
Recordemos que estamos hablando dentro del contexto de las ciudades o de centros poblados con condiciones favorables para la vida de las abejas. En este caso particular, un enjambre debe ser capturado a fin de evitar la intranquilidad en la vecindad y ubicado en la terraza, preferentemente. Las razones para hacerlo son justificaciones contundentes:
Los enjambres buscan espacios seguros para continuar con sus procesos de supervivencia. En este sentido irán a establecerse en cuevas, huecos de arboles o en estatuas huecas como en el caso de La ciudad de Guaranda que conocí durante los años 74 75, en una de sus avenidas principales. En estos casos, si no les capturamos, se convierten en colonias competidoras versus colmenares cuidados por apicultores, con la ventaja de que las primeras, tienen las mejores condiciones de adaptación al medio.
Hay que salvar la vida por sobre todo evitando que sean exterminadas por medios violentos, perjudicando sobre todo a la naturaleza. No olvidemos que las abejas ayudan a la polinización de las flores asegurando su fructificación.
Es de responsabilidad absoluta de los apicultores evitar el pánico en las personas y la picadura que en muchos de los casos pueden llevar al riesgo de la vida.
En relación al uso de enjambres, yo creo que es conveniente tenerlos en la ciudad hasta el momento propicio en que puedan ser trasladados a un lugar seguro en donde los riesgos sean de menor cuantía. Esta aseveración nos hace pensar en que, proporcionándoles los mejores cuidados, lograremos poblar colonias muy fuertes para ser aprovechadas al máximo bajo las consideraciones de una apicultura no violenta y bajo las normas de la trashumancia.
NO A LA PRACTICA DE LA TRASHUMANCIA EN LAS CIUDADAES O EN CENTROS POBLADOS
Para quienes practicamos la trashumancia, esta nos ha dejado muchas enseñanzas, entre ellas:
las abejas en determinadas zonas, por mas dóciles que fueron, o por influencia de la temperatura o la vegetación de donde recogen los productos para su supervivencia, se vuelven más agresivas y su irritabilidad ha durado hasta dos años a pesar del cambio de reinas.
El traslado de colmenares completos a una terraza implica un esfuerzo muy fuerte y hasta cierto punto, imposible.
A falta de una legislación apícola, no hay ninguna garantía para el apicultor y los vecinos al percatarse de que podrían denunciarnos no lo dudarían, perjudicando nuestro negocio y nuestra tranquilidad.
El estrés de las abejas provocado por el transporte durante varias horas, es una garantía para la confusión y desubicación que degenera en agresividad a veces incontrolable.
Como conclusión a este tema, les puede asegurar que las terrazas en las ciudades bien pueden ser aprovechadas para albergar enjambres, poblar las colonias, aumentar el número de colmenas, alimentarlas, prodigarles los mejores cuidados de salud y evacuarlas en el momento mas propicio dentro de los parámetros bien concebidos de los calendarios de floración y exudación de néctar manejados técnicamente por cada apicultor.
Como complemente a lo anotado, es conveniente y necesario establecer mecanismos de comunicación entre la población y los apicultores para que nos puedan ubicar y proporcionarnos los datos de donde están los enjambres o las colonias de abejas para que podamos a la brevedad posible recogerlos. La ubicación de carteles en los postes de alumbrado eléctrico, considero que es un buen mecanismo de comunicación. El contenido debe ser claro y concreto; por ejemplo: CAPTURO ENJAMBRES DE ABEJAS, LLAMAR AL TELEFONO. . . . . (Si las abejas están posadas en algún lugar, no lance piedras porque pueden atacar) llame inmediatamente. También es recomendable ponerse en contacto con oficinas de bomberos, centros de salud y otros para dejar los datos a donde pueden acudir en estos casos. Esta actitud de parte del apicultor, de hecho es bien vista por la vecindad y la sociedad. Se transforma en un servicio social especializado. Pero sobre todo es una responsabilidad de quienes algo sabemos sobre la vida y el comportamiento de las abejas. Ayudemos a conservar la naturaleza, preservando la vida de los insectos más beneficiosos que habitan el Planeta Tierra.
DISMINUYA AL MAXIMO EL ATAQUE DE LAS ABEJAS EN LAS COSECHAS Y LAS POSTCOSECHAS:
El comportamiento natural de las abejas
Para los apicultores experimentados, es por demás conocida que la conducta de las abejas en ambientes naturales es tan diferente a la de los apiarios técnicamente cuidados. Sin embargo, la reacción agresiva de las mismas, es idéntica en los dos casos al momento en que se sienten agredidas con la presencia de seres extraños: el hombre, los animales, las aves domésticas; los olores ajenos al ambiente; los ruidos y más condiciones desfavorables.
Lo que ocurre generalmente al momento de la cosecha es que, les quitamos su sustento, es decir, la miel que ellas almacenan para su alimentación diaria y las reservas para épocas de hambre. Entonces, es natural que ellas reaccionen en defensa de su reserva alimenticia; y más todavía si les contrariamos con las consabidas sobredosificaciones de humo y otros olores extraños provenientes del organismo del apicultor; con movimientos bruscos para destapar las colmenas, con los fuertes sacudones de los cuadros para deshacernos de las abejas y otras prácticas violentas.
Como resultado de todo lo que se ha dicho hasta este momento, las abejas se excitan, se irritan y atacan a todo cuanto se mueve y tiene vida. Cuántas veces no hemos sufrido la impotencia de no poder hacer nada o casi nada para salvar de la picadura a animales y aves domésticas y especialmente a las personas que están alrededor de estos escenarios? Cuántas veces hemos tenido que asumir los gastos por muerte de animales y por medicamentos para las personas picadas? No hemos tenido que retirar de prisa los colmenares, a consecuencia de ataques y picaduras de abejas?.
Al momento de la cosecha de una o varias colmenas, o de una o de un colmenar, la situación es preocupante de acuerdo al sitio en donde están ubicadas. Si estuvieran estacionadas con un entorno de aproximadamente 300 metros a la redonda, quizá no nos preocuparía mucho, debido a que no hay animales y aves domésticos ni personas deambulando que sean sujetos en la cosecha y luego de la misma del ataque agresivo de las abejas.
En estos instantes, estoy pensando que el aporte científico de la Apicultura, ha sido y es muy generoso en beneficio de quienes nos dedicamos a esta difícil tarea. Sin embargo, no hemos tenido la suficiente sensibilidad y capacidad para aplicarla con eficiencia en función de salvaguardar la tranquilidad del entorno apícola en el que nos desenvolvemos. De mi experiencia personal puedo compartirles que hace treinta años que inicié esta actividad, ya conocí en teoría sobre el uso de las trampas de cosecha; pero por falta de capacidad para entender su funcionamiento y las ventajas, no las he utilizado y como consecuencia de esta dificultad he tenido que enfrentar una serie de problemas como los que están anotados. Incluso con un colega de la apicultura construimos un prototipo de este implemento, pero lastimosamente no tuvimos la decisión necesaria para probar sus bondades. También conozco que varios colegas, con ocasión de viajar al exterior adquirieron algunos implementos de esta naturaleza, pero jamás comprobaron las bondades.
LA PROVOCACION DE LA AGRESIVIDAD.
Les provocamos agresividad a las abejas, al momento en que les interrumpimos en sus actividades normales al interior y al exterior de su morada; en el instante en que se sienten amenazadas por nuestra presencia; cuando perciben olores ajenos a la colmena: humo, tufo del cuerpo del apicultor; cuando experimentan movimientos bruscos de su habitación o movimientos extraños en su alrededor. Y claro que les provocamos agresividad cuando destapamos su colmena y más aun si les sacudimos con violencia para que se despeguen de los cuadros llenos de miel. Mas grave aun es cuando las personas que se acercan a las colmenas tienen miedo y secretan adrenalina.
De lo dicho se desprende implícitamente que la agresividad mayor en las abejas, es el día completo de las cosechas, y tiene una duración de aproximadamente tres días después. Tiempo suficiente en que el riesgo de picadura a los vecinos del lugar es inminente al igual que a animales y a aves domésticos.
Uso de la trampa de cosechar miel, para reducir el riesgo de picadura de las abejas
La trampa de cosechar miel, a lo largo de la historia de la apicultura, ha sido conocida con el nombre de ESCAPE PORTER, TABLA DE HODGDON, ESCAPES REDONDOS DE HERSONG, Quizás estos nombres híbridos y exóticos han sido la causa para que no sea divulgado el uso y probadas las ventajas que ofrece este implemento tan importante. Se trata simplemente de una trampa que es ubicada en el centro de una entre tapa común y corriente, que tiene el orificio central y en forma diagonal para permitir el paso rápido de las abejas de adentro hacia fuera o mejor dicho, de arriba hacia abajo y no admitir su regreso. Hay de varias formas y tamaños, de varios escapes de salida; de muy variados materiales. Lo primordial es la función que cumple al momento de ser instalado en el interior de la colmena.
Las ventajas de su uso están determinadas sobre todo porque se obvia el contacto directo con los insectos al momento de realizar la cosecha de miel, evitando la irritabilidad y el ataque incontrolable de las abejas guardianas; se obvia el uso de humo para desprender a la abejas de los panales, anulando la posibilidad de contaminación de la miel; no se provoca la muerte de las abejas por aplastamientos e hipotermia; no se provoca ceguera temporal y confusión en las abejas. Como se puede apreciar las ventajas son múltiples sobre todo si tomamos en consideración al hecho de que se reducen los riesgos de picadura de las abejas.
EVITE LA GRESIVIDAD Y EL ATAQUE DE LAS ABEJAS EN LAS COSECHAS Y POSTCOSECHAS DE MIEL, UTILIZANDO TRAMPAS ESPECIALIZADAS:
La agresividad de las abejas es un mecanismo defensivo que se manifiesta con mayor intensidad cuando se sienten agredidas, especialmente en las cosechas y en los días posteriores. Atacan a todo cuanto se mueve: a aves y animales domésticos, a los vecinos del lugar y a los transeúntes. Este es un fenómeno que provoca preocupación en el apicultor responsable e inconvenientes de orden económico y de otra naturaleza. Cuántas veces nos ha tocado pagar por la muerte de animales o por medicina de personas picadas ? . . . ¿ Cuantas veces nos ha tocado retirar las colmenas a causa del ataque de las abejas y del pánico en la población aledaña ? . . . . .éstos son serios problemas que se pueden evitar con el uso de las trampas de cosecha de miel, reduciendo al máximo las posibilidades del ataque agresivo de las abejas.
COMO USAR LA TRAMPA DE COSECHAR MIEL.
Su uso se justifica por el hecho de que al momento de retirar las alzas con miel:
no se las interrumpe a las abejas en sus labores al interior y exterior de las colmenas,
no se usa humo que causa confusión y ceguera temporal en las abejas y contaminación en la miel.
No se provoca malestar con la apertura de la colmena y el desprendimiento de sus cuerpos.
no se hacen movimientos bruscos, sacudiendo los panales para desprenderlas.
En definitiva no se provoca agresividad, debido a que se reduce al máximo el contacto con las guardianas, en particular y las abejas, en general.
INSTRUCTIVO PARA LA UTILIZACION DE LA TRAMPA DE COSECHAR MIEL.
La trampa de cosechar miel debe estar adosada y bien pegada en forma diagonal a la entre tapa, para lo cual hay que hacer uso de un pegamento eficiente y de los respectivos remaches. Una vez que la trampa esta debidamente acoplada a la entre tapa y si el resultado de la revisión de las colmenas, exige la cosecha de miel, se procede de la siguiente manera:
Con el auxilio de la palanca, se desprende la alza o las alzas de miel, se las levanta y el asistente coloca la alza o las alzas de reemplazo y sobre esta última, la entre tapa con la respectiva trampa, teniendo el cuidado de que ésta esté por debajo de la entre tapa.
Hecho este trabajo se deja a la colmena durante uno o dos días y se procede a retirar las alzas con la miel, sin abeja alguna, para la respectiva extracción.
Acto seguido se retira la trampa de cosecha y en reemplazo se deja la respectiva entre tapa y se procede de inmediato a tapar la colmena.
Como se puede apreciar no se pone en contacto en ningún momento con las abejas guardianas. Este trabajo se puede hacer pasadas las cinco de tarde, en previsión de que por alguna circunstancia negativa se cause malestar en las colmenas. Así se reduce el riesgo de las picadas y las abejas continúan su tarea con normalidad.
En zonas en donde existen abejas, bien sean explotadas o al aire libre, o bajo el control de técnicas apropiadas, en temporadas de mielada, se da el fenómeno conocido con el nombre de enjambrazón, que no es otra cosa que una manera natural de reproducción de las abejas.
Este fenómeno puede darse por varias razones, entre las más comunes están aquellas determinadas por el espacio reducido de vivienda de las abejas, la vejez de la reina, el inicio o la terminación de la mielada, etc.
Sea cual fuere el motivo del fenómeno, lo que ocurre es que la colonia madre, se divide, para irse una fracción considerable a otro lugar de residencia. El enjambre, como se lo denomina, previo a su viaje se prepara. Se alimenta debidamente para soportar la aventura que dura varios días, dependiendo de la climatología de la zona. En su primera fase del viaje, vuela pocos metros de distancia por el peso del cuerpo de las viajeras, posándose preferentemente en ramas no muy altas de la vegetación, formando unas verdaderas esferas, en donde permanecen por un tiempo corto. Si se las ubica a su debido tiempo, son sujetas de ser capturadas para la explotación racional.
CAPTURA DE ENJAMBRES.-
Los enjambres que se escapan tanto de colmenas explotados por el apicultor como de colonias silvestres, para su supervivencia, tienen la misión de encontrar un lugar seguro, en donde se instalarán definitivamente. Los sitios mas buscados son aquellos que le ofrece la naturaleza como los huecos de árboles y de rocas, las casas abandonadas, los soberados, los tejados, etc.
Si alguien se encuentra con un enjambre posado en una rama de algún arbusto, que es lo que generalmente ocurre, puede y debe capturarlo para someterlo a lo que se ha dado en denominarlo explotación.
Si no se dispone de cajones especializados para la explotación apícola, se recurre al uso de cartones que se acerquen al tamaño de una colmena, se la pone bajo el enjambre con unos listones de madera en la parte superior simulando los cabezales de los cuadros y se sacude la rama en donde están la abejas, se espera unos minutos hasta que entren casi todas, se le tapa el cartón y se las lleva al lugar en donde se ubicarán para su explotación.
Una lona o una funda grande de papel fuerte o de plástico reemplazan con buenos resultados a los cajones o colmenas para la captura de enjambres. En estos casos hay que superar al momento de traspasar a las abejas al cajón definitivo.
En el caso de tener abejas, la situación se simplifica, debido a que es necesario poner uno o dos panales con crías, para asegurar la permanencia de las abejas. No se sabe a ciencia cierta si la colmena está con su reina o está huérfana por alguna causa natural.
Cuando el enjambre está liderado por una reina vieja, es necesario reemplazarla para asegurar una buena reproducción y una abundante producción.
Si se trata de enjambres secundarios, el tratamiento es más delicado, debido a que la reina, con seguridad, será virgen, lo cual obliga a vigilar con mayor constancia en su interior para ver como evoluciona y hacer los correctivos respectivos.
Generalmente las abejas de enjambres no pican, debido a que no pueden doblar su abdomen, por lo cual no es necesario utilizar humo, velo para protección u otros elementos. De mi experiencia personal aconsejo echar unas bocanadas de agua sobre el enjambre para asegurar el apelotonamiento de la mayoría de las abejas.
Para la captura natural de enjambres, sugiero tener cajones con pocos cuadros con cera junto al apiario, a un metro altura, a donde entrarán las abejas para instalarse definitivamente.
Uso adecuado de la temperatura y de espacios internos de la colmena
Entre una de las claves para el éxito de la apicultura está el uso adecuado de la temperatura y de los espacios internos de las colmenas. Esta aseveración merece una cierta aclaración. Para quienes conocemos algo de Apicultura sabemos que el factor temperatura al interior de la colmena es fundamental, debido a que en él se produce la metamorfosis de los individuos, es decir la trasformación de los insectos desde los huevos hasta el insecto propiamente dicho. Este fenómeno natural requiere de una temperatura estable para garantizar el proceso sin que las abejas desgasten energías extras para favorecer las condiciones apropiadas para el efecto.
La desestabilización de la temperatura podría provocarse por diferentes causas, entre ellas, la presencia de rajaduras o grietas en los cajones que sirven de albergue para la colmena, las entre tapas y tapas en mal estado, los pisos con desperfectos en los ensambles, la ausencia de guarda piqueras o entrada y salida de abejas muy grandes, la entrada de agua, los espacios vacíos, etc.
La prevención de los factores negativos anotados y otros, nos permitirán asegurar de alguna manera las condiciones de temperatura apropiadas para el desarrollo normal de las actividades de la colmena.
En el contexto de las medidas de la colmena Lanstrong y sus semejantes, en relación a los espacios internos de la morada podemos asegurar lo siguiente:
Una reina en condiciones normales de vida está en capacidad de poner hasta catorce cuadros de crías. Si le limitamos la postura a una cámara de cría con la utilización de rejillas excluidoras, la reina está obligada a poner no más de seis cuadros ya que los restantes son de reserva alimenticia y la colmena se ve obliga a enjambrar para perpetuar la especie o para cumplir con el objetivo de producir miel para supervivencia de la colmena.
La utilización de la rejilla excluidora de reinas (la convencional) por ningún concepto garantiza la regulación de la temperatura interna de la colmena, debido al fenómeno físico de que el calor tiende a subir dejando la cámara inferior con menor temperatura. Esta podría ser una de las razones por las que la reina tiende a subirse a las siguientes cámaras sin importar el peligro de quedarse atrapada en los alambres de dicha rejilla. El uso de rejillas excluidoras de reinas con las rejillas ubicadas a los dos costados es una de las alternativas para reducir el riesgo de la presencia de los dos fenómenos anotados. En este tema, CAPIR ha innovado la rejilla excluidora de reinas con resultados bastante halagadores.
En esta misma línea del análisis, el uso de colmenas horizontales es otra alternativa importante, siempre y cuando se usen entre tapas en secciones y separadores en caso de colmenas en proceso de poblamiento.
Es una práctica apícola muy importante en la Rama, consiste en reconstruir los panales estandarizados en base a los existentes, sean estos naturales o de origen rústico, tratando en lo posible de no destruir las celdas que albergan a las crías de las obreras. En otras palabras, es pasar los panales de colmenas rústicas a cuadros nuevos estandarizados, para lo cual, con la ayuda de un cuchillo muy afilado se corta en la base del panal, para desprenderlo del cuadro y pasarlo con cuidado al nuevo que es sujetado por hilos, o con ligas especiales que son de mucha ayuda para el sostenimiento hasta cuando las abejas lo sujeten definitivamente. Una vez que han sido pasados los panales en su totalidad y depositados en el interior de cada cajón, se traspasan a las abejas de la colmena vieja a la nueva, para lo que se sacude sobre esta última, asegurándose de no maltratar o matar a la Reina.
LA PRÁCTICA DEL TRASIEGO.-
Esta práctica se realiza cuando tenemos colmenas de tipo rústico, bajo diferentes medidas y deseamos estandarizarlas para mayor facilidad del trabajo y al parecer, para mejorar la producción.
Tiene también como finalidad la de darles a las abejas las mejores condiciones de vida al interior de sus viviendas, es decir, temperatura y espacio adecuados, sin riesgos de enfriamientos o de entrada fácil de enemigos naturales a través de rajaduras y rendijas propicias. Además de ofrecer la posibilidad de crecimiento numérico mediante técnicas apropiadas de multiplicación de colmenas.
De alguna manera se practica el trasiego cuando se capturan colonias ya instaladas en el ambiente, ya que es necesario trasladar los panales llenos de crías a cuadros elegidos para el efecto y aprovechar el trabajo de las obreras en relación a la construcción de panales.
APLICACION DEL SISTEMA DE PROTECCION INTEGRAL A LA APICULTURA ECUATORIANA
Toda actividad humana, sea esta de producción o de servicios, está sujeta a riesgos y accidentes de diversa índole, que perjudican por separado o en conjunto a los componentes involucrados en los procesos de producción.
El Sistema de Protección Integral incorpora a los elementos: calidad del producto; salud ocupacional y seguridad de trabajadores; medio ambiente y responsabilidad social para garantizar armonía en los procesos productivos, con una mayor simplicidad y eficacia en la gestión empresarial para mejorar las condiciones de competitividad.
En el caso de la Apicultura, en concreto, que es una actividad muy compleja y delicada, la aplicación del Sistema de Protección Integral es una alternativa que podría ayudar a superar muchísimos problemas, en función de responder a los ámbitos que involucra la actividad productiva y de mercadeo.
Enfocando el entorno del producto o de los productos producidos en el apiario, el Sistema de Protección Integral, considera la necesidad de responder a las exigencias del cliente en relación a la calidad. En este sentido, hay una razón lógica, si consideramos que la miel, el polen, la jalea real o los productos elaborados sirven para la alimentación humana, éstos deben estar lo suficientemente garantizados en cuanto al manejo higiénico en la cosecha, en la extracción, en el envasado, etc. Para una mejor comprensión del tema, considero conveniente analizar el proceso de cada actividad de la Apicultura en su respectivo producto.
La miel.- Los apicultores conocemos que las colmenas son ambientes extremadamente higiénicos, al igual que las celdas que son los depósitos de la miel. Pero al momento de las cosechas, corremos el riesgo de contaminar la miel con elementos extraños, si no tomamos las medidas aconsejadas para lograr un producto de calidad.
Para la cosecha de la miel, ésta debe estar lo suficientemente madura, es decir en condiciones apropiadas que no fermente al momento de ser almacenada o envasada. La fermentación es un fenómeno que también se produce por la presencia de agua que no ha sido vaporizada en el proceso normal dentro de la colmena. Este hecho perjudica a la calidad.
El uso del humo para ahuyentar a las abejas de los panales cosechados, es un factor contaminante. La miel extraída queda con olor a humo que altera su aroma y sabor característicos.
Los panales cosechados deben ser ubicados en cajas limpias, y si es posible esterilizadas, sobre bandejas de cosechas, las mismas que deben ser de acero inoxidable y tapados inmediatamente para impedir que las abejas se aglomeren.
Para la desoperculación de los panales deben utilizarse cuchillos, trinches limpios sin óxidos. La persona que lo hace debe utilizar guantes de goma, igualmente muy limpios. La mesa de des opercular debe ser de acero inoxidable para evitar la contaminación y la alteración química de la miel.
El extractor, igualmente debe ser de acero inoxidable, muy limpio, para garantizar una miel de muy buena calidad.
La sala de extracción o el sitio en donde se extrae la miel debe reunir condiciones higiénicas de excelencia, lejos de los malos olores, no debe haber ratas ni ratones, gatos o perros, debe ser un lugar abrigado, aireado, con mallas para evitar la entrada de abejas que se embarran en la miel y mueren.
Los recipientes en donde se almacena la miel deben reunir condiciones que garanticen la no contaminación, por lo tanto deben desecharse el uso de baldes de pinturas, de aceites, mantecas y otros productos químicos. Se aconseja el uso de baldes industriales debidamente lavados y esterilizados, para lo cual se debe utilizar agua hervida o vapor.
Para el caso de la cernida de la miel, se debe utilizar coladores de acero inoxidable y tamices de tela debidamente esterilizados.
Para la envasada de la miel, deben utilizarse recipientes y tapas lo suficientemente garantizados para productos alimenticios. Debe tomarse el suficiente tiempo para lavarlos y esterilizarlos a pesar de ser nuevos, es decir de fábrica. En el caso de la necesidad de calentar la miel, porque se ha solidificado, debe hacérselo a baño maría y en recipientes de acero inoxidable.
Si hemos tomado en consideración estas medidas, que no son sugerencias, sino exigencias, estamos respondiendo a los requerimientos de los clientes, en relación a la calidad del producto, que se convierte además en una garantía para la venta y el consumo seguro.
El polen.- Es otro de los productos apetecidos para la alimentación de los niños y ancianos por su alto valor nutritivo, que merece igualmente un tratamiento especial en relación a la recolección, al secado y al envasado con miras a mantener la calidad del producto que es una exigencia del cliente y una garantía para el productor.
Las trampas de recolección del polen deben reunir condiciones higiénicas, es decir deben se elaboradas con materiales que no contaminen al producto, deben tener la aireación adecuada para evitar su fermentación.
Al momento de la cosecha, deben utilizarse recipientes que no se oxiden y se contaminen, que no emanen olores de ninguna naturaleza.
En el proceso del secado, no debe exponerse directamente a los rayos solares que destruyen los nutrientes contenidos por la acción de los rayos ultravioletas, se debe utilizar bandejas de acero inoxidable que se ponen al calor bajo túneles de plástico de invernadero protegido con papel periódico virgen.
Para la limpieza y selección, utilice una seleccionadora apropiada y con materiales aptos que no perjudique a la calidad del producto.
Para el envasado siga las medidas recomendadas para la envasada de la miel.
La jalea real.- Es otro de los productos muy cotizados por el mercado por sus bondades nutricionales y medicinales que merece un tratamiento específico.
Para su extracción utilice instrumental apropiado con materiales de acero inoxidable, que no alteren su composición química ni se contamine. Para el envasado utilice frascos de vidrio oscuro lo suficientemente esterilizados. No olvide de poner en la etiqueta los datos importantes de fecha de envasado, la fecha de caducidad y las recomendaciones técnicas de conservación.
Productos Elaborados.-
Al igual que en los productos naturales ya descritos, en el caso de los productos elaborados, el productor deberá considerar el elemento calidad, para garantizar la satisfacción de las necesidades del cliente, como respuesta a los requerimientos exigidos por el consumidor y como una garantía para el productor. Debe hacerse énfasis en el tema de la higienización para evitar riesgos en la salud del cliente.
De lo descrito se desprende que la aplicación del Sistema de Protección Integral a la Apicultura, coadyuva positivamente al Tema de Calidad del Producto en relación a las exigencias del Cliente, que es el sujeto de nuestro interés como apicultores- productores, que estamos supeditados al Mercado, o dicho de otra manera, que dependemos de la demanda del consumidor para ofrecer nuestros productos en función de mantener nuestro negocio.
En los actuales momentos, el tema de medio ambiente y su deterioro, es de suma importancia para la humanidad entera, por los efectos causados y provocados por la irresponsabilidad de quienes habitamos la tierra y nos aprovechamos irracionalmente de los recursos naturales, en función de satisfacer nuestros intereses individuales y colectivos.
Como una respuesta alternativa a estos hechos casi irremediables, el Sistema de Protección Integral, intenta normar el uso de los recursos naturales tratando de reducir los impactos ecológicos a través de la aplicación de mecanismos corporativos viables, en donde se involucran a todos los actores sociales.
La actividad apícola al igual que otras diligencias productivas, debe tomar muy en serio al Medio Ambiente con el sano propósito de no alterar su entorno o de provocar desequilibrios que en muchos casos son irremediables.
A pesar de que la presencia de las abejas benefician a la naturaleza, a través de la polinización, es menester considerar algunos aspectos que repercutirían negativamente al equilibrio ambiental al momento de iniciar y desarrollar la actividad en un determinado sector.
El entorno apícola.-
Antes de instalar un apiario en un determinado sector conviene conocer el entorno apícola que tiene relación a la existencia o presencia de especies melíferas: abejorros, abejas silvestres o abejas domésticas propiedad de pequeños apicultores, insectos melíferos y poliníferos, con la finalidad de evitar la competencia y naturalmente la ruptura del equilibrio ecológico establecido en forma natural.
El conocimiento del entorno apícola, también tiene relación a la existencia de la flora melífera predominante en la zona, las épocas de floración, horas de secreción del néctar, a la presencia de neblina, temperaturas, horas soleadas, vientos y más factores climáticos que influyen en la producción y en el comportamiento de las abejas.
El conocimiento del aspecto cultural de la población de la zona es otro de los factores a considerarse antes de iniciar una explotación apícola. Hay sectores del subtrópico y del trópico ecuatoriano, en donde sus pobladores no temen a la presencia de las abejas, debido a que están familiarizados y conocen como comportarse ante la presencia de un enjambre por ejemplo o porque han tenido la experiencia de cosechar la miel en forma rudimentaria. Pero hay sectores en la serranía, en donde hay verdadero pánico ante la presencia de abejas, debido a experiencias vividas sobre el ataque de estos insectos. Este conocimiento del entorno natural, nos servirá de base antes de tomar la decisión para la instalación de un apiario en un determinado lugar, a fin de prevenir trastornos ecológicos, conflictos sociales y desequilibrios medio ambientales como los que a continuación los describo:
Superpoblación de colmenas.-
A fin de evitar este fenómeno provocado, conviene hacer un inventario del número de colmenas existentes en un área de 3 Km a la redonda para tomar las medidas preventivas en relación al número de colmenas a explotarse racionalmente sin perjudicar a las intereses de los pequeños apicultores del sector.
Pero también es responsabilidad del apicultor itinerante considerar la presencia de insectos melíferos para no provocar la competencia alimenticia con las abejas domésticas, porque podemos poner en peligro la vida y causar la exterminación de ciertas especies.
En todo caso, por la experiencia que tenemos, podemos afirmar que los apiarios no deben pasar de más de veinte colmenas completas y en plena producción en áreas de 3 Km2 para no causar desórdenes y desequilibrios y lo que es más importante para asegurar unas buenas cosechas bajo condiciones climáticas favorables.
La presencia de razas de abejas melíferas de la zona es un aspecto fundamental a tomarse en cuenta antes de iniciar una explotación. Esto con el propósito de evitar mestizajes al momento de los vuelos nupciales y la fecundación de reinas, pues se corre el riesgo de provocar la degeneración de la especie por la pérdida de las características originarias sin menoscabo de obtener colonias de abejas agresivas, pilladoras, menos productivas, más susceptibles a enfermedades o al contrario con características favorables en cuanto a adaptación a la zona y climatología, rusticidad a enfermedades, mejoramiento productivo y reproductivo, por citar algunos ejemplos.
Bosques y floración melífera y polinífera.-
Conocedores de que el olor y el sabor de la miel se origina en las flores de la vegetación predominante, debemos seleccionar el bosque o la vegetación del entorno en donde vamos a instalar al apiario y para ello deberíamos elaborar un inventario de las diferentes especies vegetales y sus épocas de floración con sus respectivos calendarios de épocas de temperaturas altas que es el medio en el cual las flores secretan el néctar en las diferentes horas del día. Estos hechos nos permitirán cosechar mieles de diferentes procedencias con sabores, colores y olores característicos propios de cada floración.
Cultivos intensivos.-
Los cultivos de banano, palma africana, arroz, soya y otros en el litoral ecuatoriano, aseguran la muerte masiva de las abejas debido a las fumigaciones copiosas en sus sementeras. Por lo cual es necesario tomar las debidas distancias a fin de prevenir el exterminio de los insectos beneficiosos o el de contaminar la miel con pesticidas.
En el caso de la serranía ecuatoriana, hay zonas con cultivos de flores, en donde las fumigaciones son también riesgos para la vida de las abejas que en ciertas épocas de escasez de flores silvestres frecuentan los invernaderos.
Pero también hay zonas de cultivos intensivos que son fumigados con frecuencia para los controles fitosanitarios. En estos casos, es mejor prevenir, ubicando a las colmenas a distancias recomendables para evitar cuantiosas pérdidas.
Ubicación de los apiarios.-
Considerando los aspectos anteriormente descritos y las experiencias personales, para la ubicación de los apiarios con miras a reducir los riesgos, incidentes y accidentes de diversa índole es recomendable no instalar cerca de los caminos públicos, escuelas, colegios, iglesias o sitios de aglomeración humana, para evitar las travesuras de los niños y adultos que generalmente lanzan piedras a las colmenas o roban la miel provocando picaduras y pánico en las personas del lugar.
La ubicación también tiene que ver con la presencia de fábricas de dulces o conservas que sus olores característicos atraen a las abejas, causando malestar a los trabajadores que les fumigan para matarlas. Lo mismo se puede decir de los lugares de molienda de caña de azúcar, a donde llegan las abejas atraídas por el olor al dulce, en donde mueren cocidas.
Este tercer elemento del Sistema de Seguridad Integral, involucra a los trabajadores apícolas que están directamente ligados a las actividades diarias en las diferentes áreas de la producción tanto de materiales, equipos o productos naturales y elaborados de la miel, la cera, propóleos y otros garantizando la disminución, en unos casos y la eliminación total de riesgos, en otros.
En el caso de los trabajadores que usan máquinas de carpintería para la producción de materiales, el Sistema hace las respectivas recomendaciones de uso de protección personal para garantizar bienestar e impedir accidentes propios de la activad. Al igual que en el caso del uso de maquinaria de mecánica.
En el caso específico del apicultor que trabaja con colmenas y sus componentes, el Sistema previene el uso del excesivo del humo que perjudica al sistema respiratorio, causando malestar o complicaciones de la salud.
Previene también con las recomendaciones del uso de vestido apropiado y las protecciones requeridas como del velo en buenas condiciones, de guantes con mangas largas, de calzado adecuado para evitar picaduras de las abejas al momento de las revisiones y las cosechas.
Es imperiosa la necesidad de utilizar el instrumental recomendable y en buenas condiciones para garantizar un buen trabajo con rendimiento positivo, con un trato racional a las abejas para evitar contratiempos, conflictos por la picadura de las abejas a animales domésticos, a personas curiosas o transeúntes que pueden inclusive causar la muerte.
En los procesos de trashumancia, también se tomarán en cuenta todas las recomendaciones necesarias a fin de evitar inconvenientes y sobre todo pérdidas irreparables, debido por ejemplo al daño de vehículos que se transportan las colmenas; al descarrilamiento de las mismas por una frenada brusca o por el paso veloz de baches, provocando la salida masiva de las abejas que pueden atacar a las personas que se encuentra en las vías o a las personas que van en el mismo medio de transportación.
En el manejo diario de las colmenas, por descuido, negligencia o por accidente se pude originar el viraje de una o varias de ellas, provocando un ataque generalizado de abejas agresivas que es difícil controlar, sobre todo, si se pierde la serenidad.
En resumen, a continuación enumero algunos de los riesgos que corre el apicultor por la mala aplicación de técnicas en el manejo de las abejas y que podrían ser materia de prevención y disminución de riesgos:
1. Picaduras que pueden provocar incluso la muerte de personas y animales.
2. Lesiones de la columna con consecuencias mayores por no tomar las medidas pertinentes.
3. Entrada de abejas en las fosas nasales y en los orificios de las orejas o picadura en la lengua, por el uso de velos rotos o no adecuados.
4. Traumas de diversa índole a consecuencia de la impotencia o la incapacidad de resolver los problemas y conflictos causados por la agresividad de las abejas que son generados por el mal trato.
5. Accidentes que pueden producir pérdidas económicas irreparables por la muerte de las abejas, animales o personas.
6. Contratiempos por daños de vehículos y la pérdida de colmenas completas por asfixia al no poder destapar a tiempo las piqueras, por citar un ejemplo.
Procesos de enseñanza– aprendizaje de la apicultura
EL APICULTOR Y SUS PROYECCIONES
Para llegar a la meta, toda persona, sin duda alguna, tiene que superar una serie de dificultades ajustadas a las circunstancias y a las exigencias de cada actividad en su especificidad. Dicho de otra manera; todo quehacer humano, orientado al desarrollo de las destrezas requiere de una práctica permanente: de ensayos, de cometer errores y de corrección de los mismos; de obtención de resultados positivos, etc.
En la actividad apícola, o mejor dicho en el aprendizaje de la Apicultura, se inicia a través de la curiosidad y de la búsqueda de respuestas a interrogantes simples y sencillos: Y por que? y para que ? Generalmente ocurre en la infancia o en la adolescencia, en que por la influencia de alguien con alguna experiencia previa habla de que las abejas producen miel o que hay abejas que viven en la tierra, en los huecos de palos secos o en otros lugares y que se las pueden robar lo que ellas producen para su alimentación. Este es el caso por ejemplo de las bungas negras que viven en los huecos de palos secos y que producen unas ricas panelas, mezcla de miel con polen.
Una vez que se ha despertado la curiosidad, surge la experimentación, y en el caso concreto por las abejas, es el deseo de saber como son ellas, que tienen, como viven, que comen, como se reproducen, que productos elaboran, etc. Esta curiosidad nos obliga a ir tras ellas para explorarlas.
Si tenemos la oportunidad de ver unos cajones de madera, pintados de colores, en donde entran y salen muchos insectos, con seguridad nos preguntamos que es ? Que ocurre en el interior ? Y si tenemos la oportunidad de preguntar a alguien, lo hacemos. Quizá las respuestas que hemos obtenido nos hayan sido satisfactorias, caso contrario seguimos averiguando y si podemos acercarnos, lo hacemos con cierto recelo y cuando hemos podido experimentar el dolor generado por la picadura de una abeja, con seguridad nos provoca arrepentimiento, deseos de no volverlo a hacer o nos quedamos estimulados para continuar en la investigación. Lo cierto es que, si luego de que hemos experimentado el dolor producido por la picadura y las respectivas reacciones, insistimos en el objetivo y con seguridad, en algún momento haremos Apicultura.
Una siguiente etapa del aprendizaje se centra en el adentrarse en el mundo interior de las abejas y para ello hay varias alternativas: conversar con uno o varios apicultores, llenarles de muchas preguntas y escucharles con mucha atención; pedirles que nos enseñen el interior de una colmena, preguntarle cual es la reina, el zángano y las obreras; solicitarle que nos haga probar un poco de miel; etc. También podría ser, la consulta bibliográfica generalmente en textos sencillos o a través de internet, que hoy en día está de moda y que hay que aprovecharlo.
Una vez que experimentamos una fuerte estimulación por el mundo de las abejas, la situación se proyecta más allá. Si somos testigos de que alguien que está dedicado a la crianza de las abejas y si sospechamos que es una actividad rentable, la situación es mas interesante. Deseamos por todos los medios hacernos apicultores y no importarán hacer sacrificios de naturaleza alguna. Es que estamos profundamente motivados y nadie nos detendrá en nuestro propósito. Si de la lectura que hemos podido hacer, hemos obtenido más información a cerca de las ventajas que brindan las abejas en beneficio de la naturaleza, lo asumimos con mayor responsabilidad y conciencia ecológica.
Son contados los casos en que se hereda la actividad apícola, en este caso particular, la situación es más natural. El aprendizaje se hace a través de la práctica diaria. El temor al ataque de las abejas es superado con toda la naturalidad, es que hay una especie de familiaridad con el mundo de las abejas. La exploración se inicia en la niñez y el perfeccionamiento es asunto personal en la constancia y la perseverancia.
FORMACION APICOLA
El aprendizaje apícola es un proceso interminable. La apicultura es una actividad dinámica, jamás se detiene, sus contenidos no están del todo elaborados ni perfeccionados, siempre hay aspectos y fenómenos nuevos. El comportamiento de las colmenas es diferente en el tiempo y en el espacio. Las abejas sufren la influencia de factores internos y externos y el apicultor debe estar atento a la conducta de las abejas, pensando sobre todo en el ambiente que los rodean para evitar dificultades e inconvenientes producidos por el ataque de las abejas a aves y a animales domésticos o a personas. Los procesos de africanización de las abejas es un fenómeno que nos debe mantener siempre atentos, sobre todo en relación a la agresividad, a la producción, a la resistencia a enfermedades y al manejo racional.
Los apicultores, en nuestra formación ocupacional o profesional, somos el resultado y el cúmulo de una serie de muchas influencias de apicultores anónimos e inéditos que han tenido la buena voluntad de compartirnos sus experiencias. Pero también somos el resultado de lo que hemos podido interpretar de las lecturas de autores especializados y por supuesto de la experimentación personal a lo largo de nuestra actividad especializada. Es decir, somos la consecuencia de muchos aciertos y errores cometidos en la práctica del aprendizaje de la Apicultura.
La exploración es una técnica del aprendizaje generalizada en la actividad apícola. A través de ella nos ponemos en contacto directo con el mundo de las abejas. Pero para que esta técnica sea fructífera es conveniente que sea lo suficientemente sistematizada. Debemos establecer un esquema claro antes de iniciar la exploración, para determinar con exactitud las etapas que vamos a cumplir en función de unos objetivos muy bien elaborados.
La observación es otra técnica muy útil en el aprendizaje de la Apicultura. Para lograr eficacia hay que elaborar la respectiva ficha de observación a fin de que, en lo posible, no se quede ningún aspecto sin ser observado, analizado y registrado.
La actividad práctica es la manera más eficaz para el aprendizaje de la Apicultura, no hay otra manera mas efectiva que la de aprender haciendo. En este caso es necesario establecer con claridad los objetivos de cada tema, a fin de no desviarse del asunto preestablecido. Los cursos de capacitación se han constituido en mecanismos de retroalimentación para el aprendizaje apícola o de incremento de nuevas técnicas del manejo de las abejas. Además, es una oportunidad para el intercambio de experiencias entre entendidos y que comparten intereses comunes en relación a los resultados de la experiencia, que a pesar de no obedecer a deducciones investigativas lo debidamente sistematizadas, no dejan de ser un aporte valioso para el desarrollo de la apicultura.
La socialización de las experiencias apícolas, es una manera efectiva para transmitir contenidos a las personas interesadas en la temática y a las jóvenes generaciones, para dejar un legado que se constituiría en un aporte invalorable al equilibrio de la Madre naturaleza, fuente generosa de la vida y de las oportunidades de la humanidad entera y de todos los seres que habitan en ella.
De lo dicho en los párrafos anteriores, se puede deducir que, cada apicultor es único en sus conocimientos, con sus aciertos y sus errores; en sus propósitos y en su mentalidad; en sus criterios y actitudes en el contexto de defensa del medio ambiente o del universo ecológico.
UNA ACTITUD POSITIVA
Si tenemos claros los criterios en relación a la vida de las abejas y de los beneficios que ocasionan en el medio ambiente y de la vida, en particular, lo menos que podemos esperar del apicultor consiente, es una actitud objetiva y responsable en todos y cada uno de los actos del quehacer apícola. Desmenucemos un poco:
La defensa del ecosistema es una tarea fundamental que garantiza en alguna medida el desarrollo armónico de la vida de los seres que habitan un determinado ambiente, favoreciendo a la actividad apícola en todas las proyecciones reproductivas, productivas y de salud del consumidor de los productos que generosamente nos brindas las abejas.
Los programas de concientización a favor de la recuperación y del rescate de las especies forestales, deben ser materia de involucramiento directo por parte de quienes hacemos apicultura. No solo porque aseguramos la alimentación de las abejas y su producción, sino porque abonamos a la necesidad imperiosa de tener un ambiente con menos contaminación, especialmente del aire.
El uso de técnicas de la agricultura orgánica, no solo en zonas apícolas, con la no utilización de pesticidas químicos, es otro de los temas que deben ser aplaudidos y apoyados con decisión por los apicultores, debido a que nos beneficiamos directamente, en favor de la vida de las abejas y de los consumidores de los productos apícolas, sin contaminación de pesticidas que al parecer es una de las causas de muchas enfermedades de la época.
La capacitación permanente en la aplicación de tecnologías alternativas, es otra de las actitudes objetivas que debe estar presente en la mente del apicultor progresista, que se manifiesta con la práctica diaria enmarcada dentro de la responsabilidad ocupacional o profesional.
La investigación científica permanente, es otra actitud que jamás o que, por ningún motivo debería alejarse de las acciones responsables del apicultor. Sin investigación no hay renovación y peor superación de situaciones adversas al desarrollo de la apicultura en todos y cada uno de sus ámbitos prácticos y científicos.
La experimentación responsable con orientación científica se constituye en una herramienta eficiente para lograr resultados positivos en bien de esta tan delicada actividad que exige prudencia, capacidad y honestidad.
La socialización de experiencias, es otra manera de fortalecer el desarrollo racional de la Apicultura. Para ello hay que aprovechar de todas las oportunidades que nos ofrecen los diferentes medios de difusión y comunicación y los espacios creados por las organizaciones de primero y segundo grado como la Federación Nacional de Apicultores y las Asociaciones locales, cantonales y provinciales, respectivamente. En este contexto, vienen bien los Encuentros, los Congresos, los Seminarios, los Cursos de capacitación y otros eventos de carácter educativo especializado.
La creatividad es un atributo de todo apicultor. Si la provechamos con buenas intenciones y con racionalidad, sin duda contribuirá al desarrollo de la Apicultura, aportando objetivamente resultados en cada uno de los ámbitos del quehacer práctico.
EL MIEDO AL CAMBIO
Si partimos de la aseveración de que el planeta tierra esta en constante movimiento, es fácil entender que también las ciencias están en permanente evolución; el hombre siempre esta cambiando para enfrentar nuevas situaciones. Es decir, todo esta sujeto a la dinámica del cambio y a la evolución. Nada ni nadie es estático. Igual fenómeno ocurre con la Apicultura. Está en constante evolución gracias al avance tecnológico, está en permanente evolución como en permanente evolución están las especies vivientes, y entre ellas las abejas. En este contexto del cambio, es necesario que el apicultor asuma una actitud positiva de cambio, de mejoramiento, de evolución en las prácticas de la apicultura.
Sabemos que muchos de los principios de una determinada ciencia son duraderos e inamovibles; pero las técnicas son susceptibles de sustitución por otras, cuyos resultados son más eficientes. La investigación científica se ha constituido en una herramienta eficaz para el desarrollo científico en la Apicultura y en este sentido en la actualidad existen un sin número de alternativas válidas para el aprovechamiento racional de los recursos que generosamente nos ofrecen las abejas.
Es verdad que no es tan fácil introducir y aplicar nuevas técnicas en el manejo de las colmenas. Pero si nos informamos a cerca de los resultados obtenidos y comparamos con los nuestros, es racional que aceptemos y nos capacitemos debidamente para actualizarnos y aprovechar de mejor manera.
Debemos estar dispuestos al cambio y para ello es menester estar permanentemente informados y actualizados. Siempre hay que estar en la honda. Todo lo que aprendimos en el tiempo pasado, es y debería ser aprovechado al máximo y a partir de ese conocimiento hay que ir mejorando en función de nuestros objetivos y de la realidad en la que estamos moviéndonos. El entorno apícola actual es diferente al pasado; las áreas de vegetación melífera han disminuido; los procesos de urbanización y aglomeración de las personas en las ciudades han establecido otras características en el contexto apícola; las abejas se han adaptado, por decir de alguna manera, al trajín de los centros poblados, han aceptado los ruidos y la contaminación ambiental; los procesos de africanización de las abejas continúan, las características de agresividad están presentes y se necesitan desarrollar nuevas técnicas de manejo para evitar inconvenientes por el ataque a los citadinos. Es urgente el desarrollo de una metodología práctica para hacer de la Apicultura una actividad citadina, minimizando al máximo los riesgos en pro del aprovechamiento del recurso apícola, de los bosques, de los arboles de las avenidas y de los parques, de los espacios públicos y privados que reúnen condiciones favorables.
Ud. habrá escuchado decir: "SI ES APICULTOR, ES BUENA GENTE", y efectivamente así lo es, porque hemos superado varias actitudes negativas.
Estoy seguro que, un apicultor bien formado es también la consecuencia de la escuela diaria que recibe de sus colmenas, que son organizaciones perfectas, en donde cada integrante cumple estrictamente su rol con responsabilidad y puntualidad, sin cálculos personalistas, sin obediencias ciegas y mezquinas, sin justificaciones preconcebidas, sin discriminaciones de ninguna índole. Dicho así, podemos aseverar que su conducta es derivación de la influencia de esta sociedad perfectamente organizada y eso se refleja en todos los actos de su convivir en las relaciones con sus semejantes.
Si hemos observado con detenimiento la organización de una colmena, lo menos que deberíamos hacer es ponderar el grado supremo de organización y establecer con claridad la lógica de los resultados en el tiempo y en el espacio apícola. No creo que se trate simplemente de un aspecto de supervivencia, es el resultado de algo mas complejo, es muestra de la combinación perfecta de muchos factores aun no determinados y que merecen una investigación científica profunda. Sin embargo, es claro que funciona bien y para bien de todos los integrantes de la colmena, allí no hay injusticias, discriminaciones, privilegios, todas y todos trabajan en función de un fin común.
Empecemos analizando el aspecto organizativo. Para lograr éxito es fundamental partir de una buena planificación de la actividad apícola; en la cual hay que establecer con claridad cada una de las acciones, obedeciendo a las necesidades y a las exigencias técnicas de las colmenas en particular y de los colmenares en general. Una buena organización de los trabajos, nos ahorra tiempo, dinero y sobre todo evitaremos contra tiempos, incidentes y accidentes que perjudicarían a nuestros objetivos. En este sentido, siguiendo el ejemplo de las abejas, y obedeciendo al perfil de un buen apicultor, deberíamos ser organizados o al menos estar dispuestos a cambiar nuestra actitud en relación a este tema que es tan interesante y la clave para el éxito.
La puntualidad se deriva de la exigencia de las acciones a tomarse y de la necesidad de responder a tiempo dentro de un plan establecido en todos y cada uno de los trabajos que debemos desarrollar en el ámbito apícola. En Apicultura, no hay como posponer los trabajos planificados a no ser por causas legítimamente climáticas.
La honestidad, es una actitud que debe prevalecer en todos y cada uno de los momentos del quehacer de la Apicultura. A las abejas no les podemos engañar. Si lo intentamos, nuestro negocio se va al vacío. Si adulteramos los productos para la venta, un momento determinado, se descubre y los clientes se van. Entonces, es mejor actuar con toda la honestidad, con toda la honradez y la verdad. Así seremos testimonio de lo que hemos aprendido de una de las sociedades mas organizadas que habitan la faz del planeta tierra.
En las sociedades apícolas, no se ven sentimientos negativos de explotación, de extorción, de opresión; solo en casos extremos de hambre se da el fenómeno del pillaje con consecuencias nefastas. Si somos fieles seguidores de las abejas, por ningún concepto debemos tomar poses negativas de explotación con nuestros trabajadores o colaboradores en el ámbito apícola. Hay que saber compartir con justicia y equidad, sin cálculos mezquinos, egoísmos y actitudes mal sanas. Así nos evitaremos acciones de desquite como por ejemplo con el robo, el incendio, la fumigación de colmenas o la denuncia. Habrá que hacer un esfuerzo para valorar los sitios aptos para la apicultura que nos proporcionan los campesinos y que en muchos de los casos son subestimados y subvalorados. No solo hay que sujetarse a las leyes laborales, es necesario reconocer que el trabajo apícola es muy fuerte y exigente y hay que pagar a los trabajadores de acuerdo a los rendimientos.
Continuando con el esquema implícitamente propuesto, considero necesario, resaltar la generosidad y la solidaridad como testimonio de la superación del egoísmo humano mal fundado. Un buen apicultor comparte sus conocimientos, sus experiencias, sus fracasos, sus éxitos. Y todo en función de aportar objetivamente al desarrollo de la Apicultura. En el país, todo lo que sabemos y conocemos de la Apicultura es debido a la generosidad de muchos apicultores anónimos que supieron compartir su sabiduría. En este sentido el estado ecuatoriano a través de sus instituciones especializadas en sus servicios públicos poco y casi nada ha hecho al respecto.
Si nos consideramos apicultores con letras mayúsculas, de por si somos o deberíamos ser dinámicos y emprendedores, creativos y persistentes, exigentes con nosotros mismos y con los demás. Hay que seguir el ejemplo de las abejas, al pie de la letra, sin desviaciones y si nos equivocamos hay que rectificar a tiempo, haciéndonos el compromiso de no volver a cometerlo.
No somos destructores de la naturaleza, tenemos o debemos tener un espíritu ecologista y de aprovechamiento racional de recursos. Por lo tanto deberíamos descartar de nuestro léxico el término explotación.
Una de las características del apicultor es la paciencia, que es fiel reflejo del manejo racional de las abejas. Una persona impaciente, de naturaleza es violenta y la violencia genera violencia en el manejo con las colmenas. El tema de la violencia, lo tratamos con mayor amplitud y detenimiento en el texto respectivo.
Creo que hay mas atributos en el apicultor, sin embargo, me reservo el comentario pormenorizado, con el único afán de no llenarle de flores para fortalecer el sentimiento de la vanidad. Creo firmemente que el mejor testimonio que podemos dar a la sociedad, es justamente a través de nuestro ejemplo en el diario convivir, en nuestras relaciones familiares, en nuestras relaciones con conocidos y desconocidos. Somos seres con razón, inteligencia y sensibilidad y por lo tanto sujetos a la superación personal en bien de la sociedad y del mundo que nos rodea.
Hacia una didáctica de la apicultura
La Didáctica es una ciencia que se enmarca en el desarrollo de los procesos de enseñanza aprendizaje. En otras palabras es el conjunto de métodos y técnicas a través de los cuales se ejecutan la enseñanza aprendizaje en determinadas áreas; y, en este caso particular la teoría y la practica de la Apicultura. Así, la Didáctica no es más que un conjunto de procedimientos y normas destinados a dirigir el aprendizaje de manera eficiente.
El conocimiento, no es innato en el individuo; se asimilan los conocimientos a través de los diferentes sentidos: de la vista, del oído, del olfato, del tacto; pero sobre todo se aprende para no olvidar haciendo. Como se puede deducir, el aprendizaje es un proceso en el que intervienen varios elementos, intrínsecos y extrínsecos, de dentro y de fuera, interno y externo del individuo.
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