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La Restricción calórica: Su impacto incidental en la prevención y cura de la obesidad (página 2)

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

Donde todo comienza

Por largo tiempo se ha demostrado que las dietas muy bajas en calorías extienden la longevidad de algunas especies, desde las lombrices, pasando por los obligatorios ratones y, llegando hasta los simios. Los hallazgos recientes sugieren que esta noción puede ser aplicable igualmente al ser humano.

Las dietas muy bajas en calorías hoy se consideran una "maravillosa innovación médica", como ya tendremos la oportunidad de apreciar.

En la primera semana de julio del 2009, un estudio que aparece en la revista profesional Science, señala que monos que — por veinte años, vivieron alimentados en una dieta de calorías restringidas — no sólo han vivido más tiempo, que otros en grupos de control, sino que sus cerebros permanecieron más jóvenes. Mientras que igualmente padecieron mucho menos de las condiciones relacionadas al envejecimiento, comparados con monos que consumieron una dieta regular.

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Biosfera 2

Para imitar el sistema propuesto por Bob Cavanaugh, los seres humanos del sexo masculino, deben consumir 1,800 calorías, en lugar de las recomendadas 2,500. Mientras que las mujeres deben de consumir 1,500 a 1,700 calorías per diem comparadas con las recomendadas como promedio de 2,000.

El lema de las dietistas…

La famosa frase, que todos los dietistas citan, y que sus seguidores repiten, es la siguiente: "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo". La máxima, pocos saben, que fuera acuñada por una figura importante en la historia de nuestras refriegas contra la gordura. Se trata de Adelle Davis (1904-1974), cuyas labores se considerarían controvertidas, en sus tiempos, hasta que paulatinamente están comenzando a ser aceptadas. A esto volveremos más adelante.

Aquí es necesario intercalar el hecho, omitido por los dietistas, de que las dietas, por ellos propuestas son causa de estrés. Algo de lo que los monos experimentales no sufrieron. Ahí, precisamente es, donde yace la diferencia en los resultados de la restricción calórica experimental y en la que las dietas comerciales nos imponen.

Veamos lo que Cavanaugh consume, como alimento, en su jornada cotidiana, de acuerdo al artículo de Newsweek:

  • Desayuno: un cuarto de taza de avena, un cuarto de taza de leche desnatada en polvo, y media taza de leche descremada. Luego de calentar la mezcla disuelta de las leches y la avena en el microondas por dos minutos, Cavanaugh, le añade media taza de fresas, dos cucharadas de semillas de girasol, terminando con una taza de café (no dicen con o sin crema o azúcar), lo que consiste en 451 calorías usando el sistema de conteo habitual.

  • Para Bob, no hay más comida por el resto del día hasta la noche. Asegurándonos de que nunca siente hambre hasta que llega la hora de cenar. Lo que no es extraordinario, aunque el desayuno en sí sea comida superflua (La explicación está contenida en mi artículo: El acto y la acción de comer: Un drama en tres actos en monografías.com).

Hasta hace unos seis años, antes de comenzar su nuevo régimen, Bob ingería un desayuno al estilo norteamericano consistiendo de rosquillas, panqueques, tostadas con mantequilla y mermelada, panes azucarados, cornflakes, tocineta y huevos. El almuerzo era peor. Perros calientes, papas fritas, carnes guisadas y una súper-abundancia de fast-foods acompañados por bebidas azucaradas. No nos dice lo que cenaba, pero se entiende que entonces disfrutaba asimismo del consumo de esa colación.

Un infante de marina retirado, que mide 5"10", Cavanaugh puede apreciar, con orgullo, los resultados de su nuevo método de comer. Antes de comenzar esta dieta su peso era de 178 libras, con un índice de masa corporal de 26 (el IMC ideal está entre 18.5 y 24.9) y con un nivel de colesterol de 273 (normal, menos de 200).

Ahora, a ciento cuarenta libras, su colesterol ha bajado 103 puntos, sus triglicéridos son normales, las infecciones de la piel, de que antes sufriera, han desaparecido y ha comenzado a jugar basquetbol, algo que no hiciera desde la adolescencia.

Pero, lo nuevo, a menudo, es cosa vieja…

Los beneficios de la dieta con restricciones calóricas se observaron por la primera vez — no durante la primera semana de julio del 2009 (como los periódicos nos quieren hacer creer) — sino en el 1934 cuando un grupo de investigadores en la Universidad de Cornell, detectaron que las vidas de ratas se extendían por un 33% si se les reducía el consumo de calorías. Los mismos resultados en los seres humanos se descubrieron, por serendipia, más adelante.

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Enemigos de la salud

En 1991 ocho científicos entraron en un sistema ecológico artificial en Tucson, Arizona, llamado la Biosfera 2, para estudiar la influencia humana en el ecosistema local.

La Biosfera resultó incapaz de generar tanta comida como los científicos habían predicho, forzando los voluntarios al consumo de una dieta muy baja en calorías.

Roy Walford, el médico para el grupo, y un experto en el envejecimiento y la restricción de calorías, señaló que, a pesar de la pérdida de peso, los niveles de actividades físicas de los voluntarios eran excelentes. Como lo fueran los niveles de colesterol y la presión arterial. Pero, ésta no fue una dieta forzada para rebajar, sino una "programada" por circunstancias a las que era preciso adaptarse. En otras palabras, los voluntarios no fueron hostigados a pasar hambre, porque fueran gordos, sino que tuvieron que ajustar sus vidas para reconciliarse con las demandas del entorno. Dietar por necesidad y dietar para sobrevivir son cosas distintas: Una es causa del estrés, la otra no lo es — como veremos en otras ponencias relacionadas a ésta.

En la Biosfera, los voluntarios se comportaron exactamente como lo hubiesen hecho 50 mil años atrás.

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Ubiquitina

En el 2004, un estudio que apareciera en la publicación Proceedings of the National Academy of Sciences, reportó en detalle los efectos de los cambios en seres humanos que habían sido sujetos a una dieta de restricción calórica por un período de tiempo prolongado.

En este estudio, los sujetos tenían un nivel de riesgo cardiovascular bajo, niveles extremadamente altos de HDL (el "colesterol bueno"), y los triglicéridos eran menores que los de americanos en sus veinte años — a pesar de que los participantes en el experimento tenían entre 32 y 82 años.

Pero, aunque, los mecanismos detrás del éxito de esta dieta permanecen desconocidos. Una teoría general resultaría. Ésta plantea que la restricción calórica pone el cuerpo en un módulo de supervivencia, causando que las células se tornen extremadamente eficientes, incrementando el proceso que hace que las mismas remuevan el daño residual del metabolismo celular. La investigación ha demostrado que esos componentes, sin reciclar o dañados, si no se eliminan, conducen al deterioro asociado con el envejecimiento normal.

A pesar de todos los resultados positivos reportados en este estudio, es aconsejable no adoptar este tipo de régimen sin supervisión capacitada. Ya que la dieta, por sí sola, no es garantía absoluta de la longevidad. Y una dieta poco balanceada puede resultar en daños muy severos, como hemos visto en muchas de mis contribuciones al respecto.

A pesar de ser muy meticuloso acerca de lo que consume diariamente, Cavanaugh ocasionalmente se permite su cerveza y sus dulces, lo que admite a regañadientes.

  • El resto del tiempo, su cena consiste en una porción pequeña de carne, pollo, o pescado sin grasa, una ensalada grande y fruta o yogurt como postre. Además usa suplementos vitamínicos para el suministro de ciertas vitaminas y minerales.

Nosotros, los escépticos, no esperamos que nuestro amigo sobreviva a Jeanne Calment (122 años y 164 días). Pero, vale la pena seguir tratando, aunque Bob ignora muchos detalles que influyen y obstaculizan sus esperanzas de longevidad.

Come menos, ¿vive más?: La realidad y los hechos…

Para quienes esperan extender sus vidas por medio de ajustar las calorías en sus dietas, lo que hasta ahora es conocido, puede resultar confuso y contradictorio. Lo único que se ha establecido sin dudas, es que la reducción drástica de calorías es una manera segura de prolongar la duración de la vida — en condiciones controladas de laboratorio — como parece ser el caso con algunos animales.

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Nematodo

Al momento los científicos han identificado dos proteínas que comienzan a darnos una explicación, al nivel molecular, de por qué comer menos prolonga la vida.

Investigadores del Howard Hughes Medical Institute y del Salk Institute for Biological Studies, han analizado dos proteínas, WWP-1 y UBC-18, que establecen una conexión entre la restricción dietética y la longevidad en algunos nematodos.

Estas proteínas representan los primeros elementos demostrados en un programa genético que pueda que sea consistente por todo el reino animal.

En el número del 24 de junio del 2009 de la prestigiosa revista Nature, se reportó que estas dos proteínas forman parte de los trayectos de la ubiquitinación, que es el mecanismo que marca en las células, las proteínas superfluas destinadas para su eliminación eventual. Este entendimiento se considera crucial para aplicarlo a las dietas, en general, y a los sistemas de salud, en particular.

Nota:

Ubiquitina

"La ubiquitina es una pequeña proteína que aparece naturalmente en células eucariotas. Su principal función es la de señalar otras proteínas consignadas a su destrucción. Este proceso se conoce como la proteólisis. Varias moléculas de ubiquitina se adhieren a la proteína a eliminar y ésta se mueve hacia el proteasoma, una estructura en forma de barril donde se lleva a cabo el proceso de la proteólisis. La ubiquitina puede, entonces, marcar, incluso, proteínas de la membrana de la célula, por ejemplo,  receptores, para que éstas sean eliminadas desde la membrana."

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A la izquierda, mono en dieta restrictiva. A la derecha, mono en dieta normal

Prosiguiendo

Veamos qué sucede con otros grupos de animales investigados

Nematodos puestos en una dieta muy cercana a la inanición — con una reducción calórica del 40% comparada con la ingesta típica — viven el doble de lo que viven los helmintos que se alimentan normalmente. Lo más interesante es el hecho de que, aún, gusanos a quienes se les permite comer todo lo que quieran, pueden lograr vivir vidas más largas que las promedio, cuando los investigadores le aumentan artificialmente la cantidad de proteína WWP-1 que ellos producen. Lo que no se sabe es cómo y por qué la Naturaleza "decide" aumentar la proteína WWP-1 producida en el gusano independiente.

Los resultados de estos estudios son importantes porque comienzan a ofrecernos una explicación por el efecto en la extensión de la vida que se observa en animales cuando se les restringe la comida. De esta manera los estudios nos pueden proporcionar ideas acerca de los mecanismos moleculares que utilizan los organismos vivientes cuando la comida escasea — no sólo para sobrevivir — sino para lograr extender la duración misma de la vida.

Resumiéndolo

Como, antes dijéramos, los experimentos conducidos en los años 1930s demostraron que la restricción severa de comida incrementa la duración de la vida en algunos animales. Desde entonces, sabemos que este efecto se ha demostrado en varias especies. Además investigaciones adicionales soportan el hallazgo de que la reducción en la comida asimismo dilata el comienzo de algunas enfermedades relacionadas con el envejecimiento.

Aunque este fenómeno está bien documentado, nadie está seguro de la manera en que opera.

Es importante reconocer que la restricción calórica no es la única forma de prolongar la existencia de ciertos animales. La manipulación de la señalización de la insulina o la actividad de los generadores de energía celulares conocidos como las mitocondrias, pueden lograr efectos similares.

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Adelle Davis

Lo que es cierto es que el elemento de la restricción calórica es el más fácil de manipular en el laboratorio y el que constituye a la vez, la única influencia del entorno, que se puede incluir en un programa de longevidad experimental.

Entran los gusanos

No hace mucho tiempo que se descubriera una pista muy importante en lo que hace que células hambrientas vivan más años. Se observó, entonces, que los gusanos y otros animales viven más tiempo en una dieta restrictiva sólo si poseen un gene llamado pha-4 (en los gusanos) y Foxa (en los ratones).

Este gen fue el primer regulador hereditario descubierto que, de manera específica, establece conexiones entre la restricción calórica y la prolongación de la vida.

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Elsie McLean. Noten que parte de su apellido "Lean", en inglés, significa "delgado"… ¿Coincidencia?

Otros investigadores han propuesto determinar el mecanismo por el cual la ubiquitinación puede influir la resistencia celular al estrés — porque el estrés es parte importante de toda actividad celular viviente.

Hasta ahora, las investigaciones en el laboratorio, en este respecto, permanecen en el estado del limbo especulativo acostumbrado.

Pero, hay más que se puede aprender

Come menos, vive más: Parece ser algo, que a los monos beneficia…

Un estudio en monos, que ha durado veinte años, ha determinado que reduciendo calorías por casi una tercera parte del total consumido habitualmente, dilató su envejecimiento y demoró sus muertes.

Aquí no se refiere a alguna dieta para reducir unas libras rápidamente. No. Los científicos ya saben que la reducción calórica puede aumentar la longevidad en muchas especies primitivas, como algunas moscas y nematodos.

La evidencia ahora proviene de nuestros parientes cercanos, los primates, a quienes la misma dieta prolonga las vidas. Pero, ¿qué se dice acerca de nuestra especie?

Parece ser que en nuestro medio, acostumbrados, como lo estamos, al placer de las harturas, se torna mucho más difícil investigarlo, ya que no nos pareciera bien que nos enjaularan por 20 años para establecerlo — aunque de hacerlo, pueda resultar en pérdidas de peso. (Véase mi artículo El precio de una "jartura" en monografías.com).

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Aurora y Titono por Francesco de Mura (1760)

La evidencia en los monos Rhesus es demasiado convincente para poder ser ignorada. Porque lo que es más persuasivo, acerca de esto, es el hecho de que los monos no sólo viven más tiempo, sino que sus resistencias a las enfermedades asociadas con la vejez es mayor.

Algo para que todos reflexionemos…

La razón para escribir esta tesis, es la de siempre. Mantener nuestros pacientes y nuestros lectores al tanto de los progresos que se hacen constantemente en las ciencias médicas, en las de las neurociencias, y en las del comportamiento, acerca de la obesidad, de sus consecuencias y de cómo tratarla sin llegar al quirófano, para intentar, desesperadamente, lograr lo imposible: El derecho de vivir una vida normal y saludable.

Para continuar, es necesario hacer un paréntesis para recordar una figura olvidada que fuera una pionera en el campo de la nutrición.

Ahora, presentamos a nuestros lectores a la persona de Adelle Davis (1904 – 1974)

Daisie Adelle Davis fue una precursora norteamericana en el, entonces incipiente, campo de de la nutrición humana durante el siglo XX. Ella propugnó la causa de los alimentos naturales, fue crítica de los aditivos a las comidas, y enfatizó que los suplementos dietéticos eran esenciales para la buena nutrición y para asistir en la salud de todos.

Como científica, destacó el desarrollo paulatino, aunque progresivo, que viera de la obesidad en América, el cual dijo era resultado de la industria naciente de las comidas rápidas.

Su impacto, aunque revolucionario, en su tiempo sería ignorado a pesar de su enorme relevancia.

En el 1960 dijo lo siguiente de la industria dietética de entonces: "Todos nuestros problemas de salud provienen del conglomerado industrial de la comida que, aunque gana $125 billones al año, no se preocupa acerca de la salud de sus víctimas".

En sus tiempos fue una escritora prolífica y ávida defensora de la salud de sus compatriotas.

El diez de enero del año 2000, cuando se condujo una encuesta en los EE UU acerca de los "Científicos más notables del Siglo XX", Adelle Davis estuvo en el quinto lugar entre tales notoriedades como fueran Thomas Edison, Edward Teller, Albert Einstein, y Luther Burbank.

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Interesante persona

Continuemos

La Longevidad y la Nueva Ciencia del Envejecimiento: Una exploración necesaria

"We never repent of having eaten too little" ("Nunca nos arrepentiremos de comer muy poco") Thomas Jefferson (1743-1826)

Una de mis ponencias, que se han publicado en las páginas de monografías.com, y la que ha despertado mayor interés y reacción favorable fue La Vejez y el Sexo Normal.

Parece ser, que las estadísticas, acerca de la vejez, que a todos nos llegaran recientemente, son ciertas. Una proporción demográfica creciente de la población humana continúa avanzando dentro de los cien años y más — lo que, al mismo tiempo, logra hacer en idóneo estado de salud y espíritu.

Los seres vetustos son importantes, como lo atestigua el Dios del Viejo Testamento.

Moisés, el de fama bíblica, a los 80 años recibió el comando divino para que condujera Su gente a la Tierra Prometida. Oliver Smithies, a los 82, recibe el Premio Nobel en Medicina en el 2007, y Elsie McLean, 102, jugando golf hace unos meses — juego que practica varias veces a la semana — logra un ace, u hoyo en uno, mientras continúa su juego de manera habitual.

A Elsie, por ser mujer y por ser la mayor de las mencionadas personas, aquí la representamos — Sin duda hubiéramos puesto a Dios en este lugar, pero desconociendo Su edad, y condición de salud no lo haremos. (Véase mi artículo: Las Cirugías Plásticas… en Psikis.cl).

En este momento, hagamos un paréntesis para hacer una digresión, literaria, mitológica y poética

Sabemos de la Leyenda de Fausto. Y hemos leído la tragedia del infausto Dorian Gray en mi artículo La Vejez sin Achaques y Como Proceso Normal en monografías.com y en cabinas.net. Ahora nos incumbe el poema de Alfred Lord Tennison (1809-1892), Tithonus (o Titono).

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Fauja Singh de 98 años de edad. Corredor de maratones. Su dieta es vegetariana y escueta.

El poema en cuestión forma parte de un dueto lírico con su otro verso Ulysses.

De acuerdo a la leyenda, Titono es hermano de Príamo, Rey de Troya. Aurora, como casi siempre, en los mitos sucede — de él se enamora.

¿Quién era esta Aurora?

Aurora, en la mitología griega, era la diosa inmortal de la alborada que, hacía un hábito de abducir los hombres que le atrajeran y llevarlos con ella a la oscuridad de la noche — Zeus sabrá con qué amatorios designios.

La diosa, debidamente, secuestra a Titono, pidiéndole a Zeus que le concediera, a su adorado, el don de la inmortalidad — olvidando pedir — en el fuego de la pasión, cuando lo hiciera — que, asimismo le otorgase la juventud eterna. Muy pronto, Titono se tornaría en un viejo decrépito que podía continuar envejeciendo, pero que no podía morir. Zeus, por su divina parte, era incapaz de anular su edicto — aunque Aurora se lo suplicara — porque, aun los dioses no pueden revocar sus acciones — Piensen, y no coman mucho…

Prosigamos con la lección

Desde hace mucho que, interesados en la longevidad, hemos viajado extensamente, estudiando los hábitos de vida de muchos centenarios en muchos países. El rasgo más característico que descubriéramos universalmente fue el de la obesidad inexistente entre ellos.

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Vía de señalización de la insulina

Ciertas cosas son más obvias cuando están ausentes.

Pero, la asociación de la desnutrición y la longevidad, para la mosca D. melanogaster es hecho familiar — para nosotros, al menos. (Véase mi ponencia: Dormir para ejercitarse y otros trabajos relacionados).

Pero, los centenarios humanos que hemos conocido no dietan para no ser gordos — porque no tienen por qué…

Dice el chiste vetusto que "el dietar quizás no haga que uno viva más tiempo, pero hace que la vida parezca más larga — y miserable…"

Sea como sea, la evidencia acumulada desde los años 1930s sustenta el concepto de que la reducción calórica en la ingesta de algunos animales, dilata el comienzo de enfermedades relacionadas con — y el proceso mismo de — la vejez.

Este fenómeno está comprobado en ratas, perros, peces, monos y ahora, en la humilde mosquita de la fruta.

Por supuesto muchos seres humanos, que viven en el tercer mundo, adoptan ese estilo de vida, obligatoriamente, logrando resultados idénticos. Comen escuetamente porque carecen de acceso a las colaciones opíparas y gastronómicas de las que nosotros — supuestamente — "disfrutamos". Lo que hacen, no por ser gordos, sino porque es una exaptación epigenética, que les resulta imprescindible si es que desean sobrevivir. (Para mejor entender este concepto véase: Música, evolución y destino…).

Los gordos ricos, que en este tercer mundo, también viven, desean que se manufacturen píldoras (y, ¡pronto!) para lograr ese efecto, sin la miseria del dietar, o seccionándose el estómago, para lograrlo.

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Cortesía del Economist

Prosiguiendo

Hace varios meses que se publicara otro estudio que soporta la primera investigación formalmente conducida acerca de este importante asunto.

El estudio se conoce como CALERIE (Comprehensive Assessmente of Long-term Effects of Reducing Intake Energie) patrocinado por el gobierno norteamericano (NIH).

Método

Se tomaron 48 personas de ambos sexos — edades entre 25 y 50 años — y fueron asignadas de modo aleatorio a uno de dos grupos: un grupo de control y el otro consumiendo un régimen de restricción calórica. Los del último grupo ingerirían una dieta por seis meses de un 25% por debajo de lo requerido para mantener su peso — lo que no es tan bajo.

Este estudio (CALERIE) es un hito en la historia de la nutrición humana, porque todos los participantes eran personas de peso normal o sólo ligeramente por encima de lo normal. Estudios anteriores habían usado personas que eran clínicamente obesas, confundiendo los beneficios indisputables — para la salud — de reducir la gordura, con los beneficios de restringir calorías en personas normales y saludables. Para poder apreciar otro lado de esta cuestión, léase: Larocca, F: (2007) ¿Por qué (a veces) la gente que come en exceso, no engorda? en monografías.com.

Al nivel de la actividad molecular, CALERIE sugiere que las ventajas son reales. Por ejemplo, aquellas personas en dietas restringidas demostraron una resistencia menor a la actividad de la insulina — donde resistencia elevada es un factor de riesgo para la diabetes de tipo II — y niveles menores de colesterol LDH. Niveles elevados de este último se correlacionan con factores de alto riesgo para la aflicción cardiaca.

Asimismo, los candidatos asignados a las dietas restrictivas, revelaron bajas en la temperatura corporal y también niveles reducidos de insulina. Ambos, que son fenómenos, que se han detectado en animales longevos en dietas calóricamente restringidas. Finalmente, ellos sufrieron menos daño por oxidantes en el ADN.

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Nothobranchius furzeri

Estos resultados, indiscutiblemente, proveen soporte a la teoría de que la restricción calórica produce una adaptación metabólica por encima de lo que pudiera esperarse simplemente por la pérdida de peso por sí sola. Esto es muy importante recordarlo.

Lo que explica que tal adaptación metabólica se asocia con la longevidad de ciertos animales — incluyendo la de nuestra especie.

La búsqueda de una droga que demore el proceso del envejecimiento es tan vieja, como los cuentos de hadas. Pero, para muchos es ésta misma, la ilusión que motiva los seres ingenuos que financian esos esfuerzos.

Las sirtuinas. Enzimas familiares para quienes mercadean los cosméticos

Existe una familia de enzimas llamadas sirtuinas que actúan como sensores de la disponibilidad de nutrientes y como reguladores del metabolismo basal. Éstas viven en la piel y se desgastan con el envejecimiento normal, siendo asimismo influenciadas por el estrés. Ellas, podrían suministrarnos el eslabón necesario entre la restricción calórica y la longevidad saludable. (Véase mi artículo: La Vejez sin Achaques y Como Proceso Normal en monografías.com).

¿Un elíxir de la vida: para beber y vivir?

Las sirtuinas amplificando la actividad de la diastasa, en lombrices nematodos y en moscas de la fruta, les extiende la duración de sus vidas. En el año 2003, un equipo de investigación en Harvard Medical School, describió la existencia de 19 moléculas vegetales que activan la sirtuinas en la levadura. Unas de estas moléculas, el resveratrol, que abunda en el vino tinto, el maní y otras fuentes vegetales — fue la misma, que hace algunos años causara furor entre quienes piensan que una dieta rica en vino es parte de la razón por la cual tantos nonagenarios saludables viven en la Europa del Mediterráneo.

Tres años atrás, un grupo de investigadores, trabajando en Italia, comprobaron que este efecto aplica asimismo a los vertebrados, y no sólo a las moscas y las lombrices, como de inmediato veremos.

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In vino veritas…

Experimentos con un pececillo llamado Nothobranchius furzeri, demostraron que el efecto del resveratrol les extendió la vida por un 60% — eso traduce a 48 años más para un ser humano de 80 años de edad.

Este último animal se seleccionó, porque es el vertebrado conocido con la duración de vida más corta — máximo de 12 semanas.

El resveratrol es sólo un comienzo. Ya que se han elaborado moléculas sintéticas cuyos efectos son más potentes que los del resveratrol. Pero nuestras expectaciones deben de ser templadas por la realidad de que estos hallazgos aun carecen de la documentación necesaria para aplicarlos clínicamente como remedio.

Pero asimismo existen otras indicaciones de que estos descubrimientos sólo están en su infancia. Por ejemplo, la explicación del porqué el resveratrol puede asistir en la longevidad humana no está bien entendida, pero lo ya establecido sigue.

El resveratrol: ¿Cómo Fuente de la Juventud?

El resveratrol se produce cuando una vid está bajo estrés — por ejemplo debido a la deshidratación o hipertermia solar. De acuerdo a una teoría, conocida como la xenohormesis, los animales dependen de las señales botánicas de estrés procedente de los árboles para adquirir información adicional acerca de los entornos en que viven — del mismo modo que las llamadas de alarma que unas especies emiten ayudan a otras quienes también las escuchan.

Si algo adverso le está sucediendo a las plantas, es razón para tomar acción defensiva inmediata. De esa manera, la incorporación de la sustancia oculta en las células vegetales, activa la misma protección contra el estrés celular, en las de los animales que la ingieren. (Véase mi artículo: Donde se Discute el Uso de las Drogas por los Habitantes del Pleistoceno en monografías.com).

Sino el ser humano moderno, así razonan algunos simios y miembros de tribus primitivas.

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Jeanne Calment. Murió a los 122 años…

La xenohormesis es una variedad de una teoría más amplia, la hormesis. Un ejemplo de la misma, es el ejercicio físico. En teoría esta actividad debiera hacer daño celular por su incremento en la absorción de oxígeno. Ya que sabemos — o así creemos saber — que el estrés producido por este gas en exceso, es malo para el ADN.

Por supuesto, esa premisa es tan inválida como errónea. El ejercicio, con su consumo de oxígeno, es en realidad actividad ventajosa para el organismo. La razón siendo que el cuerpo activa mecanismos defensivos que sobre-compensan por el estrés creado por las demandas de la actividad física, produciendo resultados beneficiales.

Así, que: Mientras que el estrés crónico es malo. Un breve período de estrés moderado, seguido por un período de recuperación puede ser saludable — creo que esto, todos lo sabemos — por el hecho mismo de vivir nuestras vidas.

Quizás de ello provenga la frase "supervivencia para el más apto…"

Muchas de las ganancias saludables derivadas del ejercicio, se especula — que son debidos a la síntesis de moléculas que controlan por daño celular — llamadas estrés proteínas. Se ha demostrado que estas sustancias, asociadas con la actividad física, son beneficiales.

Una especia en particular, la cúrcuma o azafrán de las indias, estimula la producción de éstas, estrés proteínas, de modo significante.

Pero, la longevidad no es sólo acerca del beber buenos vinos tintos, que no existen en la mayor parte del mundo y, que muchos de los longevos desconocen. Como tampoco es acerca de descubrir moléculas nuevas que, añadidas a nuestras dietas, nos prolongarán nuestras existencias útiles.

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Es algo más y más simple — y, a la vez más complicado — porque establece, una vez más la pugna que existe en nuestras mentes entre los Principios de la Realidad y el Placer. Entre el bien y el mal. Entre la gordura y la esbeltez — la última estado prístino de nuestro género. Como más adelante descubriremos.

La Naturaleza, pareciendo que nada deja al azar. Ha dividido los nichos de alimentación para todos los animales, de manera ejemplar. A los animales de mayor envergadura les asignó sustancias microscópicas para comer y los dispuso a vivir en el mar — medio único en el que pueden movilizarse. A los de más tamaño, en la tierra, los hizo herbívoros. Tiranosaurio Rex, carnívoro formidable — afortunadamente — sucumbió antes de que nuestra indefensa especie poblara este planeta.

Entonces, la Naturaleza, a nuestra especie, asignó la opción de comer de todo — pero en buena medida — y sin comer más de lo necesario. Porque no era justo que algunos de entre nosotros, consumieran en una sola colación lo que a otros más alimentaría por varios días.

Asimismo, en lugar de hacernos enormes y cubiertos de grasa, nos permitió, ganar de peso — para luego perderlo — no confiriéndonos la gordura como consecuencia permanente.

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#1 #2 #3

Pero, para prevenir el desastre alimenticio creado por nuestras industrias de fast food, con su codicia infinita, quizás, nos permitió engordar permanentemente, y así nos elimina, negándonos la recompensa de una vida larga, saludable y sin achaques.

Los gordos viven mal y mueren más jóvenes…

Prueba

Si el león en la figura #1 ataca: ¿Quién lo escapará?

Respuesta: La mujer en el #1. La del #2 no puede y la niña en el # 3 representa un síntoma de nuestra decadencia moral… (Véase mi lección: El Hambre y sus Paradojas en monografías.com).

Antes de concluir, deseamos presentar al lector con algunas consideraciones hipotéticas basadas en hechos establecidos por la Teoría de la Evolución.

Veamos

Si bien es cierto que, mecánicamente es más ventajoso, para nuestra especie el acumular en nuestros cuerpos, un poco de la grasa, que en exceso consumimos, también es cierto que sería de esperarse que esas reservas fueran reguladas a algún nivel fisiológico para evitar el logro arriesgado de la acumulación de depósitos excesivos.

Asimismo, podemos considerar — como a menudo sucede con algunos de nuestros parientes cercanos, los primates — que el miembro de la tribu que intentara acaparar más comida — que lo que justa y proporcionalmente le correspondiera — que alguna forma de sanción le sería aplicada — evitando de otra manera la glotonería — aunque esta situación sería rara debido la escasez "normal" de comidas en exceso.

Otro asunto de importancia es el de la adaptación ecológica, resultado de nuestra diáspora por todas las regiones del globo.

Muchos de nuestros semejantes hacen acomodos a condiciones del entorno donde viven. La policitemia fisiológica para quienes habitan las elevaciones andinas. El color de la piel diferente para quienes existen en el África y en los países escandinavos, la dieta de los incas en Machu Picchu y otras adaptaciones que a todos nos son familiares. Lo que crea una verdadera disparidad fisiológica, cuando se considera la gordura, ya que muy pocas veces tomamos en cuenta el elemento epigenético en nuestras deliberaciones clínicas.

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Sísifo

Basado en esa misma teoría que predica que las adaptaciones nos habilitan a lograr tener un mayor número de descendientes y a resistir las fuerzas adversas del entorno. Nos parecería lógico considerar que aquéllos quienes pueden sobrevivir y medrar bajo la escasez de comida son los afortunados para quienes está reservada la sonrisa de Dios y los más aptos para vivir largas vidas. (Véase, La Sociobiología de la tristeza y la depresión desde el punto de vista de la Teoría de la Evolución en monografías.com).

En resumen

En esta lección conducimos un análisis detallado de la restricción calórica, sus mecanismos, sus resultados y sus aplicaciones técnicas y clínicas en el entendimiento, tratamiento y prevención de la "globesidad".

Hemos discutido las ventajas asociadas para nuestra especie del uso de la discreción más esmerada cuando comemos, y no del modo cómo, generalmente lo hacemos, sin pensar en las consecuencias a largo plazo de nuestras estrategias para comer.

Esta lección es para quienes tienen que enfrentar cotidianamente la lucha, cuesta arriba, que representan el entendimiento y el tratamiento de la obesidad. Aquí ofrecemos principios válidos y concisos que aplicados puede que — a lo menos, para algunas personas — les sea posible evitar la cirugía gástrica como remedio extremo, exagerado, implausible y, a menudo, trágico en sus consecuencias teleológicas para el tratamiento de una condición con apuntalamientos biológicos, éticos, y evolutivos.

Fin de la lección

Bibliografía

  • Larocca, F: (2007) El sistema fiduciario y de cómo funciona en psikis.cl y en monografías.com

  • Larocca, F: (2007) ¿Por qué (a veces) la gente que come en exceso no engorda? en monografías.com

  • Larocca, F: (2008) Los dietistas, quienes los siguen y el pensamiento del satírico romano Juvenal en monografías.com

  • Larocca, F: (2009) La neuro-psiquiatría cosmética en monografías.com

  • Larocca, F: (2009) Gastroplastía y lobotomía: la conexión entre la boca y el cerebro… en monografías.com

  • Larocca, F: (2009) Música: Evolución y Destino: "Yo sé por qué, el pájaro, canta en su jaula…" en monografías.com

Bibliografía adicional

Suministrada por solicitud

 

 

 

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca

Partes: 1, 2
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