- Resumen
- Los objetivos
- Las características ambientales de la zona
- El perfil socioeconómico
- Aspectos laborales de la EAP familiar
- Comparación entre subzonas
- Nivel de escolaridad de la familia
- Consideraciones finales
- Bibliografía
A partir del contexto generado por las modificaciones en el espacio rural de la provincia de Entre Ríos, se plantea identificar los cambios, en una descripción sincrónica, y la relación de estos con las condiciones agroecológicas y económicas de la zona considerada. Para ello se recurrió a una encuesta y a entrevistas a productores de la Zona Productiva Homogénea Nº 5, definida como el espacio geográfico a investigar. Del análisis de la información surge una descripción de la composición familiar, su nivel educativo y su comportamiento laboral, identificándose dos grupos perfectamente diferenciados en los aspectos considerados, congruentes con dos subzonas, norte y sur, de la ZPH Nº 5. Los resultados arribados sugieren que la determinación de las características de las unidades productivas del estrato inferior de la ZPH Nº 5 y la identificación de dos conjuntos diferenciados de dichas unidades, ubicadas en las dos subzonas mencionadas, están más vinculadas a factores culturales que a los económicos y agroecológicos. Por ello, las modificaciones de la estructura productiva regional han impactado de manera diferente en el desarrollo educativo de las familias y su comportamiento productivo, laboral y empresarial, originando diferencias entre ambos grupos ubicados en una misma ZPH.
Palabras claves
Trabajo familiar, región citrícola de Entre Ríos, niveles educativos familiares
La Provincia de Entre Ríos es heterogénea en cuanto a su ambiente, producción, origen y características de su población, su dinámica social y su estructura agraria. Atento a ello, en trabajos previos en la línea de investigación de la que forma parte este trabajo, se han determinado tres estratos de superficies; inferior, medio y superior.
Para el presente trabajo se ha tomado como universo de análisis el estrato inferior, por ser el que abarca a aquellas explotaciones agropecuarias (EAP) que por la superficie con que cuentan, no alcanzan la rentabilidad en equilibrio, considerando la actividad característica, del lugar geográfico. Según Truffer (1998) este estrato representa el 84,6% de las EAP y de acuerdo a los datos provisorios del CNA 2002, la provincia de Entre Ríos ha visto reducido el número de explotaciones agropecuarias en un 25% aproximadamente en poco más de una década
Se entiende por Unidad Económica de Rentabilidad en Equilibrio (UEREE) a la unidad productiva con inserción en el mercado, cuya superficie es suficiente para retribuir todos los factores de la producción (considerando cero la renta) y con una productividad potencial media generada, con la tecnología usual en la zona. Bajo estas condiciones la rentabilidad de la unidad económica se encuentra en equilibrio. En Entre Ríos el porcentaje de EAP que se encuentran en esta situación corresponde al 8,79%.
Esta profunda modificación en el espacio rural entrerriano se traduce en cambios sustantivos en la estructura familiar, en el nivel educativo de sus miembros y en las relaciones laborales de la familia perteneciente al estrato inferior. A partir de este contexto se plantea identificar esos cambios, en una descripción sincrónica, y la relación de estos con las condiciones agroecológicas y económicas de la zona productiva homogénea Nº 5.
Las Zonas Productivas Homogéneas (ZPH) en la Provincia de Entre Ríos fueron determinadas por el Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA) Esta caracterización se realizó bajo la hipótesis de una fuerte relación de las condiciones agroecológicas y económicas, con la estructura socioeconómica de la provincia. Las ZPH se determinaron basándose en un análisis de las condiciones climáticas, edáficas, riesgo de erosión hídrica, producción y accesos a los mercados. La Figura 1, muestra la ubicación geográfica de la ZPH Nº 5, elegida para este trabajo, una de las trece ZPH determinadas en la Provincia.
Este trabajo representa resultados parciales de un análisis más profundo que implica la determinación de tipos sociales planteados en el proyecto Tipos sociales agrarios y modelos económicos productivos. Por las características edáficas, ambientales y productivas peculiares de la ZPH Nº 5, se ha circunscrito el análisis a esta Zona.
El objetivo del mismo es realizar una descripción del comportamiento de los atributos relacionados a la familia, el nivel de escolaridad de los padres y los hijos. Además, analizar las condiciones de trabajo y las relaciones laborales que mantienen los miembros de la familia al interior de la propia explotación.
El estudio toma como población estudiada a los productores agropecuarios de la zona que se encuentran por debajo de la UEREE. Se trabajó sobre una muestra representativa de los mismos, a los cuales se los entrevistó y encuestó. El operativo de campo se desarrolló durante el primer semestre del año 2002.
Las características ambientales de la zona
La zona productiva homogénea se encuentra en la región Noroeste de la provincia, la que se reconoce como la región citrícola entrerriana. El norte de la misma es límite con la provincia de Corrientes, divididos por el Río Mocoretá, al este está próxima a la República Oriental del Uruguay, ambos territorios separados por el Río Uruguay. En cuanto a su ubicación en el mapa político de Entre Ríos, la ZHP Nº 5 abarca casi la totalidad de los departamentos Federación, Concordia y una porción del departamento Colón.
Dentro de la zonificación realizada por el Plan de Revalúo Parcelario, esta zona limita al oeste con la ZPH Nº 4, y al sur con la ZPH Nº 9.
El clima es cálido subtropical sin estación seca. El paisaje natural tiene dos grande componentes, al noroeste una llanura ondulada, alterada por la "lomada grande", el resto corresponde a la franja arenosa del Río Uruguay, con sus terrazas fluviales. Se presenta en los suelos un color rojo, debido al alto contenido de hierro. La franja oeste corresponde al bioma de la pradera herbáceo pampeana, modificada por los cultivos, y la región este a la del bosque en galería, con árboles como el lapacho, el viraró y el laurel. La denominada "lomada grande" es una divisoria de aguas. Hacia el oeste corren los arroyos que desaguan en el Río Gualeguay y al este los que se unen al Río Uruguay.
Políticamente la ZPH Nº 5 abarca dos Departamentos, Concordia y Federación. El departamento Concordia tiene 3357 Km2 de superficie, incluye a la ciudad de Concordia, cabecera del departamento y la que presenta mayor densidad de habitantes en esta ZPH (122624 hab.). Esta está ubicada en una franja de lomadas y es la segunda ciudad de Entre Ríos, después de Paraná. El Departamento incluye también varios municipios de segunda (menos de 5000 hab.) Estos son: Colonia Ayuí (1214 hab.), La Criolla (1736 hab.), Los Charrúas (2532 hab.) y Puerto Yerúa (1314 hab.). La población urbana corresponde al 85,5% y la rural a un 14,5%.
Dentro de las variadas actividades económicas, se encuentra la minería. Se explota pedregullo y silicio (canto rodado) y del lecho del Río Uruguay se extrae arena para la construcción. En Puerto Yerua se encuentran los principales yacimientos de basalto de Entre Ríos. Sin embargo, la actividad agropecuaria es la más importante, siendo la citricultura la que imprime el ritmo económico a la región. Históricamente, este Departamento se ha caracterizado tanto por la producción citrícola (naranja, pomelo, mandarina y limón),con destino al mercado exterior. Esta actividad ha promovido el desarrollo de industrias que elaboran jugos concentrados, deshidratados, enlatados y embotellados, también aceites para esencias y comestibles. Acompaña a la citricultura, la explotación forestal que ocupa un lugar importante, ya que origina el desarrollo de la industria de la madera, dedicada a la preparación de maderas aserradas, obtención de rollizos y fabricación de aberturas, cajones, muebles, celulosa, etc También otras actividades comprenden la cría de animales vacunos, avicultura, arroz, horticultura, y en menor medida el olivo.
En el Cuadro Nº 1 se visualizan las actividades económicas en cada Distrito departamental.
Cuadro Nº 1 Actividad económica de mayor influencia en Concordia Según la zona de influencia en los municipios | ||
Municipios | Actividad | Industria y Comercio |
Concordia | citricultura | Jugos, Aserraderos |
Colonia Ayuí | agricultura (sorgo, maíz, arroz), citricultura | viveros, galpón de empaque |
La Criolla | ganadería (bovino), forestación | —- |
Los Charrúas | Citricultura, forestación | —- |
Puerto Yerúa | agricultura (arroz, trigo), ganadería (vacuno) | —- |
Cuadro 1: Actividades Económicas de mayor influencia en Concordia
El Departamento Federación tiene una superficie total de 3760 Km2. Incluye dos ciudades importantes como Chajarí y Federación, junto a otros municipios de segunda categoría. La ciudad más grande es Chajarí (22959 hab.) seguida por Federación, cabecera de departamento (10428 hab.). Como municipios de segunda están Santa Ana (1651 hab.), Villa del Rosario (2257 hab.) y San Jaime de la Frontera (3426 hab.)
Con características de mayor ruralidad que el Departamento Concordia, su población se distribuye en 67,9% de tipo urbana y un 32,1% de tipo rural.
Las actividades económicas de Federación se concentran en la citricultura y en la forestación y sus respectivas industrias. Estas actividades han desarrollado un parque industrial de 60 has, a 4 Km. del acceso a Chajarí, sobre la ruta nacional 14, con gran disponibilidad de energía eléctrica que permite la radicación de diversas industrias. En los alrededores de esta ciudad, el principal cultivo es el arroz, acompañado de melones, sandías y zapallos. Dentro de la actividad pecuaria, existen establecimientos dedicados a la producción de aves para carnes y huevos. La actividad apícola es muy intensa, con elevada concentración de productores y colmenas.
El Cuadro Nº 2, muestra las actividades que se desarrollan en cada Distrito.
Cuadro Nº 2 Actividad económica de mayor influencia en Federación Según la zona de influencia en los municipios | ||
Municipios | Actividad | Industria y Comercio |
Federación | citricultura, apicultura, forestación | arena, ripio, madera, empaquetadoras, turismo |
Chajarí | citricultura, ganadería, forestación | arena, canto rodado, citrus, jugos |
Santa Ana | apicultura, citricultura, forestación | canto rodado, fábrica de cajones, empaquetadoras |
SJ Frontera | ganadería, apicultura | madera |
Villa del Rosario | citricultura, forestación | fábrica de cajones, empaquetadoras |
Cuadro 2: Actividades Económicas de mayor influencia en Federación
Aspectos laborales de la EAP familiar
Es frecuente, actualmente, el estudio del trabajo familiar rural y sus estrategias de subsistencia, tal como lo demuestra la gran cantidad de investigaciones que se han realizado en torno este tema.
La mayoría parten del concepto de familia rural como esencia de la pequeña empresa agropecuaria y tienen como objetivo explicar tanto el proceso de reproducción del trabajo familiar como los factores que la condicionan, en su dinámica a lo largo del tiempo. Si bien los componentes de análisis de la presente investigación son las unidades productivas más pequeñas – dado que en su gran mayoría, están vinculadas a una familia que depende económicamente de ese aparato, que generalmente habita en ella, y que también desarrolla en ella su actividad laboral y familiar – hemos vinculado ambos conceptos en una estrategia de análisis, considerando unidad productiva-familia, como conceptos estrechamente relacionados.
Desde la profesión agronómica, no puede obviarse en los análisis, la importancia que tiene este proceso en los programas de desarrollo tanto locales como regionales, los que no deben restringirse a la modernización productiva ni a la perspectiva de rentabilidad económica, sino que deben cambiar la calidad de vida en el marco de un entorno sustentable de la población rural.
Como referencia teórica para el presente trabajo se ha tomado, entre otros, la caracterización utilizada por Neiman y col. (2000) en su trabajo La pluriactividad en las pequeñas empresas familiares de la Provincia de Buenos Aires, donde discrimina a las Explotaciones Familiares como "pluriactivas", en las que el productor y/o algún otro miembro de la familia combina el trabajo de la explotación con otra ocupación relacionada o no con el sector agrícola, ya sea como asalariados y/o como cuentapropistas o empleadores, y en "monoactivas", aquéllas donde la actividad laboral de la EAP se concentran en el interior de la misma.
Según este autor, desde la visión económica se plantea que las explotaciones pluriactivas logran o intentan lograr, a través de la complementación de las distintas fuentes de ingreso, objetivos como: mantener la propiedad de la tierra familiar como reaseguro para el futuro, garantizar la subsistencia si falla algunas de las actividades y obtener un ingreso estable y, en efectivo, que le permita acceder a distintos bienes y servicios. Esta pluriactividad tiene dos componentes, que pueden tomar iguales o distintas proporciones: a) que el grueso del trabajo sea agropecuario (dentro de la EAP) o b) en sentido inverso, es decir que el trabajo para subsistencia económica se desarrolle en algún sector no agropecuario y muy poca dedicación tranqueras adentro. En los casos de unidades con una producción limitada y una actividad externa poco rentable, ambos ingresos se complementan integrándose en una estrategia de subsistencia de las familias y para mantener o estabilizar la parcela. En los casos de pluriactivos con una reducida producción agropecuaria y una actividad externa inestable o mal remunerada – generalmente para el caso de asalariados agropecuarios o de cuentapropistas informales -, éstos ingresan en procesos de empobrecimiento y descomposición familiar, pasando a conformar, en algunos casos, los sectores marginales de las ciudades.
En el caso de la región ganadera de la provincia de Buenos Aires, Argentina, el 25% de las EAP familiares son pluriactivas, mientras que en la zona analizada el fenómeno de pluriactividad en mucho menor ya que las actividades predominantes requieren de un gran esfuerzo familiar, agrupando a toda la familia en un trabajo diario en las quintas. Esto se refleja en los datos obtenidos en el campo para la totalidad de la ZPH Nº 5, en donde solo el 13% de los productores (titulares) trabajan fuera del predio y en donde además, se observa que la mayoría de las EAP (87,1%) en alguna determinada época del año cuentan con mano de obra no familiar asalariada. La mayor presencia de peones contratados se ve en las distintas etapas de la producción. Es notable la utilización temporaria de peones en actividades como: cosecha de frutas, fertilización de árboles frutales, podas, etc. Las actividades extensivas, como agricultura, ganadería o forestación, muestran en bajo porcentaje la utilización de éstos, por las mismas características de la actividad.
La demanda de trabajo fuera de la EAP consiste en actividades como embalaje de frutas, podas y traslado de citrus, aserradero, leña, ganadería. Es interesante saber que éstas actividades laborales no se realizan con dedicación exclusiva o "full-time". Muy pocos son los productores que trabajan fuera del predio con esta dedicación. Como mencionamos antes, el 13% de las EAP son pluriactivas, pero casi todas realizan su actividad extrapredial con dedicación parcial o "part-time", dejando la mitad de su tiempo laboral para dedicarlo a la producción.
La información obtenida a campo permite afirmar que en las explotaciones familiares capitalizadas, aquellas que tienen mayor acceso a los mercados, que realizan empaques de frutas y derivan su producción hacia la región y otras provincias, cuentan con peones estables, lo que no ocurre en la generalidad en el estrato observado. Pero estas son la minoría ya que alrededor del 80% de las EAP familiares son muy pequeñas y se encuentran integradas a estas empresas de mayor porte, siendo el trabajo familiar el preponderante.
Pese a que en la caracterización formulada por el INTA, la ZPH considerada para el estudio se plantea como homogénea, la información analizada muestra que, en el interior de la propia zona aparecen diferencias bien marcadas. La subzona norte, comprende las localidades de Chajarí, Colonias Santa Ana, La Florida, La Alemana, Villa Libertad, Villa del Rosario, Sánchez Sauce, La Argentina, Racedo, Ensanche, Flores y Federación, y la subzona sur incluye a Concordia, Puerto Yerua, Colonia Yerua, Calabacilla, Estancia Grande, Nueva Escocia y Ubajay y Colonia Arroyo Concepción.
En la subzona norte, el trabajo en las EAP es realizado por la misma familia, compensado con peones en algunos casos; en cambio, en la región sur, es notable el alto porcentaje de EAP (95%) que contratan peones. Esto marca una notable diferencia con el resto de las ZPH de la Provincia, fundamentalmente agrícolas y ganaderas, en las cuales la demanda de mano de obra contratada es muy baja.
A partir de la información obtenida respecto del comportamiento económico de la EAP, interesó profundizar en la actividad laboral de los hijos de las familias productoras de la zona, entendiendo que este conocimiento es de suma importancia para el desarrollo rural de la región, ya que estos jóvenes representan el recambio generacional en el corto o mediano plazo, y hacia ellos deben enfocarse los esfuerzos, tanto en lo técnico productivo como en el aspecto social.
En un número importante de las familias de los productores de la ZPH Nº 5, los hijos ya han conformando micro empresas, que se caracterizan en su mayoría por compartir los recursos con la empresa familiar, incluso el trabajo, que realizan junto con sus padres y otros familiares, sin percibir haberes diferenciados entre ellos. En algunos casos, la unidad productiva se encuentra en un proceso de cambio generacional, ya que el titular de la EAP está dejando de lado la responsabilidad productiva económica y están dando lugar a que uno de sus hijos ocupe su espacio. De esta forma, muchos de los jóvenes se encuentran dedicados al manejo de la explotación agropecuaria familiar, dejando de lado otras oportunidades, como por ejemplo, el estudio. No obstante, considerable es la cantidad de jóvenes (aproximadamente el 24%) de toda la zona que se encuentran realizando estudios universitarios, ya sea en ciudades de Entre Ríos como de otras provincias, tal como se detalla más adelante.
Retomando el aspecto laboral, el 85% de los hijos varones adolescentes y jóvenes trabajan en el interior de la unidad familiar, a diferencia de las jóvenes que alcanzan solo el 33 %.
En el Gráfico Nº 1 vemos esas diferencias. De él se desprende que los hijos varones, son los que toman la continuidad de seguir explotando la micro empresa familiar.
Gráfico Nº 1: Hijos trabajadores y no trabajadores de las EAP
La población de la Provincia de Entre Ríos tiene un índice de masculinidad de 96.3, lo cual indica que hay una mayor proporción de mujeres que de varones. Sin embargo en el ámbito rural, según el Censo Poblacional 2001, el índice de masculinidad se eleva a 1,47, lo cual indica una proporción significativamente superior de hombres. Asimismo, cuando se observan las proyecciones poblacionales del INDEC, notamos que los porcentajes de mujeres en cada estrato se reducen, a excepción de las mujeres mayores de 65 años. De ello es posible concluir, tal como fue percibido a campo, que las jóvenes emigran a las ciudades, ya sea en busca de capacitación o de trabajo, quedando solo las mayores en el campo.
Este fenómeno no es homogéneo en toda la zona considerada, ya que encontramos diferencias significativas en las subzonas citadas anteriormente. Como se muestra en el Gráfico Nº 2, el porcentaje de hijas mujeres trabajadoras es notablemente superior en la zona norte que en el sur, mientras que el de los varones es similar en ambas subzonas y supera el 80%, de donde es posible afirmar que los jóvenes varones permanecen en la explotación familiar, en muchos casos haciéndose cargo de la misma, tal como se señaló en párrafos previos.
Gráfico Nº 2 Distribución de los hijos/ as trabajadores
No fue el propósito de la investigación avanzar sobre las causas por las cuales las mujeres jóvenes emigran a las ciudades y no quedan en el establecimiento paterno, pero es posible establecer a manera de hipótesis que al factor cultural presente en esta conducta puede sumarse factores expulsores en el medio rural y factores de atracción en el medio urbano como es la nutrida presencia y oferta de estudios superiores y de trabajo que existe en las ciudades principales de la zona.
En el 81% de los casos es el padre de la familia el que está al frente de la misma, conformando una explotación de carácter individual (70% de las EAP). En algunos casos, donde falta la figura paterna, la mujer asume la responsabilidad productiva y económica de la EAP, e incluso, en algunos casos, lo hacen los hijos.
El Gráfico Nº 3 muestra los padres y madres que trabajan o no en la explotación.
Gráfico Nº 3: Padres y Madres trabajadores y no trabajadores
En general, se observó en el campo que casi la totalidad de las madres colaboran en todas las tareas que implican la actividad agropecuaria que lleva a cabo la explotación familiar, pero de hecho no declaraban su condición de "trabajadoras". A esto lo sostenían afirmando que: "…ellas no trabajaban, solo ayudaban en todo lo necesario, ya que no entendían nada de negocios…". En este sentido, esta afirmación lleva consigo una negación por parte de las mismas mujeres a creerse capaces de considerarse trabajadoras en la explotación familiar y forma parte de lo que la bibliografía menciona como "el colectivo invisible", una fuerza trabajadora, muchas veces verdaderamente articuladora de estos subsistemas productivos, que permanece oculta por pautas culturales.
En las actividades citrícolas, ganaderas o forestales, las mujeres manifiestan ejercer actividades de gestión económica o registros, y muy pocas veces trabajo a campo, siendo un 32% las que no desarrollan tareas a campo, mientras que en las explotaciones más pequeñas, con características de empresa familiar intensiva o de autoconsumo, las mujeres desarrollan actividades en todos los aspectos de la producción, y fundamentalmente a campo, representando el 68%. Esto se condice con lo determinado en diversos estudios que fueron realizados en Argentina e incluso en toda América latina, donde las mujeres aparecen como la mano de obra familiar mas requerida por las explotaciones intensivas, tales como la crianza de cerdos en pequeña superficie, apicultura, horticultura como tomate, aromáticas, sandías, cebollas, frutillas, arvejas, berenjenas, cebollas de verdeo, zapallitos, y otras actividades como apicultura, avicultura y las actividades de agroindustria como fabricación de embutidos y quesería.
Como ya mencionamos en párrafos anteriores, existen diferencias significativas entre la inserción laboral en el propio establecimiento familiar de los hijos respecto de las hijas que habitan en el campo. A su vez se observa que el de estas últimas es inferior al de las madres. No se captaron elementos para descubrir los factores que intervienen en esta conducta, pero es posible atribuirlas a elementos culturales y generacionales.
Sin embargo, nuevamente encontramos diferencias entre las dos subzonas que componen la ZPH. En la subzona norte, las hijas presentan un porcentaje de trabajo en la EAP similar a las madres (48%, y 55% respectivamente). Una vez más, estos datos confirman la existencia de diferencias al interior de la ZPH observada, que podrían ser atribuidos a factores culturales y socioeconómicos. En el Cuadro Nº 3 se compara a padres e hijos trabajadores y madres e hijas trabajadoras.
Cuadro Nº 3 | Trabajador | No trabajador |
Padre | 81% | 19% |
Hijos | 85% | 15% |
Madre | 55% | 45% |
Hijas | 33% | 67% |
Cuadro 3: Trabajadores y no trabajadores en la familia
Se ve claramente la igualdad de porcentajes de padres e hijos trabajadores en las explotaciones agropecuarias. Es interesante que el porcentaje de los hijos trabajadores superan, relativamente, el porcentaje de los padres trabajadores. Esto no ocurre, como vimos, con las mujeres.
Además del trabajo familiar, y como un elemento a considerar en la futura construcción de tipos sociales, nos interesó evaluar el comportamiento empresarial o familiar de la unidad agropecuaria y su inserción en el sistema económico. Para ello se consideró su adhesión a las obligaciones previsionales y el pago de los impuestos correspondientes a la producción. En este sentido, se visualiza que el 19% de los productores no concretan esta obligación que impone el estado a la actividad. Este porcentaje de unidades productivas fuera de los circuitos económicos legales puede considerarse de autoconsumo, sin embargo, parte de su producción llega al mercado interno, informal por diversas vías.
El porcentaje restante, 81%, cubren el pago de impuestos, como también el pago de sus aportes previsionales, y este alto valor indica que la mayoría de estas EAP tienen un comportamiento de pequeña o mediana empresa.
Avanzamos sobre la hipótesis de una estrecha relación entre este comportamiento y la UEREE, ya en esta zona, particularmente, las hectáreas promedio en producción son significativamente mayores que la unidad. Esta situación genera mayor acceso a los mercados, ingresos económicos y una cultura empresarial que los distingue del productor de autosubsistencia. No obstante, lo expresado por los productores entrevistados reveló que la realidad de los pequeños productores cada día es más desafiante y con más obstáculos, lo que vuelve dificultoso el cumplimiento de las obligaciones tributarias y previsionales.
Ante la hipótesis de una relación entre la tributación impositiva y la contratación de mano de obra asalariada, y considerando cuál ha sido la evolución de esta asociación a lo largo del tiempo y qué causas influyeron en ella, se observó que las EAP que realizan aportes previsionales corresponden a un 81%, mientras que el uso de la mano de obra utilizada en el trabajo llega al 87%. En un análisis de la concomitancia de ambas variables se obtiene en que el porcentaje de explotaciones que aportan y contratan peones a la vez es del 78%. Solo el 22% de las explotaciones se comportan de manera diferente. Si bien esto indica que existe una relación entre el contrato de peones y el aporte previsional, en las EAP, análisis estadísticos más profundos permiten afirmar que el índice de correlación entre ambas variables de 0,54, lo que indica una cierta dependencia entre ambas variables.
Cuadro Nº 4 | Aportes previsionales | ||
SÍ | NO | ||
Contrato de Peones | SÍ | 3,23% | 9,68% |
NO | 77,43% | 9,68% |
Cuadro Nº 4:contrato de peones y aportes previsionales
Nivel de escolaridad de la familia
La complejidad de la realidad social no puede explicarse en términos de relaciones unívocas de variables, sino que se entraman en una compleja red, donde cada uno de los atributos del espacio social analizado condiciona y a la vez es condicionado por otros. En este sentido, se intentó reconstruir la trama de estas relaciones, en esta etapa descriptiva, avanzando sobre los posibles vínculos entre los niveles educativos y el esquema productivo económico y las formas, empresariales o de economías familiares de mercado interno o autoconsumo, que asume la unidad.
Se ha observado que existen dos diferencias marcadas: por un lado vinculadas al género, ya que las mujeres alcanzan un mayor nivel educativo que los hombres, y por otra parte relacionadas a la edad, comprobándose un mayor nivel educativo en los hijos e hijas, en relación al de sus padres. En el Gráfico Nº 4 se observan los diferentes niveles de escolaridad entre los productores responsables de la EAP y las madres, considerando las distintas zonas (norte y sur) dentro de la misma ZPH que hemos definido. Una vez más se confirma la diferencia entre ambas subzonas.
Gráfico Nº 4: Nivel de escolaridad de padres y madres en las subzonas
A fin de profundizar el análisis comparativo de las dos subzonas, se consideró el nivel de escolaridad de los padres e hijos en región norte y en región sur. Podemos afirmar en el ámbito de la ZPH Nº 5 no se encontraron analfabetos, siendo el nivel educativo mínimo alcanzado por la mayoría de los padres y madres de familia la primaria completa.
A pesar de esta caracterización, encontramos grandes diferencias de género en ambas zonas. Así, el 60% de los productores en la subzona norte han finalizado sus estudios primarios, porcentaje superior al de la región sur, en donde los que han finalizado este nivel solo alcanzan el 45%. En las mujeres estas diferencias no son tan marcadas tanto para los estudios primarios inconclusos como los terminados; no obstante, persisten las diferencias entre las dos subzonas.
Es muy pequeño el número de padres y madres que han completado el nivel secundario, alrededor de un 10%, y en tanto que algunas de las madres han finalizado estudios superiores, sobre todo un la subzona norte, mientras que ninguno de los padres lo ha hecho.
En cuanto al nivel de escolaridad de los hijos se observan valores muy distintos a los de sus padres. El nivel más bajo de escolaridad de los mismos es el de primaria incompleta, con un 8%, mientras que el de los padres, en general para la zona, es de 32%. A partir de un análisis de la edad promedio de las familias es posible inferir que quienes no han concluido su escuela primaria es porque aún se encuentran cursando este nivel.
Las categorías que con más frecuencias aparecen corresponden a secundario incompleto, universitario, o terciario incompleto, y dentro de estas clases también entran aquéllos que están en curso, como puede observarse en el Gráfico Nº 5, lo que indica que un alto números de hijos están concurriendo a las escuelas secundarias, institutos terciarios o universidades.
El 10% de los hijos son profesionales, incluyendo a los que están involucrados con la producción de origen de la familia, o que se han dedicado a otra actividad.
Gráfico Nº 5: Escolaridad de hijos e hijas
Caracterizaciones finales de subzonas
Gráfico Nº 6: Caracterizaciones finales de subzonas
El área geográfica objeto de este estudio es considerada como homogénea en las variables ambientales y productivas, de allí su denominación como Zona Productiva Homogénea Nº 5. No obstante ello, la extensión del análisis a aspectos sociales y económicos productivos revelan que en realidad existen diferencias significativas en el interior de la misma. Un primer indicio de ello son las diferencias en los perfiles productivos que presentan el norte y el sur, reflejados en los Cuadros Nº 1 y 2, donde se observa una mayor incidencia de las producciones agrícolas ganaderas de la región sur, con características de menor aprovechamiento e industrialización de la materia prima generada por la misma. En el análisis de los atributos sociales de la ZPH Nº 5 se marcan con mayor énfasis estas diferencias, generando dos modelos socioeconómicos productivos diferentes.
La subzona sur se caracteriza por una mayor pluriactividad de las unidades productivas, con muy baja contratación de mano de obra, y alta incidencia del trabajo familiar, fundamentalmente de las madres de familia y los hijos varones, mientras que las hijas han migrado hacia los centros urbanos, suponiendo una fuerte tensión de expulsión. También es posible establecer diferencias entre ambas subzonas a partir de los niveles educativos de los productores, significativamente menor en el sur.
En el norte las unidades productivas presentan un carácter más empresarial, siendo en su mayoría monoactivas lo que indica que los recursos generados por la empresa son considerados suficientes para el sostén familiar. En general hay más cantidad de mano de obra contratada y esta tiene carácter más estable. Los aspectos impositivos de la empresa se encuentran en orden, y hay mayor nivel educativo de los productores y de sus hijos y con un evidente proyecto de recambio generacional al corto plazo.
Este análisis de carácter preliminar y descriptivo intenta revalidar la complejidad del diseño de los programas de desarrollo y la necesidad de que éstos aspectos que se relacionan con el esquema productivo familiar sean contemplados en la construcción de tales programas por parte del estado.
- ERRAZURIZ, M. "La mujer campesina y rural. Su situación y su aporte al desarrollo". Propalan. FAO. 1989
- FABIÁNI, Anahí y PERAGALLO, Marta "Componente "Rol de la mujer en la empresa familiar citrícola". Proyecto de Transferencia de Tecnología para la Región del Río Uruguay web: http://www.concordia.com.ar/inta/p-transferencia.htm
- GIBERTI, Horacio "Cambios en las estructuras agrarias", en Revista Realidad Económica Nº 113. Ed. IADE, Buenos Aires (Argentina) 1993
- GIBERTI, Horacio, "Sector agropecuario: Oscuro panorama ¿y el futuro?" Revista Realidad Económica Nº 177. Ed. IADE, Buenos Aires (Argentina) 2001
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- TRUFFER, Isabel "Análisis de la estructura socioeconómica agropecuaria de la Provincia de Entre Ríos según el CNA 88" Tesis de Maestría en Metodología de la Investigación UNER, 1998 (inédito)
- Universidad Nacional de la República – Facultad de Agronomía. R.O.U. Seminario de Ciencias Sociales "Análisis de situación de una región" nivel socioeconómico y ambiente. Taller de Recursos Naturales. Clase 13
TENTOR, Gonzalo Fernán
Becario de Investigación
Facultad de Cs. Agropecuarias
Universidad Nacional de Entre Ríos