El BCN / INEC reportan para el año 1999 una producción en el sector industria manufacturera por C$ 11, 572, 877,400 para un ingreso total de C$ 14,329, 079,000, de esa manera en el intercambio se eleva el ingreso, producto de la realización de la plusvalía. Por otra parte, nos permite conocer el nivel de ganancia obtenida en el intercambio, hasta por C$ 2, 756, 201,600, significando esto el 23.8 % de ganancia obtenido en la venta. Quedando pendiente establece el monto del plusvalía por cuanto no se conoce si todo lo producido fue vendido. Hay que considerar que estas empresas pagaron en el mismo año un monto en concepto de Impuestos (IGV, IR, IEC, Municipal, INATEC) por la suma de C$ 2, 074, 032,500, es decir, una suma casi igual a la ganancia anotada ante. De ser así, esas empresas trabajarían con un bajo margen de ganancia, en este caso por C$ 682, 169, 100, siendo esta suma el 24.7 % del ingreso bruto que fue de C$ 2, 756, 201,600. Parece que existe todavía un deficiente sistema de contabilidad y estadísticas. Estas cantidades no son definitivas por cuanto conforme datos de DGI existen industrias o contribuyentes que reciben un reembolso de los pagos de Impuestos.
Si restamos el PIB, con la suma total de salarios reportados encontramos un ingreso o ganancia para el empresario por la suma de: C$ 24, 630, 962,495 en el año 2002.
Si los datos del INEC, son relativamente ciertos, el monto de salarios anual para el 2002 representa el 31,4% del PIB y el 68.5 % sería el ingreso obtenido por los empresarios haciendo una rentabilidad de 45%. Mientras el sector asalariado produce por cada uno, sumas por C$ 56,155, sólo recibe en salario un promedio anual (según estadística) de C$ 17,666, la diferencia es de C$ 38,489; y el salario es el 31% de lo que produce el trabajador, llegando al empresario el 69% del total producido. La plusvalía apropiada por el empresario es superior al 100% del salario promedio.
Los datos proporcionados por INEC, sólo refieren los salarios reportados por el sector que está registrado en el Seguro Social, quedando por fuera gran parte del sector agropecuario, sector artesanal, pequeños negocios.
Aunque las sumas parecen astronómicas, es posible que sólo sean una parte de los ingresos reales. Sin embargo, nos permiten conocer los niveles elevados de ganancias que produce el trabajo asalariado en nuestro país, y que entre más trabajo hay, mayor es la explotación y la ganancia de los poquísimos ricachones o magnates.
En ese contexto, los datos de pobreza y el empleo, que hemos visto, confirman que la mayoría de la población nacional es no sólo proletaria, sino también pobre. Se trata, en gran parte, de personas desempleadas sin posibilidad de acceder a algún trabajo permanente en los próximos años, por tanto, con pocas expectativas de recibir un ingreso económico seguro. .
Conforme datos del gobierno (PND), si el crecimiento económico se mantiene en un 2,8 % no se podrán generar nunca los empleos que requieren los nicaragüenses (2 millones de empleos), se requiere una tasa anual del 5 o 6 % para que en 25 años se doble el ingreso per cápita actual (2002) y dar empleo a más de 100 mil nicas que cada año entran a la fuerza laboral. La situación se agravará más si se mantiene la tasa actual de crecimiento poblacional. Con ese argumento, el pensamiento oficial es que los pobres no tengan hijos, para reducir la pobreza, trazando una política poblacional o demográfica totalmente excluyente.
Es una tendencia en Nicaragua el aumento numérico de los trabajadores, su creciente pauperización con el consecuente desmejoramiento de sus condiciones de vida; el aumento del desempleo, la imposibilidad de la economía de proporcionar empleo pleno, a la par se da un aumento de la masa de capital y su concentración en un porcentaje cada vez menor de personas. Simultáneamente surge o aflora una política oficial que inculpa de la pobreza, a los pobres, quienes también se les responsabilizan de tener muchos hijos y aumentar la población nacional. La estadística oficial y sus argumentaciones están dirigidas a enfocar el problema en los pobres, desviando toda atención o critica al sistema o modo de producción vigente en Nicaragua. La solución del capitalismo a sus problemas es acentuar el capitalismo, y le piden a las clases trabajadoras que sean competitivas, que esperen trabajo, que trabajen más por menos dinero, y se empoderen de las tareas que conllevan al fortalecimiento del capitalismo, que esperen a los mega proyectos del Plan Puebla Panamá, Canales secos y húmedos por Nicaragua, mega zonas francas, etc.
La burguesía y su Estado le dicen al pueblo: habrá más empleo, podrán llevar comida a su boca, y se ganarán honestamente su sustento. Pero no les explican, no les informan, que entre más trabajen para la burguesía en sus proyectos, serán más esclavos y más pobres, pues la burguesía será más rica y más poderosa económica y políticamente.
Por otra parte, mientras crece el desempleo y el empobrecimiento de la población, y los discursos a favor de los pobres (para que se resignen a vivir en un país donde sólo se les considera mano de obra barata generadora de riqueza para el empresario, y es considerado sujeto político) son cotidianos, paradójicamente, en el país sólo un 6 % de los trabajadores están organizados en sindicatos. Veamos un texto: "Recientes investigaciones señalan dos perspectivas principales acerca de la cuestión general del papel de los trabajadores en un cambio democrático de régimen. Rueschemeyer, Stephens y Stephens, en su amplio trabajo comparativo Capitalist Development and Democracy, adoptan un enfoque de "poder de clase relativo" (relative classe power) para el estudio de la democratización. Concluyen que "el desarrollo capitalista está asociado con la democracia debido a que transforma la estructura de clase, al fortalecer a las clases medias y trabajadoras, y al debilitar a las clases altas propietarias. Más específicamente, estos autores sostienen que la clase trabajadora ha sido una fuerza crucial -e históricamente muy consistente- en favor de la democracia política debido a que "aquellos que sólo ganen con la democracia, serán sus más confiables promotores y defensores". A lo largo de su análisis argumentan que la capacidad de la clase trabajadora para desempeñar este papel histórico depende de su tamaño relativo y de la densidad de su estructura, de su autonomía organizativa e ideológica frente al Estado y las clases dominantes, de la rapidez con que pueda conseguir aliados políticos (sobre todo grupos de clase media comprometidos con la democratización) y de partidos políticos capaces de articular estas alianzas interclasistas. Tomado del material titulado: FORO INTERNACIONALJulio – Septiembre de 1997. MOVIMIENTO OBRERO Y DEMOCRATIZACION EN REGÍMENES POSREVOLUCIONARIOS: LAS POLITICAS DE TRANSICION EN NICARAGUA, RUSIA Y MEXICO. KEVIN J. MIDDLEBROOK.
En Nicaragua a partir de 1990 la política oficial y de la burguesía ha sido desarticular al movimiento obrero y sindical, lo que debilita en la sociedad y en particular en la vida política el accionar de la clase obrera y del asalariado en general; y una parte de esa política ha sido apaciguar y cooptar a la clase trabajadoras, desmovilizarla hasta de la elemental lucha por mejorar las condiciones de trabajo y salario, borrando así los derecho elementales de los trabajadores, e incluso la posibilidad de divulgar su ideología de clase. Mientras eso sucede, la burguesía y la aristocracia asalariada asida al Estado y entes privados, gozan de los frutos producidos por los asalariados, y de la democracia burguesa, creando organizaciones políticas y gremiales, disputando privilegios, ocupando cargos públicos, etc.
En Nicaragua, la democracia es para las personas o grupos de personas que tienen ganancias o ingresos privilegiados, se trata de la democracia para la burguesía (incluida la lumpem burguesía) y sus aliados, y en consecuencia no hay democracia para los trabajadores. El Estado reprime a los trabajadores, a los estudiantes, y por otro lado aprueba leyes y crea instituciones que impiden enjuiciar penalmente a burócratas y empresarios delincuentes. Esa democracia que no le interesa a los trabajadores.
Monopolio de la tierra
Conforme a los datos proporcionados por el Estado, III CENAGRO 2001, unas 200 mil personas, de las cuales no se conoce su origen racial, cuántas de ellas son nacionales y cuántas son extranjeras (2.21 % de la Población) son propietarias de 9 millones de hectáreas de las tierras del país, de un total 13 millones de hectáreas (69%). En el tema de la tenencia de la tierra, es de relevancia conocer cuántas personas o empresas extranjeras son propietarias de tierras en Nicaragua, eso nos indicará el grado de colonización y repartimiento a que estamos siendo sometidos, y a partir de es información poder analizar las implicancias políticas, económicas y sociales. En primer lugar la entrega de propiedad territorial a extranjeros crea condiciones desfavorables al ejercicio de la soberanía nacional.
Se trata de tierras destinadas a la explotación agropecuaria y forestal. Propiedades que eventualmente serán destinadas a las industrias de zona franca, turismo, recreación y construcción. Igualmente, III CENAGRO informa que el número de miembros del hogar del productor o productora es de 611 161 personas.
La propiedad de la tierra en Nicaragua se concentra en manos privadas, 8, 935,020 de Hectáreas son propiedad de 199,549 personas. Siendo distribuidas así 121,576 propietarios (60.9%) tienen 811,851 hectáreas en fincas de entre 0 y 20 hectáreas, fincas pequeñas. Y 77,973 (39.07%) personas son propietarias de 6, 640,170 ha., en fincas de más de 20 ha., a 500 y más hectáreas, la mayoría de ellas en una sola parcela, y un poco más de 70 mil distribuidas en varias parcelas pertenecientes a un mismo propietario. 196,909 Son propiedades a titulo individual de personas naturales; 328 en propiedad de empresas, 45 en administración estatal y otras en propiedad de comunidades indígenas 22 con 19 fincas mayores a 200 y 500 manzanas.
Los bloques de fincas a partir de más de 20 ha., llegan a acumular cada uno más del millón de hectáreas, siendo mayor el número total de hectáreas para las fincas que unitariamente concentran mayor extensión superficial. Y entre mayor es la extensión de terreno concentrada menor es el número de propietarios, es decir, el número de ellos disminuye a medida que la finca es más grande. Dice el Gobierno que el 50% del total de las fincas tienen un área menor a 5 manzanas de terreno, y el 6 % del total de fincas poseen el 55% de las áreas en fincas. Sin embargo, el gobierno en su política de tierras propone MEJORAR ESA TENDENCIA DE CONCENTRACIÓN DE LA TIERRA. (PND pagina 84). El total de propietarios de menos de una manzana a 20 manzanas suman 120, 707 personas.
Nicaragua tiene unas 13 millones de hectáreas de terreno, con 44% de los suelos con potencial forestal. Existen 8.8 millones de hectáreas con gran potencial forestal lo que equivale al 73 % del territorio nacional (página 125 PND), sin embargo, 4, 8 millones de hectáreas están destinadas a la ganadería. Gran cantidad de bosques han sucumbido con pretexto del "empuje de la agricultura". Los bosques para el año 2000 eran 3,278, 000 hectáreas, con una tasa de deforestación o tala del 3,1 % anual., equivalentes a más de 117 mil hectáreas por año. Y esa misma cifra indica el cambio de uso del suelo. Que para el año 2006 quizá haya sido superado el porcentaje debido a lo cual fue decretada un estado de emergencia prohibiendo la tala de bosques.
El ESTADO de Nicaragua, continúa presionando para aumentar tanto la producción agrícola, agropecuaria y forestal, como la concentración de la tierra en fincas de gran extensión y la creación de un mercado de tierras. Uno de los resultados es que cada año se está perdiendo en el país un 3,01% de los bosques, derivando una grave erosión del suelo y pérdida de biodiversidad, y llevando a la extinción a especies forestales y animales. Nicaragua alberga a 16 especies en peligro de extinción. La tendencia extractiva y depredadora que en el plano económico impulsa el Estado y la burguesía están agotando los recursos naturales y humanos del país poniendo en grave riesgo el futuro de la nación.
Cerca del 27% del territorio está constituido por masas forestales; en el año 2000 la producción anual de madera fue de 4,31 millones de m³. Para 1999 los productos forestales exportados fueron por US $ 11, 725,000, y las importaciones fueron por US $ 14, 206,000, es decir, importamos más productos de madera que los exportados; en el país en ese año fueron cambiados de uso unas 117 mil hectáreas de bosques. La tendencia es exportar materia prima para importar productos acabados, deforestar para establecer explotaciones agropecuarias para exportar las mercancías ahí producidas. El fin es entregar recursos a la burguesía (incluso a la lumpem burguesía) para que aumente sus capitales, explotar la fuerza de trabajo local y los recursos naturales, no existe propósito de desarrollar el país, de mejorar las condiciones de vida de la gente: el único propósito y móvil es el lucro de la burguesía y sus aliados.
INEC CENAGRO reporta que las explotaciones en el agro son 206 631, distribuidas de la siguiente manera:
INEC analiza la situación así: Del análisis de esta información y de la observación de las curvas de Lorenz resulta que en 1963 el 35% de las explotaciones más pequeñas tenía sólo el 1.5% del área mientras el 1% de las explotaciones más grandes tenía el 41% del área agropecuaria del país. Estas proporciones para 2001 son respectivamente: el 2% y el 22%, notándose que la mejora de la distribución se dio fundamentalmente por la aparición de explotaciones de tamaño mediano (entre 10 y 50 manzanas, creció numéricamente el campesinado medio) y el bajo crecimiento de las grandes. Estas modificaciones lograron mejorar la distribución de la tierra a pesar del incremento de las pequeñas (las de menos de una manzana) que crecieron a una tasa acumulativa anual que fue más de dos veces la tasa media del país. Esto surge claramente de la Tabla 3 construida a partir de la Tabla 2:
Conforme esos datos, el bloque mayoritario en el campo es la propiedad mediana, (10 y 50 manzanas), y ella junto con la propiedad del campesino rico (50 a 100 manzanas), así como la hacienda capitalista (100 a más de 500 Manzanas), tienen hegemonía en el sector agrícola; aunque el minifundio de menos de 1 manzana a menos de 10 manzanas sea muy numeroso.
El bloque de menos 1 manzanas a menos de 10 manzanas constituye un total de 86,455 propietarios o explotaciones, que ocupan el 2,34% de todas la tierras del país (304,122 manzanas). Siendo campesinos con pocas o ninguna tierras, que alquilan o trabajan en mediería o son colonos. Son personas que tienen como profesión, explotar personalmente la tierra, para obtener con ello su sustento. El mismo gobierno dice que ese grupo es del 69.6 % de los propietarios agrícolas, siendo mayoritario entre los propietarios de fincas rústicas.
En el campo nicaragüense, la mayoría la constituyen en primer lugar los asalariados agrícolas, y le siguen los campesinos pobres y pequeños.
Si incluimos a otro bloque de propietarios de entre 10 y menos de 20 manzanas, el número de propietarios en el campo seria el campesino pobre y pequeño (-1 a 20 Manzanas) representando unos 121,576 propietarios ( que pueden ser unos 607,880 personas, asumiendo que cada propietario es jefe de familia y a su cargo están unas cuatro personas , y en el grupo hay mayores de 16 años que pueden ser unos 364,728 personas padre-madre un hijo), aunque ya vimos que tienen menos del 5% del total de tierras.
Fuente: Encuesta Nacional De Hogares Sobre Medición De Nivel De Vida
Emnv´98
Vemos en este cuadro, que un alto porcentaje de campesinos pobres (86.8% del total de 69%), de menos de 1 a menos de 10 Manzanas de terreno, que son unos 69. % del total, no son dueños de la finca que trabajan Esos datos indican que el campesino pobre es más pobre de lo que las estadísticas refieren. Y las cifras oficiales incluyen como propietarios a personas que son meros poseedores, a quienes etiquetan como "propietarios sin documentos".
De total de explotaciones pobres o pequeñas (de menos 1 manzana a menos de 10 manzanas), un 47 % son calificadas como fincas propias, pero el dato no es real, por cuanto, la misma estadística nos dice que un 44 % esta con carta de venta (aludiendo a documentos privados), y otro por ciento sin documentación
Fuente: Encuesta Nacional De Hogares Sobre Medición De Nivel De Vida
Emnv´98
La Política de Tierras que impulsa el Estado, está dirigida a concentrar la propiedad agraria en menos personas, en esa dinámica muchos pequeños y medianos campesinos perderán sus tierras, pasando a manos de los grandes propietarios. Un sector de esos ex propietarios integrará a la clase asalariada agrícola, otra emigran a la ciudad, y algunos buscarán tierras en las áreas boscosas que todavía queden, la deforestaran y se iniciará el ciclo hasta acabar con todas los bosques del país. La burguesía es la principal beneficiada con esa rutina, su política económica y social empuja a los pobres a creer que adquirir tierras es la solución a sus problemas, cuando la realidad los topa, entonces venden las propiedades.
El campesino pobre y medio no puede seguir a la deriva dejándose llevar por los vientos que le sopla la burguesía y su Estado, con esa actitud sólo causan su propia ruina. De ahí que esos dos segmentos sociales tienen más coincidencias con los asalariados en repudiar a la burguesía y su Estado.
Veamos otro ejemplo. Para el año 2002, el sistema financiero entregó créditos por la suma de C$ 31,978.6 millones, principalmente para el sector comercio y "otros", dejando rezagados al sector agrícola y ganadero. Vemos que el desembolso fue casi igual al PIB. El Comercio recibió C$ 27,928.4 millones, agricultura recibió C$ 1,145.8 Millones, recibiendo menos en relación con lo que recibió la Industria. La distribución del crédito para la agricultura está en proporción inversa al aporte que da para el PIB que fue de C$ 8,417.0 millones en el año 1999. Una parte de la producción agropecuaria no recibe crédito del sistema financiero. El sistema financiero concede prioridad al sector terciario. La Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos UNAG, por intermedio de su Presidente Álvaro Fiallos, manifestó en mayo 2006 que la masa de crédito bancario la reciben los grandes empresarios agrícolas. Eso significa que la mayoría de campesinos medios y pobres no reciben crédito para la producción, cayendo en manos de micro financieras y prestamistas particulares.
Para el año 2000, de las 199, 3 mil explotaciones agrarias, únicamente reportan 29,8 miles que recibieron algún tipo de crédito, y de ellas 17 mil en efectivo.
Igual sucede con la asistencia técnica, de 196, 9 miles de productores individuales, sólo 30 mil recibieron asistencia técnica en 23,6 mil explotaciones, para la fecha del III CENAGRO.
Y del uso de maquinaria ni digamos, de 181,4 miles d explotaciones que realizaron actividad agrícola en el 2001, 7 miles utilizan tractores, 60,4 miles labran la tierra con animales de tiro, y más de 200 mil con otros medios. 43, mil tienen arados de hierro, el resto lo hace por otros medios: espeque / bordón o al voleo, etc.
Y de esa información también obtenemos que, unas 15 mil explotaciones no realizaron trabajos en ese año 2001, lo cual expresa la tendencia a aumentar el número de explotaciones que fracasan, que quiebra.
El campesinado pobre y medio, no tiene nada esperar de las políticas financieras, económicas, productivas y sociales de la burguesía y su Estado. Deben aliarse con las clases asalariadas del país para formar su Estado y Gobierno al margen de la burguesía y colegas de explotación. Ese es el único camino o vía para que el campesinado enfrente las políticas anti campesino que tiene la burguesía.
III
Nicaragua como país capitalitas sub desarrollado, ubicado en el llamado Tercer Mundo, tiene una población económicamente activa que refleja la estructura social o de clases propia del capitalismo, vemos una mayoría predominantemente asalariada, entrando en su composición una mayoría de clase obrera manufacturera o industrial y agrícola, asalariados del sector servicios: banca, finanzas, gobierno y municipalidades, comercio y otros servicios, además de parte del llamado sector informal que trabaja bajo alguna modalidad de asalariado. Está la burguesía urbana y rural que integra la PEA no llegando al 15 % del total. Otra parte de la PEA está compuesta por pequeños propietarios urbanos y rurales, el sector de la intelectualidad. Y en particular no menos del 9 % de la PEA son personas en las edades de 6 y 14 años.
El Pueblo Trabajador de Nicaragua está constituido por los asalariados de todos los sectores de la economía, los pequeños y medianos campesinos y empresarios, y la intelectualidad, ninguno de ellos explota trabajo asalariado.
La propiedad agraria en Nicaragua está concentrada en manos de un 3 % de la población del país, de esos propietarios los campesinos que explotan fincas de entre menos 1 manzana a menos de 50 manzanas constituyen la mayoría, siguiendo los campesinos ricos y la burguesía agraria. El campesino pobre y medio no alcanza ni el 15 % de la población total, mientras que los asalariados rebasan el 50 % de la Población.
Vemos como el monopolio privado de los medios de producción, de cambio y de la riqueza, expresada en la forma de tenencia de la propiedad agraria, industrial o manufacturera, de la banca y finanzas, del comercio y los servicios, es la causa principal que provoca la pobreza y exclusión que soporta el Pueblo de Nicaragua en todo los ámbito de la vida económica, social y política.
El Estado de Nicaragua constituye la expresión política de los intereses de la burguesía en el país y en ese sentido se opone a los intereses del Pueblo de Nicaragua.
Los intereses políticos, económicos, espirituales y sociales del Pueblo Trabajador nicaragüense, son totalmente opuestos a los intereses que tienen el Estado de Nicaragua con su burguesía y sus colegas.
De tal manera, que objetivamente, en el mismo sentido que la Burguesía y su Estado en Nicaragua explotan sin misericordia al Pueblo Trabajador del país y lo someten a una vida infrahumana; el Pueblo Trabajador Nicaragüense solo tiene un objetivo, desmantelar ese Estado y eliminar las causas que permiten a la burguesía y a sus colegas llevar al pueblo de Nicaragua casi al exterminio mediante genocidio.
El Pueblo Trabajador de Nicaragua no puede esperar que la burguesía ( incluyendo a la eufemísticamente llamada oligarquía) y la pequeña burguesía lleguen a salvarlo, son las clases trabajadoras quienes deben asumir la tarea propia de salvarse mediante la organización y la lucha política por el Socialismo.
Propiedad agraria y calidad de vida
En Nicaragua somos unos 5,5 millones de habitantes, de ese total tan solo el 3.6 %, unas 200 mil personas, tienen en propiedad privada 9 millones de hectáreas de las tierras del país, todas dedicada a explotaciones agropecuarias o forestales, de un total 13 millones de hectáreas que tiene el país, quedando unos 4 millones de hectáreas que no son propiedad privada. Así vemos que la tierra como propiedad privada está concentrada en pocas personas. Sólo en Jinotega para el año 2001 se contabilizan más de 300 mil habitantes, y de ellos únicamente 23,768 propietarios de todas las explotaciones agrícolas del departamento.
A nivel del país, conforme datos oficiales del Estado las fincas de entre menos de una manzana a menos de 10 manzanas están en poder de unos 60 mil campesinos pobres o pequeños y sólo son unas 304 mil manzanas. Los campesino medios, con finca de entre 10 y 50 manzanas, representan 90 mil propietarios que acumulan más de 3 millones de manzanas. Mientras que las fincas de más de 999 manzanas, están en manos de unas 20 mil personas, campesinos ricos y burguesía agropecuaria, forestal o de ecoturismo, ocupando el 55 % del total de las tierras con casi 5 millones de manzanas. Un 0.36% de la población nacional concentra la mayor cantidad de tierras del país. Estos datos indican que por la extensión de la propiedad agraria, el campo no es homogéneo, existe hacienda agrícola burguesa, y propiedad de campesinos pobres, medios y ricos.
Los datos oficiales del Censo Nacional Agropecuario (CENAGRO) indican que serían a nivel nacional unas 168 mil explotaciones campesinas (de hasta 100 manzanas), sumadas las de campesinos pobres, medios y ricos, representando cerca del 15 % de la población nacional.
Por otra parte, los datos indican que actualmente la producción agropecuaria y forestal, está asegurada por los brazos de trabajadores asalariados. Como ejemplo, el caso del departamento de Jinotega, donde los 23,768 propietarios de todas las fincas del departamento utilizan unos 136,354 obreros agrícolas temporales y 17,693 trabajadores permanente, la proporción es de 6 obreros por cada 1 propietario. Casi en su totalidad la producción para exportación y consumo interno es producida por personal asalariado.
CENAGRO registra que en el año 2000 trabajaron un total de 1, 289, 332 personas en el campo, siendo el 4,6% niños menores de 12 años para un total de 60, 188 niños. El salario del peón agrícola en dólares por jornal para el 2001 fue de 1,2 dólar al día. Así, la producción agropecuaria nacional no sólo es producida por trabajadores asalariados sino por explotación de trabajo infantil.
Los datos indican que en el campo no todos son "campesinos", unos son empresarios agrícolas, otros son campesinos ricos, medianos y pobres, y una gran mayoría son trabajadores asalariados agrícolas.
La actual conformación social en el agro nicaragüense es: burguesía agrícola, campesinos y asalariados agrícolas. Este aspecto puede ser básico par interpretar la llamada inseguridad jurídica en la propiedad agraria, las demandas de tierra y la inseguridad ciudadana, entre otros temas.
Por otra parte, los niveles de pobreza y exclusión social existentes en el campo nicaragüense constituyen el reflejo del monopolio existente sobre la tierra y la riqueza, que ejercen poquísimas personas. En ese sentido, del 79.9% de los pobres a nivel, casi 2 millones viven en el sector rural con ingreso menor a 2 dólares al día. Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) el 10% de las personas más ricas del país, reciben 84 veces más recursos que el 10% de los más pobres. Por ejemplo, 20 mil propietarios agrícolas del país que integran el sector de grandes propietarios, con fincas de entre 100 y más de 500 manzanas, recibirían en un día unos C$ 16, 680, 000 (DIECISÉIS MILLONES SEISCIENTOS OCHENTA MIL CÓRDOBAS; mientras que 200 mil pobladores rurales (que es el 10% de 2 millones de pobres que viven en el sector rural) sólo en ese mismo día unos 200 mil dólares. La diferencia es de 16, 4 millones de córdobas en UN SOLO DÍA.
El promedio de escolaridad en el campo es de 3.2 grados, y el 12, 4 % de la población nacional no llegará a vivir 40 años. Más de un millón 500 mil nicas sufren algún grado de desnutrición por no tener acceso a alimentos básicos, unos 835 mil son niños menores de 5 años. Y que más del 70 % no tiene agua potable ni drenaje hidrosanitario, principalmente en el sector rural.
Los datos expresan que una causa fundamental de la pobreza en el sector rural de Nicaragua y de Jinotega en particular, es el tipo de tenencia de la tierra: propiedad privada y alta concentración, que conlleva a alta concentración de la riqueza; hechos que a su crean las condiciones infrahumanas de vida que soporta la población asalariada rural y los campesinos pobres y medianos.
INEC CENAGRO reporta que las explotaciones en el agro son 206 631, distribuidas de la siguiente manera:
Autor:
Luis Ernesto Gómez Martínez
Abogado y Notario Público
Jinotega, 19 mayo de 2006
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