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La Microeconomía Territorial en Cuba. Experiencias y perspectivas

Enviado por sainz


    La Microeconomía Territorial en Cuba. Experiencias y perspectivas

    1. La gestión territorial local
    2. Caracterización y análisis de diferentes sectores en Cuba. El caso de Camagüey en el desarrollo territorial local
    3. Conclusiones
    4. Bibliografía

    Introducción

    Como es bien conocido, a lo largo de las dos últimas décadas, se ha ido consolidando en el seno de nuestras sociedades una profunda transformación estructural organizada en torno a las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. Esta revolución tecnológica basada en las nuevas tecnologías de la información (que incluye la microelectrónica, la informática y las telecomunicaciones) representa una línea divisoria histórica tan importante como la que constituyó la revolución industrial.

    Los períodos históricos en los cuales tienen lugar las revoluciones tecnológicas imponen transformaciones estructurales profundas en las formas de producir y gestionar las empresas, la Administración Pública y las organizaciones en general, planteando igualmente exigencias mayores respecto a la calificación de los recursos humanos, así como a la naturaleza y calidad de los procesos de trabajo y las relaciones laborales.

    En suma, la empresa no actúa en el vacío, sino que se beneficia de la existencia de un entorno institucional, social y territorial apropiado, el cual es financiado por el conjunto de la sociedad. Es, por tanto, la calidad de la red territorial y, dentro de ella, la calidad de su sistema de información para el desarrollo productivo, lo que convierte al "territorio" en un actor decisivo de desarrollo y como tal, un elemento explicativo fundamental de la productividad y competitividad empresarial.

    El desarrollo de la crisis tuvo un impacto significativo en la actividad de los diferentes agentes económicos en Cuba, pero de forma particular en el sistema empresarial, en el cual se iniciaron a fines de los ochenta un grupo de transformaciones dirigidas a elevar sus resultados.

    En este contexto se destacaron por su alcance: 1) la introducción de técnicas y mecanismos de funcionamiento en las empresas militares cercanos a las prácticas internacionales; 2) el desarrollo de la experiencia de las empresas-laboratorios bajo monitoreo del Instituto de Investigaciones del Trabajo; 3) la modificación gradual del sistema de capacitación de los directivos empresariales y 4) el fomento de esquemas empresariales más descentralizados en varios sectores de la economía —especialmente en el turismo y en la gestión comercial externa—. Sin embargo, al producirse los sucesos de Europa Oriental, muchas de estas transformaciones se encontraban en su fase inicial de instrumentación y, por consiguiente, no habían alcanzado la madurez necesaria como para constituir factores de compensación a estos sucesos.

    Uno de los objetivos de este trabajo es, precisamente, demostrar como estas transformaciones llevadas a cabo en nuestro país, fueron cobrando fuerza en importancia y desarrollo con el transcurso de los años obteniéndose resultados positivos a pesar de las deficiencias detectadas; no obstante, el desarrollo del proceso de perfeccionamiento empresarial (PE) tiene entre sus propósitos superar estas insuficiencias y, a su vez, propiciar la elevación del desempeño competitivo de las empresas cubanas e incluso que algunas obtengan la categoría de empresas de "clase mundial". Para esto se han analizado y caracterizado la evolución de varios sectores de la economía, explicando a través de ejemplos como se ha fomentado todo lo anteriormente expuesto en la localidad de Camagüey.

    El trabajo está estructurado de la siguiente manera: un capítulo 1 que aborda de manera general la gestión territorial local y un capítulo 2 en el que se hace un análisis de la situación de varios sectores de la economía en nuestro país así como específicamente en el caso particular del territorio de Camagüey.

    Capítulo 1-. La gestión territorial local.

    Epígrafe 1.1-. Una revolución tecnológica basada en la información y el conocimiento.

    El logro de la mayor eficiencia productiva y competitividad no depende ya de las anteriormente denominadas "ventajas comparativas estáticas", esto es, de salarios bajos y de la sobreexplotación de los recursos naturales abundantes, sino de la incorporación de mayores niveles de información y conocimiento estratégicos (sobre tecnologías, mercados, competidores, etc.), lo cual sitúa la calificación de los recursos humanos como la variable decisoria del desarrollo económico, conjuntamente con la capacidad institucional para construir entornos innovadores que faciliten el acceso a dichos componentes estratégicos de información y conocimiento.

    Por ello, se suele señalar que el éxito en la productividad y competitividad depende de la construcción de "ventajas competitivas dinámicas", y no sólo de la dotación preexistente de factores de producción. Estas ventajas competitivas dinámicas requieren, por tanto, el despliegue de infraestructuras tangibles e intangibles que permitan el acceso a la información y conocimiento estratégicos, así como una capacitación de los recursos humanos apropiada para impulsar las potencialidades en cada territorio.

    En el siguiente gráfico se presentan de forma integrada los diferentes factores que intervienen en la consolidación del desempeño competitivo en las empresas.

    Gráfico 1-. Gestión empresarial y factores de competitividad:

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    Fuente: Elaboración propia (Irma Marquetti Nodarse)

    El acceso de las empresas y actividades productivas a la información y conocimiento estratégicos puede facilitarse mediante la adecuada vinculación en redes, de ahí que el éxito no dependa tanto de la dimensión empresarial como de la capacidad para desplegar las conexiones apropiadas. Esto abre, ciertamente, mayores oportunidades que en el pasado a las empresas de menor dimensión o, al menos, no hace depender únicamente su éxito de la acumulación de recursos financieros o el logro de economías de escala.

    Pero estas transformaciones no son exclusivamente técnicas en el sentido estricto de la palabra, ni se limitan tan sólo a la esfera económica. En realidad, afectan igualmente a los aspectos sociales, laborales, institucionales, culturales y políticos, obligando por ello a un profundo reajuste de todo ese conjunto de aspectos e interrelaciones, a fin de lograr respuestas eficientes ante las nuevas exigencias del cambio estructural.

    Epígrafe 1.2-. El ajuste estructural y la globalización

    De esta forma, el "ajuste estructural" se debate más en el terreno de la microeconomía (y, como luego veremos, de la mesoeconomía) que en el campo macroeconómico, pese al predominio de la simplificación macroeconómica de la realidad. Una vez más habrá que insistir en que el logro de condiciones de estabilidad macroeconómica es una condición importante y necesaria, pero no suficiente, para el desarrollo económico.

    El ajuste estructural constituye un proceso de cambio social e institucional, que debe facilitar en los diferentes territorios la adaptación de los diferentes sistemas económicos y tejido de empresas a las nuevas fronteras tecnológicas y de gestión, lo cual es básico para poder sustentar el crecimiento económico y establecer estrategias de desarrollo humano sostenible.

    Los nuevos avances tecnológicos han posibilitado, asimismo, una aceleración importante de los procesos de globalización económica, financiera y cultural, alterando nuestras formas de pensar, producir, gestionar, consumir e informar. Sin embargo, es importante insistir en que la gran mayoría de las actividades productivas en el mundo, en proporción de personas participantes y volumen de la producción, siguen siendo mayoritariamente de ámbito nacional y subnacional.

    Según datos recientes del Banco Mundial, del total de la producción bruta mundial que se contabiliza en los circuitos formales de la economía, apenas un 20 por ciento en promedio se comercializa internacionalmente. Esto quiere decir que la gran mayoría de las decisiones de producción tiene lugar en escenarios nacionales o subnacionales, regionales o locales.

    Asimismo, la inversión extranjera es solamente un 5 por ciento de la inversión total mundial, siendo los flujos de inversión extranjera directa únicamente el 1 por ciento del producto interior bruto mundial. Esto quiere decir que la inmensa mayoría de las decisiones de inversión productiva y empresarial corresponde a actores que se desenvuelven en ámbitos nacionales o subnacionales.

    Por otra parte, la participación de la inversión extranjera directa en el producto interior bruto de los diferentes países es sólo un porcentaje reducido de la inversión total. Es posible que, asombrados por los elevados ritmos de crecimiento del comercio internacional y el despliegue de la globalización, se tienda a olvidar la magnitud de la producción, el comercio o la inversión internas (las principales variables de la llamada "economía real") y el hecho crucial de que la gran mayoría de las decisiones económicas reales siguen correspondiendo a ámbitos regionales y locales, lo cual quiere decir que existe un amplio margen para el diseño de políticas públicas tanto a nivel microeconómico como territorial, si es que logramos construir los sistemas de información para el desarrollo apropiados.

    Así pues, enfrentamos unas exigencias ineludibles en el ámbito de las transformaciones internas que deben abordarse para realizar las adaptaciones necesarias ante el cambio estructural, lo cual se ve dificultado, adicionalmente, por un contexto de creciente globalización que no facilita precisamente la adecuada selección de políticas. De esta forma, al distinguir las exigencias del "cambio estructural" de los condicionantes de la "globalización", intentamos señalar que las respuestas al primero (cambio estructural) no pueden ser confundidas por la problemática generada por la segunda (globalización). De ahí que los sistemas de información apropiados para atender al cambio estructural deban ser más precisos, con indicadores menos agregados, y orientados hacia la identificación de las capacidades de desarrollo y no únicamente a la recogida de datos sobre resultados "ex-post".

    Como se ha señalado, en la fase de transición tecnológica por la que atravesamos se hace imperativo encontrar la forma de asegurar la introducción de innovaciones productivas y de organización en el conjunto de empresas y actividades al interior de los territorios de cada país, lo que no puede ser nunca resultado de la simple inserción de algunos segmentos o actividades económicas en los núcleos dinámicos de la economía mundial.

    Estos nexos externos no garantizan que el progreso técnico se difunda a todas las empresas existentes (la mayoría de las cuales son microempresas y pequeñas y medianas empresas) ya que los eslabonamientos entre los sectores vinculados a los núcleos dinámicos y los sistemas productivos locales pueden ser limitados, con lo cual la difusión del progreso técnico, el crecimiento económico, el empleo y el ingreso es escasa.

    Además, en los sistemas productivos locales predominan las pequeñas empresas, las cuales si bien son menos importantes que las grandes empresas en términos del valor añadido a la producción total, tienen un peso decisivo en el empleo y la generación de ingresos, así como en la difusión territorial más equilibrada del crecimiento económico.

    Pese a ello, este tipo de empresas, no suele tener fácil acceso a los componentes estratégicos de información y conocimiento para su modernización, tales como las infraestructuras básicas o los servicios empresariales avanzados.

    Epígrafe 1.3-. Los diferentes niveles y políticas de desarrollo.

    Dada la creciente exposición externa de los diferentes sistemas económicos, resulta fundamental actuar en el plano microeconómico de la transformación productiva, laboral y de gestión, que es donde se centran los retos de la actual revolución tecnológica. Pero para ello es preciso abordar a la vez las adaptaciones sociales e institucionales que conlleva todo proceso de cambio tecnoproductivo radical.

    Así pues, como vemos, las exigencias de la actual fase de desarrollo histórico no tienen que ver únicamente con las actividades vinculadas a los mercados internacionales, sino que afectan de forma decisiva a los diferentes niveles y políticas de desarrollo internas, a saber:

    • Nivel macroeconómico, que debe asegurar las condiciones de estabilidad requeridas por el régimen de acumulación.
    • Nivel microeconómico, en el que deben abordarse las innovaciones tecnológicas en la producción y la gestión empresarial en cada territorio.
    • Nivel mesoeconómico, en el que deben crearse la institucionalidad y organizaciones intermedias capaces de facilitar en cada territorio los acuerdos en favor del desarrollo económico territorial como resultado de la concertación público-privada de actores locales.

    Se aprecia, pues, que la gestión pública descentralizada desempeña un papel decisivo para la formulación de políticas apropiadas, ya que la transformación productiva y empresarial requiere un conocimiento minucioso (y no sólo en un nivel agregado nacional) de las circunstancias y perfiles concretos de las diferentes agrupaciones económicas significativas o "clusters".

    Dicho de otra forma, es preciso insistir en que la clásica división económica entre sectores primario, secundario y terciario, oculta de forma arbitraria el funcionamiento real de las actividades económicas ya que las mismas mezclan componentes que proceden indistintamente de varios sectores en el conjunto de los elementos de la "cadena de valor". De hecho, la distinción relevante radica en la incorporación de elementos de conocimiento o innovación tecnológica y no en la procedencia agraria, industrial o de servicios de las materias primas. De ahí que la información recogida con los esquemas conceptuales tradicionales tenga un valor muy limitado, sobre todo para diseñar programas y líneas eficientes de actuación.

    Epígrafe 1.4-. El territorio como actor decisivo de desarrollo: la gestión territorial local.

    Esta fase de la economía "informacional", como la ha llamado el sociólogo Manuel Castells, se caracteriza por un modelo de producción flexible, basado en la práctica cada vez más generalizada de la empresa-red como nueva forma de organización. Ello quiere decir que el agente económico real no es en realidad la empresa aislada, sino el conjunto de relaciones o redes constituidas entre las empresas, sus abastecedores de insumos, sus clientes, las entidades que le prestan servicios, el entorno territorial que facilita el acceso a las infraestructuras básicas, el mercado de trabajo local, etc.

    Por ello se señalaba anteriormente la importancia del nivel "mesoeconómico" para alentar la construcción de espacios intermedios facilitadores de la construcción de los entornos territoriales apropiados para el logro de ventajas competitivas dinámicas.

    Otro aspecto que conviene resaltar también es el referido a la profunda modificación de las relaciones de trabajo y la estructura del empleo, como consecuencia de las transformaciones tecnológicas y organizativas en curso. A pesar de la discusión existente acerca de la capacidad de las nuevas tecnologías intensivas en capital para generar nuevos empleos, lo cierto es que parece que destruyen viejos puestos de trabajo a una velocidad superior a la capacidad mostrada para generar los nuevos empleos.

    Es indudable, en todo caso, que el nuevo paradigma tecnológico modifica profundamente las condiciones del empleo y la forma de organización del trabajo, planteando importantes retos para la calificación de los recursos humanos según las nuevas exigencias y situaciones laborales. También aquí la mejora de los sistemas de información para la construcción de los necesarios observatorios de empleo resulta decisiva.

    Pero todo esto requiere una adecuada contextualización de cada situación territorial, que se encuentran ahora mucho más expuestas que en el pasado a las exigencias crecientes de competitividad, basadas en la calidad y diferenciación de los productos y servicios y no solamente en la producción a gran escala y la competencia a través de los precios.

    Lo que se quiere señalar es que en la fase actual de cambio estructural y globalización resulta fundamental la articulación de respuestas desde el nivel local. Cuanto más centralizado es un Estado, más difícil puede resultarle establecer las políticas adecuadas para las diferentes situaciones culturales y territoriales que forman parte del mismo. Es por esto que los gobiernos locales y regionales desempeñan un papel cada vez más importante, como entidades más flexibles, esto es, con mayor capacidad para identificar los problemas reales y para consensuar entre los actores territoriales las estrategias de desarrollo local.

    Todo esto introduce una nueva perspectiva para la gestión descentralizada de las ciudades y los territorios, que debe ser capaz de integrar y estructurar las sociedades locales, sin perder de vista las circunstancias del contexto cada vez más globalizado.

    Como se señaló, la competitividad dinámica no se basa en la reducción de costos sino en el incremento de valor de conocimiento y de la productividad, lo cual requiere actuar en diversos ámbitos principales:

    • Mejora de la infraestructura tecnológica y de gestión que permita la eficiente vinculación entre los diferentes actores locales, a fin de poder incorporar en el sistema productivo local las innovaciones necesarias.
    • Calificación adecuada de los recursos humanos según los problemas derivados del perfil productivo de cada territorio.
    • Mejora de la infraestructura urbana para la calidad de vida.
    • Construcción de las instituciones locales para el desarrollo, como resultado de la coparticipación de actores públicos y privados interesados en la promoción del desarrollo productivo y empresarial territorial.

    Se requiere, también, una política económica local en materia de empleo, fiscalidad, fomento empresarial, desarrollo urbano, sostenibilidad ambiental, etc., así como promover los sistemas de información local apropiados, tal como se ha señalado.

    Capítulo 2-. Caracterización y análisis de diferentes sectores en Cuba. El caso de Camagüey en el desarrollo territorial local.

    Epígrafe 2.1-. Caracterización del entorno.

    La cultura empresarial que se desarrolló en Cuba se caracterizaba por la pobre utilización de los instrumentos financieros; las evaluaciones de la dinámica de los mercados no se practicaban con regularidad; no existía un conocimiento a fondo de los mecanismos de la competencia, dado que predominaba el dictado de los productores sobre los consumidores; el empleo de las técnicas comerciales sólo era una preocupación de las empresas que realizaban operaciones de comercio exterior.

    La isla caribeña se encontraba desarrollando en aquel período un profundo proceso de reordenamiento jurídico, económico e institucional, con la finalidad de superar las secuelas del período de idealismo y, a su vez, crear las condiciones mínimas que propiciaran hacer compatible nuestro sistema de funcionamiento económico con el del resto de los países integrantes del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME). En este sentido, la implantación del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía (SDPE) constituyó el eslabón principal de este proceso.

    La introducción del SDPE posibilitó instrumentar en la práctica económica criterios de evaluación inexistentes con anterioridad, así como aplicar un sistema que permitiera dirigir la economía en su conjunto. Sin embargo, éste no contribuyó a lograr un desempeño productivo más eficiente, acorde con las exigencias internacionales que tuvo enfrentar la isla en ese período, incluso surgieron incompatibilidades complejas entre el funcionamiento del sistema y el nuevo contexto externo de la economía cubana (Marquetti, 1994).

    En el gráfico siguiente se ilustran los desfases en la evolución tendencial de los sistemas de dirección en los países capitalista, socialista y en Cuba.

    Gráfico 2. Dinámica de las transformaciones en el sistema empresarial:

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    Fuente: Elaboración propia. (Hiram Marquetti Nodarse)

    La imposibilidad de poder superar de forma rápida las consecuencias de la crisis y, a su vez, la necesidad de instrumentar nuevas variantes para enfrentar el adverso cuadro provocado por el desarrollo de este proceso, determinaron replantearse un tratamiento diferente del funcionamiento del sistema empresarial. En este contexto se ampliaron los márgenes de descentralización en la gestión de las empresas, con la particularidad de no disponer en un primer momento de un marco regulatorio adecuado y de una política explícita en ese sentido. La evolución de esta tendencia estuvo en correspondencia con el enfoque pragmático que ha caracterizado el desarrollo del proceso de reformas económicas.

    Las empresas cubanas se vieron afectadas de forma directa por las presiones de la competencia internacional, pero sin disponer de una preparación previa. Sin embargo, se vieron forzadas a introducir nuevos métodos y principios de organización y dirección de la producción para responder a este reto.

    Una vez con la desaparición del CAME, la evolución del proceso de apertura económica implicó crear condiciones mínimas para propiciar la internacionalización de las empresas cubanas. En paralelo, el desarrollo del turismo y de la inversión extranjera condujeron a incorporar a la gestión de las empresas fórmulas operacionales y exigencias no habituales en nuestro contexto, como las relativas a calidad y certificación de los productos, a garantizar los servicios de postventa, al cumplimiento de normas ambientales; etcétera. Un aspecto importante es que la aplicación de estas fórmulas tuvo que enfrentarse sin mejorar la calidad de los proveedores, en virtual ausencia servicios de apoyo y con tecnologías caracterizadas por elevados niveles de obsolescencia (MEP, 2000).

    Una conclusión que arroja el análisis de las transformaciones en el sistema empresarial, es que las limitaciones del entorno no han impedido que se modifiquen los patrones históricos con que funcionaban las empresas cubanas e incluso que haya sido posible incrementar los niveles de competitividad por esfuerzos propios en algunos casos específicos; quizás la necesidad de responder a las exigencias del mercado condujo a la necesidad de mejorar los niveles de eficiencia para responder a este reto.

    Epígrafe 2.2-. La evolución y transformación del sector agropecuario en los noventa.

    Durante más de tres décadas el modelo agrario cubano creó una fuerte base material, en correspondencia con la fuerza laboral técnica calificada, capaz de hacer un uso adecuado de dicha base, esas fuerzas productivas existentes en el sector agropecuario a partir de los años 1989-1990 se encuentran detenidas influidas por factores internos y externos, manifestándose a través de los bajos resultados productivos o estaticidad de los mismos, con marcada tendencia descendente y deterioro continuado de la efectividad económica.

    A partir de 1993 se inician las transformaciones agrarias, ajustándose la actividad agraria a las nuevas condiciones que presenta la economía en general.

    No podrá obviarse por supuesto el papel del Estado en su condición de rector del proceso de transformaciones, pero este rol deberá desarrollarlo bajo una nueva condición funcional, cediendo el espacio de administrador y productor directo a los nuevos actores ya existentes en el nuevo escenario. La nueva política agraria, iniciada desde finales de 1993, parte de un enfoque estructural para el cambio de relaciones económicas en la agricultura cubana. Lo más sobresaliente de dicho proceso es la orientación al fortalecimiento y ulterior predominio de las formas de explotación colectiva de la tierra bajo principios cooperativos. La reestructuración del sector estatal con la creación de las llamadas Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) que se vienen formando a partir de las antiguas empresas estatales agropecuarias y las Cooperativas de producción Agropecuarias (CPA) se perfilan como el núcleo central de la economía agraria cubana. El sector campesino y parcelario, por su parte, es objeto de ampliación como una tendencia objetivamente creciente.

    Con este nuevo proceso de cambio se pretende alcanzar los siguientes objetivos:

    • Reescalar la organización agropecuaria mediante empresas de menores dimensiones.
    • Recuperar y elevar la producción agropecuaria.
    • Elevar la eficiencia económica hasta alcanzar la rentabilidad del sector.
    • Aumentar la autosuficiencia del sector.
    • Estabilizar e incrementar la fuerza de trabajo directamente vinculada a la producción.
    • Constituir un nuevo modelo de incentivación al trabajo y a la producción.

    El cumplimiento de los objetivos anteriores da como consecuencia:

    • La diversificación de los modos de producción de la estructura agraria.
    • La diversificación de los productores e incremento absoluto de los productores cooperativos e individuales.
    • El predominio de las formas autogestionarias en la organización de la producción.

    La reforma de la tenencia se ha articulado además al redimensionamiento de las entidades agropecuarias, a la introducción de sistemas tecnológicos- productivos de bajos insumos y alta densidad de trabajo, a la apertura del mercado agropecuario en Octubre de 1994 y a la introducción de distintos esquemas de financiamiento asociados a la inversión extranjera y a empresas exportadoras y/o exportadoras de alimentos con fuertes incentivos orientados a estabilizar y ampliar la fuerza de trabajo agrícola. Las medidas aplicadas reflejan la tendencia a un repunte recuperativo de los sistemas productivos, a la elevación de la producción de materias primas y de alimentos para la agroindustria exportadora y el consumo interno y al incremento y estabilización de la fuerza de trabajo en el campo.

    Transformaciones en la estructura del uso de la superficie agrícola:

    La gestión de la tierra en Cuba se ha modificado de manera importante en los últimos cinco años transcurridos. Si en 1992 el Estado administraba directamente el 75.2% del total de las tierras agrícolas, en 1998 lo hace en el 33.6%; mientras que el sector no estatal aumentó su participación del 24.8% en 1992 al 66.4% en 1998. El cambio está dado fundamentalmente por la creación de las UBPC, las cuales abarcan el 42% de la superficie agrícola nacional durante 1998.

    El uso de la tierra por las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) y el propietario privado disperso ha experimentado ligeros ascensos motivado por la entrega de tierras en usufructo y por el retorno de familiares a las labores agrícolas.

    No obstante estas modificaciones, es de destacar que el sector socialista de la economía agropecuaria (incluye el estatal, UBPC y CPA), mantiene su peso estructural de un 85% del uso de la tierra agrícola tanto en 1992 como en 1998; mientras que el 15% restante, pertenece a los propietarios privados (CCS y privados dispersos).

    Distribución de la superficie agrícola por formas de tenencia

    Formas de propiedad

    1992

    1995

    1998

    MHA

    %

    MHA

    %

    MHA

    %

    Total

    6774.9

    100

    6602

    100

    6555

    100

    Estatal

    5097

    75.2

    1778.1

    27.0

    2166.9

    33.6

    No estatal

    1677.2

    24.8

    4824.1

    73.0

    4388.7

    66.4

    UBPC

    3161.0

    48.0

    2775.6

    42.0

    CPA

    690.3

    10.2

    658.0

    10.0

    620.2

    9.4

    CCS

    752.7

    11.1

    772.8

    11.6

    782.7

    11.8

    Privados dispersos

    234.2

    3.5

    232.3

    3.4

    210.2

    3.2

    Fuente: Periódico Granma. 5 de Octubre 1995 Balance de la tierra del País 1996. Cálculos y Estimaciones del autor sobre la base de la información del MINAGRi.

    Los resultados de las transformaciones se pueden evaluar de positivas a pesar de ser su avance lento en general por la dualidad en el funcionamiento de dos modelos. Uno tradicional apoyado en antiguos métodos administrativos con prácticas ya remanentes y uno segundo basado en modelos descentralizados de autofinanciamiento con nuevos actores económicos.

    En la práctica no se ha descentralizado todo el sistema agrícola (suministros- producción-comercialización del producto agrícola). En la actualidad la etapa de suministro conserva los mecanismos centralizados de asignación de recursos tradicionales.

    En el desarrollo de las transformaciones se han obtenido avances importantes como son: – Se ha producido un proceso de reducción de los subsidios por pérdidas,

    con tendencia a desaparecer. (De 1 800 millones a 400 millones de pesos en

    1998).

    – Crecimiento de una parte importante de los renglones agrícolas, sobre la base de un aumento de los rendimientos y el rescate de cultivos no atendidos tradicionalmente y de gran demanda de la población.

    – Mayor aprovechamiento del suelo, con la recuperación del área cultivada, implicando un freno al deterioro de la superficie agrícola.

    – Cambio en la gestión, con la introducción de nuevos mecanismos de remuneración y de dirección de la producción agropecuaria.

    – Reestructuración de la dimensión de las unidades agrícolas. El actual proceso de ajuste y fusión de las cooperativas tiende a perfeccionar las escalas de producción.

    • Democratización del proceso productivo por el incremento de la participación de los productores directos.

    Independientemente de los avances obtenidos se continúa trabajando en el perfeccionamiento de la gestión de las nuevas cooperativas en algunas líneas como:

    – Seguir profundizando en los principios de la vinculación del hombre al área a los resultados finales de su labor, así como elevar los niveles de autoabastecimiento para el trabajador y sus familias y la priorización de la construcción y demás gestiones de la vivienda. Estos elementos forman parte del conjunto de expectativas del obrero estatal ante su incorporación a las cooperativas.

    • Trabajar en la asesoría de las UBPC en cuanto a la utilización de tecnologías sustentables, imprescindibles en las condiciones actuales, y muy diferente a las condiciones de la agricultura clásica de maquinarias altas consumidoras de combustibles y fertilizantes. Aunque es necesario el uso de la maquinaria, esta se debe combinar con el empleo de biofertilizantes, biopesticidas y una mejor rotación de los cultivos.

    Las transformaciones iniciadas en el sector agropecuario de principios de los noventa, constituyen un paso de avance con vistas a la transformación del sector en el corto y mediano plazo. La situación actual exige una mayor profundidad de los cambios ya iniciados con el objetivo que abarquen todo el sistema productivo y compulsen a una mayor eficiencia.

    Epígrafe 2.3-. Caracterización del proceso del perfeccionamiento empresarial (PE).

    El desarrollo del proceso de PE constituye, sin lugar a dudas, la transformación más compleja de las realizadas en Cuba en los últimos años. Esto se debe a que dicho proceso debe solucionar problemas no resueltos en la práctica de la construcción socialista, entre los que se destacan: 1) la delimitación de las funciones entre el administrador y el dueño, garantizando la consolidación de la propiedad estatal; 2) el mantenimiento de la condición de empresario del Estado y 3) el desarrollar una cultura empresarial que garantice la conjugación de los valores más importantes de la sociedad cubana con un desempeño eficiente de las empresas.

    El papel central del perfeccionamiento hace factible, por un lado, el analizar las diferencias existentes en términos de contexto histórico entre el SDPE y el sistema de PE, en tanto este último suple sobre nuevas bases al único mecanismo de dirección aplicado en Cuba, donde la empresa constituyó el eslabón principal.

    El PE intenta combinar adecuadamente la gradualidad, la flexibilidad, la adaptabilidad y la integralidad en el desarrollo del proceso; es decir, se busca un equilibrio entre estos aspectos, a fin de lograr el mayor resultado posible en aquellas entidades que clasifican para implantar el sistema de PE, sin hacer concepciones en los principios políticos y sociales.

    A continuación se muestra una tabla donde se compara el Sistema de Planificación antes implantado y el proceso de Perfeccionamiento Empresarial.

    Cuadro 1. El SDPE y el Perfeccionamiento Empresarial

    CONDICIONES DE IMPLANTACIÓN DEL SDPE

    CONDICIONES DE IMPLANTACIÓN DEL PE

    Reordenamiento profundo del sistema económico e institucional.

    Forma parte del proceso de completamiento de las reformas económicas desarrolladas en los años 90´s.

    La implantación del SDPE constituyó el eslabón principal de la copia del "modelo socialista europeo".

    El desarrollo del proceso no responde a metas preestablecidas.

    No hubo la elaboración de un modelo teórico inicial.

    El funcionamiento del sistema se apoya en el principio de mejoras continuas.

    La implantación del SDPE respondió al cumplimiento de un cronograma.

    Pretende resolver por primera vez la relación entre el dueño y el administrador.

    El necesario proceso de experimentación económica estuvo ausente.

    No existe un sistema de dirección de la economía único.

    Se dispuso de facilidades financieras crecientes.

    El contexto nacional se caracteriza por la presencia de fuertes restricciones financieras y este un supuesto básico del PE.

    El empleo de los mecanismos monetarios y financieros se realizó de forma formal.

    El mercado y las RMM se considera como un eslabón esencial del proceso.

    El perfeccionamiento de los mecanismos del sistema no formó parte de las prioridades del funcionamiento del SDPE.

    No existe la elaboración de un modelo teórico a priori.

    El desarrollo de actividades de comercio exterior era ajeno a los productores directos.

    El desarrollo de actividades de comercio exterior responde a criterios selectivos.

    Fuente: Elaboración propia. (Hiram Marquetti Nodarse).

    Otro aspecto a considerar en el desarrollo del proceso de PE es el relativo a las condiciones de partida en que debe desarrollarse el perfeccionamiento. Este proceso funciona como motor impulsor del desarrollo no solo económico sino también político, social, medio ambiental y cultural en nuestro país.

    Los aspectos anteriormente indicados evidencian que el PE debe desarrollarse en un contexto en el que el entorno macro y micro presenta serias limitaciones, algunas de las cuales tienden a restringir en términos de corto plazo, los efectos de derrame positivos de este proceso en la estructura económica de la sociedad. Por consiguiente, esta situación determina que las empresas enfrenten problemas para orientarse hacia la competitividad.

    Epígrafe 2.4-. Caracterización de la industria azucarera en la provincia de Camagüey.

    Una preocupación permanente en los distintos niveles de gobierno desde el triunfo de la Revolución ha sido la Agroindustria Azucarera. Las implicaciones que desde los puntos de vista social, económico, medio ambiental, político y cultural, tiene la modificación de la estructura interna en este sector tan importante del país se ha traducido a lo largo de décadas en la adopción de acciones sectoriales y en la elaboración de planes y programas cuyos objetivos han estado en función de la dinámica del mercado y el impacto de los cambios sucedidos sobre los sistemas empresariales propios.

    Así, con el afán de alcanzar un diseño funcional y organizativo acorde con la realidad impuesta por cada etapa que el país ha transitado desde el año 1959 y con la meta de lograr el crecimiento productivo y económico, se han creado distintas estructuras organizativas. En el año 1964 se crea el Ministerio de la Industria Azucarera, en el año 1982 las Empresas Azucareras se transforman en Complejos Agroindustriales Azucareros, en el año 1998 se acomete el Reordenamiento de los CAI en Unidades Básicas de Producción Cooperativa. Se introduce el Sistema de Perfeccionamiento Empresarial en el sector a la vez que se reorganiza el sistema empresarial de apoyo a los CAI.

    Sin embargo, en el momento actual es necesario aún que el MINAZ en su conjunto responda a una eficiencia empresarial superior. A la necesidad de elevar los rendimientos agrícolas e industriales, disminuir los costos de financiamiento, diversificar las producciones y servicios que permitan incrementar los ingresos netos generados y fundamentalmente elevar la capacidad de reacción de la empresa azucarera ante las exigencias del mercado.

    "El objetivo de producir azúcar será por tanto, satisfacer nuestro mercado interno … y acceder al mercado externo en la medida en que su precio proporcione ingresos en divisas ostensiblemente superiores al costo que invertimos en fabricarla."

    Con esta premisa comienza el proceso de reestructuración de las áreas tributarias a los CAI y el redimensionamiento de la fuerza de trabajo agrícola e industrial. Surge la tarea "Álvaro Reynoso" como fundamento para la creación de las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial en los territorios.

    La Dirección Provincial de Planificación Física, ya desde el mes de febrero del 2002, se encontraba preparando toda la base informativa necesaria para la realización del Estudio Territorial de Apoyo al Programa Estratégico de la Agroindustria Azucarera, etapa en la cual tuvo que superar notables dificultades para la obtención de la información requerida, quedando de toda forma incompleta.

    Situación de partida para la tarea "Álvaro Reynoso". Año 2002.

    La necesidad de reestructurar la agroindustria azucarera camagüeyana con el objetivo de: "Disminuir sensiblemente los costos, alcanzar la mayor eficiencia posible y diversificar las producciones y servicios que permitan incrementar los ingresos netos generados", dio inicio a la tarea "Álvaro Reynoso".

    Para alcanzar este propósito se plantearon:

    • Producir la tonelada de azúcar a un costo de hasta 60 dólares y hasta 260 pesos en MN.
    • Alcanzar un rendimiento industrial promedio de 12%, ubicando las zafras en su momento óptimo y realizándolas en alrededor de 90 días.
    • Enmarcar el capital de trabajo en el 50% del actual.
    • Alcanzar un rendimiento agrícola promedio de 63 mil arrobas de caña por caballería ó 54 TM/Ha.
    • Diversificar las producciones de manera progresiva y estable en líneas como mieles, la madera de pulpa, frutales, pecuarias, etc.
    • Elevar la producción de energía eléctrica para el autoabastecimiento del sector y la venta.
    • Incrementar y diversificar la producción de alimentos para la satisfacción de los trabajadores y sus familiares y la comercialización.
    • Desarrollar un programa provincial de superación, calificación y recalificación de los obreros, técnicos, cuadros y dirigentes. El Programa Nacional de Capacitación en todo el sistema MINAZ abarcará a 100 000 trabajadores, los azucareros camagüeyanos incorporarán al menos 10 000 trabajadores.

    A partir de estas indicaciones establecidas por el MINAZ en la provincia, fueron tomados en consideración los aspectos siguientes para desarrollar la tarea:

    • Uso de la tierra y su agroproductividad.
    • Condiciones sociales y culturales.
    • Disponibilidad de la fuerza de trabajo necesaria.
    • Estado de los equipos tecnológicos.
    • Calidad de las producciones y servicios.
    • Eficiencia energética industrial en general.
    • Mercado y los tipos de producciones y servicios demandados por este.
    • Impacto medioambiental.

    Como elemento primario se determinó la reducción del área para la producción de caña y la prioridad debía brindársele a los mejores productores. Se propone que la provincia quede con un área de 108 192 Ha dedicadas a la caña solamente.

    Entre otras cosas la nueva organización empresarial que se crea debe producir 352 mil toneladas de azúcar, 121 mil toneladas de miel rica, 5400 toneladas de levadura torula, 160 mil hectolitros de alcohol y de las áreas que se dediquen a otros cultivos producir la mayor cantidad posible de viandas, hortalizas, vegetales, forestales, frutales, desarrollar la ganadería y otras producciones pecuarias.

    Después de realizado el proceso de análisis de la tarea "Álvaro Reynoso" se definió las nuevas empresas azucareras y mieleras que entrarían en funcionamiento una vez aplicada en su totalidad la reestructuración, de la forma que se expresa a continuación:

    Las Empresas Azucareras son:

    • Empresa Azucarera "Argentina".
    • Empresa Azucarera "Ignacio Agramonte".
    • Empresa Azucarera " Carlos Manuel de Céspedes".
    • Empresa Azucarera "Panamá".
    • Empresa Azucarera "Batalla de las Guásimas".
    • Empresa Azucarera "Sierra de Cubitas".
    • Empresa Azucarera "Cándido González".

    Las Empresas Mieleras son:

    • Empresa Mielera "Siboney".
    • Empresa Mielera "Brasil".

    Estas empresas mieleras tienen como objetivo fundamental la producción de mieles integrales y los derivados "sobre la base de los bajos costos y alta calidad, la eficiencia agroindustrial, así como mantener la capacidad de producción de azúcar para posibles incrementos de esta producción y una mejora continua del nivel de vida de los trabajadores, teniendo en cuenta como base la implantación del proceso de perfeccionamiento empresarial."

    Las Empresas Agropecuarias son:

    • Empresa Agropecuaria "Jesús Suárez Gayol" que se forma a partir del redimensionamiento del actual CAI y de las áreas no cañeras que no se vinculan a las empresas azucareras "Cándido González", "Batalla de las Guásimas" y "Panamá", así como de las áreas no cañeras de los productores cañeros.
    • Empresa Agropecuaria "Noel Fernández" que se forma a partir de la reestructuración del actual CAI y de las áreas no cañeras que no se vinculan a las empresas mielera "Brasil" y azucarera "Sierra de Cubitas", así como de otras áreas no cañeras.
    • Empresa Agropecuaria "República Dominicana" formada a partir de la reestructuración del actual CAI y de las áreas no cañeras que no se vinculan a las empresas azucareras "Argentina", "Ignacio Agramonte", "Carlos Manuel de Céspedes", además de otras áreas no cañeras.

    Como principio estas empresas agropecuarias deben caracterizarse por la integralidad de su producción relacionada con el abastecimiento de caña para el alimento animal, la producción de viandas, vegetales y hortalizas, incluyendo el desarrollo forestal en especies de frutales y maderables y el desarrollo de la ganadería vacuna, ovina, porcina y equina.

    Hasta el momento se trabaja en la conformación de estas empresas, definiendo las unidades que la integrarán. Este es la labor que se acomete en la Comisión Provincial creada al efecto que también supervisa las acciones que se van realizando para diagnosticar la situación real que manifiesta la empresa para cumplir el objetivo planteado. Este trabajo toma en consideración tanto la fuerza de trabajo con que cuenta como la que necesita, el parque en maquinarias y herramientas que posee y el que le hace falta, la disponibilidad de instalaciones de acuerdo a las nuevas funciones y las que tendrán que remodelar, y de forma general el destino de las producciones, evaluando también la posibilidad del turismo, entre otros aspectos.

    Finalmente, los centrales que se proponen desactivar son: Alfredo Álvarez Mola, Haití, Jesús Suárez Gayol, República Dominicana y Noel Fernández, cuyo proceso de desactivación ya ha comenzado en dos de ellos, el Haití y el República Dominicana.

    Las Direcciones Municipales de Planificación Física de los municipios a los que pertenecen estos ingenios han tenido una participación activa en este proceso, tramitando la documentación necesaria para la demolición, el área de almacenamiento de los restos y el cambio de uso de algunas instalaciones.

    Por parte de la Dirección Provincial se ha realizado el proceso de micro localización de las nuevas inversiones que han estado dirigidas fundamentalmente a instalaciones especializadas para el desarrollo de la ganadería bufalina, equina y ovina.

    Con todo lo antes expuesto, se puede plantear que el objetivo fundamental que se quiere alcanzar con todas estas transformaciones en la industria azucarera es, lograr a nivel local niveles de producción con la eficiencia requerida con el objetivo de elevar el crecimiento económico del país como región.

    Epígrafe 2.5-. Desarrollo del turismo.

    En los últimos 10 años, el Sistema de Planificación Física ha trabajado en la determinación del potencial para el turismo internacional en Cuba. En 1990 se identificaron 67 Polos Turísticos en todo el país con un potencial de poco más de 182 000 habitaciones. Las habitaciones dedicadas al turismo internacional en ese momento ascendían a aproximadamente a 13 000.

    En la actualidad se han determinado 93 polos turísticos, así como 44 centros turísticos. El potencial turístico de Cuba en habitaciones para el turismo internacional es de aproximadamente unas 209 100 habitaciones. En estos momentos están construidas poco más de 36 000 habitaciones.

    En 1990 el 86% del potencial de habitaciones se concentraba en la modalidad de playa y el 10% en la de la ciudad. En el año 2001 el 69.5 % aparece en playa y el 13 % en ciudad.

    Anualmente cada precisión del potencial turístico de Cuba se lleva a cabo a través de la realización y actualización de los planes de Ordenamiento Territorial de los Polos Turísticos que, al establecer las expresiones físico-espaciales y las regulaciones sobre utilización del territorio, constituyen por tanto, instrumentos técnicos para la estructura territorial como instrumentos jurídicos de calificación y clasificación del suelo.

    En la actualidad se considera 16 regiones turísticas: ocho son denominadas regiones con mayor desarrollo: La Habana, Varadero, Jardines del Rey, Norte de Camagüey, Norte de Holguín, Santiago de Cuba, Costa Sur y Archipiélago Los Canarreos. En su conjunto agrupan hoy 55 polos y 23 centros turísticos aislados con un potencial aproximado de 164 000 habitaciones, que representan el 78.5 % del total de habitaciones, construidas 33 200.

    Tres son denominadas Regiones en desarrollo: Viñales-Cayería Norte-Soroa, Sagua La Grande y Caibarién. Ellas totalizan 15 polos y centros turísticos aislados, con un potencial de casi 13 000 habitaciones, lo que representa el 6.2 % del total del país, de ellas construidas 800.

    Las cinco restantes, otras regiones: Guanahacabibes, Ciénaga de Zapata, Norte de Las Tunas, Baracoa y Sur de Granma, cuenta con 15 polos y 6 centros turísticos aislados con un potencial de cerca de las 20 000 habitaciones, 9.6 % del total del país, y tienen construidas 1 000 habitaciones.

    Potencialidades del territorio Camagüey en el turismo:

    La provincia cuenta con un sistema de asentamientos que puede aportar la fuerza de trabajo que necesitarán los polos turísticos a desarrollar, se destacan en esto fundamentalmente Camagüey y Nuevitas. Es posible además aprovechar núcleos de población relativamente cercanos a estos desarrollos, para el fomento de urbanizaciones que respondan a este interés. Actualmente en los municipios Minas, Nuevitas y Camagüey existen 71 628 trabajadores disponibles, lo que constituye un potencial factible de vincular al turismo, no obstante la calificación de un número importante de los mismos es uno de los problemas a enfrentar.

    La provincia posee un potencial de 30 Áreas Protegidas, tanto de carácter nacional como de carácter local. Dentro de ellas existen las clasificadas como Reserva Natural, Refugio de Fauna, Reserva Ecológica, Elemento Natural Destacado, Reserva Florística Manejada, Paisaje Natural Protegido, Parque Nacional y Área Protegida de Recursos Manejados, de las cuales solo hay cuatro aprobadas por el Decreto 4262 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, que son:

    – Refugio de Fauna Río Máximo.

    – Refugio de Fauna Cayos Ballenatos y Manglares de la Bahía de Nuevitas.

    – Bosque Fósil de Najasa.

    – Recursos Manejados Sierra del Chorrillo.

    Estas áreas pueden ser explotadas como interesantes opcionales para el desarrollo del turismo siempre en dependencia de su categoría y disposiciones del Plan de Manejo para la conservación y protección de estas áreas.

    El resto del territorio de la provincia posee también otros recursos turísticos de alta significación para el desarrollo de esta actividad. Se destacan las sierras de Cubitas, Camaján, Maraguán y Najasa que poseen valores paisajísticos, florísticos, faunísticos, arqueológicos y ambientales únicos en los territorios de la provincia y la nación.

    Existen 6 bases de campismo para el turismo nacional, (Punta de Ganado, Monte Oscuro, La Barbacoa, Las Clavellinas, Batalla de Saratoga y Las Palmas) sólo Punta de Ganado está vinculada a turismo de sol y playa.

    La provincia además atesora ciudades, pueblos, ruinas y monumentos que perpetúan el decursar de los siglos y constituyen, sin lugar a dudas, elementos de alta significación turística para un mercado con estos intereses específicos, entre las que sobresalen Camagüey, Nuevitas, Florida, Brasil y Guáimaro.

    La infraestructura vial de la provincia permite enlaces con el resto de los territorios del país. Cuenta con un aeropuerto internacional en la ciudad de Camagüey, un campo de vuelo de 1 800 m en la playa Santa Lucía y otro de 800 m de arenas compactadas en Cayo Caguama. Por vía marítima se puede acceder a través de puerto Angola y de Pastelillo, ambos en la Bahía de Nuevitas, donde existen instalaciones productivas de carga y descarga que por sus características y estado técnico no son compatibles con la actividad turística.

    Los principales recursos turísticos recreativos se asocian al recurso playa, cuya extensión supera 100 km con magníficas características naturales y con un potencial de aproximadamente 31 865 habitaciones, actualmente sólo se comercializan 1 070 en la playa Santa Lucía. Territorialmente se distribuyen de la forma siguiente:

    Turismo Internacional.

    Polos turísticos

    Longitud de playas

    (km)

    Capacidad de carga instantánea

    Potencial

    en habitaciones

    Costa Norte

     

     

     

    • Santa Lucía

    19,0

    50 160

    15 000

    • Cayo Sabinal

    33,0

    33 000

    10 475

    • Cayo Guajaba

    11,1

    3 600

    1 000

    • Cayo Romano

    6,0

    4 000

    1 700

    • Cayo Cruz

    21,4

    9 000

    3 060

    • Cayo Mégano

    8,0

    800

    200

    Costa Sur

    • Cayo Caguama

    5,5

    100

    3,7

    30

    Total

    107,7

     

    31 865

    Camagüey ciudad es una de las siete primeras villas fundada en el año 1514. Posee una población estimada de 300 000 habitantes y 73 km² de extensión. La ciudad posee diez instalaciones de alojamiento de diversas categorías, instalaciones socio-culturales, educacionales, científicas y de salud; dentro de ellas, de primer nivel, se destacan, el Ballet de Camagüey, los teatros y la Universidad. Su centro histórico, de más de 300 ha, es el mayor del país y posee instalaciones valiosas por su historia y arquitectura entre las que sobresalen la Quinta de Amalia Simoni, la casa de Nicolás Guillén y el conjunto histórico de la Plaza San Juan de Dios.

    En este sentido, la ciudad de Camagüey juega un papel protagónico por ser un punto importante de vinculación tanto con el país, como con los diferentes polos turísticos provinciales, a través de su aeropuerto internacional y de las diferentes vías construidas y en construcción, y por constituir en sí misma una fuente de desarrollo turístico, apoyado en sus valores históricos, culturales, arquitectónicos y ambientales.

    Impacto socioeconómico del polo Santa Lucía para el territorio.

    El desarrollo del turismo en Santa Lucía ha mejorado la accesibilidad en la región. Por vía aérea puede accederse a través del aeropuerto Internacional de Camagüey, a 110 km del polo, que se complementa con una pista de 1800 m dotada con instalaciones para la recepción de viajeros, situada en el polo. El acceso terrestre se realiza a través de una extensa red de carreteras nacionales y locales, las cuales han tenido un mejoramiento sustancial, especialmente el Circuito Norte y la Carretera Camagüey- Santa Lucía. Santa Lucía dispone de 1070 habitaciones para el turismo internacional y 955 capacidades para el turismo nacional y una oferta complementaria poco diversificada.

    El desarrollo del turismo ha influido en el empleo en la región, aunque no en los niveles esperados a causa de la insuficiente formación de los recursos laborales disponibles; la labor de formación deberá extenderse, lo que permitirá aumentar la cantidad de recursos calificados.

    Provocará efectos positivos en lo que se refiere al incremento de los puestos de trabajo, la ocupación y el nivel de calificación en la región y mejorarán las condiciones de vida de los trabajadores al construirse viviendas en el poblado destinado para este fin con arreglo a proyectos que tienen en cuenta el ordenamiento adecuado del lugar.

    Los territorios de la provincia más relevantes en las producciones de alimentos para el turismo son: Camalote, con cultivos varios, frutas y hortalizas; Sierra de Cubitas que además de estos renglones produce volúmenes importantes de cítricos y Camagüey con producciones de viandas y frutos. Por otra parte Guáimaro y Sibanicú tienen como aporte más relevantes la piña y frutas exóticas, Santa Cruz del Sur se destaca por la producción de frutos.

    Camalote, cuyas disponibilidades son muy superiores a la demanda, y en condiciones muy ventajosas dada la proximidad geográfica entre productor y consumidor permitirá asimilar los incrementos en variadas producciones.

    La zona de Sierra de Cubitas – Esmeralda constituye un potencial muy amplio para los nuevos desarrollos turísticos de la provincia.

    La industria de la carne cubre la demanda tanto de vacuno, cerdo, conejo y ovino. Se extienden las inversiones hacia otras producciones como el pavo.

    En Camagüey se localiza la infraestructura técnica y de apoyo de mayor nivel para toda la región y en ella el resultado de los ingresos turísticos per cápita es superior al promedio provincial; actualmente aporta el mayor volumen de trabajadores a la playa Santa Lucía y es el principal proveedor de fuerza de trabajo calificada, lo que resulta favorable al disminuir el volumen de no ocupados.

    Resulta también imprescindible acometer acciones que favorezcan el paisaje y la imagen de las vías regionales de acceso al polo, con el auxilio de planes de ambientación, reparación y mantenimiento de las mismas.

    La barrera de crestas arrecifales, que se extienden por el norte desde la Punta de Hicacos (Varadero) hasta más allá de los límites de la provincia de Camagüey, constituyen un potencial de altísimos valores bióticos y abióticos, es ésta formación coralina una de las más notables en el hemisferio. Asociados a los arrecifes coralinos se observan fondos marinos de gran belleza y espectacularidad, conformados por una flora y fauna típicas del Caribe y de Cuba, con alta biodiversidad y notable grado de conservación. En la plataforma sur también se encuentran arrecifes de coral de alta significación para el buceo y la fotografía submarina, comparados con los más atractivos del mundo.

    La vegetación, la flora y la fauna terrestres de las playas y cayos de la provincia son las más abundantes, variadas, mejor representadas y más conservadas del país.

    Conclusiones

    Con lo anteriormente expuesto en el trabajo se arriban a las siguientes conclusiones:

    Las transformaciones llevadas a cabo en nuestro país, fueron cobrando fuerza paulatinamente en importancia y desarrollo con el transcurso de los años.

    En la actualidad se imparte en la isla un amplio espectro de diplomados y maestrías, que tienen como puntos referenciales los programas de business administration que se encuentran tan difundidos internacionalmente y que fomentan el desarrollo de los sectores estudiados en el trabajo.

    Los progresos alcanzados hasta el momento han posibilitado que especialistas cubanos incursionen en la arena internacional en la realización de acciones consultivas y que la oferta de cursos y programas especializados en estas temáticas sea hoy uno de los "productos duros" de varios centros universitarios. Estos avances han creado las condiciones mínimas para un desarrollo integral de la formación gerencial moderna en Cuba, tanto a nivel de postgrado como de pregrado. También se ha logrado una mayor integración entre las necesidades empresariales y el trabajo de las universidades.

    En el territorio estudiado, con independencia de la magnitud del impacto de crisis, se siguió el criterio de continuar impulsando las labores innovativas, sobre todo en torno al trabajo que desarrollan la ANIR y el FORUM de Ciencia y Técnica, pero objetivamente la reducción de los volúmenes de recursos a los que tuvo acceso el país, restringió las posibilidades de que este proceso mantuviera un lugar relevante en la gestión empresarial. No obstante, se ha venido trabajando muy fuerte en la provincia para lograr un desarrollo sostenible donde exista una estrecha relación en todos los sectores de la economía estudiados.

    Bibliografía

    1-. Artículo "La gestión territorial local" de Carmen Echevarria, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. UPV-EHU. Bilbao;

    2-. Artículo "La evolución y transformación del sector agropecuario en los noventa" de Santiago Rodríguez Castellón:

    http://www.nodo50.org/cubasigloXXI/economia/castellon1_311201.htm

    3-. Artículo "La Empresa Cubana: Principales Retos que Enfrenta" de Hiram Marquetti Nodarse:

    http://www.nodo50.org/cubasigloXXI/economia/marquetti2_310102.htm

    4-. Castellanos, René. "Dirección de Planeamiento Turístico-IPF. Instructivo Metodológico para el Esquema Especial de Ordenamiento Territorial de las Regiones Turísticas". 1999. Inédito.

    5-. IDEM, " Evolución Histórica de la Distribución Territorial de la Producción Azucarera", 2001.

    6-. Colectivo de autores-Departamento de Turismo DPPF Camagüey. Plan de Ordenamiento Territorial Polo Turístico Santa Lucía. Abril/2003.

     

    Victor Pardo

    Teresa Recio

    Leonardo Sainz

    Rolando Lozada

    Marlene Ochoa

    Taller de Microeconomía Espacial

    Camagüey

    "Año del 45 Aniversario del triunfo de la Revolución"