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Revelado de huellas lofoscópicas en papel (página 5)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10

– Lazos:

Los lazos constituyen entre 60 y 70 por ciento de los patrones encontrados. En un patrón de lazo, uno o más de los cantos entra de cualquier lado de la impresión, de los recurves, de los tactos o de las cruces de la línea del cristal que funciona del delta a la base, y termina o tiende para terminar en o en la dirección del lado donde el canto o los cantos entró. Hay un delta. A la derecha veremos un patrón del lazo. Notaremos que tiene un delta (demostrado en la caja más pequeña) y una base (demostrada en la caja más grande). Por la definición la existencia de una base y de un delta hace este patrón un lazo.

Un patrón del Lazo

Los lazos son clasificados no solamente por el hecho de que tienen un delta y una base pero también por algo llamado una cuenta del canto. Los lazos son de dos clases, 'parte radial' y 'cubital', nombrado después del radio y del cúbito, los dos huesos en el antebrazo. El radio ensambla la mano en el mismo lado que el pulgar, y el cúbito en el mismo lado que el dedo auricular o meñique.

– Lazos radiales:

La distinción entre los lazos cubitales y radiales depende de en qué mano se encuentra el lazo encendido. En la imagen de abajo el área del patrón de la base (más obscura) tiende para venir adentro de la izquierda y para entrar se retira la izquierda. Al sostener la mano izquierda frente a la imagen se observa que el dedo auricular está a la izquierda, que es la dirección que el patrón tiende para venir de adentro hacia afuera. Puesto que este está hacia el dedo auricular, y en virtud que ésta hacia el hueso cubital del brazo, éste lazo es cubital.

Ahora, si colocamos la mano derecha frente a la imagen y se hace la misma comparación encontraremos que el área del patrón ahora tiende ha venir hacia adentro para salir hacia el pulgar. Sucede que el hueso radial del brazo está del lado del pulgar por lo que este lazo sería considerado un lazo radial.

Para hacer obviamente la distinción entre estos dos tipos de lazos tenemos que saber en qué mano aparecen porque si un patrón del lazo es un lazo cubital en la mano derecha, entonces por defecto será un lazo radial si está encontrado en la mano izquierda. Los lazos radiales no son muy comunes. Por lo general, los lazos radiales se encuentran en los dedos del índice.

– Verticilo:

Entre 25 y 35 por ciento de los patrones encontrados consisten en verticilos. En un verticilo, algunos de los cantos hacen una vuelta a través por lo menos de un circuito. Cualquier patrón de la huella digital que contenga 2 o más deltas será un patrón de verticilo. En el esquema de la clasificación podemos hacer la asunción que si un patrón no contiene ningún delta entonces es un arco, si contiene un (y solamente uno) delta será un lazo y si contiene 2 o más será siempre un verticilo. Si un patrón contiene más de 2 deltas será siempre un verticilo accidental.

LLANO

BOLSA CENTRAL

LAZO DOBLE

ACCIDENTAL

– Verticilo llano:

Como con cualquier verticilo debe haber más de un delta o también válido es un lazo. Si observamos la imagen A de la figura que sigue, se pueden identificar dos deltas; en la imagen B se identifican los deltas en el centro de los cuadrados. La definición técnica de un verticilo llano es aquel que consiste en uno o más cantos que hagan o tiendan para hacer un circuito completo, con dos deltas, entre el cual se dibuja una línea imaginaria y por lo menos un canto curveado dentro del área interna del patrón que se corta o se toca.  Nótese que el área interna del patrón, es el área que tiende a formar un círculo.

Esto es lo que llamaríamos el área interna del patrón y que constituye un verticilo. Al observar los cantos específicos que hacen o que intentan hacer un circulo se dibuja una línea imaginaria entre los dos deltas (línea dentro de la imagen C), podemos observar que esta línea interfecta las mismas que tienden a formar el circulo.

En la imagen D, se observa el área interna del patrón con un punto claro que forma o tiende para formar la pieza del círculo del lazo. Lo mismo sucede en la imagen E, donde podremos determinar el patrón interno, que tiende a formar un círculo, y observar donde se dibuja otra vez un delta alrededor de las líneas que se entrecruzan y que forman el círculo. En la imagen F, se identifican los cantos que son de formación o que tienden para formar el círculo del patrón interno. La imagen F es un verticilo llano. Esta es la primera parte de identificar un verticilo particular. En este proceso se identificará simplemente el tipo del patrón. En este caso hemos identificado los rasgos de un verticilo llano.

D

E

F

– Verticilo de bolsa central

Un verticilo de bolsa central consiste en por lo menos un canto curveado, o una obstrucción perpendicularmente a la línea del flujo, con dos deltas, entre los cuales cuando se dibuja una línea imaginaria, no se corta ni se toca ningún canto curveado dentro del área del patrón.

Si se observa el área del patrón de las tres imágenes de arriba, se notará que las líneas reales que hacen un "círculo" están muy cerca del centro en la imagen G y casi igual en la imagen H.

Para hacer la determinación del tipo de patrón debemos dibujar una línea imaginaria entre los dos deltas que aparecen en la impresión. En la imagen I, se distingue una línea que actúa como línea imaginaria entre los dos deltas; y si se estudia la figura se podrá notar que los cantos que forman el patrón interno no son cruzados por esta línea imaginaria. Esto hace un verticilo de bolsa central por definición. Si los cantos del patrón interno fueran cruzados entonces esto sería un verticilo llano.

Si observamos algunas comparaciones entre el verticilo de bolsa central y los otros tipos, cuando están comparadas de lado a lado las diferencias se convierten en poco más obvias. Si se observa la imagen G podremos determinar que la línea imaginaria no corta a través de ningún canto que forme el área interna del patrón. Pero si se observa la imagen H podremos ver que la línea imaginaria lo hace, en el hecho, corta a través del área interna del patrón (o los cantos que forman o tiendan para formar un círculo).

El patrón de la imagen puede ser que a primera vista sea tomado como un verticilo llano porque si se dibuja la línea imaginaria cortaría el área del patrón, pero se debe notar que hay dos áreas en la base en este patrón, que son demostradas por los indicadores. Debido a las dos razones este patrón es un verticilo de lazo doble.

– Verticilo de lazo doble

Un verticilo de lazo doble consiste en dos formaciones distintas del lazo con dos separaciones y los hombros distintos y dos deltas.

La definición técnica para este tipo de patrón es bastante directa. Debe haber separación y hombros distintos para cada base. Si se observa las imágenes J y K, podemos determinar claramente que aparecen dos "lazos separados" dentro de este verticilo. En la mayoría de los casos esto significa que el patrón será muy probablemente un verticilo de lazo doble pero no siempre.

Si se observa la imagen L se podrá notar claramente que hay hombros separados y distintos demostrados y creados en realce. Los hombros de cada "base" deben abarcar líneas separadas. Esto significa que no pueden ser iguales obviamente.

3.9.2. Determinación de la huella de un determinado dedo por medio de la técnica basada en el contorno

Cada uno de los cinco dedos de la mano tiene tendencia a presentar un contorno característico, simétrico en un dactilograma bien hecho, pero asimétrico en las huellas que deja el delincuente en los objetos al manipularlos. Según donde se ejerza el apoyo, un dedo produce una deformidad característica de forma simétrica. Cuando la huella sea borrosa o ilegible, basta con visualizar el contorno. Analizaremos dedo por dedo:

  • PULGAR. Uno de sus lados tiende a ser vertical o ligeramente curvo (contorno de Pera), en ese lado en el extremo ungueal (estructura córnea que normalmente se conoce como uña), tiene la máxima altura y a partir de ahí va descendiendo paulatinamente al mismo tiempo que se curva, hasta unirse más abajo con el otro dedo.
  • ÍNDICE. Similar al pulgar pero más estilizado, diferenciándose ambos por el mayor tamaño del pulgar.
  • MEDIO. Se caracteriza por la ausencia de deformaciones o por presentarse estas simétricamente distribuidas a ambos lados del eje de simetría.
  • ANULAR. Su contorno es intermedio entre el índice y dedo medio.
  • AURICULAR o MEÑIQUE Suele presentarse solo la parte superior y el inicio de las laterales.

CAPÍTULO IV

ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LOS ÓRGANOS DEL CUERPO HUMANO RELACIONADOS CON LA DACTILOSCOPÍA

4.1. La mano

Mano, es la porción terminal de los brazos o extremidades anteriores de los seres humanos y de otros primates, adaptada para asir. A veces, en otros mamíferos y formas inferiores de animales, este tipo de apéndices también se llaman manos para distinguirlos de los pies de los miembros inferiores, pero las manos verdaderas sólo aparecen en los primates.

Aunque muchos mamíferos y otros animales tienen apéndices de asimiento parecidos morfológicamente a una mano (patas, garras, zarpas, etc.), estos no son científicamente considerados como tales, y tienen otros nombres variados. Usar el término mano para distinguir la terminación de las patas delanteras de las traseras es meramente un uso científico de antropomorfización. El único caso donde verdaderamente aparecen manos, es en el orden mamífero de los primates. Las manos además deben tener pulgares oponibles, descritos posteriormente en este capítulo.

Los humanos tienen únicamente dos manos (excepto en casos de polimelia), localizadas en los antebrazos. En ocasiones se dice que los simios y monos tienen cuatro manos, porque sus dedos de los pies son largos y con pulgares oponibles, pudiéndolos usar en ocasiones como manos.

4.1.1. Usos de las manos

El uso principal de las manos es el de tomar y sostener objetos, de estos usos generales derivan muchos más debido a la gran versatilidad de movimiento del que es capaz la mano, así como de la precisión que puede alcanzar en estos movimientos, ejemplos de estos usos de las manos son: La mano y los dedos son los originales "utensilios" para comer. La mano o las manos se utilizan en costumbres y saludos. Con la mano se puede gesticular, e incluso existen lenguajes de señas para la comunicación con personas sordas o con problemas auditivos.

Algunos gestos pueden ser especialmente obscenos, como también ocurre con el lenguaje verbal, y un ejemplo es el puño con el dedo corazón extendido, o con el índice y meñique extendidos. La mano también sirve como instrumento de medida. Una mano extendida es un palmo, aunque su longitud es muy variable según la persona.

Las personas invidentes pueden utilizar sus manos como instrumentos de lectura mediante la escritura en Braille, en esta escritura, la sensibilidad de los dedos entra en acción ya que han de ser capaces de sentir los pequeños surcos en el papel de los que se compone. Una mano cerrada es un puño, y puede servir para golpear o para sujetar objetos pequeños. Una mano cerrada con el dedo índice extendido sirve para señalar o tocar algo. También se puede sujetar un lápiz u otro instrumento similar para escribir o dibujar. La escritura es una actividad que realmente exige una gran precisión y coordinación de los distintos músculos y articulaciones que componen la mano.

Uno de los usos que más suele dársele a las manos, es el de obtener placer físico. Asimismo, la mano ha dado surgimiento a la regla de la mano derecha, que es un convenio práctico empleado en Física y Mecánica.

4.1.2. Anatomía de la mano

Sobre la anatomía de la mano humana podemos decir que consiste en una palma central (metacarpo) de la que surgen cinco dedos, está unida al antebrazo por una unión llamada muñeca (carpo). Además, la mano está compuesta de varios, músculos y ligamentos diferentes que permiten una gran cantidad de movimientos y destreza.

  1. La muñeca tiene ocho huesos (los huesos carpianos), dispuestos en dos grupos de cuatro. Estos huesos encajan en una pequeña cavidad formada por los huesos del antebrazo, el radio y el cúbito. Los huesos de la fila proximal son de fuera hacia dentro: el escafoides, el semilunar, el piramidal y el pisiforme. Los huesos de la fila distal son de fuera hacia dentro: el trapecio, el trapezoide, el grande y el ganchoso.

    Figura: Huesos del carpo, vista dorsal.

    Figura: Huesos del carpo, vista palmar.

  2. – Huesos de la muñeca
  3. – Huesos de la palma
  4. La palma de la mano tiene cinco huesos (los huesos metacarpianos) uno por cada dedo.
  5. – Huesos digitales
  6. Las manos humanas contienen catorce dedos digitales, también llamados falanges: dos en el pulgar, y tres en cada uno de los otros cuatro dedos. Estos son:
  • La falange distal
  • La falange media
  • La falange proximal.

La mano tiene su evolución de organismos interiores. La mano normal se divide en regiones. Las articulaciones entre los huesos del carpo están sostenidas por ligamentos anteriores, posteriores e interóseos. Los espacios articulares están comunicados entre sí y funcionalmente se comportan como una unidad.

En función del tema que nos ocupa, estudiaremos la mano examinando separadamente sus regiones, líneas y crestas, pues de la misma manera que no hay dos dedos iguales, no hay tampoco dos palmas ni regiones idénticas. Cada dedo como cada mano y cada región tiene su fisonomía y contiene, por lo tanto, elementos bastantes para acreditar una identidad.

Necesariamente deberemos dividir la mano en regiones atendiendo a las eminencias, surcos y pliegues de la cara palmar y digital más fácilmente impresionables. La siguiente figura hace un esquema de las regiones de la mano.

Figura: Mano izquierda, vista dorsal.

4.2. Los dedos

Dedos, formaciones alargadas múltiples finales de la mano y el pie. A la región digital pertenecen los dedos, cada uno tiene tres falanges, excepto el pulgar que sólo tiene dos. Los apéndices movibles separados los unos de los otros que se desprenden del borde inferior o distal de la mano, llamados dedos, son órganos esenciales de la aprehensión y del tacto.

En los casos normales son cinco, pulgar, índice o indicador, medio, anular y auricular o meñique. Todos estos dedos están constituidos bajo un mismo tipo excepto el pulgar que presenta algunas particularidades anatómicas. Cada dedo está formado por tres columnas óseas llamadas falanges y que son sucesivamente decrecientes. Las falanges se cuentan desde el borde inferior de la mano hacia la extremidad libre. La falange donde está la uña es la tercera. También pueden llamarse falange, falangina y falangeta, en lugar de primera, segunda y tercera. Al pulgar le falta la segunda falange o falangina. El volumen de los dedos así como su longitud varia en cada uno de ellos. El pulgar es el más grueso, el auricular es el más delgado. El del medio, llamado también cordial o del corazón, es el más largo. Este orden longitudinal decreciente resulta muy ventajoso para el examen de las impresiones planas o de control en las fichas, lo que sirve para comprobar si ha habido fraude. Tienen, como las manos, dos caras: una palmar o anterior y otra dorsal o posterior.

Los dedos presentan tres eminencias separadas por depresiones. Las depresiones están situadas entre las eminencias y señalan las articulaciones o sea las uniones de las falanges que conocemos vulgarmente con el nombre de coyunturas. Las llaman superior o dígito palmar, media e inferior. Las eminencias son los cuerpos de las falanges. El pliegue superior o dígito-palmar es el límite de la palma de la mano y la cara palmar de los dedos. El inferior es el límite de la región que llamamos del dactilograma.

4.3. La región dígito-palmar

La región dígito-palmar está situada en la parte inferior de la palma considerada la mano en posición anatómica, es decir, con los dedos hacia abajo y corresponde al espacio comprendido entre el pliegue de flexión y el inferior. Esta región ostenta varias eminencias y depresiones pertenecientes a las raíces de los dedos.

La región central abarca el hueco de la mano y está limitada por los pliegues inferior, tenar e hipotenar. La región tenar pertenece al borde externo de la mano y en ella tiene su asiento el dedo pulgar. La región hipotenar se halla al lado opuesto de la tenar, o sea en el borde interno y tiene por limites el pliegue hipotenar y parte del inferior. La reunión de las eminencias tenar e hipotenar forman lo que se llama talón de la mano.

4.3.1. Los pliegues

Los pliegues falángicos son los que corresponden a las coyunturas digitales. El pliegue dígito-palmar es el de flexión de los dedos y separa la región dactilar de la palma de la mano. El pliegue inferior comienza por debajo de la raíz auricular, bordea la región dígito-palmar y termina generalmente entre los dedos medio e índice. Este pliegue es el que en Quiromancia se llama línea del corazón. El pliegue medio tiene su origen debajo de la raíz del dedo índice, pasa por el centro o hueco de la mano hasta perderse en la región hipotenar. En Quiromancia se llama línea de la cabeza. El pliegue tenar arranca confundido o muy próximo al pliegue medio, entre el índice y el pulgar, extendiéndose alrededor de este dedo hasta llegar a la muñeca. En Quiromancia se llama línea de la vida. El pliegue hipotenar comienza en o cerca del talón de la mano, se dirige hacia el dedo auricular y termina, después de atravesar o bordear la región hipotenar en la región inferior. En Quiromancia se llama línea hepática. Línea eje o Raya del Destino, como la denominan los quirománticos, es aquella que principia, como la anterior, en el talón de la mano y se dirige más o menos recta hacia el dedo medio.

Las arrugas que aparecen en la piel de la mano y en que la palmistería se basa para la predicción de la suerte son simplemente debidas a las funciones mecánicas a que se ven sometidas las manos y los objetos por el uso. Sin embargo, una cuidadosa observación de estas arrugas pueden ser útiles para el reconocimiento y la identificación y no deben por completo ignorarse.

Al describir una mano deben emplearse los términos técnicos siguientes: el lado donde nace el dedo pulgar se llama radial porque en este lado se halla el hueso radio que es donde gira la muñeca sobre el antebrazo. El otro lado se llama ulnar que es el hueso principal del antebrazo y que forma la articulación principal del codo. Cuando hay que nombrar los dedos hay que referirse a ellos en relación con el lado del cuerpo, si del lado derecho o izquierdo además de los nombres genéricos de pulgar, índice, medio, anular y auricular. Y en cuanto a las extremidades de la mano se clasifican de acuerdo con su distancia al cuerpo, tronco o muñeca. Así se le llama distal a la extremidad de los dedos, o sea la parte correspondiente de los dedos y próxima en sentido inverso. En igual forma se emplean los términos dorsal y palmar para señalar el dorso o la palma de la mano.

 

4.4. La piel

Piel, en anatomía, es la parte del organismo que protege y cubre la superficie del cuerpo y se une, sin fisuras, con las membranas mucosas de los distintos canales (por ejemplo, el canal alimenticio) en los distintos orificios corporales. La piel forma una barrera protectora contra la acción de agentes físicos, químicos o bacterianos sobre tejidos más profundos, y contiene órganos especiales que suelen agruparse para detectar las distintas sensaciones, como el sentido del tacto, la temperatura y el dolor. Cumple un papel importante en el mantenimiento de la temperatura corporal gracias a la acción de las glándulas sudoríparas y de los capilares sanguíneos. En la regulación de la temperatura corporal participan los 4,5 m de capilares sanguíneos contenidos en cada 6,5 cm2 de piel.

La piel es un órgano viviente, el más grande del cuerpo (pesa entre 1'8 y 2'7 kilogramos), que cambia constantemente, respira y necesita ser cuidado y atendido toda la vida. Es la mediadora entre la parte interna y externa del cuerpo y está constituida por elementos básicos que se deben conocer para aprender a tratarla.

La piel está cubierta por una mezcla de sudor y de sebo, que es la película hidrolipídica que constituye la primera barrera defensiva contra las agresiones externas y fricciones exteriores al limitar el desarrollo de las bacterias gracias a su acidez. Esta fina emulsión también mantiene el grado de hidratación cutánea y le otorga a la piel su aspecto aterciopelado. La piel está constituida por tres capas esenciales:

La Epidermis, que es la capa superficial, la primera barrera de protección del organismo. Es visible, y por lo tanto es la que sufre mayor irritación y deterioro, sin embargo se regenera constantemente, aunque no se perciba, por medio de un proceso llamado descamación, en el cual, las células muertas y viejas se caen para dar lugar a las células nuevas. No posee vasos sanguíneos. Tiene entre sus funciones dos muy importantes: mantener la hidratación y la protección de la radiación solar, así, la piel trabaja todo el tiempo para defenderse del exterior. Está constituida por distintas capas de células perfectamente estratificadas y no contiene vasos sanguíneos.

La capa superficial, la capa córnea, está constituida por células que contienen queratina y que se eliminan continuamente al exfoliarse. Estas células han pasado por una maduración desde la capa más profunda de la epidermis hasta la más superficial. Va perdiendo su núcleo y volverse planas, formando finalmente capas finas que se descaman. Durante esta evolución de la célula va ascendiendo por la epidermis a través de diferentes estratos. Estos son: estrato Basal, estrato de Malpighio, estrato Granuloso, estrato Lúcido, y estrato Corneo. El espesor de la capa córnea varía según las distintas partes del cuerpo. La más gruesa es aquella que cubre la palma de las manos y la planta de los pies, debido a los roces y otros tipos de fricciones. En cambio, la piel que cubre las mucosas no contiene queratina y, por lo tanto, no tiene capa córnea.

La capa profunda de la epidermis, que está constituida por células germinativas, asegura la renovación continua de la capa córnea, después de la ascensión y de la maduración celular. Se requieren entre cuatro y seis semanas para que la epidermis se renueve en su totalidad. En la parte profunda de la epidermis, se encuentra igualmente otro tipo de células especializadas. Son los melanocitos. De ellas depende el color de la piel, ya que son las células que fabrican la melanina. Este pigmento se encuentra en mayor cantidad en las pieles oscuras que en las pieles claras.

4.4.1. Capas de la piel

a.) La epidermis

El espesor de esta región varía según el sitio estudiado, siendo más compleja y más gruesa en la planta del pie y en la palma de las manos, donde alcanza un espesor de 1,5 mm. Su epitelio es pluriestratificado (5 capas o estratos celulares) y está compuesto por láminas de keratina. Los keratinocitos son reemplazados por medio de la división (mitosis) de las células basales (regeneración). Esta capa de la piel también contiene células con pigmentos llamadas melanocitos, que son los que dan el color a la piel, células de Langerhans con funciones defensivas y células nerviosas con funciones hormonales (células de Merkel). No posee vasos sanguíneos.

b.) La dermis

Es la capa que se encuentra debajo de la epidermis, tiene un espesor de cuatro milímetros aproximadamente, y es la que da elasticidad y tersura a la piel. Contiene numerosos vasos capilares, sanguíneos y linfáticos que aportan nutrientes, receptores sensitivos, glándulas sebáceas, folículos pilosebáceos y glándulas sudoríparas que trabajan en conjunto.

La dermis es el tejido de sostén de la piel. Sus células especializadas, los fibroblastos, fabrican fibras de colágeno y de elastina. Las fibras de colágeno otorgan la firmeza y la resistencia de los tejidos al formar una trama densa organizada en haces. Las fibras de elastina, que son más finas, le dan a la piel su elasticidad. Progresivamente se vuelven rígidas y desaparecen aproximadamente después de los 45 años de edad. Estas fibras se encuentran en un gel rico en ácido hialurónico y formado también por mucopolisacáridos y ácido condroitinsulfúrico. Las fibras se presentan en forma de malla. Este ácido interviene en la hidratación de la piel al fijar moléculas de agua. La dermis contiene igualmente numerosos vasos sanguíneos que nutren la epidermis profunda y participan de la regulación térmica.

c.) La hipodermis

Es la capa más profunda de la piel, conocida también como tejido subcutáneo, que contiene numerosas células de grasa y está cubierta por una densa red de vasos sanguíneos, por lo tanto es la capa adiposa del organismo. Está conectada con los órganos profundos y compuesta por fibras, venas y adipocitos. Protege la piel de agresiones, pero también actúa como reserva de energía. Representa la reserva energética más importante del organismo gracias al almacenamiento y a la liberación de ácidos grasos.

Sus células grasas, los adipocitos, son células voluminosas. El núcleo aplanado de estas células está pegado en la periferia por una gota de lípido. Los adipocitos se distribuyen de manera distinta en la mujer y en el hombre. En las mujeres, los adipocitos predominan en la zona de los glúteos y de los muslos. En los hombres, se encuentran más bien en la zona abdominal. En la hipodermis, se encuentran las glándulas sudoríparas y los folículos pilosos a los que están unidas las glándulas sebáceas.

La piel está conectada al sistema nervioso y a todas las emociones, es un órgano sensorial, por lo que todos los sentimientos y el estado de salud se ven reflejados en ella. La piel cubre la totalidad de la superficie del cuerpo. En ciertos territorios cutáneos se desarrollan formaciones apendiculares especiales, los pelos y las uñas, y además numerosos órganos glandulares; las glándulas sudoríparas y las sebáceas.

El sentido del tacto tiene un asiento en la piel, la que podemos llamar en conjunto, órgano del tacto. También actúa como órgano protector del cuerpo y como órgano respiratorio. Tiene un peso aproximado de unos cuatro kilogramos, dos metros cuadrados de superficie y aproximadamente un tercio de la sangre circulante esta contenida en ella.

La piel tiene una importancia enorme en las investigaciones de la Criminalística. Tiene una cantidad tan importante de elementos anatómicos en que se puede fundar la identificación personal que la hacen de un interés enorme en la determinación de la identidad.

Anatómicamente la piel está formada de dos partes principales, una proviene de la hoja germinal externa y está formada por un epitelio poliestratificado: la epidermis; y la otra, colocada debajo, es una formación conjuntiva de origen mesodérmico: la dermis.

En esta se puede reconocer a su vez una capa superficial sólida y compacta, el Corión, que se une directamente a la epidermis, y otra más profunda y de constitución más laxa, el tejido conjuntivo subcutáneo, que une el corión con los órganos profundos, como por ejemplo los músculos y los huesos.

El límite entre la epidermis y la dermis no es de ordinario regularmente plano, sino que la dermis presenta elevaciones cónicas, piramidales, etc.; las papilas, sobre las cuales se dispone la epidermis. Las papilas, desde el punto de vista de su estructura, unas veces son vasculares, que son también las más numerosas, y otras nerviosas. Las papilas nerviosas de las yemas de los dedos, palmas de las manos y plantas de los pies, presentan en su vértice un corpúsculo del tacto.

En la dermis o corión se funde y graba el diseño papilar que nos sirve para la identificación personal. Aún cuando la epidermis se altere o se descame superficialmente, el dibujo de las crestas cutáneas se reproduce en idéntica forma o como estaba antes el diseño, es decir, se encuentra igual cuando se verifica el "restitutio and integrum".

La coloración de la piel se debe a dos causas: la materia colorante roja de la sangre que circula por las redes capilares y que a través de la epidermis se transparentan, y las granulaciones del pigmento melánico, que están depositadas principalmente en las células epiteliales de la capa profunda de Malpighi. De la carga del pigmento melánico resultan los distintos colores de la piel en las diferentes razas humanas.

La piel posee, entre sus elementos constituyentes, una serie de pequeños aparatos nerviosos que recogen las impresiones táctiles. La piel por su espesor y resistencia es un aparato de protección, y, si añadimos a ellas las uñas y pelos, todavía más eficaz.

Figura: Estructura de la piel humana.

Las glándulas que entran en la constitución de la piel son numerosas, las glándulas sebáceas y las sudoríparas desempeñan un papel principalísimo en la excreción, a través de las cuales se eliminan los materiales de desecho de las combustiones orgánicas.

4.4.2. Tipos de piel

Hay varios tipos de piel, esta condición tiene relación con la mayor o menor sudoración de un individuo en relación a otro. Los principales tipos de piel son:

  1. Piel Normal: Es una piel con secreciones equilibradas tanto sudoral como sebácea, una piel elástica, flexible y resistente.
  2. Piel Seca: Puede ser que tenga una pérdida de agua o de grasa, tiene un aspecto apergaminado (que a simple vista se ve acartonado), con irritaciones y telangiectasias (dilatación de los vasos capilares). Las arrugas de expresión a menudo están marcadas, es una piel fina, poco elástica y poco suave.
  3. Piel Seca Alípica: Tiene una falta de secreción sebácea y sudoral pero principalmente falta de grasa, de aspecto seco, opaco y reacciona mal a un exceso de sol, aire o productos agresivos.
  4. Piel Seca Deshidratada: Tiene una carencia de agua debido a factores internos como la edad y externos como el viento, aire, etcétera, es una piel sensible, sin brillo, mate y tiene un aspecto marchito.
  5. Piel Grasa Normal: Tanto la secreción sudoral como sebácea son abundantes, pero siempre tendrá más grasa. Es una piel brillante, con poros dilatados y comedones. El aspecto es el de la piel de una naranja.
  6. Piel Grasa Deshidratada: Tiene una secreción sebácea abundante con pérdida de agua, se descama con facilidad, es brillante y se irrita muy fácilmente.
  7. Piel Asfíctica: Viene dada por un hiperfuncionamiento de las glándulas sudoríparas, un exceso de queratinización por la aplicación de cosméticos, rica en lípidos.

Figura: Imagen de piel normal y alterada.

4.4.3. Órganos anexos en la piel

a.) Glándulas sebáceas

Se encuentran en todo el cuerpo menos en las palmas de las manos y las plantas de los pies y otras regiones limitadas. Segregan un líquido espeso, aceitoso, que sirve para suavizar la parte superior de la piel y mantenerla húmeda, evitando la evaporación de agua y la absorción de ciertas materias dañinas.

b.) Glándulas sudoríparas

Están contenidas en la parte profunda de la piel y existen en toda ésta menos en los labios y párpados. El número total de dichas glándulas se calculan en unos dos millones. Se componen de tres partes: el poro, que comunica la glándula con el exterior, el conducto y el glomérulo.

La secreción de las glándulas sudoríparas es el sudor, líquido claro, ligeramente salado y cuyo olor varia según los individuos y las distintas regiones del cuerpo. Está formado por agua y por substancias perjudiciales para la salud, como ácido úrico, urea y cloruro de sodio. El sudor se produce en el glomérulo y sale por el conducto hasta el exterior. La cantidad es de unos 600 gramos diarios; pero varía con el ejercicio, el calor de la atmósfera, algunas bebidas, ciertos alimentos.

Figura: Glándula Sudorípara.

El sudor es cuanti y cualitativamente diferente durante el juego, el trabajo, el delito, etc. También puede presentar una coloración azul, amarillo, rojo, verde, etc., debido a absorciones determinadas. Todo esto hace que el sudor sea de una importancia extraordinaria en la dermopapiloscopía y en general, en la Criminalística.

Es, pues, la piel, elemento de un valor extraordinario en las investigaciones criminales, pues toda la piel se investiga, estudia, analiza e identifica, brindándonos un amplio campo de estudio y aportando datos y detalles que constituyen el más franco éxito de la investigación.

Dice Dambolena en su obra Genética Dactiloscópica, lo siguiente: "La dermis o corión es la capa profunda y fundamental de la piel. A ella se debe su resistencia y elasticidad, así como su cualidad de membrana sensible puesto que allí es donde se diseminan los aparatos terminales del tacto. Su cara superficial está en relación con la epidermis y se halla erizada de una multitud de pequeñas prominencias (papilas) que se forman en la palma de la mano y en la planta de los pies". Por aparte, refiriéndose a la epidermis dice: "La epidermis comprende a su vez dos caras: una cara exterior o lámina cornea superficial; una cara profunda o cuerpo mucoso de Malpighi. La capa córnea está formada por una envoltura de células epiteliales muertas, planas y disecadas que se desprenden incesantemente; son renovadas de tal manera que la epidermis no se destruye. Esta membrana es semitransparente. El cuerpo mucoso de Malpighi, subyacente, está constituido por células vivas y redondas siempre dispuestas a multiplicarse. Este cuerpo es especialmente el encargado de proveer el reemplazo de las células planas o muertas de la capa superficial. Estas células encierran, además, el pigmento que da a la piel su coloración, variable, según las razas. El espesor de la piel varía según los individuos y en el mismo sujeto, según las regiones. Muy delgada en algunos puntos, los párpados por ejemplo; es muy gruesa en otros, como en las palmas de las manos y la planta de los pies, en donde su espesor parece aumentar con el roce que experimenta. El espesor de la piel oscila, en general de medio a dos milímetros, siendo de tres en la palma de la mano y en la planta de los pies."

 

4.5. Aspectos fisiológicos particulares de la piel de las manos

4.5.1. Las papilas

La forma de las papilas es de lo más variado tan pronto cónicas, hemisféricas o piramidales, ya simulando una pera, una verruga o una cresta de cima a menudo bifurcada. Esta extrema variedad de conformación es la causa principal de los numerosos detalles que presentan las líneas papilares estudiadas con la lupa; ella es, en último análisis, el verdadero factor de la diferencia individual, puesto que de la yuxtaposición de las papilas tan innumerables como variadas en forma, resultan estas curiosas combinaciones de relieves y surcos cutáneos que dan a cada pulpa digital un aspecto distinto y tan personal.

El número de papilas podemos calcularlo alrededor de unas 36 por cada milímetro cuadrado, y su tamaño va desde los 55 a los 225 milésimas de milímetros de alto, existiendo varios tipos: grandes, pequeños, medianos y compuestos.

Figura: Particularidades de la piel.

Las papilas dérmicas, denominadas también papila dactilar o digital fueron descubiertas por Malpighi en el año 1664. Con respecto a la época de su aparición dice el Dr. Sislán Rodríguez: "Sobre la época de la aparición no existe una fecha fija". Mientras que Blaschko constató que la formación de las papilas comienza en la dermis a partir del quinto mes para llegar a la epidermis totalmente formada al comenzar el séptimo. Kristina Bonnevie, afirma: "He podido comprobar que la ondulación papilar comienza a manifestarse no a fines del cuarto mes, como se creía anteriormente, sino desde mes y medio antes, en el embrión que solo mide cuatro centímetros del vértice al isquion."

En el sitio en que los tres sistemas de ondulación se encuentran, se forman los deltas de los torbellinos o verticilos y de los bucles o presillas, en tanto que la formación de los arcos presupone, desde el principio, una ondulación papilar continua de toda la superficie del dedo. Es posible seguir muy de cerca este proceso sobre series de cortes transversales de dedos pertenecientes a embriones de tres o cuatro meses. Se constatan asimismo diferencias notables entre los embriones. Es posible distinguir muy bien los tipos de arcos y los tipos de verticilos o los de presillas, en razón de espesamiento de su epidermis: otros embriones tienen un esbozo papilar de doble centro.

Las glándulas sudoríparas funcionan en el cuerpo del hombre a partir del cuarto mes de la vida intrauterina y poco más tarde habría comprobado; asimismo se ha determinado que la presencia de algunos tramos papilares ocurre en cuanto se forman las glándulas sudoríparas del ser en formación. Al quinto mes de gestación, las papilas comienzan a dibujarse en el dermis; al sexto mes los surcos se acusan y poco tiempo después aparecen las pequeñas depresiones que segmentan en papilas las crestas dactilares. En el curso del séptimo mes se muestran las líneas transversales de la base de la falange, y, desde ese momento, la piel ofrece un aspecto definitivo.

Detalle más interesante: las sinuosidades papilares no se desarrollan todas a la vez en la superficie de la piel. Su dibujo se esboza en la extremidad angular de la falange, luego se muestra en los bordes laterales del dedo y extendiéndose de la periferia al centro alcanza en último término el torus táctil. Pero no hay allí, en realidad, un desarrollo en superficie, porque los relieves epidérmicos se acusan en la piel sucesivamente. Como se puede advertir en un corte microscópico dado una de las sinuosidades papilares emerge del dermis y levanta la epidermis individualmente.

Si esta última comprobación, que debería ser controlada por medio de cortes en serie sobre varios individuos, fuese exacta, habría que deducir de ello que la figura papilar es esencialmente individual, realizada de acuerdo con un plan embrionario prefigurado; y, por tanto, sería su constitución en absoluto independiente de las condiciones del medio y de las influencias locales, susceptibles de actuar sobre la conformación exterior de los dedos hacia el sexto mes de la vida intrauterina.

Algunos especialistas sostienen que cada una de las sinuosidades papilares que emergen del dermis y levanta individualmente la epidermis, parece manifestar la fuerza original de la vida individual; cada germen de vida parece contener en potencia una forma determinada que no podrá dejar de revertir en uno u otro punto de su desarrollo. Y el milagro de las imágenes papilares consiste en revelarla en su única singularidad.

4.5.2. Las crestas papilares

Veamos ahora cómo están formadas las crestas papilares de las yemas de los dedos de la mano. Desde el punto de vista de su histología y de su morfología el asiento de la impresión dactilar está emplazado en la superficie externa de la piel de la última falange de los dedos de la mano y la constituyen los dibujos formados por las líneas papilares.

Dice José Jiménez Jerez en su obra Análisis Quiropapilar, lo siguiente: "Si observamos detenidamente cualquiera de las regiones de la cara palmar en la mano, descubriremos una infinidad de líneas en relieve de lomo redondeado, sembrada de puntillos glandulares que surcan toda su superficie en diversas direcciones, desde la muñeca hasta la cúspide de los dedos, formando dibujos que, en ciertos lugares, como las yemas y en la región dígito-palmar, toman las formas más variadas".

Estas líneas en relieve se llaman crestas papilares y los espacios que las separan reciben el nombre de surcos interpapilares. Las crestas papilares son los elementos componentes de los dactilogramas, por lo que empezaremos a clasificarlas tomándolas como punto de partida para emprender los análisis de las impresiones dactilares.

Los dibujos dactilares están formados por líneas, las crestas papilares, que a simple vista parecen ininterrumpidas, pero mejor observadas, se nota que son discontinuas, se interrumpen por pequeños orificios llamados poros, que siguen la directriz de la línea.

Dambolena describe así las formaciones de las líneas en la dermis: "Se inicia la línea en uno de los lados del dedo con la primera papila y a continuación de ella se colocan las subsiguientes que van creciendo de abajo hacia arriba formando cadena, a medida que se desarrolla el nervio táctil o los vasos sanguíneos. Alineados en la misma forma entre papilas pasan los canales excretores del sudor, que atravesando la dermis y la epidermis van a abrirse en la superficie de la piel. Del mismo modo y yuxtapuestas a la anterior se van formando las líneas sucesivas".

Si la línea está formada por una sucesión de papilas simples sigue ininterrumpidamente hasta que una papila compuesta, llega a interrumpirla. Como la papila compuesta tiene dos cúspides, la línea a partir de allí se bifurca en dos líneas nuevas, lo que da lugar al nacimiento de todas las formas diversas de líneas que se observan en el dactilograma. Estas son las crestas papilares.

Las líneas papilares que cubren toda la falange del dedo no se distribuyen en un desconcierto absoluto, dice el doctor Sislán Rodríguez, por el contrario, a pesar de ser todos los dibujos diversos, obedecen a formas de distribución de las líneas semejantes, que han permitido a la dactiloscopia agruparlos en un número de tipos, que son los básicos empleados, más tarde, en la organización de los ficheros.

El Dr. Sislán Rodríguez, en sus conferencias dictadas en la Universidad de La Plata, Argentina, ha afirmado: "lo que ha dado valor de signo natural inconfundible y único a la impresión digital ha sido el descubrimiento", y el escritor de policía científica, Galdino Ramos, calcula que tardarían 4,660,337 siglos para que naciera un hombre con sus dibujos dactilares iguales a otro que hoy viviera.

A la Academia de Ciencias de París fue presentada una información por el Dr. V. Balthazar, y publicada en The Scientific American el 19 de agosto de 1911, y según la cual el examen de gran numero de huellas demostraron que cada una posee, por término medio, un centenar de marcas individuales. Si se divide la superficie de la huella en 100 cuadrados, cada uno de ellos contiene una marca por regla general, rara vez dos y excepcionalmente tres o más. Cada dos huellas cualesquiera difieren por la naturaleza de sus marcas o por la situación de estas marcas en los 100 cuadrados el número posible de comunicaciones correspondientes a las distinta marcas se representa aproximadamente por el numero uno seguido de 60 ceros.

El numero de seres humanos existentes hoy es aproximadamente de 6,000 millones de personas, y la duración media de cada generación es de un tercio de siglo, por lo cual se puede calcular en 18,000 millones de personas por siglo. Como cada una tiene 10 dedos sería posible coleccionar 180,000 millones de huellas en un siglo. De todo lo cual resulta que teóricamente, sólo se podrían encontrar dos huellas idénticas en un espacio de siglos representado por la cifra 1 seguida de 48 ceros, período mucho más largo que el que los astrónomos calculan que puede existir el sol sin apagarse o enfriarse.

Las coincidencias parciales son más fáciles de encontrar. La teoría de las probabilidades demuestra que basta examinar 16 huellas, por término medio para hallar coincidencias en dos marcas: 3 coincidencias se observan en 64 huellas; 4 en 256; 5 en 1,024; 6 en 6,144; y 7 en 43,008. Estos curiosos datos nos dan la idea que es imposible el que haya dos impresiones dactilares iguales de distintas personas.

Todo el dibujo dactilar, líneas y poros, permanecen inalterables desde los cien días, más o menos, de la vida intrauterina del feto hasta la descomposición de los tejidos por la muerte. Si estos se conservan, como han sido observados en momias antiquísimas, tampoco desaparecen. Los científicos aún no se han puesto de acuerdo con respecto al uso de las crestas papilares. Se ha dicho por algunos que su función es elevar las bocas de los conductos a manera de facilitar la descarga del sudor y también para ayudar al sentido del tacto.

 

 

Figura: Dibujos de crestas papilares.

4.5.3. Las crestas subsidiarias

Entre cresta y cresta aparecen comprimidas unas crestas mucho mas finas que las demás y tan delgadas como un cabello, y que deben su origen a pequeñas papilas mucho más delgadas y menos altas que las otras. Estas crestas se denominan crestas subsidiarias.

Pueden aparecer en un dactilograma y en otro no; todo depende del grado de presión que se haga tanto al entintar como al imprimir el dedo. Es por esto que no deben tenerse en la cuenta de las crestas.

4.5.4. Los surcos papilares

Los surcos papilares son los espacios existentes entre dos crestas papilares. Al imprimir un dedo con una materia colorante, se reproducen en el papel las crestas como si fuera un gomígrafo, mientras que los surcos papilares, que son los espacios entre las crestas, quedan en blanco.

4.5.5. Las líneas blancas

También en las impresiones dactilares observamos unas líneas blancas que no son surcos papilares ni puntos característicos. Estas líneas blancas fueron estudiadas primeramente por el doctor Luis Reyna Almandos. El fue uno de los primeros en estudiar las líneas que cruzan las crestas en diferentes lugares y posiciones y las bautizó con el nombre de líneas blancas o rayas albo-dactiloscópicas.

Hasta ahora es desconocido el origen de las líneas blancas, han aparecido en impresiones dactilares de niños de meses y han faltado en impresiones dactilares de ancianos. Se ha comprobado que no se deben al tipo de trabajo profesional, ni se les pueden confundir con cicatrices o arrugas. Son más comunes en personas viejas. Tienen forma de surcos profundos y por lo tanto son más visibles que las crestas. Pueden ser rectas, quebradas, perpendiculares, gruesas y finas. Son raras en el dedo índice y más profusas en los restantes.

No son perennes ni inmutables; cambian de posición y de tamaño y llegan a desaparecer totalmente; por lo tanto su valor identificativo es secundario. Otros autores se han ocupado de su estudio tales como Aurelio Domínguez en 1929; L. Lerich y el Dr. Oliveira e Costa-Junios.

4.5.6. Los Poros

Si se observa detenidamente una línea o cresta papilar en un dibujo podemos comprobar que lo que a simple vista da la sensación de una línea interrumpida, no son más que líneas discontinuas interrumpidas por unos pequeños orificios llamados poros que siguen la directriz de la línea.

El poro es la boca u orificio de las glándulas sudoríparas que nacen en la dermis y llegan hasta la epidermis, y esa boca, llamada poro, tiene la función de segregar el sudor derramándolo en la superficie de la piel. Los poros tienen distintas formas: los hay en forma de ojiva, circulares, de triángulos, curvilíneos, elípticos, etc. Vistos por el microscopio se puede apreciar que sus formas no son iguales, ni semejantes unos a otros. El tamaño de los poros no es uniforme, y en el hombre, por lo regular, son mayores que en las mujeres. Su diámetro oscila entre 80 y 250 milésimas de milímetro. Su posición en la cresta papilar varía, estando unas veces situado en el centro de la cresta, otras en un costado; a veces en el asa, o bien ocupando toda la extensión, y muchas veces aparecen separados por espacios más pequeños que su propio diámetro. También suelen estar separados por distancias superiores al tamaño de varios diámetros o agrupados formando triángulos, etc. Su número varía, oscilando entre 9 y 8 por milímetro.

El poro, al igual que la papila, es inmutable, perenne y variable. Luego por su forma, dimensión, situación y numero podemos asegurar que resulta de un valor identificativo de primer orden.

La poroscopía, en estado experimentación, y que a la fecha aún no ha logrado sistematizarse, estudia la terminación de los canales secretores de las glándulas sudoríparas como medio de identificación

Figura: Descripción del poro.

4.6. Aspectos fisiológicos del sudor humano y su relación con el estudio de dactilogramas latentes

Como preámbulo podemos decir que la vaporización también llamada transpiración o perspiración insensible, que se produce constantemente a través de la piel, fue y ha sido durante el transcurso de la historia uno de los problemas más antiguos que ha planteado la medicina al razonamiento y conocimiento humano. Desde los tiempos del famoso médico griego Hipócrates, catalogado como el padre de la medicina, se sabía que había un mecanismo por el cual el organismo del ser humano eliminaba sustancias en forma de vapor, a través de la piel.

El sudor es un líquido compuesto por agua, sales minerales y toxinas. Conforme al Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, el sudor es el líquido claro y transparente que segregan las glándulas sudoríparas de la piel de los mamíferos y cuya composición química es parecida a la de la orina.

El sudor está producido por las glándulas sudoríparas, que se encuentran situadas en el tejido subcutáneo, en la epidermis. La sudoración es un fenómeno fisiológico destinado a mantener estable la temperatura corporal. Mediante la evaporación del sudor se consume el calor sobrante del cuerpo. Un estímulo que ayuda a mantener el proceso sudorativo durante la evolución, es la sensación de frescura que produce el contacto del sudor con el aire en movimiento. También, al estar compuesto de toxinas, sirve para la eliminación de sustancias nocivas para la salud. La secreción del sudor se produce a raíz del aumento de temperatura causado por el ejercicio, miedo, dolor, nervios, etc.

Los conceptos referentes a este fenómeno figuran en la doctrina o sistema de Galeno, célebre médico griego de Pérgamo que practicó con gran fama en Roma. Estos autores señalan que "una perspiración o transpiración insensible, o sea, vapores disueltos por la temperatura del cuerpo, eran vertidos continua y uniformemente por toda la superficie corporal y que esa eliminación ocasionalmente podía ser incrementada y tomar la forma de un fluido o líquido: el sudor".

Al respecto, tenemos que las glándulas sudoríparas fueron descubiertas por Johannes Purkinje en 1833, fecha desde la cual la transpiración insensible y la secreción sudoral han sido temas que hasta hoy en día son inseparables. Después de que diversos estudiosos de la materia, hicieron diversos trabajos sobre estos temas, aparece un paréntesis en la historia de la investigación médica, donde la euforia por este terna se ve disminuida, y no es hasta que un investigador japonés llamado Yas Kuno y setenta y cinco colaboradores, continúan con dichos trabajos sobre la transpiración insensible humana, sus investigaciones arrojan resultados nunca obtenidos, ya que de ésta se fundamentan los conocimientos primarios en fisiología humana del sudor. "La importancia e interés del asunto estimularon las indagaciones en otros países y en el transcurso de una década siguieron meritorios trabajos experimentales".

Fisiológicamente se sabe en la actualidad, que el agua como sistema biológico, tiene como función principal mantener el calor o la temperatura corporal óptima necesaria, de no ser así, se activa el mecanismo por el cual se suda y se pierde este exceso de calor. Vemos entonces que la pérdida de calor corporal es un proceso constante en la vida ordinaria del ser humano y que por su extrema variabilidad, resulta entonces un efectivísimo proceso dinámico por el cual la regulación de la temperatura corporal va de acuerdo con las necesidades más urgentes de la economía corporal.

Tenemos por otro lado que la temperatura corporal es controlada adecuadamente cuando las glándulas sudoríparas vierten una cantidad considerable de agua sobre la superficie de la piel. Las glándulas sudoríparas parecen ser las primeras en aparecer en la piel de ciertos mamíferos. "En el curso de la evolución, la tasa de secreción aumenta paulatinamente hasta sobrepasar la actividad de otras glándulas y producen una enorme secreción acuosa. Este es el único desarrollo en la evolución de las glándulas."

Por otra parte parecerá un tanto extraño que sólo algunas especies de mamíferos estén dotados de glándulas sudoríparas bien desarrolladas. "El desarrollo de las glándulas sudorales y de los aparatos nerviosos anexos, que constituyen el aparato termorregulador fueron logrados por el hombre desde que alcanzó la cúspide del reino animal por su habilidad para mantener constante la temperatura de su cuerpo."

Ahora bien, los doctores Rafael Santiago Carmona e Israel Castellanos en la obra "El Sudor en Criminalística", dicen que además del control de la temperatura, la sudoración tiene otras funciones que fueron importantes para nuestros antecesores. En efecto, hay pruebas de que las glándulas sudoríparas y el sistema nervioso de las mismas, evolucionaron durante el período de aclimatación de los grupos étnicos. Esto explica el por qué el organismo de un individuo acostumbrado a una temperatura ambiente templada, al cambiar a una temperatura de cálida a extrema, su organismo reacciona eliminando más calor de lo normal que un individuo nativo de ese clima.

Por otra parte nos dice el Dr. Bernardo A. Howsay en su libro Fisiología Humana en el apartado de la piel y sus anexos, que "la sudoración se produce de manera especial cuando el cuerpo necesita desprenderse de una cantidad de color. Cuando se evapora el sudor, la pérdida de calor latente ayuda al mantenimiento del equilibrio térmico y desempeña una función especialmente importante en algunos climas cálidos en donde la pérdida de calor no es fácilmente viable por otros mecanismos como lo son la convección, conducción o la radiación."

"Los dos mecanismos más importantes de que dispone el organismo para provocar la pérdida de calor, la vasodilatación cutánea y la secreción de sudor están funcionalmente en íntima correlación. Se ha podido comprobar que cuando se activan las glándulas sudoríparas ecrinas, éstas producen una enzima relacionada en la síntesis de la bradiquinina que aparece en el sudor de éstas glándulas. Esta enzima se difunde de los túbulos de las glándulas sudoríparas hacia el exterior, es decir, hacia el espacio tisular circundante, donde cataliza la producción de bradiquinina, la cual es un poderoso vasodilatador de los vasos circundantes al ponerse en contacto con ellos. Esta hipótesis anula la necesidad de postular la existencia además de las conexiones vasoconstrictoras que inervan a los vasos sanguíneos epiteliales de un grupo distinto de nervios vasodilatadores".

Tenemos por otra parte que en la obra de Fisiología Humana del Dr. Schmidt, menciona que el organismo humano adecua su función termorregulador a través de mecanismos como la radiación, la conducción, la convección, todo esto dado desde la piel; igualmente menciona que la función antes anotada también se da por el calentamiento y la humidificación, por la transpiración o perspiración insensible, así como por medio de la orina y las heces.

4.6.1. Mecanismo fisiológico por el cual se pierde calor a través del sudor

Al mencionar el sudor, es importante hablar también de las glándulas sudoríparas, ya que en el hombre existen dos tipos de estas glándulas, las cuales son las ecrinas y las apocrinas; en las primeras, la secreción se forma en células secretoras que se descargan de la misma sin sufrir destrucción alguna, es decir, sin pérdida de ningún constituyente celular. "En las glándulas apocrinas, se rompen las protuberancias del interior del lumen, descargándose continuamente con la secreción. Las glándulas ceruminosas del conducto auditivo externo son semejantes a las apocrinas y segregan un producto céreo."

"Las glándulas ecrinas se distribuyen por toda la superficie de la piel y son especialmente abundantes en la palma de la mano y planta de los pies, están formadas por tubos simples, enrollados, no ramificados, situados en el tejido subcutáneo, dirigen sus conductos a través de la piel, mediante unos canales de forma espiral que perforan la epidermis. La porción secretora del tubo consiste en una membrana basal alineada con una doble capa de células de las cuales las más internas son cúbicas y representan la sección secretora propiamente dicha. Entre las células secretoras y la membrana basal existe una capa de células mioepiteliales. El canal de la glándula posee un epitelio que consiste en dos o tres capas de células que presentan un revestimiento cuticular interno bien definido, pero carece por completo de capa muscular. Alrededor de cada glándula sudorípara existe un plexo vascular muy ramificado, se supone que en la totalidad del cuerpo existen unos dos a cinco millones de glándulas capaces de secretar sudor." Estas primeras apreciaciones de contabilidad glandular se empiezan ha efectuar desde el año de 1956 por el Dr. Kuno en Alemania.

"Las glándulas apocrinas segregan una sustancia cremosa de olor característico con grasa y proteínas en su composición; en el hombre estas glándulas se hallan dispersas y mezcladas con las ecrinas, lo cual hace difícil separar ambos tipos de sudor. Este tipo de sudoración puede originarse por cualquier tipo de agotamiento emocional, como lo son el temor y la angustia. A diferencia del sudor ecrino que se produce de una manera continua, como por ejemplo cuando un individuo esta sujeto a altas presiones por diversos ejercicios."

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