El estudio del estado de ánimo en mujeres con obesidad exógena ligera
Enviado por Lic. Dariem Hanssel Díaz Pérez
La desnutrición y el hambre son las mayores epidemias del mundo, pero la mal nutrición por exceso constituye también un signo de alarma por su repercusión negativa en la salud de las personas.
La obesidad representa un serio problema de salud a nivel mundial, y aunque generalmente se considera que su mayor incidencia se presenta en las poblaciones de alto poder adquisitivo de los países industrializados, la misma también es frecuente en los países pobres con bajo nivel de desarrollo, en los cuales está asociado, principalmente, el consumo de productos de manufactura barata, con un alto contenido en carbohidrato simples y grasa saturadas.
Estudios realizados en nuestro país por el Instituto Nacional de Nutrición e Higiene, permite afirmar que alrededor del 25% de la población en Cuba ha sido obesa, de aquí la importancia de continuar profundizando en los estudios sobre esta enfermedad. (1)
En todo el mundo se vienen realizando campañas dirigidas a mejorar los hábitos alimentarios de la población, en nuestro país se trabaja en esa dirección a través del medico de la familia, el MINSAP, el Instituto Nacional de Nutrición e Higiene de los alimentos, el Ministerio de la Agricultura, el Ministerio de Educación, el MINBAS, la FMC y otras instituciones y organismos.
No siempre se sabe como lograr una mejor utilización de los alimentos, el desconocimiento de su valor nutritivo, junto con la acción interferente de ciertos gustos y costumbres, pueden crear condiciones que conduzcan a una mala nutrición por exceso.
Aunque el fenómeno de la obesidad se presenta con mayor frecuencia a medidas que las personas envejecen, también puede aparecer a cualquier edad y dentro de los más variados grupos etarios, influyen la infancia, niñez y adolescencia.
Durante los últimos años, la obesidad ha sido considerada como una enfermedad crónica y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ha definido como la forma más frecuente de alteración del metabolismo graso, que da lugar al cúmulo excesivo de grasa considerada actualmente como un síndrome que no sólo se caracteriza por el exceso de peso a expensas del tejido adiposo, sino que se asocia con trastornos del metabolismo de los carbohidratos (glúcidos). (14)
La obesidad representa un importante factor de riesgo para la aparición de otras enfermedades crónicas no transmisibles como son la diabetes mellitus tipo II, hipertensión arterial, enfermedades cerebro vascular y coronarias y algunos tipos de cánceres (Rivero. 2001)
La aparición de la obesidad se asocia generalmente con el estilo de vida de las personas, con factores de tipo socio cultural y genético, malos hábitos de alimentación y al sedentarismo. El sedentarismo como factor desencadenante de riesgo ocasiona un metabolismo basal bajo, y el efecto término de los alimentos contribuye a la aparición de la obesidad.
La vida moderna, con su desarrollo tecnológico, a facilitado que tanto la actividad laborar como la recreativa, sean cada vez mas sedentarias y adicionalmente la falsa información que existe sobre diferentes dietas no científicamente probados que después tienen un efecto rebote muy perjudicial para el organismo y salud en general de las personas.
Constantemente aparecen nuevos hallazgos relacionados con la obesidad. Por ejemplo, se ha demostrado que las personas obesas tienen menos receptores de dopamina, la cual es una sustancia química del grupo de los neutrasmisores de origen cerebral que produce sensación de satisfacción y placer (Rivero. 2001). Debido a que estas sustancias se encuentran disminuidas en 1%, en los pacientes se incrementan la ansiedad por la comida en busca de satisfacer las sensaciones agradables.
Se considera que cada vez serán más las personas que se conviertan en obesas, tanto en los países altamente industrializados como en aquellos en vía de desarrollo, y que esta enfermedad se convertirá en la primera causa de muerte superando a la ateroesclerosis.
Un ejemplo de ello es que la prevalencia de la obesidad en países desarrollados como Canadá, Australia, Estados Unidos y Europa alcanza valores entre el 10% y el 30% de su población, lo que se deduce que estamos en presencia de una epidemia.(4)
Esta enfermedad tiene un enorme impacto sobre la economía de este países por tener una alta movilidad, según el doctor Philip James prestigioso medico ingles, a declarado teniendo en cuenta distintos criterios de obesidad y diferentes sistemas económicos, vemos que llega a ocupar entre el 2% y 6% del presupuesto sanitario de estos países, en un enfoque económico de esta enfermedad.(4)
El diagnóstico de obesidad se realiza por medio de la determinación del índice de masa corporal (IMC), que es una fórmula en la cual se relaciona el peso y la talla de las personas (IMC = Peso (Kg.) / Talla (m/2.). Para el diagnóstico de la obesidad, también se deben de tener en cuenta en porcentaje de grasa corporal y el índice cintura – cadera.
El porcentaje elevado de grasa a nivel de abdomen se considera como un marcador de alto riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares. Para el estudio y diagnóstico de la obesidad, también es necesario tener en cuenta algunos indicadores como son la talla de los individuos, el sexo, la edad y la complexión del esqueleto.
La lucha contra el desarrollo de la obesidad es multidisciplinaria y con estos fines se desarrollan investigaciones en el campo de la genética, metabolismo, fisiología, farmacología y psicología. El tratamiento terapéutico de la obesidad como una enfermedad crónica se basa en observación de dietas controladas programas de ejercicios físicos, modificación de la conducta, medicamentos y en casos extremos la aplicación de procedimientos quirúrgicos y de liposucción (Rivero. 2001).
Actualmente unido a los programas de reducción de peso, se aplican fármacos para controlar el apetito y bloqueadores de grasa se usan para combatir la obesidad.
Algunos de los fármacos utilizados en el tratamiento de la obesidad son:
-La Sibrutamina: es un inhibidor de la recepción de la serótina y noradrenalina, es decir que va a disminuir la sensación de hambre y como consecuencia la ingesta de alimentos (fármaco anorexígeno), favoreciendo de esta manera la perdida de peso.
-El Orlistat: es un derivado semisintético de la lipstatina que inhibe a la lipasa, no actuando frente a ninguna de otras enzimas. La lipasa inactivada no puede hidrolizar la grasa ingerida y estas se eliminan por las heces fecales; este fármaco impide la absorción del 30% al 32% de la grasa consumida.
Los resultados más significativos obtenidos en el tratamiento de la obesidad se basa en la aplicación de dietas hipocalóricas y programas de ejercicios en condición física cardiorrespiratorias (aeróbicos), los cuales se combinan de forma adecuada para obtener los mejores resultados.
Los estudios desarrollados en poblaciones indican que la práctica de una actividad física, regular, estable y moderada ayuda a mejorar tanto la salud física como la psicológica, incrementando de esta forma la calidad de vida.
Cualquier tipo de ejercicios físicos que pueda ser mantenido confortablemente durante 30 minutos, al menos 3 veces a la semana, siendo algo que se disfrute y no canse, es el mejor para controlar el peso, el tratado de Endocrinología clínica, el doctor M. Foz Sala expone en el capítulo de la Obesidad… el ejercicio físico como segundo componente de requerimiento energético individual (REI)…. El gasto energético producido por el ejercicio físico resulta un componente muy variable y esta de acuerdo con la profesión, los hábitos, las aficiones y las posibilidades de cada persona.
La práctica regular del ejercicio contribuye a instaurar estilos de vida más saludables a reducir o eliminar los factores de riesgos asociados al sedentarismo.(20)
Una gran parte de los pacientes obesos padecen de obesidad exógena, que se produce como resultado de la sobrealimentación, sedentarismo y cambios metabólicos. Un elevado porcentaje de pacientes obesos presentan trastornos psicoemocionales tales como estados depresivos o ansiedad.()
Se han realizado estudios con los cuales se ha demostrado que cuando los pacientes obesos realizan actividad física de forma sistemática disfrutan de una buena forma física y disminuyen los riesgos de muerte prematura, aunque la reducción que se observa en el peso no es significativa.
Este grupo de paciente tiene un riesgo de mortalidad que es inferior al de la población no obesa pero sedentaria. Por ejemplo, estos pacientes obesos alcanzaron niveles de VO2 Máx/hg (promedio) que fueron normales para su grupo de edad y sexo, y en los mismos no se observó tendencia a incrementar el peso corporal en proporción directa con la edad. (Pancorbo, A. 2002).(28)
En los aspectos psicológicos relacionados con la obesidad se han realizado diferentes investigaciones.
En muchas ocasiones, los profesionales de la salud recomiendan, en poblaciones no deportistas, la practica regular de actividad física y ejercicios para mantener estilos de vida saludables y para prevenir ciertos tipos de trastornos y enfermedades.
Por ejemplo tal prescripción se puede realizar dentro de programas de rehabilitación de trastornos cardiovasculares, de pacientes diabéticos, o de personas obesas. En el ámbito de los trastornos psicológicos, la practica regular de actividad física y ejercicios se prescribe como complemento en algunas terapias para combatir trastornos emocionales como la ansiedad o el estrés y trastornos depresivos. (17)
Dentro de los aspectos psicológicos en relación con el ejercicio físico existe una tendencia hacia el alivio de la ansiedad y la mejora de los estados de ánimo, cambios que son más obvios en aquellas personas que inicialmente estuvieran ansiosas o deprimidas. (6)
A continuación desarrollaremos el análisis de los datos obtenidos durante el proceso de investigación, la misma tuvo lugar en la localidad de Santa Fe, en el municipio capitalino de Playa donde fueron objeto de estudio mediante determinadas variables psicológicas una población de mujeres obesas exógenos ligeras que practicaban o no ejercicios físicos sistemáticos, se hizo esto para conocer su estado de animo y como influían estos programas de ejercicios físicos en sujetos con este tipo de enfermedad.
Las variables que se consideraron fueron:
-Ansiedad Rasgo
-Ansiedad Estado
-Tensión
-Depresión
-Cólera
-Vigor
-Fatiga
-Confusión
Según los datos obtenidos reportados por la aplicación de dos test para evaluar estado de animo y ansiedad en las personas (TEST de POMS y TEST de STAI), nos dimos a la tarea de procesar toda la información siendo esto los resultados y su análisis correspondientes.
Para que nuestra investigación tuviera mucho mas confiabilidad y certeza enmarcamos a todas estas mujeres con obesidad exógena ligera dentro de un rango de similitud entre sus características sociales, esto quiere decir que con controlamos varios parámetros para que no influyan de manera muy acentuada en la información recogida. Además de la edad que oscilaba entre 30 y 45 años, estas mujeres, sus trabajos son de un tipo muy parecido desde el punto de vista de ejercicio físico como son: (contadoras, farmacéuticas, secretarias, otros trabajos de oficina y amas de casas), y todas las que habían comenzado a realizar los programas de ejercicios físicos tenían aproximadamente el mismo de inclusión en ellos.
Con todos estos datos nos dispusimos a realizar un análisis exhaustivo de los resultados.
Tabla que relaciona la talla y el peso de los dos grupo investigados para ubicarlos | ||||||
dentro del rango I.M.C. | ||||||
Practican | No Practican | |||||
Talla | Peso | Rango | Talla | Peso | Rango | |
(cm.) | (Kg.) | IMC | (cm.) | (Kg.) | IMC | |
155 | 73.1 | 30 | 168 | 93 | 32.9 | |
157 | 76 | 30.2 | 173 | 95 | 31.7 | |
159 | 80 | 31 | 157 | 77 | 31.3 | |
159 | 82 | 32.5 | 162 | 85.3 | 32.5 | |
162 | 85.2 | 32.4 | 162 | 83 | 31.6 | |
161 | 85 | 32.8 | 158 | 75 | 30.1 | |
170 | 94.1 | 32.5 | 161 | 77.8 | 30 | |
165 | 90 | 33.3 | 171 | 95.1 | 32.5 | |
162 | 87 | 33.2 | 159 | 76.2 | 30.2 | |
164 | 90 | 33.5 | 160 | 78.3 | 30.5 | |
164 | 90 | 33.5 | 159 | 76.8 | 30.4 | |
171 | 94 | 32.1 | 165 | 81.7 | 30 | |
168 | 92.3 | 32.6 | 168 | 87 | 30.8 | |
160 | 84 | 32.8 | 173 | 97.3 | 32.5 | |
160 | 86 | 33.5 | 162 | 84.1 | 32 | |
163 | 89 | 33.5 | 165 | 90 | 33 | |
159 | 84 | 33.3 | 161 | 83.5 | 32.2 | |
170 | 93 | 32.1 | 167 | 90 | 32.3 | |
165 | 88 | 32.3 | 170 | 93.8 | 33.6 | |
161 | 88 | 33.9 | 155 | 75.1 | 31.2 |
Comparación de las variables entre los dos grupos | ||||
Media | Des. Estan. | E.S.M. | ||
Ansiedad | Practican | 38.95 | (+/-) 12.07 | 2.69 |
Rasgo | No practican | 39.9 | (+/-) 9.62 | 2.15 |
Ansiedad | Practican | 36.85 | (+/-)10.23 | 2.28 |
Estado | No practican | 42.8 | (+/-)9.61 | 2.15 |
Tensión | Practican | 44.8 | (+/-) 7.11 | 1.59 |
No practican | 48.15 | (+/-) 11.02 | 2.46 | |
Depresión | Practican | 43.45 | (+/-) 8.48 | 1.89 |
No practican | 44.9 | (+/-) 8.14 | 1.82 | |
Cólera | Practican | 49.6 | (+/-) 8.35 | 1.87 |
No practican | 53.55 | (+/-) 9.30 | 2.08 | |
Vigor | Practican | 59.75 | (+/-) 9.54 | 2.13 |
No practican | 51.35 | (+/-) 10.51 | 2.35 | |
Fatiga | Practican | 43.8 | (+/-) 8.04 | 1.8 |
No practican | 44.95 | (+/-) 9.48 | 2.12 | |
Confusión | Practican | 37.7 | (+/-) 6.67 | 1.49 |
No practican | 39 | (+/-) 9.50 | 2.12 |
Después de este análisis estadístico podemos observar que no existe diferencias significativas entre las variables de los dos grupos investigados y a continuación, para un mejor análisis se las representamos gráficamente.
La gráfica muestra lo parejo de los indicadores que presentan cada grupo de sujetos.
Analizando estas mismas variables pero por separados se pudo comprobar que en las mujeres con obesidad exógeno ligera que practican ejercicios físicos sistemáticamente 4 de ellas presentaron un bajo nivel de ansiedad rasgo, 12 presentaron un nivel de ansiedad rasgo y las 4 restantes un alto nivel de ansiedad rasgo, todo esto con una media de 38.95 puntos lo que quiere decir que en general obtuvieron un nivel medio de ansiedad rasgo.
Estas mismas variables en las mujeres con obesidad exógeno ligera pero que no practican ejercicios físicos se comporto de la siguiente forma:
-Bajo nivel de ansiedad rasgo (2 mujeres).
-Nivel medio de ansiedad rasgo (11 mujeres).
-Alto nivel de ansiedad rasgo (7 mujeres).
Con una media de 39.9, esto quiere decir que presenta un nivel medio de ansiedad rasgo.
Resumiendo esta variable psicológica de ansiedad rasgo podemos comentar que no existen diferencias significativas entre los dos grupos analizados, aunque en las mujeres que practican ejercicios físicos sistemáticamente se nota una ligera disminución.
A continuación valoraremos la variable ansiedad estado. En las mujeres que practican ejercicios físicos sistemáticamente 6 de ellas tuvieron bajo nivel de ansiedad estado, 9 presentaron un nivel medio de ansiedad estado y 5 u nivel alto de ansiedad estado. Con una media del 36.85 puntos se enmarcaron generalmente dentro del nivel medio de ansiedad estado.
Esta misma variable se comporto en mujeres que no realizan ejercicios físicos sistemáticamente de la siguiente forma:
-Bajo nivel de ansiedad estado (2 mujeres).
-Nivel medio de ansiedad estado (10 mujeres).
-Alto nivel de ansiedad estado (8 mujeres).
Con una media del 42.8 puntos presenta este grupo un nivel medio de ansiedad estado.
Valorando estos datos podemos llegar a la conclusión de que los dos grupos presentan un nivel medio de ansiedad estado, aunque se puede ver claramente que en las mujeres obesidad exógeno que no practican ejercicios físicos sistemáticamente poseen un grado un poco mas elevado de ansiedad estado, dentro del mismo nivel medio de ansiedad estado sus valores de puntuación se pegaron bastante al nivel alto de dicha ansiedad de forma general.
Siguientemente pasaremos a observar como se comporto la variable Tensión.
En las mujeres con obesidad exógena ligera que practican ejercicios físicos siguiendo las normas "Colllege" podemos decir que dentro de este rango de normalidad se incluyeron 19 mujeres de las 20 analizadas teniendo solamente una la tensión por debajo de estos parámetros.
En el otro grupo esta variable se manifestó a razón de 5 mujeres que no practicaban ejercicios físicos sistemáticamente presentaron altos niveles de tensión, 2 están por debajo de los parámetros establecidos y las restantes 13 se encuentran en los niveles normales de tensión.
De este análisis podemos concluir que aunque la diferencia no sea significativa entre los dos grupos investigados notamos un ligero incremento en los niveles de tensión en las mujeres que no practican ejercicios físicos de forma sistemática.
Seguidamente valoraremos los parámetros de la variable psicológica Depresión que se comportaron de la siguiente forma: dentro de la mujeres con obesidad exógeno ligera que practican ejercicios físicos 8 de estas se encontraban altamente depresivas en el momentos de la investigación, 2 estaban en el limite de alta depresión y las restantes 10 se movían dentro del rango normal para este caso.
Entre las mujeres con esta misma enfermedad pero que no practican ejercicios físicos pudimos observar que de las féminas analizadas 8 respondían a niveles altos de depresión, 9 se encontraban en una situación normal, es decir dentro de los parámetros establecidos y las restantes 3 rozaban el limite de alto nivel depresivo.
Después de analizado esta variable llegamos a la conclusión que no existe una diferencia significativa entre los dos grupos y que su estado depresivo se comporto generalmente en esta investigación de una forma muy similar.
La variable Cólera estará sujeta a nuestro próximo análisis y en ella pudimos encontrar las siguientes valoraciones: entre las mujeres con obesidad exógeno ligera que practican ejercicios físicos observamos: que solo 3 de ellas presentaban un grado elevado de cólera, en tanto las restantes 17 poseían un estado muy normal dentro de esta variable psicológica.
Adentrándonos en el análisis realizado en las mujeres con obesidad exógeno ligera que no practican ejercicios físicos sistemáticamente observamos que de estas mujeres presentan un nivel alto de cólera, 2 se encuentran en el mismo límite de alto nivel de cólera y 12 presentan unos números normales dentro de los parámetros de las normas "collage".
Resumiendo podemos decir que dentro de estas variables notamos un ligero incremento en los niveles de cólera en las mujeres que no practican ejercicios físicos cuando las comparamos con las mujeres que si practican ejercicios físicos sistemáticamente.
Analizando minuciosamente los parámetros correspondiente a la variable que representa el grado o nivel de Vigor que presentan estos dos grupos etarios llegamos a las siguientes conclusiones:
Las mujeres con obesidad exógena ligera que realizan ejercicios físicos sistemáticamente tienen buenos indicadores de vigor como se corresponden a la tabla, en la que 15 de ellas presentan parámetros dentro de los normales y solo 5 están por debajo de las normas establecidas.
En el grupo de mujeres con esta misma enfermedad pero que no practican ejercicios físicos sistemáticos el saldo fue totalmente diferente teniendo en cuenta que 14 de ellas tenían muy bajos los niveles de vigor y solamente 6 se encontraban dentro de los valores numéricos requeridos para estar en una escala normal.
Por tanto y depuse de analizado este importante parámetro podemos afirmar que en esta variable el ejercicio físico tuvo una muy buena incidencia a favor de la vigorosidad y vitalidad de las mujeres que llevan a cabo su practica constantemente.
El siguiente análisis lo enmarcaremos en la variable Fatiga.
Dentro del grupo de mujeres con obesidad exógeno ligera que practican ejercicios físicos podemos observar que 16 de sus integrantes presentan un nivel de fatiga acordes con las normas en las que se realizo la investigación y solamente 4 se sintieron un poco fatigadas.
En el grupo de control o grupo de mujeres que no practican ejercicios físicos asiduamente comprobamos que 15 de ellas se incluían por su nivel de fatiga dentro de la puntuación establecida y solamente 5 sobrepasaron estos valores normales.
Por lo observado anteriormente podemos afirmar que no existe una diferencia marcada entre dos grupos en este importante indicador.
Después de analizar las variables anteriores nos centraremos en observar y analizar como se comporto la última variable en cuestión que es la que nos alerta o no del grado de confusión que tenga algún sujeto.
Comentando esta variable, sus indicadores nos dejan ver que tanto en el grupo de mujeres que practican ejercicios físicos con obesidad exógeno ligera como las que no practican dichos ejercicios, la inmensa mayoría de ellas no presentan ningún grado de confusión y sus niveles de puntuación son totalmente normales, exceptuando a 4 mujeres (2 en cada grupo) que sus indicadores se encuentran ligeramente por encima de lo normal, por lo que podemos afirmar que esta ultima variable analizada se comporto de forma muy pareja.
Los resultados obtenidos por nosotros no confirman la hipótesis inicial que se desarrollo en el cuerpo de la Tesis relativas a encontrar diferencias significativas en el estado de ánimo entre mujeres con obesidad exógena ligera de 30 a 45 años de edad que practican ejercicios físicos en algunos gimnasios y aquellas que no lo practican.
De acuerdo con la literatura general sobre los efectos de la actividad física y el deporte se ha encontrado que las personas que practican deporte o ejercicios físicos muestran mejores perfiles en cuanto a estado de ánimo.
Los que practican deporte y actividad física se caracterizan:
Son más independientes, tienen mejor sentido del humor, son más pacientes y optimistas, poseen más confianza en sí mismos, mayor estabilidad emocional. Mayor extroversión y sociabilidad y un menor neuroticismo.
Como se señala la tendencia encontrada en el estudio no muestra estas diferencias.
A nuestro modo de ver, existen dos probables explicaciones en este aspecto.
1. A pesar de que todavía no es clara la relación entre la obesidad y algún síndrome psicológico o conductual de características propias, es más común encontrar alteraciones de la personalidad y problemas psiquiátricos en personas obesas que en las de peso normal, ya que la obesidad puede ser visualizada como el síntoma o la consecuencia de un problema de ajuste psicológico o social, que atenta contra las cualidades emocionales, percepción del propio funcionamiento, calidad de vida y habilidades sociales de estas personas a cualquier edad, especialmente por las características estigmatizadas por la sociedad.
Esto sin olvidar las consecuencias psicopatológicas del seguimiento de dietas y de los ciclos de pérdida-recuperación de peso, donde los programas de tratamiento conductuales deberán estar basados en las técnicas de autocontrol, dotando al sujeto de habilidades que le permiten identificar y controlar su propia conducta, mejorando los hábitos de alimentación y los niveles de actividad física, contribuyendo a la disminución de problemas como la falta de apego a la terapia.
El grupo sometido a estudio esta constituido por mujeres obesas que no han mejorado su peso corporal como consecuencia del ejercicio y esto puede seguir influyendo en la ansiedad y el malestar anímico que conlleva no ser completamente aceptado por los patrones estéticos de la sociedad.
En suma: La consideración social de la obesidad, ha provocado que las personas marquen a los individuos obesos con diversos prejuicios que carecen de fundamentos racionales.
Durante muchos años se ha mantenido la teoría de que los obesos eran personas que tenían problemas de personalidad que aliviaban mediante la conducta de comer y que carecen de voluntad para resolver sus conflictos y reprimir sus tendencias alimentarías y alcanzar un cuerpo "aceptable".
Sin embargo, Kaplan y Kaplan proponían que la sobreingesta es una conducta aprendida, utilizada por el sujeto obeso como mecanismo para reducir la ansiedad. Pero es interesante saber que todavía no es clara la relación entre la obesidad y algún síndrome psicológico o conductual de características propias como causa de obesidad, si bien los obesos padecen de determinados trastornos del estado de ánimo, como tendencia; por lo que ésta ha sido excluida de la clasificación de la American Psychiatric Association en el DSM-IV (1994) y por la OMS en el ICD-10.
No obstante, estas mujeres tienen que enfrentar los criterios de quienes las rodean y en ocasiones, muestran su desagrado por su imagen corporal.
Por ello, es probable que esta circunstancia continua funcionando a pesar de la participación en el ejercicio, desarrollando en ellas, malestar y reacciones en sus estado de ánimo de carácter negativo, ya que los valores encontrados en ambos grupos siguen la tendencia a señalar un estado de ánimo no favorable.
Los prejuicios y criterios desfavorables sobre los obesos no son exclusivos de ciertos sectores de nuestra sociedad sino que se manifiestan de igual forma en todo el hemisferio occidental como consecuencia de un patrón sofisticado de la imagen corporal, por ejemplo investigaciones realizadas en Estados Unidos muestran:
Los estudiantes de bachillerato en los Estados Unidos, han informado que prefieren como pareja a una cocainómana o ciega, que a una obesa. Curiosamente los sujetos con obesidad tienen el mismo tipo de prejuicios.
Incluso entre los médicos endocrinólogos se escuchan expresiones que aportan información con respecto a su actitud hacia las personas obesas: La clínica de obesidad funciona: cada vez que vienen los pacientes suben de peso.. .Si el paciente obeso viene bajando de peso hay que buscarle el cangrejo en algún lado.. .La única forma de bajar de peso a un obeso es encerrarlo en una jaula y darle puro pan y agua… o tal vez le quitamos también el pan.. Estos ejemplos pueden ser un chiste, pero lo que sorprende es que algunos médicos expresan y describen a los pacientes obesos como desagradables, débiles y con poca fuerza de voluntad. Maddox GL, Liederman V. (1969)
Nuestro segunda propuesta conlleva:
2. En el momento de realización de de la toma de datos, coincide con un período de dificultades en el orden económico del país que se refleja en un grado determinado de tensión en las mujeres que se ocupan sobre todo de las tareas de la casa como consecuencia de períodos en que no hubo fluido eléctrico y se afectaban las actividades diarias de carácter doméstico, incluyendo al calidad del sueño como consecuencia además de altas temperaturas derivada de un verano atípico en nuestro país.
El hecho de que la hipótesis principal del estudio no fuera comprobada no demerita el trabajo sino que al contrario llama la atención de la complejidad del trabajo propuesto y la necesaria indagación con vista a la exposición de una explicación sobre el fenómeno, incluyendo las dos propuestas colocadas aquí por el tutor.
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Autor:
Lic. Dariem Hanssel Díaz Pérez