- Aproximación al krausismo
- La primera cuestión universitaria
- La segunda cuestión universitaria
- Otras cuestiones universitarias
- Epílogo
- Bibliografía
En el año 1840, existía en España, fundamentalmente entre los juristas un deseo de encontrar una doctrina política, que propiciase el proceso regenerador del país dentro del pensamiento liberal, Rodríguez de Lecea (1985). En 1843 el ministro y jurista Pedro Gómez de la Serna, envía a Alemania al profesor Julián Sanz del Río (1814 – 1869), con el fin de estudiar durante dos años las doctrinas que convirtieron a Alemania en una gran nación. Sanz del Río, visita a un exiliado alemán Heinrich Ahrens, residente en Bruselas, para proponerle su proyecto de estudiar y adaptar una doctrina política y social a las necesidades de nuestro País. La obra de Ahrens, conocida en España, era un Curso de Filosofía del Derecho dictado en la Sorbona, traducido al español por Ruperto Navarro Zamorano. Ahrens, había sido discípulo de Karl Chistian Fredrich Krause (1781-1832), un filosofo y educador alemán, olvidado en su propio país, y cuya biografía completa, bajo el título "Krause, educador de la Humanidad", fue publicada en el año 1991, simultáneamente en España y Alemania, por Enrique M. Ureña (Publicaciones de la Universidad Pontificia de Comillas). Según Ahrens, Krause concebía el Derecho como un Orden Universal de Piedad, Abnegación y Altruismo. Fue quizá esta idea, la que llevaba en su ánimo Sanz del Río en su viaje a Alemania.
Sanz del Río, en opinión de Rodríguez de Lecea (1985), crea a partir del estudio y análisis de la obra de Krause, un teoría filosófica: "el krausismo (que) no tiene nada de alemán, apenas el nombre". Sanz del Río tomó las corrientes de la filosofía alemana, las reelaboró y dio forma para aplicarlas a España". En esta misma línea, en la "Advertencia" a la obra de Sanz del Río, que se considera la base teórica del "krausismo", "Ideal de la Humanidad para la Vida", que se reeditó en el año 1871 por sus "fideicomisarios" (Fernando de Castro, Manuel Ruiz de Quevedo, Nicolás Ramirez de Losada, Federico de Castro, Nicolás Salmerón, Francisco Giner y Tomás Tapia), se puede leer: "Aunque Sanz del Río atribuye modestamente su Ideal a Krause, dando a entender es mera traducción de éste (Urbild [Arquetipo] der Menschheit, 1ª ed., Dresde, 1811; 2ª ed., Gotinga, 1851), hay entre su libro y el del filósofo alemán notables diferencias (a mas de las que señalan sus notas y comentarios), tanto en el plan como en partes enteramente nuevas, que faltan en el segundo. Basta comparar los índices de ambos para convencerse de ello. El de Sanz del Río, si bien inspirado en la bella obra de Krause, es una exposición completamente libre de su sentido, acomodada al espíritu de nuestro pueblo y a las mas apremiantes necesidades de su cultura".
En una traducción comentada de la obra de Krause "Ciencia Universal Pura de la Razón", Artola y Pérez (1986), defienden el carácter de adaptación a la realidad española de la obra de Sanz del Río. Esta idea no es compartida por Ureña (1991), el cual señala textualmente en el Prefacio de su obra, "Krause, educador de la Humanidad" : "El trabajo en el archivo de Dresden me condujo hasta un descubrimiento de trascendental importancia para la historiografía sobre el krausismo español: hasta el descubrimiento de los originales impresos de Krause que Sanz del Río tradujo y publicó en el Ideal de la Humanidad para la vida. Esta obra crucial del krausismo español, lejos de ser una acomodación al carácter y circunstancias históricas y culturales del pueblo español, es una traducción de la obra de Krause…". Krause era un visionario o quizá un idealista, la frase escrita en el año 1790, "Mirad dentro de 2000 años si mi doctrina no ha echado raíces, y cuanto ha influido", Ureña (1991), es una magnífica muestra de su carácter utópico.
Esta larga introducción permite poner de manifiesto que el libro "El Ideal de la Humanidad" de Sanz del Río, a pesar de los argumentos que los partidarios de un krausismo español sin Krause han esgrimido, parece ser una traducción directa, si acaso interpretada, como toda traducción, y posiblemente comentada y anotada.
Cabe preguntarse, acerca de cuales eran las ideas de los "krausistas". La sociedad que describe el libro "Ideal de la Humanidad" puede calificarse de estructuralmente utópica, respetuosa con la libertad de un individuo, que a su vez se integra voluntariamente en las sociedades humanas existentes (familia, estado, iglesia,..), fraternal y tolerante con la Humanidad en el sentido de los librepensadores del siglo XVIII.
No me gustaría aquí dejar de señalar la circunstancia de que los precitados fideicomisarios de la obra de Sanz del Río, escriben en el prólogo de la reedición del libro : "La segunda razón (de la reimpresión), de menor trascendencia, pero decisiva en el ánimo de los fideicomisarios de Sanz del Río, es el interés histórico del libro para quien desee conocer la vida del autor y aún las relaciones de la Universidad con el Estado antes del memorable decreto (se refiere al Decreto de 21 de Octubre de 1868, firmado por el Ministro de Fomento Manuel Ruiz Zorrilla, que repone a los profesores separados) que afirmó para siempre la libertad de la Ciencia y la Enseñanza.- El Ideal de la Humanidad mereció la reprobación de la Congregación del Índice romano (fué incluido en el Índice el 22 de Septiembre de 1860); Sanz del Río fue despojado de su Cátedra porque no quiso renegar de su obra (una Real Orden circular de 27 de Octubre de 1864, basada en la Ley de Instrucción Pública de 1857, en la que se sobre entiende por extensión que un profesor podría ser separado de su Cátedra por faltar a la defensa de la ley católica, fidelidad a la Reina, y obediencia a la Constitución, el Ministro Orovio, separaba de su Cátedra a Sanz del Río, 31 de Diciembre de 1867, por considerársele autor de la mencionada obra, y por rehuir dar explicaciones al Gobierno, el cual tiene derecho en su calidad de "protector de los intereses de la educación". No recordamos este hecho para acusar y menos condenar a nadie… La historia dirá si obraron con justicia los que en nombre de la religión condenaron el libro, y los que destituyeron a al Profesor en nombre de los principios fundamentales de la sociedad. … Que los hombres de recto pensamiento y puro corazón declaren si al repasar estas páginas se sienten heridos en su conciencia moral y religiosa, o edificados con el divino amor del bien y de la Providencia suprema."
La obra de Sanz del Río, define las principales instituciones existentes en la Sociedad Humana : "familias, amistades, círculos libres sociales, las superiores sociedades de naciones, pueblos y pueblos unidos ; el Estado, la Iglesia, la sociedad para la Ciencia y el Arte llenan hasta hoy la sociabilidad activa humana". Refiriéndose a la sociedad científica se puede leer : " Los hombres de profesión científica están llamados a reunirse en sociedades análogas, mayores o menores, pero libres y orgánicamente enlazadas, para recoger y ordenar la tradición de la verdad, para conocer en cada tiempo y pueblo cual es entonces y allí la cuestión oportuna, la que resta por indagar y resolver, y para trabajar socialmente en la inducción, la deducción, la expresión y la aplicación de la ciencia humana". En opinión de Sanz del Río, en la sociedad de su tiempo, "las academias, las universidades,…, son bellos ensayos , pero muy imperfectos,…, porque no llenan el fin del espíritu humano, ni posen los fines con vida propia, orgánica e independiente" no apoyan en la transmisión de la ciencia a la sociedad, no tienen tendencia hacia la universalidad, no posen los medios de comunicación con las demás instituciones…. En lo que se refiere a la Universidad (institución científica del más alto nivel) la concibe con tres funciones: la Biblioteca cuyos fines son la colección, conservación y clasificación del conocimiento; la Academia "Foco ardiente" de la institución a la cual le corresponde la indagación (investigación), la discusión y juicio científico; y la Cátedra como resultado de la preparación anterior a través de la "Biblioteca" y la "Academia", correspondiéndole la busca de exposiciones claras y animadas par "dejar impresiones imborrables en los estudiantes", es decir la transmisión adecuada del saber. La institución científica debe de mantener relaciones libres con las demás instituciones , y la tutela exterior política debe de concebirse de modo que no exista "un estado de oposición entre la sociedad científica y la política (Universidad y Estado), sino un orden de relaciones superiores más sanas y más bienhechoras que hasta aquí".
La primera cuestión universitaria
Las ideas de Julián Sanz del Rio, seguidas por F. Giner de los Rios, F. de Castro, N. Salmerón, Gumersindo Azcarate,.. representan durante el reinado de Isabel II, una bocanada de aire fresco en el enrarecido panorama político del momento; la toma de postura en 1867 en relación con la suspensión de Castelar en su cátedra, motivada por su oposición a algunas medidas económicas gubernamentales, provoca la destitución y separación de la docencia de algunos de los profesores krausistas. La Revolución de 1868 repone a los profesores destituidos y separados.
Pero veamos un poco más en detalle la cuestión. Los sucesos de 22 de junio de 1866, determinaron la caída del gobierno del General O'Donnell, y la vuelta al poder del Duque de Valencia. En este gabinete aparece la figura singular de Manuel Orovio y Echagüe (1817-1883), Ministro de Fomento, que dirige sendas circulares a los rectores de todas las Universidades de España para que "inspeccionen" las enseñanzas, procedan a prohibir la participación de los profesores en reuniones políticas, y controlen a los profesores para que no "enseñen directa ó indirectamente doctrinas que repugnan a los principios en que se basa la sociedad española,..", Jimenez-Landi (1973). Emilio Castelar es condenado a muerte en rebeldía por los precitados sucesos del 22 de junio, y en aplicación de la Ley de Instrucción Pública se le quita la Cátedra.
En esta situación social descrita anteriormente, Nicolas Salmerón crea el "Colegio Internacional", en el que se encuentran todos los "alumnos" de Sanz del Río: Salvador, Laureano y Alfredo Calderón,.., Francisco y Hermenegildo Giner de los Ríos,…, Augusto de Linares,… La no adhesión "espontánea" de algunos profesores de Universidad a la Reina Isabel II, promovida por el gobierno, es el pretexto para separar de la Cátedra a aquellos profesores que infundían a sus alumnos "doctrinas perniciosas". Ello genera una serie de tensiones entre el Rector de la Universidad Central, Marqués de Zafra, y Sanz del Rio, propiciadas desde el Ministerio, que se saldan con una Orden al Rector para que instruya un expediente sobre el libro: "Ideal de la Humanidad para la vida", del que es autor C. C. F. Krause (1871-1832), ver Urueña (1991), siendo su traductor y adaptador Sanz del Río. Dicho libro había sido condenado por la Iglesia, incluyéndolo en el Índice de libros prohibidos el 28 de Agosto de 1865.
El 21 de Septiembre de 1867, Julián Sanz del Río es depuesto de la Cátedra a causa del expediente que se le había instruido, y el 8 de enero de 1868 es depuesto asimismo Nicolas Salmerón. Las protestas de Fernando de Castro y Francisco Giner, por estos ceses, se resuelven con la separación de la Cátedra del primero en marzo de 1868. El expediente de Francisco Giner queda paralizado, por el cambio de gobierno. Los sucesos que determinan la caída de Isabel II y el triunfo de la Revolución denominada la "Gloriosa", hacen posible que la Junta Revolucionaria de Madrid el día 30 de Septiembre de 1868 reponga en sus cargos a los profesores expedientados.
El triunfo de la "Gloriosa" trae consigo la consagración de las ideas de la libertad de enseñanza, la supresión de algunas asignaturas obligatorias de vinculación claramente relacionada con la Iglesia Católica, y la inclusión de algunas nuevas, no incluidas en los "curricula" hasta entonces: Cosmología, Antropología, Biología,.. El nuevo Rector de la Universidad Central, Fernado de Castro, hace el discurso de apertura del Curso 1868 – 1869, bajo el lema de que "Sólo la verdad os hará libres, Evangelio de San Juan, XII, 32". En el discurso marca las líneas maestras que definirían la posición de los "krausistas" para el renacimiento de la Universidad, Alma Mater, y través de ella de la sociedad "la libertad de ciencia y la independencia de su magisterio". Y continuaba, con un bello párrafo claramente inspirado en la traducción de Sanz del Río, "De hoy más , la Ciencia y la Enseñanza, elevadas al poder de sociedad fundamental, serán tan soberanas en su esfera como la Iglesia y el Estado en las suyas;… Independiente la Universidad en la organización interna de sus funciones, declarada campo neutral, donde planten bandera todas las escuelas y todas las teorías; inviolable el profesor en la expresión de su pensamiento bajo la salvaguardia de su dignidad científica y de su conciencia moral, habrá de mandarnos la razón, no la arbitariedad; el derecho no la fuerza". Fernando de Castro y Pajares , nacido en Sahagún , en 1814, franciscano, exclaustrado como consecuencia de la desamortización de Mendizabal, 1835; Doctor en Teología en 1846; Catedrático de Elementos de Historia General y de España primero del Instituto de San Isidro y luego de la Universidad de Madrid, Capellán de Honor de la Reina,… Su fe religiosa entra en crisis después de un periplo europeo, convirtiéndose en un atormentado heterodoxo, en sus Memorias, ver Jiménez-Landi (1971) escribe: "No creo, por ende que sea hoy el Catolicismo un poder necesario a las razones de raza latina,…; en tanto que desde el momento en que se impone una religión y esta se convierte en pura exterioridad, sin que prevalezca ningún principio interno de acción sobre la vida, semejante sociedad está perdida y fuera del orden moral". Feminismo, abolición de la esclavitud, desarrollo del modelo krausista de Universidad, fueron desde este momento los ejes de las inquietudes de este hombre…; en noviembre de 1868, escribe una carta los Rectores de la Universidades de España y Ultramar, en la que los invita a estrechar las relaciones académicas, y a participar en el desarrollo de la Sociedad científica fundamental, y añade "Mas para que llegue a ser posible esta Sociedad,…, es preciso que todas las sociedades científicas entren de todos lugares y modos en la real, efectiva y recíproca comunicación mediante la Universidad, alma mater scientiarium, y que fundado una vez tal vínculo interior y permanente, no se rompa jamás por exteriores contratiempos, como hasta aquí ha sucedido, por haber puesto la ciencia al servicio de fines temporales políticos, que le han vendido cara su pasajera tutoría".
La segunda cuestión universitaria
La efímera historia de la Primera República, aunque contaba entre sus Presidentes a personas como Nicolás Salmerón, krausista de la primera hora, pone de manifiesto la ruptura entre la realidad y la filosofía. El breve periodo en el cual se experimentó en España una Constitución Monárquica, que llevó al trono a Amadeo de Saboya, y la 1ª República de exigua duración, fue una época dorada en cuanto a los aspectos intelectuales, pero convulsa en lo político y social. El ida 29 de Diciembre de 1874, el General Martínez Campos proclama a Alfonso XII rey de España. Antonio Cánovas, nombra ministro de Fomento a Manuel Orovio, Ministro del último gobierno de Isabel II, y como cabría esperar la situación universitaria se retrotrae a la época de Isabel II. La Circular de 26 de Febrero de 1875 deja claro que: "La libertad de enseñanza de que hoy disfrutamos en nuestro país, y que el Gobierno respeta, abre a la Ciencia ancho campo para su desenvolverse ampliamente sin obstáculos…, pero cuando la mayoría, y casi la totalidad de los españoles es católica y el Estado es católico, la enseñanza oficial debe de obedecer a este principio,.. Partiendo de esta base, el Gobierno no puede consentir que en las cátedras sostenidas por el Estado se explique contra un dogma que es la verdad social de nuestra patria…. A tres puntos capitales se dirigen las observaciones del Ministro que suscribe. A evitar que en los establecimientos que sostiene el Gobierno se enseñen otras doctrinas religiosas que no sean las del Estado; a mandar que no se tolere explicación alguna que redunde en menoscabo de la persona del Rey o del régimen monárquico constitucional; y por último que restablezca en todo su vigor la disciplina y el orden en la enseñanza… Orovio", Ministro de Fomento.
Laureano Calderón Arana (1847-1894) y Agustín González de Linares (1845-1904), ver Carracido (1988), catedráticos de la Universidad de Santiago, antiguos miembros como hemos visto del "Colegio Internacional" de Salmerón, protestan por la "Circular del Ministerio de Fomento" ya que la Constitución de la "Gloriosa" no se había derogado y en consecuencia la referida Circular vulneraba la Constitución y el Decreto-Ley sobre Libertad de Enseñanza de 1868. Sin embargo, después de un expediente, ambos son separados de sus cátedras por un decreto del 12 de abril 1875.
El 2 de abril Francisco Giner de los Ríos ingresaba en la cárcel del Castillo de Santa Catalina en Cádiz, como consecuencia de su apoyo a Calderón (L.) y a González de Linares. Emilio Castelar, Laureano Figueroa, Eugenio Montero Ríos,.., renuncian a sus respectivas cátedras. Entre los que se unen a la protesta se encuentran: Salvador Calderón, Catedrático de H. Natural del Instituto de las Palmas, y Tomas Andrés y Andrés Montalvo, Catedrático de Historia Natural del Instituto de Segovia. Cuando Giner alcanza un régimen penitenciario abierto, entra en contacto con gran número de personas, entre ellos el geólogo gaditano de ascendencia escocesa, José Macpherson y Hemas (1839-1802), fundador de la Escuela de Geología vinculada al Museo Nacional de Historia Natural de Madrid.
El 10 de marzo de 1876 nace la Institución Libre de Enseñanza, en el decir periodístico de la época había nacido la "Universidad Libre". Salvador Calderón, figura en la Junta Facultativa, junto con Agustín González de Linares y Francisco Quiroga Rodríguez (1853-1894), primer Catedrático de Cristalografía de la historia científica de Europa en el año 1888. La Institución Libre de Enseñanza, mejor dicho su espíritu, fue un fermento sin el cual es difícil entender el avance científico de España en el primer tercio del siglo XX.
Una Real Orden circular de 3 de marzo de 1881, dirigida a los rectores de las Universidades por el nuevo Ministro de Fomento José Luis Albareda (1827-1897), deroga la de 26 de febrero de 1875. Y refiriéndose a esta Real Orden dice:"…cuando la tranquilidad se asegura y las instituciones se consolidan, la mas vulgar previsión aconseja volver a la práctica normal de las leyes y… es consecuencia inmediata de esta determinación que los profesores destituidos, suspensos y dimisionarios,.. vuelven a ocupar en el Profesorado los puestos que a cada uno de ellos pertenecían…."
Un buen resumen para este apartado podría ser : Los ministerios de Albareda (1881, Gamazo (1883), Montero Ríos (1885), Groizard (1871), Romanones, constituyen la punta de lanza de la mejora del sistema educativo ; Orovio (1865 -1866 y 1874), Toreno (1875 – 1879), Pidal y Mon, suponen un recorte en las libertades formales, y una vuelta a la situación de tensiones, Molero (1985). Es decir en el mundo universitario cabe establecer un cierto paralelismo entre las tendencias políticas del Gobierno de turno, y la situación de la Universidad, de modo que quizá el único método aceptable para evitar estas interferencias, aún las más positivas es la práctica de la autonomía universitaria, entendida no como una posición corporativista o elitista de la Universidad, o intento de eludir la necesaria fiscalización de la gestión que compete al poder legislativo, sino desde un afán intemporal de servicio a la Sociedad en la creación, transmisión y aplicación del pensamiento científico, técnico y artístico, sin interferencia de las diversas opciones o modelos políticos que se apliquen a la sociedad.
Otras cuestiones universitarias
En la última fase de la Dictadura de Primo de Rivera, Laporta y otros (1987), describen una crisis universitaria, en la que Menéndez Pidal, Bolivar, Sánchez Albornoz, Américo Castro, y Moles, renunciaron a sus Cátedras en apoyo de los estudiantes, cuando se decretó la perdida colectiva de matrícula. A esta situación se había llegado, como consecuencia de una huelga convocada por los estudiantes para protestar por el reconocimiento de los Títulos expedidos por instituciones vinculadas a órdenes religiosas. A pesar de que la Asamblea Nacional había rechazado este reconocimiento de Títulos, el Gobierno lo había implantado mediante Decreto-Ley. La protesta se inició en el año a raíz de una conferencia de Jiménez de Asua en la Universidad de Murcia, sobre la eugenesia, por la que fue expedientado; y se acabó con la derogación del artículo del Decreto-Ley sobre reconocimiento de los mencionados Títulos.
Una de las figuras señeras de la autonomía universitaria ha sido Miguel de Unamuno (1864 – 1936), rector de Salamanca en el año 1901, destituido por disensiones con el Gobierno en el año 1914 ; elegido en 1924 Vicerrector por unanimidad del Claustro de la Universidad de Salamanca. En 1924 es destituido y deportado a Fuerteventura por el Gobierno de Primo de Rivera. Regresa a España en 1931, y al comienzo de la Guerra Civil, vuelve a protagonizar un incidente político con el General Millán Astray, en un acto celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca. El incidente concluyo con la frase del Rector Unamuno : "Este es el templo de la inteligencia !. ¡Y yo soy su supremo sacerdote !. Vosotros estáis profanando su sagrado recinto… : Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta ; pero no convenceréis por que convencer significa persuadir.", Preston (1995).
La Guerra Civil (1936-1939) y la post Guerra, son quizá el periodo más amargo de la reciente historia de España, más que una "cuestión universitaria", supuso la más absoluta desvertebración y quebranto del sistema educativo, y por supuesto, como parte del mismo la Universidad, y la Investigación. Quizá más de medio siglo después del capítulo más luctuoso y cainita de nuestra historia, y en los albores de siglo XXI, falta un testimonio histórico detallado que recoja sistemáticamente la influencia negativa de la contienda civil, y de las represiones durante y después de la misma sobre la Ciencia española. A modo de ejemplo, en el campo de las Ciencias experimentales, seguir la pista de personajes como, Cabrera (B.), Moles, Piña de Rubíes, Catalán,… , Sánchez Ron (1988) ; o los tristes recuerdos de Royo Gómez, Martín Cardoso, Julio Garrido,… podría ser un buen ejercicio para iniciar el análisis del problema.
En el año 1956, la lucha contra el régimen nacido dela Guerra Civil, se extiende a la Universidad ; esta no hace sino desde la posición de su "sentido de la autonomía y libertad de pensamiento y de expresión de ideas", unirse a los sectores obreros y profesionales, que reclaman una liberalización del Régimen. Las protestas universitarias se saldan con la salida del Gobierno del Ministro de Educación Nacional, Prof. Ruiz Jiménez, Castellano (1994). Por su trascendencia, y resonancia internacional, el episodio de 1965 de la expulsión de sus Cátedras, entre otros profesores, de Enrique Tierno Galván, Agustín García Calvo y José Luis López Aranguren, por su apoyo a las protestas estudiantiles, representa una vertiente de la lucha por la "autonomía universitaria" independiente de los poderes políticos, en un momento en el que legalmente y formalmente la Universidad carecía de la más mínima capacidad de ejercer como tal, y no era sino una estructura administrativa, apéndice del Ministerio de Educación Nacional, o equivalente.
La Constitución Española de 27 de Diciembre de 1978, recoge las viejas aspiraciones universitarias, y así en su Art. 20.1 Se reconocen y protegen los derechos :..c) A la libertad de cátedra… 4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título,.. y especialmente, en el derecho al honor , a la intimidad, a la propia imagen, y a la protección de la juventud y de la infancia. En el Art. 27. Todos tiene derecho a la educación . Se reconoce la libertad de enseñanza….. 10. Se reconoce la autonomía universitaria, en los términos que la Ley establezca.
La Ley Orgánica 11/1983 de Reforma Universitaria, en su parte expositiva, dice textualmente : ".. No debe de incurrirse en el error de encomendar a la Administracción de Estado o de las Comunidades Autónomas responsabilidades que son propias de cada Universidad . Ésta debe gozar de autonomía par la organización de la vida académica, pero en justa correspondencia debe de asumir el riesgo y las responsabilidades inherentes a la facultad de decisión y a la libertad. El profesorado y los alumnos tienen, pues, la clave de la nueva Universidad que se quiere conseguir, y de nada servirá ninguna Ley si ellos no asumen el proyecto de vida académica que se propone, encaminada a conseguir unos centros universitarios donde arraigue el pensamiento libre y crítico y la investigación. Solo así la instiitución universitaria podrá ser un instrumento eficaz de transformación social , al servicio de la libertad, la igualdad, y el progreso social para hcer posible una realización más plena de la dignidad humana".
La Universidad Española, con la Constitución, y la Ley Orgánica de Reforma Universitaria ha alcanzado un aceptable nivel de autonomía ; sin embargo la carencia de un modelo de Universidad, que regule la creación, crecimiento, régimen económico y financiero de las Universidades, ha puesto en peligro la autonomía universitaria, por la vía de la asfixia económica de las mismas. Lo que empieza a definirse como "autonomía financiera de las universidades". El modelo represivo usado por algunos Gobiernos del siglo pasado, limtando la libertad de cátedra y en definitiva la autonomía de las Universidades por su falta de "adhesión al Gobierno y la defensa de teorías contrarias al general sentir general del Pueblo, o al Dogma", puede sustituirse en un futuro próximo, por la discrecionalidad y discriminación en el reparto de las subvenciones públicas entre Universidades en función de criterios de aquiescencia o compromiso político con el partido en el Gobierno del Estado o de las Autonomías. En esto, como en otras cosas, la vigencia de la filosofía krausista ha superado la barrera de los siglos.
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