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Poemario: hojas melodiosas atrapadas en cuentos de papel (página 2)


Partes: 1, 2

mujeres y hombres de mazorcas

espigas de prosperidad

trigo y padre, laboriosos y nuestros de cada día.

QUE LA PALABRA SEA UN POEMA

La palabra negada en toda época

epopeya y canto

centinela de historias.

La palabra que discurre en un discurso hueco, compromete

arremete contra el silencio

conspira en el estruendo.

La palabra escrita, compromiso y deber

la palabra que armoniza, expresión que fluye, envenena o ama;

suena, camina con amplitud, rinde homenaje, se escucha

se deja escuchar, se retiene se piensa, se maldice y se entona

sufre y está muda, perpleja se asombra, penumbra en la audición

oído medio, equilibrio y transformación

melodiosa, paraíso musical, concordancia del alma.

La palabra, primera y última, victoria de musas

estrofa, discurso, naciente y cauce

estrecha y cumple, armoniza y hermana

palabra hecha prosa y poesía.

FUNERALES PARA LA GUERRA

Un ángel apareció destruido sobre la nada

tristezas sobre escombros, desvanecimientos de inútiles fuerzas

cumbres y presidentes, delegaciones y espíritus tapados con materias

máscaras, oscuros representantes del dinero.

Nos sentimos asaltados en un cuento sin vencedores, en esta mutilación de almas;

el séquito avanzó sobre la vía que conduce al cementerio

de las gélidas escaramuzas nadie contó, se fundieron las armas

y sendos espantapájaros pulularon el ambiente

tensos y demacrados pronunciaron un testamento panfletario

con sollozos reclamos de soberanía se abatieron sobre el testamento dejado.

Políticos y terroristas, perros y halcones de la guerra

dióxido de carbono, la misma cosa porque la química es única

negros nubarrones se precipitaron sobre la tumba para la guerra

y bajaron a ella los citados por el ángel oscuro,

la guerra se sintió extenuada porque ya no habían territorios que bombardear

ni ejércitos porque pelear;

autodestruida la guerra, apareció una libélula y le llamaron la verdadera paz.

LA SONRISA SINCERA

Vamos por esta calle

por cualquier calle de cualquier ciudad o mundo

y nos estrechamos con la algarabía de cocuyos y de niños,

con la mano y la sonrisa de muchos árboles

porque,

qué es un niño sino un árbol.

Hoy estamos escribiendo un número

cuando las hojas comienzan a llover sobre este suelo

porque,

qué es el número sino un sueño de ilusiones cuando viejos

o el ave de los niños traviesos;

lo mismo el árbol que un día

fue miel de tantas desventuras

mar y silencio cuando se doraron sus alas.

Ayer botó sus pétalos, hoy un suspiro

es el polen, es el sol y los corazones;

mañana

quizás no habrá mañanas

desde que la ciudad del río Nieva perdió una lágrima

perdió su nombre, perdió su historia.

Vengan niños del mundo a estrechar estas manos realizadas con sonrisas

por América que hace cinco siglos no sonríe

por la tierra de Martí y de Bolívar

por los puños solidarios de Sandino y Guaicaipuro

por toda la raza amerindia, por los que no abandonan ni se rinden.

Vengan niños del mundo a escribir la poesía

tu poesía

nuestra poesía.

CUANDO LLEGUE LA VIDA PARA DARTE LUZ

Cuando llegue el frágil amor a tu sesgada piel

a besar tus labios extenuados

a mirar tus ojos profundos, llenos de náufragas miradas.

Cuando llegue el mar infinitamente

a interrumpir tus sueños.

Cuando llegue el amor sin aparente fatiga hasta el mar

y tu quimérico mar hasta el amor,

romperemos el cristal, tus ojos de luna

tu verde titilar.

Cuando se destroce o se vuelva añicos el mundo, como espuma

y se fragmente en corpúsculos tu silencio;

recoge entonces, la estéril llanura de la soledad

hazla siempre amalgama de tu destierro

soledad y soledad

soledad y silencio

danos nostalgia, la soledad contada de tus encantos

y sobre la noche tendida en desiertos, el pensamiento,

dulce alma, luz de soles desaparecidos.

Nosotros fuimos hacia ti un segundo nocturno de la hoja de un reloj

teniendo el tejido de tus manos como de miel

sobre el pecho del duro camino, tránsito y esperanzas.

Correr por tus sueños

acorralarte en la cálida pesadilla o en el sosiego de la otra mañana;

hojas y almanaque, suspiro, exhalamos las emociones de la etérea tarde

y vuelven tus ojos atravesando cordilleras como el imponente cóndor

y entran tus dedos vibrando en la eternidad de su canto.

FRAGMENTOS DE LOCURA

Un extraño se montó en la esquina azul

la gorra sobre su cabeza, espantapájaro perdido, aniquilado

se rompió el silencio en el más infame de los recuerdos,

la tierra le ofrenda su más exquisito olor.

El loco tomó su espacio, la firme convicción de reunir sus causas

el cabello se hizo su cómplice, enormes noches se atrincheraron en la habitación, de la carcajada inesperada brotó un razonamiento cuerdo y apropiado

tiene tiempo y edad.

El supremo inimitable se vistió de frac, de los ecos de sus internas voces

se apresuró en respirar el último y apropiado éxtasis de sentirse libre

de ataduras, de tantos más incómodos que su misma e inteligente persona;

se sintió el padre del psicoanálisis, de la posibilidad de auscultarle la mente

a tanto sano suelto, opresor, maquinador de la especie.

Se desmontó nuevamente en la esquina azul

y se despidió del crepúsculo cuando el insomnio le abrió sus brazos.

PRINCIPITO DE ESTRELLAS

Al morir, las flores se han ido a poblar las estrellas

contadas en innumerables historias

cada cual en capullos, se han esfumado en la arena,

casi de cocuyos se han notado emigrar, salir con sus almas inquietas

subieron a contar principitos ambulantes, llenos de semillas germinadas.

Las flores en colosales manojos parecen balbucear

infantes ternuras que administran el ancho mar

de distantes cosmos, teorías múltiples de mutantes y paralelos

fragmentáronse los ramos y se agrupaban en constelaciones,

cuando ráfagas de luces pululaban los planetas

compramos al mercader de estrellas, príncipes coronados de virtudes

con la prosperidad de los animales del bosque.

Quisieron privatizar la felicidad que sentíamos

con acciones de bancos tan efímeros

pero el arroyo de itinerantes cometas, lo impidió;

no se vende lo legado por el farolero

que vestido de gala encendió un día, segundos de eternidad.

LA CANCIÓN LIBERADA

Esta es la humilde canción que abre el libro que tú quieres

ella está soñando en la montaña que descansa y en la vida que despierta;

inesperadamente, hemos tocado tus manos ligeras

sentimiento de orquídeas, plexos y arcoíris;

canción humilde que te eclipsas en el horizonte

rayito de sol filtrado por lágrimas, rocío de ojos marchitados.

La vejez que alcanzó los ojos martirizan ya tu reflexión

ánimos cortados, dulce encanto, segundos de vivencia

entonan las finas notas de lo que guardas en potencia;

tocaremos a tu puerta ensimismados en un segundo

desalentados, navegando en las palabras, huiremos de destellantes voces.

Libertad, riegan las bocas sigilosas y apresuradas

como gaviotas impulsadas por mares,

fuego del amor, canción hecha pedazos destrozada de naufragios

flota, soldados cumpliendo misiones de paz

el mundo todo en los brazos de todos

canción despierta, fraternal canción.

LA ENORME CASA

Las hormigas, así como los enanos se habían apoderado

del bello y cómodo lugar; al lado de la mesa avanzaban las polillas,

de las indiferencias de los seres humanos

afloraron unas formidables protuberancias

los platos rondaron la exquisitez del desarrollo

el pollo se batió con las ensaladas sobre el transparente ventanal

y por intrincados vericuetos se aproximaron los fumigadores.

amargados con intransigentes bombas, minas antipersonales

al cabo de un tiempo como si este fuera ignorado

se presentó unos ignorados insectos que se abalanzaron

intermitentes, sobre la comida ya digerida en los órganos digestivos

suenan los gases barridos por la ingesta

las bacterias se multiplicaron y afloraron los dolores

sobre la enfermedad avanzada con esperanza de alternativas.

En la enorme casa abarrotada de boteros

visitaron los elementos del subdesarrollo

para robarnos la robustez y la hermosura de los lienzos.

MUSEO DE ANTIGUEDADES SOSPECHOSAS

La noticia viajó por la red abordando máquinas y cerebros

la modelo presentó sus exquisitas piernas, expuestas por la interminable pasarela

exhibición anoréxica de una preocupación latente.

Su cuerpo ondulante se apoderó de la visual presente

y un gustoso delirio con descarada emoción se infiltró en la audiencia

talle, medidas, busto, sensualidad

se arrebataron el espectáculo

las telas de gustosos colores agitaron el público

ajustándose con sensación a lo escultural expuesto a la mirada;

colecciones plásticas se juntaron a las jugosas carnes

y al museo fueron ingresando antigüedades y novedades,

mercancía sin uso, peligro, negocio torcido

cirugía mal hecha, dolor y complicación.

Por la larga pasarela mujeres al natural

vestidos y algo más

originaria, belleza profunda de mujer

moda mujer y canto.

HUMANOS DE CELULOSA

El poeta avanzó por la vía asfaltada

había muerto y aún no estaba enterado

sus cosas sencillas que habían sido inútiles

estaban hechas de papel y de maíz;

su preocupación estribaba porque llovía copiosamente

y las letras escritas ya se ponían desechas

como viejitas con rostros cariñosos que nos saludan a menudo.

El profundo escritor que buscaba la grandeza en lo pequeño

en la realidad de la libertad y la justicia

no tenía identidad porque sus relatos y poemas enarbolaban a los anónimos,

poetas y escritores, humildes y sencillos de la ancha vida

nacidos del almidón y de la resistencia.

El poeta que no sabía hacer otra cosa que soñar más allá de la noche

para que se encarnaran en la simple realidad de las contradicciones,

poeta y escritor de memorias colectivas;

has muerto, no hay lápidas sobre tumbas

hay sencillos humanos de papel para seguir tu obra.

MACHISMO A TIENTAS

Mujer que has despertado un sentimiento histórico

desde la cuna del niño como madre natura,

mujer que has ido al mercado a buscar mercancías

y has vuelto convertida en ella.

Mujer de vasijas, de pozos de agua

mujer alimento, cariño de mesas

la cercanía al alcance de todos;

mujer de los medios, imagen del todo, mujer de pechos robustos

mujer artista, mujer protesta, mujer Libertadora

hecha guerra, independencia, heroína frente a las injusticias religiosas

mujer, carne y objeto, sadismo y masoquismo

mujer aniquilada en el terrible crimen, acrisolada de angustias

diosas y negadoras, celosas y amantes

arca de infieles, procesadora de demonios de hollín.

Mujer global, despampanante y atrevida

mujeres en el poder, dictadoras de placeres

hembras evolutivas, emergencia en el frente machista; así de Mujer.

FRONTERAS DE PEDACITOS

Juntarse desde que el alma se aproxima al espíritu

cuerpo pegadito al recinto de lo ajeno

próximo y prójimo como el adobe que se arrequinta con el fuego,

candela, ayuda oportuna, previsiva, fuerza cuántica

vendaval y cúmulo de narraciones, cuentos desafiantes

multitud de esfuerzos que corretean tras lo eléctrico.

Se atraen los contrarios mientras la pintura discurre por el lienzo

y la pluma se nutre

los valores impávidos casi a punto de morir, vivieron de utopías;

los necesitados abrieron caminos hacia las alturas

en el cerro, punto a punto se tejieron geometrías

para unir a los extremos, por el medio, por donde la fuerza es subyacente

y escapándose hacia el miedo fue derrotando lo tímido.

Pedazo a pedazo, retacito a retacito se fue estirando el mundo

y una fina línea recta se trazó como el geómetra

entre dos puntos nada más, derecho y austeridad

trabajo y felicidad, tangente escapada sin fronteras hacia el mar.

LOS ANDAMIOS DEL TITIRITERO

Sube al estrado el comediante

sudorosos los pies de la comedia

y la camisa mojada de angustias desafió a carcajadas el escenario,

finas voces modularon la asfixiante presencia de los fumadores,

vicios, bromas se asentaron en la brumosa sala

el humo salpicado por las chillonas burlas

estremeció la autoestima de los flacos payasos,

largos zancos pasaron rasantes como brujas volando sobre escobas

barrida la escena se procedió a capturar imágenes de enanos soñolientos

aburridos de tanta espera.

El circo itinerante abarrotado de gitanos

se dedicó a leer sobre manos destinos de gente graciosa

hacer reír a humanos inquietos cuyas caras largas no tenían arrugas.

El titiritero moduló su voz atragantada en el dulce recipiente

y subiendo por tarimas llevaba los trapos

con las caras alegres de párvulos inquietos

que corrían tras los globos de la risa.

EL ROBOT FLOTANTE

Cierta tarde sin lugar no hubo gravedad

incursionaron extraños elementos sin el molestoso peso

ingrávidos muñecos de trapos eran absorbidos por elevadas nubes

los libros salieron a pasear con sus letras volátiles

el tiempo rotaba al revés con el tac tic de las agujas sueltas.

Así se sentaron las repentinas cosas y objetos vivientes

en torno a nada

como aviones sin tren de aterrizaje que se fueron al fondo del mar

perdidos, suicidados sin ubicación geográfica

mientras un insólito aparato buscaba a otros más perdidos.

Se hallaron unas amorfas cajas espantosas encerradas en fuego de dragones

levitaron las ilusiones de encontrarse vivos después de la catástrofe,

la maravilla está en la simulación del vuelo

cuando no ha pasado nada

sino que solamente en el cálido espectáculo de los abiertos horizontes

el robot flotaba como lleno de la misma gravedad

inmerso, en una suprema esperanza de encontrarse tan vivo.

ALGODONES DE NODRIZAS

La partera recibió el hermoso regalo

que la vida le obsequió en la síntesis de los recuerdos

continua, pausada, acelerada en la demencia de la sociedad

le imprimió ritmo al trascendental acontecimiento

recibiendo en los dorados brazos y sus inmensas manos

aquel corpulento y soberbio espécimen.

Arrimado a su corpiño pronunció su exhalado grito de nacimiento

rasgando un episodio de la historia humana

pechos preparados, senos blancos y oscuros, cobrizos, rojizos

en la leche sustanciosa de las nodrizas gemelas.

Pezones con olor a madre tierra

que dieron bandera a insomnes libertadoras y libertadores

sueño perdido, sueño extraviado en los amores de siempre

y con suave de blancos algodones flotando en mieles

cuando finos hilos con patas de arañas

subían trepidándose por el humo de la leña ardiendo

como contentos de la portentosa misión cumplida.

VIAJEROS ESPUMOSOS

De celulosa y glucosa, almibarados de conciertos

se fueron parafraseando a los filósofos por los caminos viejos

tataretos, dando tumbos por cierta borrachera asumida por el licor.

Parece que de los polos confundidos salieron estos diferenciados personajes

barbudos como esfinges asoleadas por desiertos

sed, hambre, aventuras de guerreros improvisados

maletas de recuerdos al dejar la tierra que los vio nacer y crecer

una mirada al pasado sobre el que los zapatos no volverán a transitar

huecos, los huesos desnudos y las carnes discretas

las ropas ajustadas con la grasienta presencia de las horas;

avanza la caravana llevando carros que despiden el hollín adornando pulmones

y canturrean los silvestres animales a lo largo del jungloso lugar

inhóspita se ha vuelto la presencia de guardianes de las sombras,

la inmensa frontera los arropa dejándole al crudo frío

inyectarle el reumatismo que imprime el país vecino a los extraños

la mirada impaciente de los faros recorre la lejanía

divisando la espesa estela de viajeros espumosos.

GENERACIONES OCUPADAS

Atrapadas duramente por las historia durante siglos

han aparecido lucecitas en la tierra

rellenas con galletas de ajonjolí

con cosas elementales y naturales,

la tarde que iba también rellena con la lluvia injertada con la noche

se depositó densa con intensos crepúsculos

irradiada con reflejos realmente asombrosos.

Ha finalizado la faena riesgosa planteada para el hoy,

mañana aparecerá en los sueños apresurados

de generaciones que pasan

y en los ensueños reveladores de las nacientes;

innovadoras de cada incipiente espacio

prometedoras y exigentes, aplicadas e inteligentes.

Crecieron con el trabajo creador

ordeñando el vino de la uva, libando el jugo de la apetitosa naranja

sobre el pastoreo y la dinamización de la ciudad

en la vida productiva y laboriosa, de gente útil y necesaria.

HORMONAS TRAVIESAS DE LA FELICIDAD

Alborada amanecida de truenos y relámpagos

el insólito cuerpo desperezado se lanzó del estirado lecho

y las manos se fueron de lado, dedo a dedo, discurriendo las notas;

salió asustadizo el anciano espejo a delatar el envejecido cráneo

largando su cabello

la enorme cicatriz había desaparecido debajo de los grandes ojos;

dentro, internamente los neurotransmisores se ponían a tono

segregados por glándulas trabajadoras

intensas, en laboratorios impensados.

La bella dama sonrió animándose extraordinariamente

sus finas curvas agilizaron las gradas por donde se desplazaba

al borde de una locura sana inyectada de novedades

había inventado los modos de explotar al mundo pleno de vanidades

impulsada por la felicidad acumulada

sostenida, restringida, aprisionada, doblegada

en el momento las traviesas hormonas están en el tope

en el podio de las reacciones químicas de gran velocidad.

LA SIEMBRA AL LADO DEL VALLE

En la hondonada bajo el duro pensamiento del rigor

bajaron las ideas a llenar el vacío de las horas grises

por los surcos ahondados corrían las semillas ya germinadas

a plantarse de victorias.

Rugieron los huesos del trueno en su vejez de siglos

acompañando a las gotas de lluvia golpeadas duramente en el suelo;

el rayo fulminó con su luz el atardecer descargándose en el riachuelo,

campo, hecho barro con recuerdos aislados

los brazos te abandonaron dejando marchitez

emigraron a la ciudad perdida de valores

y oscuridades se avecinaron para eliminar tu juventud

aquella que aunque sufrida se alimentaba del fruto de la dignidad.

Del valle, sobre la mirada extensa de la profunda angostura

al costado del horizonte hay todavía anhelos

de tiempos nuevos, en vísperas de primaveras

la que florece llena de alma y trabajo

de los que no se rinden, aunque hayan sucedido momentos malos.

VIOLENCIA EN EL MURO

Los cansados pies sediciosos avanzaron en marchas duales

en disparejas filas por sus números pares e impares,

el característico olor húmedo salió levitándose sin esfuerzo

de diferentes marcas, patentadas en el capital

una voluntad asombrosa se les notaba al sostener los cuerpos obesos

que se comían la valerosa calle.

-El muro debe caer- pronunciaban a viva voz los transeúntes

cuando un inerte respiro de los guardias

no pudo contener la fuerza

avasallante, destructora, represada y abultada de un siglo.

El muro sintió los golpes que asestaron los protestantes

gimiendo los pedazos de loza y concreto que separaban pueblos;

derribado, se oyeron las manos estrecharse

abrazos, besos, banderas trepidantes

la sangre que fluye, el amor de hermanos

por un largo rato separados de genocidios y barbarie

ni muros ni barreras, manos de la paz y del deporte.

RUTA DE NAVEGACIÓN

Partimos del puerto, junto al diario escrito, una pauta

en los remos ocurrían las experiencias del esfuerzo

el viaje tenía un marco de tensión originado por las olas

recorriendo el espeso mar, lagrimas golpeadas bajaron por los rostros;

destinos marcados obcecadamente en delirios y aventuras.

Divisamos un cosmos cerrado lleno de avasallantes medusas

adornado de medias lunas, radiantes y anaranjadas

ruido en los astros, infierno, oscuridad y naufragio.

Todo puede pasar en la ruta de navegación

rumbo al nuevo y ansiado mundo,

el profeta que había abordado la nave dio un giro al timón

salvado de las aguas turbulentas

asediado en su gigantesca obra

abrió un espacio, una espera, un amor irreductible

ancló el buque con el símbolo de la nueva era y se esfumó entre sirenas

el agua se abrió y consumió el secreto, lo que hablaron las olas del mar.

OLVIDOS Y RECUERDOS PARA CIEN AÑOS

Cien años han transcurrido sobre el recuerdo de cosas perdidas

mariposas amarillas sobre el olvido de Macondo,

el escritor insigne fue envejeciendo de glorias

se fue a tierras del norte donde le dieran más aliento

soplo, impulso, constancia a través de las naciones que lo inspiraron.

Convocados los pueblos verdes

para lo apoteósico, cuando la unidad cultural nos llama;

agricultura y tierra, extensa lucha sobre el suelo naciente

bosque, conservación del alma amerindia e hispánica.

Los inmigrantes tomaron los libros llegados

sentirse alguna vez extranjero sobre el mismo terruño

desde la fuerza y el ímpetu del Río Grande

hasta la fantástica Patagonia, donde el viajero posiblemente se haya extraviado.

Luces, crecimiento, idioma, gente joven, innovación

el continente prometido en la voz ofrecida por Santiago

de lo anhelado y buscado en los relatos de antaño

creatividad de la historia para hacer o ensayar un mundo mejor.

CAJA DE SOMBREROS

De la magia impresa en los escondidos ojos

la luna sabrá contarlo

del camino hacia donde se va el viento

el sol lo dirá.

Como duendes confundidos llegaron soldaditos de plomo

buscando oro con las sombras

ilícitos, ilegales, perdidos en la selva de las pasiones

los harapos desprendidos de la carne

el abandono de una frontera caliente, novela, acción

la cobardía avanzó desechada por encima de la multitud

que usaba unos sombreros gigantes

envenenados, asoleados, salidos de una caja poliédrica

cerrada, abultada de cosas inventadas

el amor fue cediendo lleno del rojizo mercurio

contaminado, extenuado, repleto de enfermedad y desasosiego.

El sombrero se fue tejiendo en cada cabeza enredada

y la araña intransigente y demoledora, sacó sus finísimas agujas.

HAMACAS DE UN REFUGIO

El vaivén de la hermosa canción

sabe bien, el paladar se engolosina con el desafío

se ha refugiado una fruta madura en la intensidad del verbo

delirio y grandeza deambulan intermitentes sobre cuerdas

estiradas, presionadas, tensionadas, vibrantes;

el director detectó la textura del público admirador

otro ser humano se desplegó en el escenario

el público golpeó sus extremidades superiores en señal del supremo agrado

de la máxima expresión de la música soberbia

arrojado al espectador oyente, poseído, desdoblado

sumergido en la emoción palpitante de la genuina locución.

Así mismo, va actuando la existencia conforme al teatro

cuales hamacas se mecen en bruscos movimientos del viento

al llegar el sueño, los ojos van cerrando la frágil secuencia de la voz

perdida y desorientada al desconectarse el alma de los cuerpos,

tendidos sobre el espaldar del espectáculo

en la rima o la armonía del canto.

PRIVATIZAR LA FELICIDAD

La sinfonía succiona el quinto vals

que la noche traduce a todos, revolviendo los espíritus

modernidad, consumo desmedido, formalidad

a cada quien según la manera de hacer que el placer o el deber

se instale en la sonrisa socializada

individualizada, sectaria e imponente.

El medio y el fin del proceso, la meta limitada

la suma de lo más ingenuo, de lo más utópico, de lo más soñado

el abrazo, el beso, el extenso y bárbaro mundo en un cariño desmedido.

La búsqueda de la nada cuando se encuentra el todo

insuficiencia de la comprensión, humo y estela, pasión,

la soledad intelectualizada, seda, aguijón de abeja; dulce y amargo

cruel en el estío.

La felicidad, mágico amor de los demonios

se quita, se arrebata, se somete, se compra

lo vale todo, imposible, palabra, poesía guardada y privatizada.

Felicidad, la lucha permanente, posesión de la ternura en las manos del otro.

EXCELENCIA DE UN ANGEL SIN MEMORIA

Al caer el ángel, golpeado a nivel de su extraña cabeza

se sintió abrumado, lleno y vacío, con extraña fuerza y alado

por la dinámica espacial o la acción divina

se ha olvidado de los enormes ojos delirantes, azules, avasallantes.

Y del ángel –no te rindas- cuando suenan sus pasos por las calles

en vano, sus perros le siguen, al travieso enredo de la cruel memoria

y de los cuentos del pueblo no se diga,

de sus libros escríbase una picaresca historia.

El ángel cubierto de horizontes, golpeado y olvidado, sufrido y acechado;

ángel, poeta de tripones y lechones, elocuente naturista

indio sencillo, hombre estirado en la vida misma, ciudadano sin fronteras;

ángel, hermano de patrias y libertades

que no te olvides

que jamás los más sencillos y los más humildes,

jamás por las calles cortas y extraviadas de este indiferente pueblo

ni de tu gran talento,

nunca jamás te olvidaremos.

ESPANTO EN LA CORTE

Volver a la cama a seguir durmiendo

con los pies despiertos, carcomidos por una especie de frío intrínseco

al soplo que lo dejó nacer como fantasma perdido o encantado con sus memorias.

Harapiento el esqueleto sumergido en un color casi amarillento

el rey meditabundo, soñador, aniquilado

su misma penumbra aquejada

la nada es más propicia a la decadencia, al arte de nacer sin piedad

sin mirar el dolor de los otros al padecer la estrecha esclavitud

al soportar la terrible crueldad de los vasallos

miedo, un impresionante terror de lo que se avecina

remordimiento en las fuerzas imperiales

la reina está triste, la princesa llora y el príncipe no quiere adelantarse al parto

de la tierra en su largo peregrinar

de las madres que no les alcanza el pan;

la sombra hizo como un estirón en la sala

los músculos se ilusionaron sobre la cama y se estrecharon con las cobijas

y un extraño y gelatinoso frío invadió el desafortunado lugar.

PRUEBA EXTREMA

Desde el útero, huevo mágico que nos cobijó

sentimos la responsabilidad por el todo

se engaña el ser que no abriga

la sublime misión de estar comprometidos con la existencia y su entorno.

Crecer, suspirar, asumir, hacerse simplemente humanos

nadar a lo largo de la caudalosa sonrisa de otros

para nosotros la sensación de estar viviendo

compartiendo derechos y predicando obligaciones.

Si existimos, ya nos damos por enterado que habríamos pensado

en la manera de practicar con dios la obra de no pretender engañarlo;

si ya estamos, la obra es la práctica que dice que tu dios vive

sino habrás transitado sin comer el pan de un mundo sin diferencias

ni pescar el pez en el naufragio cuando has podido salvarte;

trabajo y corrección, remar en la catástrofe, soltar los remos

sostener las extremidades, alegrarse de haber cumplido

sencillamente palpar la orilla

admirar las bellezas de este mundo, tocar la costa.

EL SONAJERO Y LA ESCUELA

Cuando vamos a la escuela,

nunca se deja de ir a ese incomprensible lugar;

sea porque nuestros héroes ya no lo son

o decidimos errar meditabundos porque siempre nos alegrábamos

de encontrar al maestro fuera de ella, de su recinto, de su encierro

atrapado, sin libros, sin carteleras, sin himnos

castrado en su visión del mundo, al revés, al derecho, al cuadrado.

Entonces, cuando el más grande, el más alto, o el de más edad

lleva al niño a ese imperturbable lugar

al cruzar de la calle a la acera suena un inesperado sonajero,

cuando el viento va engalanando sus delgadas piernas

y sus finos huesos se estrellan unos a otros y otros con unos;

expectantes se encuentran asaltados por la soledad, materos y ambiente

abandonados a la ausencia por el trabajo de sus dueños.

El sonajero se nutre del grato sonido que le dan los oídos

del transeúnte, del ser humano de la calle pensante que deambula

intermitente y preocupado por llegar a la cita

de la escuela, de los niños

de la escuela que todos los niños han de querer como al sonajero.

LAS PESADILLAS DE LA MADRE TIERRA

Se han despertado las sirenas de intranquilos carros

que avisan que sobre la formidable cama del planeta

se han movido las cobijas

maltratadas, aniquilada por inconscientes leñadores, depredadores de su corteza.

Del inmenso movimiento huyó diversidad de gente

asustadas, rápidas, sufridas, heridas, con niños acuestas

con la catástrofe en sus carnes, en su éxodo, en su maldita pobreza;

Las viejas casas se fueron al suelo, se desplomaron al abrir de los ojos

sobre la mirada de la tierra recién preñada, trasnochada, dolida y dolorosa;

su asfixiante respirar volcánico, desde la entrañas del germen telúrico

con estertor de siglos, de agonía, de creatividad y defensa;

planeta tierra, geoide; sobre tu caída la deformidad

sobre tu albergue la corrección implacable

por tu amor, la permanencia y ensayo de la vida entera.

LOCOS DE LA PANCARTA

La calle anónima indiferente y ciega

estaba o yacía en el olvido de las generaciones

oscuridad, sombra, abismo, penumbra adormecidas en la indescriptible soledad

la calle trasnochada tras los acontecimientos posteriores a otros insomnios

estuvo agobiada de gente encumbrada o alterada

de gritos de un silencio atroz.

La calle invadida de pancartas asomaba su estatus de persecución

enlodada, llena de un sublime barro impertinente

demacrada por el olor nefasto de los gases.

La calle aquella donde se apaciguaban las ilusiones o las esperanzas

tomó el semáforo de la esquina inerte y la pared final de toda vía truncada

sin aceras, clavada, invertida, sin señales;

al tiempo las pancartas asumieron el control del espacio ingrávido

enormes estructuras psiquiátricas se desvanecieron;

la descomunal protesta bipolar había puesto en el honor

un derecho humano no reconocido

aquel de asumir la locura para llegar a ser inteligentes.

CUENTOS DE PAPEL

Han sonado las doce de cualquier noche de cuentos

los hadas, los duendes, los espantos o los espíritus traviesos

del inverosímil reloj se escaparon los miedos en el roncar de los sueños

tiernos niños, indómitos, inventores de momentos.

Almohadas, cojines, mágicas alfombras y sonoros genios

lámparas y truculentas frases profanadores de conventos.

Magia de novedoso convencimiento, la palabra oportuna, la poesía enésima

la vibración hecha verbo, había una vez un cuento

y colorín coloro, entregamos el corazón al viento.

Zapatillas perdidas de mujeres encantadas, añejadas como el vino tinto

y príncipes tras los cantos de sirenas sin cumplir con mandamientos;

había una vez un tiempo de una poesía melodiosa atrapada en este cuento

papel, papiro, la pluma en el tintero de tanto tinto bueno

de tanto trago amargo, de tanto cuento austero.

Hojas de un papel ligero, de cuentos con niños pasajeros

el colorín de las fábulas y las moralejas atrapadas

en el libro y en el verso de caminantes y viajeros.

TERAPIAS CON ALMENDRAS JABONOSAS

El cuerpo cual esqueleto cubierto con carnes estiradas

se ha envejecido por el juego del tiempo y el movimiento rotatorio

de la tierra, de la luna, del sol o de cualquier cometa travieso

perdido, disperso con los ojos errantes.

La masa toda hecha del soplo de células en torno a un eje céntrico

acoplado y gelatinoso que facilita la atracción entre ellas

inteligentes, amorosas, aglutinadas, espesas

armónicas como la vida sonora, estupendas como el eco de la montaña silente.

La masa o el cuerpo, el cúmulo de mazorcas de maíz o del barro del génesis

se entristeció de repente con surcos de la tierra, hecha vieja, sudorosa

humeante, acalorada, apresurada, incandescente

labrada y tejida sobre la experiencia, sobre las esperanzas y los sueños

en los costos y los engaños

hasta que aparecieron sigilosas las almendras

rellenas, dulces, pomposas, abultadas

flamantes, pechugonas y jabonosas

y sobre el tapiz de los cuerpos en reposo, terapias antigravitatorias.

SUSTO EN EL MEDITERRÁNEO

El maromero escurrió tembloroso sus gotas de sudor de su penúltima travesía

los andamios sonaron al parecer de los frenos presurosos de un auto

traviesos los brazos combinados con atléticas piernas

un estirón de trapos y gomas se apoderó del alma del divertido animador.

Meditó el vanidoso personaje recordando pueblos asediados

explotados, envilecidos, dispersados, sin patrias

y vio sobre el fatídico escenario migraciones descomunales

balsas, barcos, gigantes monstruos, flotas y destructores

como una desgracia humanitaria sin precedentes

la vida sumergida, ahogada, desaparecida, la soberbia crisis.

Y cuando en el mar Mediterráneo, el maromero inició las maniobras

para apaciguar los caldeados ánimos

la plataforma se había rodado tropezando en la herida costa

y al permanecer hincada la inverosímil estructura

un susto cruel se apoderó de pueblos expectantes,

la añoranza por la paz se ha hecho clamor

cuando el maromero recobró la estática del equilibrio.

EN EL HEMISFERIO SUR

Del norte al sur hay solamente una mirada a la brújula

unas estrellas que se ubican relativamente al costado de la tierra

marcan o señalan la odisea o el bambaleo del planeta

arrullo del cosmos, cuna del silencio de la larga noche.

Silbando van pasando los arrieros con sus rebaños de lunas

y sus sombreros eclipsan el enorme pastoreo en torno al horizonte

desviado, curvado por las fuerzas convergentes y divergentes.

A lo lejos, donde la vista ha decidido arquear la esfera

con el propósito de acercar la curiosidad

y descubrir lo nuevo, está el mar burbujeante

agitado, llevando en sus pies, cual preciosa ola

banderas, franjas de lúcidos colores

impactantes, rellenas con principios de unidad.

El sur, así como el norte se desplaza según avanza la medición

y el alma se conforta con la inmensidad

serena, arrebatada, sublime y contradictoria

asimilada en cada hecho geográfico e histórico.

TRIBUTO AL SILENCIO

En el silencio, después de una ráfaga de ruidos

se alcanzó la diminuta ternura al oído cuando bajaron los decibeles

al parecer los órganos se contentaron con la novedad

de sentirse prestos para otras circunstancias más nobles.

Sonatinas, música infantil, el trajinar de las notas musicales trepando instrumentos

de viento, de percusión; sonoros, acústicos, melodiosos y de antaño

subiendo las manos por el organigrama de las canción serena

la nota se redondea, al compás del arte y la palabra.

El silencio necesario y ausente de la ciudad entera

pareciera que al progreso lo delata el fastidioso eco del ruido

trastabillando por las fábricas o las empresas, cayendo violentamente

sobre el asfalto cruel, denso, precipitado, endurecido con el calor aquel

de la ciudad agitada, efervescente, desanimada en el suburbio

animada en el corazón del tumulto, de la ensordecedora algarabía de la gente

trasnochada, borracha, la ebria multitud en el sueño de la gran civilización.

Pero la ciudad como el campo podrán volver al silencio

enamorado de los ruidos útiles, aquellos que nos alertan.

CREACIONES DE MAÍZ Y DEL IDIOMA ESPAÑOL

Para entendernos ha sido indispensable correr por la historia

formar mil palabras y sus regionalismos sobre veintisiete letras

en el crisol de razas con la fuerza maravillosa y pulsante de un continente

de pueblos netos, originarios, asombrosos, creativos

pueblos de barro, maíz y de mucha escritura para el papel

guerreros, civilizados, descubridores, fundadores de estirpe

de valores, indoblegables ante las nefasta crisis

sembrados para la América, de mujeres y hombres que heredaron un idioma

fuerte, dorado como el sol; un idioma de caballeros, de poetas Cervantinos

de resistencia a las invasiones culturales

pueblos expandidos sobre el océano Atlántico en naves de paz

solidarios, comuneros universales, gente de Santiago, el apóstol de España

gente convocada para un verbo de dioses humanamente buenos,

pueblos de Bello, Rubén Darío, Jorge Isaac, Fierro, Neruda, Gabriela Mistral

con una pléyade de inolvidables poetas, creadores, escritores, innovadores

y salvadores de nuestro idioma español.

Honor al poeta, al escritor anónimo, al soldado de la pared con sus buenos versos;

honor al que subyace y hoy se levanta en la grandeza expansiva del idioma

en cada acontecer de su gente laboriosa, alegre, sujeta de ilusiones

con olor a campo, a surco, a tierra rasgada por la lluvia

humedecida en el harapo, reverdecida en el viento, sudorosa en el tiempo.

Honor al que escribe en el alba de cualquier justa trinchera

para un niño alegre, para mujeres y hombres libertadores

multitud de la patria toda, del color de todos, en entera fusión

de amores, de paz, de lealtad a los más insignes valores;

arte, ciencia y humanidad

un idioma romántico y de marco universal

y la eternidad escrita para seres humanos

profundamente hospitalarios.

 

 

Autor:

Ramon Cesar Freytez

Ingeniero de Sistemas

Sanare. Estado Lara. Venezuela.

Noviembre 2015.

Partes: 1, 2
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