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La neuropsicologia de los prejuicios

Enviado por Felix Larocca


  1. Los prejuicios
  2. El Cerebro Emocional
  3. El sistema límbico, como epicentro de las emociones en el cerebro
  4. En resumen
  5. Bibliografía

Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio". Albert Einstein (1879-1955).

El prejuicio, definido en su manera más concisa, se entiende como un criterio u opinión preformada acerca de un individuo o grupo, que puede ser favorable o desfavorable en su naturaleza.

En su uso general, el término casi siempre denota una actitud negativa y hostil hacia otros basado en su pertenencia en otro grupo étnico, religioso, social y asimismo de orientación sexual.

Lo que destaca el prejuicio es que depende en estereotipos (generalizaciones simplificadas en exceso) acerca del grupo contra quien éste se dirige.

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Ostracismo

Ejemplos de prejuicio llenan las páginas de la historia.

En la mayoría de los casos el prejuicio resulta en el problema suplementario de la discriminación en todas sus formas variadas.

La segregación constituye la forma de exclusión más elaborada, ya que consiste en el aislamiento de grupos étnicos impuestos por la ley, la costumbre, o ambas.

En la República Dominicana y en los Estados Unidos, no se aplican las leyes que sancionan la segregación como se hiciera con los judíos en los guetos de la Europa Medieval o más recientemente, con los negros, en el África del Sur, sino que se niega el acceso de ciertas personas a clubes o sitios residenciales por razón de color, origen humilde, o por razones "morales".

Las últimas incluyó en tiempos pasados ser concebido por una amante y por consecuencia ser vástago ilegítimo, o en el Santiago de los año 40"s ser de origen sirio/libanés, si se deseaba pertenecer al famoso, absurdo y, a la vez, "exclusivo" Centro de Recreo.

Investigaciones recientes nos demuestran que el prejuicio se deriva, en alguna de sus formas, como una consecuencia inocente del modo peculiar como piensa el ser humano.

Nuestra especie, de modo instintivo, clasifica a los demás en grupos basados en el sexo, la raza, la edad, y otros aspectos concretos y fáciles de colegir.

Este proceso de categorización social conduce a que se perciban los demás como siendo similares a uno, o si no, siendo diferentes.

Dos consecuencias resultan de esta dicotomía.

Primero es que cuando nos clasificamos como siendo "nosotros" y "ellos", comenzamos a asumir que "ellos" son todos uniformes e idénticos.

Este sistema de creencias también hace que resulte fácil percibir en modos equivalentes a todos quienes de nosotros difieran.

Segundo, la investigación sugiere que personas con poca autoestima a menudo están motivadas a devaluar a "ellos" para sentirse mejor.

De estos últimos vivimos rodeados.

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Idénticos bajo la piel

Para sentirnos confortables y gozar de una autoestima de suficiente solvencia tenemos que satisfacer las demandas que el narcisismo nos impone.

Para entender este proceso tan complejo en sus aplicaciones a la neurociencia, ciertas nociones elementares deben de ser ilustradas.

Pondremos en primer plano las regiones del cerebro de evolución más reciente, que nos hacen superior a todos los otros animales y que nos hacen desmedidos en nuestro orgullo prejuiciado.

Aquí nos referimos en breve a las áreas que nos permiten usar el habla, con los símbolos asociados al lenguaje, y aquellas que nos permiten modular y regular la intensidad y el ritmo de nuestras reacciones — Que son las mismas que nos permiten obedecer a las demandas del entorno — regulando nuestros impulsos de manera lúcida y racional.

Estas últimas residen en las áreas prefrontales, las propias que hicieran el caso de P. Gage tan famoso, cuando fuesen destruidas en Cavendish, Vermont, el 14 de septiembre del 1848. (Véase mi ponencia: El Caso de Gage en monografías.com).

Todos son hechos que nuestros lectores ya reconocen.

Lo saben, porque muchos han leído nuestras contribuciones a la literatura de este famoso incidente y del impacto crucial que de su estudio derivara para nuestro entendimiento del ser humano y de sus valores éticos.

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Mestizaje

Para quienes deseen examinar estos artículos, solamente necesitan visitar: http://www.monografias.com/trabajos56/phineas-gage/phineas-gage.

Prosigamos

Los prejuicios son aspectos inmanentes de nuestra naturaleza animal, como asimismo lo son las reacciones y miedos asociados que de ellos proceden.

El miedo de lo nuevo, de lo extraño y de lo desconocido es algo que nos sirve bien como componente esencial del instinto del auto preservación.

Veamos como esto procede

Cuando vivíamos en la selva primitiva del paleolítico superior, nos fue, casi siempre, muy ventajoso responder a los mensajes crípticos que nuestros "sentidos" nos transmitían en la forma de intuiciones, premoniciones y sospechas para ajustarnos a lo desconocido y extraño.

Lo que, aunque no entendiéramos, simplemente acataríamos sin tener alternativa, o rechazaríamos sin buena explicación. Acerca de esto último, se dice que Moctezuma celebró la llegada de Cortés porque creyó que éste fuera el Dios blanco esperado — que la leyenda azteca prometiera.

Lo hizo, aunque haciéndolo, terminaría costándole su vida y su imperio.

En este caso los instintos no le sirvieron para nada.

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Hernán Cortés y Moctezuma

Los prejuicios

Nuestros prejuicios resultan ser asuntos más complejos porque el surtido de nuestras posibilidades ha aumentado con el incremento en nuestro conocimiento, aunque este conocimiento no haya siempre crecido acompañado por la razón.

Los peligros tangibles y los peligros inconscientes y subliminales

Cuando vemos una tarántula que avanza pausadamente en medio de nuestra vía, sin pensarlo mucho, nos apartamos de ella.

Cuando, por accidente, pisamos una tachuela, una reacción se desencadena y, en dolor, retraemos el pie lastimado.

Pero, ¿qué sucede cuando percibimos la presencia de un símbolo o de una persona contra quienes albergamos prejuicios?

He aquí el mecanismo neural que esta respuesta sigue

Tomemos el caso de una persona que tiene odio a los homosexuales

Cuando este individuo encuentra a una persona gay, la impresión visual se registra en el cerebro, viajando por la amígdala y el tálamo encefálico llegando al sistema límbico donde se registra como algo odiado y a la vez temido.

En ese instante, se activan los sistemas que evalúan la situación y, habiendo registrado una sensación de alarma, el cuerpo se prepara para repeler o para huir del peligro.

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Temor

En este caso la respuesta es una de expresar el odio y desdén por el homosexual confrontado, evitándolo, mientras que se le expresa (en voz baja) algún epíteto derogatorio.

Lo interesante es que los lóbulos prefrontales registran el peligro en esta situación específica, porque el individuo en cuestión tiene, como deber urgente, evitar la realización de que sus miedos son resultado de problemas de su desarrollo psicosexual que aún permanecen irresueltos.

Puesto de manera diferente, porque sufre de la homosexualidad latente — algo tan impensable que no puede ser admitido.

En otras palabras que el odio de los prejuicios se genera porque existe algo sórdido dentro de nosotros de lo que no estamos conscientes y a lo que tememos intensamente.

Esto se conoce en el psicoanálisis como Reaction/Formation (o formación de reacción) y constituye la base de la moralidad insulsa de quienes a todos condenan. (Para leer más: http://www.monografias.com/trabajos88/superioridad-moral-lente-razon/superioridad-moral-lente-razon).

De hecho ésta es la base de la única "moralidad" que conoce el sociópata narcisista, la moralidad de proyectar y acusar a los demás de sus propias imperfecciones disfrazadas. (Véanse los artículos Lolita y el Narcisismo Patológico en monografías.com).

Entonces, antes de concluir esta lección, hablaremos de un asunto de importancia relacionada, hablaremos de…

El Cerebro Emocional

El cerebro humano está formado por varias zonas diferentes que evolucionaron en distintas épocas históricas.

Cuando el cerebro de nuestros antepasados desarrollaba una nueva zona, generalmente la naturaleza no desechaba las antiguas.

En lugar de ello, las retenía, incorporando la sección más reciente dentro de las mismas.

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Prejuicio racial

Esas primitivas partes del cerebro humano siguen operando en concordancia con un estereotipado e instintivo conjunto de programas que proceden tanto de los mamíferos que habitaban el suelo de los bosques que los precedieran, como de los toscos reptiles que dieron origen a los mamíferos.

La parte más primitiva de nuestro cerebro, el llamado "cerebro reptil", se encarga de los instintos básicos de la supervivencia — el deseo sexual, la búsqueda de comida y las respuestas agresivas tipo "pelea-o-huye".

En los reptiles, las respuestas instintivas al objeto sexual, a la comida o al predador peligroso eran automáticas y programadas.

La corteza cerebral, con sus circuitos para sopesar opciones y seleccionar una línea de acción, obviamente nunca ha existido en estas especies animales.

Sin embargo, muchos experimentos han demostrado que gran parte del comportamiento humano se origina en zonas profundamente soterradas del cerebro, las mismas que en un tiempo dirigieron los actos vitales de nuestros antepasados.

"Aun conservamos en nuestras cabezas estructuras cerebrales muy parecidas a las del caballo y el cocodrilo", afirma el neurofisiólogo Paul MacLean, del Instituto Nacional de Salud Mental de los EEUU autor del concepto del cerebro triuno.

Nuestro cerebro primitivo de reptil, que se remonta a más de doscientos millones de años de evolución, nos guste o no nos guste reconocerlo, aún dirige parte de nuestros mecanismos para cortejar, aparearse, buscar hogar y seleccionar líderes. Es también responsable por la universalidad de muchos de nuestros ritos y costumbres arraigadas.

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Cerebro triuno

El sistema límbico, como epicentro de las emociones en el cerebro

El sistema límbico, también llamado cerebro medio, es la porción del encéfalo situada inmediatamente debajo de la corteza cerebral, y que comprende centros importantes como son el tálamo, el hipotálamo, el hipocampo, la amígdala cerebral y otras estructuras adyacentes y relacionadas.

Estos centros ya funcionan en los mamíferos, siendo el asiento de reacciones básicas, instintivas, auto-preservativas y emocionales como el temor o la agresión.

En el ser humano, estos son los centros de la afectividad, es aquí donde se procesan los distintos procesos emocionales que permiten al ser humano a experimentar los afectos dispares de gozar y llorar — entre otros.

El papel de la amígdala como centro de procesamiento de las emociones es hoy incuestionable.

Pacientes con la amígdala lesionada no son capaces de reconocer la expresión de un rostro o si una persona está contenta o triste.

Simios a los que la amígdala les fuera removida manifestaron un comportamiento social en extremo alterado: perdieron la sensibilidad para las complejas reglas de comportamiento social en su manada.

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Neuronas espejo

La conducta maternal y las reacciones sociales frente a los otros animales se vieron claramente perjudicadas.

Los investigadores J. F. Fulton y D. F. Jacobson, de Yale University, aportaron además pruebas de que la capacidad de aprendizaje y la memoria requieren de una amígdala intacta: pusieron a unos chimpancés delante de dos vasijas de comida.

En uno de ellos había un apetitoso bocado, el otro estaba vacío. Luego cubrieron los platos.

Al cabo de unos segundos se permitió a los animales tomar uno de los recipientes cerrados.

Los animales sanos tomaron sin dudarlo el tazón que contenía el apetitoso bocado, mientras que los chimpancés con la amígdala lesionada eligieron al albur, el bocado apetitoso no había despertado en ellos ninguna excitación de la amígdala y por eso tampoco lo incorporaron en sus memorias.

El sistema límbico está en constante interacción con la corteza cerebral.

Una transmisión de señales de alta velocidad permite que el sistema límbico y la neo corteza trabajen juntos, y esto es lo que explica que podamos tener control sobre nuestras respuestas afectivas.

Hace aproximadamente cien millones de años que aparecieran los primeros mamíferos superiores. La evolución del cerebro dio un salto cuántico.

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Cerebro humano

Por encima del bulbo raquídeo y del sistema límbico la Naturaleza emplazó el neo palio o sistema razonante.

A los instintos, impulsos y emociones se añadió de esta forma la capacidad de pensar de forma abstracta y — más allá de la inmediatez del momento presente — de comprender las relaciones globales existentes, y de desarrollar un ego consciente y una compleja y rica vida emocional. (Véase: The Feeling of What Happens: Body and Emotion in the Making of Consciousness por A. Damasio.)

Hoy día la corteza cerebral, la nueva y más importante zona del cerebro humano, recubre y engloba las más viejas y primitivas.

Esas regiones no han sido eliminadas, sino que permanecen debajo, sin desplegar ya, el control indiscutible del cuerpo, pero aún activas.

La corteza cerebral no solamente es el área más accesible del cerebro sino que es también la más distintivamente humana.

La mayor parte de nuestro pensar o planificar, y del lenguaje, imaginación, creatividad y capacidad de abstracción, proviene o se coordina en esta región cerebral.

Así, pues, el neo palio nos capacita no sólo para solucionar ecuaciones de álgebra, para aprender una lengua extranjera, para estudiar la Teoría de la Relatividad o desarrollar la bomba atómica.

Proporciona también a nuestra vida emocional una nueva dimensión.

Amor y venganza, altruismo e intrigas, arte y moral, sensibilidad y entusiasmo van mucho más allá de los crudos modelos de percepción y de comportamiento espontáneo del sistema límbico.

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Pensamiento abstracto

Por otro lado — esto se puso de manifiesto en experimentos con pacientes que sufrieran lesiones cerebrales — esas sensaciones quedarían anuladas sin la participación del cerebro emocional.

Por sí mismo, el neo palio sólo sería un buen ordenador de alto rendimiento.

Los lóbulos pre-frontales y frontales juegan un especial papel en la asimilación neo cortical de las emociones.

Como "manager" de nuestras emociones, asumen dos importantes tareas:

·     En primer lugar, moderan nuestras reacciones emocionales, modulando las señales del cerebro límbico.

·     En segundo lugar, desarrollan planes de actuación concretos para responder a situaciones de excitación. Mientras que la amígdala del sistema límbico proporciona los primeros auxilios en situaciones excitables extremas, el lóbulo pre frontal se ocupa de la delicada coordinación de nuestras reacciones en dosis adecuadas.

Los lóbulos pre-frontales siendo las áreas que más exquisitamente se involucran en nuestras respuestas proporcionándoles los matices éticos y morales que nos distinguen.

En resumen

Los prejuicios existen para que quienes dudan de sí mismos y poseen un autoestima bajo los utilicen para sentirse dignos, porque temen no serlo.

De este modo, blandiendo la hoja afilada de la espada de sus anonimidades, atacan a otros — no por ser diferentes — sino por ser percibidos como amenaza, y, por ende, los clasifican como si fueran seres inferiores, porque lo seres inferiores temen ser ellos mismos.

Los prejuicios son defensas que pueden ser útiles cuando ejercen un elemento de cautela ante lo desconocido, o que pueden usarse de modo adverso cuando se llevan al extremo del odio y la agresión.

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Anders Breivik

Los prejuicios, cuando nuestras tribus deambulaban en las praderas africanas, nos protegían de otros homínidos, alejándonos defensiva y prudentemente, de lo desconocido y de los desconocidos.

Los prejuicios, per se, poseen un pasado vetusto que deben ser sujetos al juicio y la razón para pulirlos y ponerlos al servicio de nuestros egos maduros, balanceados e integrados.

Los prejuicios son veneno del alma del ser humano moderno…

Los miserables siempre procuran la compañía de otros, que sean más miserables que ellos, para sentirse felices… (FEFL)

Fin de la lección

Bibliografía

  • Larocca, FEF: Phineas P. Gage y su Significado en la Neurociencia en monografías.com

  • Larocca, FEF: La Teoría de la Mente en monografías.com

  • Larocca, FEF: Comprendiendo el Cerebro: Una Guía Concisa para el Usuario y para el Aficionado en monografías.com

  • Larocca, FEF: La Crueldad y la Violencia: Anatomía de Entidades Inmanentes en monografías.com

  • Larocca, FEF: El Síndrome de Oslo en monografías.com

  • Larocca, FEF: La Superioridad Moral Bajo el Lente de la Razón: Estudio Psicoanalítico del Profesional Farisaico en monografías.com

  • Damasio, A: (1999) The Feeling of What Happens: Body and Emotion in the Making of Consciousness Harcourt

 

 

Autor:

Dr. Félix E F Larocca