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La ética y la oportunidad en la toma de decisiones (página 2)

Enviado por Ernesto Marquez


Partes: 1, 2

La historia nos ha mostrado que la clase dominante impone, de acuerdo con su conveniencia, su moralidad y su ética, lo cual indica que existe un componente importante en el individuo que es necesario analizar, la virtud, como parte de la naturaleza humana, representando ésta la sabiduría, la cual es la mayor riqueza del hombre, según afirma Sánchez (1995). Los hombres tienen su riqueza y su pobreza, no en las cosas, sino en el alma. En otras palabras es necesario analizar la concepción del hombre radicalmente dualista, un ser compuesto de dos elementos: uno, el cuerpo material, complejo, mortal y corruptible, y otro, el alma espiritual, simple, inmortal e incorruptible; el alma y cuerpo presentan un dualismo adversante entre una vida virtuosa, motivada por el deseo de ayudar a los demás, de compartir las cosas por igual, sin necesidad de estar motivada por la idea del deber, y por otro lado, el individualismo y el desenfreno de las pasiones orientadas a los fines materiales, propios del paradigma occidental al que hace referencia Morin (2006).

Para algunos estudiosos del tema, la ética es un tipo de saber que pretende orientar la acción humana en un sentido racional, visualizándose en dos modos; por una parte, aprender a tomar decisiones prudentes, y por la otra, aprender a tomar decisiones moralmente justas (Cortina,1998).

En tal sentido entran en juego otros conceptos relacionados con la ética, como la justicia; este término visto desde el sentido ético, se considera como una cualidad moral que puede ser referida a distintos sujetos en su capacidad para juzgar en cada momento lo que es justo y lo que no lo es. Se juzga desde diferentes perspectivas; desde la jurídica, la cual se apoya en las leyes del estado, en función de reglamentos organizacionales e institucionales, y la más común, en función de los valores de los seres humanos tales como la libertad, la igualdad y la independencia (Cortina,1998).

Para esta autora, el ser humano permanentemente está tomando decisiones acertadas o no, moralmente justas o injustas desde el ámbito personal, del hogar, laboral, en lo económico, en lo político, en la educación, en el ocio, en la ecología. En cada decisión que el individuo toma, estará presente la ética; en otras palabras, la ética está presente en todas las actividades de la humanidad, por lo tanto se presenta como un factor clave en el desarrollo de la sociedad. No obstante, de acuerdo a Morin, (2000), estas leyes fueron creadas bajo la concepción paradigmática occidental, obviando la racionalidad que implica considerar la afectividad, los seres vivos, la subjetividad, amor y arrepentimiento.

El paradigma occidental que dio origen a las ciencias económicas centradas en las matemáticas, en la cuantificación de la ganancia, obvió otros aspectos del ser humano. Al respecto, Morin (ob. cit.) plantea una economía con rostro humano sustentada en la racionalidad ética. De igual forma este autor considera que la economía obediente al cálculo ignora lo que no es ni calculable ni medible, como la vida, el sufrimiento, la alegría, el amor, el honor, el talento, la magnanimidad, la conciencia, el bien y el mal. Por ello, asegura que la economía basa su sola medida de satisfacción en el crecimiento de la producción, de la productividad, de los ingresos monetarios y ella puede establecer las tasas de pobreza monetaria; pero ignora la subordinación, la humillación, el dolor que experimentan los pobres que son las grandes mayorías que habitan este planeta.

Además, plantea que el desarrollo, en el sentido únicamente técnico y económico, provoca la agravación de las dos pobrezas, la material para tantos excluidos, y la del alma y la psiquis de las grandes mayorías. El desarrollo humano a su parecer, significa entonces integración, combinación, diálogo permanente entre los procesos tecno-económicos y las afirmaciones que contienen, en sí mismas, las ideas éticas de solidaridad y de responsabilidad. Se pregunta el autor ¿Cómo integrar la ética en el desarrollo? Su repuesta es que no se puede hacer una inyección de ética como se hace una inyección de vitaminas en un cuerpo enfermo; la ética no se puede enseñar con lecciones de moral. Ella debe formarse en las mentes a partir de la conciencia de que el humano es, al mismo tiempo, individuo y parte de una sociedad, parte de una especie. En tal sentido, todo desarrollo verdaderamente humano debe comprender el desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y la conciencia de pertenecer a la especie humana. El problema de la ética es que debe encontrarse en el centro mismo de este desarrollo, el cual debe emerger del interior de los seres humanos.

Considerando el planteamiento del caballero del mundo, ¿podrá el gerente con un alto nivel de ética, en forma individual, afrontar con éxito la sociedad de la información o la sociedad informacional? (como la denomina Castells (1998). En este sentido, Salazar (2004) plantea que el desarrollo de la sociedad de la información nos coloca ante la certeza de que el aprendizaje para el cambio tecnológico debe constituirse en una preocupación central de las ciencias sociales, y que en esta era posindustrial se está conformando un liderazgo para la transición hacia una nueva sociedad, que exige una reflexión profunda acerca de la muerte de los viejos paradigmas. El autor admite que este proceso es lento, desde él se está gestando el germen de nuevos liderazgos que implican una transformación de los procesos creativos. Desde este escenario el gerente se visualiza bajo un perfil polivalente (político, social y gerencial), caracterizado por una práctica gerencial comprometida con la ética, con visión de futuro, sensible y profesional, cimentado en la concepción humanista, el compromiso social y los dominios cognoscitivos, que le permitan afrontar con éxito la incertidumbre y los ritmos de los cambios actuales.

La Toma de Decisiones bajo la perspectiva de la Religación Ética

En otro orden de ideas Morin (2006), introduce un concepto novedoso relacionado con la ética y la toma de decisiones, considerando al ser humano, interrelacionado con el entorno, incluyendo al universo, donde cualquier decisión que se tome impactará positiva o negativamente a este entorno. Considera que, "La ética es religación y la religación es ética" (p.43), el caballero del mundo como se conoce a Morin (ob. cit.), presenta su gran visión holística de la ética, acuñando un concepto emergente como es la religación ética.

"Toda mirada sobre la ética debe percibir que el acto moral es un acto individual de religación: religación con el prójimo, religación con una comunidad, religación con una sociedad y, en el límite, religación con la especie humana, religación con el cosmos,…. las religaciones se operan a partir de la responsabilidad, la inteligencia, la iniciativa, la solidaridad, el amor." (p. 39)

Considerando los aspectos planteados por Morin (Ob. cit), y de acuerdo a la experiencia del investigador, y a lo planteado por el gran maestro de maestros Jesucristo, los obstáculos que afectan la religación ética en la toma de decisiones, es el individualismo (egocentrismo) y la ignorancia del ser humano. La fuerza que potencia la religación ética es el amor.

La Toma de Decisiones

En un mundo hipermoderno como lo plantea el famoso filósofo Gilles Lipovetsky (2008), esta época se caracteriza por el hiperconsumo, el individuo hipermoderno centra su accionar en él mismo, esta característica lo absorbe y lo integra cada vez más a las esferas de la vida social y lo empuja a consumir para su satisfacción personal creyendo lograr la felicidad, en otras palabras, el proceso de toma de decisiones se centra en lo material, en lo efímero, más allá de la necesidad de satisfacer la aspiración a una vida más confortable, se vive socialmente una ansiedad por poseer cada vez más y más. La paradoja es que esta compulsión trae una desvalorización del objeto una vez alcanzado. El producto poseído ya no interesa tanto como el que aún no se posee. De allí que el consumista es un permanente insatisfecho y el consumo se torna sinónimo de desvalorización de ideologías, mitos, ídolos, modas y, por supuesto, objetos.

Este filosofo sostiene que vivimos una sociedad sin alma, solo se piensa en lo material, la toma de decisiones se centra en lo material, en el beneficio individual, esta conducta ha generado una crisis ecológica global. Una perspectiva dialéctica la plantea Bohrn, citado por Mussa (2008):

"La totalidad del mundo y todo lo que existe está completamente interrelacionado, hablar de individuos aislados o separados es una distorsión de la realidad." (P. 49)

En este orden de pensamiento, Mussa (ob. cit.), plantea lo siguiente, a la luz de la física cuántica:

"El campo cuántico o campo de energía, es el que sostiene la enorme y compleja interacción entre todo lo que existe. La vida se expresa y se manifiesta como el fluir permanente de una energía, que se mantiene por el gradiente constante entre dos polos. El cuerpo humano actúa como un sistema abierto, es decir, necesita mantener un adecuado y continuo intercambio de energía con su medio, para conservar activos sus dispositivos reguladores, su salud y los mecanismos que permiten el aprendizaje." (P. 49)

Es bueno resaltar que la sociedad está despertando, ante la situación caótica que percibimos a través de las crisis económicas, sociales, políticas, ambientales, religiosas; donde se vislumbra una realidad compleja, dialógica y borrosa, donde el proceso de toma de decisiones se caracteriza por presentar incertidumbre, es decir, que no se conoce con certeza lo que va ocurrir, lo que a su vez lleva consigo un riesgo que puede potenciar los conflictos económicos, sociales o ambientales. De aquí la importancia de tomar decisiones transcendentes.

Es por esto que el proceso de toma de decisiones debe desarrollarse de manera compleja, una toma de decisión debe ir orientada a un desarrollo sustentable organizacional. Esto indica que una decisión debe abarcar todas las dimensiones donde se interrelacione el ser humano. (Ver cuadro 1)

Cuadro 1

Proceso decisorio bajo el enfoque de la complejidad a la luz de la Ética y la Bioética

edu.red

Fuente: Elaborado por el autor

Ética y Bioética en la Toma de Decisiones

De acuerdo lo planteado anteriormente, en este orden de ideas la ética es fundamental en los procesos gerenciales complejos; refiere la reflexión crítica sobre los valores y principios que guían nuestra toma de decisiones y comportamientos. En los últimos tiempos se está hablando insistentemente de la bioética, donde han aparecido figuras eclesiásticas y políticas, como Barack Obama y el papa Benedicto XVI, entre otros, quienes plantean este nuevo y revolucionario concepto. La palabra bioética es un neologismo acuñado en 1971 por Van Rensselaer Potter (en su libro Bioethics: bridge to the future), en donde el autor plantea un concepto que englobaba la disciplina que combina el conocimiento biológico con el de los valores humanos. La prestigiosa Enciclopedia de Bioética (coordinada por Warren Reich) define la bioética como el estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y del cuidado sanitario, en cuanto que tal conducta se examina a la luz de los valores y de los principios morales. En la actualidad abarca no sólo los aspectos tradicionales de la ética médica, sino que incluye la ética ambiental, con los debates sobre los derechos de las futuras generaciones, desarrollo sostenible, etc. De hecho, el libro de Potter trataba las cuestiones éticas en relación al medio ambiente con perspectivas evolutivas, pero posteriormente el término bioética se ha usado sobre todo para referirse a la nueva ética médica y a la ética de los nuevos avances en biomedicina.

Es bueno destacar, estableciendo un orden diacrónico, el primer investigador que acuño el término de Bioética en el año 1971, fue el bioquímico Van Rensselaer Potter, quien publica un libro titulado: "Bioética, puente hacia el futuro", donde plantea lo siguiente:

"la necesidad de crear una disciplina que integre el saber científico con el saber humanístico, fundamentalmente con la ética, con la finalidad de mejorar la calidad de vida y garantizar la supervivencia de la futuras generaciones y del medio ambiente, cuestiones éstas que se ven amenazadas por el desordenado desarrollo científico y tecnológico". (p. 67)

A juicio de la visión del investigador, la Bioética es una pluridisciplina emergente que busca potenciar una nueva consciencia gerencial, con el único fin de preservar la raza humana y el medio ambiente. En la medida que se utilizó este concepto se generaron situaciones novedosas de orden moral, es aquí cuando Beauchamp y Childress (1979), establecieron principios que dieron origen a la aplicación en el campo médico y otras ramas de la ciencia.

Principios fundamentales de la bioética

Continuando la idea anterior, los cuatro principios definidos por Beauchamp y Childress (Ob. cit.) son:

Principio de Autonomía

Principio de respeto a las personas que impone la obligación de asegurar las condiciones necesarias para que actúen de forma autónoma. Una persona autónoma tiene capacidad para obrar, facultad de enjuiciar razonablemente el alcance y el significado de sus actuaciones y responder por sus consecuencias.

El principio de autonomía tiene un carácter imperativo y debe respetarse como norma, excepto cuando se dan situaciones en que las personas puedan ser no autónomas o presenten una autonomía disminuida (menores de edad, personas con discapacidad, etc.) siendo necesario en tal caso justificar por qué no existe autonomía o por qué ésta se encuentra disminuida. Por esta razón es imprescindible en la toma de decisiones tomar en consideración la opinión de las personas involucradas en el proceso.

Principio de Beneficencia

Obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo perjuicios. Un primer obstáculo al analizar este principio es que desestima la opinión de otras personas, primer involucrado y afectado por la situación, prescindiendo de su opinión debido a su falta de conocimientos. En consecuencia en la toma de decisiones debe estar presente hacer el bien a mayoría de los involucrados en dicho proceso.

Principio de No Maleficencia

Abstenerse intencionadamente de realizar acciones que puedan causar daño o perjudicar a otros. Es un imperativo ético válido en todos los sectores de la vida humana. El análisis de este principio va de la mano con el de beneficencia, para que prevalezca el beneficio sobre el perjuicio. Cualquier decisión que se tome no debe perjudicar a ningún ser.

Principio de Justicia

De acuerdo los autores anteriormente mencionados, es necesario tratar a cada uno como corresponda con la finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad (biológica, social, cultural, económica, etc.). El principio de justicia lo podemos desdoblar en dos: un principio formal (tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales) y un principio material (determinar las características relevantes para la distribución de los recursos: necesidades personales, mérito, capacidad económica, esfuerzo personal, etc.), el principio de justicia conlleva la participación de todos sin discriminación.

En consecuencia, es necesario enfatizar que la ética se desarrolla en el contexto de una sociedad pluralista, ajena a los grandes relatos unificadores de tipo religioso o ideológico. Por lo tanto, la bioética es una ética civil que se sustenta en la racionalidad humana secularizada, capaz de ser compartida por todos, en un terreno filosófico neutro.

En función a lo planteado a lo largo de este articulo, los principios bioéticos están en el centro de la toma de decisiones gerenciales donde es necesario escuchar las seis (6) voces que intervienen en el proceso ampliado de la gerencia como se muestra en el mándala siguiente.

edu.red

Fuente: El autor

Reflexiones finales

Es necesario despertar la conciencia ética a la luz de la bioética de toda la sociedad para vivir en un mundo más justo y armonioso, donde coexista la prosperidad de todos sin menoscabo de la moral, la justicia y la equidad. Es imprescindible que en la toma de decisiones en cualquier organización por pequeña que sea como la familia, hasta una organización compleja como las naciones unidas, prevalezcan los principios bioéticos, que están en el imprinting social a través de las filosofías religiosas: amar a Dios y al prójimo como a sí mismo.

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Autor:

Ernesto Márquez

Doctorado en Ciencias de la Ingeniería, mención Productividad

UNEXPO

02/06/2010

Partes: 1, 2
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