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Italianos en la Argentina (página 5)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

En su poema "La Condra" (8), Fulvio Milano canta:

Así la llamaba el abuelo italiano. No sé

qué significa este nombre. Condra,

la yegua blanca que atábamos al sulky.

¿Qué voy a hacer, Dios mío, con este

nombre raro

a través de la gente, a través del olvido?.

Alberto Luis Ponzo expresa en "Dibujos de papá" (9):

Seguí durante horas

la cabeza

que viajaba desde Italia

dejando olas y vientos

navegando en la piel.

Rubén Héctor Rodríguez evoca, en "Extraño chamuyo" (10), al propietario de un conventillo:

En el conventiyo del tano Giacumín

se armó la de San Quintín

a causa de extraño y sórdido chamuyo.

Entonces, cada cual aportó lo suyo.

(…)

Por culpa de estas quilomberas

volaron las palomas mensajeras.

Me buchonearon con el patrón

y, cabrero, desalojó el jaulón.

Lava la italiana que evoca Amalia Olga Lavira en "Estampita" (11):

Friega lienzos, camisas y vestidos,

en el fondo, la donna, en la pileta

y en fuentones y tachos florecidos

hormiguitas de sol hacen gambeta.

Habla a su padre Alberto Perrone (12), cuando llega a la casa europea del inmigrante:

Padre hoy conocí tu tierra de vides y olivos.

Conocí a tu hermana y encontré tu joven retrato

que aún preside allá, la casa.

En "Ochenta" (13), Orlando Mario Punzi evoca a sus mayores:

A Dios, conmigo se le fue la mano.

Me dio todo: la mamma de primera,

los amigos en tanda y un hermano,

y ya de pibe le saqué temprano

cien sonetos, o más de la galera.

Carlos de la Púa evoca, en su poema "Los bueyes" (14), la frustración de algunos inmigrantes:

Vinieron de Italia, tenían veinte años,

con un bagayito por toda fortuna

y, sin aliviadas, entre desengaños,

llegaron a viejos sin ventaja alguna.

Mas nunca a sus labios los abrió el reproche.

Siempre consecuentes, siempre laburando,

pasaron los días, pasaban las noches

el viejo en la fragua, la vieja lavando.

A su abuelo recuerda en "El saludo" (15) Antonio Aliberti, italiano afincado en San Antonio de Padua:

Mi abuelo se paraba para saludar;

se llevaba la mano a la cabeza

(había usado gorra alguna vez)

y saludaba con una reverencia.

A veces la gente salía

sólo para cruzarse con mi abuelo:

no era un saludo como tantos, sino una ceremonia,

como cuando uno despierta de mañana

y ve la punta del sol en la cortina.

"Inmigrante italiano" se titula el poema que Celia Sala dedica a José Longo, su "nonno* / y en él a todos los inmigrantes italianos". Así comienza:

Soy la esperanza que navega

mares y continentes,

ríos y morros,

para encallar en

alegrías y sueños,

tristezas y renaceres.

Soy la esperanza que aparca

entre matas y avestruces,

rieles, andén y locomotora,

y que con sus manos levanta

carpa, rancho, molino y huerto.

En Oficio de Mujer / Mestiere di donna (16), Lidia Vinciguerra evoca a sus antepasados que llegaron desde otra tierra. En "El asombro", ella escribe:

Dónde están los míos.

Cuántos míos prendidos de una flor

en el jardín de los después.

El album de fotografías los señala.

Dónde están los míos.

En las alas inmigrantes de los tiempos,

en el pincel de Dios,

sobre el tornasol de las mariposas.

En "Celestes ojos italianos" (17), el poeta Francisco de Madariaga habla a su madre fallecida:

¿Estarás cantando la canción que cantaban

tus celestes ojos italianos?

¿O estarás escuchando cómo canta mi corazón,

que fue la única maravilla en tu terror a

los viejos gauchos bandoleros y en tu

fracaso?

En conjunto

Alfredo Bufano canta a los italianos (18):

¡Salud a ti, fuerte hijo de la loba romana,

hijo del heroísmo y de la santidad,

el que a su espada, dueña de milenaria gloria,

trueca en armas benditas de trabajo y de paz!

¡Salud a ti, el de la estirpe de César

y de Virgilio, el que pone el mismo afán

al labrar tierra propia y al labrar tierra ajena,

o al esparcir semillas que otros cosecharán!

¡Salud a ti que derramas el resplandor de Roma

por los caminos del mundo con manos de eternidad!.

Italianos y otros

En su poema "En el conventillo" (19), Jevel Katz alude a los inmigrantes.

Cuartitos, cuartitos, cuartitos,

y nunca falta algo de barro.

Hay gente allí de todo el mundo

árabes, españoles, turcos, italianos,

todos apiñados en un mismo patio;

y no faltan judíos de Lituania,

y polacos, y galitzianos.

El conventillo fue el escenario del sainete, como lo afirma Vacarezza en un conocido soneto (20):

La escena representa un conventillo.

Personajes: un grébano amarrete,

un gallego que en todo se entromete,

dos guapos, una paica y un vivillo.

Raúl González Tuñón es el autor del "Poema del conventillo" (21), que comienza así:

A la luz de tu farol cansado,

Conventillo

yo también quiero cantar

tu cosmopolitismo abigarrado,

el turbio biombo amarillo

de tu fachada, tu babélico altar,

y tu vestido gris y verde y rosa.

Carlos Paoli es el autor de estos versos (22):

Me procuro primero un compadrito

un ruso, un francés, un cocoliche,

una vieja chismosa, un garabito,

un conventillo, una calle y un boliche.

Con estos elementos y una mina

que la va de cascarrienta y coqueta

que se cree gran señora y es una rea,

un taita que afila y un obrero,

que atrás de ella con el taita la camina

y se charla por la paica y es cabrero.

Ya con eso tiene bastante el sainetero

En "Canción a Berisso" (23), Matilde Alba Swann recuerda las escuelas de esa localidad:

Yo le canto a tus niñas saliendo de la escuela:

alemanas, rusitas, italianas, armenias,

distintas lenguas todas e idéntico candor;

y canto a las pequeñas hijas de mi tierra

"made in argentina" levadura extrajera,

raíces que se prenden a un destino mejor.

Le canto al influjo de tus academias

alimentando el sueño de tu adolescencia

por salir del hollín;

y canto a tus escuelas nocturnas para adultos

donde padres y abuelos aprenden a escribir.

De Leopoldo Díaz es el poema "Tierra prometida" (24), en el que expresa:

El viejo mundo se desploma y cruje…

El odio, entre la sombra acecha y ruge…

Una angustia mortal tiene la vida…

Y como leve arena que alza el viento,

a ti vendrán el paria y el hambriento

soñando con la Tierra Prometida.

Al inmigrante canta Carolina de Grinbaum, en "Llegaste" (25):

Barco de peltre, acero o cucurucho,

mole de mundo,

cargado de niñez, hombres y tumbos,

arribaste.

Estrenaste el chocolate,

la delicia de mazorcas tiernas…

Alimentaste sed de tierra,

Abiertas

para manos rocosas,

temples tristes.

En su poema "Inmigrante" (26), Cristina Pizarro evoca la desolación de quien ve frustradas sus expectativas:

Yo era el que no tenía título,

ni un doble apellido,

el que deseaba vivir en un chalet de dos pisos

con jardín

y revestimientos de piedra Mar del Plata.

Era uno de esos

originarios de tierras

devastadas.

Ahora

soy

este aire ambiguo

este daño

que regresa

y este adiós

menoscabado.

Roberto Antonio Druetta es el autor de "Inmigrantes" (27):

Partieron un día de la tierra amada

buscando un terruño en donde vivir.

Buscando una casa para el primer hijo,

buscando un lugar donde ser feliz.

En "Barco, barcos" (28), escribe Amalia Ottonello:

y esta nave tan grande

viene de Europa.

Llegan hacinados

con sueños de progreso,

inmigrantes

-asustados-

Los agricultores inmigrantes también fueron tema de poesías. En "Ese inmigrante" (29), Virginia Rossi, nacida en Centeno, escribe:

Venía de la tierra:

nosotros no sabíamos

cómo era el paisaje

que en su frente corría…

La nostalgia los embargaba; canta Cristina Assenato en "País de inmigrante" (30):

Porque este pueblo sabe desde los ojos

y por sus ojos que el mar lo trajo,

cuando llegue el sueño grande

nuestros huesos irán cantando

hacia el fondo de la tierra.

Gladys Edich Barbosa Ehraije es la autora de la "Elegía por los inmigrantes" (31), en la que expresa:

Pero lejos

muy lejos

en el corazón

verde de los pinos

los inmigrantes

aún

sueñan con el mar.

Betina Villaverde escribió "Homenaje al inmigrante" (32):

Sí, y fueron valientes, mares de por medio

sus raíces quedaron

mas, no vacilaron, fijo en sus mentes un

mapa brillaba, Argentina.

Manuel Conde González, pontevedrés que emigró a la Argentina en 1949, es el autor del "Poema al emigrante universal" (33), que comienza con estos versos:

Con el corazón transido

rebosante de ilusión

sale el emigrante un día

a tierras de promisión.

Deja la patria a su espalda

tal vez, su primer amor

la madre queda llorando

el padre con su dolor.

Notas

  1. Carriego, Evaristo: "El alma del suburbio", en Evaristo Carriego y otros poetas: Poemas Antología. Selección de Beatriz Sarlo, prólogo y notas por Adriana Barrandeguy. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo, vol. 47).
  2. Villoldo, incluido en "Literatura inmigrante", www.oniescuelas.edu.ar
  3. Riccio, Gustavo: "Elogio de los albañiles italianos", en J.L. Borges, L. Marechal, C. Mastronardi y otros: La generación poética de 1922 antología. Selección, prólogo y notas de María Raquel Llagostera. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo, vol. 69).
  4. La Rosa, Eduardo: "El sueño de don Juan (un inmigrante)", en La Capital, Mar del Plata, 10 de septiembre de 2000.
  5. Yunque, Alvaro: "Una familia de inmigrantes por la Avenida", en Versos de la calle. Buenos Aires, Editorial Claridad, 1924.
  6. Abós, Alvaro: "Muerte en el lago"
  7. Cossa, Roberto: El Sur y después. Citado en Colegio Schönthal: Bajaron de los barcos. Historia de la inmigración en la Argentina, www.monografias.com.
  8. Milano, Fulvio: "La Condra", en El Tiempo, Azul, 12 de noviembre de 2000.
  9. Ponzo, Alberto Luis: "Dibujos de papá", en El Tiempo, Azul, 20 de junio de 1999.
  10. Rodríguez, Rubén Héctor: "Extraño chamuyo", en La Nación Revista, Buenos Aires, 13 de diciembre de 1998.
  11. Lavira, Amalia Olga: "Estampita", en ¡Che, barrio!. Buenos Aires, Gente de Letras, 1998.
  12. Perrone, Alberto: "Amores por la vuelta. El que una vez partió", en Hotel de Inmigrantes, 2002.
  13. Punzi, Orlando Mario: "Ochenta", en La Nación Revista, Buenos Aires, 26 de octubre de 1997.
  14. De la Púa, Carlos: "Los bueyes", en L. Lugones, B. Fernández Moreno, R. Molinari y otros: La poesía argentina. Buenos Aires, CEAL, 1979. Pág. 89. (Capítulo, Vol. 4).
  15. Aliberti, Antonio: "El saludo", en www.poeticas.com.ar.
  16. Vinciguerra, Lidia: Oficio de mujer / Mestiere di donna. Buenos Aires, Editorial Vinciguerra, 1991. Prólogo de Atilio Jorge Castelpoggi. Traducción directa del castellano de Antonio Aliberti.
  17. Madariaga, Francisco: en La Nación, Buenos Aires, 10 de mayo de 1998.
  18. Bufano, Alfredo: "En el día de la recolección de los frutos", en Para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino. Buenos Aires, Clarín..
  19. Katz, Jevel: "En el conventillo", en Weinstein, Ana E. y Toker, Eliahu: "La rama argentina de la literatura ídish, y rama ídish de la liteatura argentina", en Weinstein, Ana E. y Toker, Eliahu: La letra ídish en tierra argentina Bío-bibliografía de sus autores literarios. Buenos Aires, Milá, 2004. Traducción de Eliahu Toker.
  20. Vacarezza, : "Un sainete en un soneto", en Cantos de la vida y de la tierra. 1944.
  21. González Tuñón, Raúl: "Poema del conventillo", en Violín del diablo, citado en Páez, Jorge: El conventillo. Buenos Aires, CEAL, 1970. 85 pp.
  22. Paoli, Carlos: "Sainetes argentinos"
  23. Swann, Matilde Alba: "Canción a Berisso", en Canción y grito, 1955. Incluido en www.matildealbaswann.com.ar
  24. Díaz, Leopoldo: "Tierra prometida", en Cantan los pueblos americanos. Selección de Germán Berdiales; ilustraciones de David Cohen. Buenos Aires, Ediciones Peuser, 1957.
  25. Grinbaum, Carolina de: "Llegaste", en Inmolación. Buenos Aires, el grillo, 2002.
  26. Pizarro, Cristina: en La voz viene de lejos. Buenos Aires, Ayala Palacio, 1996.
  27. Druetta, Roberto Antonio: "Inmigrantes", en Colonia Castelar. Su centenaria epopeya de trabajo y amor 1890-1990, citado en
  28. Ottonello, Amalia: "Barco, barcos", en La esquina literaria. Buenos Aires, Ediciones Tu Llave, 1996.
  29. Rossi, Virginia: "Ese inmigrante", en Capítulos, Editorial Nueva Generación.
  30. Assenato, Cristina: "Paìs de inmigrante", en El Tiempo, Azul, 21 de febrero de 1999.
  31. Barbosa Ehraije, Gladys Edich: en El Tiempo, Azul.
  32. Villaverde, Betina: poema enviado por e-mail a MGR en 2004.
  33. Conde González, Manuel: "Poema al emigrante universal", leído en "Gente de buena pasta", Radio Cultura FM 97.9, el 17 de agosto de 2005.

Letras de tango

En "Canzoneta" (1), tango de 1951, con letra de Enrique Lary y música de Ema Suárez, se evoca la nostalgia de Genaro:

Canzonetta gris de ausencia,

cruel malón de penas viejas

escondidas en las sombras del figón.

¡Dolor de vida!

¡Oh' mamma mía!

Tengo blanca la cabeza

y yo siempre en esta mesa

aferrado a la tristeza del alcohol.

"Giuseppe el zapatero" protagoniza un tango (2) de Guillermo Del Ciancio, compuesto en 1930:

E tique, taque, tuque,

se pasa todo el día

Giuseppe el zapatero,

alegre remendón;

masticando el toscano

y haciendo economía,

pues quiere que su hijo

estudie de doctor.

En "La violeta" (3), tango con letra de Nicolas Olivari y música de Catulo Castillo compuesto en 1929, aparece el italiano nostálgico:

Con el codo en la mesa mugrienta

y la vista clavada en un sueño,

piensa el tano Domingo Polenta

en el drama de su inmigración.

Y en la sucia cantina que canta

la nostalgia del viejo paese

desafina su ronca garganta

ya curtida de vino carlon.

"Oro muerto" (4), tango de 1926 con letra de Julio P. Navarrine y música de Juan Raggi, "Fue premiado en el certamen organizado en 1926 por la Compañía Rioplatense de Revistas en el teatro "18 de julio" de Montevideo. Carlos Gardel lo grabó aquel mismo año. A raíz de la censura impuesta en la radiofonía entre 1943 y 1946 se lo denominó ‘Jirón porteño’ ".

El dueño de la casa

atiende a las visitas;

los pibes del convento

gritan en derredor

jugando a la rayuela,

al salto, a las bolitas,

mientras un gringo curda

maldice al Redentor. (*)

(*) Gardel canta: "las va de payador".

Notas

  1. Lary, Enrique: "Canzoneta", en www.abctango.com.
  2. Del Ciancio, Guillermo: "Giuseppe el zapatero", en www.argentina.informatik uni-muenchen.de.
  3. Olivari, Nicolás: "La Violeta" en www.argentina.informatik uni-muenchen.de.
  4. Navarrine, Julio: "Oro muerto", en www.todotango.com.

En teatro

En muchas obras teatrales argentinas aparecen los inmigrantes que llegaron entre 1850 y 1950. Aparecen, también, descendientes de inmigrantes que aluden a su origen. Estas son algunas de ellas:

En Bohemia criolla (1), de Enrique de María, aparecen Bachicha y el Manisero.

Un vasco creado por Carlos Mauricio Pacheco para su "sainete lírico-dramático en un acto" titulado Los disfrazados dice: "¿Y no manya ni medio?", "No vaya a ser cosa que se retobe el grévano…" y "Me han hecho ráir…qué infeliz el gringo este…" (2). Varios inmigrantes italianos fueron creados para esta obra.

En Babilonia, de Armando Discépolo, el dueño de casa es un italiano que se da aires, cuando tuvo un pasado humilde. Aparecen varios criados españoles. La mucama madrileña "es limpia, espumosa en su tualé de mucama, bella. Se sienta ante su puerta en silla baja y mirándose a un espejo de mano canturrea algo de su tierra, su cintura y sus muslos inquietos" (3).

"En Mustafá, sainete que Armando Discépolo y Rafael José De Rosa escriben en colaboración, y estrenan en 1921, don Gaetano (tano típico del género) se entusiasma ante la fusión, la ‘mescolanza’, que se logra en las bulliciosas casas de vecindad porteñas" (4). Conversando con el turco que da nombre a la obra acerca del casamiento del hijo del primero con la hija del segundo. Destaca el clima amistoso del conventillo: "E lo lindo ese que en medio de esto batifondo nel conventillo todo ese armonía, todo se entiéndano: ruso co japonese; francese con tedesco; italiano co africano; gallego co marrueco. ¿A qué parte del mondo se entiéndono como acá: catalane co españole, andaluce co madrileño, napoletano co genovese, romañolo co calabrese? A nenguna parte. Este e no paraíso. Ese ne jauja. ¡Ne queremo todo! (Abrazándolo.) ¿Verdá, otomano?… Eso que dicen que turco e taliano so como perro e gato, maccanéano. (Teniéndolo estrechamente.) Mira un poco. (El turco sigue triste, frío, no se levanta de su silla.) Ne tenemo afecto, cariño puro, sincero amore. (Parece que se va a fotografiar.)" (5).

" ‘Mateo’ es la primera pieza teatral, que su autor, Armando Discépolo (1887-1971), califica como "grotesco" dentro de su producción. Consta de tres cuadros y fue estrenada el 14 de mayo de 1923 en el Teatro "Nacional". Dice Luis Ordaz: "Don Miguel, el antihéroe de Mateo, es un humilde cochero de plaza -de las hasta entonces llamadas victorias-, y es el nombre del caballo el que da título a la pieza. Don Miguel, con su mentalidad detenida en el tiempo (por conformación y hábito), es arrasado por el torrente del progreso civilizador, simbolizado en este caso por el ruidoso y prepotente automóvil". Don Miguel se ve envuelto en una serie de situaciones con exterioridad risible y trasfondo dramático. Desde el estreno de "Mateo" a los coches de plaza se les dio ese nombre, y por extensión al cochero, lo que demuestra la resonancia popular que tuvo esta obra del grotesco criollo" (6)

En La comparsa se despide, escribe Vacarezza: "Un patio de conventillo,/ un italiano encargao/, un yoyega retobao,/ una percanta, un vivillo,/ un chamuyo, una pasión,/ choque, celos, discusión,/ desafío, puñalada,/ aspamento, disparada,/ auxilio, cana… telón" (7).

"En El conventillo de la Paloma (1929), de Alberto Vacarezza, don Miguel, el encargado italiano -enamorado de la bella y esquiva protagonista que da nombre al conventillo y título al sainete-, dice, por ejemplo: ‘Sará carpincho, locura, amore, non só; ma giuro, per la ánema de san Genaro, que, ante de aflojare, le prendo fuego a lo conventillo’ " (8).

Doña Pilar es una inmigrante española casada con un italiano, ambos personajes de Pájaro de barro, de Samuel Eichelbaum. La inmigrante opina acerca de las mujeres argentinas: "En este país, las mujeres jóvenes no trabajáis. Eso está mal. En mi tierra… En mi tierra, cuando las mujeres tienen tu edad, las ponen a trabajar en los olivares…" (9).

En Don Chicho, de Alberto Novión, "Chicho y su esposa Regina viven en la más, aparente, extrema miseria. Comparten sus días con el abuelo Don Pietro, dos hijos (Luciano y Quirquincho) y la novia del mayor Fifina. Chicho vive escudándose en su devoto fervor religioso, pero en verdad es sólo una máscara que le hace sentir menos culpas, porque es un delincuente, un mafioso, que inculca el robo en su familia, como forma de obtener dinero para vivir mejor. Pero en realidad lo que los otros ganan se lo guarda y todo su núcleo no hace más que padecer sus propias existencias" (10).

En "Nuevas tendencias en la escena argentina, el neogrotesco", señala Beatriz Trastoy: "El grupo familiar que presenta Roberto Cossa en La Nona (1977) está estructurado alrededor de una anciana inmigrante y centenaria. Se trata de un "ser asexuado, tragicómico, grotesco que tiene la virtud y el poder de dar a la obra ribetes insólitos y sobrenaturales". Su insaciable voracidad será, sólo en apariencia, el motivo fundamental de la ruina económica de la familia. La descomposición moral del grupo irá en aumento hasta que todos, a su modo, terminarán sucumbiendo, víctimas de la incapacidad de afrontar y modificar la realidad. La preocupación por el dinero no es aquí avaricia o búsqueda del ascenso social, sino simplemente posibilidad de subsistencia. Frente a este problema, Carmelo y Chicho, nietos de la esperpéntica anciana, asumen posiciones antitéticas.

El primero ve en el trabajo la única salida válida e intima a su hermano a conseguir un empleo. Carmelo, como todos los personajes del grotesco criollo, fracasará porque no comprende que trabajar más no basta si no se modifican las causas reales que fagocitan el producto de este trabajo. Por su parte, Chicho, muy próximo a ciertos personajes de Florencio Sánchez, es el vago que se escuda tras sus supuestas dotes de compositor de tangos para eludir la responsabilidad del trabajo. No creemos casual que su nombre coincida con el del protagonista de la obra de Alberto Novión, Don Chicho (1933) ya que se asemeja a éste en la falta total de límites morales y en la descarada hipocresía de cada uno de sus actos. La ambigüedad que caracteriza al don Chicho de Novión también puede verificarse en el personaje de Cossa. Si aquel trata con desprecio y rudeza a su padre inválido cuando se halla a solas, pero cambia su tono ante la presencia de extraños, Chicho juega el papel de nieto amoroso que acaricia los blancos cabellos de la abuela, mientras intenta eliminarla con los gases tóxicos del brasero o con el veneno de probada eficacia. Otro punto de contacto con la obra de Novión se relaciona con el tema de la limosna. Del mismo modo que Don Chicho transforma a su padre en mendigo, la familia de la Nona especula con las limosnas que puede recibir el octogenario kiosquero del barrio, casado por medio de engaños con la voraz anciana" (11).

En Gris de ausencia (12), de Roberto Cossa, dice uno de los personajes: "Termenamo el partido e doppo vamo a piaza Venechia, ¿eh?. Agarramo por Almirante Brown… cruzamo Paseo Colon, e no vamo a cucar al tute baco lo arbole. Cuando era cóvene, sempre iba al Parque Lezama. Con il mío babbo e la mía mamma… Mi hermano Anyelito… Tuto íbamo al Parque Lezama… E il Duche salía al balcón… la piazza yena de quente. E el general hablaba e no dicheva: "Descamisato… del trabaco a casa e de casa al trabaco". E ella era rubia e cóvena. E no dicheva: "Cuídenlo al queneral". E dopo el Duche preguntaba: "¿Qué volete? ¿Pane o canune?"E nosotro le gritábamo: "Leña, queneral" (Toca acordes de Canzoneta). Ma… dopo me tomé el barco. E el barco se movía e il mio hermano Anyelito mi dicheva: "A la Aryentina vamo a fare plata… mucha plata… E dopo volvemo a Italia"

En El Sur y después, Cossa incluye una canción que refleja el sentimiento de quienes tientan suerte en otra tierra: "Allá murió la infancia: / una caricia, una canción, / una plaza, una fragancia. / Los brazos viajaron, el corazón quedó./ Pero una estrella nos llama del sur./ Y un barco de esperanzas cruza el mar./ América, la tierra del sueño azul. / Es un vaso de vino, es un trozo de pan" (13).

En mayo de 2004, en Buenos Aires, se pudo ver en el Teatro Payró, L’America di Severino, con libro y dirección de Alex Benn. Con Alex Benn, Natalia De Cieco, Perla Stollar y otros (14).

La Madonnita, obra que Mauricio Kartun escribió con la Beca para Personalidades Destacadas, otorgada por el Instituto Nacional del Teatro, fue distinguida con numerosos premios. En esa pieza teatral se alude a gringos, polacas, un lituano y un uruguayo, a quienes no se ve sobre el escenario (15). Acerca de esta obra, afirmó Osvaldo Quiroga: "La obra más inquietante de Mauricio Kartun, uno de los textos más importantes de su dramaturgia y, sin exagerar, del teatro argentino, es La Madonnita. Dueña de una poética de lo siniestro, en el sentido que le dio Freud a ese término, como algo familiar y extraño a la vez, Filomena (la Madonnita) es al mismo tiempo la santa y la prostituta, la rebelde y la sometida, la ultrajada y la bendecida" (16).

La novela La sierva, de Andrés Rivera, fue distinguida en 1992 con el Primer Premio de la Fundación El Libro. En 2005 se estrenó en Buenos Aires la versión teatral de la obra, realizada por Andrés Bazzalo. Acerca de esta pieza, escribió Olga Cosentino: "El juez Bedoya salva a la criada Lucrecia de ir a la cárcel por el homicidio de su patrón, el estanciero Negretti, un italiano autoritario y libidinoso. El asesinato, que ella imaginó como la llave de su liberación y de su ascenso de sierva a heredera del difunto, la convierte en esclava del juez, quien la somete sexualmente a cambio de no denunciarla" (17).

En Mishiadura & Metejón, obra teatral con guión de Faruk y Tito Rivadeneira, "La Ñata y Pepino viven en una pieza de conventillo. Ella ama a su hombre y él, un vivillo mantenido, hace lo imposible para no trabajar y a la vez demostrarle su amor. La Ñata decide dejarlo, y un posterior encuentro los muestra en otras condiciones. Ella es alternadora en un cabaret y Pepino ha modificado notablemente su vida. Viste bien, maneja dinero, y todo a causa de su proximidad con negocios no muy santos. Una francesita, como en todo tango característico de la época, se cruza entre ellos. Pero la nostalgia por los años vividos los hace recuperar los tiempos del conventillo" (18).

Acerca de Los hijos de los hijos, de Inés Saavedra, escribió Ana Laura Pérez: "La búsqueda de las raíces como un escape hacia sí mismo. Gestos, cosas, anecdotario de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos… Riqueza intangible, miseria de herederos. Evocaciones desordenadas para presentes descompuestos. Un regreso al origen individual y al origen mítico de un país que se vanagloriaba de ser el crisol de razas. Hoy, que la inmigración se estrella en nuevos desastres sociales y se multiplica en millones de dramas personales, el teatro ilumina nuevas zonas del éxodo interminable al que parece condenado el mundo desde que es mundo. Los tres personajes de Los hijos de los hijos (que protagonizan Ricardo Merkin, Susana Pampín y Marcelo Xicarts) conmueven no sólo por la inteligencia de la puesta, sino por la forma en que revelan la oscuridad de pozo que es siempre el alma humana" (19).

" ‘De mal en peor’ desnuda la moral de quienes, en tiempos de crisis, se niegan a ingresar a la categoría de pobres. (…) Para crear su obra (además de empapar a sus actores con el espíritu Florencio Sánchez) Bartís se basó en deliciosos casos reales. El de Mary Helen Hutton, una de las sesenta y cinco maestras norteamericanas traídas por Sarmiento y raptada por los araucanos, que permaneció en cautiverio durante treinta años. Y la fallida asociación económica de las familias Menéndez Uriburu y Rocataglione en la Cuenca del Salado. Entregada en custodia a los Menéndez Uriburu, Mary Helen se convierte en la posible salvación de la ruina, de encontrarse los títulos de indemnización que el Estado le dio como reparación por los años en cautiverio y ella escondió quién sabe dónde. Ahí empieza a actuar la familia de desgraciados feroces, capaces de todo para no caer en la pobreza" (20).

Notas

1 María, Enrique de: Bohemia criolla, en Varios autores: El teatro argentino. 6.El sainete. Prólogo de Abel Posadas; selección y notas por Marta Speroni y Griselda Vignolo. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).

  1. Pacheco, Carlos Mauricio: Los disfrazados, en Sánchez, Trejo, Pacheco, Discépolo, Dragún: Canillita y otras obras. Selección, prólogo y notas por Jorge Lafforgue. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  2. Discépolo, Armando: Babilonia. Una hora entre criados. En Sánchez, Trejo, Pacheco, Discépolo, Dragún: Canillita y otras obras. Selección, prólogo y notas por Jorge Lafforgue. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  3. Ordaz, Luis: "Armando Discépolo o el ‘grotesco criollo’ ", en Historia de la Literatura Argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980.
  4. Discépolo, Armando y De Rosa, Rafael: Mustafá. Citado por Páez, Jorge en El conventillo. Buenos Aires, CEAL, 1970.
  5. Spinetto, Horacio: "Los Oficios – Entre el Olvido y el Rescate", en www.dgpatrimonio.buenosaires.gov.ar.
  6. Vacarezza: La comparsa se despide. Citado en Páez, Jorge: El conventillo. Buenos Aires, CEAL, 1970.
  7. Sorrentino, Fernando: " EL TRUJAMÁN Cocoliche italiano y cocoliche argentino (I)", en Centro Virtual Cervantes, 27 de septiembre de 2005.
  8. Eichelbaum, Samuel: Pájaro de barro. En El teatro argentino 10.Samuel Eichelbaum Selección, prólogo y notas por Luis Ordaz. Capítulo. Buenos Aires, CEAL, 1980.
  9. Pacheco, Carlos: "La actualidad de un mundo marginal", en La Nación, Buenos Aires, 5 de octubre de 2003.
  10. Trastoy, Beatriz: "Nuevas tendencias en la escena argentina, el neogrotesco", en Teatro del Pueblo Somi La Nona.htm diciembre 1987.
  11. Cossa, Roberto: Gris de ausencia, en Teatro 3. Buenos Aires, Ediciones de la Flor.
  12. Cossa, Roberto: El sur y después, en Teatro 3. Buenos Aires, Ediciones de la Flor.
  13. S/F: en Pagina12/WEB, Buenos Aires.
  14. Kartun, Mauricio: La madonnita. Buenos Aires, Editorial Atuel, 2005. 128 pp. (Biblioteca del Espectador)
  15. Quiroga, Osvaldo: "Fantasías y esperpentos", en La Nación, Buenos Aires, 16 de julio de 2006.
  16. Cosentino, Olga: "La repetición como destino", en Clarín, Buenos Aires, 14 de febrero de 2005.
  17. Pacheco, Carlos: "Amor de milonga, tango y conventillo", en La Nación, Buenos Aires, 10 de octubre de 2004.
  18. Pérez, Ana Laura: "teatro inmigrantes El mito del origen", en Clarín Viva, Buenos Aires, 4 de junio de 2006.
  19. Gentile, Laura: "TEATRO: HOMENAJE DE RICARDO BARTIS A FLORENCIO SÁNCHEZ", en Clarín, Buenos Aires, 13 de junio de 2005.

En cine

Mateo fue dirigida por Daniel Tinayre. "El estreno tuvo lugar en el cine Suipacha, el 22 de julio de 1937, con abundante asistencia de personalidades" (1).

Calabreses

En 1979 se estrenò La nona, film en el que Pepe Soriano encarna a una inmigrante italiana, venida de Catanzaro. Actuaron tambièn Guillermo Battaglia, Eva Franco, Osvaldo Terranova y Juan Carlos Altavista, entre otros. Los dirigiò Hèctor Olivera, quien fue autor, junto con Roberto Cossa, del libro cinematogràfico, basado en la obra teatral homònima de Cossa. Produjo Aries Cinematogràfica.

Sicilia

En 2002 se estrenó Un día de suerte, dirigida por Sandra Gugliotta, escrita por Sandra Gugliotta, Marcelo Schapees y Julio Cardoso y protagonizada por: Valentina Bassi, Darío Vittori, Fernán Miras, Lola Berthet y Damián de Santo.

Acerca de este film manifestó Juan José Dimilta: "Elsa (Valentina Bassi) es la protagonista, aquella que con la excusa de algún modo, de un italiano que pasó fugazmente por Buenos Aires y la enamoró, quiere volar a la tierra de su abuelo (Dario Vittori), un inmigrante siciliano" (2).

Sin mención de origen

Herencia, estrenado en 2002, fue dirigido por Paula Hernández e interpretado por Rita Cortese (Olinda), Adrián Witzke (Peter), Martín Adjemián (Federico), Héctor Anglada (Ángel), Julieta Díaz (Luz), Cutuli, Oscar Alegre, Carlos Portaluppi, Graciela Tenenbaum, Ignacio Ricci, Ernesto Claudio y Damián Dreizik, entre otros. El guión fue escrito por la directora. Fue producido por Rojo Films y Azpeitía Cine, con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.

La protagonista "es una inmigrante italiana que llegó a la Argentina tras la Segunda Guerra Mundial. Aunque nunca pudo encontrar al hombre cuyos pasos seguía, decidió adoptar a Buenos Aires como su ciudad" (3).

Italianos y otros

Así es la vida, realizada por Francisco Mugica en 1939, proviene de una obra teatral de Nicolás de las Llanderas. En ese film, "con Enrique Muiño y Elías Alippi, el sainete pervive sólo en dos amigos de la familia, un gallego y el italiano –los de afuera; los de casa son porteños. Por su peso, gana forma la comedia familiar, apoyada en el sentido aglutinador de la mesa del comedor, blanca en extremo por la luz simbólica que le arrojan los directores de fotografía. Temporalmente, esta comedia se inicia en el patio y prosigue en la sala con piano y con una mesa amplia donde caben todos. Los inmigrantes mantienen el decir cocoliche; los otros son porteños y los novios, en sus encuentros, se hablan de tú" (4)

En 1965 Jorge Masciángioli adapta para cine Gente conmigo, novela de Syria Poletti que obtuvo el Premio Municipal de Buenos Aires en 1962.. "La película es dirigida por Jorge Darnell e interpretada por Milagros de la Vega, Norma Aleandro, Alberto Argibay y otros actores. Esta versión fílmica es elegida para el Festival Internacional de Venecia por el Instituto Nacional de Cinematografía, y obtiene una importante distinción en el Festival Cinematográfico Internacional de Locarno (Suiza)" (5).

Aller simple: Tres Historias del Río de la Plata se estrenó en video en Buenos Aires en 1998, en el cine Cosmos. Es una coproducción francoargentina de 1994, de 82 minutos de duración, codirigida por los franceses Noel Burch y Nadine Fischer y el uruguayo Nelson Scartaccini –a quien pertenece la idea original-, presentada por la productora Cine-ojo, de Marcelo Céspedes y Carmen Guarini.

El film "indaga en las peripecias de la inmigración en la Argentina y el Uruguay. (…) Aller simple (Pasaje de ida) elige un peculiar sesgo narrativo para adentrarse en esta larga historia. La cámara se planta fija en una calle cualquiera de Buenos Aires y vemos pasar gente mientras una voz describe la dura situación económica que atraviesa el país, haciendo pie en el peso de la deuda externa sobre cada uno de los argentinos. En un momento, la cámara se detiene y quedan tres rostros, elegidos al azar, que nos enfrentan. Dos hombres y una mujer. A partir de esas caras, la película se adentra en las ficticias historias familiares de cada una. Presuponen, los realizadores, que uno es francés, el otro italiano y la tercera española. Y arman mediante fotografías de época, películas históricas del cine argentino (como Pampa bárbara y Su mejor alumno) y material documental antiquísimo, una suerte de rompecabezas de la inmigración en la Argentina en el siglo que va de 1830 a 1930. Aller simple presenta, una por una, las historias familiares. La del francés, que se convirtió en un rico integrante de la Sociedad Rural; el italiano, que se fue al Uruguay y le costó levantar cabeza pese a la solidez económica comparativa de ese país respecto del nuestro; y, por último, la española, que se integró a la clase media cuentapropista poniendo una carnicería" (6).

En El hijo de la novia, film de Juan José Campanella, Hector Alterio interpreta a Nino Belvedere, un italiano que quiere volver de visita a su tierra.

Notas

  1. Félix-Didier, Paula y Peña, Fernando Martín: "Baires films Clásicos nativos", Clásicos nativos Tinayre.
  2. España, Claudio: "Así es la vida", en Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación Revista, Tomo I.
  3. S/F: "Biobibliografía de Syria Poletti", en Poletti, Syria: Taller de imaginería. Buenos Aires, Losada, 1977.
  4. Lerer, Diego: "Tres caras de la historia", en Clarín, Buenos Aires, 4 de julio de 1988.
  5. Ormaechea, Luis: "Con ánimo de conciliar", en Herencia de Paula Hernández.
  6. Dimilta, Juan José: "Un día de suerte", en www.leedor.com

En televisión

En 1967, Syria Poletti adapta para televisión su novela Gente conmigo (1).

En 1969 se emitió por Canal 13 Muchacha italiana viene a casarse. "Su suceso fue tan grande que se extendió por cuatro temporadas (hasta 1972)" (2).

En 2006 se vio en la Argentina Vientos de agua. En la miniserie de Juan José Campanella, una italiana llega a la Argentina en su infancia, es recibida a disgusto por los tíos pudientes, se escapa y, protegida por otros inmigrantes, vive en un conventillo. Ya adulta, vuelve a Europa.

Varios

A partir de abril de 2000, Canal "á" puso "en el aire ‘La otra tierra’ (historias de inmigrantes en un país que busca su identidad), una nueva versión del recordado ciclo televisivo". Se llevó "a cabo en emisiones semanales de media hora de duración, poniendo en relieve el aporte cultural de cada una de las corrientes migratorias". El ciclo contó "con la producción y dirección de la recordada Clara Zapettini y la conducción de Canela". El equipo que respaldó el proyecto "estuvo compuesto por Adriana Ocón en la producción; Moira Soto en investigación, e Ivonne Fournery como guionista" (3).

Un año después, Ivonne Fournery se refirió en un reportaje a ambas versiones del ciclo: "En el año ’86 yo empecé a escribir… haciendo guiones en documentales periodísticos, en un programa muy lindo que se llamaba ‘La otra tierra’, que trataba de inmigrantes en un país que busca su identidad.

El proyecto estaba dirigido por Clara Zapettini, una mujer muy talentosa… (…) Una mujer que siempre se destacó, y en esa oportunidad la convocaron para ‘La otra tierra’, y fue tal el impacto que, por ejemplo, el año pasado se firmó un contrato con canal A y se grabaron programas de media hora, con un único testimonio cada uno. La ideología, tanto en la primera oportunidad, en los ’80, como ahora, fue la misma, o sea, no poner el acento para nada en la colectividad o comunidad, sino en la síntesis de las culturas. Es decir, hacer hincapié en el aporte que significó a nuestra identidad esa cultura. Lo cual enriquece al programa, lo hace mucho más vivo y mucho más real. De lo contrario, se transforma en una cosa… te diría que pintoresca o turística… y no es ésa la intención. Además, te cuento… yo no hacía la investigación periodística, pero lo que yo aprendí de las culturas haciendo esto no te puedo explicar. Por otra parte, fueron muchos programas: en el ’86 se hicieron 55 y en este último año, 39. O sea que realmente fue un privilegio. Y ahí yo hacía los textos y la voz en off" (4).

Notas

  1. S/F: "Biobibliografía de Syria Poletti", en Poletti, Syria: Taller de imaginería. Buenos Aires, Losada, 1977.
  2. Marcos, Marisa: en www.telenovelas.com.ar.
  3. Hall, Annie: "Bambalinas", en La Nación, Buenos Aires, 9 de enero de 2000.
  4. Ceratto, Virginia: "La indiferencia, en un 94%, es falta de conocimiento", en La Capital, Mar del Plata, 18 de marzo de 2001.

En exposiciones

En conjunto

En marzo de 2001 se abrió en el Palais de Glace la muestra "El tesoro de la memoria", ambientada como un buque. Aldo Galli escribe sobre la original presentación de la misma: "Guillermo D’Aiello, el curador, la presentó como si fuese un barco cuyos ocupantes reciben un ‘pasaporte’ rosado análogo al que se daba en Italia a los emigrantes y unos canillitas distribuyen el Corriere de la Sera" La Nación, 25 de marzo de 2001.

…..

Los italianos hicieron de la Argentina su otra patria. Se los recuerda en testimonios, memorias, biografías, periodismo, obras literarias, espectáculos y exposiciones.

 

Trabajo enviado por

María González Rouco

Lic. en Letras UNBA, Periodista

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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