RUIDO
VIBRACIONES
TEMPERATURA.
ILUMINACIÓN
HUMEDAD
RADIACIONES.
RIESGOS QUMICOS DEL MEDIO AMBIENTE DE TRABAJO
POLVOS
LIQUIDOS
HUMOS
GASES
VAPORES.
RIESGOS BIOLÓGICOS DEL MEDIO AMBIENTE DE TRABAJO
VIRUS
HONGOS
BACTERIAS
PARASITOS.
FACTORES TECNOLÓGICOS Y DE SEGURIDAD
RIESGO ELECTRICO.
RIESGO DE INCENDIO.
RIESGO DE EXPLOSION.
CARACTERÍSTICAS, BUEN FUNCIONAMIENTO Y DISPOSICION DE MAQUINAS EQUIPOS Y HERRAMIENTAS
ORDEN Y LIMPIEZA
MANIPULACIÓN Y TRANSPORTE.
RIESGOS DERIVADOS DEL MEDIOAMBIENTE NATURAL
ANIMALES (ROEDORES, REPTILES, ARÁCNIDOS, INSECTOS, ETC.) RADIACIONES SOLARES, CONDICIONES CLIMÁTICAS (VIENTO, LLUVIA, DESCARGAS ELÉCTRICAS) TEMBLORES, TERREMOTOS, INUNDACIONES, ALUDES, DERRUMBES, ERUPCIONES VOLCÁNICAS.
ACCIDENTES DE TRABAJO
ACCIDENTE:
ES UN HECHO DE COMIENZO Y DESARROLLO GENERALMENTE BRUSCO, INDEPENDIENTE DE LA VOLUNTAD HUMANA, DE ORIGEN MULTICAUSAL CON INTERVENCION DE ALGUN FACTOR EXTERNO QUE SUPERA LA CAPACIDAD DE RESPUESTA DE LA PERSONA Y POTENCIALMENTE CAPAZ DE GENERAR UN DAÑO.
INCIDENTE
SE SUELE DENOMINAR ASI A LOS ACONTECIMIENTOS QUE SIN PRODUCIR EFECTOS SOBRE LA SALUD DE LAS PERSONAS PUEDEN O NO GENERAR UN DAÑO ECONOMICO PARA EL PROCESO PRODUCTIVO.
ACTUALMENTE SUELE INCLUIRSE A LOS INCIDENTES ENTRE LOS ACCIDENTES
Causalidad
Los accidentes no se deben al azar, la fatalidad. El destino, Cada accidente es el resultado de una cadena de causalidades (no casualidades)
No pueden explicarse como un proceso de ocurrencia lineal (causa- efecto),
Son el producto de una serie de factores coincidentes.
Interviene un agente, el medio ambiente y la persona que lo sufre:
Tiene origen en estos tres ejes:
Hombre – Agente – Medio
Para evitarlos debemos analizar los factores y actuar sobre ellos.
Ejemplo:
Un trabajador sufre una caída, al bajar de una escalera a la que le faltaba un peldaño.
"Don Nicolás (59) y Roberto (23) trabajaban horas extras en el taller cuando la única lámpara de luz dejó de funcionar. La escalera disponible (con un peldaño de menos) sirvió para que Don Nicolás cambiara la lámpara, luego de decidir que no esperaría al día siguiente para que lo hicieran los electricistas de mantenimiento. Don Nicolás olvidó el peldaño faltante y sufrió una caída fracturándose una tibia."
Análisis desde el enfoque monocausalista.
Hay un Tipo de accidente: Caída
Hay un agente de riesgo: Escalera
Hay una condición insegura: Escalón roto
Hay un acto inseguro: Empleo de equipo defectuoso
Hay un factor personal inseguro: Actitud impropia del trabajador.
Según este esquema:
Accidentes por causa de riesgos materiales 15 %
Accidentes por causa de actos inseguros 85 %
Análisis de lo ocurrido
¿Cuantas lámparas debería tener el taller para brindar una iluminación ambiental adecuada?
¿Cual era el nivel de fatiga en una persona de 59 años haciendo horas extras?
¿Cuantas horas llevaba de trabajo diario efectivo?
¿Que nivel de stress?
¿Cual fue su necesidad de hacer horas extras?
¿Cuantas escaleras se necesitan en el trabajo cotidiano en el taller?
¿Existe un relevamiento periódico de los elementos y herramientas de trabajo?
¿Porque no se descartó una escalera rota?
¿Como se reparte el trabajo entre los operarios? Multifuncionalidad?
Las respuestas caracterizarán el accidente y darán los componentes relativos al agente (la escalera), el hombre (Don Nicolás) y las Condiciones y Medioambiente de Trabajo.
También para elaborar: Mapa de Riesgos ( donde? a que hora? quienes están expuestos?) Mapa de Actores (involucrados con los acontecimientos que precedieron al accidente – pre-evento)
¿Que hacer?
Cambiar mentalidad correctiva por preventiva.
Poner esfuerzos en las causas y no en los efectos.
Implementar programas para detectar los riesgos.
Investigar los accidentes e incidentes.
Evaluación de riesgos
Identificación del riesgo (¿cuál es el riesgo? ¿Qué daño ocasiona?)
Evaluación de la dosis – respuesta (útil para riesgos químicos y algunos físicos, mide los daños que resultan de la exposición a distintas magnitudes de riesgo).
Evaluación de la exposición (estima la magnitud de la población expuesta, La frecuencia, duración, vías de exposición de las personas y sus características).
Con estos tres pasos, el riesgo queda caracterizado:
¿Qué es? ¿Donde está? ¿Cómo actúa? ¿Qué daños produce? ¿A quienes? ¿Qué personas son mas vulnerables, cuando y porqué? etc.
Auditorias internas para mejorar la calidad de Gestión: comisiones que tienen por finalidad hacer un seguimiento real y responsable de la empresa verificando.
Cumplimiento de la normatividad en seguridad e higiene.
Mantenimiento de las instalaciones y maquinaria.
Efectividad de la capacitación en seguridad e higiene.
Eficiencia de los sistemas de información al trabajador.
Manejo adecuado del equipo de protección personal.
La ocurrencia de un accidente no es más que la manifestación de los riesgos existentes en un lugar por lo tanto debemos reconocerlos y participar en su eliminación o minimización.
Equipos de Protección Personal.
Para el brigadista, un elemento de protección personal es aquel que lo resguarda de los peligros mecánicos o de riesgos biológicos propios del oficio. Pero es obligación que todo brigadista este protegido de forma adecuada para la función específica que debe realizar, un riesgo severo para el brigadista es el contagio con enfermedades graves e incluso mortales como son:
Hepatitis B, HIV, esto se debe a que puede estar expuesto a diversos fluidos corporales provenientes del accidentado, quien puede ser portador de enfermedades e infecciones.
Los elementos de protección biológica que debe usar el brigadista son:
Guantes de látex o de nitrilo, barbijo, protector facial, lentes de seguridad y bolsas contenedoras identificadas de residuos para poner restos contaminados biológicamente.
Es importante también destacar el riesgo de la contaminación cruzada de pacientes, esto quiere decir que el brigadista que atendió a un paciente y tiene sus guantes contaminados con fluidos de alto riesgo (sangre) atienda a otros pacientes con el mismo guante exponiendo a un riesgo innecesario a estos últimos.
((
La protección propia (autoprotección) hay que entenderla como una medida de prevención de accidentes, los brigadistas necesitamos protegernos contra algunos riesgos:
Físicos
Mecánicos
Radiaciones
Térmicos
Eléctricos
Químicos
Aerosoles / polvos / polución.
Líquidos / fluidos semilíquidos.
Gases / vapores / humos.
Biológicos
Alto riesgo / bajo riesgo /reactivos / patógenos.
Respuestas fisiológicas.
Temor /desconocimiento / ruidos.
El equipo de protección personal debe dar respuesta a los diferentes tipos y niveles de riesgo a los que se enfrenta el brigadista, estas prendas deben garantizar un alto nivel de protección, deben ser eficaces y cómodas para ser funcionales.
La confección de nuevas prendas y el tipo de materia prima que se usan en la fabricación actual, ofrecen una buena prestación ante riesgos mecánicos, Ej. Equipos estructurales contra incendio, aunque no se ha logrado el equilibrio entre protección y confort, la función de proteger de cualquier prenda y elemento de seguridad es siempre en detrimento del confort del brigadista.
Cuando una intervención es muy adversa, le exige al brigadista un trabajo físico notable (la tensión del siniestro, temperaturas elevadas, etc.); esto repercute directamente en el organismo del brigadista manifestando, perdida de electrolitos a través de la sudoración, fatiga muscular (provocando cansancio) y pérdida en la velocidad de respuesta ante reflejos innatos (instinto de bombero) exponiendo al brigadista a un posible riesgo de accidentes.
Una consecuencia de la autoprotección es una condición denominada TERMOPATIAS.
El brigadista se puede encontrar ante una patología relacionada con el calor y el sobre esfuerzo. Estos cuadros clínicos se denominan termopatías y tienen como protagonistas a la temperatura y la humedad.
Podemos clasificar dos factores que aparecen en las termopatías:
Factores externos y Factores internos.
Factores externos.
En un incendio la temperatura liberada al medio ambiente puede como mínimo rondar entre los 200º a 850º C, se estima que durante los primeros veinte minutos de trabajo de extinción, el organismo ve reducido su volumen plasmático entre un 10 y 20% por lo que el cerebro activa mecanismos compensadores para amortiguar esta perdida.
La edad del brigadista, respecto a la temperatura, es un factor a tener en cuenta, ya que con temperaturas mayores de 2lº C, los brigadistas menores de 30 años y los mayores de 50 años, son más susceptibles a los efectos que se derivan de estos ambientes.
Por otro lado, la humedad relativa ambiente, va a determinar la cantidad de vapor de agua que la transpiración va a evaporar. En un incendio estructural parcialmente cerrado, la humedad ambiental por efecto de la extinción con agua, supera fácilmente el 60%.
Factores internos
La temperatura corporal se mantiene dentro de ciertos márgenes gracias al Sistema Termorregulador, que ejerce un equilibrio entre el calor generado por el organismo y el calor disipado al exterior, siempre en relación con las condiciones ambientales. Los mecanismos de pérdida de calor son:
Radiación:
Por este sistema se puede perder hasta un 60% del calor generado, siempre y cuando la temperatura ambiente sea inferior a la temperatura corporal, de lo contrario, absorberá calor. El EPP (traje estructural) nos protege pero, a la vez, limita la radiación del calor generado por el cuerpo, creando el denominado microclima ambiente de calor secundario, entre la piel y el traje estructural, lo cual, nos provocará una reducción importante del volumen plasmático.
Convección:
Se calculan pérdidas entre un 13 y16% del calor generado, se produce por la circulación de aire alrededor de nuestro cuerpo, la cual disminuye o se elimina al colocarnos el traje estructural para intervención de incendios.
Evapotranspiración:
La evaporación del sudor, es una de las principales defensas contra el sobrecalentamiento y supone una pérdida de entre el 15y16%. Este grado de evaporación va disminuyendo a medida que aumenta la humedad ambiental. La colocación del traje de intervención dificulta el proceso normal de disipación del calor, aunque estas prendas tienen cierta capacidad para la absorción del calor y así facilitar la transpiración.
Conducción:
Es la pérdida que se produce por el contacto con un cuerpo más frío. En los incendios, se convierte, no en pérdida, sino en incremento de calor.
Respiración:
La sangre se refrigera en los pulmones mediante la inhalación de aire a menor temperatura que la corporal. A través de la espiración se emite aire caliente y se pierde calor. Este mecanismo supone una pérdida del l0%. En la intervención con equipo de respiración autónomo E.R.A., es el único sistema de refrigeración corporal que permanece intacto, incluso se ve mejorado por la respiración del aire del cilindro que suele salir a una temperatura de entre l7-20ºC, de los cinco sistemas orgánicos de pérdida de calor, sólo uno permanece intacto, el resto disminuye su efectividad. Es obvio, que al realizar las intervenciones vamos a estar protegidos al máximo contra todas las posibles agresiones externas esto conlleva a asumir las repercusiones fisiológicas que hemos visto para saber prevenir.
PATOLOGIA RELACIONADA CON EL CALOR Y EL SOBREESFUERZO.
Las diferentes manifestaciones clínicas que se inician en los organismos que son aún capaces de controlar su temperatura corporal, deben ser prevenidos una vez iniciados, ya que si no, evolucionarán a situaciones de auténtico riesgo vital; aunque se trate de procesos menores, no hemos de supervalorarlos ni de subestimarlos.
En los síndromes clínicos más leves, los síntomas aparecen como reacción de los mecanismos corporales para enfriar el progresivo calentamiento del organismo o bien para compensar la agresión térmica inicial y su repercusión fisiológica. Estos síntomas, a veces, son engañosos para el brigadista y éste debe saber detectarlos y reconocerlos a tiempo.
Las patologías más leves son:
El agotamiento, los calambres y el síncope por el calor (los más típicos).
El cuadro más grave:
El golpe de calor (este no se presenta con tanta frecuencia).
Agotamiento por calor. Este se presenta cuando se ha producido una pérdida considerable de líquido (agua, minerales) por la exposición a una temperatura y humedad ambientales muy elevadas, esto derivará en un cansancio progresivo, que es el agotamiento por calor. Los síntomas son: debilidad, cansancio extremo, dolor de cabeza, aumento de la frecuencia cardiaca (taquicardia), palidez, descenso de la tensión arterial (hipotensión), náuseas y vómitos. La temperatura corporal se mantiene por debajo de los 39º C. y la capacidad mental se mantiene.
Calambres por calor.
Una vez de haber sufrido el agotamiento y si persisten las condiciones ambientales, el esfuerzo físico intenso, se producirán contracturas dolorosas de la musculatura esquelética, localizada sobre todo, en pantorrillas, muslos y hombros. Estas contracturas son secundarias al desequilibrio hidroeléctrico desencadenado por la excesiva sudoración. Los síntomas son los mismos que los anteriores, más la aparición de calambres musculares muy dolorosos.
Síncope por calor.
En ocasiones, la respuesta del organismo ante estas situaciones ambientales y de sobreesfuerzo, es brusca. Se puede presentar una pérdida de conciencia inmediata, sin que la temperatura corporal suba más de 39º C.
Golpe de calor por sobreesfuerzo o Estrés Térmico:
Ante unas condiciones ambientales extremas, se desbordan e incluso anulan la capacidad y los mecanismos termo-reguladores del organismo y aparece este cuadro que tiene dos orígenes:
Origen Endógeno: provocado por un trabajo y/o esfuerzo muscular duro y prolongado, que es capaz de generar en una hora, entre 800-900 Kcal., de las cuales, sólo el 25% se libera como energía en forma de trabajo y el 75% restante, se libera como energía calórica del organismo
Origen Exógeno: provocado por las condiciones ambientales, como son temperaturas mayores de 35º C. y humedades relativas mayores del 60%.
Estos dos orígenes nos definen a este cuadro como Golpe de Calor ACTIVO y se lo diferencia del Golpe de Calor PASIVO, en el cual no existe el componente del esfuerzo.
Como respuesta compensadora del organismo, se produce entre otras situaciones una incapacidad para la sudoración o incluso una obstrucción mecánica de las glándulas sudoríparas. Al no poder eliminar el calor corporal, se produce una severa HIPERTERMIA (temperatura corporal igual o superior a 40º C.). Al utilizar el equipo de protección, la eliminación es aún menor, ya que limita tres de los cinco sistemas de pérdidas de calor corporal.
Si la temperatura corporal supera los 42º C., se empieza a dañar el sistema nervioso y cardiovascular.
A partir de los 45º C, se inicia la destrucción celular y el daño de los órganos afectados es aún mayor, respecto a los síntomas podemos hablar de dos fases:
Fase de inicio: en la cual aparecen trastornos del comportamiento (desorientación, irritación, agresividad, etc.), a los que se le añaden calambres musculares, taquicardias, piel enrojecida, seca y caliente, aumento de la frecuencia y ritmo respiratorios (hiperventilación y taquipnea).
Fase de instauración: Hipertermia, alteraciones importantes del nivel de conciencia, signos de afectación cerebral (parálisis en extremidades, etc), signos cardiovasculares, ausencia de
sudoración (anhidrosis), alteración en la piel (pequeños puntos rojos) y dolores musculares
náuseas, vómitos y diarreas.
En definitiva tenemos un cuadro de: Estrés térmico, Estrés físico, Estrés psíquico.
Primera respuesta "IN SITU" de las termopatias.
Para ser prácticos y efectivos ante un compañero o víctima que sospechemos afectación por temperatura y humedad, añadidos sobreesfuerzo, lo que haremos será:
En primer lugar: alejarlo de la zona del siniestro, colocarlo en un ambiente fresco, ventilado y a la sombra. Le quitaremos la ropa, como mínimo hasta la cintura y lo colocaremos estirado en posición de decúbito supino espaldas al piso cara hacia arriba y elevaremos las piernas 15 cm del piso.
En segundo lugar: iniciaremos el enfriamiento por medio de toallas, sábanas, trapos limpios, empapados en agua y colocados en cuello, axilas, ingle, tórax, rociando periódicamente estos con agua fría. A la vez se le aplicará un masaje muscular vigoroso que evitará la vasoconstricción de los vasos sanguíneos superficiales, debido al enfriamiento periférico (de lo contrario podríamos provocar una hipotermia) y ventilaremos al paciente, aumentando la circulación de aire fresco a su alrededor.
En tercer lugar: iniciaremos la rehidratación, por medio de agua o bebidas isotónicas. Si no está consciente, no se le administrará NADA.
En cuarto lugar: se expondrá, examinara e infundirá lo antes posible, por el personal medico. Se lo trasladara preferentemente en ambulancia, llevando ésta el habitáculo bien ventilado.
PREVENCION PARA LA AUTOPROTECCION
La prehidratación:
Esto es clave y poco tenido en cuenta, en los incendios hemos de pedir desde el principio agua potable o jugos azucarados considerar que el momento más crítico de un incendio se produce al inicio de las maniobras de extinción, con el riesgo de producir una termopatía. Sería muy importante que el brigadista mientras concurre al siniestro vaya ingiriendo algún tipo de bebida isotónica o agua embotellada, como mínimo 500cc.
Con esto aumentamos, primero las reservas hídricas antes del esfuerzo y se mantienen dichas reservas durante el esfuerzo. Recordar que la sed es el primer síntoma de compensación cuando los mecanismos del organismo han sido superados y un fallo en la hidratación, puede dar como resultado la aceleración en todos los procesos degenerativos que se pueden producir en un siniestro.
Tiempo de intervención:
Durante los siniestros es preciso llevar un control estricto del tiempo de intervención del brigadista la duración de la situación de esfuerzo máximo debe ser reducida en lo posible, para evitar acumulación de ácido láctico (signo de agotamiento físico).
La táctica y protocolos de actuación deben favorecer la posibilidad de realizar relevos en primera línea, con la cadencia suficiente dependiendo de las condiciones del siniestro. Esto nos permitirá mantener al personal en las mejores condiciones físicas psíquicas durante el mayor tiempo posible y con la mayor eficacia.
Condición Física:
Es muy importante que el brigadista mantenga una buena condición física, hacer ejercicios y controlar el peso. Un buen entrenamiento NO implica una mayor tolerancia al calor, pero SI permite que nos adaptemos mejor a determinadas situaciones extremas. Además del estado físico, hay otras variables que pueden afectar a nuestra respuesta durante la intervención, como son:
El estado psíquico: manteniendo un seguimiento y apoyo.
La confianza: que se adquiere mediante la formación técnica, la repetición de acciones y el desarrollo y experiencia de la propia habilidad.
La formación psicológica y el autocontrol: son conceptos básicos como el hablar y comunicarse con un accidentado, qué información darle, cómo y porque.
Los brigadistas tenemos que vestirnos para afrontar los diferentes tipos de intervenciones en cualquier época del año y ser conscientes de que nuestra seguridad personal depende del E.P.P y del uso correcto de cada prenda, el peso de nuestro equipo oscila entre los 35kg a 50kg. No debemos anteponer la comodidad a la protección necesaria para el servicio, ya que aumentaríamos el riesgo de un accidente, no debemos adaptar nuestra vestimenta al tipo de función a realizar y no debemos desprotegernos, ni sobreprotegernos.
Teniendo en cuenta los riesgos que podemos sufrir en las intervenciones y los riesgos derivados del uso inapropiado de los E.P.P, el brigadista, debe entender la seguridad como un concepto de seguridad global y prioritaria.
Como hemos visto hasta aquí tenemos básicamente equipos de protección biológica y equipos de protección mecánica el brigadista que fue designado para trabajar en el control del incendio no podrá trabajar en trauma y viceversa ya que los equipos de protección son diferentes y específicos.
Descontaminación de equipos.
Dentro de las medidas de protección biológica también figura la correcta desinfección de los materiales utilizados en la atención del paciente, para esto se propone la utilización de una solución de cloro al 0,5% durante 20 minutos como mínimo y luego la limpieza con un detergente común, tener en cuenta de no mezclar nunca el cloro con el detergente ya que la mezcla se neutraliza liberando gases tóxicos y perdiendo la capacidad de agente descontaminante.
Para lograr una buena concentración multiplico la concentración original del producto (5% en el ejemplo) por 2 y el resultado es la cantidad de agua, en litros, que debo agregar a 1litro de cloro para obtener mi solución al 0,5%.
Cuando se diluyen con agua, las soluciones de hipoclorito generan ácido hipocloroso, siendo este compuesto el verdadero principio activo de la acción biológica. Las soluciones concentradas de hipoclorito de sodio tienen un pH alcalino (pH>12) que favorece su conservación pero en estas condiciones es inactiva como desinfectante.
La dilución con agua corriente cuyo pH es normalmente ácido ACTIVA LA LAVANDINA POR GENERACIÓN DE UNA CONCENTRACIÓN IMPORTANTE DE ÁCIDO HIPOCLOROSO, y lleva la solución a su punto de máxima actividad desinfectante, esto es pH 6 Es importante destacar que el ácido hipocloroso reacciona con casi cualquier molécula orgánica, pero en cada reacción individual DESAPARECE una molécula de ácido hipocloroso, es decir, la solución SE AGOTA en su principio activo. No se aconseja mezclar lavandina con ácidos o detergentes porque genera Cloro, ni con productos con Amoníaco porque se forma Cloramina. La Cloramina inhalada se descompone en las mucosas en ácido hipocloroso + amoníaco muy cáusticos generando un síndrome de dificultad respiratoria severa y aún edema pulmonar, La mezcla de lavandina y detergente puede provocar edema de glotis o edema pulmonar.
Ley nº 213 mediante la cual se dispone la obligatoriedad, por parte de las empresas elaboradoras de detergente y lavandina para su comercialización masiva, de insertar en los envases respectivos la leyenda: "Atención! NO MEZCLAR CON DETERGENTE Es peligroso para la salud". En forma inversa, los envases de detergente deben contener la leyenda: "Atención! NO MEZCLAR CON LAVANDINA Es peligroso para la salud".
Esta situación hace imperativa la necesidad de adecuar la relación entre agente descontaminante y material contaminado y de establecer conductas para la renovación de las soluciones descontaminantes en el curso del día de trabajo en función de la CALIDAD Y CANTIDAD del material a tratar. Se vuelve a recalcar que el brigadista que tenga que realizar limpieza de material contaminado debe estar protegido con todo su equipo de protección personal para riesgo biológico.
"el hombre precavido vale por dos" el mismo recaudo lo tendremos en caso de derrames en depósitos que tengan ambientes cerrados con humedad o agua ya que su combinación generara una gran cantidad de vapores tóxicos por lo que deberemos utilizar equipos de protección respiratoria completa. A modo de ejemplo pondremos una MSDS de la sustancia identificada como lavandina en el capitulo correspondiente a materiales peligrosos de este manual.
Señalizaciones
Concepto: se define como un conjunto de estímulos que hacen reaccionar al individuo sobre circunstancias que conviene destacar.
Señales de seguridad:
Señales de prohibición.
Señales de advertencia.
Señales de obligación.
Señales de salvamento.
Señales de lucha contra incendio.
Simbología y referencias: Los colores no eliminan el riesgo:
Sobre las SEÑALES DE SEGURIDAD.
Señales de Prohibición: redondas: negro sobre fondo blanco, bordes y bandas rojas 35%
Señales de advertencia: triangular: negro sobre fondo amarillo 50%.
Señales de obligación: redondas: blanco sobre fondo azul 50%.
Señales de salvamento: rectangular – cuadrada: blanco sobre fondo verde 50%.
Señales de lucha contra incendio: rectangular – cuadrada: blanco sobre fondo rojo 50%.
Colores de seguridad en establecimientos
1. Amarillo y negro: barreras, primer y ultimo escalón de escaleras, desniveles bruscos, bordes de fosas no protegidas, partes sobresalientes en general pilares, postes. Columnas que entrañen riesgos, paragolpes, dispositivos de sujeción, balancines, bordes de plataforma, partes central de puentes grúas, tres franjas negras a 45º.
2. Amarillo: grúas, pescantes, puentes, maquinas de transporte interno, donde el blanco no resalta por el tipo de piso, carro de transporte tubos de oxigeno y acetileno.
3. Anaranjado: interior de puertas de tableros eléctricos, interior de tapas de cajas de llaves, interior de protección de maquinas, indicador de limite de carrera en piezas móviles, engranajes, poleas, o piezas que están en movimiento por ejemplo extremos descubiertos en movimiento que pueden ocasionar una lesión (compactadora).
4. Verde: puerta de acceso a primeros auxilios, ubicación de camillas, mascaras, respiradores, botiquines, vitrinas de seguridad, elementos de detención de maquinas, indicadores de medio de egreso y emergencias.
5. Rojo: cañerías de incendio descubiertas, autobombas, motobombas, matafuegos, soporte de mangueras, nichos de incendio, hidrantes, baldes y avisadores de incendio.
6. Azul: exterior de cajas de electricidad, botoneras de aparejos y maquinas, discos carteles con el rotulo "descompuesto" o "reparación".
7. Blanco – gris – negro: caminos para transito (blanco), soporte para almacenamiento (blanco), flechas para circulación (negro sobre fondo blanco) bancos de trabajo (gris).
8. Violeta: peligro de radioactividad.
Color en cañerías: Sistema de seguridad para la identificación de cañerías de productos de servicio.
Identificación:
Las cañerías destinadas a conducir productos de servicios se identificaran en toda su longitud con los colores establecidos en la siguiente tabla según normas I.R.A.M:
Elementos de lucha contra el fuego: rojo.
Vapor de agua: anaranjado.
Combustibles (líquidos y gases): amarillo.
Aire comprimido: azul.
Electricidad: negro.
Vacio: castaño.
Agua fría potable: verde.
Agua fría no potable: verde con franjas blancas.
Agua caliente: verde con franjas naranjas.
Identificación adicional.
Se efectuara una identificación adicional del producto conducido por las cañerías, por medio de franjas o signos, siempre que dichas franjas no interfieran en la identificación establecida en esta norma. Adoptándose, por lo tanto, en los siguientes combustibles los colores siguientes:
Aceites: amarillo con franjas castaño.
Gas-oíl: amarillo con franjas verdes.
Propano- gas para calefacción: amarillo con franjas aluminio.
Gas para corte de chapas: amarillo.
Acetileno: amarillo con franjas negras.
Oxigeno: amarillo con franjas azules.
Gases inertes: blanco.
Hidrogeno: amarillo con franjas rojas.
Productos terminados, en proceso y materias primas.
Productos inofensivos: se identificaran con gris en toda su longitud.
Productos peligrosos: se identificaran pintando sobre el color fundamental, franjas de color naranja la cantidad de bandas puede indicar la gravedad del riesgo:
Una banda: poco peligroso.
Dos bandas: peligroso.
Tres bandas: muy peligroso.
Franjas.
Las franjas o grupos de franjas se pintaran a una distancia máxima de 6metros entre si en los tramos rectos, a cada lado de las válvulas, de las conexiones, de los cambios de dirección de la cañería y junto a los pisos, techos o paredes que atraviesen la misma.
Se dejara un espacio de 10 cm aproximadamente entre la boca de las válvulas o conexiones y la franja correspondiente y también entre las franjas de un mismo grupo.
El ancho de las franjas con relación al diámetro exterior de la cañería será:
DIAMETRO EXTERIOR DE LA CAÑERIA | ANCHO DE LAS FRANJAS DE COLOR |
D < O =50 | 200 |
50 < D o =150 | 300 |
150 < Do= 150 | 600 |
D >250 | 800 |
La identificación de los productos conducidos por las cañerías, se podrá completar indicando con leyendas el nombre y/o el grado de peligrosidad de los mismos.
Flechas:
El sentido de circulación del fluido dentro de las cañerías se podrá identificar, cuando sea necesario, con flechas que se pintaran a cada lado de las franjas o a 10 cm de las bocas de las válvulas o conexiones.
En lugares fácilmente accesibles, para uso de los operarios, se exhibirá carteleria de seguridad la carteleria siempre señalara el riesgo predominante en el sector.
Señales de advertencia
Señales de obligatoriedad
Señales informativas
Elementos contra incendio
Conozca los elementos principales y el funcionamiento del equipo que está utilizando. | |
Nunca sobrecargue el equipo, respetando la carga máxima del mismo. |
Reporte cualquier daño inmediatamente.
Nunca olvide la estructura del equipo que está utilizando. Tenga especial cuidado con las tuberías colgantes bajas, ductos, luces, portales, alambre o maquinaria que hay a su alrededor. |
Nunca maneje con exceso de velocidad ni maniobre los equipos bruscamente. |
No se debe, bajo ningún concepto, transportar cargas por encima de las personas.
No dejar los aparatos para izar con cargas suspendidas.
La elevación y descenso de las cargas se debe hacer lentamente, evitando todo arranque o detención brusca. Efectuarlo, siempre que sea posible, en sentido vertical para evitar el balanceo. |
Siempre que se utilice algún medio mecánico para el transporte de materiales (ganchos de izar, zorras, autoelevadores) deben tenerse en cuenta las normas particulares de uso de los mismos.
El punto anterior también se extiende para el caso de levantamiento manual de pesos. De ser posible utilizar siempre un medio mecánico para el movimiento de materiales evitando la carga y manejo manual de pesos.
No se debe viajar sobre cargas, ganchos o eslingas, orquillas de autoelevador o sobre zorras, etc. |
Los materiales deben ser apilados en áreas asignadas solamente, en una base a nivel y estable.
No permita que los materiales apilados sobresalgan en los pasillos.
En los traslados sin carga, izar el gancho a una altura tal que no exista riesgo contra las personas y objetos, llevar las horquillas del autoelevador bajas. |
Utilice los equipos de protección personal necesarios para realizar sus tareas.
No apile los materiales a gran altura, debe haber una separación de un metro como mínimo entre el material apilado y el techo.
Nunca obstruya el acceso a los servicios esenciales como de electricidad, gas, agua o equipo de incendio. |
Nunca obstruya el acceso a las salidas de incendio o emergencia.
Después de terminada una maniobra, no se dejar abandonados los elementos de amarre, como eslingas, cadenas, etc.
Regrese el equipo a su debido lugar después de usado. Reconozca la zona de trabajo y notifique anormalidades sobre la seguridad a su encargado. |
Colores y señales de seguridad según la norma IRAM 10005 – 2º Parte
A nivel Nacional la norma IRAM 10005- Parte 2 es establecer los colores de seguridad y las formas de las señales de seguridad relacionadas específicamente para las instalaciones contra incendio y los medios de escape.
Esta norma establece la señalización de los elementos destinados a la lucha contra incendio tales como matafuegos, hidrantes, pulsadores de alarmas, símbolos y pictogramas para identificar las clases de fuego y señalización específica para la ubicación de equipos de lucha contra incendio.
Los principales criterios establecidos para la señalización de los elementos antes mencionados son los siguientes:
SEÑALIZACIÓN DE EQUIPOS EXTINTORES
Para señalizar la ubicación de un matafuego se debe colocar una chapa baliza, tal como lo muestra la figura siguiente. Esta es una superficie con franjas inclinadas en 45 º respecto de la horizontal blancas y rojas de 10 cm de ancho. La parte superior de la chapa deber estar ubicada a 1,20 a 1,50 metros respecto del nivel de piso.
Se debe indicar en la parte superior derecha de la chapa baliza las letras correspondientes a los tipos de fuego para los cuales es apto el matafuego ubicado. Las letras deben ser rojas en fondo blanco tal como lo muestra la figura 1. El tamaño de la letra debe ser suficientemente grande como para ser vista desde una distancia de 5 metros.
Los símbolos para la identificación de las clases de fuego es la siguiente:
Triangulo de fondo verde para fuegos de clase A, cuadrado fondo rojo para fuegos de clase B, circulo de fondo azul para fuegos de clase C, estrella fondo amarillo para fuegos de clase D y un cuadrado fondo negro o celeste con una sartén en llamas para fuegos de clase K.
Además de la señalización anterior, para la ubicación del matafuego sea visto desde distancias lejos se debe colocar una señal adicional a una altura de dos o dos metros y medio respecto del nivel de piso tal como lo muestra la siguiente figura:
También puede utilizarse la siguiente figura opcional:
SEÑALIZACIÓN DE NICHOS O HIDRANTES
Se debe colocar sobre el nicho o hidrante una señal en forma de cuadrado con franjas rojas y blancas a 45º a una altura de dos o dos metros y medio respecto del nivel de piso tal como lo muestra la siguiente figura. El lado de cada cuadrado debe ser de 0,30 metros.
También puede utilizarse la siguiente figura opcional:
SEÑALIZACIÓN DE PULSADORES DE ALARMAS DE INCENDIO
Se debe colocar sobre el pulsador una señal en forma de círculo de color rojo a una altura de dos metros respecto del nivel de piso tal como lo muestra la siguiente figura. El círculo debe tener 0,150 metros de diámetro.
SEÑALIZACIÓN DE MEDIOS DE ESCAPE
Se puede pintar la salida de emergencia tal como lo muestra la siguiente figura.
A su vez puede señalizarse la ubicación para ser vista desde distintos lugares los siguientes carteles:
Para señalizar la dirección hacia la salida de emergencia se pueden utilizar las siguientes formas:
Para advertir que un medio no es adecuado para el escape se puede colocar la siguiente señal de advertencia:
En nuestra empresa y en muchas empresas es habitual ver la interrelación hombre – maquina por ejemplo los autoelevadores estos tienen sistemas de seguridad que avisan por medios acústicos su movimiento y retroceso además poseen balizas para alertar por medios visuales su presencia. El color debe ser tal que pueda verse en ambientes con poca luz, tienen un peso considerable estando sin carga, es de suma importancia que un brigadista preste atención a estas herramientas ya que pasan solo a centímetros de los pies de los trabajadores y clientes, a pesar de que los trabajadores llamados en la jerga "yaleros" prestan mucha atención en las maniobras en mas de una oportunidad el descuido de los mayores por sus niños pueden ser el motivo de un accidente o forzar al yalero a cometer maniobras de manejo defensivo.
Otro ejemplo que se observa con mucha frecuencia es el hecho de colocar los chicos dentro del changuito, el adulto deja el mismo para observar mercaderías, mientras que por el lado de los chicos estos empiezan a trepar o hacer equilibrio dentro del mismo con riesgo de caerse o hacer caer mercaderías sobre ellos, el trabajador o repositor no debe tampoco usar de escalera el changuito ni trepar los racks, en lugares de poco espacio por ej. Pasillos o calles se debe prestar mucha atención en la marcha de los autos elevadores ya que si estos vienen con carga la visión del yalero se reduce.
En las paginas siguientes se resumen las estructuras, finalidades y organizaciones de la brigada de emergencias de una empresa, y veremos las características y uso adecuado de los quipos de protección personal.
8Ud. como brigadista será ejemplo de bien y tendrá la obligación ética y moral
de utilizarlos correctamente, tendrá la responsabilidad de enseñar e Inculcar el buen hábito a sus compañeros.
Comportamiento del fuego
El efectivo control y extinción de un incendio requiere un conocimiento básico de la naturaleza química y física del fuego.
Esto incluye la información que describe las fuentes de energía calórica, composición y características de los combustibles y las condiciones ambientales necesarias para mantener el proceso de combustión.
La combustión es un proceso autosostenido de oxidación rápida de un combustible que es reducido por un agente oxidante conjuntamente con el desarrollo de luz y calor. La mayoría de los incendios involucran un combustible que es químicamente combinado con el oxígeno que normalmente se encuentra en la atmósfera del aire.
El aire atmosférico contiene un 21 porciento de oxígeno, 78 porciento de nitrógeno, y 1 porciento de otros gases.
EL PROCESO DE COMBUSTIÓN
El inicio de una combustión requiere la conversión del combustible a su estado gaseoso por calentamiento. El combustible puede encontrarse en cualquiera de los tres estados de la materia: sólido, líquido y gaseoso. Los gases combustibles son producidos de los combustibles sólidos por pirolisis. Esta es definida por la descomposición química de una sustancia por intermedio de la acción del calor. Los gases combustibles son producidos por vaporización de los líquidos. Este proceso es el mismo que al hervir el agua o evaporar un recipiente con agua expuesto a los rayos del sol. En ambos casos, el calor causa la vaporización del líquido. Con los combustibles gaseosos no se requiere el suministro de calor y esto por supuesto restringe las consideraciones del control y extinción gases combustibles.
Para entender el proceso de la combustión vamos a describir los distintos fenómenos físicos y químicos existentes; analizaremos en primer lugar la ignición y combustión de un leño de madera en una situación típica, por ejemplo una chimenea.
A. Hay que suponer que esta madera experimenta un calentamiento inicial externo, no importa por ahora porque medio y motivos. Conforme la temperatura superficial se va aproximando a la temperatura de ebullición del agua, la madera empieza a desprender gases, principalmente vapor de agua. Estos gases iniciales tienen muy poco, o nulos vapores combustibles, pero al incrementarse la temperatura y sobrepasar la de ebullición del agua, el proceso de desecación avanza hacia el interior de la madera.
B. Al continuar el calentamiento y acercarse la temperatura a 300ºC se aprecia una modificación del color, visualización de la pirólisis que se inicia. Al pirolizarse la madera, desprende gases
Combustibles y deja un residuo carbonoso negro, denominado carbón vegetal. La pirólisis se profundiza en el tablón de madera a medida que el calor continúa actuando.
C. Inmediatamente después de comenzar la pirólisis, la madera produce rápidamente suficientes gases combustibles como para alimentar una combustión en fase gaseosa. A medida que los gases calientes suben por efecto chimenea, es decir, al estar calientes se vuelven más livianos que el aire que los rodea, y ascienden; a medida que éstos gases ascienden, el espacio que dejan es ocupado por aire más frío que ingresa por un efecto denominado "difusión", el aire ingresa solo por efecto de la depresión producto del ascenso de los gases calientes.
El aire que ingresa se mezcla con los gases combustibles, mientras esto se va produciendo, la temperatura sigue en franco aumento producto de la fuente de calor externa, cuando llegamos al nivel de temperatura denominada "temperatura de ignición", solo nos va hacer falta para que surja la combustión una "fuente de ignición" que la provoque. Si no existe una fuente de ignición, la temperatura de la madera necesitará alcanzar una temperatura mucho más elevada denominada "temperatura de autoignición".
D. Una vez producida la ignición de la mezcla combustible, la llama cubre rápidamente toda la superficie pirolizada. La llama evita el contacto directo entre la superficie pirolizada y el oxígeno del aire. Esta llama genera una gran cantidad de calor, parte de este calor se pierde (2/3 del producido) en el medio ambiente, calienta el aire, las estructuras, las paredes, etc., y otra parte retorna (1/3 del producido) al proceso de la combustión calentando al combustible, a los gases combustibles, al aire que ingresa a la mezcla combustible y a la propia mezcla combustible. Este calor que retorna e incide sobre la madera, calienta la superficie y produce un aumento en la velocidad de la pirólisis, por ende, produce un aumento de la cantidad de gases combustibles. Si por un momento paramos el tiempo en el punto de la temperatura de ignición y retiramos la fuente de ignición que proporciona el calor para producirse la ignición, las llamas se apagan porque la superficie de la madera pierde demasiado calor por radiación térmica y por conducción hacia el interior, la fuente de ignición aporta un diferencial muy pequeño de calor, pero suficiente para mantener la combustión.
También puede suceder que la combustión continúe, si existiera una superficie de madera (o material aislante) paralela y contigua situada frente a la madera inflamada, que pueda captar y devolver parte de radiación superficial, en este caso, no es que no necesitemos la fuente de ignición, sino, que esta fue reemplazada. Este fenómeno de captación y devolución de calor por parte de los materiales vecinos, está presente en todo el proceso de la combustión, lo dicho anteriormente explica por qué no debemos quemar un solo tronco de madera en la chimenea o parrilla, sino varios capaces de captar las pérdidas de calor radiante de uno de los otros.
E. Dejemos correr nuevamente el tiempo y mantengamos la fuente de ignición en su lugar, en este caso la combustión continúa y se produce, tal como dijimos anteriormente, un aumento progresivo de la temperatura, cuando llegamos a la temperatura de inflamación, se produce otros fenómenos, en este caso la combustión logra alimentarse por si misma de calor, se vuelve independiente de la fuente externa de calor y de la fuente de ignición, la combustión se vuelve autónoma, vive por si misma.
F. Una vez inflamada cierta parte de la madera, las llamas se extenderán a la totalidad del material. Cabe considerar la propagación de la llama como una sucesión continua de ignición provocada en que las propias llamas proporcionan el foco del calor. Es fácil observar que la propagación ascendente de las llamas es mucho más rápida que en el sentido descendente u horizontal. Ello es debido a que el calor de las llamas se desplaza normalmente hacia arriba, y proporcionan calor a una zona mucho mayor en sentido ascendente.
Por tanto, cada sucesiva ignición ascendente agrega al fuego un volumen ardiente mucho mayor que en cualquier otra dirección.
G. El grosor de la capa carbonizada aumenta al continuar la combustión. Dicha capa, que posee buenas propiedades de aislante térmico, limita el caudal de calor que penetra hacia el interior de la madera y, por lo tanto, tiende a reducir la intensidad de la pirólisis, la cual disminuye también al agotarse el volumen de madera sin pirolizar. Al disminuir la intensidad de la pirólisis, llegamos a una etapa donde no se puede mantener la combustión de la fase gaseosa (por falta de gases combustibles), el oxígeno del aire entra en contacto directo con la capa carbonizada y facilita que continúe directamente la combustión incandescente, si las pérdidas de calor radiante no son demasiado elevadas. El análisis anterior presupone un caudal de aire (oxígeno) abundante (pero no excesivo) para alimentar la combustión. Si el caudal de oxidante no es suficiente para quemar el vapor combustible existente, los vapores sobrantes se desplazarán con él, y probablemente arderán cuando encuentren una cantidad suficiente de oxidante. Este es el fenómeno que sucede cuando los vapores combustibles descargan por una ventana y arden en el interior de una habitación completamente incendiada pero insuficientemente ventilada.
Generalmente, los fuegos con poca ventilación generan grandes cantidades de humo y productos tóxicos (por ejemplo, monóxido de carbono) Si por otra parte, sometemos la superficie pirolizada a un chorro de aire a presión, el caudal oxidante puede superar la cantidad necesaria para quemar completamente los vapores combustibles. En tal caso, el exceso de oxidante puede enfriar las llamas hasta suprimir la reacción química y extinguirlas. Esto sucede, por ejemplo cuando soplamos sobre un fósforo o una vela. Al soplar sobre fuegos de grandes dimensiones con gran cantidad de vapores combustibles se incrementa la intensidad de la combustión debido al aumento de transmisión de calor desde la llama hasta la superficie del combustible. El cual aumenta a su vez la emisión de sustancias combustibles.
Los fuegos con buena ventilación liberan menos humo que aquellos con ventilación deficiente. En fuegos bien ventilados el aire circundante se mezcla rápidamente con los productos combustibles no incendiados (hollín y vapores) antes de que los vapores del combustible se enfríen. Los fuegos con ventilación deficiente liberan abundante cantidad de humo y gases de la combustión incompleta, tales como monóxido de carbono. Los vapores del combustible no disponen de aire suficiente para su combustión completa antes de enfriarse y abandonar la zona.
La naturaleza del Fuego.
Cuando se ponen en contacto dos o más sustancias en ciertas condiciones, éstas pueden combinarse entre sí obteniéndose sustancias diferentes. Se dice entonces que se ha producido una reacción química. Las reacciones químicas pueden ser de muy diferentes tipos o clases, siendo la reacción de oxidación la más importante al estudiar la naturaleza del fuego. La corrosión es un ejemplo de reacción de oxidación.
Al producirse algunas reacciones éstas desprenden calor y reciben el nombre de exotérmicas. Por el contrario existen reacciones que sólo se producen si reciben una determinada cantidad de calor, a éstas se las denomina endotérmicas.
El FUEGO no es más que la manifestación energética de la reacción química conocida con el nombre de combustión.
Se define la COMBUSTIÓN como una reacción química de oxidación muy viva en la cual se desprende una gran cantidad de calor.
El proceso de combustión es complejo. Cuando una sustancia se calienta ésta desprende unos vapores o gases. Este fenómeno se conoce con el nombre de pirólisis. Estos vapores se combinan con el oxígeno del aire que en presencia de una fuente de ignición arden. Hasta este momento de la combustión de ha comportado como una reacción endotérmica, es decir, necesita el aporte de calor para que pueda iniciarse. Una vez que estos vapores empiezan a arder, se desprende calor y la reacción es exotérmica. Si la cantidad de calor desprendida no es suficiente para generar más vapores del material combustible, el fuego se apagará, por el contrario, si la cantidad de calor desprendida es elevada, el material combustible seguirá descomponiéndose y desprenderá más vapores que se combinarán con el oxígeno, se inflamarán y el fuego aumentará.
Esta descripción del proceso de combustión es válida tanto si el combustible se encuentra en estado sólido como líquido. Los gases no necesitan calentarse, por este motivo los gases combustibles son muy peligrosos y su combustión muy rápida.
En algunos combustibles sólidos, se observa que su combustión pasa por fases claramente distintas. Así, por ejemplo, al hacer arder un trozo de madera, durante un cierto tiempo su combustión se produce con llama, después la llama desaparece, si bien, la combustión continúa. A este tipo de combustión sin llama se la conoce con el nombre de incandescencia, también se la suele denominar combustión en fase sólida y se explica sobre la base del fenómeno de carbonización que experimentan algunos sólidos después de estar sometidos a un calentamiento durante cierto tiempo. Este tipo de combustión es muy lenta por el contrario la combustión de llama es más rápida.
COMBUSTIÓN
La combustión es una reacción química de óxido – reducción exotérmica y autoalimentada con presencia de un combustible en fase sólida, líquida y/o gaseosa. El proceso está generalmente (aunque no necesariamente) asociado con la oxidación de un combustible por el oxígeno atmosférico con emisión de luz. Generalmente, los combustibles sólidos y líquidos se vaporizan antes de arder. A veces un sólido puede arder directamente en forma de incandescencia o rescoldo. La combustión de una fase gaseosa generalmente se produce con llama visible.
Una llama es una reacción de oxidación en fase gaseosa que se produce en una zona mucho más caliente que sus alrededores, y que generalmente produce luz. Por ejemplo, llama amarilla de una vela o llama azul de un mechero de gas.
La llama es gaseosa. Hay otro modo de combustión que es sin llama, y se denomina incandescente, cerrada sin llama. La combustión sin llama se limita generalmente a materiales porosos que puede formar una escoria carbonosa al calentarse. El oxígeno del aire se propaga lentamente entre los poros del material y dentro del mismo se produce una zona de reacción brillante, aunque este brillo no se vea siempre desde el exterior.
Estos materiales porosos son malos conductores de calor, de modo que aunque la reacción de combustión se produce lentamente, conservan suficiente calor en la zona de reacción para mantener la temperatura elevada necesaria para que la reacción continúe No es raro que, si un mueble tapizado se quema, se produzca una combustión incandescente que dure varias horas. Durante ese tiempo la zona de reacción se extiende sólo entre 5 a 10 cm. desde el punto de ignición y después, de repente, el mueble se puede ver envuelto en llamas. La velocidad de la combustión a partir del momento en que se ha producido la llama es muy superior a la de la combustión incandescente.
La combustión necesita altas temperaturas y las reacciones deben sucederse de modo tan rápido que genera calor a mayor velocidad de la que se disipa. De este modo, la zona de reacción no se enfría.
Si se hace algo para alterar ese equilibrio de calor, como aplicar un refrigerante, es posible que se apague la combustión.
No es necesario que el refrigerante elimine el calor con la misma velocidad con que se genera, pues la zona de combustión pierde durante el incendio parte del calor, que se transmite a los alrededores más fríos. En algunos casos se necesita una pequeña pérdida adicional de calor para inclinar el proceso hacia la extinción.
La extinción se puede conseguir enfriando la zona de combustión gaseosa o el combustible sólido o líquido. El este último caso, el enfriamiento evita la producción de vapores combustibles.
EL FUEGO
Es una REACCIÓN QUÍMICA continuada con generación de luz y calor, en el que se combinan ELEMENTOS COMBUSTIBLES como (agentes reductores) mezclados con el OXÍGENO DEL AIRE (agente oxidante), en presencia de CALOR todos en perfecto porcentajes de cada uno.
El fuego es representado por un triángulo equilátero en el que cada lado simboliza cada uno de los elementos para que el mismo exista. El triángulo de fuego no explica cómo se produce o que elementos intervienen en el proceso de la combustión, sino, que fundamentalmente es un elemento didáctico que nos sirve para simbolizar los mecanismos de acción sobre el fuego de los distintos elementos extintores. Los lados son: comburente/oxidante (oxígeno), combustible, calor.
No deja de ser válida la utilización del "triángulo del fuego", siempre que se especifique que si no hay reacción en cadena tampoco habrá llamas, produciéndose una combustión, o fuego de brasas, rescoldo o incandescentes. El fuego se extingue si se destruye el triángulo, eliminando o cortando alguno de sus lados.
Una llama de difusión puede extinguirse si el combustible se aísla del comburente (oxígeno), o sea, por medios físicos. El CO2 es un ejemplo de agente que actúa fundamentalmente por su efecto bloqueador o sofocante, otro medio físico de extinguir un fuego lo provee el enfriamiento. Si la zona de la llama se enfría, la reacción que genera el calor pierde velocidad y puede llevarse hasta una condición tal que sea incapaz de generar suficiente calor como para mantenerse, lo cual produce la extinción.
Si se trata de un líquido en combustión, también el enfriamiento directo del líquido puede hacer disminuir su temperatura en grado suficiente como para que la producción de vapor disminuya, lo que trae como consecuencia una disminución de la velocidad de evaporación del líquido hacia la zona de la llama. Este es asimismo un ejemplo de extinción física.
No obstante con el triángulo del fuego de indudable valor didáctico, con el mismo no podían explicarse completamente alguna de las observaciones hechas en la práctica diaria. Por lo tanto se estimó ampliar el modelo anterior incorporando un cuarto factor que contemplara la naturaleza química del fuego.
LA REACCION EN CADENA
El símbolo H representa un átomo de hidrógeno, en vez de la molécula H2. La combustión consiste en rápidas reacciones en cadena en las que participan estos átomos de hidrógenos y otras moléculas, como radicales libres de hidroxilo OH y átomos de oxígeno libre O. En la figura se ve la secuencia de reacciones que ocurren en una llama entre el oxígeno y el hidrógeno. Se ve que un solo átomo de hidrógeno H, cuando se mezcla con moléculas de H2 y O2 a elevada temperatura, se transforma en una secuencia de rápidas reacciones que duran fracciones de milisegundos, y forman dos moléculas de agua H2O y tres de nuevos átomos puede iniciar inmediatamente la misma secuencia, es decir una serie de reacciones en cadena que continúan hasta que desaparecen los reactivos. Después, las restantes moléculas de H, O y OH se vuelven a combinar según las reacciones:
Otras reacciones en cadena semejantes se producen en las llamas de cualquier elemento que contenga hidrógeno. El hidrógeno se encuentra en la gran mayoría de los combustibles, excepto en los metales y el carbono puro.
La capacidad de los átomos de multiplicarse rápidamente en una llama depende de la temperatura de la misma, que se modifica debido a la pérdida de calor o a los gases inertes. Este proceso es el que lleva a la extinción. También es posible eliminar átomos de hidrógeno u otros elementos activos de la llama, por medios puramente químicos, es decir, aplicando otro elemento capaz de producir una inhibición química. Según todo esto, hay dos medios fundamentales de reducir la intensidad de la combustión de una llama y, en último término, producir su extinción: reducir la temperatura de la llama o aplicar un inhibidor químico que interrumpa la reacción en cadena.
EL TETRAEDRO DEL FUEGO
El fuego se representa gráficamente en la figura geométrica de un "tetraedro" (una pirámide triangular), en que cada una de sus cuatros superficies identifica a uno de los componentes que deben estar presentes, bajo ciertas condiciones, para que pueda producirse una combustión.
Estos componentes son:
COMBUSTIBLE (agente reductor)
CALOR (energía calórica).
OXÍGENO (agente comburente)
REACCION LIBRE EN CADENA
El tetraedro del fuego se utiliza con fines didácticos utilizado para enseñar a combatir el fuego. Basta suprimir, uno de los Lados del "triángulo del fuego para que se apague", siempre que se especifique que si no hay reacción en cadena tampoco habrá llamas, produciéndose una combustión o fuego de brasas, rescoldo o incandescente. Pero no se trata ahora de demoler el triángulo sino de ampliarlo generosamente introduciéndole otro lado y convirtiéndolo en un tetraedro.
LA REACCION EN CADENA EXTINCIÓN QUÍMICA
Entre el combustible en su estado primitivo y los productos de la combustión, hay, por decirlo de alguna manera, una serie de estados intermedios. El combustible sólo puede ser combustionado cuando llegue a zonas propicias por su temperatura y disponibilidad de aire (oxígeno), pero antes de acercarse al momento culminante en que debe ser combustionado, sufre una serie de transformaciones que lo ponen en una condición óptima para la combustión.
Entre las diferentes transformaciones que sufre el combustible antes de llegar al seno de la combustión, hay una que vale la pena tener en cuenta por su importancia. En la proximidad del frente de llama el combustible y el comburente (oxígeno) se transforman en lo que se denomina radicales, éstos reaccionan entre sí y a su vez, reaccionan con combustibles nuevos. Este mecanismo es el que se llama reacción en cadena.
En esta reacción en cadena cada vez que aparecen radicales se presenta la condición óptima para que se produzca la combustión.
Si alguien se dedicase a capturar estos radicales detrás del frente de llama (o en el mismo frente), no llegarían a la zona de combustión en cantidad suficiente como para que la combustión mantenga su ritmo. Es decir, no sería necesario capturarlos a todos sino a un número importante para controlar el fuego. Se comprende, entonces, que si existe la posibilidad de inhibir por este mecanismo las reacciones en cadenas previas a la combustión habremos encontrado un recurso químico de extinción del fuego.
Podemos, en consecuencia, referirnos a dos tipos de fuegos: "Con llama" e "Incandescente". Sus características y diferencias se grafican en el siguiente esquema:
BALANCE – RETROALIMENTACIÓN
Otra manera de explicar el fenómeno de autoalimentación de la combustión, o entender el porqué la combustión pasa de ser una reacción que necesita de la colaboración de una fuente de calor externa a ser autosuficiente, es la siguiente: dijimos que cuando un combustible se calienta comienza a desprender gases combustibles (en algunos casos esto pasa a temperatura ambiente), estos gases combustibles mezclados con el oxígeno del aire forma una mezcla inflamable o combustible; si en estas condiciones alguien le acerca una fuente de ignición a esta mezcla combustible, esta se enciende. En el momento que la mezcla se enciende el fuego ahí formado comienza a consumir gases combustibles y oxígeno, para que la combustión pueda proseguir es necesario seguir alimentando el frente de combustión con gases combustibles y oxígeno. Podemos decir que una combustión pasa a ser autoalimentada cuando la cantidad de gases combustibles que genera el combustible es al menos igual o mayor que la cantidad de gases combustible que está consumiendo el frente de llamas. También podemos decir que si la cantidad de calor generada por la combustión y los elementos adyacentes no es suficiente para generar el desprendimiento de la cantidad de gases combustibles necesarios para mantener el frente de llama, esta se apaga; o sea, la cantidad de calor generada por la combustión de los gases combustibles y los elementos adyacentes deben ser suficientes para generar el desprendimiento de la cantidad de gases combustibles que está consumiendo el frente de llama.
De ahí que:
El combustible debe generar una cantidad de gases combustibles mayor o al menos igual que la cantidad de gases combustibles que está consumiendo el frente de llama.
La cantidad de calor generado por la combustión tiene que ser mayor o al menos igual a la cantidad de calor que necesita el combustible para desprender gases combustibles más la pérdida de calor por radiación, convección y transmisión.
COMBUSTION CON LLAMA
Tiene una velocidad relativamente alta, que se expresa en una mayor liberación de energía térmica, producida por los procesos químicos que afectan a los elementos combustibles.
Una parte de la RADIACIÓN de calor que se produce se transmite al medio ambiente, pero
otra parte retroalimenta la REACCIÓN EN CADENA.
Esto significa que existe una especie de circuito cerrado:
La combustión produce radiación, la que a su vez permite la reacción en cadena y ésta mantiene la combustión.
En el caso de los combustibles SOLIDOS O LIQUIDOS, la radiación origina la formación de los VAPORES que entrarán en combustión.
Los GASES, en cambio, no requieren de esta condición porque ya se encuentran listos para participar en la combustión.
La energía térmica generada y la energía térmica que se pierde en el medio ambiente (ambas medidas en función del tiempo), tienden a igualarse, para alcanzar un EQUILIBRIO TÉRMICO. Al alterarse el equilibrio térmico, el fuego varía, si el calor generado supera al calor disipado, el fuego AUMENTA. A la inversa el fuego DISMINUYE.
Son la evidencia directa de la combustión de gases o vapores de líquidos inflamables que a su vez
Pueden ser luminosos. Arden en toda la masa simultáneamente. Dado la alta velocidad de combustión que las caracteriza, por regla general requieren una extinción rápida y contundente.
La llama, a su vez, puede ser clasificada según como obtengan el aire para la combustión de la siguiente manera:
Llamas Premezcladas: son aquellas en las que el combustible fluye con un adicional de aire (oxígeno), como las que se obtienen en un soplete oxiacetilénico, quemadores de gas, estufas, etc.
Llamas Autónomas: en las que la descomposición de las moléculas del combustible suministran el oxígeno necesario para mantener la combustión por sí sola, por ejemplo la combustión de nitrocelulosa.
Llamas de Difusión: según implica el término son obtenidos por gases o vapores que no han sido previamente mezcladas pero se queman en la medida que el aire que llega hace entrar a la mezcla en rango inflamable.
En estos casos el oxígeno (aire) es un agente externo que difunde hacia la zona de llama. Este es el tipo de llama más común y la que se presenta en forma general en todos los incendios.
La combustión sin llama (incandescente)
La combustión sin llama, al estar inhibida la reacción en cadena, (ya sea en forma natural o por aplicación de medios de extinción), da origen al fuego incandescente.
La combustión sin llama según lo implica su nombre, no es una combustión en el espacio, sino estrictamente una combustión de la superficie que tiene lugar a los mismos niveles de temperatura como si se tratara de llamas abiertas. Este tipo de fuego también recibe el nombre de braza, superficie al rojo, incandescencia, rescoldo, etc., su característica fundamental es la ausencia de llamas. Así es como se quema un cigarrillo. Los muebles tapizados con relleno de borra de algodón o espuma de poliuretano pueden arder también de esta manera. Se limita generalmente a materiales porosos, el oxígeno se propaga lentamente entre los poros y dentro del mismo se produce una reacción brillante aunque no sea siempre visible desde el exterior. Estos materiales porosos son malos conductores de calor, de modo que aunque la reacción para mantener la temperatura elevada necesaria para que la reacción continúe. Para su extinción se requiere agentes refrigerantes como por ejemplo el agua y aditivos humectantes, etc.
Estas dos modalidades no son excluyentes; pueden tener lugar por separado o conjuntamente.
Los líquidos y gases inflamables arden siempre con llama.
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