Análisis de la coyuntura en la Argentina después de la renovación presidencial
Enviado por Julio Gambina
A continuación destacamos algunas ideas acerca de la situación actual en la Argentina. No se trata sólo de analizar el escenario a partir del domingo 25 de Mayo, cuando asume el nuevo Presidente, Néstor Kirchner, sino también, poder analizar el momento histórico por el que estamos atravesando en nuestro país. Se trata de instalar en el Centro de Estudios de la FJA una serie de ideas que puedan contribuir al debate entre los trabajadores. Primero, para que le sirva a la Federación y sus gremios de base; y en segundo término, para tratar de interpretar mejor la realidad y todo lo que se viene.
Para eso es importante retomar el escenario del tema de la crisis. Ese momento de crisis que se hizo visible en diciembre del 2001 y que más allá de cualquier consideración, aún subsiste. Sostenemos que se mantiene la situación de crisis integral, es decir, económica, política, social y cultural. Ese es el primer tema a considerar, recordando que la crisis no empezó en el 2001, ni termina ahora con la asunción del gobierno. La crisis había empezado con la recesión del año ´98, y que se va a prolongar hasta el primer trimestre del año 2003. La expansión del PBI muestra la siguiente situación:
1998 | 1999 | 2000 | 2001 | 2002 |
3,9 | –3,4 | –0,8 | –4,4 – | 10,9 |
Recién con los datos de la evolución de Economía del primer trimestre del 2003, estimada en una expansión del 5%, se completa un año entero en que se detiene el deterioro del PBI y por ello, se considera que después de cinco años la Argentina estaría en condiciones de empezar a retomar un ciclo de crecimiento. La economía siempre tiene una evolución de este tipo: de ondas de crecimiento, de auge, de depresión y crisis.
La última crisis manifestada como una larga recesión ha sido tan prolongada y profunda, que ha durado cinco años. Recién a fines de marzo del 2003, tenemos un año completo, desde abril del 2002 a marzo del 2003, en que la economía argentina ha manifestado un crecimiento leve, pero atención, eso no implica mejores condiciones de vida para todos. Es un crecimiento de la economía que no ha significado mejoras en el empleo ni en el ingreso de la mayoría de la población. Que haya crecimiento de la economía, no quiere decir que les vaya mejor a los trabajadores, ni a los pequeños productores, ni a los pequeños y medianos empresarios. O sea, los datos en alza de la economía no necesariamente implican recomposición de la calidad de vida de los sectores populares.
Pero es un dato que tenemos que tomarlo en cuenta para ubicar que ese fenómeno recesivo podría haberse terminado, y por lo tanto la economía argentina podría empezar a transitar una etapa dentro de esos ciclos ondulatorios que tiene recurrentemente la economía argentina y mundial en un momento de despegue. Ésa es la expectativa que tiene el gobierno que asume el próximo domingo 25 de mayo, y ésa es la expectativa que tiene buena parte de la sociedad argentina. De que se recompongan algunos números de la economía, para que desde esa recomposición puedan pensarse algunas alternativas.
Insisto, para nosotros el tema es válido, porque no es lo mismo que haya algunos mecanismos de recomposición para pensar, por ejemplo, en aumentos salariales u otras reivindicaciones que plantean los trabajadores, tanto los desempleados como los empleados, los jubilados, sobre todo en un horizonte de discusión de la reforma previsional en la Argentina. No es lo mismo estar en pleno proceso de recesión de la economía que estar en un momento de recuperación. Pero no es fatal que haya soluciones para los trabajadores.
Los datos a que aludimos son proporcionados por estadísticas del Ministerio de Economía y aluden a la evolución de la ecuación macroeconómica, y que proporciona la contabilidad nacional, las cuentas nacionales de la economía. Son básicamente tres conceptos. Uno es el consumo privado o público; otro es la inversión; y otro es el saldo del comercio exterior (PBI: Consumo + Inversión + Saldo Balanza de Pagos). Sabemos que el Consumo no ha tenido una gran expansión, más bien se ha contraído, tal como puede verificarse en el creciente nivel de la pobreza. Hasta lo podemos intuir. No hace falta que nos muestren números para darnos cuenta. Por otra parte, no pareciera que en la Argentina hay un fuerte proceso de radicación de inversiones y mucho menos de inversión pública. No se ve eso. A lo sumo hay cambios de firmas. Para que me entiendan: la compra de Pérez Compac por Petrobras, o la compra de la cervecera Quilmes por parte de Brahma son cambios de firma. No constituyen nuevas inversiones que generen un proceso de ampliación del capital.
Por lo tanto, el crecimiento viene por el tercer rubro que es el comercio exterior, y no tanto por crecimiento de las exportaciones, las que se mantienen estables aún con la devaluación, sino porque se han desplomado las importaciones con el paso de un dólar uno a uno a un dólar uno a tres. Los bienes de importación que antes estaban en cualquier supermercado ya no están más, y por ende eso genera un saldo comercial favorable para la Argentina. Por eso hay una gran oferta de dólares, que es lo que el Banco Central cotidianamente sale a comprar para sostener este nivel alto de cotización del dólar.
Entonces, en ese comercio exterior se basa una expansión de las cuentas nacionales. Por eso es que no hay traslado a la mayoría de la sociedad, ya que es beneficio casi en exclusividad del selecto y concentrado grupo de los exportadores. Pero desde el punto de vista de los números, los números dicen: "sí, estamos saliendo de esta etapa de caída". ¡Ojalá fuera así! Lo que la Argentina está haciendo es un pequeño giro que abre una posibilidad para que se generen condiciones hacia la reactivación. Por eso, nosotros tenemos que pensar que nuestras demandas, nuestras reivindicaciones o nuestro objetivo de lucha tienen que empujar ese giro hacia la reactivación para que, si se da una perspectiva de auge económico, ese auge económico se distribuya socialmente.
Y no vale la excusa que nos decían antes: "Bueno, no se puede distribuir lo que no hay". Siempre ha sido mentira, porque en otras épocas de auge tampoco se ha distribuido. O sea, distribuir se puede hacer en alza o en baja, pero lo que queremos sugerir es que si hay condiciones de mejora de la economía, hay más posibilidad para poder pelear por determinadas condiciones que estamos reclamando los trabajadores. Ése es el mensaje de la primera cuestión que yo quería plantear.
La segunda cuestión que tenemos que estudiar nosotros en el análisis de coyuntura es que cuando hay una crisis se ponen en discusión dos dinámicas: por un lado, la discusión que la crisis genera dentro de las clases dominantes, dentro de los capitales que dominan el poder económico; por otro, la discusión que la crisis genera de nuestro lado, en nosotros, los sectores populares.
O sea, para pensar la coyuntura hay que pensar que tanto en baja como en alza de la economía, el sector del poder económico ve en cada momento la oportunidad de hacer sus negocios. Pero al mismo tiempo también son los sectores populares los que intervienen en la crisis, primero, en un sentido defensivo –no estar peor de lo que están los sectores populares en cada momento histórico– y en segundo lugar para ver cómo consiguen la mejor posición relativa en el escenario que se avecina.
¿Y por qué es interesante ver esto? Porque yo quiero que ustedes ubiquen que la crisis del 2001 empieza en el ´97/´98. Por un lado, recién mencioné la recesión: el ciclo de los negocios empezó a estar en baja. Es decir, los capitales dominantes deterioraron su fuente de ingreso. Había una economía que se achicaba, que se deterioraba, que se disminuía. Pero al mismo tiempo en Neuquén, Cutral Co, Plaza Huincul, empezó un proceso de resistencia que se generalizó hasta la gran explosión de diciembre del 2001. Es decir, procesos múltiples, diversos, que reconocen reivindicaciones distintas, pero que tienen el epicentro en la reivindicación de los trabajadores desocupados, de la solidaridad de los trabajadores y un proceso extendido de movilización popular.
La crisis es una crisis integral, única, pero que en su seno contiene diversa conflictividad social, debido a fenómenos que se dan en los sectores dominantes, en el poder económico. Y eso se expresó durante el ´98 hasta el 2001 como una polémica entre ellos. Lo que había que hacer era profundizar la convertibilidad –dolarización–. Ése era el planteo de Menem durante todo ese período histórico. Menem abandonó el proyecto dolarización sólo en la última etapa de la campaña electoral, porque ya veía que no le daba rédito. Un sector de las clases dominantes argentinas, los bancos y las empresas privatizadas, planteaba fuertemente el escenario de dolarización de la economía argentina. Ustedes vieron que las privatizadas hasta ahora venían defendiendo esta situación, porque ellos dicen que han perdido ingresos porque antes tenían dolarizados sus ingresos –cada peso que cobraban era un dólar–; en cambio, desde el año pasado hasta ahora cada peso que cobran al valor de ahora es de 33 centavos de dólar. Entonces han deteriorado esos ingresos porque tenían dolarizada su facturación.
Una parte del poder económico quería dolarización; pero otra parte quería devaluación. Eso es, básicamente, los sectores enrolados en la Unión Industrial Argentina. En particular, los fabricantes de la Argentina, que no en vano pusieron en el Gabinete de Duhalde al presidente de la Unión Industrial como ministro de la producción, quien fue además el impulsor de la pesificación asimétrica, mecanismo mediante el cual se pesificaron uno a uno los créditos, con lo cual los grandes deudores canjearon su deuda a los bancos en dólares, a pesos; y a medida que corrían los meses iban licuando su deuda. Mientras que se pesificaron a 1,40 los depósitos –y bueno, más allá del corralito y del corralón, que ya no hay–, el conjunto de la sociedad argentina le pagó al señor y a la señora que tenían depósitos acorralados una diferencia que son estos bonos que se les han entregado a los ahorristas, que corren por cuenta del Estado Argentino.
La sociedad subsidió los depósitos, subsidió a los bancos por la diferencia y subsidió a los deudores bancarios. Una maniobra resuelta desde el poder político del Estado, cuyo ministro de producción, luego de haber ejecutado esas propuestas renunció. Digo esto para que quede claro lo que son a veces en los gobiernos los trabajos sucios y luego los trabajos de estabilización. Es el mismo período en que Remes Lenicov es quien tiene el costo de hacer la devaluación, y después de la devaluación, bueno, hace un enroque con el cargo de Lavagna. Lavagna viene de ministro y Remes Lenicov se va al lugar que Lavagna tenía en Europa, como representante ante la Unión Europea, y hecho el trabajo sucio, a Lavagna le toca la parte de estabilización de las cuentas macroeconómicas, mientras que a Remes Lenicov le va a quedar el trabajo sucio. Y el ex–presidente de la Unión Industrial va a quedar como el que resuelve el tema de la pesificación, que es el gran aporte para ese fenómeno de licuación de las deudas de las grandes empresas y a cargo del conjunto de la sociedad.
Entonces, lo que hay es un debate muy fuerte en el poder económico sobre dolarización y devaluación. Los ganadores fueron los que planteaban la devaluación. Y desde entonces hasta ahora los perdedores en el bloque de clases dominantes han intentado recuperar un lugar en el ciclo de negocios. Para que se entienda: si uno de los perdedores, de acuerdo a lo que decíamos antes, fueron los bancos y las empresas privatizadas, piensen a un año y medio de la devaluación qué es lo que ha pasado con estos dos sectores.
Uno: los bancos han recompuesto la situación de profundísima crisis en la que estaban desde diciembre del 2001. Si en diciembre o en enero del 2001 la imagen era de ahorristas golpeando las puertas y la gente queriendo que se levanten los feriados cambiarios para retirar los dineros allí depositados, ¿cuál es la situación actual? Es de tendencia a la normalización del sector financiero. Esto no quiere decir que el sector financiero tenga los mismos niveles de ganancia que entonces, pero hoy el que tiene dinero depositado en los bancos no lo retira; y el que tiene algo de dinero, progresivamente lo va volcando al banco. Es decir, se empieza a restablecer el ciclo de negocios de los bancos. Y los bancos han ido resolviendo esta ecuación con subsidio o financiamiento del conjunto de la sociedad. Si ustedes estudian las cuentas provistas por el Ministerio de Economía o por el Banco Central, la deuda externa argentina creció en el 2002 veintiún mil millones de dólares para resolver la crisis financiera. Ése es el costo en los bonos entregados a los ahorristas y a los bancos para compensar la pérdida de esa crisis.
¿Quién pagó, por lo tanto, la crisis bancaria? La crisis bancaria, entiéndase como crisis en los bancos, pero también crisis en los ahorristas; y no estoy hablando de si tienen razón estos ahorristas, aquellos ahorristas, estos bancos, aquellos bancos, no, simplemente quiero ver que hubo una crisis y que la pagó el conjunto de la sociedad. Es decir, se socializó el restablecimiento del ciclo de negocios del sistema bancario por parte del conjunto de la sociedad argentina. Ésa es la tarea que le ha tocado al gobierno que se está yendo el 25 de mayo: restablecer los negocios del sistema financiero; y ése es un tema clave, puntual, planteado en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Todavía queda una parte pendiente; y el Fondo Monetario Internacional está planteando que el gobierno que se va intente en esta semana –queda un solo día hábil y si no lo resuelve será el primer tema a exigirle a Kirchner– que cierre el tema de compensación a los bancos. Es decir, más bonos que se descargan sobre el conjunto de la sociedad para resolver el ciclo de negocios de los bancos.
Y las privatizadas, que es el otro sector que pedía dolarización y que perdió, también tiene bastante resuelto su ciclo de negocios, porque en el momento de mayor efecto de la crisis la pérdida había sido de uno a uno a casi de uno a cuatro. Ustedes piensen que el dólar llegó a 3,95 en junio del 2002. Bueno, muy bien, ya no está a cuatro el dólar, sino que está cerca de los tres pesos, pero incluso más bajo, en torno a 2,80 en los últimos días, en el último mes; y por lo tanto, las privatizadas mejoraron relativamente el peor momento, que era junio del 2002. Han recompuesto rentabilidad desde elpeor momento a mediados de 2002. Ustedes se acuerdan que presenté un trabajo en la Federación en junio pasado que se llamaba "Seis meses en picada", donde estábamos hablando de esos seis meses que eran los peores seis meses luego de la crisis de diciembre de 2001. Desde entonces para acá, las empresas privatizadas han mejorado su facturación en relación con la cotización de la divisa y tienen pendiente de resolución un tema que ha avanzado mucho y que es la cuestión de las tarifas.
Cuando digo que han avanzado mucho, es porque han logrado un consenso bastante importante a nivel gubernamental y una presión del Fondo Monetario para que haya incremento de tarifas de servicios públicos, como también una de las primeras medidas que van a exigir al próximo gobierno. Si uno piensa cuál va a ser una de las primeras medidas antipopulares que puede llegar a tomar el próximo gobierno es precisamente el incremento de las tarifas. El ministro de economía –declaraciones que están en los diarios– insiste en que su deseo era que él siguiera manejando las tarifas –tema que ahora se iría para el Ministerio de Infraestructura, de Planificación y de Servicios–, pero Lavagna estaba planteando un proyecto de ley para que el incremento de tarifas no se vuelva a caer, como se ha caído varias veces al ser planteado por decreto. Es decir, plantearlo por ley. Pero el tema está fuertemente instalado.
Por lo tanto, desde el punto de vista de las clases dominantes hubo un debate: dolarización/devaluación. Ganaron los devaluadores, pero los perdedores, los dolarizadores, han ido recomponiendo su situación en este período de tiempo que se viene desarrollando, y obviamente vienen por más, pretendiendo que el nuevo gobierno que empieza a partir del día lunes resuelva un conjunto de temas pendientes que se vienen. Por eso, piensen cuando Ratazzi, el presidente de la Fiat, le dice al nuevo presidente: "Esperamos que sea más como Lula que como Chávez". ¿Por qué? Porque Chávez estaría pasando la primera mitad de su gobierno. Ya pasó una primera etapa de su gobierno y ya se le generaron condiciones en Venezuela para intentar modificar las condiciones de funcionamiento económico del país, y por lo tanto empieza a atacar aspectos estructurales de la economía de Venezuela. Tema uno: el tema del petróleo, por ejemplo. El gran look out patronal en Venezuela fue contra la empresa petrolera. Lula está recién en su primera etapa de gobierno, –llamada por ellos "etapa de transición"– no quieren tocar deliberadamente nada de los aspectos económicos sustanciales. Si leen el diario de hoy, ayer Brasil ratificó su política ortodoxa en materia económica de tasas de interés y esto le genera toda una crítica de izquierda del PT, de muchos sectores populares, porque sigue Brasil sin hacer cambios en su política económica y ratificando una política ortodoxa. Si le queremos creer a la estrategia del gobierno brasileño, el gobierno brasileño nos dice: "Esto es una transición hasta que generemos las condiciones políticas para producir los cambios económicos necesarios". Por eso se orientan con declaraciones que los acercan a la región, particularmente a la Argentina e insisten en el combate a la pobreza, pero las tasas de interés suben y caminan en un sentido aceptable para el FMI, el poder económico y los acreedores externos de Brasil. Es por eso que los grandes empresarios argentinos –el poder económico en la Argentina– dice: "Nosotros queremos que pase lo que pasa en Brasil y no lo que pasa en Venezuela".
Pero yo hago esta diferenciación para entender que el momento político de Venezuela es distinto al momento político de Brasil. Lo que no quiere decir para nosotros justificar a Brasil ni justificar a Venezuela. Las condiciones de Venezuela y de Brasil responden a cuestiones internas –e incluso también internacionales– que hay que considerarlas. Pero aclaro esto para que no seamos simplistas en cualquier análisis de coyuntura.
(Algunos de los presentes hacen consideraciones sobre el impacto de la devaluación en la reactivación o no de las economías regionales y las posibilidades de mejora del ingreso de los sectores populares)
Lo cierto es que en esa etapa de crecimiento de Menem –que es en la primera parte de la década de gobierno– no hubo distribución del ingreso. Es decir, pese al gran crecimiento de la economía en la primera presidencia de Menem, no hubo distribución del ingreso. La torta no se repartió. Por eso decíamos antes que el hecho de que la economía crezca es mejor para una demanda de reparto, pero no necesariamente con economía en crecimiento se reparte. Se reparte en función de quien tiene fuerza. Esto es lo importante. Hay que ver los fenómenos regionales en el marco global, porque así como no se puede pensar la Argentina al margen del mundo, tampoco puede pensarse ni Salta, ni Misiones, al margen de lo que pasa en general en el país. Hay que tener una visión integral de lo que acontece.
Entonces, respecto a lo que veníamos diciendo, quiero incorporar a la realidad otro dato más de este ciclo de crisis que viene del ´98, y que es un tema que genera muchas expectativas de acuerdo a lo que veníamos hablando de Venezuela, Brasil y Argentina y que es el tema del MERCOSUR.
El MERCOSUR empieza en el ´91. En realidad, empieza en el ´85 con las negociaciones Argentina–Brasil. Pero si uno toma el ciclo ´91 hasta la actualidad, el MERCOSUR tiene un crecimiento espectacular hasta el ´98. El dato –se los doy brevemente–: en el ´93, el trece por ciento del comercio exterior del MERCOSUR era entre los países del MERCOSUR. El resto era con otros países del mundo. Este trece por ciento se transforma en el ´98 en el veinticinco por ciento, y por lo tanto baja al setenta y cinco por ciento el comercio de todo el MERCOSUR con el resto del mundo.
En el 2002, la parte que comercia el MERCOSUR baja al once por ciento. O sea, baja al piso histórico de cuando el MERCOSUR empezó. En el medio sobrevino la recesión argentina, empezada en el ´98, la crisis del real del ´99 y la crisis argentina del 2001. Por lo tanto, pese a estar en el peor momento, el 2002/3, también hay una cantidad de señales, de voluntades y de referencias que indican que el MERCOSUR tiene una oportunidad histórica para su relanzamiento, no sólo por declaraciones de Brasil, o de Argentina –el anterior y próximo gobierno–, sino también por la voluntad expresa de Venezuela de plantear su incorporación al MERCOSUR, o de profundizar la relación de la Comunidad Andina de Naciones con el MERCOSUR, con lo cual ahí tenemos otro elemento importante para analizar la coyuntura. No sólo en el sentido de que la tendencia del comercio regional viene en baja, sino que hay elementos de voluntad política para generar una integración de manera diferenciada. Me parece que ése es un tema importante.
Pero también estamos obligados a pensar críticamente qué es, o qué significa el MERCOSUR para la Argentina. El cincuenta por ciento de las exportaciones de la Argentina hacia el MERCOSUR lo definen tres sectores monopólicos: industria automotriz, industria del combustible –petróleo– y el agro. Los tres sectores altamente monopolizados. Tres sectores que no son fuertes generadores de empleo y que tampoco trasladan salarios crecientes a sus trabajadores. Es decir, que el efecto derrame de eso no necesariamente se socializa. El negocio exportador mejora la renta apropiada por esos sectores exportadores.
¿Qué estoy diciendo? Es oportunidad por el MERCOSUR, pero si el MERCOSUR sigue siendo el mismo MERCOSUR que siempre, es un MERCOSUR al servicio de los grupos monopólicos, de los sectores más concentrados, y atención que hemos mencionado a tres sectores productivos. Mucha sociedad argentina se entusiasma con el discurso gubernamental de que se abandona una alianza con los sectores especulativos y se va a una alianza con los sectores productivos, en la imagen que esa alianza es favorable para la población. Pero atención, que no necesariamente el capital productivo es más benévolo que el capital especulativo, porque para hablar de capital productivo en los casos que estamos hablando, las terminales automotrices no son ninguna ONG de solidaridad, de beneficencia. Las empresas de combustible –hablemos claramente–, Repsol –YPF en primer lugar–, Petrobras también, Esso o Shell, los que dominan el petróleo en la Argentina y en el mundo, no son empresas de beneficencia ni mucho menos. Y con respecto al agro, si bien puede haber alguna cooperativa de productores de tabaco, o de poroto, o de yerba, o de lo que sea, no nos engañemos, al agro argentino lo dominan cuatro grandes concentradoras de los paquetes tecnológicos de semillas, híbridos, etcétera, que manejan tanto los insumos para el agro como la comercialización de la producción.
Entonces, nosotros tenemos que agregarle complejidad al análisis. No nos alcanza con que la economía crezca. La coyuntura no es sólo analizar qué pasa con el poder económico, sino también ver qué pasa con nosotros. Y cuando decimos "con nosotros" tenemos que ver también que empezó un ciclo de resistencia en el ´97 en Plaza Huincul y Cutral–Có, pero tengamos en cuenta que el ciclo de resistencia del ´97 que vino permanentemente en ascenso hasta diciembre del 2001, e incluso yo me animo a decir que el ascenso de las luchas sociales llega hasta junio del 2002, cuando se da la represión seguida de muertes en el Puente Pueyrredón. Hasta ahí era el momento donde todo era acumulación. Suman asambleas, piquetes, CTA, FRENAPO, Consulta Popular, pónganle los nombres y acontecimientos que ustedes quieran, pero todo eso es una etapa de crecimiento, de expansión del ciclo de resistencia que tiene distintos momentos, pero que no resolvió en todo ese período la construcción de alternativa política. Ese es el déficit principal en esta etapa.
Yo quiero que pensemos que el tema central que planteó el congreso de la CTA el año pasado es que en la Argentina no había una alternativa política. Y en el nuevo periódico de la CTA que acaba de salir hay un artículo de Víctor Mendibil que sería conveniente que los compañeros lo puedan leer, para que podamos trabajarlo, porque en muy poquitas líneas está planteado –página 14– que los desafíos para el movimiento obrero es construir una central de trabajadores –un tema que no está resuelto todavía– y contribuir a construir el movimiento político para la nueva sociedad.
Es decir, si los trabajadores no resuelven crear un movimiento político, no habrá perspectiva de solución, y en todo caso la coyuntura va a tener una salida, porque toda coyuntura siempre tiene una salida. No se vive eternamente en crisis. No se vive eternamente en debacle. No se vive eternamente en caos. Siempre la crisis tiene una salida. El tema es que la salida puede ser de acuerdo a lo que quiere el poder económico o puede haber una salida de acuerdo a lo que demandan los sectores populares, los sectores subalternos, los trabajadores, los pequeños productores, los pequeños empresarios, los explotados, póngale el nombre que quieran. Siempre están esas dos perspectivas de salida.
Lo que subsiste en el movimiento popular es una importante fragmentación; y yo lo que quisiera dejar planteado en este tema para que lo pensemos es que el gran ciclo de resistencia empezado en el ´97 y continuado en esos años, fue apropiado políticamente por la Alianza en el ´99, con todo el clima cultural que había de que se acabe el tiempo histórico de Carlos Menem. Y yo quiero que pensemos si en toda esa etapa de luchas históricas –que en el ´99 fue apropiado políticamente por la Alianza, piensen en los últimos quince días– no se ha generado también una expectativa en la sociedad con el mismo contenido de rechazo a Menem y que explica la razón de la renuncia y el retiro de Menem de la segunda vuelta, la que debió haber sido el domingo pasado (18/05/03) y que genera expectativas y hoy ustedes ven las encuestas en los diarios y por lo general hay encuestas muy benevolentes para con el gobierno. Esto está mostrando de nuevo expectativas en la sociedad. Yo no quiero ser agorero de expectativas. Creo que no tenemos que ser agoreros de expectativas. En todo caso lo que trato de reflexionar con ustedes es que pensemos cómo se trabajan algunos temas psicológicos, sociales, culturales, para generar determinadas expectativas en el tiempo que se avecina.
Yo dije que el ciclo de resistencia tiene su punto más alto hasta los acontecimientos en el Puente Pueyrredón, y es desde allí donde el gobierno, como expresión de las clases dominantes del poder económico en la Argentina, encuentra un punto de salida de su crisis y que es la convocatoria anticipada a elecciones; y la convocatoria anticipada a las elecciones fue empezar a construir el camino de la normalización del régimen político.
Piensen que en junio del 2002 lo que estaba muy instalado es que se vayan todos; y nosotros como parte de ese "que se vayan todos", con movilizaciones muy importantes aún en agosto y setiembre del 2002. Pero nosotros, a esta altura ya estamos a unos cuantos días de las elecciones de abril, estamos a muy pocos días del 25 de mayo, y nosotros sabemos que hubo cierta recomposición de normalidad política en la Argentina, que la crisis subsiste pero que el poder económico está intentando restablecer su ciclo de negocios, que algunos logros ha obtenido y que alguna legitimidad política están planteando. Es más, me parece que quien mejor lo plantea políticamente es Julio Bárbaro. Hace poco, en un programa de televisión que compartimos con Julio Bárbaro –del kirchnerismo– planteaba que ya estaba resuelta la crisis política de la Argentina. Yo creo que se equivoca pero lo dice bien. Dice: "Kirchner es expresión del centro político de la Argentina". Y se ha formado una derecha, que es López Murphy; y se ha formado una izquierda, que es el ARI; y se han derrotado las "ultras". La ultraderecha es Menem y la ultraizquierda, bueno, es la izquierda, con lo cual el sistema político está normalizado en estas tres variantes: Kirchner al centro, López Murphy a la derecha, Carrió a la izquierda. Todo debe transitar por esos carriles. Lo demás no entra. Es parte de la marginalidad. Así razonan.
El problema es ¿dónde nos ubicamos nosotros en ese esquema? Yo digo que en ese esquema quedamos afuera, y por lo tanto lo que tiene que interesar es encontrar nuestro lugar como movimiento popular al margen de esas identidades políticas que definan la esencia del poder político de las clases dominantes en la Argentina. Por eso es importante este artículo de Víctor, no sólo porque lo diga Víctor, sino porque tiene que ver con la posición que la propia Federación Judicial fue tomando en este camino, que tuvo sus matices respecto de las propias decisiones que tomó la CTA sobre la eventual segunda vuelta, por ejemplo. La Federación se pronunció en un comunicado de autonomía e independencia de las fracciones que disputaban la presidencia. No fue un pronunciamiento similar al de la propia CTA. Después está lo que cada uno hace o hizo, lo que cada uno hace es otro problema, pero estoy hablando de qué importancia tiene que como cuerpos colegiados se asuman posiciones plurales, contemplativas, de análisis más general, sin prejuicio de lo que después cada uno haga, lo que cada uno hace.
Me parece que ése es un tema importante, el ver nosotros cómo estamos, porque la crisis subsiste, porque el poder económico va recomponiendo su perspectiva de salida, porque nosotros seguimos fragmentados; y la misma prueba es que si miramos adentro de la CTA, dentro de la propia CTA hay distintas ofertas políticas que los propios integrantes, miembros de la CTA fueron asumiendo; y eso traba la perspectiva de un mayor desarrollo, como central autónoma, independiente de los partidos, de las patronales, del Estado, y la perspectiva de construir un movimiento político de carácter alternativo, que sigue siendo un desafío para nosotros.
Y termino señalando que el gobierno que asume el próximo lunes, bueno, tiene una cantidad de señales que podríamos llamarlas positivas, o sobre las cuales nosotros podemos apoyarnos para empujar; por ejemplo:
1. el hecho de que Kirchner, como gobernador de Santa Cruz, en su momento fue parte del proceso de consulta popular, que implicaba una disputa por la distribución del ingreso, y que su principal discurso en estos últimos días apunta al tema de la distribución del ingreso, nosotros creo que deberíamos retomar con mucha fuerza aquel programa levantado en diciembre del 2001, de lucha contra la pobreza, de distribución del ingreso, y sería muy bueno impulsar ahora una consulta popular avalada oficialmente para que se convoque a la ciudadanía argentina a fin de ver si es posible resolver el tema de la pobreza tal como lo planteamos nosotros en diciembre del 2001.
2. Pero en el mismo sentido podemos levantar la bandera, si la apuesta gubernamental es por el MERCOSUR y no por el ALCA; y hubo conversaciones con Brasil para patear el ALCA –que en vez de empezar en el 2005, empiece en el 2007–, ¡qué buena oportunidad para empujar la campaña de lucha contra el ALCA!, que nosotros hace rato que estamos, pero que se le daría un fuerte impulso, una convocatoria oficial que pudiéramos hacer durante este año para que el pueblo argentino se esclarezca sobre qué cosa es el ALCA, sobre por qué no al ALCA, que dicho sea de paso, los compañeros de Esquel están convocando para la primer semana de julio a una gran concentración: no a la mina, no al ALCA, no a diversidad de cuestiones, que sería bueno, sin perjuicio de la participación de los compañeros de Esquel, que la Federación pueda estar presente de alguna otra manera en esa oportunidad. Pero presionar al gobierno para que haya un trabajo oficial o semioficial en impulsar una campaña contra el ALCA y que nos ponga en la perspectiva de un MERCOSUR distinto.
3. Pero lo tercero, si hay un planteo del actual presidente sobre el tema de la Corte Suprema de Justicia, bueno, también retomar toda la campaña nuestra, histórica, que venimos planteando de remoción de la Corte Suprema de Justicia, y que expresamos como aliento a un movimiento político por otra Justicia. Nosotros veníamos hablando de un movimiento político para remover a la Corte Suprema de Justicia y alentar una reforma que tenga en cuenta las necesidades populares y no la seguridad jurídica del poder económico tal como plantea el Banco mundial y las clases dominantes locales. Hoy, una de las editoriales del diario La Nación levanta que Béliz va a ser centro de la reforma de la justicia, que uno de los temas que está trabajando rápidamente, como nuevo ministro de la justicia es el tema de reforma de la justicia que creo para nosotros es un tema clave, como así también meternos y presionar fuertemente.
Yo diría que estas son las tres líneas de lo que se podría llamar aspectos que aparecen como positivos y que entroncan con nuestro plan de trabajo y que deberíamos empujar desde la Federación, desde la Central de Trabajadores Argentinos y desde los ámbitos en que estemos.
Pero también tenemos que tener en cuenta que lo primero que va a tener que hacer el nuevo gobierno es retomar la negociación con el Fondo Monetario Internacional; y la renegociación con el FMI es porque el acuerdo que tiene con el Fondo vence el 31 de agosto, y a partir de setiembre hay que retomar los pagos a los organismos internacionales. A la Argentina por ahora le está yendo relativamente bien –ustedes me entienden lo que quiero decir con "relativamente bien"– porque no está pagando y eso genera superávit fiscal primario (antes de pagar intereses). Cuando tenga que empezar a pagar a los organismos financieros, y más aún a los acreedores privados en default, la situación se complica. Y el acuerdo con el Fondo es en primer lugar pagar. Pero no pagar en setiembre, en octubre. No, de acuerdo al último documento que hay, es pagar hasta el año 2050. Si les quedan dudas, la Argentina tiene compromisos hasta el 2050. Se pueden generar condiciones para pagar, y pagar la deuda es dejar de atender algunos otros gastos que nosotros quisiéramos que el Estado no resigne, tal como empleo, salud o educación o justicia.
Pero no sólo es pagar, también es profundizar la reestructuración del capitalismo en la Argentina. Eso es lo que habíamos dicho antes en relación con el régimen bancario, particularmente el Banco Nación. Lean el diario de hoy. Hoy está anunciada –ya se hizo público– la licitación pública para consultores externos que ayuden a discutir el nuevo sistema de gestión del Banco Nación. O sea, está en curso el proceso de capitalización, de privatización parcial del Banco de la Nación Argentina, que es un tema irresuelto desde Martínez de Hoz. La ley de entidades financieras que rige en la Argentina es de 1977. El objetivo de concentración, de privatización, está vigente desde entonces.
Por eso digo que no sólo es coyuntura de lo que pasa hoy, de lo que pasa en estos últimos cinco años, sino que estamos hablando de más de treinta años, donde hay un objetivo que se viene cumpliendo rigurosamente. El tema de las tarifas públicas va a estar planteado con mucha fuerza por parte del FMI. Es decir, que hay una presión por reestructurar el sistema económico en la Argentina –el capitalismo argentino–, una forma muy importante, muy reaccionaria para el conjunto de los trabajadores; y lo que va a ir buscando en realidad es que se normalice la situación de precariedad en la que han quedado los trabajadores después de este ciclo histórico más largo que el de la recesión de cinco años, porque lo que está quedando de fondo son los cambios que empezó la dictadura y que profundizó el proceso democrático, sobre todo con Menem en la década del ´90.
Y por lo tanto lo que queda pendiente en la Argentina es una discusión de cómo remover todos estos cambios estructurales. Hoy eso no está en discusión en la Argentina. Y me parece que ése es el desafío para nosotros: la coyuntura y una perspectiva estructural más amplia. No se trata de cambiar una cosita o cambiar tal o cual tendencia de la economía, sino que hay que cambiar la orientación de fondo de la economía, de la política, de la sociedad argentina. Si eso no se logra, la Argentina va a seguir viviendo bajo el modelo menemista, porque en definitiva lo que hemos tratado de decir es que el menemismo continuó en el gobierno de la Alianza y de Duhalde, y el menemismo puede continuar en el próximo gobierno, aunque no haya pizza y champagne. O sea, no es un tema de estas noticias menores, sino que está vinculado a la tendencia de fondo de la sociedad argentina.
Bueno, en este marco me parece que hay que mirar la coyuntura, mirar la crisis y pensar en los desafíos que nosotros tenemos por delante.
¿Algún compañero quiere hacer alguna pregunta?
1. –La meta de Lavagna era comenzar la renegociación de la deuda pero no entiendo si es sin pagar o sin pedir plata fresca, ¿por dónde venían las expresiones de deseo de este hombre?
2. –Él no quiere que le pidan más superávit fiscal. Ya tiene la Argentina superávit primario, y el superávit primario es porque no está pagando.
3. –Ah, por eso.
4. –Y entonces lo que Lavagna está haciendo es ahorrando, está logrando un superávit primario y acumulando reservas internacionales, sabiendo que eso es para pagar. El superávit primario, comprometido desde el Fondo y cumplido, es del 2,5 por ciento. Y hay presiones. El FMI quiere que sea igual que el acuerdo con Brasil, que es del 4 por ciento. Entonces, quieren llevar un superávit del dos y medio al cuatro por ciento. Eso es un ahorro en el año de siete mil millones de pesos. No se pueden pedir préstamos internacionales, y por lo tanto hay que generar condiciones de ahorro nacional. Al mismo tiempo, Lavagna, en relación con Brasil –otra diferencia–, dice que el Estado brasileño tiene para financiarse los aportes previsionales, mientras que la Argentina los perdió en el ´94. Por eso es que Lavagna está criticando tan duramente a Cavallo y la reforma previsional. Lavagna se está vengando de Cavallo, dicho sea de paso. Le está diciendo: "Bueno, ahí tienen, es ése el responsable". Bueno, nosotros lo dijimos desde siempre.
5. –Desde el ´91 que lo venimos diciendo.
6. –Es una victoria pírrica la nuestra. Después de tantos años nos dieron la razón. Pero, bueno, mientras tanto ahí se perdió el dinero, o mejor dicho, ellos hicieron negocios y los trabajadores jubilados siguen a la espera de una solución integral.
7. ¿De dónde proviene el crédito?
8. Bueno, al no tener el Estado argentino financiamiento del exterior, la única posibilidad es volver a emitir títulos que generan compromisos posteriores, con deudores argentinos, porque, en realidad, ese crecimiento de deuda externa que yo dije que era de veintiún mil millones para el sistema financiero, se estima que va a terminar siendo algo así como de treinta mil millones de dólares. ¿Qué es? Es compromiso a pagar a quienes tengan esos títulos, porque, en realidad, yo –banco– hoy recibo un bono de un Estado que está en default. O sea, yo sé que en tanto banco estoy haciendo un mal negocio, pero yo –banco–, después de todo lo que dije, estoy haciendo trámites para que la economía capitalista argentina funcione de una manera distinta en los próximos cinco años, diez años, veinte años, treinta años, de modo tal que cuando vaya a cobrar mi bono, dentro de X cantidad de años, ese bono tenga fondos. Con los bonos anteriores, ¿quién se benefició? El que llegó hasta el final con los bonos. ¿Qué hago yo, jubilado de ochenta años, si me dan un bono a cinco años? ¿Qué sé yo si llego hasta los ochenta y cinco? ¿Entonces, qué hago? Los vendo a un cuarenta o cincuenta por ciento y, bueno, me compro lo que me tengo que comprar, lo que necesito para vivir. El que se quedó con el bono hasta el final, ése cobra la renta, la acumulación, etcétera, etcétera, salvo que en el medio haya una revolución. Bueno, también es posible.
9. –Cuestión de días.
10. –No, no, cuestión de años.
11. –Ocho millones de días [Risas].
12. –Ojo, yo creo que en nuestro análisis nos sirve tener un enfoque más global de la coyuntura. Nosotros no nos movemos por la semana que viene, pero nos movemos por el mes que viene, por el año que viene, y por los próximos diez años. ¿O acaso nosotros venimos trabajando para que la cosa cambie de la noche a la mañana? Estamos trabajando por una sociedad distinta. Entonces, entender la coyuntura es entender las tendencias, y para ver a qué carro de la tendencia nos subimos, qué cosa obstaculizamos, qué cosa empujamos, por dónde nos movemos.
13. ¿Qué hay de la reforma provisional?
14. –Mirá, hubo una presentación pública de la ministra de trabajo, con un planteo de reformulación del régimen. Es uno de los temas que está abierto para plantear ahora.
15. –Pero las AFJP fueron alcahuetear al Banco Mundial…
16. –Bueno, no sólo eso, las AFJP todavía tienen un planteo ante el Ministerio de Economía, que es que la pesificación asimétrica afectó a las AFJP. A las AFJP y a los fondos de capitalización, porque –digamos– los trabajadores argentinos aportábamos pesos al sistema de jubilación privada que eran equivalentes a dólares, y resulta que ahora los resúmenes que reciben los trabajadores son resúmenes en pesos, donde el aporte hecho del ´95 al 2001 sigue siendo un peso. Entonces ahí las AFJP dicen que les han metido la mano en los bolsillos a los trabajadores. Y es cierto, pero las AFJP están defendiendo su negocio corporativo, y por lo tanto está en la justicia si va a ver una compensación para con las AFJP también. Es un debate bastante complejo.
Por eso digo que el tema de fondo es Cavallo y Menem –si ustedes quieren–, Martínez de Hoz y la dictadura militar. En la Argentina está muy fuertemente instalada esa reestructuración regresiva del capitalismo. El rumbo que nos metieron en el ´75/´76 es el rumbo que se ha venido profundizando violentamente en tiempos constitucionales. Y la Argentina no está saliendo de ahí todavía.
Bueno, si nosotros, como parte del pueblo argentino, resolvemos una correlación de fuerzas políticas –eso es el movimiento político social–, si resolvemos una correlación de fuerzas políticas para empezar a rumbear para otro lado… "rumbear para otro lado" a lo mejor quiere decir al estilo brasileño, a lo mejor no quiere decir cambiar ya, lograr ya un aumento de sueldo, no, no, es cambiar una correlación de fuerzas políticas para empezar a empujar cosas distintas. Hay algunas señales que podrían plantearnos en ese nivel: acercamiento a Venezuela, Brasil, Argentina, e incluso con Cuba. Bueno, marcaría un escenario latinoamericano totalmente distinto. ¿Esto es posible? Y puede ser. Pero también puede no ser. O sea, que depende de las cosas que podamos hacer nosotros.
–¿Pero, estamos avanzando, o no?
–Me parece ni tanto ni tampoco. Yo mencioné que nosotros empezamos un ciclo de recomposición en el ´97, desde Neuquén, y que hubo todo un despliegue de nueva institucionalidad popular donde nosotros contribuimos con la consulta popular nuestra. Es más, nosotros como Federación, ¿cómo empezó la reunión hoy? Aplausos para los compañeros del sur que se integran a la FJA, recomposición de las compañeras en Salta, bueno, los compañeros mendocinos no hace mucho que están en esta mesa. Pero me parece que no es un dato menor destacar el crecimiento y consolidación del proyecto FJA.
Yo llevo unos cuantos años trabajando con los compañeros, acá en la FJA, y esta mesa no es igual que la de cinco años, ni es igual que la que hace un poco más de tiempo. Entonces me parece que hay que verlo así, como una etapa de acumulación política y de crecimiento.
Y aprovecho este momento para decir: nosotros en el Centro de Estudios estuvimos conversando con Jorge Izquierdo, con Julio Bertomeu y con Víctor Mendibil y queríamos traer una propuesta para que ustedes las consideren en estos días. Nosotros veníamos hablando de fortalecer el Centro de Estudios de la FJA, el CEFJA. Incluso en su momento habíamos dicho de incorporarlo a Palito Leiva, por sus aportes históricos. Pero nos parecía también, que además de Palito, podíamos proponer –tiene que ver con lo regional pero también con su compromiso– a un compañero de la zona sur, habíamos pensado en José Luis Ronconi, pero para fortalecer un ámbito de conducción de miembros de la dirección de la Federación Judicial dentro del Centro de Estudios. El Centro de Estudios se reúne todas las semanas, pero por lo menos intentar una vez cada treinta días, cada cuarenta días, una reunión, donde además de Izquierdo, Bertomeu y Mendibil y de cualquier compañero que quiera participar se pueda hacer y mejorar el criterio de construcción en amplitud que pretendemos.
–Los compañeros de Mendoza habían pedido una participación.
–También. Yo digo que es abierta a todos, pero estábamos diciendo nominar en estos compañeros especialmente porque tienen funciones específicas, como el caso de Palito, como el caso de José Luis Ronconi. José Luis siempre nos ha representado en el tema ATTAC, Movimiento de Resistencia a la Globalización Capitalista; y ATTAC ha hecho un pedido de radicación aquí en la Federación. Así que sería bueno fortalecer todo esto. Respondiendo a lo tuyo, entonces, te diría: venimos fortaleciéndonos. No estamos igual que antes, y creo que el camino que tenemos por delante es de fortalecerlo. Es fortalecer la Federación. Y bueno ustedes después discutirán, saben las dificultades económicas de la Federación. Hay que fortalecer el Centro de Estudios, hay que fortalecerlo en su accionar en los lugares de base, pero siendo conscientes que nuestra fuerza radica en la extensión de la resistencia, de la organización popular y la construcción de alternativa política que sigue siendo la asignatura pendiente en nuestro país y que es el gran desafío que tienen los trabajadores de cara al futuro cercano.
Buenos Aires, 22 de Mayo de 2003
Julio Gambina (**)
* Versión desgrabada de la intervención realizada el jueves 22 de mayo de 2003 ante la Mesa Nacional de la Federación Judicial Argentina.
** Director del Centro de Estudios de la Federación Judicial Argentina, CEFJA (adherido a la CTA). Profesor de Economía Política de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario.