Descargar

La pintura de la relación geográfica de Metztitlan, 1579 (página 2)


Partes: 1, 2

1. Descripción de la pintura

En la parte superior de la pintura, por encima del horizonte, hay una rosa de los vientos marcando el norte de modo que la fachada principal del gran convento de la villa de Metztitlán mira correctamente al sur (figura 1). Señalar la orientación de los pueblos era una de las instrucciones del cuestionario. Como se verá más adelante, las dos escalas yuxtapuestas del mapa presentan ciertos problemas al respecto. Por lo pronto diremos que, en términos generales, se conserva una orientación norte-sur que da al lector una idea aproximada de la distribución de dichos pueblos. En la misma porción superior del mapa aparecen cuatro personajes armados de arcos y flechas, signo de que se trata de una línea de frontera con los belicosos y móviles pueblos chichimecas.13

Bajo el horizonte domina el relieve montañoso que caracteriza a esta zona conocida como la Sierra Alta. No creemos que cada uno de los más de 30 cerros representados correspondan con fidelidad a la orografía del señorío. 14 Sin embargo varios de ellos sí pueden ser constatados en el terreno: tal es el caso, desde luego, de la loma en donde está asentada la villa de Metztitlán. Lo mismo puede decirse de la representación del relieve sobre el que se asientan cada uno de los pueblos y que parece coincidir con su entorno inmediato. Así por ejemplo, mientras Molango está representado correctamente al interior de una cuenca, Yahualica aparece sobre una cima como en realidad ocurre. Junto al dibujo de casi cada pueblo, Gabriel de Chávez escribió el nombre respectivo con la ortografía más semejante a la fonética por él percibida. En total hay quince topónimos que indican poblaciones. Otros seis pueblos representados gráficamente no están acompañados de glosa; de ellos hablaremos más adelante.

Los cuerpos de agua representados en el mapa son cinco: tres ríos y dos lagos o "lagunas", como habitualmente se les llama. Por la parte baja del paisaje corre el río Venados para verter sus aguas en el gran lago de Metztitlán, dibujado a la izquierda. En el centro del mapa y de dimensiones más reducidas, aparece el otro lago: el de Atezca, próximo a Molango. Los otros dos ríos representados son el Amajac y su afluente, el Almolón.

Las riberas del río Venados aparecen visiblemente cultivadas. Se trata de la vega de Metztitlán que constituyó el suelo más fértil y atractivo para los españoles que llegaron a poblar la zona. La vega es una llanura aluvial formada, como el lago, por un represamiento cuaternario ocurrido tras el derrumbe de un cerro que cortó el cauce del Venados-Almolón. 15 El resto de la vegetación que da los tonos de verde a la pintura parece no representar especies definidas ni reparar en el hecho de que las partes bajas se caracterizan por la presencia de cactáceas mientras que las altas por bosque de pino-encino.16 En todo caso hace pensar en el verdor que tiñe incluso la parte más desértica de la sierra tras la época de lluvias, en el mes de septiembre, momento en que Chávez terminó el documento. En cuanto a los caminos mostrados, se cree que esta es la red abierta en el área por los españoles. Este mapa no muestra huellas de pie o siquiera herraduras como acostumbran las pinturas de manufactura indígena del siglo XVI. Retomaremos la descripción de los cuerpos de agua y de los caminos más adelante.

En suma, tenemos un mapa que representa el territorio de lo que fue la provincia de Metztitlán en la segunda mitad del siglo XVI. La principal preocupación del autor parece haber sido marcar la jerarquía superior de la cabecera respecto del resto de los pueblos y reclamar desde ella un territorio que por el norte iba hasta los actuales límites del Estado de San Luis Potosí y al este hasta los de Veracruz. También reclama territorios que en el posclásico tardío no pertenecían a Metztitlán sino que eran controlados por la Triple Alianza. 17

Como indicamos, la pintura presenta dos escalas yuxtapuestas como si se tratase de una sola. No es un asunto de perspectiva en el que los objetos cercanos aparecen más grandes y los lejanos más pequeños; al contrario, se puede ver que todos los poblados y los cerros representados tienen una talla similar. Así pues, la primera que leeremos en el mapa se encuentra en la mitad inferior y constituye una escala local. Nos referimos a aquella en la que está representada la Villa de Metztitlán, la vega y el lago del mismo nombre así como el cauce casi completo del río Venados. Se trata de una escala mayor a la del resto de la pintura y por lo tanto muestra al paisaje con más detalle. La segunda es una escala menor -escala regional- en la que una porción mucho más grande del territorio, en comparación con la primera, queda representada en la mitad superior de la pintura.

Los elementos de la escala local

La mitad de abajo corresponde a las inmediaciones de la cabecera de Metztitlán establecida tras la llegada de los españoles (figura 2). Constituye un paisaje de escala humana en el sentido en que puede ser recorrido de principio a fin por un hombre a pie en menos de una jornada de marcha. Desde el inicio de la vega (un poco arriba del actual puente Venados) hasta el final del lago son unos 30 kilómetros. En palabras de Gabriel de Chávez, "tiene tres leguas" desde donde se entra al valle y "tres leguas" más hasta el lago (figura 3). 18

El límite que corresponde al principio de la vega, es decir, la derecha de la pintura, no nos muestra el nacimiento del río Venados sino su pérdida de vista. En el mapa se insinúa la continuación del cauce hacia el norte, cuando en realidad el río proviene de Tulancingo, área donde nace con este último nombre ubicado en dirección sureste. Así pues, esta tenue línea debe ser entendida, en todo caso, como fuera de esta primera escala. El límite izquierdo, en cambio, nos enseña con claridad dónde termina vertiendo sus aguas.

El cauce del río Venados nos divide a su vez este primera escala en dos porciones: la exterior (ribera izquierda), a lo largo del margen del papel y la interior (ribera derecha), donde aparece la loma de Metztitlán y las poblaciones. La porción exterior del mapa representa la ladera oeste de la vega mientras que la interior nos muestra la ladera este. En la porción exterior no figura pueblo alguno ni parece tener más importancia que la de servir de límite de la provincia. Este límite sería correcto si, como lo sugiere la rosa de los vientos de la pintura completa, el sur estuviera abajo del mapa. Sin embargo, como lo anunciamos, este mapa presenta un problema de orientación pues ni la vega ni el río corren en realidad de este a oeste sino de sureste a noroeste. Aquí es donde la representación adquiere más un carácter paisajístico que cartográfico. Es más bien una "vista" o "panorama" según los términos utilizados por quienes han clasificado este tipo de representaciones.19 El pintor se sitúa real o imaginariamente frente al paisaje que desea representar, probablemente en alguna de las laderas justo al sur de la actual villa de Metztitlán. Desde ahí divisa o imagina que divisa la vega, sus cuerpos de agua y la loma donde está dicho pueblo. 20 Caminar por el suelo plano, bajo la loma de Metztitlán, nos da efectivamente esta impresión de que el pueblo domina por completo la vega y el río.

El interés principal de este primera escala se focaliza sobre la porción interna. En el centro aparece la villa de Metztitlán cuya orientación sí es correcta respecto de la mencionada rosa de los vientos pero no respecto del cauce del río. Se distingue el Convento de los Santos Reyes sobre la cima del cerro dando la cara al sur; también se observa el atrio en donde queda delimitado. De la misma manera aparecen los otros dos edificios coloniales que todavía subsisten en el pueblo: el primitivo convento de La Comunidad y el edificio de cabildo conocido como La Tercena.21 Vistos desde la vega por un observador, las tres construcciones citadas forman un triángulo que el mapa reproduce.22 Además, sobre la ladera aparecen otras construcciones casi hasta los límites de la vega. Pudiera tratarse de barrios congregados en la traza de Metztitlán hacia 1560. 23

El cerrito en forma de cuarto menguante cuya cima luce una gran cruz, es otro barrio de Metztitlán. Su nombre es Quimixtepec o "cerrito de la Luna" según los habitantes actuales. 24 El Quimixtepec se halla mal orientado en el dibujo pues la concavidad de la supuesta luna se abre por el otro lado; digamos que en el terreno tiene más bien cara de cuarto creciente. Siguiendo el camino que se aleja del cerro de Metztitlán por su flanco derecho, se remonta la vega paralelamente al río hasta llegar a un pequeño afluente que sale entre dos montañas: se trata del arroyo San Juan. El cerro cónico que se mira a la izquierda del afluente está marcado por una diminuta luna y por otros rasgos pictóricos. Pudiera tratarse de las pinturas rupestres que efectivamente, todavía hoy, se pueden observar en dicha peña (figura 4).25 El pequeño pueblo dibujado al pie de este cerro y sin glosa que lo acompañe es el barrio de San Juan que da nombre al arroyo y que depende también de la villa.

Otros dos pueblos aparecen en esta porción interior desprovistos de nombre. Uno en la ribera derecha del lago y el otro sobre el primer cerro de la porción interior, a la derecha del mapa. Se trata de los pueblos dibujados en el extremo derecho e izquierdo de esta escala. Por su posición, proponemos que aquel que está a la izquierda es Amajatlán y el que aparece dibujado en el lado opuesto es Jihuico. Amajatlán se ubica sobre la ribera derecha del lago y Jihuico está en la convergencia de las vegas de Metztitlán y San Agustín.

La representación de la villa de Metztitlán y de sus barrios mencionados se hizo con una proporción espacial relativamente correcta. Sin embargo su núcleo urbano no guarda esa misma proporción con los demás elementos de esta primera escala. Los 30 kilómetros de la vega así como el lago y las cadenas montañosas están representados a menor tamaño respecto de la villa.

Dentro de la escala local, encontramos que el único camino que sale del área es el localizado sobre el extremo derecho de la pintura, junto a la parte alta del río Venados: es el camino hacia las minas de Pachuca y la Ciudad de México, aunque está mal representado. Su rumbo correcto es hacia el sur y en la pintura se muestra con dirección norte. Sobre el otro banco del río, hay dos caminos que al parecer cruzan desde la ribera derecha hacia la izquierda y que se conectan con el camino que conduce a la Ciudad de México. Uno proviene de Jihuico y el otro de la villa de Metztitlán. Al pie de la villa sale otro camino en dirección opuesta con rumbo hacia Amajatlán, situado como indicamos, sobre la orilla derecha del lago.

Para terminar con la parte inferior es preciso referirse al lago de Metztitlán. El mapa muestra que el límite del lago llegaba hasta el estrecho formado entre el cerro de Huatepec y la pared occidental del valle. Sin embargo, el mismo Gabriel de Chávez afirma que "en tiempo antiguo, estaba todo este valle hecho una laguna, y, para venir a este pueblo de Metztitlán, venían en canoas". 26 No obstante, pensamos que aunque el autor no haya sido testigo del crecimiento del lago, éste llegaba a alcanzar la cota de los 1260m/snm, es decir, justo enfrente de la villa, probablemente circundando el cerrito de Quimixtepec. Lo anterior no obsta para que Chávez considere que el año de 1579 ha sido un año particularmente lluvioso.27 Dicho de otro modo, a pesar de la crecida que está observando, las aguas distan mucho de estar al nivel máximo de años anteriores -y posteriores-.28

Los elementos de la escala regional

En la segunda escala, pintada en la parte superior del papel, el autor pretende dar cuenta de otros pueblos importantes dependientes de la provincia, de su paisaje montañoso y de sus límites (figura 5). Constituye una reivindicación territorial de impresionante extensión que en contados casos, dentro del conjunto de las Relaciones Geográficas, alcanzó esta dimensión. Para representarla fue necesario que el autor se olvidara de la escala humana a la que dibujó la vega y la villa de Metztitlán para pasar a una escala regional que le permitiera captar, en la misma hoja de papel, todos los dominios de los que la villa era cabeza. Al mismo tiempo que aceptamos que Gabriel de Chávez quiso recopilar en su pintura las generalidades del señorío, debemos considerar que este autor no estuvo en posibilidad de conocer tan bien los rumbos de esta segunda escala como sí lo estuvo al tratarse de la villa y la vega. René Acuña nos señala que hacia 1576, Chávez era alcalde en Ocuituco y Yecapixtla, y en 1581 ya estaba laborando en México. 29 Para 1579, la Relación ya estaba redactada. Esto hace que el lapso en el que ejerce como funcionario en Metztitlán esté bastante acotado y le impida conocer con tanto detalle los más de 5000km² que llegó a ocupar la montañosa provincia por él representada.

Las glosas nos dan una idea de la vastedad de la provincia (figura 6). En la pintura aparece, como uno de los parajes limítrofes, el "fuerte de Xalpa" (Jalpa), en el actual estado de Querétaro, que si bien nunca fue parte de Metztitlán, el autor lo representó para marcar precisamente uno de sus límites septentrionales. Los nombres escritos dentro de esta escala regional que sí son considerados por Chávez como parte de la provincia, comprenden "Xelitla" (Xilitla) en el actual Estado de San Luis Potosí,30 y "Chicontepec", "Ilamatlan" (Ilamatlán) y "Hueyacocotlan" (Huayacocotla), en el actual Estado de Veracruz. El resto de los asentamientos nombrados se encuentran en el estado de Hidalgo. De norte a sur: "Guaxutla" (Huejutla), "Chapulhuacan" (Chapulhuacan), "Tlanchinolticpac" (Tlanchinol), "Yagualica" (Yahualica), "Molango", "Suchicoatlan" (Xochicoatlan), "Tzacualtipan" (Zacualtipan) y "Malila", además del topónimo referente a la villa de "Meztitlan", misma que analizamos en el apartado anterior. Sobre el sitio marcado bajo el nombre de "La ermita", aducimos que se trata del actual asentamiento de La Misión. Dicha propuesta se basa no sólo en la fácil confusión de los usos de una "ermita" y una "misión" sino, sobre todo, en la posición que ocupa en el territorio.

Los caminos de la escala regional se articulan con la escala local a partir de dos puntos: el primero sale de San Juan, el barrio de la villa de Metztitlán situado a su derecha, y conduce hacia Molango, Tlanchinol y Huejutla. El segundo sale de Jihuico y vincula Metztitlán con Zacualtipan y Huayacocotla. Un tercer camino entre Molango y Zacualtipan une a Xochicoatlán con el asentamiento sin glosa que definiremos como Tianguistengo. Yahualica e Ilamatlán también cuentan con una ruta claramente visible misma que comienza justo al norte de Molango. Existe un cuarto camino que termina en Chapulhuacán; antes de este poblado la vía es visible a través de un valle y una montaña: hacia esta última parece dirigirse un pequeño camino proveniente de La Ermita. Este trazo podría ser un esbozo del camino de la Ciudad de México a Ciudad Valles. El Fuerte de Jalpa, Xilitla y Chicontepec, a más de 150 kilómetros de la villa, no muestran un solo camino entrando o saliendo de ellos.

Respecto de los cuerpos de agua que aparecen en la segunda escala debemos anotar lo siguiente: el lago de Atezca efectivamente acompaña al pueblo de Molango en el territorio real y no presenta mayor problema, pero el río Amajac está mal orientado. En nuestra hipótesis los ríos representados arriba del lago de Metztitlán, son precisamente el Amajac y su afluente, el Almolón. Este último nace a partir de las escorrentías provenientes del lago. Recordemos que hacia principios del cuaternario, un derrumbe de enormes dimensiones obstruyó el cauce del río Venados dando lugar a la formación del lago. El hecho de que en la pintura el cauce del Almolón inicie justo detrás de las peñas que cerraron la cuenca del Venados, da esa misma idea. El autor de la Relación habla explícitamente de estas escorrentías. En su descripción nos dice que el agua del río Venados que va a dar al Lago de Metztitlán "se sume por entre las peñas y va a salir a media legua de allí, pero el lugar por donde se sume no tiene más capacidad, ni se puede sumir más agua de la que puede traer la madre del río". 31

Las escorrentías que fluyen por el Almolón se vierten un poco más adelante en el Amajac como bien lo indica la pintura. En el apartado siguiente hablaremos de esta convergencia de cauces fluviales y de otros formas del relieve que fueron muy relevantes para los habitantes prehispánicos de la provincia.

2. El altepetl de Metztitlán

Desde el punto de vista geográfico, el término altepetl32 hace referencia a una unidad espacial compuesta de uno o varios asentamientos cuyo territorio está regido por un gobernante. 33 El mismo vocablo, cuya traducción literal es "agua montaña", también hace inevitable referencia al paisaje, entendido como una unidad funcional que provee los mantenimientos necesarios a sus pobladores. Se trata de una entidad que se caracteriza por la abundancia de agua así como por la posibilidad de acceder a distintos ambientes y, por consiguiente, a obtener recursos variados. En el caso de Metztitlán, como era frecuente en Mesoamérica, el altepetl estaba asociado a otros y conformaba una federación.

Cuando los españoles llegan al área de Metztitlán, reconocen esta federación que no había estado sometida a la Triple Alianza. 34 Hernán Cortés pactó con sus habitantes antes de 1524, pero tras una revuelta tuvo necesidad de someterlos militarmente. 35 Probablemente este mismo año comenzó la historia de las encomiendas en la Sierra Alta. 36 La llegada de la Orden de San Agustín para iniciar los programas de evangelización de la zona no se verificó sino hasta 1536. 37 A partir de entonces, esta unidad política pasó a ser, en términos de los españoles, una provincia compuesta de varios pueblos de indios.38 A los ojos de los europeos, uno de los asentamientos de la antigua federación gozaba de una jerarquía mayor debido a que en él residía el gobernante o tlatoani. 39 A este asentamiento lo designaron como "cabecera" y a los demás los llamaron "pueblos sujetos". En otros escritos hemos propuesto que la primera cabecera reconocida fue Tepatetipa, un asentamiento ubicado a unos 5km al norte de la actual villa de Metztitlán.40 El sitio donde se ubica Tepatetipa cumple con las características ambientales que hemos descrito: se encuentra asentado dentro de un pequeño valle intermontano de suaves pendientes con una altitud próxima a los 1500msnm, misma que favorece el acceso a entornos muy diversos (figura 7). Hacia arriba abundan bosques mixtos en donde destacan pinos, encinos y cedros, mientras que hacia abajo predominan asociaciones vegetales propias de climas cálidos y secos, a lo que se agrega la proximidad de un gran cuerpo lacustre. Esta posición les permitía encontrar, además de agua en abundancia, maderas variadas, piedra y otros materiales para construir, leña, plantas medicinales y comestibles, suelos agrícolas y cotos de caza y pesca.

Estas ventajas que para los habitantes prehispánicos eran evidentes, no lo eran para los españoles. Según el ideal urbano ibérico, era preferible una llanura cercana a un río donde pudieran concentrarse las actividades agrícolas y ganaderas a gran escala. De este modo, las autoridades coloniales tanto religiosas como civiles acordaron traspasar la cabecera, desde Tepatetipa, a lo que llegaría a ser la villa de Metztitlán. En el caso concreto de Metztitlán, nos encontramos ante un pueblo que, hacia 1540, posee al menos dos edificios arquitectónicos de calidad (La Comunidad y La Tercena) que constituyen el núcleo de un pueblo en el cual, más adelante, se habrá de practicar una o varias congregaciones. Dos son las razones principales para mudar el poder político de Tepatetipa a la villa de Metztitlán: ubicar la cabecera en un área próxima a la llanura lacustre donde se obtienen los productos agrícolas, y comunicarse de manera más directa con Atotonilco el Grande y la ciudad de México (figura 8). Recordemos que la refundación de los pueblos en zonas más llanas y con una traza geométrica, fue una constante que los españoles asociaron al acto civilizatorio al que se habían comprometido tras la conquista. 41

La pintura de Gabriel de Chávez retrata la visión europea y contribuye a redefinir la territorialidad de la provincia. Por un lado avala la nueva jerarquía en donde la Villa de Metztitlán es el núcleo urbano más importante y por ello le consagra la mitad del mapa con detalles de su entorno a escala local. Por el otro lado también reclama para la entidad, territorios que en tiempo prehispánico quedaban bajo dominio de la triple alianza. Para Gabriel de Chávez, Tepatetipa había perdido importancia política ante sus ojos y ni siquiera aparece en el mapa. La misma actitud selectiva –y probablemente involuntaria– de Gabriel de Chávez al escamotear la existencia de un importante pueblo de indios, parece revelarse en otros de los rasgos del mapa de 1579.

3.- Los silencios de la pintura de 1579.

Además de haber omitido toda mención respecto de Tepatetipa, Gabriel de Chávez produjo otros silencios en la elaboración de su pintura. Recordemos que cada pueblo percibe y representa el espacio de acuerdo a su propia cultura.42 En este último apartado analizaremos lo que el alcalde mayor no dijo en el mapa de la relación geográfica de Metztitlán. Para ello tomaremos en cuenta el texto que acompañaba a la pintura y que constituía con ella un mismo documento. Lo haremos de nuevo siguiendo las escalas local y regional.

Omisiones en la escala local

Chávez avala la importancia concedida a la Villa de Metztitlán en detrimento del resto de los asentamientos y en particular, del núcleo poblacional que había tenido mayor relevancia en el posclásico tardío: Tepatetipa. En esta escala hay otros tres asentamientos dibujados pero Chávez no escribió sus nombres sino exclusivamente el de la nueva cabecera: Metztitlán.

Nuestra propuesta, como hemos señalado, es que estos tres asentamientos sin glosa son Jihuico, San Juán y Amajatlán. Ahora bien, cabe preguntarse por qué eligió estos poblados para representarlos, así sea de manera muy tenue y sin glosa, cuando no eran los únicos existentes. Sobre la misma ribera se encontraba San Pedro Tlatemalco, una de las primeras construcciones conventuales edificadas en la zona pero cubierta en pocos años por material aluvial producto de las inundaciones. Es posible que el rápido abandono de la localidad por los agustinos y la mala ubicación –en zona de riesgo– hayan sido la causa para que el autor omitiera su representación en la pintura.

La respuesta a la pregunta de por qué Chávez representó a Jihuico, San Juan y Amajatlán puede inferirse en parte por la posición estratégica que estas tres localidades tuvieron. Las dos primeras se encuentran en la convergencia de la vega con los cauces de los arroyos San Agustín y San Juan respectivamente, mientras que Amajatlán goza de una posición privilegiada dominando el lago. Pudiera tratarse de puestos de observación para controlar el comercio de la zona. Si Chávez no escribió sus nombres fue para no restarle importancia a la villa de Metztitlán, único asentamiento de esta escala local provisto de glosa.

Sin embargo, en la ribera de enfrente había otras localidades. No sabemos por qué motivo el autor las omite pero pudiera deberse a su intención de representar sólo lo que sus ojos alcanzaban a observar. Dicho de otro modo, se trata posiblemente de un recurso pictográfico. Al momento de ser pintado el mapa y escrita la Relación, al menos los pueblos de Atzolcintla, Cualquixque, Jilotla y probablemente Miahuatlán y Chimalacatla ya existían y tendrían capillas levantadas por los agustinos a muy poca distancia de la vega en esta ladera poniente. 43

Además, otras omisiones se descubren en esta escala: nos referimos a los pueblos que se hallaban en zonas más elevadas y un tanto más distantes de la vega: Hualula, Tlaxco y Zoquizoquiapan. Ninguno de los poblados mencionados aparecen siquiera dibujados.44 La razón, según lo proponemos, es que estas localidades por encima de los 1500m/snm dejaron de tener importancia para las autoridades coloniales que, como señalamos, se concentraron en las actividades y los accesos de la vega.

A lo anterior debemos agregar otro pueblo que no fue representado: San Juan Amajaque. El alcalde mayor ni siquiera lo dibujó pero su posición queda plenamente identificada en la pintura. Se trata de la confluencia de los ríos Amajac y Almolón.45 Chávez dibuja este rasgo del paisaje pero no le da el significado que tendría en la pluma de un tlacuilo. Esta confluencia fue entendida en tiempo prehispánico como un amaxac (de ahí el nombre del pueblo), palabra que se deriva del sustantivo maxactli, que significa "entrepierna",46 es decir, es un punto femenino de fertilidad. 47

Respecto del paisaje en esta escala local, Gabriel de Chávez omitió la relevancia que para las comunidades indígenas tenían los pequeños valles intermontanos en los que la construcción y preservación de terrazas favorecía las actividades agrícolas. El interés de este alcalde estaba en señalar con suma claridad en su pintura la fertilidad de la vega, por lo que otras pequeñas tierras carecían de importancia. Adicionalmente es probable que muchas de esas tierras hayan quedado yermas debido a que la población disminuyó a lo largo del siglo XVI.

Omisiones en la escala regional

En esta escala regional, encontramos que el autor avala dos situaciones que fueron tomando forma a lo largo del siglo XVI: la primera es la pérdida de importancia que sufren poblaciones que en el posclásico tardío gozaron de gran relevancia y la otra son adjudicaciones territoriales a la provincia de asentamientos que no pertenecieron a la soberanía prehispánica.

Entre las poblaciones que perdieron importancia destaca en lo particular Malila, ya que este asentamiento fue probablemente el segundo en importancia dentro de la federación metzca. 48 Esto se concluye debido a la relevancia que le dan las fuentes coloniales tempranas y a la gran cantidad de sujetos que le asignan las mismas. 49 El estrecho y empinado valle donde se localiza no cumplía con el ideal urbano ibérico, por lo que desde la primera etapa de evangelización no fue reconocida su importancia. En consecuencia el primer convento del área representada en esta escala fue establecido en Molango, menos de 10 kilómetros hacia el norte. Ya en el mapa de 1579 se muestra muy desdibujado el trazo con que fue representado Malila y la glosa correspondiente es menor en sus caracteres con respecto a todas las demás.

En contraposición, algunas poblaciones localizadas en sitios más afines a las necesidades económicas y culturales de los españoles adquirieron mayor categoría, siendo el caso más relevante el de Lolotla,50 población a la que se le adjudicó toda la porción norte de lo que había sido territorio de Malila. Otro poblado que a partir del dominio español adquirió importancia fue Zacualtipan. Ninguna fuente conocida habla de su existencia durante la época prehispánica y su proximidad a yacimientos de obsidiana en constante disputa entre la federación metzca y la Triple Alianza, hacen difícil creer que se tratara de un asentamiento permanente. En el mapa se muestra con un trazo claro y con glosa, lo que indica la relevancia que para Chávez tenía entonces este pueblo serrano.

Respecto de las omisiones en la escala regional, la pintura muestra tres pueblos dibujados a los que el autor no acompañó de su respectivo topónimo. Como acabamos de mencionar, uno de ellos es Lolotla. En cuanto a la representación de este pueblo, debemos observar la coincidencia entre los rasgos del dibujo y el momento político que vive dicho pueblo. Recordemos que a principios de la década de 1570, Lolotla fue fundada por los españoles para tomar las responsabilidades administrativas que hasta entonces había desempeñado Malila. 51 En el dibujo, la localidad aparece apenas sugerida mediante trazos poco firmes cual si estuviera en proceso de construcción, como tal vez era el caso.52 El segundo de los pueblos sin glosa en esta escala está situado entre La Ermita y Chapulhuacan: se trata de Tepehuacán o quizá Tlahuiltepa; las características físicas de sus inmediaciones y su proximidad, no ayudan a esclarecer de cual de los dos se podría tratar. El tercero, pintado en medio del triángulo imaginario formado por Suchicoatlan (Xochicoatlan), Malila y Tzacualtipan (Zacualtipan) podría ser Tianguistengo, el cual tiene en la pintura una posición relativamente correcta respecto de sus vecinos en el terreno y la glosa faltante pudo obedecer al hecho de que Zacualtipan lo rebasó en importancia comercial a lo largo del siglo XVI.

Además de las omisiones mencionadas en esta escala, el autor avala límites que no corresponden a los que tenía la soberanía metzca antes de la conquista española. Por un lado incluye dentro del territorio de la provincia poblaciones que las fuentes no definen como miembros de la confederación o que los consideran expresamente como enemigos de Metztitlán. Entre estos se dibujan en la pintura, de norte a sur, Xilitla, Chapulhuacán, Huejutla, Chicontepec y Huayacocotla. Por otro lado Gabriel de Chávez deja fuera áreas que sin duda pertenecieron a la federación, entre ellas, algunos pueblos que ya mencionamos en la escala local: Atzolcintla, Chimalacatla, Miahuatlán, Cualquixque y Jilotla. A ellos se puede agregar toda la cuenca media del río Amajac (salvo las inmediaciones de San Juan Amajaque que sí quedan representadas), lo que comprende al menos las actuales tierras de los pueblos de Tlamaya, Huisticola, San Juan Tlatepexi, San Pedro Ayotoxtla, San Pablo Tetlapayac, Chalmita e Iztacapa.

Según nuestra propuesta, el paisaje de Metztitlán tiene como centro estructural el cerro del Escorpión. Recordemos que el territorio representado en la pintura de 1579 abarca superficies pertenecientes a dos grandes vertientes separadas por la Sierra Madre Oriental: la del Golfo y la Interior. Si bien es cierto que ninguna eminencia orográfica fue marcada con glosa por Gabriel de Chávez, no podemos dejar de mencionar la importancia que esta montaña tuvo para los pobladores originales en tanto que constituye la elevación más importante de la provincia, lo que lo hace rico en agua y otros mantenimientos. Su altitud (2650m/snm) produce que los vientos húmedos provenientes del Golfo se estacionen en sus inmediaciones en forma de densos nublados. En virtud de que los arroyos que proveen de agua a buena parte de la vertiente interior escurren desde El Escorpión, este cerro pudo haber sido investido de sacralidad. En suma, la existencia de este macizo montañoso favoreció el establecimiento de los dos altepeme fundamentales (Tepatetipa y Malila) que dieron origen a la federación de Metztitlán. Además, las diferencias altitudinales ofrecen mayor variabilidad en cuanto a vegetación y fauna se refiere, lo que se traduce en una gama de mantenimientos más amplia.

4. Conclusiones

Las pinturas que formaron parte de las respuestas al cuestionario llamado Instrucción y Memoria y que a su vez dio lugar al cuerpo de descripciones conocido como las Relaciones Geográficas del siglo XVI, han servido sobre todo para revelar información sobre la idea que los pueblos autóctonos tenían de sus propios territorios. Sin embargo, el mapa de la relación geográfica de Metztitlán es atípico en su género porque nos habla más de la visión que los españoles tuvieron sobre un espacio, al que reconocían como de tradición indígena, pero del que habían tomado posesión. Así, la mirada de su autor, el Alcalde Mayor Gabriel de Chávez, pasa por el filtro cultural de occidente y por tanto no percibe algunos de los aspectos del paisaje que eran importantes para los pueblos originarios. Aquí hemos mencionado algunos de los rasgos del paisaje que Chávez no pintó y que todavía ahora son visibles en trabajo de campo. Sintetizaremos a continuación los puntos más importantes de nuestro análisis:

1.- El mapa representa dos escalas distintas que se yuxtaponen en la pintura: la primera (pintada en la parte inferior del papel) es local y describe con cierto detalle las inmediaciones de la villa de Metztitlán. La segunda (en la parte superior) representa con menor precisión un área mucho más extensa que abarca hasta la provincia de Pánuco en la Huasteca.

2.-El mapa alterna rasgos del paisaje que son comprobables sobre el terreno, con otros que parecen más un recurso estético para unificar precisamente las dos escalas. Por ejemplo, mientras la loma de Metztitlán o el cerrito de Quimixtepec están pintados a detalle, los lomeríos que se extienden más al norte pierden su orientación y parecen llenar espacios del papel que el autor nunca había recorrido en el terreno, excepción hecha de aquellos en donde están las localidades que en efecto son más fieles a los parajes donde fueron construidos los pueblos.

3.- La escala local muestra la importancia y monumentalidad de la villa de Metztitlán, lugar sobre el que recayó la jerarquía de cabecera después de la llegada de los españoles en detrimento de otras localidades que pasaron a ser sujetos.

4.- La escala regional tuvo como principal objetivo señalar hasta dónde llegaba la jurisdicción de la cabecera asentada en la villa de Metztitlán. Al interior de la escala regional el autor guardó cierta proporción entre localidades, lo que hace de su trabajo una obra excepcional dentro del cuerpo de la Relaciones Geográficas. En los mapas conocidos no es frecuente observar un territorio tan vasto cuyos poblados guarden proporción en su distribución y en los que el relieve existente quede manifiesto en el papel.

5.- En las representaciones de ambas escalas hemos anotado topónimos y nombres de edificios que proponemos de manera hipotética para enriquecer la lectura del mapa. A lo largo del texto hemos argumentado cada una de las propuestas.

6.- Los silencios producidos por el alcalde mayor Gabriel de Chávez, nos permiten tener una idea un poco más clara de lo que fue el altepetl de Metztitlán y la estructura de su territorio confederado en tiempo prehispánico y colonial temprano. Las hipótesis aquí vertidas podrían reforzarse en etapas posteriores de investigación mediante nuevos recorridos de campo.

Agradecimientos

Este artículo es producto de una investigación más amplia financiada por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la UNAM (Papiit IN-303300). Queremos dar gracias a Ada Gómez González por el tratamiento de las imágenes y los cuadros y a Eva Saavedra Silva por el apoyo técnico en la investigación y las correcciones al manuscrito. Asimismo queremos con este texto recordar a Fray Andrés Lozano O.S.A., que en paz descanse.

5. Bibliografía

– Acuña, Rene (ed.) (1986), Relaciones geográficas del siglo XVI: México, UNAM, México, 1985-1986, vols. 6, 7 y 8.

– Arias, Salvador y Montes, Salvador, La reserva de la biosfera, en Ahumada, Alicia (coord.), Barranca de Metztitlán-Reserva de la biosfera. El Paso Energía/Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, México, 2002.

– Artigas, Juan, Metztitlán, Hidalgo. Arquitectura del siglo XVI, UNAM, México, 1996.

– Bender, Barbara, Landscape: politics and perspectives, Berg, Providence, 1995.

– Cantú, Sara, La vega de Metztitlán en el Estado de Hidalgo, Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, México, 1953, t.LXXV, núm.1-3.

– Chávez, Gabriel de, Relación de la provincia de Metztitlán [1579], en Acuña, René (ed.), Relaciones geográficas del siglo XVI, México, 1986, t.2, vol. 7.

– Córtes, Hernán, Cartas de Relación, Porrúa, México, 1970.

– Cosgrove, Denis (ed.), Mappings, Reaktion, Londres, 1999.

– Davies, Claude, Los señoríos independientes del Imperio Azteca, INAH, México, 1968.

– Escalante, Pablo, La iglesia sumergida. Hallazgos y nuevas ideas sobre las primeras edificaciones agustinas en la zona de Metztitlán, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, México, 1994, núm. 65.

– Fernández Christlieb, Federico y Garza Merodio, Gustavo, Civilización y urbanización: los <<pueblos de indios>> en la Nueva España del siglo XVI, en Cahiers Kubaba, Université de Paris I-Panthéon Sorbonne, France, 2005, vol.VIII.

– Fernández Christlieb, Federico, et. al., El altepetl de Metztitlán y su señorío colonial temprano, en Fernández Christlieb, Federico y García Zambrano, Ángel (coords.), Territorialidad y paisaje en el altépetl del siglo XVI, FCE, México, en prensa.

– García Calderón, José Luis, El lago de Metztitlán, en Armella, Miguel Ángel, Yánez, María de Lourdes y Sandoval, Esther (coords.), Metztitlán: lugar de la Luna y de las maravillas. UAM-Iztapalapa, México, 2003.

– García Castro, René, Indios, territorio y poder en la provincia matlatzinca. La negociación del espacio político de los pueblos otomianos, siglos XV-XVII, El Colegio Mexiquense-CIESAS- INAH, Zinacantepec, 1999.

– García Zambrano, Ángel, Zahuatlán el Nuevo, Zahuatlán el Viejo, en Fernández Christlieb, Federico y García Zambrano, Ángel (coords.), Territorialidad y paisaje en el altépetl del siglo XVI, FCE, México, en prensa.

– Gerhard, Peter, Geografía histórica de la Nueva España 1519-1821, UNAM, México, 1986.

– Grijalva, Juan de, Crónica de la Orden de N. P. S. Agustín en las Provincias de la Nueva España en cuatro edades desde el año de 1533 hasta 1592, Porrúa, México, 1985.

– Jiménez, Cecilia y Reyes, Jerónimo, Las cactáceas de la barranca de Metztitlán, en Armella, Miguel Angel, Yánez, Ma. de Lourdes y Sandoval, Esther (coords.), Metztitlán: lugar de la luna y de las maravillas, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México, 2003.

– Kagan, Richard, Imágenes Urbanas del mundo hispánico 1493-1780, Ediciones El Viso, Madrid, 1998.

– Lameiras Olvera, José, Metztitlan: Notas para su Etnohistoria, Tesis de Maestría en Etnohistoria, ENAH, México, 1969.

– Laxton, Paul (ed.), The new nature of maps, John Hopkins University, Baltimore, 2001.

– Lockhart, James, Los nahuas después de la conquista. Historia social de la población indígena del México central, siglos XVI-XVIII, Fondo de Cultura Económica, México, 1999.

– Lorenzo Monterrubio, Carmen, Arte rupestre en el Estado de Hidalgo, Arqueología Mexicana- Editorial Raíces, INAH, México, 1999, vol. VI, núm. 36.

– Lugo, José, et al, Deslizamiento de tierras activo en Metztitlán, Hgo, Geofísica Internacional, México, 1993, vol. 32, núm. 1.

– Lugo, José, et al, Landslide in Metztitlán (State of Hidalgo), Mexico-causes and effects-, Annals of Geomorphology, Berlín, 1996), Suppl.-Bd.103.

– Mc Andrew, John, The open-air churches of sixteenth-century Mexico. Atrios, Posas, Open Chapels, and other studies, Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, 1965.

– Molina, Fray Alonso de, Vocabulario en lengua castellana y mexicana y mexicana y castellana, Porrúa, México, 2001.

– Mundy, Barbara, The mapping of New Spain. Indigenous cartography and the Maps of the Relaciones Geográficas, The University of Chicago Press, Chicago, 1996.

– Osborn, Wayne Smith, A community study of Metztitlan, New Spain 1520-1810, Ph.D. Thesis, University of Iowa, 1970.

– Paso y Troncoso, Francisco del, Papeles de Nueva España, Segunda Serie: Geografía y Estadística, Sucesores de Rivadeneyra, Madrid, 1905, t. I y III.

– Piper, Karen, Cartographic Fictions: map, race and identity, Rutgers University, New Brunswick, 2002.

– Reyes García, Cayetano, El altépetl, origen y desarrollo: construcción de la identidad regional náuatl, El Colegio de Michoacán, Zamora, 2000.

– Robertson, Donald, "The pinturas (maps) of the Relaciones Geográficas, with a catalog", Handbook of Middle American Indians, vol.12, University of Texas, 1972, pp.243-278.

– Rubial García, Antonio, El convento agustino y la sociedad novohispana 1533-1630, UNAM, México, 1989.

– Siméon, Rémi, Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana. Siglo XXI, México, 1999.

– Soustelle, Jacques, La familia otomí-pame del México central, Fondo de Cultura Económica, México, 1993.

– Toussaint, Manuel (introducción) y Fernández, Justino (recopilador), Catalogo de construcciones religiosas del Estado de Hidalgo, Talleres Gráficos de la Nación, SHCP, México, 1940, vol.I.

– Victoria, José Guadalupe, Arte y Arquitectura en la Sierra Alta, siglo XVI, UNAM, México, 1985.

Figuras

1.- Pintura completa de la Relación geográfica de Metztitlán, 1579. Acuña, Relación, 1986, p.70.

2.- Escala local: Mapa de la villa y la vega de Metztitlán; detalle de la pintura de 1579. Acuña, Relación, 1986, p.70. Edición de la imagen Ada Gómez.

3.- Mapa actual del área representada en la escala local de la pintura. Edición de la imagen Ada Gómez por medio del programa de INEGI: Carta topográfica. México-Sur, imagen digital serie I. Escala 1:250,000.

4.- Pinturas rupestres de San Juan Metztitlán. Foto:Federico Fernández.

5.- Escala regional: Mapa de la provincia de Metztitlán: detalle de la pintura de 1579. Acuña, Relación, 1986, p.70. Edición de la imagen Ada Gómez.

6.- Mapa actual del área representada en la pintura de 1579. Edición de la imagen Celia López y Ada Gómez por medio del programa de INEGI: Carta topográfica. México-Sur, imagen digital serie I. Escala 1:250,000.

7.- Fotografía de Tepatetipa y de su entorno vista desde el oriente; a la derecha se distingue la salida a la Vega de Metztitlán. Foto: Federico Fernández.

8.- Fotografía de la villa y la vega de Metztitlán vista desde el norte. Foto: Gabriela Wiener.

6. Notas

  1. Acuña, Relaciones, 1986, v.7, pp.15-21.
  2. Mundy, The Mapping, 1996, p.XIX-XX; Robertson, Handbook, 1972. No obstante, el mapa del que aquí nos ocupamos es excepcional pues no representa dicha óptica indígena. Tras una consulta del conjunto de las pinturas, hallamos que muy pocas tienen clara factura europea. Por ejemplo, de los tres tomos confeccionados por René Acuña referentes al Arzobispado de México y, descontando las 16 Relaciones cuya pintura se desconoce, 15 tienen claros rasgos indígenas y sólo 3 son de manufactura europea (Acuña, Relaciones, 1985 y 1986).
  3. La ortografía utilizada para la toponimia es la actual.
  4. Chávez, Relación, 1986, p.57.
  5. El mapa de la University of Texas at Austin, está marcado con el número de catálogo 1285. Alguna vez la pintura obró en poder del célebre historiador Don Joaquín García Icazbalceta. Una copia del original fue realizada en 1857 y está depositada en la Mapoteca Manuel Orozco y Berra, en Tacubaya, D.F. El número de control de esta última es el 975.
  6. Kagan, Imágenes, 1998, pp. 18-22; Mundy, The Mapping, 1996, p.41.
  7. Acuña, Relaciones, 1986, v.7, p.52.
  8. En el segundo apartado de este texto hablaremos de las implicaciones de este término náhuatl. Por el momento basta decir que se trata de la forma de organización territorial y política que dominó en Mesoamérica antes de la conquista y todavía después de ella. Desde el punto de vista geográfico, muchos de los altepeme (plural) adquirieron la forma urbana de "pueblos" y la categoría política de "repúblicas de indios".
  9. El término Tlacuilo (plural Tlacuiloque), significa en lengua náhuatl "escribano o pintor"; Molina, Vocabulario, 2000, p.120.
  10. Harley ha estudiado la noción de "silencios" en los mapas, afirmando que es una noción central para cualquier argumento sobre la influencia de mensajes políticos escondidos; Andrews, en Laxton, P, ed., The new nature, 2001, pp.13-14. Harley asevera que los mapas –como ejemplos literarios de la palabra hablada- ejercen una influencia social a través de sus omisiones, como de los elementos que describen y enfatizan; ver Laxton, The new nature, 2001, pp.66-67. Karen Piper señala que la historia de la cartografía ha sido paralelamente una historia de codificación del enemigo, haciendo un "ellos" y un "nosotros" que pueden ser definidos claramente. Ha sido, sobretodo, una historia de "empujarlos" fuera del territorio que es considerado nuestro –negando su existencia, borrando sus mapas-; ver: Piper, Cartographic,2002, p.x.
  11. "Provincia" es un término espacial vago muy utilizado en el siglo XVI. En este texto lo emplearemos para hablar del territorio que quedó bajo soberanía de Metztitlán entre mediados del siglo XVI y principios del XVII.
  12. Cantú, La vega, 1953; Vázquez, El Señorío, 2001.
  13. Mundy, The Mapping, 1996, p.44. Por otra parte, el término "chichimeca" era utilizado por los españoles del siglo XVI para definir genéricamente a los distintos grupos que habitaban por el norte la Mesoamérica marginal; en Metztitlán , se sabe concretamente que se trataba de gente de origen pame; ver: Soustelle, La familia, 1993.
  14. El geógrafo Denis Cosgrove apunta que "el hacer un mapa es un proceso que involucra tanto una ‘compleja arquitectura de signos’ (elementos gráficos con formas internas y lógica capaz de desconexión de cualquier referente geográfico) como una ‘arquitectura visual’ a través de la cual los mundos que se construyen son seleccionados, traducidos, organizados y configurados…"; ver: Cosgrove, Mappings, 1999, p.3. En el caso que nos ocupa, el autor del mapa trata de reflejar la realidad que percibe a través de convenciones semióticas: por un lado los cerros mismos, aunque algunos de ellos no existieran en el paisaje y, los núcleos urbanos en cuyo centro destaca generalmente una iglesia o casa principal.
  15. Lugo et al., Deslizamiento, 1993, p.153; Lugo et al., Landslide, 1996, p.103.
  16. Arias y Montes, La reserva, 2002; Jiménez y Reyes, Las cactáceas, 2003.
  17. Davies, Los señoríos, 1968.
  18. Chávez, Relación, 1986, pp. 69-70.
  19. Kagan, Imágenes, 1998, p.18; Mayer, Poblaciones, 1988, pp. 14-20.
  20. Cabe detenerse a explicar que esta forma de proceder en la construcción de un mapa, en Europa es típica de la época y puede ser clasificada como corográfica. Lucia Nuti, cita el método seguido por Cristoforo Sorte al describir la corografía del distrito en los alrededores de Verona: "Orienté la corografía hacia los vientos privilegiados. Lo tracé en plano, con sus verdaderas medidas y distancias, pero los edificios –eso es las ciudades, castillos y pueblos con las montañas y las colinas- las tracé elevadas, el norte hacia arriba. El sur hacia abajo y el este y el oeste hacia los costados laterales; pensé que esto era necesario para permitir a la gente conocer los sitios, ya que, cuando es puesto así, uno puede ver todos los ríos, las ciudades, los castillos y los pueblos a través de los valles entre las montañas…"; ver: Cosgrove, Mappings, 1999, p. 93. Entre los mapas de las Relaciones Geográficas del Siglo XVI no hay otro que sea tan eminentemente corográfico; ver: Mundy, The Mapping, 1996, p.38.
  21. Artigas, Metztitlán, 1996, pp.67-73; Escalante, La iglesia, 1994; Cantú, La vega, 1953, p.183.
  22. "El papel del mapa como forma de proclamación social es reforzado por las formas de clasificación y modos de representación –los llamados signos cartográficos o convencionales- los cuales han sido adaptados a los elementos del paisaje. Ha sido por largo tiempo una de las reglas de los hacedores de mapas el que los signos para las ciudades y pueblos –ya diseñados de manera icónica o abstracta- son mostrados en proporción a los lugares correspondientes. Aún así, la jerarquía visual de los signos en los mapas modernos tempranos son con frecuencia una replica de estratificaciones legales, feudales y eclesiásticas". Laxton, The new nature, 2001, p.69.
  23. Chávez, Relación, 1986, p.59; Gerhard, Geografía, 1986, p.191.
  24. Según la raíz quimich del topónimo, el cerro está relacionado con ratones o murciélagos (Molina, Vocabulario, 2000:90; Siméon, Diccionario, 1999, p. 431.
  25. Lorenzo Monterrubio, Arte, 1999, pp.60-65.
  26. Chávez, Relación, 1986, p.69; Cantú, La vega, 1953, pp.164-174; García Calderón, El lago, 2003, p.32.
  27. Chávez, Relación, 1986, p.70.
  28. McAndrew, The open-air, 1965; Gerhard, Geografía, 1986; Cantú, La vega, 1953 y García Calderón, El lago, 2003.
  29. Acuña, Relación, 1986, p.53.
  30. A pesar de los señalamientos de algunos autores en sentido contrario, hemos identificado a Xilitla como aquel que se halla en San Luis Potosí por su posición relativa respecto de los demás puntos y por su ubicación en la parte septentrional de la provincia; otro Xilitla, objeto de confusión, se halla sobre la cuenca del Amajac, muy cercano al lago de Metztitlán.
  31. Chávez, Relación, 1986, p.70.
  32. El vocablo altepetl pertenece a la lengua náhuatl, pero el término tiene su equivalente en otras lenguas de origen mesoamericano. Como ejemplos tenemos: el mixteco (yucunduta, "montaña-agua"), el otomí (an dehe nttoehe, "agua-cerro"), el totonaco (chuchu tsipi, "agua-cerro"), el huaxteco (tsabaal, "suelo, tierra"), el mixe-zoque (nass, "tierra o suelo"). Fernández Christlieb y García Zambrano, Territorialidad, en prensa).
  33. García Castro, Indios, 1999; Lockhart, Los nahuas, 1999; Reyes García, El altepetl, 2000.
  34. Davies, Los señoríos, 1968; Osborn, A community, 1970, Lameiras, Metztitlán, 1969.
  35. Cortés, Cartas, 1970, p. 178
  36. Gerhard, Geografía, 1986, p. 189
  37. Grijalva, Crónica, 1985; Victoria, Arte, 1985; Rubial García, El convento, 1989.
  38. Chávez, Relación, 1986, p. 57.
  39. Molina, Vocabulario, 2001, p.140; Siméon, Diccionario, 1999, p.674.
  40. La discusión sobre la importancia de Tepatetipa, la selección del sitio para ser morado y otras consideraciones respecto del altepetl de Metztitlán, han sido desarrolladas en un trabajo paralelo de próxima publicación: Fernández Christlieb et al., El altepetl.
  41. Fernández Christlieb y Garza Merodio, Civilización, 2005.
  42. Bender, Politics, 1995, p.1.
  43. Osborn, A Community, 1970; Paso y Troncoso, Papeles, 1905; Toussaint y Fernández, Catálogo, 1940, p.481; Artigas, Metztitlán, 1996, pp.132-135.
  44. Artigas, Metztitlán, 1996; McAndrew, The open-air, 1965.
  45. Toussaint y Fernández, Catálogo, 1940.
  46. Siméon, Diccionario, 1999, p.266.
  47. García Zambrano, Zahuatlán, en prensa.
  48. Fernández Christlieb et al. El altepetl, en prensa.
  49. Paso y Troncoso, Papeles, tomo III, 1905.
  50. Ibid., p.123.
  51. Paso y Troncoso, Papeles, 1905, t.III, p.123.
  52. Gerhard, Geografía, 1986, p.192.

7. Datos curriculares autores

Federico Fernández Christlieb nació en la ciudad de México en 1962. Estudió la licenciatura en Geografía y la Maestría en Historia de México en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Fue becario del Reino de Bélgica para realizar estudios en el Institut Supérieur d’Architecture La-Cambre de Bruselas y del programa Erasmus de la Unión Europea para estudiar en el University College de Londres. Obtuvo la maestría y el doctorado en Geografía y ordenamiento territorial por la Universidad de Paris IV-Sorbonne. Actualmente es profesor de las facultades de Filosofía y Letras y de Arquitectura así como investigador titular del Instituto de Geografía de la UNAM y del Sistema Nacional de Investigadores. Sus líneas de investigación son la Geografía Cultural y la Geografía Histórica de México entre los siglos XVI y XIX.

Gustavo Garza Merodio nació en la ciudad de México en 1963. Estudió la licenciatura en Geografía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Fue becario de CONACYT para estudiar el doctorado en Geografía e Historia de la Universitat de Barcelona. Actualmente es investigador asociado del Instituto de Geografía-UNAM y profesor del programa de posgrado en Geografía de la UNAM. Sus líneas de investigación son Geografía Histórica, Historia Ambiental, Climatología Histórica y Geografía Cultural.

Gustavo Garza Merodio –

Departamento de Geografía Social, Instituto de Geografía – UNAM. Circuito Exterior, s.n., Ciudad Universitaria, México 04510, D.F. Teléfonos: 56 22 43 60, 56 22 43 30 Fax: 56 16 21 45.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente