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Competencias tutorales. Una propuesta de formación en el maestro tutor del PNFE de Misión Sucre

Enviado por Eudis A Mindiola G


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

El presente artículo recoge un conjunto de ideas resultantes de una investigación desarrollada desde la fundación de la misión Sucre en Venezuela, relacionadas con la formación del maestro tutor para que pueda enfrentar con éxito, los retos impuestos por la imperiosa necesidad de formar educadores de calidad, ante el reconocimiento de la educación como derecho universal de la sociedad venezolana; se trata de la formación de las competencias profesionales que distinguen al maestro tutor como figura del PNFE, que acompaña y asesora en el orden didáctico, educativo y formativo integral al educador en formación. Se propone una comprensión teórico metodológica de la labor de tutoría y se explican las competencias que al modo de ver de la autora, debe poseer este maestro para el desarrollo de su labor profesional; se proponen aquellas competencias tutorales (la académica, la didáctica, la orientadora y la investigativa) que deben ser consideradas en el desempeño del rol de tutor y la definición de sus particularidades pedagógicas.

Palabras claves: Formación docente; labor de tutoría, competencias tutorales, maestro tutor, formación de educadores

Title: Tutor competencies. A proposal for de tutor teacher formation in the Teacher Training National Program Mission Sucre

Abstrac:

The present articles underlines a set of ideas related whit the investigation going on since the foundation of Mission Sucre in Venezuela. Consequently, it relates whit the formation of the tutor teachers, so that they could face challenges that this process implies. It means that formation of tutor competencies would imply bettering up quality of this process. Thus is proposed a new theoric methodological comprehension of the tutor teacher"s formation. Competencies are explained under the author`s view in respect to the of professional scope. In this sense, we speak of academic, didactic, orientation and scientific.

Key works: teachers formation, tutor competencies, tutor teachers

Introducción

La utilización del término competencia deviene polémica entre los especialistas ya que está asociado a diversas concepciones.

Esta nueva figura de la formación docente en el contexto de la municipalización, implica la necesidad de promover nuevas formas de ejecución, y de determinar los valores y conocimientos que vendrían a formar parte de las competencias profesionales del maestro tutor para desarrollar su labor tutorial, pues el maestro no ha sido formado para cumplir esta labor de tutoría y acompañamiento pedagógico profesional, por ello resulta válido la concepción y organización de un proceso de formación del maestro tutor a través del cual este devenga un profesional competente para desempeñarse con calidad en el marco del proceso de vinculación en el PNFE, de ahí la pertinencia de precisar sus competencias tutorales.

Desarrollo

Desde el punto de vista etimológico, se encuentra el origen del término competencia en el verbo latino "competere", ir al encuentro una cosa de otra, encontrarse, para pasar también a acepciones como responder, estar en buen estado, ser suficiente.

Este término, introducido por el lingüista norteamericano Chomsky, N (1969), produjo una renovación profunda ya que incorpora un cambio en el enfoque de la lengua: el concepto de competencia como la capacidad para el desempeño y para la interpretación (Roca, A, 2001).

El término fue objeto de atención, primero, en la gestión de recursos humanos como respuesta a la formación laboral y a la selección de personal (Gallego, M, 2000, citado por Ortíz, E 2007).

La competencia como atribución profesional, está ligada a la figura profesional (tareas y funciones) que engloba el conjunto de realizaciones, resultados, líneas de actuación y consecuciones que se demandan del titular de una profesión u ocupación determinada. La competencia se refiere a las funciones, tareas y roles de un profesional, incumbencia, para desarrollar adecuadamente, idóneamente su puesto de trabajo, suficiencia, que son resultado y objeto de un proceso de cualificación, referido básicamente a la formación necesaria para obtener la competencia profesional deseada.

En la década de los años noventa, el término competencia adquirió preponderancia en la educación asociado a los valores, a las capacidades, a las habilidades y destrezas. Por ejemplo, la investigadora Buxarrais, R, (1999), se refiere a que para un buen desarrollo moral y de aprendizaje de valores, son necesarias una serie de competencias psicosociales: lingüísticas, cognitivas, comunicativas y sociomorales. (Ortíz, E 2007).

Bogoya, D, (1999), aborda la competencia como capacidad definiéndola como "Una potencialidad o una capacidad para poner en escena una situación problemática y resolverla, para explicar su solución y para controlar y posicionarse en esta"

Esta concepción la relaciona con la solución de problemas. A la profesión pedagógica también le son inherentes problemas propios de su objeto, que se manifiestan en el contexto de actuación profesional, constituyéndose en un reto, un desafío para este profesional, que pondrá a prueba y desarrollará en su desempeño su creatividad y potencialidades personales en la solución de los problemas.

Bar, G, (1999), señala una concepción interesante de las competencias dada la visión integral que brinda, aunque las entiende como capacidades. Plantea que se utilizan para referir la capacidad de "hacer con saber" y con conciencia acerca de las consecuencias de ese hacer. Esta autora plantea que toda competencia involucra al mismo tiempo conocimientos, modos de hacer, valores y responsabilidades por los resultados de lo que se hace. En su opinión acerca de las competencias, emerge la relación entre los componentes del contenido de la formación profesional, lo que denota una visión integral, concepción que no es común en una buena parte de las definiciones y concepciones respecto a las competencias.

L.S Vigotsky, (1968), introduce un concepto de gran valor teórico, metodológico y práctico para la comprensión de las competencias y de la dirección de su desarrollo: el de "Zona de Desarrollo Próximo", definiéndola como " la distancia entre el nivel real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz"

La enseñanza, por tanto, no debe estar orientada hacia lo logrado en el desarrollo, debe orientarse a las funciones que están en proceso de maduración, esto permitirá un buen aprendizaje, una enseñanza desarrolladora.

"Existe una unidad y no identidad entre enseñanza como transmisión dirigida y organizada del conocimiento acumulado por otras generaciones y el desarrollo como automovimiento que genera lo nuevo. Para que se produzca el desarrollo, la enseñanza debe atender al nivel de desarrollo alcanzado previamente. De esta manera, la enseñanza puede estimular de diversas formas las potencialidades de los aprendices, considerando sus características personales.

El término competencia constituye también un concepto integrador porque unifica en un solo término los elementos ejecutivos e inductivos de la autorregulación de la personalidad dentro del proceso docente-educativo. (Ortíz, E 2007).

Desde el punto de vista psicológico la competencia profesional es "una configuración psicológica que integra componentes cognitivos, metacognitivos, motivacionales y cualidades de personalidad en estrecha unidad funcional, autorregulando el desempeño real y eficiente del individuo en una esfera específica de la actividad humana, en correspondencia con el modelo de desempeño deseable socialmente construido en cada contexto histórico concreto".

Según González, F, 1985, la configuración es un sistema dinámico que expresa un sentido psicológico particular y simultáneamente, aparece como extendida y articulada con otras configuraciones que entran en otro sistema de sentidos de la personalidad. Toda configuración subjetiva responde tanto a determinantes intrapsíquicos, que expresan la integración y desintegración permanente de configuraciones más amplias, más relevantes, como a la actividad del sujeto, interactiva, pensante.

En las competencias se integran las motivaciones del maestro, su base cognitiva, tanto conceptual como instrumental, los procesos metacognitivos que le permiten reflexionar y autorregular su desempeño y cualidades de personalidad que están en estrecha relación con las cualidades que plantea el modelo general del profesional de la educación.

El estudio de la actividad profesional del maestro tutor presentada en el PNFE es fuente esencial para elaborar el modelo de formación de sus competencias. Su esencia consiste en el estudio de la actividad pedagógica que realizará el maestro tutor en su esfera de acción. La actividad que el maestro tutor realiza en la escuela se presenta como fuente de información que proporciona criterios para analizar el problema desde el punto de vista del individuo y de su actividad profesional. Entre los parámetros que reflejan las características del individuo están las habilidades, los conocimientos, las cualidades de personalidad y la dirección de la orientación de la concepción científica del mundo. Entre los parámetros de la actividad, se encuentran los problemas o tareas que debe resolver el egresado, los tipos de actividad pedagógica y las funciones. (Labarrere, G, 1987).

En el mundo impera una tendencia en la formación profesional: la formación por competencias profesionales. Venezuela, no está ajena a los cambios que en las diversas esferas de la vida, se producen en el mundo. La competencia profesional, para Parra, I, 2002, se refiere a la capacidad de una persona para utilizar sus conocimientos, habilidades y comportamientos, para ejercer una función, un oficio o una profesión según las exigencias definidas y reconocidas por el mercado de trabajo.

El profesional de la educación competente, suele asociarse a la etapa de la postgraduación, en la que se supone hay niveles superiores de dominio del contenido, métodos, técnicas, formas de organizar el proceso de enseñanza aprendizaje dada la experiencia que se ha sistematizado. Desde la formación inicial o de pregrado se comienzan a desarrollar modos de actuación, maneras de proceder, de obrar, desempeños, según la terminología que convencionalmente se utilice, que sean competentes, que se distingan por su calidad.

Las competencias profesionales constituyen un conjunto de conocimientos, destrezas, y aptitudes necesarias para ejercer una profesión, resolver problemas profesionales de forma autónoma y flexible y ser capaz de colaborar en el entorno profesional y en la organización del trabajo. (Bunk, citado por Coll, C, 1987).

Cada competencia es el producto de una combinación de recursos. Para construir sus competencias, el profesional utiliza un doble equipamiento: equipamiento incorporado a su persona, saberes, saber hacer, cualidades, experiencia y el equipamiento de su experiencia, medios, red relacional, red de información. Las competencias producidas con sus recursos encarnan actividades, conductas profesionales adaptadas a contextos singulares. La competencia resulta de un saber actuar, pero para que ella se construya es necesario poder y querer actuar (Le Boterf, citado por Coll, C, 1996).

La autora es del criterio de que la competencia profesional no resulta de una sumatoria mecánica de conocimientos, habilidades, actitudes y valores. No se trata simplemente de una combinación de los componentes del contenido, esta postura resulta insuficiente desde el enfoque sistémico.

Es imprescindible además, el vínculo con la personalidad en proceso de formación profesional, por lo que su concepción sistémica resulta de la relación entre ambos aspectos: la personalidad y el contenido de la formación profesional.

Las competencias profesionales son definidas por Ortíz, E (2007), como aquellas cualidades de personalidad que permiten la autorregulación de la conducta del sujeto a partir de la integración de los conocimientos científicos, las habilidades y las capacidades vinculadas con el ejercicio de una profesión, así como de los motivos, sentimientos, necesidades y valores asociados a ella que permiten, facilitan y promueven un desempeño profesional eficaz y eficiente dentro de un contexto social determinado. Expresan un enfoque holístico de la personalidad en la unidad de lo cognitivo, lo afectivo y lo conductual.

Roca, A, (2001), señala un criterio interesante cuando plantea que en un educador competente, el conocimiento adquirido se aplica a su práctica pedagógica, la cual es heterogénea y diversa, de modo que la competencia se sistematiza en su autovaloración continua para realizar la actividad profesional, resolver un problema, realizar un proyecto. Esto no implica homogeneidad, sino su aplicación flexible según la situación concreta en que se desarrolle.

En el caso particular de la profesión pedagógica, se asume que las competencias del profesional de la educación "son las competencias que permiten solucionar los problemas inherentes al proceso pedagógico en general y al proceso de enseñanza aprendizaje en particular en el contexto de la comunidad educativa escolar y en correspondencia con el modelo del profesional de la educación, con el propósito de promover el desarrollo integral de la personalidad de los/las estudiantes".

En la formación permanente del maestro tutor este desarrolla las competencias profesionales en un proceso que va transitando de ejecuciones más inacabadas, desestructuradas, inestables, variables, dispersas, dependientes, estandarizadas, a ejecuciones más estructuradas, estables, diversificadas e independientes en las que aumenta su implicación en el proceso y sus resultados. Sin dudas, para ello hay que preparar al estudiante.

El desarrollo de las competencias es un proceso gradual en el que se alcanzan niveles o estadios en este período de la formación, que continúan desarrollándose en la práctica del ejercicio de la profesión y con la superación continua y permanente del profesional.

En la actividad que el maestro tutor realiza, se manifiestan los conocimientos, las habilidades desarrolladas, la forma en que puede utilizarlos. Ello demuestra el grado de interrelación existente entre los conocimientos y las acciones, habilidades que se adquieren como parte del proceso de asimilación. No es posible hablar de una buena apropiación, si el individuo no puede realizar aquellas acciones en las cuales este se requiere (Rico, P, 2004).

Para que esto tenga lugar, es necesario que se propicie el desarrollo de las competencias profesionales, que el maestro tutor en formación inicial movilice recursos personales: motivacionales, cognitivos, metacognitivos y cualidades de personalidad. Ello presupone una dirección del proceso de enseñanza aprendizaje que propicie el análisis, la reflexión, la generalización, el poder orientarse de forma anticipada en la actividad, poder controlar y regular sus resultados, aspectos estos que caracterizan a una enseñanza desarrolladora. Los procesos metacognitivos cobran un relevante papel en el desarrollo de las competencias profesionales.

La escuela venezolana actual requiere de un maestro tutor competente, de un profesional bien preparado. Los estudiantes del PNFE se incorporan tempranamente a las tareas de la escuela desde su vinculación profesional, cada vez con mayores responsabilidades. Esta realidad refuerza la necesidad de que la formación permanente del maestro tutor propicie el desarrollo de las competencias profesionales para desarrollar esta labor. Ello exige transformaciones en el proceso de enseñanza aprendizaje que implican en primer orden al maestro tutor y a su actuación profesional, al PNFE, que rectora todo el proceso formativo donde es necesario la actualización y desarrollo de las competencias profesionales.

El desarrollo de las competencias tutorales en la formación profesional continua del maestro tutor requiere que se vayan complejizando las situaciones profesionales y que se propicie el tránsito de la dependencia a la independencia, de la regulación externa a la autorregulación, así como la dosificación de la ayuda que se brinde en este contexto formativo permanente.

A continuación se exponen algunas ideas que, desde el enfoque histórico cultural, permiten explicitar y comprender el papel que tienen la educación y la enseñanza en la dirección del desarrollo de las competencias turorales en el marco de la formación profesional continua del maestro tutor. De ellas se infiere el papel que deben desempeñar el maestro tutor en la dirección del desarrollo de las mismas:

  • El enfoque histórico cultural explica el papel de motor impulsor de la educación en el desarrollo del ser humano, lo que es transferible a la formación profesional continua del maestro tutor y revela la importante labor de los profesores asesores para promover el desarrollo de los docentes en formación

  • La apropiación de la cultura elaborada por las generaciones precedentes constituye una premisa básica en la formación profesional continua del maestro tutor. El maestro tutor elabora y reelabora la cultura de manera creadora, activa y en íntima relación con su entorno social, familiar y profesional, haciendo suya la cultura de la sociedad en que vive y los mecanismos mediante los cuales se desarrolla.

  • El papel de la actividad en la transformación del maestro tutor y del contexto de actuación profesional. Es en la actividad y la comunicación donde se produce el desarrollo y la interacción con los objetos, mediatizada por las relaciones con otras personas en estrechos nexos con la autotransformación.

  • El aprendizaje profesional como proceso de construcción y reconstrucción consciente del contenido en función de las condiciones y de la actividad del maestro tutor, donde se desarrolla, se transforma y se manifiesta una unidad entre educación e instrucción. Ello presupone que el proceso de apropiación en la formación profesional continua se vincula tanto al plano cognitivo como afectivo.

  • El desarrollo de las competencias tutorales se orienta al mejoramiento humano y profesional, para lo que se requiere de un enfoque procesal e integral del diagnóstico para que se perfeccionen de modo continuo. El maestro tutor en formación profesional continua debe configurar un sentido de mejoramiento permanente de su desempeño profesional.

  • La caracterización del estado real y potencial de desarrollo del maestro tutor a partir del análisis de su desempeño, permite valorar las posibilidades para enfrentar la búsqueda de elementos, relaciones y sentido para su formación profesional Entre los estudios realizados en Latinoamérica se destacan los desarrollados en Cuba sobre las competencias del profesional de la educación, están los de Fernández, A.M, (1999), quien estudia la competencia para la comunicación educativa definiéndola como: "La presencia de una orientación psicológica favorable a la relación humana y el dominio de un saber científico, de habilidades, procedimientos y técnicas que facilitan la eficiencia en el proceso de comunicación interpersonal". A su vez entendemos esta eficiencia como un claro intercambio de mensajes y la aceptación de una influencia recíproca con un mínimo empleo de tiempo y esfuerzo cognitivo, bajo condiciones vivenciales positivas y la evidencia de un contacto personalizado que contribuya significativamente al mejoramiento humano, con un carácter estable en el tiempo"

Un maestro tutor desempeña una actividad formativa en torno al estudiante del PNFE, que es denominada labor de tutoría.

Comprendemos la labor de tutoría como una actividad pedagógica profesional cuya finalidad es la orientación del docente en formación con el propósito de ofrecerle las herramientas teóricas, metodológicas y prácticas que le permitan una adecuada dirección del proceso de formación integral de sus educandos, al tiempo que desarrollan su propia subjetividad.

Esta labor de tutoría se caracteriza por:

  • Ser un proceso que atiende al apoyo profesional y personal

  • Propiciar situaciones de aprendizaje desde la perspectiva de la práctica escolar.

  • Tener un sustento práctico– metodológico

  • Tener un carácter activo, vivencial e interactivo

  • Utilizar la reflexión pedagógica como vía de mejoramiento y enriquecimiento intelectual, profesional y personal.

  • Su contribución al desarrollo de la autoestima, la identidad, los valores y la cultura profesional tanto del maestro tutor como del docente en formación.

Esta nueva figura de la formación docente en el contexto de la municipalización, implica la necesidad de promover nuevas formas de ejecución, y de determinar los valores y conocimientos que vendrían a formar parte de las competencias profesionales del maestro tutor para desarrollar su labor tutorial, pues el maestro no ha sido formado para cumplir esta labor de tutoría y acompañamiento pedagógico profesional, por ello resulta válido la concepción y organización de un proceso de formación del maestro tutor a través del cual este devenga un profesional competente para desempeñarse con calidad en el marco del proceso de vinculación en el PNFE, de ahí la pertinencia de precisar sus competencias tutorales

Las competencias tutorales se conciben en esta investigación como aquellas competencias específicas de la labor tutoral del maestro tutor en el proceso de formación profesional del docente, se define como el sistema de conocimientos, habilidades y valores que expresa la posibilidad del maestro – tutor para ofrecer un proceso de orientación oportuna, eficaz y desarrolladora al docente en formación del PNFE, al estructurar situaciones de aprendizaje profesional, desde la dinámica de la práctica educativa que tiene lugar en el ambiente natural de la aldea universitaria.

Las competencias tutorales se expresan en:

  • Promover una relación dialéctica esencial entre orientación profesional y orientación psicopedagógica.

  • Facilitar la investigación acción

  • Estimular la motivación profesional junto a motivos de carácter personal (autovaloración, autoestima, autoafirmación, confianza básica, necesidad de realización personal)

  • Propiciar la apropiación por parte del estudiante de métodos didácticos, educativos, estilos de comunicación entre otros aspectos profesionales.

  • El ejercicio sistemático de la reflexión en la acción y de la acción reflexiva en torno a la práctica educativa tutoral.

  • El desarrollo de actividades originales, flexibles y elaborativas en la solución de los nuevos problemas que se presentan en el ejercicio de la profesión y en la labor de tutoría.

Se considera entonces, que el maestro tutor debe poseer un sistema de competencias tutorales que incluya, las siguientes: competencia académica, competencia didáctica, competencia investigativa y competencia orientadora.

La competencia académica se define como el conjunto de conocimientos, habilidades, cualidades y valores de carácter científico que definen la idoneidad del maestro tutor en torno a la(s) materia(s) que imparte(n), se destacan en este sentido las acciones de búsqueda, localización, estudio, registro, producción y actualización sistemática de conocimientos para el dominio del contenido en sentido amplio relacionado con su labor educativa.

Poseer esta competencia implica:

  • Un pleno dominio del contenido de la profesión de educador como configuración general,

  • El dominio de las diferentes materias que se desarrollan en el ejercicio de la profesión, así como la metodología para su enseñanza.

  • Dominio sobre las vías y los métodos para obtener la información teórico práctico y metodológico en torno a la profesión en general y la materia que imparte en particular.

La competencia didáctica se define como como el conjunto de conocimientos, habilidades, cualidades y valores que designa la idoneidad del maestro tutor para la dirección sistémica y personalizada del proceso de enseñanza aprendizaje, de manera que propicie el acceso del educador en formación al contenido, la orientación proyectiva y la asunción de compromisos con la profesión pedagógica en función del modelo del profesional contenido en el PNFE.

La dirección del proceso de enseñanza aprendizaje que se precisa se desarrolla en el componente de vinculación profesional el cual es de naturaleza esencialmente práctica, por tanto en el ejercicio de esta competencia en la labor de tutoría, el maestro tutor debe situar al futuro educador en situaciones formativas que exijan y posibiliten que esta pueda desarrollar las siguientes acciones:

  • La planificación, la ejecución y supervisión del proceso de enseñanza aprendizaje en particular y de la educación de la personalidad en general.

  • La concepción y realización de actividades docentes y no docentes que realiza en el contexto de la vinculación profesional.

  • Establecer relaciones pedagógicas con los miembros de la comunidad educativa escolar (educandos, padres, maestros, directivos, miembros de la comunidad y otros profesionales).

  • Establecer relaciones pertinentes entre los componentes didácticos del proceso en las diferentes actividades que realiza en el contexto de la vinculación profesional.

La competencia orientadora se define como como el conjunto de conocimientos, habilidades, cualidades y valores que designa la idoneidad del maestro tutor para establecer relaciones de ayuda en el proceso de formación de los futuros educadores a través de acciones de orientación que le permitan elaborar sus estrategias educativas en favor del desarrollo profesional y personal de los mismos, tomando en consideración el diagnóstico de partida que ha de realizar y la evaluación sistemática del desarrollo alcanzado por el docente en formación.

Poseer esta competencia implica:

  • La individualización o personalización de la tutoría que implica una acción educativa de forma personalizada, la adecuación de la enseñanza a las características del alumnado; lo que supone el conocimiento del mismo, su seguimiento personalizado y el establecimiento de expectativas favorables que propicien un desempeño favorable ante las tareas profesionales.

  • El establecimiento de expectativas que propicien una exigencia realista, en tanto implica mostrar confianza en las posibilidades de los docentes en formación, para que mejore su autoconcepto, aumente su confianza, seguridad y motivación; el afán de superación y el desarrollo de la responsabilidad, en este sentido las altas expectativas pueden facilitar un mejor rendimiento educativo y animar a asumir riesgos. De manera que el error también se constituya en fuente de aprendizaje

  • La atención a la diversidad de los educadores en formación, tanto a los que presentan necesidades educativas habituales como a aquellos que presenten necesidades educativas especiales de carácter temporal con el objetivo de dar la respuesta educativa más adecuada a los alumnos, buscando la máxima normalización en el proceso de formación profesional de cada uno de ellos, por lo que es necesario el conocimiento de la historia personal y familiar, el historial escolar de cada alumno en la etapa anterior, su dimensión cognitiva, afectiva y de inserción social

  • Enfoque preventivo de la orientación sobre la base del conocimiento de los aspectos del ámbito familiar y escolar que favorecen y dificultan su desarrollo personal y académico de todos los docentes en formación.

La competencia investigativa se define como como el conjunto de conocimientos, habilidades, cualidades y valores que designa la idoneidad del maestro tutor para el perfeccionamiento del proceso de educación de los alumnos a través de la actividad investigativa en la que se precisan las acciones de exploración científica de la realidad educativa, la proyección de la investigación, la ejecución de la investigación, el análisis de los resultados del proceso investigativo, la comunicación de los resultados y la introducción y generalización de los resultados en la práctica social y se manifiesta en su desempeño a través de la capacidad investigativa.

Poseer esta competencia implica:

  • El conocimiento sobre la actividad científica.

  • El dominio de la teoría de la Metodología de la Investigación Educativa y de sus paradigmas.

  • Poseer un pensamiento científico que les permita el análisis sistemático de su práctica educativa desde posiciones científicas.

  • Poseer habilidades científico-investigativas que les posibilite operar con la ciencia en el contexto educativo.

  • Poseer un método científico de trabajo que parta del vínculo teoría práctica, donde la investigación es la vía para encontrar alternativas de solución a los problemas del desempeño profesional.

Conclusiones

En sentido general el maestro tutor debe promover la participación investigativa del estudiante en el componente de vinculación profesional en tanto, esto facilita que el conocimiento como fundamento teórico que sustenta su acción, se convierta en una necesidad consciente para él.

La continuación del estudio de las competencias tutorales y de sus necesarias relaciones, deviene una exigencia actual para materializar la aspiración de un maestro tutor competente e integral.

Bibliografía

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Autor:

MSc. Eudis Antonia Mindiola González.

Título académico: Magister scientiarium en Educación

Categoría docente: Profesor Asesor

Institución de procedencia: Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) sede Zulia. Estado Zulia, Maracaibo- Venezuela.

Profesora de Currículo y evaluación. Miembro del equipo de profesores del Programa Nacional de formación de Educadores y Educadoras (PNFE). Coordinadora de formación inicial del municipio escolar Cabimas.

Dra. C Regina Venet Muñoz.

Profesor Titular