Efecto de la raza y la época de parto en el comportamiento de algunos indicadores productivos y reproductivos en cerdas domésticas
Enviado por Yanier Machado González
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El cerdo se considera una de las especies más antiguas en brindar su ayuda al hombre como portador proteico de fácil crianza y reproducción acelerada, constituyendo uno de los renglones más importantes en la economía, de la mayor parte de los países desarrollados del mundo. En caso de nuestro país la explotación de la especie porcina tiene gran importancia para la economía y valiosa fuente de proteína de origen animal. (Muñoz, 1994).
El cerdo se encuentra entre los animales más eficientes para producir carne, su gran precocidad, prolificidad, corto ciclo reproductivo y gran capacidad transformadora de nutrientes, le hacen especialmente atractivo como fuente de alimentación. El valor nutritivo de la carne de cerdo lo señala como uno de los alimentos más completos para satisfacer las necesidades del hombre. La producción comercial del cerdo en Cuba está sustentada por un programa de cruzamiento basado fundamentalmente en cuatro razas: Yorkshire, Landrace, Duroc y Hampshire.
Estas han sido estudiadas como razas puras y sus cruces con el objetivo de obtener un sistema de cruzamiento lo más óptimo posible, siendo aquel que involucra como línea materna cerdas F1, seleccionadas sobre la base de su comportamiento reproductivo (Diéguez et al, 2002).
De acuerdo con los resultados experimentales obtenidos se decidió la utilización de la cerda LY apareadas con verracos Duroc o Hampshire, aunque estudios posteriores determinaron el uso de un verraco HD y la creación de una línea sintética denominada CC21. La situación actual de Cuba ha repercutido en al sector porcino, guiando dicha producción hacia formas menos especializadas. Esto implica el uso de animales que puedan comportarse mejor en las nuevas condiciones. Basándose en este criterio se ha diversificado en los últimos años el uso de la hembra DY por su excelente habilidad maternal, mayor fortaleza física y un mejor crecimiento de la descendencia. También se han manejado criterios no fundamentados sobre el uso de la cerda HD alegando una mayor rusticidad de la misma y por tanto un mejor comportamiento ante factores limitantes.
Además de la presencia de otros factores genéticos y no genéticos que determinan tanto en el comportamiento productivo, reproductivo y económico del animal. (Villareal, 2004).
Problema: El desconocimiento en el Centro Genético de Palma Soriano de los principales factores que influyen en el comportamiento productivo y reproductivo de las razas Yorkland, Duroc y Landrace.
Hipótesis: La raza y la época como factores genéticos y ambientales respectivamente, pudieran influir positivamente en el comportamiento productivo, reproductivo.
Objetivo: Evaluar el efecto de la Raza o genotipo y los trimestres de época de parto sobre el comportamiento productivo y reproductivo de hembras Yorkland, Duroc y Landrace en centro genético de Palma.
2.1 Concepto de raza. Razas maternas y paternas.
Se define como raza, el conjunto o grupo de individuos, que reúnen una serie de características semejantes y cuyo parecido entre sí, los diferencia de los demás pertenecientes a otros grupos de la misma especie, y que al mismo tiempo son capaces de trasmitir a su descendencia, todos aquellos caracteres que les son propios.
La utilización en la producción de un genotipo o raza, esta condicionada por el objetivo a que se destine, tomando en consideración para ello los rasgos productivos de interés económico que se desea mejorar en la población (Díaz, 1965).
En nuestro país, se conservan, mejoran y explotan 5 razas básicas y varios genotipos. Además, se trabaja en la multiplicación del cerdo Criollo, como raza autóctona. Por otra parte, se han llevado a cabo trabajos para la evaluación de diferentes híbridos con vistas a incorporarlos al programa de cruzamientos nacional (Diéguez et al, 2002).
Las razas y genotipos con que cuenta el país, se dividen en maternas y paternas en función de las características fundamentales de cada una de ellas. El fin productivo de las líneas maternas es la producción de hembras comerciales, dada su aptitud reproductiva, sin menospreciar el aporte que producen a la descendencia en crecimiento y canales. Las paternas se caracterizan por sus aspectos productivos de crecimiento y canales y se utilizan como verracos terminales (Díaz, 1965 y Diéguez et al, 2002).
2.2 Características de las razas y genotipos existentes en Cuba.
2.2.1 Yorkshire
Su origen fue a finales del siglo XVIII, y a su vez confusa al igual que el de otras razas mestizas. Se cree que surge por el cruzamiento de cerdos oriundos de Gran Bretaña (primitivas razas Yorkshire y Cumberland), a las que se agregaron posteriormente cerdos Leicestershire, chinos y siameses. Tuvo gran éxito entre los criadores ingleses y europeos desde su origen. Actualmente existen tres variedades de cerdos Yorkshire, los cuales son considerados por muchos autores como razas independientes. En el año 1868 fue reconocida en Estados Unidos e introducida en Cuba en 1930, cuando comienza a perder auge en Estados Unidos. Esta raza es bien aceptada por algunos criadores que tenían acceso a ella, difundiéndose en cierta medida sin que se mejoraran genéticamente (Asociación Nacional de Criadores de Ganado Porcino Selecto (APNS), 2000 y Valdez, 1981).
Su principal ventaja es su capacidad maternal y prolificidad, aunque también posee magnífica cualidad de crecimiento y composición corporal. Los machos tienen un comportamiento sexual viril y activo. En Cuba se utiliza como raza materna básica. En los años 1989-90 se realizó una importación del Reino Unido donde se le conoce como Large White.
Ambas poblaciones, la canadiense y la inglesa se han mantenido separadas y se han adaptado bien a nuestras condiciones ambientales. Es un animal blanco rosado, con mucosas despigmentada y piel fina, sin pliegues. Además de presentar resultados de prolificidad obtenidos por el centro de investigaciones porcinas de 9,5 crías vivas por camada (APNS, 2000 y Instituto de Investigaciones Porcinas (IIP), 2005)
2.2.2 Large White (LW)
Es del condado Yorkshire en el nordeste de Inglaterra. Goza fama internacional desde finales del siglo XIX. Es un cerdo de capa blanca, sin pelos de color y sin pigmentos introducido en Cuba en 1989 de los rebaños de la PIC, del Reino Unido (Carmen et al, 2004).
Se caracteriza por facilidad de adaptación al clima y sistemas de explotación diversos, no es sensible al stress, sus aplomos son sólidos, los machos presentan buena líbido y la prolificidad de las hembras es muy buena. Se utiliza como raza materna en el cruzamiento con Landrace (Valdez, 1981).
2.2.3 HAMPSHIRE:
Es originaria del Condado del mismo nombre en Inglaterra y está difundida fundamentalmente en los Estados Unidos. Su color es negro con una franja blanca que rodea su cuerpo y abarca sus miembros anteriores. Presenta orejas erectas del tipo asiático. Con respecto a sus características reproductivas, no difiere del Duroc. Son rústicos, pero menos resistentes al calor, de buena prolificidad, de mayor aptitud lechera y materna. La coloración de su carne presenta un rojo intenso, se utiliza por su marguera en cruzamientos en la parte paterna. Es más lenta en cruzamientos que las demás razas americanas. Fue importada de Canadá en el año 1960 y posteriormente en 1990 se realizaron nuevas importaciones.
Son animales activos con magnífica conformación de la canal, de 9 ó 10 crías / parto, con crías de gran peso al nacer, muy precoces en la primera etapa de vida, camadas muy vigorosas, gran vitalidad. Buena producción lechera de la madre. Aunque con bajo nivel de crecimiento, baja prolificidad y habilidad materna. No tiene buena aptitud ante la monta y Se utiliza como raza paterna terminal (Leroy, 1970).
2.2.4 DUROC JERSEY:
No se conoce con exactitud su origen, se plantea que surge de una mezcla de las mejores características de los cerdos rojos que existían hacia el año 1800 en los estados de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut y Vermouth, procedentes de África (raza colorada de Guinea), según algunos autores y según otros de la Península Ibérica su nombre proviene de la combinación de dos estirpes muy estimadas y famosas en esa época, La Duroc y la Jersey y su selección y consolidación comienza hacia 1823. Los primitivos Jersey rojos eran cerdos grandes alargados de gran longitud, de rápido crecimiento y muy prolíferos; los Duroc eran grandes también pero más compactos ( IIP, 2005).
Esta raza se ha extendido en todo nuestro territorio. Los cerdos alcanzan un gran desarrollo; su color rojo, variando del amarillento al rojo oscuro. Sus orejas son de tamaño mediano, levemente erectas con una breve inclinación hacia adelante.
Con respecto a sus características reproductivas se puede decir que las hembras son buenas madres con una mediana producción de ocho lechones por camada. Fue introducida en Cuba en la década del 50, pero sólo después de los años 60 pudo ser incrementado su número gracias a importaciones provenientes del Canadá y más recientemente del Reino Unido. Es notable por su rusticidad, rápido crecimiento y adaptabilidad. Posee una prolificidad media, con canales que tienden al engrasamiento utilizándose como raza paterna terminal (Rico, 2002).
2.2.5 LANDRACE:
Tuvo su origen en Dinamarca en el año 1870, mediante el cruzamiento de cerdas oriundas con verracos Large White importados de Inglaterra, seguida de una cuidadosa selección para obtener cerdos de alta producción. La raza Landrace actual es una de las más seleccionadas y más magra del mundo. Fue una raza poco difundida, en primer lugar, por las restricciones impuestas a su salida por las asociaciones de cría nacionales y, en segundo lugar, porque no se adaptaba a la demanda del resto del mercado europeo. En 1934 se introduce en Estados Unidos, teniendo gran aceptación por sus cualidades magras. Modernamente en Europa se está utilizando como mejoradora de los cruces comerciales (APNS, 2000 y IIP, 2005)
Es una de las razas de origen Europeo. Presenta una coloración blanca, con orejas largas dirigidas hacia adelante en su totalidad. Son los cerdos más largos de todas las razas. Se caracterizan por su gran prolificidad, dando un promedio de 12 lechones por parición, con muy buen peso al nacer. Las madres son de muy buena aptitud lechera y materna, muy dóciles y cuidadosas. Su forma de cría más adecuada es la intensiva. Se introdujo en Cuba desde Canadá a comienzos de los años 60 y del Reino Unido en 1989 y 1990. Esta raza es la de menor rusticidad de las explotadas en Cuba. Se utiliza como verraco en cruce con la Yorkshire (Large White) para obtener la hembra F1 Yorkshire x Landrace, de amplia utilización en las unidades de cría comerciales.
(Carmen, 2004)
2.2.6 Criollo:
Es una raza de origen Ibérico, que se trajo a Cuba por los colonizadores españoles en el siglo XVI; se caracteriza por su resistencia a las adversidades del clima, manejo y alimentación (Santana, 2005).
Son animales rústicos, de color oscuro, con pelo o sin él, pueden presentar sindactilia (casco de mulo) mamelas o campanillas precoces con baja tasa de ganancia y alto espesor de grasa. Aprovechan favorablemente los alimentos naturales y se recomienda su explotación en condiciones rusticas. La raza esta sometida al programa de conversión y mejora genética (Rico, 2004).
2.2.7 CC21:
Es una raza que tiene su origen en Cuba, sintética de nueva creación, formada fundamentalmente por las razas Duroc y Hampshire con un porcentaje de las razas blancas. Esto le permite una combinación del alto crecimiento del Duroc, la alta producción de carne de Hampshire y una reproducción superior. Se utiliza como línea paterna en la producción de cruces finales. Tienen muy buen comportamiento ante la Inseminación Artificial. Y como principal propósito persigue alta producción de carne, y es de excelente crecimiento. Utilizada en los programas de cruzamiento como verraco paterno terminal en las unidades comerciales o como parte del cruce con la línea L-35 (Diéguez, 2002).
2.2.8 L35:
Línea desarrollada en Cuba a partir de la unión de la raza Pietrain y la L-63, es producto de la fusión de las poblaciones de cerdos Pietrain y de la línea sintética L63 que fueron importadas entre 1989 y 1990 del Reino Unido. La fusión de las poblaciones, ambas caracterizadas por hipertrofia muscular, se realizó con el objetivo de evitar la consanguinidad pues eran poblaciones muy pequeñas. Son animales susceptibles al estrés, sólidos y con buenos aplomos, producen canales con gran rendimiento en carne, poca grasa dorsal y jamones extremos, hay animales que pudieran presentar algunas manchas negras, también hay animales moteados como el Pietrain, de tamaño pequeño, aunque ligeramente superior en talla a la a la raza Pietrain. Siendo su principal propósito alta producción de carne; utilizada en los programas de cruzamientos como verraco paterno terminal F-1 cruzado con las razas Hampshire y CC-21.
(IIP, 2005).
2.3 Híbridos más comunes.
2.3.1 Yorkshire (Large White) x Landrace:
Es producto del cruce de hembras Yorkshire con machos Landrace. La cerda F1 Y x L, es de amplia utilización en el país por su alta prolificidad y cualidades maternales superiores a cualquier otro cruce (Diéguez, 2002)
2.3.2 Yorkshire x Duroc:
Es la hembra F1 que ocupa el segundo lugar de utilización en el país y es producto del cruce de hembras Yorkshire con machos Duroc. La prolificidad es menor que en los YL en aproximadamente 0.5 crías. Son resistentes y de buena adaptabilidad (Diéguez, 2002).
2.3.3 Duroc x Hampshire:
Es un F1 producto del cruce de hembras Duroc con machos Hampshire con el objetivo de obtener un macho con las características principales de ambas razas: rápido crecimiento, eficiencia alimentaria y calidad en la carne y con aceptable aptitud para la monta. Se utiliza en la producción especializada y en los sistemas de cría abiertos
(IIP, 2005).
2.3.4 CC21 x L-35:
Es producto del cruce de hembras CC21 con machos de la línea L-35. Su objetivo principal es la obtención de un macho híbrido con rápido crecimiento, buena conversión, poca grasa dorsal y buen porcentaje de carne en la canal. Se utiliza como macho terminal en la producción porcina especializada (IIP, 2005)
2.3.5 Hampshire x L35:
Producto del cruce de hembras Hampshire con machos de la líneas L35. Su objetivo principal, al igual que en el híbrido anterior, es la obtención de un verraco terminal de alta producción de carne, buena conversión y poca grasa dorsal. Se utiliza como macho terminal en la producción porcina especializada (Diéguez, 2002).
2.5 Algunas consideraciones del desempeño reproductivo en cerdos.
2.5.1 Fisiología reproductiva de la cerda y semental porcino.
La cerda doméstica es poliéstrica anual con ciclos de aproximadamente 21 días. El mismo se divide en proestro que dura dos días, estro dos a tres días, el metaestro uno a dos días y el diestro que ocupa el resto del ciclo. Los cuerpos lúteos son funcionales durante alrededor de 16 días después de la ovulación (Alonso, 1990).
La ovulación ocurre espontáneamente, 36 a 44 horas después del inicio del estro o un poco después de la mitad del estro (Cíntora, 2003).
La pubertad ocurre alrededor de los seis o siete meses con un peso corporal de 100 a 110 Kg. En el macho la pubertad ocurre aproximadamente a la misma edad.
La gestación dura en promedio 114 días, dando camadas de 8 a 10 lechones para cerdas de primer parto y 10 a 16 lechones en cerdas adultas (Fernández, 1989).
Durante la lactancia, la cerda puede tener un estro corto poco después del parto, pero normalmente no cicla y no se cruza hasta después del destete de los lechones (Soto, 1991).
2.5.2 Madurez sexual de la hembra
Dentro de los factores que influyen en el inicio de la pubertad en la cerda joven y la continuación de los ciclo estrales. Los más importantes incluyen:
1.- Raza 2.- estación del año durante el desarrollo sexual 3.- exposición al verraco 4.- alojamiento y grado de confinamiento 5.- nutrición 6.- salud general
Bajo buen manejo, la pubertad ocurre en la hembra joven, llamada de reemplazo, aproximadamente a los 6 a 7 meses de edad, cuando la cerda alcanza un peso corporal de 100 a 110kg (Cíntora, 2003).
La raza y la selección dentro de ésta influyen en el inicio de la pubertad. En general, las razas Landrace y Large White seguidas por Hampshire, tienen un primer estro más pronto que otras razas comunes. Entre razas, ciertas líneas genéticas empiezan a ciclar más pronto que otras (Muños, 1994).
El confinamiento reducirá el número de cerdas que muestran estro de los 7 a 9 meses de edad, en un 10 a 15%, cuando se les compara con cerdas alojadas sin confinamiento. El alojar cerdas individualmente, en pequeños grupos de dos o tres por corral, o en grupos grandes de 50 o más, retrasa el primer estro. Otros factores ambientales como la iluminación, parecen tener poco efecto sobre los días del primer estro (Cíntora, 2003).
A medida que las cerdas se acercan a la edad púber, la exposición de las mismas a un verraco adulto acortará el intervalo y dará como resultado cierta sincronización del estro. La pubertad se retrasa frecuentemente si la exposición al verraco se inicia cuando las cerdas tienen sólo 3 o 4 meses de edad.
Bajo condiciones normales de alimentación y manejo, la nutrición tendrá un efecto mínimo en la pubertad. Una dieta baja en proteínas retrasará el crecimiento y la pubertad y una dieta baja en energía puede deprimir las tasas de ovulación. Del mismo modo, el debilitamiento debido a enfermedad puede retrasar el primer estro (Ministerio de la Agricultura, 1994).
2.5.3 Estación reproductiva
Una cerda bien alimentada, pospúber, no preñada o un reemplazo bajo condiciones ambientales ordinarias es un animal poliéstrico, no estacional aunque la fertilidad y la función cíclica pueden deprimirse al final del verano o durante los primeros meses del otoño. La cerda adulta mostrará estro aproximadamente cada 21 días hasta la edad de 10 a 12 años cuando la senilidad empieza a afectar la función ovárica. La mayor parte de las cerdas maduras se desechan del hato reproductor por otras razones antes de que se establezca la senilidad (Huches, 1988).
Después del parto, se presenta un período de anestro cuando los ovarios están en reposo. Esta inactividad dura en general a lo largo de la lactancia. Poco después del destete, que ocurre de dos a 5 semanas después del parto, bajo condiciones de manejo actuales, hay un rápido crecimiento de folículos ováricos, seguido por estro y ovulación en un lapso de 3 a 7 días.
Es deseable dar monta a la cerda en este momento puesto que la involución uterina está completa hacia los 21 días posparto y la fertilidad de la cerda es buena. El destete se utiliza frecuentemente como un medio de lograr la sincronía del estro en un grupo de cerdas (Leroy, 1970).
La mayor parte de los productores maximizan la productividad de la cerda volviendo a montarla en cuanto es posible. Con un período de gestación de 114 días y un período de lactancia de 21 días, las cerdas que son montadas de 5 a 10 días después del destete se espera que produzcan una camada cada 5 meses o un promedio de 2.4 camadas por año. No obstante, debido a otros factores que reducen la fertilidad, el promedio del hato cae considerablemente debajo de este nivel potencial de producción (Díaz, 1961).
2.5.4 Fisiología reproductiva
El ciclo estral de la cerda puede dividirse en hechos asociados con el crecimiento de los folículos y hechos asociados con el crecimiento y la supervivencia de los cuerpos lúteos. Los cambios histológicos y secretorios que ocurren en el tracto genital tubular, bajo la influencia de niveles de estrógeno en aumento en el momento de proestro y estro o de niveles de progesterona en aumento durante el metaestro y diestro, son similares a los de otras especies. El frotis vaginal es un indicador pobre de la etapa del ciclo estral en la cerda (Alonso, 1990).
Después de la ovulación en la mitad del estro, los remanentes foliculares se luteinizan resultando en la formación de cuerpos lúteos (CL) productores de progesterona. Los niveles plasmáticos de progesterona se elevan a un pico de 25 a 30 mg/ml a los 12 ó 14 días y son seguidos por una disminución rápida, que coincide con luteólisis, 15 a 18 días después del estro. Se cree que la prostaglandina I2 es la luteolisina natural, no obstante, los cuerpos lúteos porcinos no son responsables de elevar los niveles de Pgf2alfa hasta después del día del ciclo estral (Ministerio de Educación Superior, 1987).
A medida que los niveles de progesterona disminuyen, el eje hipotálamo hipofisiario responde incrementando la frecuencia de liberación episódica de LH. Finalmente, hay un enlace incrementado de gonadotropinas por los folículos en desarrollo y maduración. Un incremento en los niveles circulantes de estrógenos, principalmente 17Beta estradiol, ocurre entre los días 15 y 20 del ciclo estral. Los estrógenos de circulación llegan al pico 24 horas antes del inicio del estro conductual. Los niveles de LH llegan al pico al principio del estro y la ovulación ocurre 36 a 44 horas después del pico de LH. Los huevos se liberan de ambos ovarios en un lapso de 6 a 8 horas (Alonso, 1988).
2.5.5 Conducta sexual de la hembra y del macho
El estro en la cerda dura de 40 a 70 horas. Habitualmente la cerda busca al macho cuando se encuentra al alcance de su vista, sonido o respuesta vocal. Puede haber acciones de osar y tentativas de montar tanto cerdas como al verraco, pero más comúnmente, la hembra asume una posición inmóvil característica, con elevación de las orejas, en respuesta al llamado vocal del verraco, osar y tentativas de monta (Leman, 1995).
El verraco examinará a las cerdas en busca de estro, vocalizando, orinado, osando y tratando de montar y buscar la hembra al azar con este patrón de cortejo. Las pruebas naso genitales son comunes en el verraco. La erección ocurre después de la monta. En verraco el glande del pene es en espiral que penetra la cerviz de la hembra durante la eyaculación que dura 5 a 8 minutos. Los volúmenes de eyaculado de 150 a 200ml son comunes y se depositan dentro del cérvix y útero (Valdés, 1981).
Bajo condiciones de pastoreo, la copulación puede ocurrir varias veces durante el estro. Con apareamientos controlados (apareamiento manual), se recomienda que se permita copulación una vez al día durante el estro. La detección del estro para apareamiento manual o inseminación artificial requiere en general un verraco marcador. La respuesta de aceptación de la cerda en estro, a la presión del dorso, se utiliza frecuentemente por el pastor.
En un lapso de dos a tres días después del parto, aproximadamente una cuarta parte de las cerdas mostrarán un estro psíquico en respuesta a los niveles elevados de estrógeno en el parto. No obstante, no se presenta una respuesta ovárica concomitante y normalmente no ocurre ovulación (Minagri, 1994).
2.5.6 Momento ideal para la cópula
La tasa de fertilización es generalmente para una monta que ocurra ya sea en el primer día del estro o después de la ovulación. La monta, 6 a 12 horas antes de ovulación, da como resultado la tasa más alta de fertilización. Puesto que la detección del estro no es siempre exacta y el momento de ovulación es aún menos predecible, es una buena práctica dar monta a la hembra durante el primero y segundo días del estro. La monta diaria durante el estro es óptima y resulta en fertilización de casi todos los ovocitos liberados (Reyes, 1994).
El calostro provee también al cerdo una fuente alta en energía, una necesidad crítica, puesto que el lechón nace con muy pequeñas cantidades de energía. El éxito precoz en obtener esta fuente de energía determina con frecuencia qué lechones sobrevivirán, en particular si la cerda tiene más lechones que mamas funcionales.
La adopción es el proceso de mover lechones recién nacidos entre cerdas para nivelar el número de mamas funcionales disponibles entre las camadas. Una vez establecida, cada lechón regresa a la misma mama. La adopción o la suplementación de leche es necesaria para salvar a los lechones más pequeños y más débiles, que están de más para las mamas disponibles (Cíntora, 2003).
2.6 Consideraciones del trabajo genético en cerdos.
2.6.1 POLITICA DE CRUZAMIENTOS
En la política de cruzamiento ha trascurrido un constante programa de la raza porcina el cual se desarrollo en forma de etapas:
Primera etapa: Según Diéguez et al (1979a; 1981) se desarrolló un intenso trabajo de experimentación, en el que se evaluaron varias combinaciones de cruces partiendo de las razas existentes con la inclusión de la Lacombe.
Se compararon cerdas puras de la raza Yorkshire y cerdas F1 con la producción de camadas puras, F1, retrocruces y triple cruces. Además de estudiarse el comportamiento reproductivo de la descendencia en la categoría de ceba. Utilizándose el manejo tradicional empleado en el país (López et al 2001).
Donde las cerdas F1 fueron superiores a la Yorkshire, con un comportamiento mejor de lagwL en los aspectos reproductivos y un mejor crecimiento de los descendientes de las cerdas YD. Estudios posteriores han demostrado el alto potencial reproductivo en condiciones cubanas en cerdas Yorkshire x Landrace medido a través de la tasa de ovulación y en datos comparativos con cerdas Camborough (Diéguez, 2002).
Segunda etapa: El comportamiento de todos los cruces debido a la influencia de las razas paternas en el crecimiento y la composición corporal, indicó la necesidad de una evaluación integra. De acuerdo con la estructura piramidal y el comportamiento de cada cruce se estimó la producción de peso vivo o carne por cada 100 cubriciones realizadas en el sistema.
Además se confeccionaron índices evaluativos incluyendo el comportamiento reproductivo, el crecimiento y la composición corporal. Los tres mejores cruces fueron: YL/H; YL/D y YD/Y (Diéguez et al 1979b).
Según Diéguez et al (1985); Santana et al (1989) el programa de cruzamientos utilizaba por el lado paterno verracos de razas puras, sin embargo mucha atención se le ha brindado al uso de verracos F1 o el desarrollo de razas sintéticas paternas.
Partiendo de estos conceptos y conociendo que las razas paternas básicas eran completamente diferentes (Hampshire excelente composición corporal, pero lento crecimiento, Duroc de no muy buena composición corporal y rápido crecimiento). y ambas con relativo bajo comportamiento reproductivo como razas puras analizándose la posibilidad del uso de un verraco F1 de estas razas (Trujillo et al 1987a).
Tercera etapa: Por otro lado se desarrolló una línea sintética que tuviera un mayor potencial de crecimiento en carne y que su reproducción fuera superior a las razas paternas básicas. Esta línea se denominó CC21 existiendo en la actualidad dos centros genéticos de la misma. El comportamiento hasta el presente ha cumplido con los objetivos propuestos (Santana et al 1989, 1990, 1992, 1993).
El fuerte programa de selección aplicado en esta línea basado en pruebas de comportamiento en campo y un rápido cambio de generaciones ha provocado un progreso alto en el núcleo básico de esta población (Guerra et al 1990).
Por otra parte ( Trujillo et al 1987a) planteo que al crear un extenso trabajo de evaluación de verracos terminales se desarrolló en una unidad comercial de 1000 reproductoras YL y en una experimental de 120 cerdas con el mismo manejo en la ceba de los descendientes se utilizó la dieta clásica cubana de desperdicios procesados suplementados con mieles y proteína.
2.6.2 Programa nacional de cruzamientos
La producción porcina en Cuba, se basa en una estructura piramidal donde en el ápice se encuentran los Centros Genéticos en los que se concentra el trabajo de selección de las razas puras, y continúa con los centros multiplicadores, que suministran los animales a la base de la pirámide: la producción comercial. Esta estructura permite realizar de una manera simple, la política de cruzamientos, ya que en el nivel intermedio, se producen los animales F1 y en la base el cruce terminal en el que toda la descendencia se destina al sacrificio (Diéguez, 2002).
Todos los animales de ambos sexos pasan la prueba de comportamiento en campo. Con periocidad mensual. La selección se realiza sobre la base de un índice que considera la ganancia por día de la vida (peso por edad) y el espesor de la grasa dorsal, excepto en el caso de la raza criolla en la que solo se considera él peso por edad. El 50% de los animales probados, es el que se utiliza como reproductor genético en los diferentes niveles de la estructura poblacional.
En las hembras además se aplica un índice de prolificidad para eliminar aquellas con bajo tamaño de la camada de los rebaños raciales. Produciéndose para el nivel comercial dos tipos de hembras híbridas:
Yorkshire x Landrace (Y x L) y Large White x Landrace; tres tipos de sementales híbridos: Duroc x L35 (D x L35), Hampshire x L35 (H x L35) y CC21 x L35. Estos animales se destinan a la producción comercial especializada (Rico, 2004).
En el sector estatal no especializado: se incluye al movimiento cooperativo atenido un gran crecimiento en los últimos años. Los esquemas de cruzamientos que se utilizan pueden ser varios debido a la heterogeneidad racial de los rebaños (Rico, 2004).
Rebaños con buenas condiciones e instalaciones (Alimentación y Salud): Hembras híbridas LW x L o Y x L en su defecto Y x D e incluso animales puros Y, CC21 y Landrace. Machos híbridos D x L35, H x L35, CC21 x L35 en su defecto D, H, CC21 o L35 (IIP, 2005).
Condiciones medias de producción:
Preferentemente hembras híbridas Y x D
Machos Cr, D o H en dependencia de las condiciones (Rico, 2004).
2.6.3 Historia de los programas de selección Genética Porcina.
Los programas de selección porcina, llevan operativos unos 50 años. Antes de ello la selección porcina fue una actividad muy local e improvisada con una significante importancia de la auto reposición y pensando poco con los resultados económicos de la producción o en la búsqueda de heterosis. Después de la Segunda Guerra Mundial se comenzaron a ver los primeros signos de organización de programas de selección. La exigencia era alimentar a la población y consecuentemente los gobiernos pusieron en marcha programas de selección.
La obtención de licencias de ciertos machos llegó a ser una exigencia en muchos países para asegurar que el resultado de las progenies reuniera ciertos criterios de mejora. A comienzos y mediados de los sesenta comenzaron a aparecer compañías de selección las cuales controlaron la organización de grandes poblaciones de animales a partir de las cuales empezaron a seleccionar futuras generaciones. Es evidente que algunas razas que hoy conocemos como "puras", históricamente no lo fueron tanto (Brian, 2002).
El pesaje individual y en grupos de líneas puras de abuelas permitió una rápida mejora de la camada, particularmente en caracteres con alta heredabilidad. La llegada de programas informáticos para la aplicación del BLUP (Best Linear Unbiased Prediction) permitió añadir una dimensión económica al sistema de selección. Progresivamente los ordenadores también permitieron que caracteres muy importantes pero con baja heredabilidad se pudieran incluir en los programas de selección. Hoy en día en todo el mundo, solamente un 30% de la producción porcina proviene de programas reconocidos de selección de híbridos.
Desde una compañía de genética porcina esto podría verse como una excelente oportunidad; de la misma forma que Coca Cola vería que la gente continúa bebiendo agua (Brian, 2002).
Según (Bronson, 1985) para la mayoría de las especies de mamíferos salvajes, la perpetuación de la especie constituye uno de los objetivos esenciales de la reproducción, la cual se desarrolla bajo la influencia del medio ambiente.
Los efectos del medio ambiente repercuten sobre el potencial genético de los individuos, determinando durante el ano los períodos de reproducción así como su intensidad. El inicio y la terminación de la actividad sexual de los pequeños mamíferos salvajes están condicionados por factores muy diversos. En las zonas tropicales, hábitat de la mayoría de las especies, los pequeños mamíferos han desarrollado una estrategia reproductiva de tipo oportunista, que les permite iniciar su actividad sexual cuando los factores ambientales son propicios: alimentación, temperatura, presencia de individuos del sexo opuesto, etc.
Por el contrario, en las zonas templadas, es necesario criar a los animales jóvenes durante la época más favorable del año, lo que ha conducido a la mayoría de las especies salvajes a limitar el período de nacimientos al final del invierno e inicio del verano, cuando el clima es menos rígido y la disponibilidad de alimentos abundante (Orienda,1995).
2.6.4 Selección
Existen dos vías por las cuales se pueden mejorar las propiedades genéticas de la población. La primera a través de la elección de los individuos que van a usarse como progenitores, lo que constituye la selección, y la segunda a través de la forma en que se programa el apareamiento de los mismos, conocido en el sentido amplio como cruzamiento (Diéguez, 2002).
El programa de mejoramiento del cerdo en Cuba, se basa en la integración del programa de selección y de la política de cruzamiento para la utilización más efectiva de las razas a través de la estructura piramidal implantada (Diéguez, 2002).
2.6.5 Selección natural: Se define como aquella en la que no interviene la mano del hombre y su forma de actuar es principalmente a través de las diferencias de fertilidad y viabilidad entre los individuos de la población (Diéguez, 2002).
2.6.6 Selección artificial: Es la selección realizada por el hombre, mediante la cual, se eligen los individuos que serán utilizados como progenitores en futuras generaciones. Existen diferentes métodos para realizar la selección artificial. El método que se elija debe ser lo suficientemente eficaz como para escoger con la mayor precisión posible, aquellos individuos genéticamente superiores que trasmitan a la descendencia las características deseadas por las que fueron seleccionados (Santana, 1991).
2.6.7 Criterios de Selección.
El trabajo de selección se realiza en los Centros Genéticos y el objetivo fundamental es producir un animal que integre el mayor crecimiento con el incremento en la producción de carne en la canal a expensas de la disminución de la grasa. Es por ello que se utiliza un índice de selección que tiene en cuenta.
- La ganancia por día de vida o peso por edad (PPE)
- Espesor de la grasa dorsal medida en vivo (EGD)
El primer criterio mide precisamente la velocidad de crecimiento, mientras que el segundo mide indirectamente la composición corporal. Entre ambos se mejora indirectamente la eficiencia en la utilización de los alimentos. Este programa de selección se denomina "Prueba de comportamiento en campo" (Rico, 2004).
2.6.8 Pruebas de comportamiento en campo.
El método se basa en la confección de un Índice de Selección de todos los animales presentados a selección agrupados en tandas contemporáneas. Se mide el peso y el espesor de la grasa dorsal en vivo de cada animal, mediante equipo ultrasónico, y se determina el valor genético de cada animal mediante su propio rendimiento (Diéguez, 2002).
2.6.9 Mejora genética en porcino intensivo
(Orienda, 1995) plantea que los animales utilizados en la cría intensiva de ganado porcino se caracterizan por su elevada eficacia productiva. El elevado número de crías por parto, el corto intervalo generacional y la elevada heredabilidad de los caracteres de interés económico ha hecho posible la obtención de progresos genéticos espectaculares.
Los programas de mejora genética porcina se han dirigido de forma prioritaria a la selección de animales con una rápida y elevada capacidad de transformación del pienso en carne. Además otro de los objetivos de la mejora genética ha sido aumentar la capacidad reproductiva de las hembras y la calidad de la carne (Agroinfor, 2001).
La manifestación externa de un carácter mensurable en un animal es debido a la existencia de un conjunto de genes específicos que inciden sobre este carácter y al efecto del ambiente. La mayor parte de los caracteres económicos en porcino están regulados por poligenes, es decir, conjuntos de genes que ejercen un efecto mínimo sobre cada carácter. Por tanto existen múltiples combinaciones genéticas que originan una diversidad continua entre animales. Para la mejora de estos caracteres cuantitativos se aplican diversas técnicas que pretenden diferenciar animales que poseen combinaciones de genes óptimas y transmisibles a sus descendientes. (Orienda, 1995).
Los actuales sistemas de mejora genética se basan en la aplicación de técnicas de análisis estadístico sobre caracteres cuantitativos y la selección de los mejores animales, utilizando la variabilidad genética entre e intra-poblaciones, para lo cual es preciso conocer las particularidades genéticas de los caracteres, hacer un control exhaustivo y aplicar un plan de selección y posterior cruzamiento de animales.
Por tanto pueden distinguirse dos fases en la mejora genética, primero las acciones de selección, encaminadas al aprovechamiento de los efectos transmisibles (aditivos), y después la práctica del cruzamiento, para utilizar los efectos no aditivos de los genes (heterosis). (Suárez y Marco, 2001).
En la producción porcina intensiva es frecuente utilizar hembras cruzadas y a veces también machos cruzados, debido a que se abaratan los elevados costes de la mejora genética y se aprovechan las ventajas que presentan los animales cruzados, como por ejemplo un mayor tamaño de camadas.
En los cruces pueden usarse dos, tres o cuatro razas, siendo el cruce con tres razas el más extendido en España. Las razas más usadas son Landrace y Large White para producir la hembra híbrida, mientras que para el macho terminal hay múltiples opciones, desde el blanco belga al Pietrain, pasando por el Hampshire, dependiendo del destino del producto, conformación que se quiere obtener, etc (Orienda,1985).
2.7 Factores Genéticos, no genéticos que afectan la eficiencia productiva y reproductiva.
Numerosos son los factores tanto geneáticos como no genético que influyen en el comportamiento animal dentro de los cuales se abordara la raza, alimentación y época de parto.
2.7.1 Influencia de la raza, época y alimentación en el comportamiento productivo y reproductivo.
Según (Villareal et al, 2004) la época resultó significativa para todas las medidas estudiadas. Las camadas más numerosas correspondieron al cruce Duroc x Yorkshire (DY) y las menos numerosas al Hampshire x Duroc (HD). Las interacciones cruces por partos no producen diferencias significativas (p>0.05) para los nacidos totales, nacidos vivos, numero de lechones, peso promedio y total de las camadas a los 21 días de edad y numero de destetados, peso total y peso promedio al destete con medias superiores para las cerdas adultas.
Arias et al (1997) y Díaz et al (1992) obtuvieron los valores más bajos de tasa de ovulación para la cerda HD al utilizar una dieta convencional, lo cual evidencia que este tipo de cerdas no es de un alto potencial reproductivo bajo ninguno de los dos sistemas de alimentación. Al analizar las medias obtenidas para los pesos promedios, fueron las camadas de la HD las de más bajo peso lo que demostró una pobre habilidad maternal en este tipo de animal, que con camadas poco numerosas no es capaz de destetar animales con alto peso.
Según Gómez et al (1999) al evaluar el efecto del año, bimestre y numero de partos de la cerda sobre el tamaño de la camada, peso al nacer de la camada y al destete encontró que Las medias generales y desviaciones estándares para el tamaño de la camada al nacer (TCN), número de lechones nacidos vivos (NLV), promedio de peso de los lechones al nacer (PLN), número de lechones destetados (NLD) y peso promedio de los lechones al destete (PLD) Se encontraron con efectos del año, bimestre y número de parto en el TCN y NLV, pero no del año de parto en PLN. Con respecto al NLD se encontró efecto de año y bimestre de parto, pero no del número de parto, mientras que el PLD se vio influenciado por los tres factores estudiados. El efecto de bimestre fue significativo sobre todas las variables de respuesta estudiadas, sin embargo no se observó ninguna tendencia. Las marranas de primer y segundo parto tuvieron camadas con pesos menores que aquellas con 3 o 4 partos. Sin embargo, al destete no se encontró diferencia (p>0.05) en las medias de los tamaños de camada y con respecto a los PLD las marranas de primer y cuarto parto tuvieron los promedios más bajos.
El tamaño de las camadas y de las crías al nacer esta influenciado por el número de parto y la época del año resultando los mejores pesos los que nacen en la época de lluvia y cuando las madres tienen de 3-5 partos, reportaron que las cerdas en el tercer y 5 parto las crías al destete alcanzaron pesos de 7,3-8.2 kg. (González et al, 2002).
Otros autores indican que el cruce Yorkshire-Landrace presenta un peso promedio al destete de 5.0-5.9 kg y de 8.5 crías por partos (Del Toro et al 2002)
Según Arelis, (1999) efectos genéticos y ambientales sobre los pesos de camadas a diferentes edades predestete en cerdos. el peso de la camada al nacimiento estuvo afectado por todos los factores estudiados, excepto por el origen de la madre; a los 21 y 56 días se mantienen significativos los efectos de raza, año de parto y la covariable cambio de peso en la gestación, mientras que a los 42 días solamente los de raza y año del parto.
Los promedios no ajustados y ajustados del peso de la carnada a las diferentes edades fueron 13,66 y 13,33 kg al nacimiento; 22,96 y 22,98 a los 21 días; 44,97 y 47,21 kg a los 42 y 65,53 y 66,01 Kg. a los 56 días; respectivamente. Además se refleja un crecimiento prenatal satisfactorio y un pobre crecimiento predestete que puede ser resultante de la alta incidencia de mastitis, metritis y agalaxia en las madres, que originaron bajas ganancias de peso en los lechones debido a los frecuentes proceso diarreicos.
En todos los caracteres evaluados fue encontrado un efecto altamente significativo de la raza, lo que ha sido mencionado por varios investigadores.
En líneas generales, en la literatura se le atribuye al verraco poco efecto en los trabajos con monta natural y ello se explica por el poco número de camadas por semental o por el poco número de verracos representados, que dificultan la estimación del efecto que las diferencias entre sementales puede ocasionar en el peso de las camadas. El factor año de nacimiento influyó significativamente sobre la variabilidad del peso de la camada a las diferentes edades.
Otros investigadores también han señalado la influencia del año del nacimiento para el peso de la camada al nacer (5,6,12); a los 21 (6,12) y los 42 días de edad En este estudio, el promedio de la duración de la gestación fue de 116,2 días y su efecto significativo solo se manifestó al nacimiento indicando que a menor duración de la gestación se tuvo camadas más pesadas al nacimiento.
El efecto del número del parto sólo se manifiesta sobre el peso de la camada al nacimiento. Los menores peso de camadas al nacimiento ocurren en las clases extremas de número de parto y el máximo desempeño se encuentra en el cuarto parto.
Según Fuentes et al (2000) al determinar el efecto de la época y número de lechones al destete sobre la respuesta reproductiva de la hembra como factor importante en el componente días no productivos, analizó estadísticamente los registros de 3,717 cerdas destetadas de diferentes partos, entre 1994 y 1997 en dos granjas comerciales ubicadas en la cuenca del Lago de Valencia. Las variables analizadas fueron: Época del destete, número de destetados, prolificidad, intervalo destete-celo, % de celos, % de partos observando efecto del trimestre del año sobre el número de lechones destetados y este a su vez sobre el porcentaje de celos post-destete; observándose la misma respuesta sobre el porcentaje de partos siguientes al destete.
No se observó respuesta del trimestre sobre el intervalo destete-celo, pero sí del Intervalo destete-celo sobre la prolificidad del parto siguiente, así como el número de lechones destetados sobre el intervalo destete-celo y la prolificidad, el número de lechones destetados, afecta significativamente la respuesta reproductiva de la hembra, al momento de celo y en el parto siguiente. Por lo que aconseja mantener hembras lactando con un mínimo de 8 lechones.
Según Ramírez y Segura (1991) La media del PG fue de 114.7días, con un coeficiente de variación del 4% lo que indica que este rasgo presenta poca variación. En este estudio el año y época de parto no influyeron la duración de la gestación. La media general para el IEP fue de 216.2 días, el cual es mayor al óptimo de 150 días sugerido por Fahmy (1981) y al valor promedio de 175.2±23 días encontrado en el trópico húmedo de México (Segura 1988). Además el valor de 216.2 días indica que en la granja aquí estudiada se obtienen menos de 1.7 partos por marrana por año.
Aumaitre et al (1975) señala que el parámetro intervalo entre el destete y la cubrición fértil es un parámetro mas significativo para evaluar la productividad reproductiva, estando la media de la duración de este afectada por la paridad (número de partos anteriores de la cerda) y prolongada después de la primera lactación.
Además de estar presente en las cerda híbridas un intervalo significativamente menor que el de las razas puras a pesar de que este parámetro sufre un aumento en los meses de verano. Y también esta afectado por la duración de la lactancia. Y que en las lactaciones cortas con un promedio de 7 días después de sufrir una interrupción debido al pequeño numero de la camada la muerte de los animales se ha asociado con trastornos reproductivos que están seguidos por una significativa reducción del siguiente tamaño de la camada debido a descensos en los niveles de ovulación o a un aumento de la mortalidad embrionaria.
2.7.2 Influencia del clima en la fertilidad de la cerda
Díaz Montilla, (1992) es del criterio que la humedad relativa del medio ambiente no debe ser superior al 75%. Cuando la temperatura baja y se acompaña de alto grado de humedad se favorece la presentación de enfermedades y es imposible la cría en las porquerizas, además plantea que la temperatura unida a la humedad del aire influye indirectamente; cuando la humedad contenga el aire, mas fuerte se hará sentir el efecto de la temperatura provocado por un frío mas sofocante todo lo cual afecta seriamente el rendimiento reproductivo de la cerdas.
Pérez, (1995) dice que el tamaño de la camada disminuye en las cerdas que no son cubiertas en los meses de mayo a octubre como consecuencia de la fertilización de un menor numero de óvulos lo cual coincide con las altas temperaturas ambientales; mas altas en nuestro país.
Muñoz, (1994) reporta que en el verano los golpes de calor son una causa importante de la mortalidad embrionaria de las cerdas, disminución de la fertilidad de los reproductores así como deficiencias en la presentación del celo y recomienda el uso de receladores acompañado de zonas naturales sombreadas.
Escobar y Espinosa, (1995) refieren que la época del año influye en la efectividad de las cubriciones, lográndose los mejores resultados en los meses de enero hasta mayo y de octubre a diciembre. Incidiendo en ese resultado entre otros factores las temperaturas moderadas y la humedad relativa que es mas baja.
Arias, (1997) sustenta que las investigaciones desarrolladas en Cuba prueben que los factores dependientes del medio ambiente fundamentalmente las altas temperaturas provocan serios trastornos en la reproducción de las cerdas entre ellos: demora en la presentación del celo y baja fertilidad del mismo. Cuando se relaciona la humedad relativa sobre la efectividad de las cubriciones y tamaño de la camada en condiciones de manejo de una unidad comercial los mejores resultados del porciento de gestación se obtuvieron a temperatura por debajo de 28ºC.
Escalante et al (1999) encontraron diferencia en la fertilidad o tamaño de camada de las marranas entre tipos de apareamiento o momentos de servicio. Sin embargo, se encontraron diferencias en el número total de cerdos nacidos (9.04 y 9.71) y nacidos vivos (8.52 y 9.26) de hembras servidas a los 210 días de edad o antes, y las servidas después de los 210 días, respectivamente.
El uso de la IA en el ámbito comercial es factible sin riesgo de afectar negativamente los parámetros reproductivos de marranas primíparas. Bao las condiciones del presente estudio, las marranas con edades menores de 210 días producen camadas más pequeñas que aquellas servidas después de los 210 días de edad.
Al aparear a las hembras primíparas al primer, segundo o tercer estro postpuberal en términos de número de lechones nacidos totales, nacidos vivos y porcentaje de mortalidad al nacimiento; aunque al servir a las hembras primíparas a su tercer estro, se observaron camadas ligeramente más grandes, con un mayor número de lechones nacidos vivos y con menor porcentaje de mortalidad al nacimiento, en comparación con los parámetros obtenidos al servir a las marranas a su primer o segundo estro.
El tamaño de camada al primer parto ha sido positivamente influenciada por el número de periodos estrales previos a la concepción (16,34, 35). Cuando la edad a la primera concepción se incrementa, también se incrementa el tamaño de la primera camada encontró un incremento de 0.02 a 0.062 cerdos por cada día de retraso en la cubrición de las hembras primíparas.
El mayor tamaño de camada en hembras servidas en estros pospuberales contra las servidas en el estro puberal se atribuye a un incremento en la tasa ovulatoria en los estros pospuberales (17, 36) o bien a una mayor mortalidad embrionaria n las hembras servidas al primer estro quizá se deba a la inadecuada preparación del útero por un bajo nivel sistémico de progesterona previo al estro puberal.
Rodríguez et al, (2004) al hacer una estimación de los efectos genéticos y ambientales sobre el peso al nacer y al destete en lechones. Obtuvo como resultados que el promedio de peso al nacer por lechón fue 1.380 kg. y la variancia fue influida por el Año, Mes, Número del Parto, Sexo del Lechón y Raza de los Padres (P<0.01). La regresión lineal sobre el número de lechones nacidos vivos fue -207.89 gr con un valor de significación de (P< 0.01).
El promedio de peso al destete por lechón fue de 13.42 kg. A 58.24 días de edad promedio y la variancia fue influida por el Año, Mes, Número del Parto y la Raza de los Padres el efecto del sexo no fue significativo. La regresión lineal sobre el número de lechones nacidos vivos fue significativa. Nacieron 9.84 lechones vivos de los cuales se destetaron 7.65. La correlación fenotípica entre el peso al nacer y al destete fue estimada 0.29. El h2 del carácter fue estimada en 14.4% y 15.1% para el peso al nacer y peso al destete, respectivamente.
2.7.3 Alimentación de las cerdas.
Domínguez, 2001 y López, et al, 2001 señalaron que en Cuba los dos sistemas de alimentación mas utilizados en las reproductoras en este estudio son los piensos comerciales solamente y los de pienso industriales mas la miel final. La etapa de cubierta de gestación tiene una duración de 114 días. Es imposible ser específicos sobre los niveles de alimento en esta etapa, ya que influyen factores como: Tamaño de la cerda, temperatura ambiental y tipo de ración.
Además plantea que se consideraron haber realizado una buena alimentación llegando al parto en buen estado cárnico y con ejemplo de reservas energéticas, pero sin exceso de grasa. Para ello es imprescindible lograr una adecuada alimentación individual. De 6-12 semanas y de 13-16 semanas deben consumir de 2,5 a 3 kg de pienso industrial más 1,9 kg de miel final. Esto permite garantizar durante el periodo de gestación 250 g de proteínas por día.
Estos mismos autores consideraron que las reproductoras lactantes después del día de parida deben recibir 5 kg diarios de pienso lo cual permitirá una buena producción láctea y se garantizara que no ocurra pérdida de peso en la reproductora.
Fuentes et al (1998) y López et al (2001) plantean que el consumo de alimentos de la cerda gestante esta relacionado con el tamaño de la cerda, temperatura y que la dieta de las cerdas gestantes tienen influencia sobre le desarrollo del feto, por lo que dependiendo de los niveles nutritivos que circulan en la sangre materna, se nutrieron adecuadamente o no el feto.
2.8 Consideraciones sobre el Intervalo parto – primer celo, peso al nacer y tamaño de la camada.
2.8.1 Intervalo parto – primer celo
Con el fin de maximizar la función reproductiva, es importante minimizar el intervalo del destete al primer servicio en la cerda. Bajo una función óptima, el estro deberá presentarse 4 a 10 días después del destete en 85 a 90% de las cerdas. El retorno al estro puede estar influenciado por estación, partos de la cerda, estado nutricional, exposición a verraco, tamaño de la camada al destete, duración de la lactancia y condiciones tensionales después del destete. La causa más común de un retraso en el retorno al estro después del destete (anestro) es una dieta energética insuficiente provista durante la lactancia. Esto es particularmente evidente en cerdas que destetan a su primera camada. La pérdida excesiva de peso durante el final de la gestación resulta frecuentemente en un anestro post-destete. El consumo bajo de alimento durante los meses de verano puede provocar pérdida de peso excesiva durante la lactancia. Esto puede minimizarse al incrementar el porcentaje de grasa en la dieta para mejorar los niveles de energía (Fuentes, 1989).
La tensión al agrupar cerdas o al negar el alimento después del destete alargará en general el intervalo al retorno del estro. El alojamiento de cerdas en pequeños grupos y el mantenerlas con una alta ingestión de energía durante los primeros 7 a 10 días después del destete es benéfico.
La exposición a un verraco adulto acelerará también el retorno al estro en la cerda destetada. Períodos de función cíclica reducida en la cerda durante los meses de verano y otoño pueden prolongar el retorno al estro en cerdas destetadas. El proveer energía adecuada durante la lactancia y la exposición post-destete a un verraco ayudará a reducir este problema.
La duración de la lactancia influencia también el retorno al intervalo de estro. Las cerdas con lactancias cortas, menos de 21 días, requieren en general un plazo ligeramente más largo para reiniciar la función cíclica. El destetar una porción de la camada, en general los lechones más grandes, por lo menos 48 horas antes que los lechones restantes, pueden mejorar el desempeño cíclico si el atraso en el retorno al estro es un problema en el hato.
(Quiles y Hevia, 2003)
2.8.2 Peso al nacimiento
Existe una clara diferencia entre los lechones con un bajo peso al nacimiento y los más pesados en cuanto a la tasa de supervivencia en las primeras horas de vida. Los lechones con bajo peso tienen mayores probabilidades de morir por varias razones: presentan una mayor relación superficie/peso con lo que las pérdidas de calor son más importantes, y, por lo tanto, mayor el riesgo de morir de hipotermia. Presentan menores reservas energéticas al nacimiento y son animales más débiles por lo que se encuentran en desventaja a la hora de competir por las mamas más productivas con el resto de la camada. Y, por último, son animales de reacción más lenta en las primeras horas, por lo que el riesgo de ser aplastados por la cerda es mayor.
Por otra parte, tampoco deberíamos olvidamos de los lechones con un excesivo peso, cuya tasa de supervivencia se puede ver comprometida debido a problemas durante el parto: distocias, asfixias, etc. (Leman, 1995).
Fernández (1985) reporta que no solo el peso individual del lechón influye sino también la uniformidad de la camada, de tal manera que la tasa de mortalidad es mayor a medida que disminuye la uniformidad. Para mejorar la uniformidad de la camada se debe vigilar el aporte energético en el último tercio de la gestación. También se ha observado que existen unos pesos más iguales en camadas procedentes de cruzamientos y de cerdas de mayor edad. Ante camadas muy desiguales, es aconsejable efectuar la adopción de lechones por parte de otras cerdas, con el objeto de ubicar a los lechones más débiles con una cerda y a los más pesados con otra.
Esta práctica de manejo permite mejorar la tasa de supervivencia en las primeros días de vida. Hemos de procurar que el número de lechones sea igual al número de pezones funcionales, efectuándose la adopción en las primeras 24 horas post-parto. La mayor frecuencia de lechones con bajo peso al nacimiento (< 800g) se observa en camadas muy numerosas.
El peso al nacimiento está íntimamente relacionado con el nivel de ingestión de la cerda en el último tercio de la gestación. Por lo que se recomienda aumentar el nivel energético entre un 15 y un 30% en el último mes de gestación, pero sin sobrepasar estos límites (Fernández, 1989).
2.8.3 Tamaño de la camada
La fecundidad o prolificidad (tamaño de la camada) de la cerda depende de la raza, edad, días posparto estado de nutrición y, en menor grado, el manejo del ambiente y del verraco en la monta. Algunas razas son más prolíficas que otras.
En general, las razas blancas, Landrace, Large White y Yorkshire tipo tocino, tienen una ventaja modesta en tamaño de camada. No obstante, existe tanta variación entre líneas genéticas dentro de una raza como la hay entre razas. Además, las tentativas de mejorar el tamaño de la camada por selección genética no han sido exitosas.
La herencia de rasgos reproductivos es aparentemente baja, así, la mejoría del tamaño de la camada en un hato dado se centra en la selección de reemplazo de reserva de hatos prolíficos, al maximizar la heterosis dentro de la raza o al utilizar un sistema de cruza entre razas. Alonso, (1990).
La tasa de ovulación y el tamaño de la camada se incrementan con la edad o pariciones avanzadas, estabilizándose después de 6 o 7 camadas.
La tasa de nacidos muertos aumenta lentamente después de la cuarta parición de manera que la ventaja de mantener cerdas más viejas se pierde en forma gradual. El tamaño de la primera camada se incrementa con el número de ciclo estrales previos al apareamiento. No obstante, las hembras cruzadas precozmente se desempeñan tan bien como las hembras cruzadas más tarde cuando se consideran las últimas pariciones (Leigh, 1981).
El destete precoz, que resulta en un intervalo más corto desde el parto al siguiente servicio, resultará en general en tamaños más pequeños de camada en todas las pariciones. El cruzar las cerdas de un lapso de 21 días después del parto reducirá de manera significante el tamaño de la camada, mientras que se incrementará en general cuando el intervalo desde el parto se prolonga hasta 35 días (Broson, 1985).
El estado nutricional del hato reproductor puede influir sobre el tamaño de la camada, aunque estos efectos son mínimos si se dan raciones adecuadas.
Las deficiencias nutricionales afectan habitualmente la función cíclica estral. El aumentar la ingestión de alimento durante 10 a 14 días antes del momento esperado para la monta incrementará las tasas de ovulación en uno o dos ovocitos en cerdas de reemplazo. Las cerdas de primer y segundo parto son particularmente vulnerables a deficiencias de energía y a pérdida de peso durante la lactancia. Estas cerdas se beneficiarán con alimentación total durante la lactancia y después del destete; esto tiene como resultado mejor función cíclica y camadas más grandes (Garnet, 1979).
Una alta temperatura ambiental puede afectar en forma adversa la tasa de ovulación e incrementar la mortalidad embrionaria. De la misma manera, la fertilidad del verraco puede deprimirse por temperaturas ambientales excesivamente bajas o altas.
El tamaño de la camada y la tasa de concepción se ven también afectadas adversamente por una mala programación de apareamiento. Los apareamientos múltiples ayudan a evitar este problema. La sobre utilización de un verraco resulta en una dosis fecundante reducida de espermatozoides y puede afectar en forma adversa el tamaño de la camada y las tasas de concepción (Ministerio de la Agricultura, 1994).
El trabajo investigativo se desarrollo en el centro genético La Unión ubicado a 5 Km de Palma Soriano en la provincia de Santiago de Cuba.
Las naves dedicadas a las reproductoras poseen un sistema de drenaje y limpieza con agua de presión, la que se recoge en las lagunas de oxidación, su orientación es adecuada con respecto a las radiaciones solares y el viento, coincidiendo su eje con los puntos noreste y sureste. Además de encontrar árboles en los alrededores.
Para la investigación se utilizo la información de 1064 partos y 798 periodos interpartales y de servicio provenientes de 79 padres y 369 madres de las razas Landrace, Duroc y Yorkland tomada de los registros productivos y reproductivos referentes a los años 2000-2005.
El sistema de alimentación fue a base de pienso de gestación para puercas vacías, gestadas, gestadas de 8-12 semanas y de 13 a 16 semanas; y para las crías pienso de inicio y de exportación.
Los rasgos analizados fueron el peso al nacer de la camada (PCN), Tamaño de la camada al nacer (TC), Peso al destete de la camada (PDC), peso al nacer de las crías (PCN), Lechones destetados (LD), peso al destete de las crías (PCD) y los periodos entre partos y de servicio antes abordados.
Se aplicó un GML (modelo lineal) que incluyó los efectos de la raza (Yorkland, Duroc y Landrace) y la época de parto en trimestres (Mayo-Julio); (Agosto-Octubre); (Noviembre-Enero); (Febrero-Abril).
Se utilizo el programa estadístico SPSS Versión 11.0; 2002, y la separación de las medias se realizó mediante la prueba de Tukey al nivel de significación del 5%
El comportamiento de algunos indicadores relacionados a la camada (Tabla 1) muestra como el genotipo presenta un efecto significativo en el comportamiento del peso de la camada, tamaño de la camada y peso al destete de la camada al nacer coincidiendo con las investigaciones realizadas por (Leigh, 1977); (Lui et al, 1980); (Milagres, 1981).
Por otra parte en la tabla se puede observar que el valor promedio más alto del peso de la camada al nacer correspondió a la raza Landrace con una media de 13.1 kg y el tamaño de la camada peso al destete la raza Yorkland con una media de 10.4 y 73.3 respectivamente. Resultados que coinciden con lo planteado por (De Venanzi, 1993) que obtuvo resultados similares en los cuales abordo que las razas Landrace y Yorkland fueron las de mejor comportamiento productivo y reproductivo.
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