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La motivación del paciente como alternativa para la prevención de las alteraciones gingivo periodontales

Enviado por carmenrosa


Partes: 1, 2

    Indice1. Introduccion3. Consideraciones generales con relación a la etiologia de la enfermedad periodontal4. Significación de la motivación en la prevención de las enfermedades periodontales.5. La motivación. Consideraciones previas6. Teorías que explican el proceso de motivación7. Variables relacionadas con el proceso motivacional8. Lineamientos para un programa de prevencion de la enfermedad y restitucion de la salud periodontal9. Conclusiones10. Literatura Citada Y Consultada

    1. Introduccion

    Las enfermedades periodontales constituyen una de las alteraciones de la cavidad bucal más prevalentes en el ámbito mundial y su prevención depende más de la motivación del paciente para la ejecución de comportamientos adecuados de cuidado bucal que de la aplicación de tecnología clínica37.

    Esta consideración involucra a los profesionales de la Odontología y específicamente al Periodoncista en una responsabilidad, motivar al paciente, para que asuma la salud periodontal como un valor. El odontólogo debe inducir a las personas para que contribuyan con su esfuerzo al logro de este objetivo. Este es el desafío de la motivación y una parte necesaria en la práctica de la odontología consiste en dilucidar las condiciones bajo las que se puede motivar a las personas.

    Ahora bien," la motivación es un concepto genérico que designa variables que no pueden ser inferidas directamente de los estímulos externos, pero que influyen en la dirección, intensidad y coordinación de los modos de comportamiento aislados que conducen a alcanzar determinadas metas; es el conjunto de factores innatos (biológicos) y aprendidos (cognoscitivos, afectivos y sociales) que inician, sostienen o detienen la conducta"22.

    Según Fourcarde R. (1977)12, la motivación constituye la base del desencadenamiento y mantenimiento de las actividades y comportamientos que determinan las conductas humanas. La motivación pone al organismo en movimiento, lo dirige. Los estímulos exteriores solamente adquieren, en último análisis, su poder directivo en virtud de una exigencia impulsora y selectiva inherente a la motivación misma.

    Especifica, Flores Carmen T. (1994)11 que la motivación es algo dinámico, que genera cambios en las personas, que toma en cuenta la historia personal y su experiencia, que puede atribuirse a estímulos externos pero también hay reacciones provocadas por estímulos internos. El fenómeno no se manifiesta de la misma manera, distintas personas reaccionan diferente ante los mismos impulsos, se puede decir, que se manifiesta de una forma muy personal y selectiva. La autora considera que la motivación es un proceso dinámico en el cual el individuo orienta sus acciones hacia la satisfacción de las necesidades generadas por un estímulo concreto y, al conseguirlo experimenta una serie de sentimientos gratificantes.

    Lo expuesto orienta a considerar que las posibilidades de motivar a un paciente se incrementarán cuando el odontólogo conoce sus necesidades con relación a la salud, sus creencias y expectativas, y, reconoce que las personas actúan conforme a sus propios intereses, definidos éstos por sus necesidades. Motivar para que se asuma la salud como un valor, requiere que los pacientes puedan satisfacer sus necesidades al aplicar normas para la prevención de las enfermedades y restitución de la salud periodontal.

    López V. Néstor (1997)18, señala que "el núcleo de cualquier programa preventivo de las alteraciones gingivo-periodontales, es la fase de limpieza de los dientes, en la que al individuo se le instruye con relación a las técnicas de control de la placa bacteriana y motiva para que las aplique todos los días. El control de la placa es la única medida eficaz para prevenir las enfermedades periodontales y mantener una higiene bucal adecuada, la única forma de controlar la formación de placa".

    Ahora bien, el cepillado dental es una actividad diaria practicada regularmente por la mayoría de la población mundial. Smitth AJ & Striffer DF (1963)39, reseñan que el 86% de los norteamericanos del sexo masculino y el 98% del sexo femenino, se cepillan los dientes al menos una vez al día.

    Scheihman A. (1970)38, informa resultados similares en Inglaterra. Blinkhorn A. (1978)1, encontró que el cepillado de los dientes es parte del proceso de socialización primaria del niño, y las madres son un elemento fundamental en el establecimiento del hábito; pero de las madres estudiadas, solamente, el 20% había recibido instrucciones profesionales acerca de cómo cuidar los dientes de sus niños.

    Por otra parte, las investigaciones indican que dos terceras partes de los pacientes que abandonan los programas preventivos, lo hacen en los primeros noventa días42 y que una vez que la instrucción profesional termina los efectos no continúan y los pacientes en sus visitas posteriores de chequeo periódico 2 ó 3 meses después, regresan con niveles de placa dental iguales o peores que los observados antes de las instrucciones de higiene bucal37.

    Asimismo, existe evidencia que las personas son capaces de alterar su comportamiento sin necesidad de asistencia profesional. Schacter S.(1982)36. reseñó que es común observar cambios de conducta a largo plazo en fumadores, obesos y drogadictos, cuando los individuos se encontraban automotivados. Luego de varios intentos los individuos fueron exitosos en cambiar la conducta por sí mismos.

    Surgen en consecuencia las siguientes interrogantes: ¿Por qué fallan los programas de control de placa? ¿Por qué se dificultan los cambios de hábito?, y más aún ¿Por qué no se mantiene en el tiempo los cambios logrados?.

    Seif R. Tomás (1997)37, enumera 9 problemas, relacionados directamente con el paciente, que minimizan la efectividad de los programas de control de placa, a saber:

    Los programas de control de placa comienzan demasiado temprano en el plan de tratamiento.

    El control de placa comienza sin que el paciente se sienta dueño de su problema.

    Ausencia de acercamiento personalizado en el programa preventivo.

    Se asumen razones erróneas con relación a las fallas del paciente en su control de placa.

    Los viejos hábitos son automáticos

    Se asume que el paciente tiene suficiente destreza para una adecuada higiene bucal.

    Se trata de enseñar demasiadas cosas, demasiado rápido.

    No existe un adecuado seguimiento al programa preventivo.

    Las actividades preventivas muchas veces no se ofrecen a quienes más las necesitan.

    Analizando cada uno de estos problemas se identifica que se obvian un conjunto de factores relacionados directa o indirectamente con el proceso motivacional cuyo reconocimiento podría contribuir al éxito de estas

    estas actividades. Así, en los programas preventivos:

    Se desconocen los hábitos de higiene bucal del paciente

    No se determina si el paciente siente que tiene un problema y si siente deseos de solucionarlo en ese momento.

    No se personaliza el mensaje y por consiguiente la información que se suministra no es relevante para el problema específico del paciente.

    Se tiende a pensar que el paciente no sabe como utilizar los aditamentos de higiene bucal o no entiende la importancia de hacerlo.

    La mayoría de las veces se inician las instrucciones de higiene sin evaluar los procedimientos que el paciente utiliza.

    Se trata de enseñar al paciente a cepillarse, correctamente, los dientes en una sola sesión.

    No se tiene un sistema adecuado de recordatorio en la consulta.

    Los programas de control de placa se ofrecen más a pacientes sanos que a pacientes enfermos.

    En síntesis, un programa motivacional para prevenir o restaurar la salud gingivo-periodontal deberá sustentarse en el conocimiento de la persona, generando interés, demostrando preocupación, escuchando y facilitando información. Cuando existe una discrepancia entre la actuación deseada del paciente y la actuación real se trata por lo general de fallas en el proceso de motivación que imposibilitan establecer y mantener un hábito a largo plazo.

    Ahora bien, cepillarse y usar hilo dental diariamente, elimina la placa y el detrito alimenticio en los dientes, interrumpiendo el proceso de la enfermedad periodontal. Sin embargo, más de la mitad de todas las

    personas mayores de 18 años tienen al menos los estadios iniciales de la periodontopatía y después de los 35 años, tres de cuatro adultos son afectados por la enfermedad. Pero las periodontopatías pueden ocurrir en cualquier edad, los jóvenes y niños de cinco o seis años pueden tener signos de esta enfermedad28.

    Con relación a la prevalencia de estas enfermedades en Venezuela,el Estudio par la Planificación Integral de la Odontología (1968)24,

    determinó en el 45% de la población entre 7 y 14 años algún signo de enfermedad periodontal que se agrava a medida que avanza la edad. Morón Alexis, Vanegas Wiliam & Salazar Carmen R. (1986)26, informan como resultado de estudio realizado en el Area Metropolitana del Distrito Maracaibo una prevalencia de 54,53%, presentándose la enfermedad en forma leve en los grupos de 15 a 19 años y severa después de los 65. Los resultados publicados por el Centro de Estudios sobre Crecimiento y Desarrollo de la Población Venezolana (FUNDACREDESA)6 en 1987 corroboran que las lesiones periodontales "se profundizan o afianzan con más frecuencia en personas o grupos en las que el medio actúa favoreciendo su aparición, manifestándose en los estratos más bajos el porcentaje mayor de enfermedad periodontal. Asimismo, indica FUNDACREDESA que "en sujetos entre 7 y 40 años del sexo masculino, los niveles de enfermedad son mayor, predominando en la zona urbana de la región centro-occidental, nor-oriental y metropolitana. En las áreas rurales predominó en la región centro-occidental y zuliana. Otros estudios epidemiológicos realizados en el estado Zulia: Una aproximación a la caracterización del perfil epidemiológico bucal de El Guanábano, Distrito Bolívar (1988)15 y Proyecto Rinconada. Diseño e implementación del nivel de atención primaria (1989)35, reportan resultados similares a los obtenidos por Morón & Col. , en el Area

    Metropolitana de Maracaibo en 1986. Más recientemente los hallazgos de investigaciones no epidemiológicas, verifican que el escenario no se ha modificado, significativamente, en las dos últimas décadas; así, Mavare Jacobo ( 1989)23, estudia un grupo de 66 individuos en el Municipio Sucre, estado Zulia e identifica un 39,39% (26) de casos con alteraciones

    periodontales, en éstos se diagnosticó: enfermedad periodontal destructiva (16 casos), gingivitis simple (6 casos) y comienzo de enfermedad periodontal destructiva (4 casos).

    Refiere Estupiñan-Day Saskia (1995)8, Asesora Regional de Salud Oral de la Organización Pan Americana de Salud (OPS), que para cambiar el perfil epidemiológico y sus factores determinantes, los países de América Latina y el Caribe se han valido de una red organizada para la prestación de servicios curativos de salud bucodental, con la participación del sector público, principalmente, y el sector privado. No obstante, estos servicios pueden ser inadecuados para atender las cambiantes necesidades de las comunidades. En muchos países de América Latina y el Caribe, los servicios públicos de salud bucodental están mal organizados, disponen de pocos recursos y carecen de personal suficiente. Una atención de calidad sólo se puede obtener en las zonas urbanas a costos elevados. Por otro lado, aunque los proveedores privados quizás son más accesibles, su respuesta al problema es más bien curativa y generalmente tienen acceso a los servicios dentales privados los grupos de más altos ingresos económicos.

    Por consiguiente, señala Estupiñan-Day, la Organización Pan Americana de la Salud (OPS) para promover el mejoramiento de las condiciones de salud bucodental en los países de las Américas y ayudarlos a desarrollar servicios accesibles, eficaces y sostenibles; define, las estrategias siguientes:

    1. Promover programas preventivos nacionales de salud bucodental destinados a reducir la incidencia de caries y periodontopatías.

    b) Fortalecer la integración sostenible de los servicios de salud bucodental a los sistemas locales de salud (SILOS).

    1. Sugerir la formación de recursos humanos apropiados para atender las necesidades y nuevas direcciones de los programas de salud bucodental en la región.
    2. Apoyar la formulación de políticas sobre educación, así como los programas de comunicación orientados a mejorar el proceso decisorio y concienciar a la comunidad con respecto a las caries, las periodontopatías, ….. y prácticas preventivas.

    Es innegable la significación asignada por la OPS a la prevención de las enfermedades bucodentales, estableciendo como fundamento de esta acción la educación, la comunicación y la concienciación de la comunidad. Naturalmente, para el éxito de las actividades involucradas en estos procesos, la motivación de cada persona será de significativa importancia.

    Lo expuesto justifica la búsqueda de una alternativa que posibilite cambios conductuales, a largo plazo, en el paciente con relación a prevención y curación de las enfermedades periodontales. Una alternativa que sustentada en la persona, en los atributos que conforman su ser, pensar y actuar, le motive, le impulse sostenidamente hacia el logro de mejores condiciones de salud bucal.

    2. Objetivos De La Investigacion

    Objetivo General

    Fundamentado en los principios que explican la conducta que puede asumir el hombre en situaciones específicas y que determinan su éxito o fracaso, formular los lineamientos para un programa de motivación individual que facilite al odontólogo la ejecución en el consultorio de actividades para la prevención de la enfermedad y restitución de la salud periodontal.

    Objetivos Específicos

    Describir la etiología de la enfermedad periodontal y la significación de la prevención para su control y tratamiento.

    Describir las teorías motivacionales

    Identificar en las teorías motivacionales las variables a considerar en un programa para la prevención y restitución de la salud periodontal.

    3. Consideraciones generales con relación a la etiologia de la enfermedad periodontal

    Por enfermedades periodontales se entienden un conjunto de procesos inflamatorios que afectan el periodonto, es decir, al conjunto de tejidos que rodean al diente causando la destrucción del hueso y provocando la pérdida de la dentición31. El concepto enfermedad periodontal es amplio y en principio incorpora todas las condiciones clínico-patológicas relacionadas con la gingiva, ligamento periodontal, cemento dental y hueso alveolar. La afección y destrucción de estos tejidos de soporte dental denominados, generalmente, periodonto, traería como consecuencia una disminución paulatina de la función dental y su posterior pérdida total34.

    Básicamente las enfermedades periodontales se dividen en gingivitis y periodontitis, teniendo a su vez, cada una de ellas, varias subclasificaciones con distinta gravedad. Las enfermedades periodontales son la causa más importante de pérdida dental en adultos, afectando a tres de cuatro personas en algún momento de sus vidas31.

    La gingivitis es la inflamación de la encía sin destrucción del hueso y por lo tanto reversible. Se caracteriza por enrojecimiento y sangrado fácil de la encía. El tratamiento de este proceso, por otra parte sencillo, es muy importante pues puede evitar la progresión a periodontitis, donde hay daños irreversibles en las encías y estructuras de soporte del diente. La progresión de la enfermedad sin tratar, hace que los dientes se vuelvan móviles, pudiendo caerse o ser extraídos. Los signos más típicos de la enfermedad periodontal son31: Encías enrojecidas, inflamadas o dolorosas

    Sangrado al cepillarse o espontáneo. Retracción de las encías y sensibilidad al frío Mal aliento persistente Movilidad de dientes Desplazamiento de dientes y cambios en la mordida Flemones dolorosos de repetición en las encías

    La enfermedad periodontal es de causa bacteriana, producida por el acumulo de placa bacteriana, una capa pegajosa e incolora que se forma constantemente y se adhiere al diente en contacto con la encía. Una higiene bucal diaria meticulosa, es esencial tanto para prevenir como para tratar la enfermedad. Además de la placa bacteriana pueden actuar cofactores alterando la respuesta del organismo, como son: el tabaco, la dieta, el estrés y enfermedades que afecten el sistema inmune31.

    Los factores etiológicos de la enfermedad periodontal han sido clasificados en locales y sistémicos. Los factores locales son los que se encuentran en el medio ambiente inmediato al periodonto, en tanto que los sistémicos derivan del estado general de salud del paciente. Los factores locales causan inflamación, principal proceso patológico de la enfermedad periodontal, los factores sistémicos regulan la reacción de los tejidos a los factores locales, de modo que el efecto de los irritantes locales puede resultar agravado por condiciones sistémicas desfavorables16.

    La placa bacteriana, como factor local, es necesaria para el inicio de la enfermedad. Sin embargo, una cantidad pequeña pero variable de placa, puede ser controlada por los mecanismos de defensa del organismo, resultando un equilibrio entre agresión y defensa. Este equilibrio puede romperse bien por aumento de la cantidad de placa, la virulencia de las bacterias y la reducción de la capacidad defensiva del organismo3

    La patogenia de la gingivitis presenta tres etapas: inicial, temprana y establecida. La lesión inicial corresponde a una inflamación aguda que puede ser inducida experimentalmente al aplicarse extractos de placa bacteriana sobre la encía normal. La lesión temprana se caracteriza por infiltrado celular linfoide que se ve en los sitios de reacciones de hipersensibilidad mediada por células y puede inducirse al aplicar antígenos purificados de contacto a los tejidos gingivales sensibilizados previamente. A medida que la condición empeora, las lesiones establecidas pueden permanecer estables por tiempo indefinido o retroceder29.

    Las manifestaciones clínicas de la gingivitis son fenómenos episódicos caracterizados por brotes discontinuos de inflamación aguda. La mayoría de las lesiones son transitorias o persistentes pero no progresivas. La pérdida de los niveles de inserción puede, preceder a la pérdida del hueso alveolar, sin las manifestaciones de una gingivitis concurrente o precursora. Por otro lado, las evidencias indican que algunas de las lesiones de gingivitis pueden, y en efecto lo hacen, progresar a periodontitis3,16.

    A partir de los trabajos de Löe H. (1963)17, se asigna significativa importancia a la profilaxis en el tratamiento periodontal. La eliminación de la placa bacteriana, el cálculo dental, las pigmentaciones y películas de la superficie dental. Así, raspadores, curetas y ultrasonido, entre otras

    modalidades, para aumentar la queratinización de la encía y reducir la inflamación, se han generalizado en la consulta odontológica. En el hogar, el cepillo dental, el agua a presión y el uso de productos químicos con efecto antiplaca; son complementos en el tratamiento odontológico para evitar la recurrencia de la alteración periodontal tratada.

    No obstante, los avances en el tratamiento de las alteraciones periodontales, el conocimiento científico de su etiología y la respuesta de la enfermedad a las modalidades terapéuticas, se enfatiza que para su prevención lo fundamental es mantener el ambiente bucal limpio para evitar la proliferación de bacterias patógenas que producen trastornos en los tejidos de soporte y conservar la capacidad de defensa del huésped a través de la adecuada salud física y mental14.

    La enfermedad periodontal, en contra de viejas creencias, no es ni incurable ni irremediable, pudiendo tratarse hoy en día con éxito, aunque es muy importante detectarla en sus fases más precoces para evitar tratamientos complejos. La enseñanza efectiva de un cepillado meticuloso con empleo rutinario de seda dental y un programa de visitas periódicas al dentista, son las medidas preventivas más eficaces para el control de estas enfermedades31.

    4. Significación de la motivación en la prevención de las enfermedades periodontales.

    Hay cuatro principios básicos a tener en consideración para la prevención de las enfermedades periodontales:

    1. Las enfermedades periodontales son enfermedades infecciosas de origen bacteriano
    2. Hay una estrecha relación entre enfermedades periodontales y placa bacteriana
    3. Si se practica una limpieza bucal efectiva, se puede prevenir y controlar las enfermedades periodontales
    4. La medida preventiva más eficaz para prevenir las enfermedades periodontales es la cuidadosa remoción mecánica de la placa bacteriana18.

    Sustentado en estos principios, López Villarroel Néstor (1995) 18 señala que el eje de cualquier programa preventivo de enfermedades periodontales, es la fase de limpieza de los dientes, en la que se enseñan al individuo las técnicas de control de placa y se le motiva para que las aplique todos los días.

    La remoción de la placa debe efectuarse diariamente por cada individuo, y debe ser complementada por profilaxis profesional periódica. Esto significa que la prevención de las enfermedades periodontales va a depender de la conducta de cada persona, conducta que está determinada por la motivación que tenga en salud bucal18.

    En la enseñanza de los procedimientos preventivos que evitan la formación de placa se debe motivar, educar y entrenar al paciente en el uso de técnicas de control de placa bacteriana18.

    Motivar es combinar la entrega de información con la exhortación a hacer lo correcto. Motivar es reconocer un deseo o una necesidad que hace al individuo actuar. El éxito de los programas preventivos en periodoncia está relacionado en gran parte con la motivación de las personas para buscar cuidados permanentes para su salud bucal7. La persona debe saber que es posible prevenir las enfermedades bucales, por lo que el odontólogo debe entregarle la información necesaria y adecuada18.

    Para lograr la motivación de una persona para mantener o recuperar su salud, esta persona debe sentir que es susceptible de enfermar. Y debe estar consciente que la falta de cuidado o tratamiento puede tener serias consecuencias, y por lo tanto deberá priorizarlas con relación a cosas que quiera hacer o comprar18.

    El odontólogo debe persuadir al paciente a conducirse de modo que pueda alcanzar su meta: esto es la salud bucal. La meta de la salud bucal debe ser valorada y percibida por la persona como alcanzable con el cambio de conducta. Debe convencerse que la inversión de tiempo y dinero en cuidados de su salud puede prevenir o disminuir la posibilidad de perder sus dientes. La persona debe convencerse que es necesario y ventajoso practicar medidas preventivas para mantener la salud o disminuir el riesgo de enfermar18.

    Se debe despertar una actitud positiva hacia la conservación de la salud bucal sin producir ansiedad o temor, enfatizando los beneficios que se derivan de mantener los dientes y encía sanas, más que los perjuicios que pueden ocurrir. Las técnicas de motivación basadas en amenazas y en el miedo da resultados impredecibles. Algunas personas pueden reaccionar positivamente, otras, con baja autoestima reaccionan negativamente18.

    Para conseguir una actitud positiva para mantener la salud, la persona debe estar convencida del beneficio que obtendrá con la práctica de los cuidados preventivos, y debe sentir satisfacción derivada de la práctica de cuidados preventivos. Satisfacciones tales como:

    • Psicológicas: prevenir lesiones dolorosas
    • Emocionales: boca agradable, fresca, sin molestias para comer
    • Estéticas: verse bien, atractivo, joven
    • Sociales: bien aceptado por otros, sin mal aliento
    • Económicas: evitar costos de tratamiento por enfermedades totalmente posibles de prevenir

    En este mismo orden de ideas; Seif R. Tomás (1997) señala que aunque resulta absurdo, existe una gran cantidad de profesionales que dan más importancia a la intervención clínica que a las medidas preventivas y el fracaso al tratar de cambiar la conducta de cuidados dentales es vista, en general, como culpa del paciente por una falla de <<cumplimiento>> con los regímenes preventivos37.

    El término <<cumplimiento>>, señala el autor, tiene de hecho, cierto contenido peyorativo e implica que los profesionales de la salud esperan obediencia y aceptación de sus instrucciones por parte de los pacientes. Se trata de un modelo de relación odontólogo-paciente de tipo autoritario, vertical. El profesional da las instrucciones, el paciente debe cumplirlas. La conducta propuesta al paciente es pasiva, sumisa. Las conductas previas o actuales del paciente con relación a su auto-cuidado en el hogar no son por lo general indagadas37.

    Seif R., propone seis fases esenciales para el diseño de un programa preventivo, refiriendo la 4ta. y 5ta fase al cambio conductual y reforzamiento de las nuevas conductas. En la 6ta. fase, cuando se evalúa el programa, reconoce la motivación como uno de los elementos que contribuyen al éxito o fracaso de los programas preventivos y diferencia la motivación en: externa e interna.

    La manera clásica de motivar a los pacientes es proporcionando información de las consecuencias positivas o negativas que se generan a partir de determinada conducta. Esta forma de motivación externa tiene que ver con la información, interés y preocupación del profesional de la salud para con el paciente. La motivación externa es útil únicamente en situaciones en las que el paciente carece de información y no conoce ni entiende la naturaleza de su enfermedad. En estos casos, la información por sí misma no lleva a cambios de conducta estables en el tiempo37.

    La motivación interna refiere el verdadero deseo o disposición de la persona en cambiar su conducta y sus potencialidades para poder intentar y realizar el cambio. Un individuo internamente motivado es un buen candidato para un programa preventivo; más aún, si tiene un historial de logros y metas en su haber, ya que es una persona acostumbrada a luchar para alcanzar sus metas37.

    En síntesis, el odontólogo debe considerar la motivación como una herramienta fundamental para que el paciente logre cambiar su conducta con relación a salud periodontal e integre a su personalidad como un hábito de la vida diaria, la ejecución permanente de los procedimientos que le garantizan mantener un ambiente bucal libre saludable. Para esto, es necesario que el paciente entienda su problema y se sienta responsable del mismo. Sin esta motivación, es muy poco lo que se puede hacer para evitar la enfermedad.

    Ahora bien, la motivación es un proceso dinámico que genera cambios en las personas. Una energía que dirige el comportamiento de las personas en direcciones específicas e integra factores biológicos, cognitivos y sociales. Por consiguiente, para lograr el cambio de conducta es imprescindible identificar en el programa preventivo las variables motivacionales que analizadas como un todo e identificadas sus relaciones con patrones de conductas adquiridos pueden ser redimensionados con la finalidad de lograr mejoras en la situación de salud periodontal del paciente.

    Si se pretende cambiar el curso de un determinado proceso de morbilidad mediado por la conducta de las personas, no basta saber que su comportamiento puede derivar en pérdida de salud. Hay que saber por qué se comportan como lo hacen y cómo puede sustituirse su conducta. Esta es la base para el éxito de los programas preventivos.

    5. La motivación. Consideraciones previas

    La motivación es un proceso dinámico, los estados motivacionales están en continuo flujo, en un estado de crecimiento y declive perpetuo. Mucho motivos se ciñen a un proceso cíclico de cuatro etapas: a) anticipación, b) activación y dirección, c) conducta activa y retroalimentación (feedback) del rendimiento y c) resultado32.

    En la fase de anticipación, el individuo tiene alguna expectativa de la emergencia y satisfacción de un motivo. Esta expectativa se caracteriza por un estado de privación y deseo de conseguir una meta. Durante la fase de activación y dirección, el motivo es activado por un estímulo intrínseco o extrínseco. El motivo, a su vez, legitima la conducta que surge a continuación. Durante la conducta activa y el feedback del rendimiento, el individuo participa en conductas dirigidas que le permiten aproximarse a un objeto-meta deseable o distanciarse de un objeto-meta aversivo. Mediante los esfuerzos de enfrentamiento y la resultante retroalimentación de éxito o fracaso, el individuo evalúa la efectividad de la conducta dirigida. En la fase de resultado, el individuo vive las consecuencias de la satisfacción del motivo (sí el motivo no está satisfecho, entonces persistirá la conducta)32.

    Este proceso se puede aplicar a modo ilustrativo, al miedo a hablar en público. Antes del acontecimiento, la persona ve la conferencia como una amenaza personal y se imagina todas las cosas que le pueden salir mal. Ver el público (un estímulo externo) provoca un principio de miedo. Como respuesta al miedo, la persona exhibe tendencias de evitación y probablemente intentará salirse de la situación. Suponiendo que no puede evitar la conferencia, la persona realiza conductas verbales y no verbales que provocarán el aplauso o el desinterés del público. Si la retroalimentación del rendimiento es favorable, el miedo se disipará seguramente. Si el feedback es negativo, persistirá el miedo y el ponente seguirá mostrando respuestas de enfrentamiento32.

    Cuando la conducta está motivada por fuerzas intrínsecas (por ejemplo, fatiga, curiosidad) está auto-regulada. Cuando la motivan fuerzas extrínsecas (por ejemplo, dinero, halagos) está regulada por el ambiente32.

    La motivación regulada por el ambiente es generalmente una consecuencia artificial y extrínseca de una conducta32. En el caso de un paciente, algunos motivadores extrínsecos podrían ser: mejor apariencia física, relacionarse mejor con otras personas, los elogios de la familia y el odontólogo. Cada uno de estos motivadores extrínsecos es una consecuencia socialmente fabricada que no tienen nada que ver con el acto de mantener una adecuada salud periodontal. Por lo tanto, aspectos del ambiente aportan la motivación para realizar o no la conducta32.

    La motivación auto-regulada generalmente surge de intereses, necesidades y reacciones personales al propio comportamiento. Para el trabajador, las reacciones propias de su trabajo pueden incluir sentimientos de competencia o maestría. Si la evaluación de la competencia personal produce unos sentimientos tan positivos, éstos pueden convertirse en motivadores intrínsecos para seguir trabajando. Se puede comer por una necesidad de hambre y organizar fiestas con los amigos por una necesidad de afiliación. En cada uno de estos ejemplos hay agentes internos que aportan la motivación necesaria para realizar o no la conducta32.

    Los motivos humanos se ha organizado basándose en modelos jerárquicos. Así, algunos modelos cumplen funciones básicas y de supervivencia mientras que otros tienen funciones superiores orientadas hacia el crecimiento. A modo de ejemplo, la clásica jerarquía de necesidades de Abraham Maslow (1943) incluye necesidades fisiológicas, de seguridad, pertenencia, valoración y autorealización. Las necesidades fisiológicas y de seguridad atienden a las necesidades de supervivencia más básicas, mientras que las necesidades de autorealización atienden a necesidades orientadas hacia el crecimiento. La jerarquía de Maslow es positiva en el sentido que constituye una integración teórica de necesidades que de otro modo no estarían relacionadas. Para Maslow, las necesidades fisiológicas dominan la motivación humana en cuanto que la satisfacción de estas necesidades de seguridad emerja, energeticen y dirijan la conducta. A su vez, la gratificación de las necesidades de supervivencia y seguridad permiten que emerjan las necesidades de pertenencia (o amor)32.

    Buck Ross (1985) propone un modelo más actualizado de los sistemas motivacionales humanos. Para Buck, existen cinco grandes sistemas de motivación/emoción: instintos, pulsiones primarias, pulsiones adquiridas, emociones y motivación de competencia. Para Buck, los instintos y pulsiones primarias generalmente atienden las necesidades básicas de supervivencia del individuo. Las pulsiones adquiridas, las emociones y la motivación de competencia, generalmente sirven a las necesidades de adaptación y crecimiento. Conjuntamente, los cinco sistemas dotan al individuo de un juego de completo de estructuras internas para afrontar de forma efectiva las complejas exigencias del ambiente. Cada sistema tiene un propósito especial32.

    No siempre somos conscientes de la base motivacional de nuestra conducta. Los motivos humanos pueden ser evidentes o no tan evidentes, comprensibles o inexplicables, conscientes o inconscientes. Este principio sirve para señalar que los motivos de la conducta humana no siempre son inmediatamente aparentes.

    Expresiones de Motivación. La motivación, como la inteligencia, no es fácilmente observable. La motivación se infiere observando sus manifestaciones. Así, para inferir si un individuo está hambriento miramos si come más rápidamente de lo habitual, si mastica vigorosamente y se olvida de las convenciones sociales al comer32.

    Afortunadamente, se sabe mucho sobre los antecedentes que dan lugar a las condiciones motivacionales. Ya que se conocen los antecedentes a muchos estados motivacionales, no siempre se está en la postura incierta de inferir la motivación del comportamiento. En otras palabras se puede asegurar que después de 72 horas sin comer, la persona tendrá hambre; después de interferirle una meta importante la persona estará frustrada; y después de ganar una competencia la persona se sentirá competente. La privación de comida lleva al hambre, la interferencia en una meta a la frustración y los mensajes objetivos de efectividad llevan a evaluaciones de competencia. Sólo en el caso que se desconozcan estas condiciones antecedentes existe la necesidad de inferir los estados motivacionales de la conducta. Asumiendo que se desconocen las condiciones antecedentes, hay tres categorías de actividad que expresan la motivación: conducta abierta, fisiología y auto-informe.

    Conducta Abierta. Seis factores de la conducta pueden ser indicativos de la presencia e intensidad de una emoción:

    Latencia, es el tiempo que tarda en producirse una respuesta tras la exposición a un estímulo. Como regla general, a menor latencia de respuesta, mayor la intensidad de emoción inferida.

    Persistencia, es el intervalo de tiempo entre el comienzo de una respuesta y su cese. La persistencia de la respuesta es proporcional a la intensidad del motivo de esa conducta.

    Elección o preferencia, sitúa al individuo frente a dos estímulos y le pide que participe voluntariamente en uno u otro. Generalmente, las personas disponen de varias opciones de conducta de las que escogen una.

    Amplitud, es la intensidad de respuesta de un individuo ante un estímulo. Cuanto más intensa es la conducta, mayor será la fuerza del motivo inferido.

    Probabilidad de respuesta. Se refiere a las ocasiones en las que se produce una respuesta dirigida hacia una meta en proporción al número de oportunidades de que se dé la repuesta.

    Expresiones faciales y corporales comunican, en parte, los aspectos emocionales de la conducta. Una sonrisa, los cambios de posición, las expresiones faciales, comunican la presencia e intensidad de los motivos y emociones.

    Estos seis aspectos de la conducta ofrecen datos observables de los que se puede inferir la motivación. Cuando la conducta tiene una latencia corta, una persistencia larga, una probabilidad de producirse, es intensa, e incluye xpresividad facial o de gestos, entonces existen datos a partir de loscuales se puede inferir un motivo relativamente intenso. Cuando la conducta tiene una latencia larga, poca persistencia, baja probabilidad de producirse, no es intensa e incluye poca expresividad facial y de gestos, o si el individuo persigue un objeto-meta alternativo, entonces se puede inferir la ausencia de un motivo, o al menos uno bastante débil32.

    Otra manera de evaluar la motivación es pedirle a la persona un auto-informe de su nivel de motivación. Esto se puede hacer en una entrevista o mediante un cuestionario. La ventaja de los cuestionarios es que son fáciles de administrar, permiten recabar la información exacta, y le dan a la persona que responde varias opciones de respuesta a una pregunta concreta. Sin embargo, las personas pueden distorsionar sus auto-informes deliberadamente para dar puntuaciones socialmente deseables y desconocer sus propio motivos32.

    Las medidas conductuales y de auto-informe permiten tener una base objetiva de la que inferir la fuerza del motivo. Desgraciadamente, hay una frecuente falta de concordancia entre medidas de auto-informe y medidas conductuales. De otro modo, lo que las personas dicen que son sus motivos a menudo no son lo que sus expresiones conductuales indican que son. Debido a esta discrepancia se suele hacer mayor uso de las medidas conductuales y fisiológicas que de medidas de auto-informe32.

    La investigación en motivación abarca cinco grandes campos. Cada campo estudia distintos determinantes causales de la conducta.

    Motivación fisiológica. La perspectiva fisiológica representa el punto de vista biológico dentro del campo de la motivación y explora cómo los sistemas nervioso y endocrino incide en los motivos y las emociones. El análisis fisiológico presta mucha atención a cómo el cuerpo se prepara para la acción, cómo produce sensaciones de placer y dolor y cómo regula los sistemas internos para preservar la salud y la supervivencia32.

    Motivación Extrínseca e Intrínseca. El estudio de la motivación extrínseca introduce la perspectiva conductista al estudio de la motivación. El conductismo no niega que la conducta tenga causas internas, pero sus defensores consideran que las causas fundamentales de la conducta se encuentran fuera y no dentro de la persona. El estudio de la motivación intrínseca ha evolucionado casi a contra corriente con el enfoque conductista. Los partidarios de este enfoque proponen que los seres humanos son inherentemente activos e intrínsecamente motivados. Para explicar por que las personas realizan ciertas conductas cuando las recompensas y castigos extrínsecos son mínimos, los teóricos de la motivación intrínseca hablan de la importancia de necesidades psicológicas tales como la competencia y la curiosidad32.

    Motivación cognitiva. El enfoque de la cognición en motivación se asemeja a las perspectivas fisiológicas y motivación intrínseca. De acuerdo con la perspectiva cognitiva, lo que determina la emoción son los pensamientos y procesos mentales32.

    Diferencias individuales. El enfoque de personalidad reconoce que la gente comparte una gran variedad de motivos comunes (hambre, por ejemplo) pero también señala la existencia de diferencias individuales entre los motivos específicos32.

    Actualmente no se busca una causa única de la conducta sino que la investigación se limita al estudio de las bases motivacionales de los cinco sistemas independientes (e interactivos) de motivación fisiológica, motivación intrínseca y extrínseca, motivación cognitiva y diferencias individuales.

    Orígenes del Concepto Motivación

    El concepto motivación se remonta a los antiguos griegos -Socrates, Platón y Aristóteles. Platón creía en un alma organizada de forma jerárquica con elementos nutricios, sensitivos y racionales. Para Aristóteles, las partes nutricias y sensitivas estaban relacionadas con el cuerpo y eran de

    naturaleza motivacional, aportando los motivos de crecimiento corporal y quietud (nutritivos) y experiencias sensoriales como placer y dolor (sensitivos). Juntas, estas dos partes formaban las bases de la fuerza motivacional e impulsiva. Al postular la existencia de un alma tripartita y jerárquica, los antiguos griegos presentaron la primera explicación teórica de la actividad motivada: los deseos del cuerpo, los placeres y sufrimientos de los sentidos y los esfuerzos de voluntad32.

    En la era moderna, René Descartes impulsó una distinción entre los aspectos pasivos y activos de la motivación. Para Descartes, el cuerpo era un agente pasivo de la motivación mientras que la voluntad era el agente activo. El cuerpo no era más que una entidad física y mecanicista que poseía motivos nutricios y reaccionaba al ambiente externo a través de los sentidos, los reflejos y la fisiología. Si se quería entender los motivos corporales, era necesario un análisis fisiológico. La mente era una entidad espiritual no-material y pensante con una voluntad resuelta. Si se quería entender los motivos resolutivos, era necesario hacer un análisis de la voluntad32. Igual que sus predecesores, Descartes creía que los motivos podían emerger

    tanto del cuerpo como de la voluntad. La voluntad era el motor que iniciaba y dirigía la acción, decidiendo si actuar y que hacer mientras se actuaba. Al asignarle a la voluntad poderes absolutos de motivación, Descartes le dio a la filosofía la primera gran teoría de la motivación: la voluntad. Ahora bien, para comprender la esencia de la motivación se invirtió una gran cantidad de energía filosófica en el estudio de la voluntad; llegándose, sin embargo, a la conclusión que la voluntad era una propiedad poco entendida de la mente que emergía de algún lugar del conjunto de experiencias e introspección repleta de motivos e intenciones32.

    En suma, llegó a ser tan difícil explicar la voluntad como la motivación que supuestamente generaba. Por lo tanto, la nueva ciencia de la psicología optó por buscar un principio motivacional sustitutivo que fuera menos ambiguo y más mecanicista. Este principio surgió en el campo de la fisiología y la biología32.

    Las teorías de Lamarck y Darwin sobre la evolución de las especies son un antecedente para la explicación del proceso motivacional. Lamarck consideró que una gran modificación en el ambiente de una especie animal daría por resultado la necesidad de un cambio en esa especie. Esta necesidad de cambio, producida por sentimientos internos, causaría en el animal la formación de nuevos hábitos para ajustarse a su nuevo ambiente11.

    Charles Darwin (1859, 1872), propuso para explicar la conducta no aprendida y automatizada, la idea del instinto. El instinto podía explicar, de dónde venían las fuerzas motivacionales32 . A través de sus trabajos Darwin señala que el hombre está sujeto a numerosas variaciones determinadas por las mismas causas, reguladas y transmitidas conforme a las mismas leyes generales que rigen a los animales inferiores. Así, tiende a multiplicarse de una forma acelerada para que su descendencia esté necesariamente sometida a una lucha por la sobrevivencia y, por consiguiente, a la selección natural. Confirma esto el hecho que la evolución se produce porque cada vez más el hombre sigue actuando ante situaciones desconocidas que lo mueven a encontrar nuevas formas de adaptarse al ambiente que lo rodea11.

    Para Darwin el hombre tiene el poder de adaptar sus hábitos a nuevas condiciones de existencia. Al desarrollar las cualidades intelectuales y orales que lo distinguen de los animales inferiores, el hombre ha debido ser muy susceptible de modificar su estructura corporal por la selección natural o por otros medios, para mantener una armonía con un universo que cambia continuamente. Los seres vivos se mantienen en permanente encuentro con nuevas emociones ante los continuos cambios del medio que los rodea y al quedar satisfechos, inmediatamente aparecen otros motivos a los cuales dirigir su atención y planificar nuevas acciones para la satisfacción de estos motivos. Estos cambios parecen ser una constante a lo largo de la vida11.

    Los planteamientos de Lamarck y Darwin, permitieron reorientar las investigaciones biológicas y las psicológicas centrándolas en la observación sistemática y la experimentación. La influencia de Darwin en la psicología se evidencia en las obras de James W. (1890), McDougall (1908), Thorndike (1898) Freud (1915) y Hull C. (1943). James y McDougall, centraron su atención en la fuerza motivadora de los instintos. Thorndike E., fundamentó el proceso motivacional en el aprendizaje, Freud, estudió las fuerzas inconscientes que impulsan el comportamiento y Hull el hábito y la pulsión como los principales determinantes de la conducta11.

    Maslow A.H. (1943), estudia las necesidades humanas asignándole relevancia a las necesidades fisiológicas. El organismo permanecerá en un estado de tensión hasta tanto estas necesidades estén satisfechas y una vez que se ha logrado aparecen otras que pueden dominar al organismo más que el hambre y el sueño. Para Maslow, el organismo está dominado por las necesidades insatisfechas11.

    Para Clarck R.A. (1949), Atkinson (1974) y McClelland (1978), la base de la motivación no está en un impulso sino en el restablecimiento de un cambio en la situación afectiva actual. Todas las tendencias de acercamiento o evitación son aprendidas. El sujeto aprende a acercarse cuando determinada clave desencadena una anticipación de efecto positivo, lo contrario sucede en la evitación. Estos autores dan un lugar relevante a las necesidades sociales, debido a la interacción entre las personas y al hecho que para satisfacer las necesidades se necesita del contacto con los otros11.

    En 1958, Woodworth sostiene la idea que gran parte de la conducta humana parece estar dirigida a producir efectos sobre el ambiente, sin que esto reporte la satisfacción de alguna necesidad orgánica11.

    White R. W. (1959), introduce el término competencia que se refiere a la capacidad de un organismo para interacctuar efectivamente con su ambiente. Relacionando las condiciones del hombre con su capacidad para aprender, considera importante tratar la competencia como un elemento motivacional, por cuanto la motivación necesaria para alcanzar la competencia, no se puede derivar enteramente de fuentes de energía conceptualizadas como impulsos o instintos11.

    En 1961, Allport G.W., centra sus estudios en una concepción del hombre que lo diferencia en algunas de sus motivaciones de los demás animales de la escala zoológica y utiliza el término necesidad para diferenciar los motivos básicos y las motivaciones inalterables pero desplazables11.

    Deci E.L. (1985), reelabora el concepto necesidad de competencia como motivación intrínseca, explicando que las condiciones motivadas internamente son aquellas que la persona ejecuta para sentirse autodeterminada y competente.

    Lo expuesto muestra como ha evolucionado la concepción del proceso motivacional, desde la perspectiva puramente homeostática del equilibrio del hombre con la naturaleza hasta el principio de interacción del ser humano, no sólo con su ambiente sino con las demás personas que lo rodean. Por consiguiente, la motivación no puede asumirse como un fenómeno aislado, la motivación forma parte de un todo, es un estado constante, inacabable, fluctuante y complejo. Es una característica universal, presente en todos los seres vivos11.

    Definiciones del Concepto Motivación

    McClelland (1974), citado por Flores Carmen T. (1994)11, expresa que la motivación está constituida por las múltiples expectativas o asociaciones que se forman y crecen alrededor de las experiencias afectivas; por lo tanto, en las experiencias infantiles que llegaron a integrar la personalidad del individuo, se encontrará la raíz profunda, el origen determinante de las diferentes formas de conducta mediante las cuales se satisface el impulso dado por la motivación.

    Fourcarde R. (1977)12 , define la motivación como la base del desencadenamiento y mantenimiento de las actividades y comportamientos que determinan las conductas humanas.

    Para Nuttin, citado por Fourcarde R. (1977)12, la motivación pone al organismo en movimiento, lo dirige. Los estímulos exteriores solamente adquieren, en último análisis, su poder directivo en virtud de una exigencia impulsora y selectiva inherente a la motivación misma.

    Mankeliunas, M. (1991)22, considera que la motivación es un concepto genérico que designa a las variables que no pueden ser inferidas directamente de los estímulos externos, pero que influyen en la dirección, intensidad y coordinación de los modos de comportamiento aislados que conducen a alcanzar determinadas metas; es el conjunto de factores innatos (biológicos) y aprendidos (cognoscitivos, afectivos y sociales) que inician o detienen la conducta.

    Burk Ignacio (1993)2. Subjetivamente el hombre experimenta las motivaciones comportamentales como ganas, apetencias, deseos, intereses y compulsiones emocionales. En general, se está motivado cuando algún estado afectivo apremia al individuo a realizar o evitar una cierta conducta. Por supuesto, en los estado anímicos motivantes del hombre hay también ingredientes intelectuales. La motivación tal y como se experimenta subjetivamente, suele ser una conjugación de pensamiento razonador e impulsante afectividad.

    Farcug Carlos (1994)9. Motivación es todo aquello capaz de empujar la existencia humana hacia el futuro, aunque la meta esté lejana y no se vea o se halla perdido la perspectiva y el camino por donde encontrarla.

    6. Teorías que explican el proceso de motivación

    Hacia finales del siglo pasado, los psicólogos tendían a explicar el comportamiento motivado atribuyéndolo a los instintos, tendencias innatas a comportarse de cierto modo en presencia del estímulo adecuado. En 1890, William James sugería que el comportamiento humano puede explicarse en función de instintos como la rivalidad, el temor, la curiosidad, el amor, la vergüenza y el resentimiento5.

    De acuerdo con la teoría instintiva de la motivación, los seres humanos y los animales nacen dotados de diversos conjuntos de comportamientos preprogramados, esenciales para la supervivencia. Estos instintos proporcionan la energía que canaliza el comportamiento en la dirección adecuada. Así, el sexo se podría explicar como una respuesta ante un instinto de reproducción, y se podría considerar que la conducta exploratoria obedece al instinto de examinar el territorio propio10.

    Treinta años después, se habían identificado miles de instintos humanos, y los psicólogos empezaron a buscar una mejor elucidación del comportamiento por que todas las explicaciones basadas en los instintos no lograban dilucidar por qué un patrón específico de comportamiento, y no otro, surge en una especie determinada. Además, la variedad y complejidad del comportamiento humano, gran parte del cual es aprendido, son difíciles de explicar si los instintos constituyen la principal fuerza motivacional10.

    Una visión alternativa de la motivación afirma que las necesidades del organismo (necesidad de alimento o agua) da lugar a un estado de tensión o excitación llamado impulso (hambre o sed). Según la teoría de la reducción de pulsiones, el comportamiento motivado es un intento por reducir un estado de tensión desagradable y devolver al organismo a un estado de homeóstasis o equilibrio5.

    Una pulsión es una tensión motivacional, o excitación, que energiza el comportamiento con el fin de satisfacer alguna necesidad. Gran cantidad de pulsiones básicas, llamadas pulsiones primarias como el hambre, la sed, el sueño y el sexo, se relacionan con necesidades biológicas del cuerpo o de la especie en su conjunto. Las pulsiones primarias contrastan con las pulsiones secundarias, mediante las cuales no se satisface ninguna necesidad biológica evidente. En las pulsiones secundarias las necesidades se generan por medio de las experiencias previas y el aprendizaje10.

    Generalmente se trata de satisfacer una pulsión primaria mediante la reducción de la necesidad que le subyace. La razón de ese comportamiento es la homeóstasis, un fenómeno básico de motivación que subyace a las pulsiones primarias. La homeóstasis es la conservación de un nivel óptimo de funcionamiento biológico interno por medio de la compensación de las desviaciones del estado interno normal y equilibrado de un organismo. Aunque no todos los comportamientos biológicos que se relacionan con la motivación encajan en un modelo homeostático -el comportamiento sexual es un ejemplo- la mayoría de las necesidades fundamentales de la vida, incluyendo el hambre, la sed y el sueño se explican razonablemente por medio de este modelo10.

    Hull C. L. (1943, 1952), el principal representante de esta concepción teórica, elaboró una ecuación para definir la motivación y propuso que la acción multiplicativa entre la Fuerza del Hábito (H) y la Pulsión (P) determinaba el grado Potencial de Excitación (PE) o motivación adquirida para producir un determinado comportamiento, así:

    Pero la reducción del impulso no explica todos los comportamientos motivados. Por ejemplo, si se está aburrido, se desea una actividad que incremente la tensión y la excitación. Pareciera que el organismo busca un estado óptimo de excitación; si ésta es demasiado alta, se intenta reducirla; si es demasiado baja, se trata de incrementarla5.

    Por otra parte, ciertos comportamientos no parecen ser desencadenados por estados internos de ningún tipo; los objetos del medio (llamados incentivos) también motivan el comportamiento5.

    La búsqueda de emociones y la curiosidad son sólo dos clases de comportamientos que suscitan dudas sobre la teoría motivacional de reducción de pulsiones. En ambos casos, en lugar de tratar de reducir una pulsión subyacente, los seres humanos parecen estar motivados para aumentar su nivel general de estimulación y actividad. Con el fin de explicar este fenómeno se han elaborado teorías alternativas a la de reducción de pulsiones10.

    Las teorías de la excitación tratan de explicar el comportamiento en el que la meta es la conservación o el aumento de la excitación (Berlyne, 1967; Brehm & Self, 1989). De acuerdo con la teoría de la excitación, el hombre trata de conservar un determinado nivel de estimulación y actividad. Si el nivel de estimulación y actividad aumenta en forma excesiva se intentará reducirlo. Pero el modelo de la excitación también sugiere una cosa muy distinta al modelo de reducción de pulsiones: si los niveles de estimulación y actividad son muy bajos, se tratará de aumentarlos buscando estimulación10.

    Según esta teoría, existe un nivel óptimo de excitación para el desempeño de tareas. Es recomendable un nivel más alto de excitación para tareas cotidianas sencillas que para tareas más complejas. Es como si la excitación obstaculizara la producción de respuestas adecuadas ante tareas complejas, en tanto que facilita un mejor desempeño en tareas sencillas. Por otra parte, tanto las tareas complejas como las sencillas se afectan cuando el nivel de excitación es demasiado alto. En este caso, la excitación distrae y produce ansiedad, por lo que repercute negativamente en el desempeño independientemente de la complejidad de la tarea10.

    La teoría de los incentivos trata de explicar por qué el comportamiento no siempre está motivado por una necesidad interna, tal como el deseo de reducir las pulsiones o conservar un óptimo nivel de excitación. En lugar de centrarse en factores internos, la teoría de los incentivos explica la motivación con base en la naturaleza de los estímulos externos, los incentivos que dirigen y energizan al comportamiento. Desde esta perspectiva, la naturaleza de los estímulos externos en gran medida, explica la motivación de las personas10.

    Aunque esta teoría explica por qué se puede sucumbir ante un incentivo (un postre apetitoso) a pesar que no haya claves internas (hambre), parece ser insuficiente para proporcionar una explicación completa de la motivación, puesto que los organismos tratan de satisfacer sus necesidades incluso cuando no hay incentivos presentes. A consecuencia, muchos psicólogos consideran que las pulsiones internas trabajan en conjunto con los incentivos externos para impulsar y atraer el comportamiento, respectivamente. Por lo tanto, las pulsiones y los incentivos pueden funcionar conjuntamente para motivar el comportamiento10.

    La teoría de la motivación por procesos opuestos (Salomon & Corbit, 1974) trata de explicar la motivación que subyace a fenómenos tales como la adicción a las drogas y las reacciones fisiológicas y emocionales que se producen como resultado de situaciones extremas de peligro10.

    De acuerdo con la teoría de los procesos opuestos, los estímulos que en un principio originan incremento de la excitación, después producen lo contrario, una reacción de calma del sistema nervioso, en tanto que los estímulos que en un principio producen disminución de la excitación, más tarde provocan un aumento de la misma10.

    Las teorías cognitivas de la motivación se centran en el papel que desempeñan los pensamientos, las expectativas y la comprensión del mundo. Según una de ellas, la teoría de expectativas y valor, dos tipos de cogniciones subyacen al comportamiento. La primera es la expectativa que cierto comportamiento permitirá alcanzar una meta determinada, y la segunda es la comprensión del valor que tiene esa meta (Tolman, 1959). Si la expectativa y el valor son altos se estará motivado para actuar diligentemente; pero si cualquiera de estos factores es bajo, la motivación será relativamente inferior10.

    Las teorías cognitivas de la motivación hacen una distinción entre la motivación intrínseca y la motivación extrínseca. La motivación intrínseca impulsa a participar en una actividad para el gozo propio y no por alguna recompensa tangible que se pueda derivar de ella. En contraste, la motivación extrínseca provoca la acción por una recompensa tangible10.

    De acuerdo con algunas investigaciones relativas a ambos tipos de motivación, se es más capaz de perseverar, de esforzarse y realizar trabajos de mejor calidad cuando la motivación para una tarea es intrínseca (Lepper, 1983; Deci & Ryan, 1985). Además, algunos psicólogos sugieren que ofrecer recompensas para obtener el comportamiento deseado puede provocar un decremento de la motivación intrínseca y un aumento de la extrínseca. Tales investigaciones destacan la importancia de impulsar la motivación intrínseca e indican que el otorgamiento de recompensas extrínsecas puede minar el esfuerzo y la calidad del desempeño.

    El modelo de motivación de Tolman E. C. (1923), contiene tres conceptos básicos: El sistema de necesidades La matriz convicción-valor El espacio del comportamiento inmediato y concreto

    Tolman distingue entre matriz modal y matriz activada. La matriz modal convicción-valor contienen las experiencias de situaciones anteriores. La matriz activada es el resultado de los impulsos específicos desencadenados en el momento y los estímulos que obran. Las condiciones de pulsión y estímulo determinan la magnitud momentánea de las necesidades y por ende de los objetivos definitivos. El espacio concreto de comportamiento se compone de los objetos del medio percibidos en forma inmediata, recordados y esperados, junto con sus valencias positivas y negativas; así como las relaciones situacionales, percibidas y esperadas, de esos objetos entre sí y con el sí mismo del sujeto del comportamiento11.

    Los experimentos de Tolman permitieron clarificar el concepto aprendizaje. Al aprender una secuencia de actos que conducen a una meta, el sujeto sigue los signos que marcan la ruta de conducta que lleva al significado o meta. Los términos significado y meta se refiere al reforzamiento. Los principios del modelo de Tolman se mantienen vigentes en la concepción moderna de la motivación11.

    El modelo de Maslow: la ordenación de las necesidades motivacionales, considera que las diversas necesidades motivacionales están ordenadas en una jerarquía, a la vez que sostiene que antes que se puedan satisfacer necesidades más complejas y de orden más elevado, es preciso satisfacer determinadas necesidades primarias (Maslow, 1954). El modelo se puede conceptualizar como una pirámide en la que las necesidades primarias se encuentran ubicadas en la base mientras que las de mayor nivel se ubican en la parte superior. Para que una necesidad especifica se active, y por lo tanto, dirija el comportamiento de una persona, es preciso haber satisfecho las necesidades básicas de la jerarquía10.

    Las necesidades básicas son las descritas, anteriormente, como pulsiones primarias: necesidad de agua, alimento, sueño, sexo. Con el fin de ascender por la jerarquía, una persona debe haber satisfecho estas necesidades fisiológicas básicas. En el siguiente escalón jerárquico se encuentran las necesidades de seguridad; Maslow sostiene que las personas necesitan de un ambiente seguro a fin de funcionar con efectividad. Las necesidades fisiológicas y de seguridad conforman las necesidades de orden inferior10.

    Solamente cuando han sido satisfechas las necesidades básicas de orden inferior puede una persona considerar la satisfacción de las necesidades de orden superior, que consisten en el amor y la pertenencia, la estima y la autorrealización. Las necesidades de amor y pertenencia incluyen la necesidad de obtener y dar afecto y contribuir como miembro en algún grupo o asociación. Cubiertas estas necesidades, la persona busca estima. Según Maslow, la estima se refiere a la necesidad de desarrollar un sentido de valía personal al saber que otros están conscientes de su capacidad y valor10.

    Una vez que estas cuatro categorías de necesidades han sido cubiertas, la persona está lista para buscar la necesidad de más alto nivel: la autorealización. La autorealización es un estado de satisfacción consigo mismo en el que las personas desarrollan su máximo potencial10. No se refiere al respeto de los demás ni a su opinión sobre la persona, sino más bien a lo que la persona desea ser. La gente difiere en la importancia que concede a la autorrealización de su conducta, pero en cierta medida todos están motivados para vivir conforme a lo que sea necesario para su crecimiento personal. Los que logran la autorrealización óptica, dice Maslow, se consideran a sí mismos como seres íntegros, no como parcelas de hambre, miedo, ambición y dependencia5.

    Las investigaciones no han logrado confirmar la ordenación específica de

    Partes: 1, 2
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