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Diseño de acciones para la consolidación de los valores en el Béisbol (página 2)


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Este tipo de manifestación del deporte encuentra su máxima expresión en el marco de la educación física escolar y en el deporte escolar, y postula la búsqueda de metas más educativas y pedagógicas aplicadas al deporte de iniciación, olvidándose de la concepción competitiva del deporte parea dirigirse hacia una visión global del proceso de enseñanza. La preocupación no es modelar al niño, sino dotarle de una gran autonomía motriz que le permita adaptarse a variadas situaciones. Así entendido, el deporte educativo debe permitir el desarrollo de las aptitudes motrices y psicomotrices, con relación a aspectos afectivos, cognitivos y sociales de su personalidad, respetando los estadios del desarrollo humano.

Es el medio fundamental del que podemos valernos como entrenadores para provocar verdaderas y palpables transformaciones en nuestros atletas. A menudo se dice que en el deporte es muy difícil poder provocar las mejorías deseables en nuestros alumnos, sobre todo si uno se posiciona desde un paradigma educativo basado en el aprendizaje por objetivos y en la simple búsqueda de habilidades físicas y técnicas. Es nuestra opinión que además de carecer de relevancia pedagógica, este planteo didáctico tiene pocas posibilidades de éxito debido entre otras cosas, al escaso marco temporal que se le garantiza al mismo, además de las condiciones a menudo inadecuadas de las instalaciones y materiales disponibles. Por todo esto, adaptando el deporte a las posibilidades de los alumnos, siendo coherentes con esta realidad y desechando el modelo del atleta campeón como ideal para nuestros alumnos, es posible actuar con una verdadera intencionalidad pedagógica de tal manera que en cada uno de los entrenamientos puedan ser observados comportamientos sociales y personales positivos.

En muchas ocasiones los profesionales de la enseñanza deportiva no reciben la formación necesaria para formar valores ni, por tanto, saben cómo potenciarlos. Además existe una contradicción entre lo que la educación propugna y lo que la sociedad manifiesta, hecho éste que se ve a diario en el deporte y en los profesionales que guían el desarrollo del mismo.

Con relación a lo anterior nos podríamos plantear las siguientes preguntas: ¿Vale la pena enseñar e inculcar valores morales a unos niños y niñas que deberán moverse y destacar a ser posible en una sociedad que no respeta ni cuenta con tales valores? A la que se le suma ¿La responsabilidad de solucionar la crisis de valores recae sobre legisladores, escuelas, profesores, entrenadores deportivos, o sobre toda la comunidad escolar? No podemos pensar que el profesorado es una panacea que remediará el mal ejemplo de toda la comunidad, de todas sus omisiones, conscientes o no.

Existen dos formas para transmitir valores: Enseñar actitudes inconscientemente, la forma preponderante, ya que no olvidemos que la enseñanza no es neutra, está cargada de las convicciones de los educadores; o bien, hacerlo de forma planificada y estructurada. Pero surge aquí una duda entre los autores: la necesidad o no de crear un área con peso específico en el currículo que aborde la enseñanza de éstos, ya que también son necesarios los contenidos conceptuales.

Algunos autores han afirmado que ésta sería el lugar idóneo para reflexionar sobre la realidad cotidiana, las normas sociales vigentes, las acciones de los jóvenes y su coherencia con los principios y normas propios, pero ésta no ha de ser la meta de la educación en valores, no pudiendo solamente quedarse en razonamientos o reflexiones, sino que además han de trascender a los comportamientos.

El entrenador y la promoción de valores

La educación no es neutra. Y por tanto, toda conducta del emisor (profesor o profesora) incidirá en el desarrollo psicológico del receptor (atleta o alumno (a)) y por consiguiente influirá en su formación integral, en su desarrollo personal. No olvidemos que, sobre todo en las primeras edades, el/la alumno o alumna aprende por imitación y el profesor o profesora, es un modelo para él o ella. Si el profesor constantemente ofrece refuerzos negativos y críticos, siendo poco cordial con el alumnado "torpe" (con problemas de autoestima, normalmente), rápidamente éste aprenderá su propia incompetencia. La competencia percibida del alumno depende, en gran medida, de lo que aprenda del profesor. El refuerzo positivo no solo aumentará la competencia percibida del alumnado, sino que también aprenderá el valor hedonístico de la práctica físico – deportiva. Algunos autores consideran que a menor edad, mayor será la influencia del comportamiento ético del educador sobre el educando, ya que el aprendizaje de éste está supeditado al docente o entrenador.

El sistema de valores que se empieza a formar en el atleta el profesor o entrenador deportivo juega un papel importante en su formación, el atleta incorpora actitudes, modos de conducta etc. Es común que idealice al profesor de ahí la gran responsabilidad que asume éste. A veces escuchan tanto al profesor como a sus propios padres.

En consecuencia, no se imponen los valores en el profesor, si no que éste los adquiere durante su vida, tanto profesional como personal. Una vez clarificados cuáles son los que éste considera para el deporte, debe realizar las propuestas educativas oportunas. La formación del atleta será más coherente si existe correspondencia entre ideales, valores, normas, actitudes, del profesorado, y lo que éste plantea en sus sesiones. Por ejemplo, un entrenador espera del atleta que cumpla con sus obligaciones, respetando las reglas de un deporte, a sus compañeros de equipo, siendo puntual, éste ha de ser coherente entre lo que predica y lo que realiza.

Estaremos de acuerdo que la transferencia de los valores propios del deporte no se hace espontáneos; están supeditados a la metodología y capacidad del entrenador. Se debe educar en sentido amplio, educar para que los alumnos y alumnas se conviertan en ciudadanos capaces de alcanzar un sentido de realización personal. De manera que no es suficiente con poner a practicar deporte y esperar que surjan valores positivos en el alumnado.

El "juego libre" para muchos docentes ha derivado en el enaltecimiento de valores no deseables en educación, como la discriminación, la falta de solidaridad, el individualismo, el deporte en sí mismo no es ni bueno ni malo, es nuestra sociedad la que le otorga un sentido u otro.

Tratemos, inmediatamente, de propiciar con nuestras acciones la primera acción, aunque en muchos casos se vaya en contra de lo que impera. Se hace necesario actuar de forma planificada y estructurada, teniendo presente que a diferentes valores deben corresponderles planteamientos heterogéneos, partiendo de la clarificación de posturas en el docente, para evitar incoherencias como comportamientos o actitudes dispares ante una misma situación.

El entrenador desempeña un triple papel en el proceso de clarificación de valores. En primer lugar, debe aportar la fase en que se desarrollaran las actividades de clarificación de valores: suministrar materiales, organizar y distribuir el tiempo, dar instrucciones y facilitar la interacción. En segundo lugar sus acciones y sus palabras han de ser congruentes, es decir, es lógico que nosotros debemos tener valores y por lo tanto debemos compartirlos con nuestros atletas. Sin embargo ellos deben entender que los valores que representan al entrenador son solo alternativas, no como los únicos y validos. Por último, el entrenador debe tomar parte activa del proceso de clarificación manifestando públicamente sus valores, por lo tanto exigirá que se integre y participe en las actividades que se desarrollan en el equipo donde pueda compartir sus experiencias y sus respuestas.

Crear un ambiente apropiado en el terreno

Es esencial crear un ambiente de confianza en el terreno. Tiene que existir un clima de afectividad y aceptación. En efecto, han de aceptarse y fomentarse las diferencias de opinión. Los atletas y el entrenador deben ayudarse recíprocamente y ser receptivos a las necesidades de cada uno.

Es necesario que los atletas no sientan amenazada su intimidad. En la clarificación de valores se hace hincapié en la expresión espontánea, al nivel que deseen los propios atletas. La exteriorización ha de ser siempre voluntaria. No se presiona a los atletas para que expliquen sus posturas ni para que defiendan su decisión de no participar. Para que la afirmación pública sea de utilidad en el proceso de formación de valores, debe fundamentarse en la libre elección.

Cada opinión debe aceptarse tal como es, no se debe juzgar, no se debe permitir sarcasmos ni ofensas. Tiene que apreciarse la opinión como un paso más para los atletas, que deben procurar prestar atención para seguir aprendiendo y evolucionando.

Socialización a través del deporte

Desde la perspectiva de la socialización, el deporte puede materializarse en diversas situaciones sociales entre las que se encuentra la escuela. Existe un amplio acuerdo en reconocer el elevado potencial socializador del deporte:

El deporte puede favorecer el aprendizaje de los papeles del individuo y de las reglas de la sociedad, reforzar la autoestima, el sentimiento de identidad y la solidaridad. Además, parece que los valores culturales, las actitudes y los comportamientos individuales y colectivos aprendidos en el marco de las actividades deportivas vuelven a encontrarse en otros campos de la vida.

Este potencial socializador puede tener consecuencias negativas o positivas, según el modo en que se produzca la interacción entre la persona que se socializa, los agentes socializadores y las situaciones sociales. Por ejemplo, no se dará la misma situación socializadora en una escuela que cuente con todos los medios para impulsar un programa de iniciación deportiva que aquella otra en la que, además de carecer de esta posibilidad, un programa de este tipo puede ser juzgado con cierto recelo. De allí la importancia del correcto accionar del docente. Someter al alumno a presiones constantes o cargarlo de exigencias que él no está en condiciones de poder afrontar, puede marcarlo de tal manera que condicione o limite su futura participación en el deporte, del que por otra parte se tiene un amplio consenso sobre la utilidad que proporciona su práctica para el desarrollo y mantenimiento de una sociedad sana.

Frente a este planteamiento otro autor como Devís (2005) expone que "el énfasis en la victoria puede desviar la atención de la variedad y motivaciones con que se participa en el deporte escolar en la que algunos alumnos desean participar y divertirse y otros ganar campeonatos".

Mucho tiene que ver en esto la influencia del deporte profesional en su sentido de remuneración material y la violencia que en muchos casos representa el mismo.

Por este motivo, Martín Lee (1990) citado por Curwin (2006) nos dice que:

El interés y preocupaciones actuales por las normas de conducta, tanto en la sociedad general como en el deporte, preocupaciones que derivan en el desprecio por las norma y el interés creciente de los programas deportivos infantiles y juveniles en los que supone un excesivo énfasis en el triunfo, sin prestar atención a los principios del disfrute y del juego limpio.

Como lo deja ver el autor tales circunstancias han inducido a centrar la atención sobre programas deportivos orientados hacia los niños y que establecen códigos precisos de comportamiento para promocionar los valores y las actitudes a favor del deporte y de la sociedad.

Trabajos de otros investigadores tales como Weiss (1984), Romance (1984), Bredemeier (1994) indican que los niveles de desarrollo cognitivo de los estudiantes mejoran por el uso de un sistema de intervención estructurada, más que por otros que simplemente expongan a los deportistas a la interacción propia derivada del juego.

A partir de los resultados obtenidos por las investigaciones realizadas por M. Gutiérrez (2003), este autor aporta algunas recomendaciones que deberían tener en cuenta los profesores y educadores físicos para que el deporte pueda potenciar la transmisión de algunos de los valores antes mencionados:

  • 1. Potenciar la idea de que la Actividad Física, en general, es un hábito recomendable, por lo que debe intentarse inculcarlo como sistema de vida, junto con otros repertorios de conductas habituales.

  • 2. Ayudar, sobre todo a los más pequeños, a resolver la cotidiana contradicción entre la competición y la cooperación, enseñándoles que el respeto a los demás y a las reglas es lo que da sentido al juego y proporciona satisfacción.

  • 3. Procurar crear, en la clase o en el gimnasio, una atmósfera de tolerancia que facilite la comprensión de la igualdad entre géneros.

  • 4. Intentar ser creativos a la hora de proporcionar actividades cooperativas más que competitivas, sin que ello lleve a la eliminación absoluta de la pugna por alcanzar un objetivo.

  • 5. Aprovechar lecciones ocasionales que ayuden a los alumnos y deportistas a interpretar más adecuadamente los acontecimientos deportivos de mayor actualidad y trascendencia.

Conjunto de acciones para la consolidación de los valores a través del Béisbol

Las acciones que se mencionarán a continuación están dirigidas a los atletas del equipo juvenil "Tigres" de la comunidad Deltaven del municipio Tucupita, Estado Delta Amacuro, de la República Bolivariana de Venezuela. Las mismas tienen la finalidad de promover los valores a través del Béisbol tales como la constancia, la colaboración, afán de superación y el espíritu de lucha y sacrificio; durante los entrenamientos y los juegos de este deporte.

Fundamentación del Conjunto de acciones.

El siguiente conjunto de acciones tiene un enfoque sistémico, basado en los principios pedagógicos de formación integral del atleta, tiene carácter estructural, participativo, de unidad entre los miembros del equipo, manifiesta una dirección determinada de consolidación de la idea de actuación del individuo, tiene sus bases legales en lo expresado en La proclamación de la Asamblea general de las Naciones Unidas, La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la Ley Orgánica del Poder Ciudadano; se basa en las características psicológicas de la edad y en los principios filosóficos relacionados con la razón de accionar y principios éticos del ser humano.

Es importante resaltar que todas estas acciones se pueden conjugar y entremezclar en la promoción de varios valores al mismo tiempo como un sistema. Se pretende ir más allá del desarrollo de habilidades físicas, técnicas, tácticas y teóricas; al centrarse en la formación integral del atleta que trascienda los espacios del terreno y proyecte una imagen de un ciudadano nuevo en todo su entorno social; la escuela, la familia y en toda la comunidad con la que se relaciona diariamente.

Constancia:

  • 1. Realizar un conversatorio con los alumnos sobre la importancia de la constancia en las prácticas y su puntualidad para lograr consolidar un equipo con mejores resultados.

  • 2. Unificar criterios como equipo de los beneficios de la asistencia a los juegos, siendo este el colofón de las prácticas.

  • 3. Estimular moralmente al final de la semana a los que participaron en todos los entrenamientos.

  • 4. Llevar un control sistemático en el registro de asistencia y puntualidad a las prácticas y a los juegos.

  • 5. Asignar a cada uno de los atletas un día para dirigir el calentamiento en el entrenamiento y en los juegos, y así comprometerlos para que asistan y lleguen puntuales.

  • 6. Explicar al final de cada clase el motivo por el cual llegaron tarde y al inicio de la misma las causas cuando se ausentaron el día anterior.

  • 7. Ser el profesor un modelo en cuanto a la asistencia y puntualidad, debe ser el primero en llegar y el último en irse de la práctica y del juego.

  • 8. Informar con antelación por parte del profesor cuando no pueda asistir a las prácticas o cuando se vaya a suspender un juego. Y en caso de surgir un imprevisto al día siguiente explicar las causas del mismo.

  • 9. Promover la constancia como un valor muy importante en todo el vivir diario de los atletas más allá de los entrenamientos y los juegos.

Colaboración:

  • 1. Hacer un diagnóstico para conocer las formas en que puede colaborar cada atleta para su equipo tanto en los juegos como en los entrenamientos.

  • 2. Compartir ideas y opiniones con los participantes sobre los beneficios de colaborar en la realización de cada una de las prácticas y los juegos.

  • 3. Asignar a un atleta distinto cada día para que recoja los implementos al terminar la práctica y juego.

  • 4.  Fijar los encargados de la logística antes de cada juego.

  • 5. Estimular a los integrantes del equipo para que presten sus implementos a aquellos compañeros que carezcan de ellos tanto en su equipo como del equipo contrario.

  • 6. Pedirle a los alumnos con más desarrollo de habilidades para que ayuden a los compañeros menos aventajados durante las prácticas.

  • 7. Nombrar y felicitar a los alumnos que se destaquen por su colaboración cada semana o cada mes.

  • 8. Participar el profesor en la colaboración al ayudar a los atletas asignados en la recogida de los implementos y logística, tanto en las prácticas como en los juegos.

  • 9. Fomentar el espíritu de colaboración de manera que pueda extenderse al hogar y la familia.

Afán de superación:

  • 1. Realizar conversatorios sobre deportistas exitosos que sean ejemplos y modelos y que incentiven el afán de superación.

  • 2. Explicar por parte del entrenador a los alumnos sobre la importancia que tiene en su desarrollo personal y deportivo el prestar atención a las explicaciones que se dan durante el entrenamiento.

  • 3. Lograr que los atletas centren la atención cuando un compañero esté realizando una actividad y el profesor esté corrigiendo errores.

  • 4. Hacer un análisis de los resultados de los juegos y la implicación de cada uno en él, siempre diciéndole, si gana las cosas positivas primero y las negativas después, y si pierde las negativas primero y las positivas de últimas.

  • 5. Motivar la participación de los alumnos para que no se conformen con sus logros sino que deban esforzarse por ser mejores cada día.

  • 6. Estimular la participación de sus atletas para que realicen preguntas cuando tengan duda relacionadas con algún elemento técnico, táctico o teórico.

  • 7. Velar el entrenador porque los alumnos realicen todas las actividades asignadas durante el desarrollo de las prácticas y la disciplina táctica durante el juego.

  • 8.  Asignar tareas para que los atletas cumplan en el hogar.

  • 9. Evaluar el entrenador al inicio de cada entrenamiento las actividades asignadas el día anterior.

  • 10. Exigir a los participantes un mejor rendimiento en las actividades y acciones que ejecuten durante los juegos y entrenamientos.

  • 11. Reunir al equipo semanalmente para analizar la productividad y resultados que han alcanzado hasta la fecha.

  • 12. Velar por los resultados académicos de los atletas en sus respectivas escuelas de manera que pueda impulsar el afán de superación no sólo en el terreno sino también en el resto de su entorno social.

Espíritu de sacrificio:

  • 1. Comenzar con tareas sencillas e ir aumentando su complejidad para así lograr una mayor adaptación.

  • 2. Plantear actividades retantes a los alumnos que permitan al profesor observar y medir su disposición.

  • 3. Elevar los niveles de exigencia y esfuerzo en la realización y desarrollo de las tareas durante el entrenamiento.

  • 4. Exigir la ejecución de tareas con cierto grado de dificultad que inviten a los participantes a luchar por mejorar las acciones que realizan durante sus prácticas y en los juegos.

  • 5. Invitar y estimular a los participantes a romper sus propios retos en las repeticiones que realizan durante la práctica.

  • 6. Registrar y sistematizar las acciones donde los alumnos pese a estar lesionados tratan de realizar y continuar el trabajo que ejecutan.

  • 7. Observar e intervenir en forma positiva cuando los alumnos ejecutan bien sus actividades y cuando juegan en equipo.

  • 8. Reforzar las actitudes de afán y superación de los participantes, siendo para ellos el profesor un ejemplo en este sentido.

  • 9. Compartir ideas y opiniones que como equipo les permita la crítica y autocrítica de los resultados obtenidos, permitiendo una proyección futura.

  • 10. Evaluar e informar los resultados que se obtengan al desarrollar y mantener un espíritu de lucha y sacrificio tanto en los juegos como en los entrenamientos.

  • 11. Incentivar la proyección y la imagen de los participantes en otras actividades de su quehacer diario en la comunidad.

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Autor:

Lic. Iván González García

Prof. de Béisbol de la Facultad

Coautores:

  • Msc Ivett Margarita Cedeño Millán (Profesora de psicología y pedagogía).

  • Dr. Juan Carlos García (Prof. de psicología del deporte).

  • Lic. Norge Hernández Gómez (Prof. de Béisbol).

  • Lic. Elisnay Hernández Morgado (Entrenador de Béisbol).

  • Msc. Nelson de Jesús González Estévez. (Entrenador deportivo).

Partes: 1, 2
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