Descargar

Entrevista a Eustaquio Mendez Arenas


Partes: 1, 2

  1. A manera de prólogo
  2. El "moto" el prócer de todos los tiempos
  3. Eustaquio Méndez Arenas sigue vivo entre nosotros la verdad histórica
  4. El verdadero nombre del prócer
  5. La verdad sobre qué mano y qué fecha sufrió la mutilación
  6. Una entrevista histórica

A MANERA DE PRÓLOGO

Considero que, definitivamente es necesario y saludable, apelar a otros medios para enseñar y acercar a la ciudadanía la verdadera historia de Tarija para que conozcan los hechos tal cual sucedieron y valoren a quienes fueron sus principales protagonistas. Sumado a lo anterior, puedo asegurar que algunos capítulos de nuestra historia han sido distorsionados y descontextualizados por algunos autores, que intentando escribir nuestra historia, se dedicaron más a satisfacer su ego y se alejaron totalmente de la verdad, y no lograron enseñar y valorar la verdad. Por ello, en esta oportunidad, dedicaré este trabajo a uno de los hombres más importantes de la Historia Colonial de Tarija, más concretamente a la segunda etapa de la Guerra de la Emancipación (1816 – 1818): don Eustaquio Méndez Arenas.

Ese es nuestro hombre histórico. Y con el único propósito de rectificar algunos detalles de la vida y obra de nuestro Prócer y acercar a la ciudadanía la verdad histórica y posicionar ésta en reemplazo de la tradición y los mitos hasta ahora tejidos, surgió la iniciativa de utilizar un inédito instrumento de trabajo para la investigación: la entrevista imaginaria, que dicho sea de paso, fue utilizada por uno de los más prestigiosos historiadores contemporáneos argentinos: Felipe Pigna, autor de "Lo pasado pensado" (Buenos Aires,

2006).

Para nuestro cometido, he elegido este 19 de septiembre de 2006, fecha esencial del Calendario Histórico de Tarija que nos obliga a conmemorar el 222º aniversario del natalicio de nuestro Prócer de una manera diferente. Para el cumplimiento de esa premisa, presento este inédito trabajo que intenta retroceder en el tiempo y el espacio para proyectar la vida de nuestro Prócer. De esa manera, podremos con humildad y sincero homenaje conmemorar este nuevo aniversario de su nacimiento aquel lejano 19 de septiembre de

1784.

EL "MOTO" EL PRÓCER DE TODOS LOS TIEMPOS

Eustaquio Méndez Arenas, se constituye en el personaje más popular e influyente y seriamente comprometido con la corriente probolivianista que liderizó Bernardo Trigo Espejp hasta lograr exitosamente el rechazo mayoritario del pueblo tarijeño a las numerosas gestiones argentinas por lograr que el extenso territorio de Tarija continúe siendo parte de la Provincia de Salta y; por ende, de las Provincias Unidas del Río de La Plata y aprobar en sendos Cabildos Abiertos la reincorporación de Tarija a la naciente República de Bolivia, hechos suscitados entre el 6 de junio de 1825 y 17 de octubre de 1826.

En ese contexto, don Eustaquio Méndez Arenas debe ser conocido y valorado por las actuales generaciones de tarijeños y bolivianos como un hombre que vivió y lucho por sus propias convicciones a pesar de sus limitaciones, en una época que tuvo sus propias características y donde no todos quienes abrazaron el ideal emancipador conocían a cabalidad los postulados que los liberales de Buenos Aires y en Charcas difundían entre la población para defender los derechos humanos y los principios de libertad que desde el 25 de mayo de 1809 en La Plata (hoy Sucre), y el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires eran públicos a base de los hechos sucedidos en los Estados Unidos (1776), y la Revolución Francesa (1789), vehementes manifestaciones populares y democráticas que hicieron tambalear al sistema político-administrativo implantado desde la Metrópoli, allá en España tanto por las Dinastía de los Austria (1504 – 1700), y Borbón (1700 – 1833), respectivamente.

Estos postulados, fueron los que gatillaron la Guerra de la Emancipación dentro del vasto territorio del Alto Perú y que tuvo una duración de 16 años y significó la ofrenda de miles de vidas que ensangrentaron todo ese extenso territorio y el de las Provincias Unidas el Río de La Plata por la decisión de la Corona española de enfrentar y sofocar la Revolución de Buenos Aires y las Provincias del Interior en las que obviamente estaba incluida la Provincia de Tarija.

En esa época, es decir, en mayo de 1810, y en las peores circunstancias los menos de mil quinientos habitantes que vivían en la Villa de San Bernardo de Tarija, que sumada a la población rural en mayor cantidad, estaba distribuida y asentada en pequeños y alejados pueblos dentro del extenso territorio del Partido de Tarija que superaba las 18 leguas cuadradas, sabiéndolo o no, se habían manifestado a favor de la Revolución de Mayo. Para ese objetivo, cuatro miembros del Cabildo de la Villa de Tarija: Mariano Antonio de Echazú, José Antonio Reguerín, Juan Francisco de Ruiloba y Ambrosio Catoyra, dieron respuesta positiva y apoyaron a la Junta de Buenos Aires a través de nota remitida el 25 de junio de 1810, es decir, al mes exacto de haberse instalado la Junta Gubernativa Provisional a la cabeza del altoperuano, el potosino, Brigadier Cornelio Saavedra.

De todas maneras, no debemos soslayar algunas otras necesarias referencias de carácter histórico. Singular importancia tiene el Informe elaborado por el entonces Gobernador Intendente de la Provincia de Potosí, don Juan del Pino Manrique, bajo el rótulo de "Descripción de la Provincia y ciudad de Tarija" y presentada el 16 de agosto de 1785 a Su Excelencia el Rey de España a través de don José de Gálvez. Este valioso informe, que para nosotros es una verdadera obra maestra, hace una minuciosa descripción de cada uno de los seis Partidos de Potosí: Porco, Chayanta, Lípez, Atacama, Chichas y Tarija. Ese es el contexto geográfico y social en el que nuestro entrevistado -léase don Eustaquio Méndez Arenas- se vio involucrado hasta decidir luchar por la liberación de la Patria Grande desde el Curato de San Lorenzo.

Entonces, la altoperuana Provincia de Potosí y sus seis Partidos era una realidad geográfica, social, política e histórica. Sin embargo, hubo de suceder un acontecimiento por demás traumático en la vida de los tarijeños. El Partido de Tarija, por disposición del Rey de España fue incorporado a la Intendencia de Salta mediante Real Cédula de 17 de febrero de 1807, haciéndose efectiva esa incorporación el 24 de marzo de 1808. De esa manera, el territorio bajo la jurisdicción de cada Partido, se convirtió en el teatro natural donde se instituyeron las célebres Republiquetas que estuvieron al mando de sus respectivos líderes y sus gentes: Camargo, Betanzos, Padilla, Uriondo, Méndez y otros, decidieron proteger y preservar sus propios territorios y se enfrentaron a las tropas disciplinadas de la Corona de España.

Fue la "Guerra de Guerrillas" la que usaron los Patriotas para enfrentarse a los Realistas. Esa "Guerra de Recursos", puso en aprietos en miles de ocasiones a los más connotados jefes militares que vinieron exprofesamente desde España para enfrentar y derrotar a los Patriotas. Muchos de dichos jefes militares, antes de venir hasta la América del Sur, habían participado en la Guerra contra Napoleón Bonaparte en Europa. Entre ellos, sobresale José Álvarez De la Serna e Hinojosa, quien prometió al Virrey del Perú don Joaquín de la Pezuela, entrar hasta la misma ciudad de Buenos Aires antes de mayo de 1817. Junto a éste militar, cercano a la historia de Tarija, estuvieron Antonio Vigil, Jerónimo Valdez y otros más.

Para elaborar esta entrevista, tuve la necesidad de consultar importantes crónicas de la época, que publicadas bajo el título de "Memorias" de cada uno de los jefes militares que participaron en la Guerra de la Emancipación y que junto a don Eustaquio Méndez Arenas, fueron importantes para definir cada una de las preguntas. Ese paso, era necesario, pues ellos protagonizaron este capítulo de la historia de Tarija. Los escritos consultados fueron: Gregorio Araoz de La Madrid sobre la obra de José María Paz (Buenos Aires, 1855), Manuel María Urcullu (Sucre, 1855), Francisco Burdett O'Connor (La Paz, 1869), Gregorio Araoz de La Madrid (Buenos Aires, 1895), y otra valiosa documentación obtenida del Archivo General de la Nación (República Argentina), como las célebres "Gaceta de Buenos Aires" (mayo de

1817), y "Gaceta del Gobierno de Lima" (noviembre de 1818). Asimismo, corresponde resaltar las obras de historiadores bolivianos, argentinos y un estadounidense como Charles W. Arnade (La Paz, 1964), Emilio A. Bidondo (Buenos Aires, 1968), Andrés de Santa Cruz Schuhkrafft (La Paz, 1956), Alfonso Crespo (La Paz, 1979), Luis Güemes (Buenos Aires, 1980), Carlos de Mesa (La Paz, 1998), Félix Luna (Buenos Aires, 1998), Rodolfo Campero (Buenos Aires, 2006), y Felipe Pigna (Buenos Aires, 2006).

Pero el documento de consulta más importante, sin duda, es el "testamento" del Cnl. Eustaquio Méndez Arenas, elaborado por el Escribano don Agustín de Mendieta el mismo 2 de mayo de 1849 en una de las celdas –llamada "el diablillo" del Cabildo de Tarija. Este documento, una verdadera joya documental que desde 1985 está en las bóvedas del Banco Nacional de Bolivia -léase Regional Tarija- luego de las gestiones que hizo el entonces Prefecto y Comandante General del Departamento, don José Roger Vaca Garzón, que instruyó sabiamente su depósito en esa prestigiosa y emblemática entidad bancaria nacional.

Apelando a todos los autores arriba aludidos, se puede decir que, fueron siete las Expediciones Militares Españolas que desde el Alto Perú se dirigieron hasta las Provincias Unidas del Río de la Plata, es decir, hasta Tarija, San Salvador de Jujuy, Salta y otros territorios estratégicos. De acuerdo a Emilio A. Bidondo, la primera invasión fue la que ejecutó Tristán en 1812; la segunda, la encaró Pezuela en 1814; la tercera, fue la que más comprometió a Tarija y su territorio y se desarrollo desde inicios de 1817 al mando de La Serna; la cuarta, la comandó Pedro Antonio Olañeta también en 1817; la quinta, nuevamente estuvo al mando de Olañeta y Valdez en 1818; la sexta, que se desarrolló en 1819 y estuvo al mando de Canterac.

Ello, significa que el territorio de Tarija al igual que los de Tupiza y Cotagaita, fue estratégico para tales ofensivas. Por esa razón, la Villa de Tarija y sus áreas de influencia fueron más de una vez invadidas y saqueadas por las tropas Realistas. En este acápite, merece especial mención el arribo de La Serna a la villa de Tarija a fines de noviembre de 1816 para encarar la tercera invasión hacia Jujuy y Salta. Y será, a partir de enero de 1817 que La Serna se dirigirá a Jujuy. También, el 15 de abril de 1817, el territorio de Tarija fue el escenario de la Batalla de la "Tablada de Tolomosa", acto bélico que comprometió seriamente a españoles al mando de Mateo Ramírez y Andrés de Santa Cruz y patriotas al mando de Gregorio Araoz de La Madrid y los montoneros bajo el mando del Teniente de Gobernador de Tarija don Francisco Pérez de Uriondo y los montoneros liderizados por Eustaquio Méndez Arenas.

Respecto a don Andrés de Santa Cruz Villavicencio y Calahumana, interesa decir que el 6 de diciembre de 1820, después de la derrota que sufrió en la Batalla del "Cerro de Pasco", se rindió ante el Mayor Juan Lavalle, a quién solicitó una entrevista con el General Patriota, San Martín. De esa manera, el Tcnl. Santa Cruz, Comandante del Regimiento "Dragones", decidió abandonar las tropas Realistas para "pasarse" a las tropas Patriotas. En esa situación, jugó un rol protagónico en la Guerra de la Emancipación y el período republicano junto a los Libertadores Bolívar y Sucre, hasta llegar a desempeñarse como Presidente Provisional y luego Constitucional de la República de Bolivia entre 1829 a 1839 y como tal erigir la Provincia de Tarija en Departamento de Bolivia mediante Ley de 24 de septiembre de 1831.

Retornando a las invasiones, lo mismo sucedió con las heroicas ciudades de Jujuy, Salta y otras poblaciones menores donde sobresalieron Güemes y sus gauchos. En dichas invasiones, todos los pueblos eran saqueados, su población asesinada, el ganado robado o diezmado. Es decir, la muerte y la destrucción hicieron escarnio de los pueblos Patriotas, pues no se salvaron ni los niños ni las mujeres ni los ancianos. De esa manera, la población masculina joven fue decreciendo. La barbarie a través de las torturas, asesinatos, incendios se intentó imponerse y acallar a los pueblos que decidieron luchar por su libertad y arrojar a los godos, causantes de sus males y penurias. Y por supuesto, los pueblos tarijeños como Padcaya, Concepción, Itaú, Caraparí, San Lorenzo, las Salinas, San Luis, Toldos, Santa Ana, Chocloca, Guayabillas y otros en el Partido de Tarija, y por supuesto la misma Villa de Tarija, a la cabeza de sus guerrilleros como Francisco y Manuel Pérez de Uriondo, Eustaquio Méndez Arenas, Ramón y Manuel Rojas, José María Avilés, Pedro Antonio Flores y otros centenares de anónimos patriotas, ofrendaron sus bienes y vidas por un postulado superior que había surgido allende nuestras fronteras: primero, la Declaración de independencia de los Estados Unidos de América del Norte, redactada por Jefferson y con claras influencias de Locke y de Rousseau y en la línea de la filosofía del derecho natural, y firmada entre el 2 y el 4 de julio de 1776 en el Congreso continental reunido en Filadelfia desde el año anterior y; posteriormente, la Revolución Francesa, del 14 de julio de 1789. Ese postulado se llamaba: libertad.

En ese cruento teatro, donde la destrucción se impuso y que corresponde ubicarla desde noviembre de 1810, el dolor, la muerte y el llanto, ya han fraguado el carácter de miles de paisanos. Entre ellos, un joven de apenas 26 años de edad recibirá su bautizo de sangre: don Eustaquio Méndez Arenas. Este joven, Eustaquio, murió físicamente el 4 de mayo de

1849 en la ciudad de Tarija, pero vivirá en la memoria de todos quienes son concientes del aporte que hizo. Si tuvo errores -que sí los tuvo- se deben a su condición humana, pues

Méndez fue un mortal como nosotros.

Pero, vayamos por partes. Corría el año de 1784, un año antes que el Partido de Chichas dentro de la Provincia de Potosí fuera dividido en dos: Chichas, con su capital Tupiza y; Tarija, con su capital la villa de San Bernardo. En un caserío llamado Churqui Huayco, cerca de Canasmoro en la jurisdicción del Curato de San Lorenzo, nació don Eustaquio Méndez Arenas. El original de la Partida de Nacimiento se encuentra en la Parroquia de San Lorenzo, Capital de la Provincia Méndez del Departamento de Tarija.

EUSTAQUIO MÉNDEZ ARENAS SIGUE VIVO ENTRE NOSOTROS LA VERDAD HISTÓRICA

Además de otros, dos son los tópicos específicos que en este trabajo deseo dejar como verdades históricas. Con documentación que servirá de respaldo, obtenida en los Archivos de Lima (Perú), Salta (Argentina), y Sucre (Bolivia), quiero de manera vehemente y responsable, desmentir y desmitificar aquellas inexactitudes que durante décadas fueron transmitidas a miles de tarijeños y millones de bolivianos.

EL VERDADERO NOMBRE DEL PRÓCER:

1. Eustaquio, fue el único y verdadero nombre de nuestro Prócer. El Archivo Parroquial de San Lorenzo, posee una valiosa colección de Libros de Registros. El "Libro de Bautismos de Españoles y Principia desde 1,784 y termina en el año de 1,806", contiene la página que tiene un total de seis (6), registros de nacimiento. El quinto de ellos, corresponde a don Eustaquio.

Por lo tanto, es incorrecto e inexacto llamarlo José Eustaquio.

LA VERDAD SOBRE QUÉ MANO Y QUÉ FECHA SUFRIÓ LA MUTILACIÓN:

2. A Eustaquio Méndez Arenas se le cortó la mano derecha por órdenes expresas de don José de la Serna, General en Jefe de las Tropas del Rey en el Alto Perú. Quién ejecutó dicha orden, fue el Cnl. Antonio Vigil, Comandante de los "Húsares de Fernando VII", a fines de agosto de 1818 luego de atrapar a Méndez en una escaramuza con los montoneros.

Por lo tanto, es incorrecto e inexacto decir que Méndez perdió una de sus extremidades superiores: primero, al haberse caído del caballo; segundo, que le picó una víbora y; tercero, que él se cortó voluntariamente luego de haber ofendido a su Madre.

Asimismo, es incorrecto e inexacto aseverar que Méndez perdió su mano durante la Batalla de "La Tablada de Tolomosa", sino, como lo hemos dicho líneas arriba, ello sucedió en agosto de 1818.

UNA ENTREVISTA HISTÓRICA

Totalmente comprometidos con la verdad histórica, y decidido a alimentar a nuestras actuales generaciones de tarijeños con esas verdades, presento a consideración esta inédita entrevista imaginaria a don Eustaquio Méndez Arenas. A través de esta "entrevista" podré "conocer" otras verdades sobre la vida y obra de Méndez.

Para cristalizar dicho objetivo, decidí visitar la vieja casona de Los O"Connor. En ella, se encuentra doña Francisca Ruiloba, esposa del Gral. Francisco Burdett O"Connor, a quién expliqué los motivos de mi tarea y solicité autorización para poder entrevistar a nuestro personaje histórico. Méndez, se encuentra postrado en cama, en la habitación cercana al viejo comedor. El héroe esta muy delicado de salud, debido a las múltiples heridas causadas el pasado 30 de abril de 1849 en el área cercana a San Lorenzo llamada "Santa Bárbara", por los disparos de armas de fuego y el maltrato que le dieron los soldados de la tropa al mando del Gral. Rosendi, acólito del Gral. Velasco y líder insurrecto en el sur de la República contra el Gobierno Provisional de Manuel "el tata" Isidoro Belzu.

Pero, dejemos que don Eustaquio a pesar de sus 65 años, el dolor y las dificultades por respirar y hablar, responda a mis preguntas, pues debo reconocer que tiene una memoria febril y sincera. Yace postrado, herido y sangra por la espalda y el pecho a pesar de los vendajes que tiene.

Es un día nublado, lúgubre y nostálgico, con un no sé que congoja el alma por el pesado de la atmósfera que vaticina llanto, duelo, dolor y luto. En el patio de la casona, ecos de golondrinas sin nido y trinar de gorriones que se entremezclan con el ligero y nervioso caminar de doña Francisca, de don Francisco, de la negra Alejandra y otros buenos vecinos que vinieron a pesar del punzante viento del invierno. Es una tarde para nunca olvidar. El Cnl. Méndez, con sus años encina, que estuvo más de 72 horas en aquella tétrica celda del Cabildo, espacio espantoso que sirvió para que los matones de Agreda, de Rosendi y los carcelarios, hayan tirado al héroe para que sus heridas se unten con el lodo y su cara se apoye sobre la húmeda tierra, sin una almohada donde pueda reclinar su cabeza cargada de recuerdos y glorias; sin tener a su lado, las manos curtidas pero tiernas de su esposa y de su amada hija Leonor.

Ahora paso a la habitación a sostener la entrevista con el héroe. Hay poca luz. Se está poniendo el sol o mejor dicho, se está perdiendo el sol como la vida misma de mi entrevistado. Doña Francisca, está triste, solloza, callada, pero la siento rezar. También al lado de don Eustaquio, al otro lado de la cama, se encuentra un viejo y querido amigo: el Escribano don Agustín de Mendieta, que elaboró el Testamento para don Eustaquio el pasado 2 de mayo en una de las celdas del Cabildo a solicitud de mi entrevistado. Muy cerca de doña Francisca y también rezando se encuentra el cura que vino de la Iglesia Matriz, el Dr. José Manuel Rodo. Sin duda, es un momento crucial en la vida del común de los mortales, pero ahora, somos testigos de un acto que adquiere dimensión de inmortalidad.

Es difícil explicar el cómo todos mis sentimientos se entremezclan, es algo indescifrable, imposible de explicar.

Es una tarde fría y húmeda. Hace dos días que gracias a las gestiones de la Señora Francisca Ruiloba de O"Connor ante el Gral. Sebastián Agreda, Prefecto golpista y antiguo compañero de Méndez en la Batalla de "Montenegro" el año de 1838, don Eustaquio fue trasladado desde la cárcel del Cabildo, cerca de la Plaza de Armas, hasta la Casona de Los O"Connor. Desde el momento preciso que llegó a dicha casa, fue recibido con muestras de profunda humanidad. Don Eustaquio, recibió todos los cuidados, a pesar de ello, está muy mal. Varias veces, en los pocos minutos que estuve frente a él, se quedó pensativo y mirando los bellos cielorrasos de su habitación y moviendo sus labrios rezando.

Hoy, es viernes 4 de mayo de 1849. Son las 13 horas y algunos minutos. Me presento y con la aprobación del héroe que se encuentra postrado, doy inicio a la entrevista.

1. Buenas tardes, don Eustaquio. Gracias, por aceptar esta entrevista. Si gusta, la podemos dejar para otro momento, cuando Usted y su salud así lo dispongan.

Buenas. Está bien. Hoy me siento mejor y muy cerca del Santísimo…

1. Serán pocas las preguntas. Pero es necesario que se las haga para conocer la verdad. ¿Le parece…? ¿Quiere que escriba las respuestas o me autoriza a grabarlas…?

Primero, quiero agradecer su visita. Mejor, use ese aparatito, así después escucho mi cansada voz…

1. ¿Cuáles los nombres de su madre y su padre…?

Mi tata, Juan Méndez y mi máma, María Arenas, ambos criollos, hijos de españoles.

1. ¿Dónde y en qué fecha nació Usted…?

El 19 de septiembre de 1784 en la casa de mis taitas en Churqui Huayco, a poco trecho de Canasmoro…

1. Don Eustaquio, perdón que lo interrumpa, pero ese día era domingo…!

Así hay ser…!

1. Tenemos una gran duda ¿Cuál su verdadero nombre…?

En la Partida de Nacimiento que está en la Parroquia de San Lorenzo, llevo el nombre de Eustaquio, a secas. Mi máma me dijo que me puso ese nombre porque fui bautizado el día 20 de septiembre, día dedicado según el santoral de nuestra religión al mártir San Eustaquio…

1. ¿Entonces, por qué Usted se hacía llamar José Eustaquio y en varios documentos aparece su firma con esos nombres…?

En homenaje y gratitud a mi padrino de bautizo, el Dostor José de Aldana. Hombre educado y bueno conmigo. Amigo de mi tata. Yo no firmaba, lo hacía mi amigo y secretario don Eugenio de Lugo.

1. ¿Y por qué Usted no firmaba…?

No sabía leer ni escribir. Además, a fines de agosto de 1818, no recuerdo bien, los godos al mando del Cnl. Antonio Vigil y por órdenes del Gral. José de la Serna, me cortaron la mano derecha. Antes de ese año había rechazado las ofertas de La Serna. Me mandó cartas muy lisonjeras a nombre de su Rey. Las rechacé…

1. ¿Así fue cómo perdió la mano…? En varios libros de historia que escribieron varios tarijeños y otros del interior y exterior del país, dicen que Usted perdió la mano -no aclaran si fue la derecha o la izquierda-, porque ofendió a su madre, otros dicen que se cayó del caballo y hasta dicen que se cortó la mano porque le picó la víbora…!

Los godos me cortaron la mano derecha, para escarmentar a mis hombres. Lo hicieron por haber levantado en armas al pueblo en contra del Rey de España. Fue la mayor y más grande humillación que sufrí, nunca me olvidaré de ese día que los hombres de Vigil, que formaban parte de la tropa de los "Húsares de Fernando VII" me pillaron y humillaron. Lloré mucho…Me mandaron de castigo a San Lorenzo, junto a mis sobrinos Segovia.

1. Si gusta nos responde, sino, podemos hacer otra pregunta ¿Por qué luchó contra los godos si ellos eran como sus padres…?

De joven escuchaba la charla de mi tata con mi padrino. Hablaban de la revuelta allá en La Plata en mayo de 1809. Yo tenía 25 años. Hablaban del Rey y Napoleón.

No teníamos Rey. Todos queríamos la libertad por tanto abuso. Los godos no dejaban trabajar a los criollos como mi tata y otros que vivían en San Lorenzo y en el pueblo grande…

1. ¿Cómo se enteró de la Revolución de Buenos Aires…ese 25 de mayo de 1810…?

Me enteré después del mes de junio. En San Lorenzo la gente andaba nerviosa y asustada. Pero todos estábamos trabajando en el campo. Los más nerviosos eran los godos y sus hijos. En Tarija, el pleito eran más grande. En la plaza grande, en la recoba y en la Matriz todos mentaban el asunto tan grave…

1. ¿Usted participó de la elección en Tarija del Diputado para la Junta de Buenos

Aires…?

No, no. Cómo no sabía escribir ni leer no elegí, tampoco lo hicieron hartos paisanos. La elección, fue después de la Fiesta del Patrono de San Lorenzo. Eligieron a un joven dostor, se llamaba Julián Pérez, era tarijeño.

1. ¿Participó de la batalla de Suipacha…? ¿Sabe qué fecha se realizó esa batalla…?

No, Pero ya andada molestando a los godos. Claro, fue el 7 de noviembre de 1810, allá arriba cerquita de Tupiza fueron muchos paisanos nuestros. Recuerdo que todos hablaban de nuestros hombres, decían que habían sido los mejores jinetes junto a los salteños y jujeños al mando del gaucho Güemes. Solamente hubieron dos oficiales heridos: el abanderado de Tarija, don Manuel Álvarez y el Alférez de milicias de Salta, don Eduardo Gaona y un soldado tarijeño muerto.

1. ¿Cuándo Usted decidió luchar contra los españoles…?

Cuando me enteré del ingreso de las tropas españolas rumbo a Jujuy y Salta, más o menos empezando el 1814. Las tropas españolas todo destruían, mataban y robaban. Nadie podía atajar tanto abuso. Ni los curas se salvaban menos los niños y mujeres. Eran tiempos feos, malos tiempos, mala época…

1. ¿Conoció Usted al caudillo don Vicente Camargo…?

Así es. Era cinteño. Bravo hombre. Mandaba más arriba del río San Juan del Oro. Murió el 3 de abril de 1816 cerca de Culpina. El español Buenaventura Centeno lo pilló después de un enfrentamiento que empezó a la madrugada. Centeno, lo despedazó con su espada y le cortó la cabeza para que sirva de escarmiento al pueblo que nos apoyaba. Esa época estaba con los españoles Andrés Santa Cruz. La cabeza y la espada de Camargo, el perverso Centeno la envió al Gral. Pezuela.

1. Usted, conoció a don Gregorio Araoz de La Madrid…?

Si. Era tucumano. Vino a Tarija muy joven…creo en 1814. Luego estuvo entre nosotros a mediados de abril de 1817. Nació en Tucumán el día 28 de noviembre de 1795.

1. ¿Recuerda que pasó el 15 de abril de 1817…?

Claro. Vino Araoz de La Madrid en busca de caballos y buenas monturas. Un chasque, gracias a nuestros bomberos, trajo la noticia. Por eso lo esperamos el 14 de abril por la tarde en el abra del Gallinazo, en la cuesta del Inca, camino a Tolomosa, en la banda del río Guadalquivir. Junto a Pancho Uriondo y otros paisanos le ayudamos a cruzar el río y nos fuimos por el campo de las Carreras al este de la villa, hasta la capilla de San Roque, arriba del pueblo.

Desde esa altura, los gauchos hicieron varios disparos de cañón al Comandante español Mateo Ramírez que estaba con sus soldados en la plaza mayor de la villa y

protegido por las trincheras que mando excavar La Serna a inicios de ese año.

Ese día, el godo no aceptó rendirse. Por la noche, todos hicimos ronda para que no entre ni escape nadie de la plaza. Pillamos a varios chasques que llevaban pliegos y

iban en busca de ayuda.

Pero al día siguiente, el 15 de abril que era un día martes, desde muy temprano nos preparamos todos para entrar con sable en mano al degüello y disparar contra los

españoles. Pero unos bomberos nuestros nos avisaron que los españoles que estaban

en Concepción, estaban arriba de la Tablada de Tolomosa. Eran los soldados mandados por Malacabeza. Seguramente habían escuchado el tronar de los

disparos de cañón del día anterior y venían en auxilio de su comandante.

Ya estaban muy cerca de nosotros. Nosotros nos quedamos alrededor de la plaza y atajamos a Ramírez para que no salga ni cruce el río para juntarse con los de Malacabeza que estaban arriba. El tucumano y su gente, y algunos paisanos nuestros cruzaron el río y subieron la cuesta y a eso del mediodía del 15 se enfrentaron a los españoles en la Tablada.

Fue un triunfo importante. Agarramos muchas armas, caballos, víveres, muchos soldados muertos y prisioneros. Por esa razón, por la tarde nos fuimos a la otra capilla de San Juan, al oeste de la villa, desde esa altura nuevamente el gaucho La Madrid exigió la rendición de Ramírez. Este aceptó. Luego, juntamos a las dos tropas y más tarde todos se rindieron en el campo de las Carreras. La Madrid se quedó en Tarija hasta el día 4 de mayo para seguir por el norte a cumplir la orden que le dio Belgrano. Antes de irse, mandó posesionar a Pancho de Uriondo como Gobernador de la Villa de Tarija.

Luego nos enteramos que no había ido hasta Oruro, sino, hasta la ciudad de La Plata donde llegó con sus tropas, pero tuvo que salir escapando y se vino hasta Tarija para entrar por Padcaya y por el río Bermejo a Toldos, escapando de las tropas españolas que le persiguieron.

En esa batalla, yo tenía mis dos manos. Fue al año siguiente que me cortaron la mano derecha. Desde entonces me llamaron el "mutu" Méndez, "mutu" Méndez.

1. ¿Qué opinión tiene del Dr. Bernardo Trigo…?

Severo hombre. Amigo y compadre mío.

Se llamaba Bernardo Trigo Espejo. Nació en Tarija el 28 de marzo de 1789 y murió en esta ciudad el 8 de marzo de 1848. Al día siguiente, llevamos sus restos al panteón de

su finca en "Camacho".

Perdí un gran amigo. Me ayudó mucho, mucho.

Espéreme un ratito. Deme un traguito de agua. Cómo duele esta espada oiga. Gracias.

Fue el que encabezó todos los Cabildos para luchar contra los argentinos y apoyar al Mariscal de Ayacucho. Lucía un uniforme de militar de color guindo y dorado. Era alto.

Recuerdo que fue elegido como Prefecto de Tarija en el Cabildo del 26 de agosto de

1826. Estuvo en mi casa en San Lorenzo junto al Gral. Francisco O'Connor y al

Gobernador argentino de Tarija Ciriaco Díaz Vélez. Mi casa quedaba cerca de la plaza del pueblito.

El fue quien pidió escribir la frase que Tarija iba a desaparecer del mapa si no

aceptaban que sea boliviano el Departamento. Junto a otros paisanos del pueblo firmó el manifiesto del 17 de octubre del 26. También fue el que se empeñó enérgicamente en elegir a los tres diputados por Tarija para que asistan a la Asamblea Constituyente convocada por el Mariscal de Ayacucho el año de 1825. Gracias a él fueron elegidos Tejerina, Arce y Ruiloba. Pero no pudieron entrar y por ello decidió luchar contra los argentinos y me pidió que le ayude. Por eso cuando nació la nueva República, los tarijeños no firmamos el Acta de su fundación. Por eso ayudé a mi compadre, todos creíamos en él.

Era un declarado enemigo de los argentinos y se opuso a la orden del Libertador Bolívar para que entregara Tarija a los argentinos en noviembre del 25. Juntos hicimos otra Asamblea de Vecinos para rechazar la orden y sacar al Gobernador.

Mi compadre, quería que Tarija fuera parte de la República de Bolivia y así se lo dijo al Libertador Sucre en Tupiza. Gracias a esa gestión llegaron las tropas colombianas a

Tarija al mando de O'Connor quien destituyó al Gobernador Echazú y puso a Trigo. Era el año de 1825.

1. ¿Qué sucedió en Tarija aquel 17 de octubre de 1826…?

Recuerdo que fue un día martes. Ese día fue el más emocionante para todos. Fue el último Cabildo Abierto para manifestar nuestra decisión para pertenecer a Bolivia. Estuvimos reunidos en la casa de don Bernardo Trigo, frente a la plaza grande. Luego, fuimos al Cabildo y allá se reunió toda la gente convocada por el repique de las campanas de la Matriz. Se elaboró un documento a nombre del Colegio Electoral y de la Municipalidad de Tarija y se lo mandó hasta sede del Congreso en Sucre. Clarito, recuerdo los nombres de las personas que firmamos ese documento tan importante que decía que era mejor desaparecer de la tierra antes que dejar de ser bolivianos. Llevo en la memoria a don Bernardo Trigo, Manuel Valverde, Isidoro Pantoja, Ignacio Mealla, Juan Ramón Ruiloba, Manuel de Lea Plaza, Agustín de Mendieta, José Antonio Vásquez, Mariano Cecilio de Trigo, Gabino Ibáñez, Manuel José Hevia y Vaca, Nicolás de Ichazo, José Francisco de los Reyes, Juan José Mendieta, Melchor Ortiz, José Morales, Gregorio de León y al final firmé yo.

Ese día, analizamos la grave situación de nuestros Diputados, los hermanos Aguirre. Fue el documento más importante, lleva mi nombre, casi al final.

1. ¿De don Francisco Pérez de Uriondo…?

Era serio. Nació en Chile el 13 de noviembre de 1784. Tenía la misma edad mía.

Todos le decíamos Pancho. Se vino y comenzó a luchar contra los godos. El era descendiente de godos pero lucho contra ellos. Tenía un hermano menor, Manuel,

soldado de la Patria también.

Tuvo problemas con Belgrano porque quería hacerse designar como Gobernador de

Tarija cuando Tarija era una dependencia de Salta. Era primo del Marqués de Tojo don Juan José Fernández Campero. Varias veces estuvo en Salta y Jujuy. Conmigo era bueno. Era mandón y todos le respetaban.

Varias veces fue la máxima autoridad civil y militar de la villa. Araoz, como le dije anteriormente, al abandonar Tarija para ir al norte le nombró Gobernador de la Villa en mayo de 1817. Se fue escapando desde Tarija porque los españoles le perseguían.

Después de la batalla de la Tablada de Tolomosa, pocos meses duró nuestra alegría, porque a inicios del mes de julio llegó a Tarija el peor buitre de los españoles, se llamaba Mariano Ricafort. Ordenó matar a personas y al ganado, quemó casas y el Cabildo.

Páseme un traguito de agua por favor. Gracias don.

Por esa razón, toda la paisanada escapó al sur, hasta Padcaya, donde Pancho armó su campamento de lucha y desde allá se metió en Toldos y al valle de Zenta y juntos peleamos contra las tropas de los españoles. Pancho, bajo la bandera de Buenos Aires peleó en el Uruguay. Creo que en 1815 estuvo en Salta donde peleó junto al bravo caudillo gaucho Martín Güemes.

A partir de ese entonces, entraba a Tarija y se quedó aquí para pelear junto a nosotros. A fines de 1819 se perdió del todo, nunca más supe de él. Era buen guerrero, montaba a caballo como los gauchos de Salta.

Pancho se casó en Salta a fines de febrero de 1820 con doña Andrea Zenarruza. No tuvieron hijos. Pancho murió en Salta el 7 de febrero de 1822 y su viuda en enero de 1877.

1. ¿Don Eustaquio, Usted conoció al salteño Martín Güemes…? ¿Qué opina de él…?

Claro. Nació en Salta el 8 de febrero de 1785. Era un año menor que yo.

Tuve la suerte de conocerlo. Era medio alto, simpático, delgado, buen jinete y luchador. Su hablar era gangoso.

Cuando Tarija se plegó a la lucha con sus propios hombres, Güemes, también apoyó a todas las partidas de gauchos que partían desde Tarija a luchar contra el enemigo común.

Yo lo admiraba. Era testarudo, no aceptaba lisonjas de nadie.

Fracasada la invasión de los godos al mando del Gral. La Serna y botados de Jujuy en mayo de 1817, justo al mes de la batalla en Tarija, Güemes hizo cosas muy importantes para la causa Patriota.

Seguramente, Usted sabe que los españoles hicieron siete invasiones al territorio argentino. Para algunas de ellas, utilizaron el territorio de Tarija y acampaban en

Tarija, San Lorenzo, Padcaya, Itaú, Caraparí, San Luis, Las Salinas. El Gral. La Serna llegó a Tarija a fines de noviembre de 1816. Y desde Tarija comenzó la tercera invasión al territorio argentino. Este jefe dejó Tarija para ir hasta Jujuy y Salta y nombró como Comandante y Subcomandante de Tarija a Mateo Ramírez y a Andrés Santa Cruz.

La noticia más triste que conocí a fines de junio de 1821 fue la muerte del caudillo. Güemes, murió el 17 de junio de 1821 en la Cañada de "La Horqueta" cerquita de Salta, después que el 7 de junio soldados de Gral. español Pedro Antonio Olañeta le dispararan en una emboscada. Fue traicionado por un hombre y luego de recibir varios disparos murió por la gravedad de sus heridas.

Bravo hombre, valiente y llenó de amor por la Patria Común. Era el que mandaba el grupo que se llamaba "Patria Vieja" que peleaba contra los de la "Patria Nueva" radicados en Jujuy. De esos también habían en Tarija.

Que Dios lo conserve en su gloria. Era un gran gaucho y paisano nuestro.

Güemes, era pariente del Marqués Fernando Campero, hombre rico y noble, también era godo pero que se pasó a la filas Patriotas y luchó contra ellos después de la batalla de Salta el 20 de febrero de 1813. Lo pillaron el 15 de noviembre de 1816 en su hacienda de "Yavi". Fue un verdadero patriota, daba armas y caballos y alimentos a los paisanos. Supe que lo torturaron mucho en Potosí y Perú. Murió lejos, creo que en octubre de 1820.

1. Está cansado don Eustaquio. Descanse, por favor.

Me duele la espalda…no puedo respirar bien. Unos pocos minutos más conversamos y luego me dejan para rezar hasta que el cura me confiese. El ya está aquí.

1. Solamente dos preguntas más ¿Le parece…? ¿Qué opinión tiene de don Andrés de

Santa Cruz…?

Recuerdo que cuando joven luchó al lado de los Realistas. Después de la Batalla de "La Tablada de Tolomosa", cayó como prisionero y en la tarde del 15 de abril junto a sus soldados y otros oficiales y su comandante Ramírez se rindió a las tropas nuestras. Era joven. Creo que a partir de diciembre de 1820 se pasó a las tropas de la Patria. Años después, el 1831 siendo Presidente de la República hizo que la Provincia de Tarija sea Departamento de Bolivia. El padre de don Andrés era español y su madre una indígena aymara de Huarina. Más pudo la sangre que la educación, por eso se hizo patriota. Peleo junto a nosotros contra sus antiguos camaradas.

1. ¿Qué significó para Usted Manuel Isidoro Belzu…?

El Tata…Yo conocí a Belzu, cuando llegó a Tarija como ayudante del Gral. O'Connor. Era joven, fogoso, intranquilo.

El año 1832, llegaron a Tarija varias familias salteñas, escapando del dictador Rosas, entre ellas, recuerdo a…los Puch, los Gorriti, los Güemes…

Luego, me enteré que Belzu se casó con la hija de Gorriti. Manuela, se llamaba esa moza, era muy linda. El padrino de ese matrimonio fue el Gral. O'Connor.

Pasaron los años, y yo ya era muy amigo de Isidoro. Recuerdo que a inicios de este año, le nombraron Presidente Provisional de Bolivia. Tenía un gran enemigo, el militar Gral. José Miguel de Velasco, quien estando en la Argentina ordenó a Rosendi y sus tropas revoltosas entrar a Bolivia por el antiguo territorio de Iruya en la frontera hasta Tarija a mediados de abril de este año.

Todos le decían Tata, Tata Belzu. Era muy amigo de los pobres y desposeídos. Era mi amigo.

El Tata, ganó a Velasco en la Batalla de "Yamparaez" y asumió la Presidencia

Provisional de Bolivia el 6 de diciembre de 1848. Por esas razones, Velasco odiaba al Tata.

1. ¡Don Eustaquio…! Don Eustaquio…! ¿Se siente Usted bien…?

Doña Francisca, doña Francisca…! Me duele la espalda, siento frío en los pies, tápenlos bien por favor. Doña Francisca, doña Francisca.

Tápeme por favor los pies, siento frío, mucho frió. Se me nubla la vista.

Parece que la Parca está viniendo a recogerme.

Déjenme con el cura, quiero confesarme, quiero estar en paz con Nuestro Padre, con

Su Amado Hijo Jesucristo y la Madre Santísima.

Gracias doña Francisca, muchas gracias. Usted ha sido muy buena conmigo. Supo cuidarme y darme salud. Es una buena cristiana. Gracias doña. Que Dios la bendiga.

Partes: 1, 2
Página siguiente