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La Planificación formal de la Lengua (página 2)

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Normalización:

La normalización lingüística suele irradiarse desde los centros metropolitanos de poder hacia fuera y puede ser producto de una evolución no planificada o de una planificación expresa.

La norma, en primer lugar, se suele aceptar para la escritura y con el aumento de la educación oficial y de la comunicación supra local se acepta para el habla entre personas de diferentes regiones. Dicha norma debe gozar de aceptación y considerarse adecuada ya que la sola publicación de gramáticas y diccionarios no constituyen la normalización, visto que estas se pueden pasar por alto. Cuando las variantes lingüísticas sirven de indicadores de identidad es más difícil abandonarlas, sobre todo en nombre de la eficacia.

Es más probable que la normalización lingüística se aborde en relación con la actitud que en relación con el comportamiento. Labov define una comunidad de hablantes en relación con las evaluaciones compartidas. A su juicio, las personas pertenecen a la misma comunidad de hablantes cuando evalúan un ejemplo de comportamiento lingüístico de forma similar.

Según Milroy y Mirloy la normalización tiene una "ideología", que es la idea de que hay una forma correcta de usar la lengua y que las personas deberían usarla de esa manera.

Sabemos que las elites promueven su variedad lingüística como único modelo correcto para legitimar los manifiestos del estado, la iglesia, etc. También es esta variedad la que se adopta en la escuela.

El que haya grupos que acepten el modelo pero que no sean capaces de usarlo contribuyen a legitimar su propia subordinación.

Promoviendo el ideal sin impartir a todos la capacidad de usarlo, las escuelas, ayudan a reproducir la estructura social en cada generación.

También se le asignan más valor a las variedades escritas que a las habladas ya que las primeras no se las consideran efímeras y se las asocia con textos sagrados y de poder, además aprenderlas entraña cierto grado de dificultad lo cual hace que se las tenga en alta estima.

Por lo general, la normalización de las variedades escritas dá mas resultado que la normalización de las variedades habladas porque la variedad normalizada escrita es más fácil impartirla mediante la escolarización donde los alumnos lo aprenden juntos, y además responde a un interés económico ya que tener unificada la variedad amplia el mercado editorial.

Kloss establece una distinción entre Ausbau "Lengua por desarrollo" y Abstand "Lengua por distancia". Una lengua Ausbau es una lengua independiente porque ha sido rechazada y reformulada para distinguir su forma escrita normalizada de otras normas escritas y este tipo de lenguas son productos de la historia.

Como ejemplo tomaremos el caso de Sudáfrica donde se emplea un Afrikaans normativo relacionado con el Neerlandes normativo.

Desde el asentamiento antes del Siglo XVII ese dialecto fue la principal fuente de lo que después sería el Afrikaans. La separación geográfica sumada a la influencia lingüística de hablantes nativos y no nativos dio la lengua en desarrollo del Afrikaans como dialecto oral y su forma escrita fue el Neerlandes normativo. A mediados del Siglo XIX el movimiento encaminado a crear un Afrikaans normativo escrito acompañó el crecimiento del nacionalismo Afrikaner y así una lengua Ausbau reemplazo a otra.

Si bien las versiones escritas de las dos lenguas son diferentes un lector Neerlandes puede leer Afrikaans.

Una lengua Abstand es una lengua independiente en virtud de sus diferencias estructurales de las otras lenguas y es un concepto derivado de las lenguas habladas.

Kloss señala que muchas lenguas son Ausbau y Abstand ya que la estructura del lenguaje es diferente del de otras lenguas y su lenguaje escrito se ha moldeado y remoldeado de forma consciente (Francés, Inglés, Alemán, etc.).

La normalización lingüística acompaña a:

  1. Los movimientos nacionalistas ya que sus dirigentes tratan de moldear la nueva norma para movilizar y unificar a quienes esperan dirigir a fin de afianzar su autoridad.
  2. A los regímenes coloniales e imperiales, por ejemplo: el objetivo de la promoción soviética de las lenguas turcas normativas fue mantener a las lenguas lo más apartadas entre sí en cuanto a la ortografía, gramática y vocabulario a fin de evitar la aparición de una lengua franca que pudiera servir para promover una conciencia nacionalista.

Así, el retraso de la integración es el reverso de la moneda que promueve la autonomía social y política.

Para Rubin la normalización es un proceso que se divide en seis partes:

  1. Determinación de una norma
  2. Evaluación de la norma (correcta o preferida por un número importante de personas).
  3. Prescripción de una norma.

Según Rubin estos tres componentes siempre se dan juntos

  1. Aceptación de la norma.
  2. Empleo de la misma.
  3. Vigencia (hasta que la reemplace otra norma).

Una característica común de este proceso es la codificación que se la suele relacionar con las formas escritas aunque estas se pueden dar y aprender en forma oral, ejemplo: reglas de juegos, etc.

La existencia de diccionarios y gramáticas suelen considerarse una característica fundamental de la normalización y la codificación escrita puede influir en hablantes separados por el tiempo y el espacio. El uso precede a la codificación ya que las lenguas en vías de normalización son lenguas en uso y como tales atienden a las necesidades de los hablantes, no obstante, las codificaciones que no tienen autoridad al ser publicadas por primera vez pueden adquirirla o al menos convertirse en la base de una nueva norma.

Cuando la codificación representa una innovación para adquirir autoridad debe servir a los intereses económicos o políticos de las elites o contra elites.

Modernización

Es el proceso que permite a una lengua cumplir nuevas funciones comunicativas, ya se trate de funciones nuevas para la comunidad o funciones que antes cumplía otra lengua. No se limita a las lenguas de sociedades en vías de desarrollo sino que también ocurren en sociedades ya desarrolladas y modernas; ya que, la eficacia, producción y especialización de la mano de obra estimula la elaboración lingüística.

Nuevos conocimientos y tecnologías exigen nuevos términos y géneros, por ejemplo: la tecnología de los ordenadores personales dio origen a nuevos términos y géneros como son los manuales de referencia a programas.

A los planificadores se les plantean varias opciones:

  1. Adoptar un término que ya se emplea. Si ya hay un consenso, es decir, si la mayoría de los hablantes ya emplea un término el organismo de planificación aprueba ese uso mayoritario. Esta es una opción que evita tener que persuadir al público de abandonar un término en favor de otro.
  2. Acuñar un nuevo vocablo: aquí se plantean dos opciones:
  1. Construir el término a partir de fuentes autóctonas:
  • Dando nuevo sentido a una palabra que ya existe
  • Creando un vocablo a partir de una raíz autóctona
  • Traducir un vocablo extranjero (Préstamo traducido)
    1. Tomar prestada una palabra extranjera modificando su pronunciación, ortografía o afijos para ajustarlo a la estructura de la lengua de la que formará parte.

Como vemos, a los creadores de un vocablo se les plantea un conflicto de objetivos, por una parte desean que la comunidad comprenda con facilidad el nuevo vocablo y por la otra desean facilitar la comunicación más allá de las fronteras del país.

Un ejemplo de solución intermedia lo podemos encontrar en Indonesia que recurrió al sánscrito para la terminología literaria, de cultura y de ámbito político y a lenguas europeas para los ámbitos científicos, tecnológicos y en los temas relacionados con la moda y el cine.

Según Fishman modernidad y autenticidad deben estar presentes para que la modernización dé resultados.

Renovación

Si bien la representación gráfica, la normalización y la modernización son los objetos de la planificación formal de la lengua, existe el término Renovación que son intentos de cambiar un código ya desarrollado en nombre de la eficacia, estética o ideología nacional o política. Un ejemplo lo encontramos en los cambios rápidos y sucesivos del sistema de escritura árabe al latín y del latín al cirílico impuestos por los planificadores lingüísticos soviéticos a las lenguas turcas del Asia central soviética después de la revolución.

La lengua renovada no cumple nuevas funciones comunicativas, es la modernización quien permite cumplirlas. La renovación permite cumplir antiguas funciones en nuevas formas persiguiendo objetivos no lingüísticos.

Finalmente, Fishman sostiene que la planificación formal apropiada de una lengua "es el logro de un delicado equilibrio" entre lo antiguo y lo nuevo, el tradicionalismo y la racionalidad.

 

Autora:

Profesora Mónica Graciela Afonso

Profesora de Educación Inicial

Profesora de Portugués

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