Descargar

La mejor forma de gobernar


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

  1. Introducción
  2. La Solución espiritual del problema económico
  3. Los problemas de la humanidad ya no pueden resolverse a base de gobiernos nacionales. Lo que hace falta es un Gobierno Mundial
  4. Un Desarrollo Social, La unidad de la raza humana, Unidad en diversidad
  5. La Ciudadanía Mundial: Una Ética Global para el Desarrollo Sostenible; y El Punto Decisivo para Toda Nación. Comunidades Sostenibles en un Mundo. por Comunidad Internacional Baha'i
  6. Un nuevo orden Mundial. Pronto este viejo orden mundial será plegado, y uno nuevo extendido en su lugar (Baháulláh, La Gloria de Dios, 1817-1892)
  7. El mensaje de Bahá'u'lláh es un mensaje de esperanza, de amor, de justicia, unidad , reconstrucción práctica
  8. Algunos Principios bahais revelados por Dios para el bienestar y desarrollo de toda la humanidad
  9. Sobre Baháulláh

Introducción

  • Vemos a la humanidad como una sola. De modo que cualquier meta que no sea ayudar a todo el mundo no es una buena meta.

  • La proclamación de la Unidad de la Humanidad -piedra fundamental del dominio de Bahá'u'lláh- no debe ser comparada bajo ninguna circunstancia con algunas expresiones de piadosa esperanza pronunciadas en el pasado. El suyo no es un nuevo llamamiento proferido por Él, solo y sin ayuda, frente a la oposición implacable y combinada de dos de los más poderosos potentados orientales de su época, siendo Él un exiliado y prisionero en sus manos. Significa a la vez una advertencia y una promesa de que en ello reside el único medio de salvación de un mundo en gran sufrimiento; una promesa de que su concreción está cercana.

  • El mensaje central que Bahá'u'lláh ofrece en este Día a la humanidad es el de la unidad y la justicia. Dos citas a menudo empleadas por los bahá'ís lo resumen: ¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!

  • Ante mi vista lo más amado de todas las cosas es la Justicia, no te apartes de ella si me deseas, no la descuides para que confíe en ti. Con su ayuda verás por tus propios ojos y no por los ojos de otros, conocerás con tu propio conocimiento y no mediante el conocimiento de tu prójimo. Pondera en tu corazón cómo te corresponde ser. En verdad, la justicia es mi don para ti y el signo de mi amorosa bondad. Tenla, pues, ante tus ojos.

  • "La Tierra es un solo país, y la humanidad sus ciudadanos". También afirmó: "El bienestar de la humanidad, su paz y seguridad, son inalcanzables a menos que su unidad sea firmemente establecida'. Esta es la recomendación de Dios, el divino y omnisciente Médico, para nuestro desfalleciente mundo.

  • La Solución espiritual del problema económico

    • Erradicación de los extremos de pobreza y riqueza .

    • "Hasta el mejor plan elaborado, si no esta basado en lo espiritual, no dará buenos frutos, pues solo lo espiritual, hace que pensemos antes en los demás que en nosotros mismos", Ama a tu prójimo más que a ti mismo" Baháulláh.

    • "El equilibrio del mundo ha sido trastornado por la vibrante influencia de este grandioso, este nuevo Orden Mundial. La vida ordenada de la humanidad ha sido revolucionada por obra de este único y maravilloso Sistema, nada semejante al cual ojos mortales jamás han presenciado". (Baháulláh, La Gloria de Dios(1817-1892)

    • Satisfacer las necesidades materiales, asegurar la educación universal, crear las instituciones democráticas y los códigos de leyes en todos los niveles de nuestra sociedad mundial en aras del progreso económico y de la justicia social; todos éstos son elementos esenciales de un modelo de desarrollo universal digno del siglo XXI. Pero no son suficientes. Hasta que las necesidades tanto materiales como espirituales y las aspiraciones de las personas no reciban su debido reconocimiento, los esfuerzos por el desarrollo continuarán viéndose frustrados en su mayor parte. La felicidad, la seguridad y bienestar, la cohesión social y la justicia económica no son meros subproductos de los logros materiales.

    • Antes bien, éstos surgen de la interacción entre las satisfacción de las necesidades materiales y sociales y la realización espiritual de la persona.

    • Al vincular el progreso material a las aspiraciones espirituales fundamentales, y al apelar a los valores universales que permiten a las personas trascender sus intereses más inmediatos, los pueblos de la tierra se verán facultados para traducir los ideales y principios más elevados en actividades constructivas y constantes para su propio bienestar y el de sus comunidades.

    • Así pues, un modelo que aspire a procurar la prosperidad universal debe tener en cuenta la naturaleza espiritual y material de la persona y de la sociedad, y al mismo tiempo atender a la interdependencia creciente de los pueblos y naciones del planeta. Los Escritos Bahá'ís prevén el surgimiento de un nuevo modelo de desarrollo en que las regiones del mundo se "unan para compartir aquello de lo que las demás carezcan. Esta unión -se nos asegura- traerá consigo la verdadera civilización, aquella en que lo espiritual se expresa y realiza en lo material".

    • Los problemas de la humanidad ya no pueden resolverse a base de gobiernos nacionales. Lo que hace falta es un Gobierno Mundial

      • Y éste puede conseguirse si se refuerza el sistema de Naciones Unidas".

      • A través de Sus escritos Bahá'u'lláh utiliza de manera congruente los términos "orden", "orden mundial" y "nuevo orden mundial" para describir los cambios continuos y trascendentales que están ocurriendo en la vida política, social y religiosa del mundo. Hacia finales de los años sesenta del siglo pasado, escribió: "El equilibrio del mundo ha sido trastornado por la vibrante influencia de este grandioso, este nuevo Orden Mundial. La vida ordenada de la humanidad ha sido revolucionada por obra de este único y maravilloso Sistema, nada semejante al cual ojos mortales jamás han presenciado".

      • Existen numerosas vías por las que una Comisión semejante, o incluso el propio Poder Legislativo Mundial, podría acometer la delimitación de fronteras justas para todas las naciones. Por abrumadora que parezca la tarea, ésta reviste gran importancia para el proceso de construcción de un nuevo orden. 'Abdu'l-Bahá escribe: "La verdadera civilización desplegará su estandarte en el mismísimo corazón del mundo cuando cierto número de sus distinguidos y magnánimos soberanos -ejemplos brillantes de devoción y denuedo- se levanten por el bien y la felicidad de toda la humanidad, con firme resolución y clara visión, con miras a establecer la Causa de la Paz Universal. Deberán hacer de la Causa de la Paz el objeto de una consulta general, y procurar por todos los medios a su alcance establecer la Unión de las naciones del mundo. Deberán concluir un tratado vinculante y establecer un convenio cuyas disposiciones sean sólidas, inviolables y definitivas. Deberán promulgarlo ante todo el mundo y recabar para él la sanción de todo el género humano. Esta empresa, noble y suprema –verdadera fuente de paz y bienestar para el mundo entero- deberá ser considerada sagrada por la totalidad de cuantos habitan la tierra. Todas las fuerzas de la humanidad habrán de movilizarse para asegurar la estabilidad y permanencia de este Más Grande Convenio. En este Pacto universal los límites y fronteras de cada nación quedarán fijados claramente, los principios fundamentales de las relaciones entre los gobiernos serán definitivamente establecidos, y todos los acuerdos y obligaciones internacionales quedarán estipulados. Asimismo, el arsenal de cada gobierno habrá de ser estrictamente limitado, pues si se consintiera el aumento de las fuerzas y preparativos de guerra de cualquier nación, ello levantaría las sospechas de los demás. El principio fundamental sobre el que reposa este Pacto solemne deberá ser fijado de modo tal que si en lo sucesivo un gobierno violase cualquiera de sus disposiciones, todos los demás gobiernos de la tierra deberían alzarse para reducirlo a completa sumisión; más aún, el conjunto de toda la humanidad debería decidir, con todas las fuerzas a su disposición, aniquilar tal gobierno. De aplicarse éste el más grande de los remedios al cuerpo enfermo del mundo, a buen seguro se repondrá de sus males y permanecerá eternamente seguro y a salvo".

      • 'Abdu'l-Bahá, The Secret of Divine Civilization.

      • Un Desarrollo Social, La unidad de la raza humana, Unidad en diversidad

        • Las enseñanzas bahá'ís valoran y promueven la diversidad cultural, no la uniformidad. En este momento histórico no contemplamos la posibilidad de imponer un idioma mundial. Antes bien, imaginamos que los pueblos y naciones han de mantener sus idiomas locales y nacionales, al propio tiempo que son alentados a adquirir el idioma universal.

        • Ciertamente tal idioma universal acabará enseñándose como disciplina obligatoria en todas las escuelas del mundo. Pero ello no debería en modo alguno ir en detrimento de las legítimas expresiones lingüísticas locales y nacionales, o de la diversidad cultural.

        • "Se aproxima el día cuando todos los pueblos del mundo habrán adoptado un idioma universal y un sistema común de escritura", escribió Bahá'u'lláh a fines del siglo pasado. "Cuando esto haya sido logrado, cualquiera que sea la ciudad a la que un hombre viaje, será como si entrara en su propio hogar". Bahá'u'lláh.

        • En una "aportación especial" al Informe de Desarrollo Humano de 1994, James Tobin, ganador del Premio Nobel de Economía de 1981, apunta que una "moneda única y permanente" eliminaría gran parte si es que no todas las turbulencias relacionadas con el impresionante cúmulo de especulación que hay en los mercados mundiales. Tras hacer notar que tal moneda única mundial está aún muy lejos de ser realidad, propone como medida provisional un "impuesto internacional uniforme" para las transacciones cambiarias puntuales.

        • El principio de la seguridad colectiva fue planteado por Bahá'u'lláh hace ya un siglo en sus cartas dirigidas a los reyes y gobernantes del mundo: "Sed unidos, oh reyes de la tierra, pues en gracia a ello se apaciguará la tempestad de discordias que hay entre vosotros, y vuestros pueblos hallarán descanso, ojalá que fueseis de los que entienden. Si alguno de vosotros tomara las armas contra otro, alzaros todos contra él, pues ello no es sino justicia manifiesta".

        • Lo cual no significa que la prohibición de estos armamentos deba aguardar al desarrollo completo y despliegue de tal Fuerza. Apoyamos sin reservas los pasos que actualmente vienen dándose para renovar el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, así como para establecer una prohibición firme y exhaustiva de las pruebas nucleares, y cuantos esfuerzos vayan encaminados a eliminar las armas nucleares, químicas o biológicas. Igualmente, deben realizarse mayores esfuerzos para restringir el empleo de armas convencionales tales como minas, responsables de muertes indiscriminadas. (Comunidad Internacional Baha'i, Hora Decisiva para todas la Naciones)

        • La Cumbre Mundial para el Desarrollo Social es en sí misma prueba palpable del fracaso del actual modelo de desarrollo en cuanto garante de la seguridad y bienestar de los pueblos y naciones tanto del Norte como del Sur. La esencia de este modelo fallido se asienta en una arraigada visión materialista del propósito y naturaleza fundamentales de la persona y de la sociedad.

        • Satisfacer las necesidades materiales, asegurar la educación universal, crear las instituciones democráticas y los códigos de leyes en todos los niveles de nuestra sociedad mundial en aras del progreso económico y de la justicia social; todos éstos son elementos esenciales de un modelo de desarrollo universal digno del siglo XXI. Pero no son suficientes.

        • Hasta que las necesidades tanto materiales como espirituales y las aspiraciones de las personas no reciban su debido reconocimiento, los esfuerzos por el desarrollo continuarán viéndose frustrados en su mayor parte. La felicidad, la seguridad y bienestar, la cohesión social y la justicia económica no son meros subproductos de los logros materiales. Antes bien, éstos surgen de la interacción entre las satisfacción de las necesidades materiales y sociales y la realización espiritual de la persona.

        • Al vincular el progreso material a las aspiraciones espirituales fundamentales, y al apelar a los valores universales que permiten a las personas trascender sus intereses más inmediatos, los pueblos de la tierra se verán facultados para traducir los ideales y principios más elevados en actividades constructivas y constantes para su propio bienestar y el de sus comunidades.

        • Así pues, un modelo que aspire a procurar la prosperidad universal debe tener en cuenta la naturaleza espiritual y material de la persona y de la sociedad, y al mismo tiempo atender a la interdependencia creciente de los pueblos y naciones del planeta. Los Escritos Bahá'ís prevén el surgimiento de un nuevo modelo de desarrollo en que las regiones del mundo se "unan para compartir aquello de lo que las demás carezcan. Esta unión -se nos asegura- traerá consigo la verdadera civilización, aquella en que lo espiritual se expresa y realiza en lo material".

        • La Comunidad Internacional Bahá'í cree que la Declaración y el Programa de Acción pueden contribuir significativamente a un desarrollo social genuino, como demanda el siglo XXI, a condición de que tanto las necesidades espirituales como materiales y las aspiraciones de los pueblos del mundo reciban cumplido tratamiento.

        • Hoy en día, a las puertas del nuevo milenio, la marcha hacia la unidad mundial se ha convertido en una de los rasgos dominantes de la vida social. Está surgiendo de manera evidente una conciencia mundial. Crece el número de personas convencidas de que la construcción de un planeta pacífico y justo no sólo es posible, sino que, en verdad, resulta esencial para la supervivencia misma de la humanidad.

        • Simultáneamente, coexisten sectores significativos de la comunidad mundial entre ellos muchos teóricos sociales, economistas líderes religiosos y seculares, que adoptan el punto de vista según el cual los hombres son seres incorregiblemente egoístas y agresivos, y por tanto incapaces de erigir un orden social pacífico, progresivo y mundial en sus alcances. Tan cínico punto de vista sobre la naturaleza humana, con su corolario de actitudes y comportamientos, ha contribuido enormemente a los males que azotan a la sociedad actual: la pobreza, el desempleo, la lucha social, el consumismo, el nacionalismo chauvinista, la guerra, y la apatía moral y espiritual.

        • Si la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social ha de "sentar las bases del trabajo de las Naciones Unidas en la esfera del desarrollo social de las generaciones venideras", tal y como el Secretario General de las Naciones Unidas ha sugerido, habrá de examinar las dos cosmovisiones mencionadas, y reconocer en consecuencia que mientras que la primera de ellas proporciona inspiración e impulso a un progreso social sin precedentes, la segunda sólo alienta la sospecha y la división.

        • Debe lograrse que una manera de pensar y un espíritu integrador nuevos arrojen luz sobre los puntos centrales de la Cumbre. No debe permitirse que el proceso de la Cumbre se desvíe con llamadas a estrechos intereses materiales y nacionales, no importa de qué lado vengan ni en qué términos se expresen. En este punto hará falta practicar una vigilancia constante.

        • Para superar el particularismo y la mentalidad provinciana se necesitará contar con iniciativas audaces y gran valor por parte del Comité Preparatorio. La responsabilidad por fomentar el bienestar de todos los miembros de una sociedad particular -principio elemental del bienestar social moderno- debe ampliarse hasta abarcar a todos los pueblos de la tierra. Sólo al aceptar el principio de la unidad de la humanidad puede el Comité Preparatorio garantizar que las deliberaciones del proceso preparatorio se centren en el bienestar de la familia humana entera, ampliando el concepto de bienestar social, que de esta manera superaría las fronteras nacionales para aplicarse a la totalidad del mundo. Por lo tanto, urgimos a que el Comité Preparatorio convierta el principio de unidad de la humanidad en el "tema central y vertebrado de la Cumbre", y a que explore sus consecuencias para los pueblos y naciones de la tierra, y a que lo transforme en programas realizables y compromisos prácticos.

        • La unidad de la humanidad, y su corolario, la unidad en la diversidad, son de aplicación tanto para las personas como para las naciones. Constituye un criterio práctico, y a decir verdad esencial, para el reordenamiento de la vida a escala planetaria. La unidad de la humanidad es tanto una declaración de principio como meta última de la existencia humana.

        • Implica, pues, mucho más que una predisposición a cooperar; trasluce la añoranza que sienten las personas por un mundo impregnado de tal espíritu de comunidad, compañerismo y compasión, que torna intolerables y en su día impensables la miseria, la degradación, la violencia y la opresión. En un mundo así la paz, la justicia social y económica, la prosperidad y la libertad, estarán a la orden del día. La aceptación creciente de la unidad de la humanidad es la fuerza más poderosa que impulsa al mundo hacia la unidad.

        • En un mundo cuya interdependencia se intensifica día a día, ya no es posible que un pueblo o una nación logren la prosperidad a expensas de la de otros pueblos y naciones. Por tanto, el avance en los temas centrales de la Cumbre -logro de una integración social duradera, paliación de las causas básicas de la pobreza, y la expansión del empleo productivo y constante- sólo puede conseguirse mediante estrategias y actuaciones que fomenten la unidad interna y externa de las naciones de la tierra. Un compromiso firme con el principio de unidad de la humanidad servirá en gran medida para que el Comité Preparatorio elabore una "estrategia global y un plan de acción "eficaces que brinden respuesta a estos temas centrales.

        • Indudablemente, la educación y los programas de formación contarán con una presencia significativa en esta estrategia global y plan de acción. Dichos programas deben promover el principio de la unidad de la humanidad y hacer comprender lo inexorable, por más que turbulento, del avance de la civilización hacia una integración global. Sólo en la medida en que los pueblos del planeta hagan suyo este principio, discerniendo en los grandes cambios que afectan a la sociedad los signos de integración, podrán desarrollar su confianza en el futuro, mostrarse dispuestos a sacrificarse por el bien común, y verse facultados para desempeñar un papel activo y constructivo a nivel local, nacional y, finalmente, mundial. La capacidad de pensar globalmente se está convirtiendo en un requisito del desarrollo económico y social de toda nación y pueblo. Pues es en tal reconocimiento en donde arraiga el conocimiento, las actitudes y las destrezas necesarias para operar eficazmente en un mundo que avanza velozmente hacia su integración.

        • Por consiguiente, la Comunidad Internacional Bahá'í insta a que el Comité Preparatorio rechace las justificaciones de intereses nacionales y materiales de miras cortas, y a que adopte la unidad de la humanidad como piedra de toque moral para la estrategia global y plan de acción para el desarrollo social. La aceptación de tal principio integrador ha de facilitar el descubrimiento y puesta en marcha de soluciones duraderas a los abrumadores problemas sociales que tiene ante sí la Cumbre. Pues únicamente a medida que los pueblos del mundo empiecen a mirar el planeta como un solo hogar y a sus habitantes como un solo pueblo, empezarán a tomar forma la visión, la entereza moral y el compromiso necesarios para enfrentarse a los complejos retos del desarrollo social. Entonces, y sólo entonces, podrá la humanidad erigir un orden social cuyas fronteras sean los confines mismos del planeta. Dirigiéndose a esta época, escribió Bahá'u'lláh escribió: "No te gloríes de que amas tu país, sino de que amas a toda la humanidad". Sobre la Comunidad Internacional Bahá'í Oficina de las Naciones Unidas… ©1997-2001 — The Bahá'í International Community United Nations Office

        • La Ciudadanía Mundial: Una Ética Global para el Desarrollo Sostenible; y El Punto Decisivo para Toda Nación. Comunidades Sostenibles en un Mundo. por Comunidad Internacional Baha'i

          • Con la llegada del siglo XXI que se aproxima velozmente, los gobiernos, las organizaciones y los pueblos están gastando enormes energías para desarrollar comunidades que sean socialmente vibrantes, unidas y prósperas. La Conferencia sobre Domicilios Humanos (Albergue II) de las Naciones Unidas, que se une a las grandes conferencias globales de esta

          • década, es un hito en estos esfuerzos y presagia avances mayores en el desarrollo comunitario.

          • Sin embargo a largo plazo los esfuerzos por construir comunidades tendrán éxito sólo en la medida en que entrelacen el progreso material con las aspiraciones espirituales fundamentales, respondan a la aumentativa entre dependencia entre los pueblos y naciones del planeta, y establezca un marco dentro del cual todos los pueblos puedan ser participantes activos en el gobierno de sus sociedades.

          • A éstos tres elementos fundamentales de comunidades sostenibles es que se dirigen los siguientes comentarios.

          • El progreso material debe reflejar los principios y las prioridades espirituales La naturaleza humana es fundamentalmente espiritual. Por lo tanto es poco probable que las comunidades lleguen a ser prósperas y sostenibles a menos de que tomen en cuenta la dimensión espiritual de la realidad humana y busquen fomentar una cultura en la cual el desarrollo moral, ético, emocional e intelectual del individuo sean de preocupación primaria. Es en tal ambiente donde el individuo tendrá probabilidad de llegar a ser un ciudadano realizándose constructivamente y dirigido al servicio, trabajando para el bienestar material y espiritual de la comunidad, y donde pueda desarrollarse efectivamente una visión en común y un sentido de propósito compartido.

          • Por ende los aspectos materiales del desarrollo comunitario – políticas ambientales, económicos y sociales; sistemas de producción, distribución, comunicación y transportación; y procesos políticos, legales y científicos – tienen que dirigirse por principios y prioridades espirituales.

          • Actualmente, sin embargo, la sustancia y la dirección del desarrollo comunitario se determinan grandemente por las consideraciones materiales. Por lo tanto, nuestro desafío es el de rediseñar y desarrollar nuestras comunidades en torno a esos principios universales – incluyendo el amor, la honestidad, la moderación, la humildad, la hospitalidad, la justicia y la unidad – que promueven la cohesión social, y sin los cuales ninguna comunidad puede durar mucho tiempo, no importa cuán próspera sea económicamente, cuán dotada intelectualmente ni cuán avanzada tecnológicamente.

          • Entre las consideraciones y los principios que deben guiar esta empresa se encuentran las siguientes:

          • La protección de la familia y la promoción de su bienestar tienen que ser punto central de los procesos comunitarios. La familia es la institución primaria para de la sociedad y la incubadora principal de valores, actitudes, creencias y comportamientos. Cuando está sana espiritualmente contribuye significativamente al desarrollo de ciudadanos felices y responsables.

          • Los diseños físicos, sociales, económicos, legales y políticos de nuestras comunidades tienen que servir a todos los miembros de la sociedad, no sólo a los privilegiados. Una sociedad verdaderamente justa y equitativa requerirá una ciudadanía que comprende que los intereses del individuo y de la comunidad están inseparablemente entrelazadas; que el avance de los derechos humanos requiere pleno compromiso para con las responsabilidades correspondientes; y que cuando a las mujeres se les acepte como plenos iguales a los hombres en toda área del esfuerzo humano entonces las familias, las comunidades, y las naciones prosperarán y progresarán.

          • El trabajo es tanto un medio de ganarse la vida para el individuo y una forma de contribuir a la prosperidad de la comunidad entera. Como tal, ayuda a darle significado a la vida de uno. Por lo tanto, el diseño comunitario tiene que asegurar que las energías creativas del individuo tienen un paso de empleo productivo en el que puedan expresarse. Por su parte, el individuo tiene que asumir la responsabilidad de realizar su fideicomiso. El progreso en esta área dará gran empuje a la eliminación de extremos de riqueza y pobreza en el mundo.

          • "La religión", aseveran los Escritos bahá'ís, "es el mayor medio para el establecimiento del orden en el mundo y para el contento pacífico de todos los que allí viven." Por lo tanto, en toda comunidad tiene que asegurarse la libertad de religión, incluyendo el derecho de establecer centros de adoración. Los lugares de adoración proveen un sitio para la oración y la meditación, actos de devoción por medio de los cuales el individuo puede acercarse al Creador, fortaleciendo así sus capacidades espirituales para el sacrificio y el servicio. Como monumentos físicos estos edificios también a menudo sirven para expresar el genio cultural de la sociedad.

          • La promoción de la belleza, ya sea natural o hecha por el hombre, debe llegar a ser un principio dirigente en la planificación comunitaria, pues la belleza puede tocar el corazón e inspirar el alma con nobles sentimientos y acciones.

          • El desarrollo comunitario tendrá que incorporar principios de preservación y rehabilitación ambientales, no sólo para llevar nuestra civilización actual a un patrón sostenible de acción, sino también para responder a la gran necesidad del espíritu humano por contacto cercano con el mundo natural. El papel primordial del agricultor en la comida y en la seguridad económica también tiene que considerarse cuidadosamente en el diseño de todo domicilio humano.

          • Las vastas fuerzas de la ciencia y la tecnología tienen que aprovecharse para servir las necesidades materiales, intelectuales, emocionales y espirituales de la familia humana entera. Esto requerirá que todos los pueblos se involucren en generar el conocimiento científico y en determinar sus aplicaciones. Mientras aumenta la participación las tecnologías que han tendido a desensibilizar y a enajenar, a hacer que el trabajo de satisfacción y los oficios sean redundantes, a destruir el ambiente, y a causar enfermedad o muerte, sin duda se reconsiderarán, se rediseñarán o bien se abandonarán.

          • La entre dependencia entre los pueblos y las naciones del mundo sólo aumentará en los años venideros Los pueblos y las naciones del planeta están atrayéndose entre sí mientras se hacen más y más dependientes unos de otros. Los domicilios en todo el mundo – desde las aldeas y pueblos hasta las ciudades y megalópolis – están llegando a ser el hogar de poblaciones más y más diversas. Esta entre dependencia aumentativa y la interacción intensificarte entre diversos pueblos crean desafíos fundamentales a antiguos modos de pensar y de actuar. Cómo respondemos nosotros, como individuos y como comunidades, a estos desafíos determinará en gran medida si nuestras comunidades han de hacerse cuidadoras, cohesivas y progresivas, o bien inhospitalarios, divididas e insostenibles.

          • La unidad en la diversidad es a la vez una visión para el futuro y un principio para guiar a la comunidad mundial en su respuesta a estos desafíos. Este principio no sólo tiene que llegar a animar las relaciones entre las naciones del planeta, sino también tiene que aplicarse dentro de comunidades tanto locales como nacionales si han de prosperar y perdurar.

          • Los efectos unificadores y saludables de la aplicación de este principio al rediseño y al desarrollo de las comunidades en todo el mundo sería incalculable, mientras que las consecuencias de fracasar en responder apropiadamente a los desafíos de un mundo que se encoge seguramente serían desastrosas.

          • Obviamente la humanidad tiene que estar preparada para las oportunidades y las responsabilidades que están emergiendo como resultado de esta entre dependencia aumentativa. Las personas tienen que desarrollar el conocimiento, los valores, las actitudes y las destrezas necesarias para participar constructivamente y con confianza en formar la comunidad mundial a todo nivel, para que pueda reflejar los principios de la justicia, la equidad y la unidad. La educación desempeñará un papel indispensable en este aspecto. Tendrá que ayudar el individuo a desarrollar un sentido de lugar y de comunidad: un sentido que no se limite al nivel local ni nacional, sino que se extienda para incluir al mundo entero. Deberá cultivar la virtud como la base para el bienestar personal y colectivo, y deberá crear en los individuos un profundo compromiso para con el bienestar de sus familias, sus comunidades, sus países, y de hecho, toda la humanidad. La educación también deberá alentar el pensar en términos de proceso histórico, viendo en la historia un movimiento inexorable hacia una civilización mundial, un movimiento cuyos éxitos son el patrimonio de todos los pueblos y a cuyos desafíos debemos dirigirnos actualmente como una sola raza.

          • La humanidad tiene que moverse hacia procesos de gobierno más participa torios, asados en el conocimiento y dirigidos por valores.

          • Partes: 1, 2, 3, 4, 5
Página siguiente