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La mejor forma de gobernar (página 4)


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En breve, la Bendita Perfección [Bahá'u'lláh] soportó todas estas pruebas y calamidades a fin de que nuestros corazones se encendieran y se volvieran radiantes; para que nuestros espíritus fueran glorificados, nuestras faltas se tornaran en virtudes y nuestra ignorancia en saber; para que pudiéramos lograr los frutos reales de la humanidad y adquirir las gracias celestiales. Para que, aunque seamos peregrinos en esta tierra, recorramos el camino del Reino celestial y, aunque pobres y necesitados, podamos recibir los tesoros de la vida eterna. Fue por ello por lo que soportó estos pesares y penalidades.

Bahá'u'lláh dejó esta vida en 1892, cuando todavía era nominalmente un prisionero confinado en Palestina. Cien años después, en 1992, la comunidad internacional bahá'í observó un Año Santo para conmemorar el centenario de Su ascensión. En mayo de ese mismo año, una delegación compuesta por varios miles de bahá'ís procedentes de más de 200 países y territorios se reunían en Su Santuario, en la Tierra Santa, para rendirle homenaje. En noviembre del mismo año 27.000 seguidores se concentraban en un Congreso en Nueva York, en una atmósfera de reverente alegría, para celebrar la inauguración del Convenio de Bahá'u'lláh, un Convenio que desde el comienzo ha asegurado la unidad de Su Fe. Durante dicho año se dio a conocer una declaración especial dedicada a dar a conocer al gran público la figura de Bahá'u'lláh y Su misión.

Les invitamos a que aprendan más acerca de la vida y misión de Bahá'u'lláh; a estudiar las oraciones y escritos sagrados por Él revelados; a investigar Su portentosa vindicación de ser "el Prometido de todas las Edades" y Su promesa de un futuro en que "estas discordias estériles, estas guerras ruinosas desaparecerán y llegará la Más Grande Paz".

"Sé generoso en la prosperidad y agradecido en la adversidad. Sé digno de la confianza de tu prójimo, y mírale con rostro resplandeciente y amistoso. Sé para el pobre un tesoro, para el rico, un amonestador; sé uno que responde al llamado del menesteroso, y guarda la santidad de tu promesa. Sé recto en tu juicio y moderado en tu palabra. No seas injusto con nadie, y a todos muestra mansedumbre. Sé como una lámpara para quienes andan en tinieblas, una alegría para los entristecidos, un mar para los sedientos, un asilo para los afligidos, un sostenedor y defensor de la víctima de la opresión. Que la integridad y rectitud distingan todos tus actos. Sé un hogar para el forastero, un bálsamo para el que padece, un baluarte para el fugitivo. Sé ojos para el ciego y una luz de guía a los pies de los que yerran. Sé un ornamento del semblante de la verdad, una corona sobre la frente de la fidelidad, un pilar del templo de la rectitud, un hálito de vida para el cuerpo de la humanidad, una insignia de las huestes de la justicia, un lucero sobre el horizonte de la virtud, un rocío para la tierra del corazón humano, un arca en el océano del conocimiento, un sol en el cielo de la munificencia, una gema en la diadema de la sabiduría, una luz refulgente en el firmamento de tu generación, un fruto del árbol de la humildad.

In "Pasajes do los Escritos de Bahá'u'lláh" (CXXX)

Autor, de la elaboración, recopilación del trabajo: La mejor forma de gobernar la cual la humanidad tendrá que optar para su supervivencia. Un punto de vista bahái a tener en cuenta.

 

Autor

Jesús Rafael González García.

Miembro de la comunidad Mundial Bahái.

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